Neville
Goddard (16 de octubre de 1967)
UN
MOVIMIENTO DENTRO DE DIOS
Si te encuentras triste o desamparado aquí, puedo decirte que tú no estás condenado a ese estado por una deidad exterior a ti, pues todo lo que tiene lugar en tu mundo no es sino un movimiento dentro de Dios.
Nos han contado que en el mismo comienzo el Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas y las cosas vinieron a la existencia. Todo – tu tristeza, tu desamparo, tu alegría, tu pesar – no importa lo que sea, viene a la existencia por un movimiento dentro de Dios, y Él no es una deidad exterior a ti. No eres un ser desamparado, sino el poder operante de Dios. Sentado como estás ahora puedes moverte sin moverte físicamente porque tu cuerpo eterno es todo Imaginación. Llamado Jesucristo en las Escrituras, tú eres el poder y la sabiduría de Dios. Así que si te encuentras en un lugar donde estás triste y te sientes desamparado, es porque tú, a sabiendas o sin saberlo, caíste en ese estado, y no a causa de la condena de alguna deidad exterior a ti.
Cada situación concebible en la que alguna vez pudieras pensar existe ahora como un hecho en Dios, pero no puede hacerse visible para ti hasta que tú lo ocupes, pues tú eres el poder operante de Dios. Todo en este mundo necesita al hombre como agente para expresarlo. Odio o amor, alegría o pesar, todas las cosas requieren al hombre para expresarlas. Glorificamos o condenamos al hombre, pero él simplemente representa un estado en el cual Dios entró a sabiendas o sin saberlo y permaneció ahí hasta que el estado fue exteriorizado. Cada uno es libre de elegir el estado que él desee ocupar. Tú te imaginaste a ti mismo en tu estado presente. Si no te gusta, debes imaginarte fuera de él y en otro. Es todo una cuestión de movimiento.
Nos han contado que “Él nos eligió en él antes de la fundación del mundo.” Formando colectivamente un glorioso ser, concebimos un juego y hablando como ser único, dijimos: “Es hora de que el juego comience.” Luego individualmente dijimos: “YO SOY”, y el juego comenzó. Nosotros concebimos un juego conteniendo cada cosa horrible así como cada cosa agradable en el mundo. Cada problema y su solución fueron concebidos. De hecho no puedes pensar en algo que no estuviera en esa concepción original. Luego fue hora de comenzar, y diciendo simplemente “YO SOY”, Dios tomó en sí mismo eso que Él había concebido, y tu viaje en este fabuloso mundo comenzó. Así que, no importa lo que estés experimentando ahora, no estás condenado por algún ser exterior a ti, pues tú, voluntaria o involuntariamente, caíste en ese estado, sea bueno, malo o indiferente. ¿Ahora, cómo moverse?
Nos han contado en el mismo comienzo del Génesis que “El Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas.” Y en el Libro de Josué – que es el nombre hebreo de Jesús – el Señor dijo: “Dondequiera que la planta de tu pie pise, Yo te lo he dado.” Ahora, tú puedes elegir dónde quieres que la planta de tu pie pise, pues el mundo es tuyo y todo dentro de él; pero recuerda: ¡dondequiera que pises te será dado!
Cuando yo hablo de Josué o Jesús no estoy hablando de ninguna criatura histórica, ¡sino del Cristo en ti que es la esperanza de gloria! Estoy tratando de que llegues a darte cuenta de que Jesucristo está en ti como tu propia maravillosa imaginación humana. Así que cuando digo: “Dios se convirtió en hombre para que el hombre pueda convertirse en Dios” quiero decir: “La Imaginación se convirtió en ti para que tú puedas convertirte en todo Imaginación.” El hombre tiene dificultad en asociar a la Imaginación con Dios. De algún modo la palabra “Dios” denota un ser que creó el mundo, sin embargo permaneciendo aparte de él; pero cuando yo utilizo la palabra “Imaginación” es mi esperanza que la separación deje de existir. Pero yo te digo: el mundo entero es todo imaginación. Nuestros realistas piensan que ellos están más cerca de la verdad, sin embargo ellos no se dan cuenta de que están dictando nada más que su imaginación. Se ríen de aquellos que están místicamente inclinados, pero yo puedo decirte: déjalos en paz y sigue tu camino con la confianza de que lo que estás imaginando que ya eres, lo llegarás a ser.
Te imaginaste a ti mismo en el estado que estás ahora ocupando, y puedes imaginarte en cualquier estado que desees expresar. Ninguna deidad exterior te llevó al estado de tristeza que ahora estás expresando; lo hiciste tú mismo porque olvidaste quién eres. Tú eres el ser que concibió cada estado en el comienzo y deliberadamente comenzó tu viaje moviéndote a un estado, pues tú eres Jesús, el Señor.
Cuando yo hablo de Jesús, no estoy hablando de alguna persona santa como el mundo llama santo. La verdadera historia de Jesús no es como las iglesias enseñan. Su enseñanza está tan alejada de la verdad como el “Inferno” de Dante lo está del Sermón de la Montaña. Dante tenía la capacidad para hacer girar mundos hermosos conjuntamente, ¡pero en qué estado cayó cuando él escribió sus palabras! Él estaba supuestamente escribiendo las escrituras y eso es lo que las iglesias enseñan, sin embargo es tan completamente diferente de la verdadera historia real de Cristo.
