~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


lunes, 20 de junio de 2011

LA CRUCIFIXIÓN (Neville - 9 de abril de 1963)

Neville (9 de abril de 1963)


LA CRUCIFIXIÓN



La crucifixión es la historia del hombre. Nuestra historia humana comienza con el nacimiento y termina con la muerte. En la historia divina se comienza con la muerte y se termina con el nacimiento. Hay una completa inversión de estas historias. Aquí comenzamos en el útero y terminamos en la tumba: pero en la historia divina comenzamos en la tumba y despertamos en el útero donde hemos nacido. Ahora, aquí en este fantástico drama yo creo que hemos equivocado el papel de Jesucristo y hecho de él un ídolo, y haber hecho de él un ídolo nos oculta al verdadero Dios.

Volvamos al libro de Lucas 18:31-34: “Y tomando a los doce les dijo: 'He aquí, estamos subiendo a Jerusalén, y todo lo que está escrito del Hijo del hombre por los profetas se cumplirá. Pues él será entregado a los gentiles, y será escarnecido y vergonzosamente tratado y escupido; ellos lo flagelarán y lo matarán, y al tercer día resucitará'. Pero ellos no entendieron ninguna de estas cosas, esta palabra se les ocultó, y no captaron lo que fue dicho”. Se nos contó que nadie le entendió. Ahora creed esto, os estoy hablando, como he intentado cada noche, desde la experiencia. No estoy teorizando. No tengo interés alguno en intentar establecer una filosofía de vida factible, realmente no lo tengo. Si yo hago mi retirada esta noche no habría ninguna diferencia para mí personalmente, tal vez para mi esposa y mi hija, mi familia, – pero no para mí.

Este drama comienza con la crucifixión.

A menos que yo muera tú no puedes vivir;
Pero si yo muero me levantaré de nuevo y tú conmigo.
¿Morirías tú por quien nunca muriera
Por tí, o alguna vez morirías por quien no habría muerto por tí?”
(Blake Jer. Lámina 96)

Esta es la historia de cada ser nacido de mujer. Ningún niño en el mundo podría cruzar el umbral que accede a la vida consciente sin ayuda de la muerte de Dios. Es el propósito de Dios darse a nosotros como si no hubiera otros en el mundo. Sólo Dios y tú, Dios y yo. Cree esto realmente. Si tú lo crees entonces el Evangelio más increíble del mundo se hace posible y creíble; y toma al hijo para revelar que es verdad.

Ahora bien, esta es la historia como se me reveló a mí. Vosotros podéis pensar, – bueno que fue sólo un simple, maravilloso, – emocionante, – ¡sí! – pero sólo un sueño. Puedo deciros que no fue un sueño. Fue una experiencia más vívida que este momento aquí en esta sala. Pues la verdadera visión es mucho más viva que cualquier cosa que nunca hayas experimentado en este mundo, – que cualquier cosa. Esa noche en cuestión yo estaba caminando con un enorme número de personas, como si toda la humanidad caminara en una cierta dirección; y yo era uno de los innumerables. Mientras caminaba con ellos, – estaban todos vestidos con esos colores árabes muy vivos, y una voz gritó desde el azul y la voz dijo: “Y Dios camina con ellos”. Una mujer a mi derecha, yo diría de unos treinta, quizá cuarenta años, una árabe de lo más atractiva, le preguntó a la voz: “¿Si Dios camina con nosotros dónde está?” Y la voz respondió desde el azul, – “A tu lado”. Ella tomó esto como la inmensa mayoría de la gente toma estas cosas, – literalmente. Y volviéndose a su lado me miró a los ojos y se volvió histérica, de lo divertido que le sonó. Era lo más divertido que ella había oído nunca. “¿Dios camina con nosotros?” Y se volvió hacia un hombre sencillo con todas sus fragilidades, todas sus debilidades, que ella conocía bien; y habiéndolo mirado a la cara, habiendo oído la voz, – ella dijo: “¡Qué! – ¿Neville Dios?” Y la voz respondió: “Dios se echó a dormir dentro de tí y mientras dormía tuvo un sueño, él soñó” – y yo completé la frase: “Él estaba soñando que era yo. ¿Cómo si no iba yo a estar en este mundo si él no lo hubiera soñado?” Y te despiertas de pura emoción.