Jesús es el ser mismo de cada uno en el mundo. La palabra “Jesús” significa “Jehová salva”, y hay sólo un salvador. Jesús es El que cayó y El que se salva a sí mismo. Nadie más te salva. Tú eres salvado por tu propio ser. Volviéndote consciente, tú comienzas a recordar; y recordando, das la vuelta y sales fuera del mismo juego en el que tú mismo te metiste. Y al final todos somos unidos para formar una vez más el ser único que cayó. El Señor Dios Jehová, conteniéndolos a todos, cayó en la diversidad. Al final nadie se perderá, sino que todos serán reunidos en la unidad que es el Señor Jesucristo. Esa es la historia.
Esta semana he recibido algunas hermosas cartas. Una era de una señora que decía: “Yo te oí hace diez años y poco después de oír tu mensaje me encontré en una visión encima de la montaña más alta del universo. Yo estaba mirando hacia el horizonte a una fantástica inmensidad sin orilla. Las nubes estaban debajo de mí, pero mientras miraba a la distancia veía un pequeño parpadeo de luz, luego una chispa, y luego otras. Mientras observaba las luces parpadeantes a mi alrededor, observé que la nube debajo de mí estaba haciendo un movimiento imperceptible hacia delante. Entonces una explosión de luz blanca atravesó las nubes y llenó el infinito. Las nubes comenzaron a desinflarse, y apuntando a la luz, yo dije: “Ese es Pablo.” Entonces la luz se difundió y apareció una explosión de luz de vivos colores, y apuntando a ella, yo dije: “Ese es Neville.” Luego vino una lluvia de agujas doradas que penetraban en mi cerebro, y desperté para escribirlo. Durante años he contemplado esta visión, no entendiendo su significado hasta el lunes pasado por la noche, cuando tú hablaste del ser de luz que dispara sus flechas ardientes al cerebro de los que son llamados.”
Puedo decirte: es la misma historia una y otra vez. ¡Tú eres el único Cristo, el único Señor, el único Dios y Padre de todo! Habiendo concebido el juego, tú estás interpretando cada papel y cada uno a su propio maravilloso tiempo hará el papel de Jesucristo, pues al final todos nosotros sabremos que somos Dios. Entonces no odiarás a nadie, pues te darás cuenta de que estuvimos de acuerdo en hacer todos los papeles mientras estamos escondidos detrás de las máscaras que llevamos. Ahora completamente enmascarados, pensamos que somos muchos y no nos reconocemos a nosotros mismos como el que concibió y predijo el juego de la vida.
Tú no estás ahora en un estado fatalista. Tú caíste en ese estado porque fue arreglado en el comienzo que tú caerías y saldrías de cada estado. Así que sigue adelante y completa el juego, pues cuando el juego se haya acabado, ¡darás la vuelta y regresarás al mismo ser que eras en el comienzo!
Ahora, un caballero escribió, diciendo: “Yo vi a un hombre de unos 26 años. Tenía rizos de oro en la cabeza y parecía estar hundido en el suelo. Dos hombres parecían estar trabajando encima de su cabeza hacía detrás de su cráneo. Mientras observaba, el joven levantó el brazo y tocando su cabeza se puso la mano en el cráneo. Curioso, me acerqué para ver un enorme cráneo hecho de arcilla o alguna forma de plástico, que estaba completamente vacío. Moviéndome para mirar de frente al hombre, la escena cambió, y ahora veía su barbilla descansando en las arenas del desierto. La máscara parecía como aquellas que se ven en África o Hawai, donde tú sólo ves la máscara pero nunca al que la lleva. Yo sabía que estaba viendo una máscara, pero el que la llevaba no se veía.”
¡Ese es el mundo! Tú no lo sabes, pero cuando estás mirando a un aparente otro estás viendo a un ser íntimo, a uno que conocías en el comienzo, a uno que recordarás cuando todas las máscaras sean eliminadas; pues todos nosotros estamos llevando máscaras con el fin de jugar este juego llamado vida. En este mundo la Imaginación hace el papel del débil, el fuerte, el pobre y el rico, pues los papeles fueron concebidos al comienzo por la Imaginación, y la Imaginación está interpretando todos los papeles.
Tú, imaginando, eres Dios – que es todo Imaginación. Eso es todo lo que hay. ¡El universo no es más que la Imaginación creando mientras está profundamente dormida! Tú y yo nos movemos de estado a estado, tanto deliberadamente, sabiendo lo que estamos haciendo o inintencionadamente, cayendo en un estado cuando leemos los titulares del periódico. Escucha la radio o ve la TV esta noche, y aunque puedas no saber nada de los hechos, si aceptas lo que se dice caerás en un estado y comprarás cosas que no necesitas. ¡Llenarás la casa con todo tipo de trivialidades para las que no tienes sitio porque la Imaginación está operando! Alguien concibió un plan para que vacíes tus bolsillos y compres sus productos, y tú lo harás, porque la imaginación está profundamente dormida. Y la Imaginación continuará el viaje hasta que des la vuelta y te encamines a casa ¡haciéndote cada vez más consciente!
Aquellos que piensan que son tan sabios en este mundo no saben nada sobre Jesús. Sólo los videntes, los místicos, saben quién es. Sólo aquellos que han visto la luz que Él proclama que es y conocen su forma sin ver su rostro, lo conocen. No hay miles de luces, sino sólo una inmensa luz infinita. Si uno toma una luz blanca y otro luces multicolores, sigue siendo la misma luz maravillosa de Jesús sólo. Sólo hay Dios, que está interpretando todos los papeles; y al final sabrás que tú eres Luz, que tú eres Espíritu, que tú eres Dios, por experiencia personal.
Pero esta noche, mientras estás sentado aquí, tú puedes mentalmente desconectar de los hechos de la vida y moverte a cualquier parte en tu imaginación. Haz eso y nadie mirándote físicamente puede decir dónde te has movido mentalmente. Y si habitas en tu imaginación donde te gustaría estar, y ves lo que verías si estuvieras ahí, te habrás movido dentro de tu propio ser. Persiste y todo aquí morirá debido a tu movimiento dentro de Dios.
En el principio, el Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas, diciendo: “Dondequiera que vayas y estés, Yo te lo daré.” Te fue dado todo al principio, y un día, habiendo acabado el juego, comenzarás a despertar. Entonces yo que salí primero estaré ahí como un ancla para que todos lo alcancen realizando la misma acción. Tú serás atraído por una fervorosa meditación sobre este maravilloso misterio, atraído al Cristo Resucitado, que está formado de todos. Cuando entras nos fusionamos, y el tú mortal recupera la inmortalidad. Tú caíste en el estado mortal a fin de experimentar la muerte y, cuando des la vuelta, te levantarás para hacerte uno con la inmortalidad.
Yo te digo: tú eres el Señor Dios Jehová, quien concibió el juego y deliberadamente entró en él. No hiciste nada equivocado. Fue una aventura, ¿y sin aventura qué es la vida? Si alguien te dejara mil millones de dólares de modo que pudieras estar amortiguado para el resto de tu vida aquí, te estarían privando de tu aventura creativa. Al principio lo dejaste todo, vaciándote de todo lo que eras consciente de ser. Entonces tomaste en ti mismo la forma de un esclavo. Llevando una máscara de esclavo ahora mismo, nadie sabe quién eres realmente, y no puedes reconocer a aquellos que has conocido a través de toda la eternidad.
Bennie vino a mi casa hace una semana, y sentado junto a él yo no podía ver más que amor brotando de él. No podía ver su cara, pues su piel es oscura, pero cuando miré a Bennie, todo lo que yo podía ver era el ser de amor que yo conocí en la eternidad. Al principio éramos todos el elohim, que es una unidad compuesta de uno hecho de otros. Bennie tiene una piel tan oscura como yo nunca he visto en un hombre y yo soy tan blanco como un hombre puede ser, de modo que tú podrías pensar que salimos de diferentes seres, pero esas son sólo máscaras que llevamos. Bennie ha dado la vuelta y ahora sabe que él es la luz del mundo. Sabe que él es amor infinito.
Puedo decirte: cuando veas al amor infinito tú verás al Hombre. ¡Tú verás al que es la reunión de todos! Yo te conoceré por la luz y tú me conocerás a mí por la luz. Pero cuando nos conozcamos uno a otro como Uno, será como el Amor, y eso es el Hombre. ¡Cada uno es reunido en la divina forma humana! Nadie se perderá, pues al principio acordamos soñar este mundo en existencia, en conjunto. Entonces tomamos nuestros caminos separados, para caer en diferentes estados de conciencia y culpar a los demás por las discordias en nuestro mundo. Pero todo está bien, pues un día regresaremos y todas las discordias se resolverán en perfecta armonía, mientras nos expandimos más allá de lo que éramos antes del juego.
Tú puedes ponerme a prueba esta noche aprendiendo cómo moverse. Mi hermano Victor aprendió cómo moverse a la riqueza cuando no tenía nada. Viviendo con dinero prestado y tratando de llevar una tiendecita en una bocacalle, Victor se ponía delante de uno de los edificios mayores de la isla y veía “J. N. Goddard e Hijos” en la marquesina, en vez del existente “F.N. Roach y Compañía”. Esto lo hizo cada día hasta que la idea se fijó en su ojo mental. Dos años después, el negocio fracasó. Tú puedes pensar que fue incorrecto, pero nada es incorrecto en nombre de Dios. Comimos del árbol milenario y caímos en lo correcto y lo incorrecto. Cuando el edificio fue puesto en venta, un hombre que apenas conocíamos lo compró para mi hermano, y la firma fue cambiada de “F.N. Roach y Compañía” a “J.N. Goddard e Hijos”.
¿Qué hizo mi hermano? Movió su imaginación. Él no tenía dinero cuando compró el edificio en 1922. Ahora, en 1967, no creo que pudieras comprar a la familia por 25 millones $. Yo poseo el diez por ciento de las acciones, pero yo no conozco su valor. Yo vine aquí para decirte, no cómo hacer dinero, sino cómo operar con la ley de idéntica cosecha de modo que si te lo quitaran todo esta noche tú puedas reconstruirlo mañana.
Así es como funciona. Yo me imaginé a mí mismo en lo que soy, y puedo imaginarme a mí mismo en lo que yo quiero ser. Yo estoy siempre convirtiéndome en lo que yo mismo me imagino ser, sea bueno, malo o indiferente. No hay deidad en el exterior que condene y cause que hagas lo que estás haciendo. Tú te moviste al estado que estás ahora ocupando, sea voluntaria o involuntariamente, pues Dios y tu propia maravillosa Imaginación humana son uno. Así que cuando dices: “Yo y mi Padre somos uno” ¡estás hablando de tu imaginación humana!