Y puedo contarte que esta es la sensación de la crucifixión. Es la sensación más deliciosa del mundo; no es dolorosa. Mis manos se convirtieron en vórtices; mi cabeza un vórtice; mis pies vórtices, mi costado un vórtice. Y aquí fui llevado a este cuerpo sobre la cama a través de mi emoción, sostenido por seis vórtices; mis manos, mis pies, mi cabeza y mi costado. Y el deleite, la pura alegría de ser llevado sobre esta cruz, ¡este cuerpo! Así que hablo por experiencia; no es un acto doloroso. Pero esto sucedió en el principio de los tiempos. Esta fue sólo una imagen de la memoria que retorna; cuando estaba a punto de despertar. Pero en ese intervalo, – cuánto tiempo, – ¿quién sabe? La Biblia habla de tres días entre la crucifixión y la resurrección, pero eso es todo simbolismo. Blake lo llama seis mil años. Él decía:

Contemplo las visiones de mi mortal sueño de seis mil años
Deslumbrante alrededor de tus faldas como una serpiente de piedras preciosas y oro.
Yo sé que es mi Yo, Oh mi Divino Creador y Redentor.”
(Jer. Lámina 96)

Aquí volvemos al drama de este próximo viernes que todas las iglesias cristianas representarán; y ellos difieren. Mateo 27:46 y Marcos 15:34 citan el último grito en la cruz como la cita de Salmos 22:1 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Juan 19:20 cita esto en el grito: “Se ha consumado”. Lucas 23:46 sustituye el Salmo 31, versículo 5 por el Salmo 22: porque estaba utilizando el texto de Marcos. Pero elabora el texto de Marcos y sustituye el Salmo 31:5 por el Salmo 22:1, y esto es lo que cita: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” Este es el versículo: “En tus manos encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Señor, Dios fiel”. Él mantuvo su fe, pues él me dijo:

A menos que yo muera tú no puedes vivir;
Pero si yo muero me levantaré de nuevo y tú conmigo.”

Llegó el acto mismo de la crucifixión que fue en sí mismo una resurrección. Sí, – un intervalo de tiempo entre ellos, sin ninguna duda.

Pero yo puedo decirte, nadie en este mundo puede fracasar. Como se cita en Romanos 6:5: “Pues si hemos sido unidos con Cristo en una muerte como la suya, ciertamente estaremos unidos con él en una resurrección como la suya”. Todos en este mundo serán resucitados, pero se requiere un intervalo de tiempo con todos los golpes del mundo para hacer el ropaje inmortal.

Ahora escuchad esto cuidadosamente. Esto me ha sido dado y tomadlo por lo que vale. La promesa de esto comienza en Génesis 17:19, la promesa de un niño llamado Isaac: y la inmensa mayoría de la gente tiene el concepto más extraño de Isaac. El Señor engendró a Isaac. Isaac ha de ser tomado, no como resultado de generación, sino la forma del engendrado. Aquí está Dios el ingénito tomando forma en nosotros, y cuando él completa esa forma y es perfecta a sus ojos entonces nacemos de lo Alto. Así que Isaac es la conformación del no engendrado, pero Dios no es engendrado, él se engendra a sí mismo en el hombre, el hombre individual. Y cuando se engendró en mí a su satisfacción, yo nací de lo Alto y pasó a través de toda la serie en el intervalo de nueve meses, – calculado por el calendario del César. Cuántos miles de años antes de eso no lo sé, no puedo decíroslo. Lo haría si lo supiera pues no tengo secretos; cuando lo reciba os lo digo, pero no lo sé, el velo no ha sido levantado hasta ese punto. Pero sé que cuando le plazca, lo que él engendró en mí, entonces tomará nueve meses para que toda la serie de estas experiencias místicas, como se describe en las Escrituras, se desarrolle por completo dentro de mí. Así que puedo deciros que esto os va a pasar a vosotros. Y así que no hay tiempo. Llevó nueve meses desde el momento del nacimiento, pero cuando ese nacimiento tiene lugar todo está en manos de Dios y tú y yo somos puestos a través del horno de la aflicción. Que nadie os diga que no lo vais a ser, Isaías 14:24: “Como he planeado, así será, como me he propuesto, así quedará”. Y nadie lo impedirá, – pero nadie. Me inclino a creer que, a pesar del dolor, a pesar de todas las cosas que el hombre trama y planea en este mundo, hay un período definido. El libro de Habacuc me dice que lo hay, pero no va a decirme qué período es. Él dice: “La visión tiene su propia hora señalada; que madura, que florecerá. Si es largo entonces espera, pues es seguro, no tardará”. Si no será tarde y la visión tiene su propia hora señalada, pues bien, si Blake tiene razón o alguien más tiene razón, no lo sé. Pero te aseguro que la última sección lleva sólo nueve meses, a pesar de que perdura durante años más allá de los nueve meses.