Yo he sido enviado para clarificar las Escrituras y quitar los percebes de la historia llamada Jesucristo. Este es un pequeño comienzo, ¿pero qué importa? Tú que me oyes contarás la historia y la llevarás de nuevo a alguna parte cerca de su forma original, pues la historia como es interpretada por las iglesias del mundo no está nada cerca de la verdad. Esta mañana leí la columna de Buckley. Yo disfruto su uso de las palabras y lo encuentro un tío bastante interesante. Hoy él escribió sobre el obispo de Canterbury, diciendo: “No creo que el bueno del Obispo pudiera reconocer a un cristiano si se lo encontrara, o las Escrituras si él las lee.” No estoy siempre de acuerdo con Buckley, pero esta vez concuerdo, después de leer lo que él citó que el Obispo había dicho. Ahora, esto no es sólo verdad del actual obispo sino de todos los obispos que he conocido, ya se llamen cardenales o papas, pues sus rituales, creencias y enseñanzas están muy alejadas de la verdadera historia de Jesús.
¡Yo estoy aquí para decirte que Dios se convirtió en ti! ¿Cómo? Viendo la máscara – una como las que ves en África o en Hawai – e identificándose con ella. Ahora, disfrazado como eso que Dios viste, ya no puedes ver quién eres realmente. Pero yo te digo: el ser detrás de la máscara que tú ahora ves como tu hermano, tu hermana, tu mujer, tu marido e hijos, es una parte del elohim que creó el juego y está interpretando cada papel. Un día ese ser se quitará la máscara y tú resucitarás y dejarás tu cráneo vacío. Así que le digo a mi amigo que vio la máscara con el cráneo vacío hecho de plástico: el día vendrá en que ascenderás con uno de nosotros cuya máscara esté ya quitada, y señalando a ese cráneo, tú dirás de él: “Yo una vez habité ahí.” Entonces sabrás como yo que tú nunca fuiste la máscara que llevaste. Y en la eternidad todos nos conoceremos unos a otros y seremos ensalzados más allá de lo que éramos, en razón del viaje que hicimos.
Esta noche intenta esto. Ponlo a prueba. Aprende cómo moverte. La prueba es simple. Igual que mi hermano, toma una sola cosa pequeña como preguntarte a ti mismo: “¿Qué quiero?” Ahora, mirando al mundo como ahora lo ves, ¿si tuvieras lo que querías, continuarías viendo el mundo como es ahora? Lo dudo. No es necesario que sea un cambio de donde vives, pero si hubiera un cambio tú verías el mundo diferente y, naturalmente, tu círculo de amigos más próximo vería un tú cambiado. Bueno, comienza a moverte en Dios viendo tu mundo desde un ángulo diferente, y deja que tus amigos te vean ahí. Tú eres el poder operante y te mueves en tu propio ser.
Si te mueves de donde estás a donde te gustaría estar, podrías detectar ese movimiento sólo por un cambio de posición relativa a otro objeto. El movimiento en sí mismo no puede ser hecho sin algún marco de referencia desde el cual se mueve. Si tus ingresos acaban de ser aumentados digamos 30.000 $ al año desde tu ingreso actual de menos de 10.000 $, ¿cómo te sentirías? ¿Cómo te vería tu círculo de amigos actual? ¿Lo sabrían? ¿Lo comentarían? ¿Hablarían del cambio en tu vida? Díselo, y luego a escondidas oye a tus amigos comentar de ti como uno que ahora está ganando 30.000 $ al año. Eso es un movimiento en Dios, ¡y ese movimiento producirá resultados! Todo en este mundo no es más que el resultado de un movimiento en Dios, que es un movimiento en tu maravillosa imaginación. El más leve acto imaginativo, eso es un cambio – no quiero decir simplemente un acto, pues puedes imaginar cosas que tú no crees; pero si tú imaginas algo que crees, es un cambio; una emoción se siente a través del ser divino. En ese momento tú has entrado efectivamente en otro estado, ¡y lo has hecho vivo y real en tu mundo!
Inténtalo esta noche. No te cuesta nada, ni siquiera un penique. Pero yo puedo decirte que cuando estés en la presencia del ser único que está atrayendo a todos hacia sí mismo, tú eres enviado al mundo para contarles tu fantástica historia; y si ellos no aplican lo que tú les cuentas, se vuelven desilusionados y te odian a ti que les invitaste a soñar. Yo soy enviado a invitar a todo el mundo a soñar conscientemente, a soñar deliberadamente, pues este es un mundo de sueño. Dicen que donde él llega, es siempre rechazado, pues le dice a los hombres: “Lo que tú desees, cree que lo has recibido y lo habrás recibido.” Cualquiera que haga esa atrevida asunción y obtenga la confianza de aquellos cuya esfera alcanza, corre el riesgo de rechazo, pues cuando lo intentan y no saben suficientemente cómo hacerlo, se desilusionan e invariablemente odian al que les invitó a soñar. Ese es el riesgo que cada maestro que es enviado debe correr.
Pero yo te digo: es verdad de todos modos, y si uno falla al traer su sueño a la existencia y se amarga, me digo a mí mismo: “¿Cuán a menudo debo decírselo? Setenta veces siete.” Debo decírselo hasta que realmente entiendan y aquellos que me oyen lleven adelante mi mensaje. Ellos serán oídos y al final todos seremos reunidos de nuevo en el ser único, para saber que nosotros éramos ese ser único que concibió el juego y dio el paso. Así que cuando dijimos en el comienzo: “Es hora de que el juego comience”, ninguno de nosotros dejó de responder en primera persona del presente: “YO SOY”.
Ahora entremos en el silencio.
Si te encuentras triste o desamparado aquí, puedo decirte que tú no estás condenado a ese estado por una deidad exterior a ti, pues todo lo que tiene lugar en tu mundo no es sino un movimiento dentro de Dios.
Nos han contado que en el mismo comienzo el Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas y las cosas vinieron a la existencia. Todo – tu tristeza, tu desamparo, tu alegría, tu pesar – no importa lo que sea, viene a la existencia por un movimiento dentro de Dios, y Él no es una deidad exterior a ti. No eres un ser desamparado, sino el poder operante de Dios. Sentado como estás ahora puedes moverte sin moverte físicamente porque tu cuerpo eterno es todo Imaginación. Llamado Jesucristo en las Escrituras, tú eres el poder y la sabiduría de Dios. Así que si te encuentras en un lugar donde estás triste y te sientes desamparado, es porque tú, a sabiendas o sin saberlo, caíste en ese estado, y no a causa de la condena de alguna deidad exterior a ti.
Cada situación concebible en la que alguna vez pudieras pensar existe ahora como un hecho en Dios, pero no puede hacerse visible para ti hasta que tú lo ocupes, pues tú eres el poder operante de Dios. Todo en este mundo necesita al hombre como agente para expresarlo. Odio o amor, alegría o pesar, todas las cosas requieren al hombre para expresarlas. Glorificamos o condenamos al hombre, pero él simplemente representa un estado en el cual Dios entró a sabiendas o sin saberlo y permaneció ahí hasta que el estado fue exteriorizado. Cada uno es libre de elegir el estado que él desee ocupar. Tú te imaginaste a ti mismo en tu estado presente. Si no te gusta, debes imaginarte fuera de él y en otro. Es todo una cuestión de movimiento.
Nos han contado que “Él nos eligió en él antes de la fundación del mundo.” Formando colectivamente un glorioso ser, concebimos un juego y hablando como ser único, dijimos: “Es hora de que el juego comience.” Luego individualmente dijimos: “YO SOY”, y el juego comenzó. Nosotros concebimos un juego conteniendo cada cosa horrible así como cada cosa agradable en el mundo. Cada problema y su solución fueron concebidos. De hecho no puedes pensar en algo que no estuviera en esa concepción original. Luego fue hora de comenzar, y diciendo simplemente “YO SOY”, Dios tomó en sí mismo eso que Él había concebido, y tu viaje en este fabuloso mundo comenzó. Así que, no importa lo que estés experimentando ahora, no estás condenado por algún ser exterior a ti, pues tú, voluntaria o involuntariamente, caíste en ese estado, sea bueno, malo o indiferente. ¿Ahora, cómo moverse?
Nos han contado en el mismo comienzo del Génesis que “El Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas.” Y en el Libro de Josué – que es el nombre hebreo de Jesús – el Señor dijo: “Dondequiera que la planta de tu pie pise, Yo te lo he dado.” Ahora, tú puedes elegir dónde quieres que la planta de tu pie pise, pues el mundo es tuyo y todo dentro de él; pero recuerda: ¡dondequiera que pises te será dado!
Cuando yo hablo de Josué o Jesús no estoy hablando de ninguna criatura histórica, ¡sino del Cristo en ti que es la esperanza de gloria! Estoy tratando de que llegues a darte cuenta de que Jesucristo está en ti como tu propia maravillosa imaginación humana. Así que cuando digo: “Dios se convirtió en hombre para que el hombre pueda convertirse en Dios” quiero decir: “La Imaginación se convirtió en ti para que tú puedas convertirte en todo Imaginación.” El hombre tiene dificultad en asociar a la Imaginación con Dios. De algún modo la palabra “Dios” denota un ser que creó el mundo, sin embargo permaneciendo aparte de él; pero cuando yo utilizo la palabra “Imaginación” es mi esperanza que la separación deje de existir. Pero yo te digo: el mundo entero es todo imaginación. Nuestros realistas piensan que ellos están más cerca de la verdad, sin embargo ellos no se dan cuenta de que están dictando nada más que su imaginación. Se ríen de aquellos que están místicamente inclinados, pero yo puedo decirte: déjalos en paz y sigue tu camino con la confianza de que lo que estás imaginando que ya eres, lo llegarás a ser.
Te imaginaste a ti mismo en el estado que estás ahora ocupando, y puedes imaginarte en cualquier estado que desees expresar. Ninguna deidad exterior te llevó al estado de tristeza que ahora estás expresando; lo hiciste tú mismo porque olvidaste quién eres. Tú eres el ser que concibió cada estado en el comienzo y deliberadamente comenzó tu viaje moviéndote a un estado, pues tú eres Jesús, el Señor.
Cuando yo hablo de Jesús, no estoy hablando de alguna persona santa como el mundo llama santo. La verdadera historia de Jesús no es como las iglesias enseñan. Su enseñanza está tan alejada de la verdad como el “Inferno” de Dante lo está del Sermón de la Montaña. Dante tenía la capacidad para hacer girar mundos hermosos conjuntamente, ¡pero en qué estado cayó cuando él escribió sus palabras! Él estaba supuestamente escribiendo las escrituras y eso es lo que las iglesias enseñan, sin embargo es tan completamente diferente de la verdadera historia real de Cristo.