Pues entrasteis en vuestra herencia en esa tercera experiencia, pero la gloria de vuestra herencia celestial no puede hacerse real, o realizarse plenamente en el individuo, en tanto esté todavía en el cuerpo. En el momento en que quita ese velo, llamado cuerpo, es vestido con ese ropaje que Dios, y sólo Dios, hizo. Dios estaba efectivamente dándose forma a sí mismo en este ropaje, sin mi consentimiento, sin mi conocimiento; moldeando ese Ser no engendrado que es Él y dándoseme a Sí mismo. Así que cuando él logró dárseme esto le satisfizo, ese ropaje inmortal que Él vestiría; así Él lo viste pues su nombre es “YO SOY”.

Y puedo deciros que en todas mis experiencias nunca tuve un cambio de identidad, nunca. Siempre he sido consciente de ser “yo soy”. Nunca tuve ninguna sensación de ser distinto de quien soy. Y algo estaba teniendo lugar en mí, y era Dios. Como se nos dijo: Phil. 1:6: “El que comenzó una buena obra en mí la llevará hasta completarla hasta el día de Jesucristo”. Jesucristo es una vocación que es Dios y él no se detendrá hasta que la lleve hasta Jesucristo en vosotros. Pero hemos tomado a Jesucristo y hecho de él una imagen, un ídolo, y habiendo hecho de él un ídolo ahora nos esconde al verdadero Dios.

Es Dios, el único Dios, que efectivamente ha tomado forma en tí. Y cuando se ha tomado forma en tí, – es una forma, un molde, – pero este no puede heredar el reino de los cielos; es carne y sangre. Se necesita a éste para moldearlo sobre él, pues lo que se ha moldeado sobre él es Dios, el no engendrado, y Dios siendo Espíritu, se moldea como espíritu, el tú inmortal. Y entonces tú, Dios, eres vestido. Bueno, ¿cómo podrías vestir a Dios en forma? Él es vestido con una forma y esa eres tú, – así nos engendra. Pero esto comenzó con la crucifixión. La crucifixión no termina el drama, comienza el drama. Así que cada uno se convierte en un ser consciente que respira, que vive, porque Dios murió por él.

Es el misterio de la vida a través de la muerte, como se nos dice en Juan 12:24: “A menos que un grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo; pero si muere, da mucho fruto”. Tiene que caer en la tierra y morir, y esta es la tierra (el cuerpo) en el reino de Dios. Y Dios cae en esta tierra y muere, él se olvida de que Él es Dios en su creencia de que Él es hombre. Dios efectivamente se convierte en hombre, ese hombre puede convertirse en Dios; y moldearse a sí mismo; este Ser no engendrado sobre el hombre. Y cuando Él está satisfecho con ese proceso de moldeamiento, a los ojos de Dios es perfecto; por lo tanto, si es perfecto, entonces Dios es nacido en hombre. Así que Dios efectivamente se da a nosotros, a cada uno de nosotros, como si no hubiera más en el mundo, – sólo Dios y tú, Dios y yo. Créelo. Toda la historia del Evangelio es esta historia.

Así que la crucifixión, desde mi propia experiencia personal, no es como las iglesias la describen. La pena viene enmedio; que ese intervalo sea de 6000 años, no lo sé. Pero en ese intervalo tenemos que ser moldeados, como se nos dice en Isaías 48:10,11. “Yo te he probado en el horno de la aflicción. Por mí, por mí mismo, Yo lo hago”. Pues no hay otro modo en el mundo para llevarme a ese estado de perfección y tejerme en un cuerpo inmortal para recibir a Dios mismo como mi propio ser. Así pasé a través de todos los fuegos de la aflicción, y esas abrasadoras, abrasadoras pruebas. Así que no te preocupes.