Jesús es el ser mismo de cada uno en el mundo. La palabra “Jesús” significa “Jehová salva”, y hay sólo un salvador. Jesús es El que cayó y El que se salva a sí mismo. Nadie más te salva. Tú eres salvado por tu propio ser. Volviéndote consciente, tú comienzas a recordar; y recordando, das la vuelta y sales fuera del mismo juego en el que tú mismo te metiste. Y al final todos somos unidos para formar una vez más el ser único que cayó. El Señor Dios Jehová, conteniéndolos a todos, cayó en la diversidad. Al final nadie se perderá, sino que todos serán reunidos en la unidad que es el Señor Jesucristo. Esa es la historia.
Esta semana he recibido algunas hermosas cartas. Una era de una señora que decía: “Yo te oí hace diez años y poco después de oír tu mensaje me encontré en una visión encima de la montaña más alta del universo. Yo estaba mirando hacia el horizonte a una fantástica inmensidad sin orilla. Las nubes estaban debajo de mí, pero mientras miraba a la distancia veía un pequeño parpadeo de luz, luego una chispa, y luego otras. Mientras observaba las luces parpadeantes a mi alrededor, observé que la nube debajo de mí estaba haciendo un movimiento imperceptible hacia delante. Entonces una explosión de luz blanca atravesó las nubes y llenó el infinito. Las nubes comenzaron a desinflarse, y apuntando a la luz, yo dije: “Ese es Pablo.” Entonces la luz se difundió y apareció una explosión de luz de vivos colores, y apuntando a ella, yo dije: “Ese es Neville.” Luego vino una lluvia de agujas doradas que penetraban en mi cerebro, y desperté para escribirlo. Durante años he contemplado esta visión, no entendiendo su significado hasta el lunes pasado por la noche, cuando tú hablaste del ser de luz que dispara sus flechas ardientes al cerebro de los que son llamados.”
Puedo decirte: es la misma historia una y otra vez. ¡Tú eres el único Cristo, el único Señor, el único Dios y Padre de todo! Habiendo concebido el juego, tú estás interpretando cada papel y cada uno a su propio maravilloso tiempo hará el papel de Jesucristo, pues al final todos nosotros sabremos que somos Dios. Entonces no odiarás a nadie, pues te darás cuenta de que estuvimos de acuerdo en hacer todos los papeles mientras estamos escondidos detrás de las máscaras que llevamos. Ahora completamente enmascarados, pensamos que somos muchos y no nos reconocemos a nosotros mismos como el que concibió y predijo el juego de la vida.
Tú no estás ahora en un estado fatalista. Tú caíste en ese estado porque fue arreglado en el comienzo que tú caerías y saldrías de cada estado. Así que sigue adelante y completa el juego, pues cuando el juego se haya acabado, ¡darás la vuelta y regresarás al mismo ser que eras en el comienzo!
Ahora, un caballero escribió, diciendo: “Yo vi a un hombre de unos 26 años. Tenía rizos de oro en la cabeza y parecía estar hundido en el suelo. Dos hombres parecían estar trabajando encima de su cabeza hacía detrás de su cráneo. Mientras observaba, el joven levantó el brazo y tocando su cabeza se puso la mano en el cráneo. Curioso, me acerqué para ver un enorme cráneo hecho de arcilla o alguna forma de plástico, que estaba completamente vacío. Moviéndome para mirar de frente al hombre, la escena cambió, y ahora veía su barbilla descansando en las arenas del desierto. La máscara parecía como aquellas que se ven en África o Hawai, donde tú sólo ves la máscara pero nunca al que la lleva. Yo sabía que estaba viendo una máscara, pero el que la llevaba no se veía.”
¡Ese es el mundo! Tú no lo sabes, pero cuando estás mirando a un aparente otro estás viendo a un ser íntimo, a uno que conocías en el comienzo, a uno que recordarás cuando todas las máscaras sean eliminadas; pues todos nosotros estamos llevando máscaras con el fin de jugar este juego llamado vida. En este mundo la Imaginación hace el papel del débil, el fuerte, el pobre y el rico, pues los papeles fueron concebidos al comienzo por la Imaginación, y la Imaginación está interpretando todos los papeles.
Tú, imaginando, eres Dios – que es todo Imaginación. Eso es todo lo que hay. ¡El universo no es más que la Imaginación creando mientras está profundamente dormida! Tú y yo nos movemos de estado a estado, tanto deliberadamente, sabiendo lo que estamos haciendo o inintencionadamente, cayendo en un estado cuando leemos los titulares del periódico. Escucha la radio o ve la TV esta noche, y aunque puedas no saber nada de los hechos, si aceptas lo que se dice caerás en un estado y comprarás cosas que no necesitas. ¡Llenarás la casa con todo tipo de trivialidades para las que no tienes sitio porque la Imaginación está operando! Alguien concibió un plan para que vacíes tus bolsillos y compres sus productos, y tú lo harás, porque la imaginación está profundamente dormida. Y la Imaginación continuará el viaje hasta que des la vuelta y te encamines a casa ¡haciéndote cada vez más consciente!
Aquellos que piensan que son tan sabios en este mundo no saben nada sobre Jesús. Sólo los videntes, los místicos, saben quién es. Sólo aquellos que han visto la luz que Él proclama que es y conocen su forma sin ver su rostro, lo conocen. No hay miles de luces, sino sólo una inmensa luz infinita. Si uno toma una luz blanca y otro luces multicolores, sigue siendo la misma luz maravillosa de Jesús sólo. Sólo hay Dios, que está interpretando todos los papeles; y al final sabrás que tú eres Luz, que tú eres Espíritu, que tú eres Dios, por experiencia personal.
Pero esta noche, mientras estás sentado aquí, tú puedes mentalmente desconectar de los hechos de la vida y moverte a cualquier parte en tu imaginación. Haz eso y nadie mirándote físicamente puede decir dónde te has movido mentalmente. Y si habitas en tu imaginación donde te gustaría estar, y ves lo que verías si estuvieras ahí, te habrás movido dentro de tu propio ser. Persiste y todo aquí morirá debido a tu movimiento dentro de Dios.
En el principio, el Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas, diciendo: “Dondequiera que vayas y estés, Yo te lo daré.” Te fue dado todo al principio, y un día, habiendo acabado el juego, comenzarás a despertar. Entonces yo que salí primero estaré ahí como un ancla para que todos lo alcancen realizando la misma acción. Tú serás atraído por una fervorosa meditación sobre este maravilloso misterio, atraído al Cristo Resucitado, que está formado de todos. Cuando entras nos fusionamos, y el tú mortal recupera la inmortalidad. Tú caíste en el estado mortal a fin de experimentar la muerte y, cuando des la vuelta, te levantarás para hacerte uno con la inmortalidad.
Yo te digo: tú eres el Señor Dios Jehová, quien concibió el juego y deliberadamente entró en él. No hiciste nada equivocado. Fue una aventura, ¿y sin aventura qué es la vida? Si alguien te dejara mil millones de dólares de modo que pudieras estar amortiguado para el resto de tu vida aquí, te estarían privando de tu aventura creativa. Al principio lo dejaste todo, vaciándote de todo lo que eras consciente de ser. Entonces tomaste en ti mismo la forma de un esclavo. Llevando una máscara de esclavo ahora mismo, nadie sabe quién eres realmente, y no puedes reconocer a aquellos que has conocido a través de toda la eternidad.
Bennie vino a mi casa hace una semana, y sentado junto a él yo no podía ver más que amor brotando de él. No podía ver su cara, pues su piel es oscura, pero cuando miré a Bennie, todo lo que yo podía ver era el ser de amor que yo conocí en la eternidad. Al principio éramos todos el elohim, que es una unidad compuesta de uno hecho de otros. Bennie tiene una piel tan oscura como yo nunca he visto en un hombre y yo soy tan blanco como un hombre puede ser, de modo que tú podrías pensar que salimos de diferentes seres, pero esas son sólo máscaras que llevamos. Bennie ha dado la vuelta y ahora sabe que él es la luz del mundo. Sabe que él es amor infinito.
Puedo decirte: cuando veas al amor infinito tú verás al Hombre. ¡Tú verás al que es la reunión de todos! Yo te conoceré por la luz y tú me conocerás a mí por la luz. Pero cuando nos conozcamos uno a otro como Uno, será como el Amor, y eso es el Hombre. ¡Cada uno es reunido en la divina forma humana! Nadie se perderá, pues al principio acordamos soñar este mundo en existencia, en conjunto. Entonces tomamos nuestros caminos separados, para caer en diferentes estados de conciencia y culpar a los demás por las discordias en nuestro mundo. Pero todo está bien, pues un día regresaremos y todas las discordias se resolverán en perfecta armonía, mientras nos expandimos más allá de lo que éramos antes del juego.
Tú puedes ponerme a prueba esta noche aprendiendo cómo moverse. Mi hermano Victor aprendió cómo moverse a la riqueza cuando no tenía nada. Viviendo con dinero prestado y tratando de llevar una tiendecita en una bocacalle, Victor se ponía delante de uno de los edificios mayores de la isla y veía “J. N. Goddard e Hijos” en la marquesina, en vez del existente “F.N. Roach y Compañía”. Esto lo hizo cada día hasta que la idea se fijó en su ojo mental. Dos años después, el negocio fracasó. Tú puedes pensar que fue incorrecto, pero nada es incorrecto en nombre de Dios. Comimos del árbol milenario y caímos en lo correcto y lo incorrecto. Cuando el edificio fue puesto en venta, un hombre que apenas conocíamos lo compró para mi hermano, y la firma fue cambiada de “F.N. Roach y Compañía” a “J.N. Goddard e Hijos”.
¿Qué hizo mi hermano? Movió su imaginación. Él no tenía dinero cuando compró el edificio en 1922. Ahora, en 1967, no creo que pudieras comprar a la familia por 25 millones $. Yo poseo el diez por ciento de las acciones, pero yo no conozco su valor. Yo vine aquí para decirte, no cómo hacer dinero, sino cómo operar con la ley de idéntica cosecha de modo que si te lo quitaran todo esta noche tú puedas reconstruirlo mañana.
Así es como funciona. Yo me imaginé a mí mismo en lo que soy, y puedo imaginarme a mí mismo en lo que yo quiero ser. Yo estoy siempre convirtiéndome en lo que yo mismo me imagino ser, sea bueno, malo o indiferente. No hay deidad en el exterior que condene y cause que hagas lo que estás haciendo. Tú te moviste al estado que estás ahora ocupando, sea voluntaria o involuntariamente, pues Dios y tu propia maravillosa Imaginación humana son uno. Así que cuando dices: “Yo y mi Padre somos uno” ¡estás hablando de tu imaginación humana!