A quien Dios ha afligido por Secretos Fines
Él lo conforta y Cura y lo llama Amigo.”
(Evangelio E.) Blake

Cuando tú y yo entramos en el Gólgota de Dios, como se nos dice: “Y cuando llegan al lugar llamado 'La calavera', allí le crucificaron” (Lucas 23:33). La palabra “calavera”, que es traducida en la definición de Gólgota, – otra definición es el “Santo Sepulcro”. Así que ahora sabemos lo que el Santo Sepulcro es. Es nuestro propio maravilloso cráneo humano, ahí es donde él es crucificado. Pero él es también clavado sobre la cruz. Él es clavado a través de los pies, y atravesado en el costado. Ahora, aquí Juan da mucho espacio a la perforación del costado. Él no se lo da al grito de abandono: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Juan sólo clama: “Se ha consumado” y entonces los soldados lo lancearon en el costado derecho y salió sangre y agua. Y a lo largo de los siglos han tratado de alguna manera de explicarlo. No pueden explicarlo por algo biológico, salvo que un parto siempre tiene los fenómenos de sangre y agua. Cuando un niño nace se rompe aguas y hay un flujo de sangre y agua.

Este es un nacimiento. Para entenderlo volvamos al Salmo 31: “En tus manos encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Señor, Dios fiel”. Él lo prometió y Él lo hizo. Eso es sólo un símbolo del nacimiento de uno, que es una redención. Por eso os digo, no lloréis cuando lo veáis, regocijaos, fue el sacrificio de Dios de sí mismo porque él deseaba individualizarse en innumerables ropajes, en todos nosotros. Dios no puede engendrar nada más que a Dios, como se nos dijo en el Salmo 82: “Dios ha tomado su lugar en el consejo divino en medio de los dioses juzga”. Sobre Dios en medio de los dioses – todo es Dios. Él está invitando y engendrando a este Ser no engendrado. La indicación nos es dada en el libro de Hebreos 5:6. Es llamado por un nombre diferente, es llamado Melquisedec. Él no tiene padre, ni madre, ni genealogía. Él te está diciendo quién es. Todo el que es Nacido de lo Alto, – porque Dios logró darse Él mismo a ese individuo, – ese individuo no tiene genealogía. Él es Dios padre. Créeme.

¿Cómo podría él darse sin conocer a Su hijo? Yo te digo que la humanidad entera es simbolizada por un solo joven, – llamado David. David es la humanidad entera, en el lenguaje del simbolismo. Y vendrá el día en la segunda experiencia mística en el período de nueve meses, y aquí miras a David, y David es tu hijo y tú lo sabes con más seguridad que cualquier cosa en el mundo. No hay incertidumbre cuando le miras a los ojos y ves a David y él te llama “Mi Señor, mi padre”. Tú sabes por primera vez quién eres realmente. Y te vuelves al mundo y les dices lo qué sucedió. Pero se te dijo, como cité antes de Lucas 18:34: “Ellos no entendieron ninguna de estas cosas; esta palabra les fue oculta, y no captaron lo que les fue dicho”.

¿Cómo puedes persuadir al individuo de que llegará el día en que incluso en este mismo momento yo podría tomar al judío más ortodoxo del mundo, – si yo fuera a Israel esta noche, – y hablara con el jefe de los rabinos y le preguntara si se siente con alguna relación con David. Él diría: “Sólo como el más grande de los reyes de Israel, pero relación en cuanto a mí, no”. Pero él respeta al gran rey de Israel, y espera algún día reconstruir la dinastía que ahora está desaparecida. Pero él no se sentiría con ninguna relación. Y si yo, a sus ojos, un extraño total, un gentil, le dijera que yo soy su padre, me escupiría a la cara. Para él eso sería blasfemo; y sin embargo yo podría decirle que yo soy su padre. Voy a ir más lejos, yo te diré que tú eres su padre, y va a llegar el día en que esto te será revelado. Y cuando el mundo entero sea completado y la obra de Dios esté acabada, y él se haya dado a sí mismo a cada ser en el mundo, – porque él es el padre de David.