Yo he sido enviado para clarificar las Escrituras y quitar los percebes de la historia llamada Jesucristo. Este es un pequeño comienzo, ¿pero qué importa? Tú que me oyes contarás la historia y la llevarás de nuevo a alguna parte cerca de su forma original, pues la historia como es interpretada por las iglesias del mundo no está nada cerca de la verdad. Esta mañana leí la columna de Buckley. Yo disfruto su uso de las palabras y lo encuentro un tío bastante interesante. Hoy él escribió sobre el obispo de Canterbury, diciendo: “No creo que el bueno del Obispo pudiera reconocer a un cristiano si se lo encontrara, o las Escrituras si él las lee.” No estoy siempre de acuerdo con Buckley, pero esta vez concuerdo, después de leer lo que él citó que el Obispo había dicho. Ahora, esto no es sólo verdad del actual obispo sino de todos los obispos que he conocido, ya se llamen cardenales o papas, pues sus rituales, creencias y enseñanzas están muy alejadas de la verdadera historia de Jesús.
¡Yo estoy aquí para decirte que Dios se convirtió en ti! ¿Cómo? Viendo la máscara – una como las que ves en África o en Hawai – e identificándose con ella. Ahora, disfrazado como eso que Dios viste, ya no puedes ver quién eres realmente. Pero yo te digo: el ser detrás de la máscara que tú ahora ves como tu hermano, tu hermana, tu mujer, tu marido e hijos, es una parte del elohim que creó el juego y está interpretando cada papel. Un día ese ser se quitará la máscara y tú resucitarás y dejarás tu cráneo vacío. Así que le digo a mi amigo que vio la máscara con el cráneo vacío hecho de plástico: el día vendrá en que ascenderás con uno de nosotros cuya máscara esté ya quitada, y señalando a ese cráneo, tú dirás de él: “Yo una vez habité ahí.” Entonces sabrás como yo que tú nunca fuiste la máscara que llevaste. Y en la eternidad todos nos conoceremos unos a otros y seremos ensalzados más allá de lo que éramos, en razón del viaje que hicimos.
Esta noche intenta esto. Ponlo a prueba. Aprende cómo moverte. La prueba es simple. Igual que mi hermano, toma una sola cosa pequeña como preguntarte a ti mismo: “¿Qué quiero?” Ahora, mirando al mundo como ahora lo ves, ¿si tuvieras lo que querías, continuarías viendo el mundo como es ahora? Lo dudo. No es necesario que sea un cambio de donde vives, pero si hubiera un cambio tú verías el mundo diferente y, naturalmente, tu círculo de amigos más próximo vería un tú cambiado. Bueno, comienza a moverte en Dios viendo tu mundo desde un ángulo diferente, y deja que tus amigos te vean ahí. Tú eres el poder operante y te mueves en tu propio ser.
Si te mueves de donde estás a donde te gustaría estar, podrías detectar ese movimiento sólo por un cambio de posición relativa a otro objeto. El movimiento en sí mismo no puede ser hecho sin algún marco de referencia desde el cual se mueve. Si tus ingresos acaban de ser aumentados digamos 30.000 $ al año desde tu ingreso actual de menos de 10.000 $, ¿cómo te sentirías? ¿Cómo te vería tu círculo de amigos actual? ¿Lo sabrían? ¿Lo comentarían? ¿Hablarían del cambio en tu vida? Díselo, y luego a escondidas oye a tus amigos comentar de ti como uno que ahora está ganando 30.000 $ al año. Eso es un movimiento en Dios, ¡y ese movimiento producirá resultados! Todo en este mundo no es más que el resultado de un movimiento en Dios, que es un movimiento en tu maravillosa imaginación. El más leve acto imaginativo, eso es un cambio – no quiero decir simplemente un acto, pues puedes imaginar cosas que tú no crees; pero si tú imaginas algo que crees, es un cambio; una emoción se siente a través del ser divino. En ese momento tú has entrado efectivamente en otro estado, ¡y lo has hecho vivo y real en tu mundo!
Inténtalo esta noche. No te cuesta nada, ni siquiera un penique. Pero yo puedo decirte que cuando estés en la presencia del ser único que está atrayendo a todos hacia sí mismo, tú eres enviado al mundo para contarles tu fantástica historia; y si ellos no aplican lo que tú les cuentas, se vuelven desilusionados y te odian a ti que les invitaste a soñar. Yo soy enviado a invitar a todo el mundo a soñar conscientemente, a soñar deliberadamente, pues este es un mundo de sueño. Dicen que donde él llega, es siempre rechazado, pues le dice a los hombres: “Lo que tú desees, cree que lo has recibido y lo habrás recibido.” Cualquiera que haga esa atrevida asunción y obtenga la confianza de aquellos cuya esfera alcanza, corre el riesgo de rechazo, pues cuando lo intentan y no saben suficientemente cómo hacerlo, se desilusionan e invariablemente odian al que les invitó a soñar. Ese es el riesgo que cada maestro que es enviado debe correr.
Pero yo te digo: es verdad de todos modos, y si uno falla al traer su sueño a la existencia y se amarga, me digo a mí mismo: “¿Cuán a menudo debo decírselo? Setenta veces siete.” Debo decírselo hasta que realmente entiendan y aquellos que me oyen lleven adelante mi mensaje. Ellos serán oídos y al final todos seremos reunidos de nuevo en el ser único, para saber que nosotros éramos ese ser único que concibió el juego y dio el paso. Así que cuando dijimos en el comienzo: “Es hora de que el juego comience”, ninguno de nosotros dejó de responder en primera persona del presente: “YO SOY”.
Ahora entremos en el silencio.
Traducido
por Javier Encina
La
conferencia original en inglés es A
MOVEMENT WITHIN GOD (Neville Goddard 10-16-1967)
No hay comentarios:
Publicar un comentario