Para dárseme a Sí mismo Él ha de darme la paternidad de David, – no sólo la paternidad. No hay necesidad de darme la paternidad y no al padre de su hijo. Su hijo, sí. Salmo 2:7 “Tú eres mi hijo, hoy yo te he engendrado”. Entonces él toma a ese único hijo engendrado y para probar su regalo a nosotros nos da ese hijo como nuestro hijo. Y tú lo miras directamente a los ojos y él te llama “padre”, él te llama “Adonai, mi señor”.

Yo te digo que vendrá el día en que tú y yo seremos el mismo padre del mismo hijo, eterna juventud para siempre; que Dios en el principio puso en la mente del hombre y moldeó al hombre a semejanza suya. Leedlo en Ecl. 3:11. “Dios ha puesto la eternidad en la mente del hombre, de modo que no pueda encontrar fuera lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fín”. La palabra traducida como “eternidad” es la palabra hebrea Olam. Olam se traduce como joven, muchacho, mozo. Escucha las palabras y ve cómo sabemos quién es él. El rey quiere descubrir la identidad de este fantástico joven que conquistó al enemigo entero de Israel, – él derribó al gigante. Así que el rey dice a su lugarteniente: “'Abner, ¿de quién es hijo ese joven?' Y Abner dijo: 'Como tu alma vive, oh rey, que no puedo decírlo'. Y el rey dijo: 'Pregunta de quién es hijo el mozo'”. Nadie lo sabe. Ahora el mozo viene con la cabeza del gigante en sus manos, la cabeza de Goliat, el enemigo de Israel. Y el rey le dijo: “¿De quién eres hijo tú, joven?” Y David respondió: “Yo soy el hijo de tu siervo Jesse, el Belenita”.

Pero la profecía fue hecha en I Samuel 17:25. “Que el padre de tal muchacho sería liberado en Israel”. No el muchacho; el muchacho está enterrado en cada ser en el mundo. Sino el padre de ese muchacho, que sabe que él es el padre, él es liberado en el cielo, libre en la Nueva Israel. Así que cuando uno sabe que él es el padre por experiencia real, en ese momento él es libre en Israel. Los 6000 años de confusión han acabado para él; pero David tiene aún que ser redimido, ser descubierto en las mentes de todos. Y cada uno va a encontrarlo, y al encontrarlo encontrarán la relación de él mismo con ese muchacho; y todos nosotros seremos uno y nuestro nombre uno cuando caiga el telón en el acto final de esta maravillosa obra.

Blake dijo: “No te dejes intimidar por el horror del mundo. Todo está ordenado y correcto y debe cumplir su destino a fin de alcanzar la perfección”.

Todo está ordenado, todo es perfecto. Dios lo planeó tal y como ha salido y como él lo quiso será consumado, y ningún tirano en el mundo va a detenerlo. El tomará a todos los tiranos del mundo y los utilizará en el cumplimiento de su propósito, como se nos dice en Proverbios 16:4: “El Señor ha hecho todas las cosas para su propósito, aún al malvado para el día del trastorno”. Todas las cosas, no sólo unas cuantas. Por ello toma al ser malvado para cruzarse en tu camino para añadir un poco más de fuego para acercarte más a la imagen de Dios. Si se necesitan muchos para cruzarse, se cruzarán en tu camino.

Qué hombre mirando este ropaje que vestimos ahora lo vería nunca a imagen de Dios. Pero éste no es el que es moldeado; éste es sólo una forma sobre la que él se moldea a sí mismo. Cuando él ha acabado el molde entonces viene a tí esta fantástica experiencia, y despiertas en una tumba. Y la tumba todo el tiempo fue un útero, que fue donde fuiste crucificado y no lo sabías. Y un día despiertas en una tumba y la tumba es tu propio maravilloso cráneo; y eso es el santo sepulcro.

Esta semana, miles de peregrinos irán a Jerusalén, al Santo Sepulcro. Y algunos sacerdotes, bastante inocentemente, señalarán un lugar y dirán: “Ahí es, ahí es donde él fue enterrado”. Él no fue enterrado ahí en absoluto. No hay un santo lugar en Jerusalén. El santo lugar es tu propio maravilloso cráneo; ahí está el santo sepulcro, ahí es donde él está enterrado. Y ahí es donde está profundamente dormido soñando contigo esas visiones de eternidad hasta que tú despiertes. Cuando despiertas tú eres él y él es tu propio ser mismo. Su propósito es darse a tí, y no hay manera en la eternidad de que Dios se pueda dar a tí y demostrarlo, a menos que él también me de su más preciada posesión en el mundo, – y esa es su hijo. Él no me da a su hijo para caminar por la calle conmigo como un compañero, él me da a su hijo como mi hijo. Así que miro directamente a los ojos del hijo de Dios y sé que es mi hijo.

Entonces yo me pregunto, ¿cómo podría ser esto? He aquí un hombre de unos años de edad, débil, limitado, con todas las fragilidades del mundo, todas las debilidades de la carne, y sin embargo, Dios ha tenido tanto éxito en su propósito para mí, que él, el no engendrado se dio a mí; por lo tanto, yo soy no engendrado. Aunque aparentemente tuve un comienzo en el tiempo, con el regalo de Dios, el no engendrado, yo ahora dejo de ser engendrado. No tengo genealogía, no tengo padre, – yo soy padre, – el padre de su único hijo engendrado. Yo te digo que esto es un misterio. Pero los misterios de esta naturaleza no son cuestiones que tienen que ser mantenidas en secreto, sino verdades que son misteriosas por naturaleza. No son cosas para ser escondidas. En el momento en que te suceden, las cuentas para animar a cada ser en el mundo a que, a pesar de los hornos del momento continúen, sigan moviéndose, pues te estás moviendo de todos modos. Pero al final: – escucha las palabras: “Oh Dios, Señor fiel”. Él ha mantenido su fe, él me prometió en el principio que lo haría. “Tú me has redimido”. Y luego me envió a través de los hornos sin mi consentimiento, sin mi permiso.

Toma la historia de Job. Aquí hay uno sometido a todos los más horribles experimentos en el mundo producidos por Dios. Y al final él dijo (Job 42:5), “Oí de ti por el oído, pero ahora mis ojos te ven”. Él ve que lo único en el mundo es revelar a Dios a sí mismo, porque Dios es invisible para el mundo; pero su hijo revela a Dios. “Nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre, o quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo elige revelársele”. Así, ¿cómo conoceré a Dios? Cuando su hijo viene a mi mundo y me mira a la cara y me llama “padre”, entonces yo conozco a Dios.

Y sin embargo a pesar de esto puedo decirte, vendrá el día en que serás llevado a la presencia del Amor Infinito. Y tú no tienes que preguntar quién eres o nadie en el mundo quién es. Cuando estás en la presencia del Amor Infinito él te abraza; y tú sabes quién es él y quién eres tú; pues en ese momento del abrazo te vuelves uno con el cuerpo del Amor Infinito. Sí, ese Dios es el Todopoderoso que conocemos. Pero la omnipotencia y la omnisciencia no son sino aptitudes de Dios. Dios mismo es Amor, Amor absoluto, y no puedo describirlo excepto para decirte que eso es el hombre. Cuando lo miras a él, Amor Infinito, y él te abraza y te pierdes en el cuerpo de Dios de nuevo, uno con él, es tu cuerpo. Y entonces él llega al viaje final. “Y ahora os lo he dicho antes de que suceda, para que cuando suceda, podáis creer” (Juan 14:29).

Así que comparto con vosotros mi experiencia; y recordadla porque va a sucederos a vosotros. Cuando os suceda, no diferiréis de cualquier otro ser en el mundo a quien aún no le haya sucedido. Pero va a sucederle a cada ser en el mundo, pero vosotros seréis uno con aquellos a los que ya ha sucedido. Y cuando suceda, – puede sucederos esta noche, – vestiréis el ropaje por un corto tiempo y luego en el proceso normal de tiempo os lo quitaréis. Entonces, en ese momento del desprendimiento de ese molde que Dios usó para moldearse Él mismo, seréis uno con los dioses. Vuestra herencia entera es heredar el reino de los cielos. Creedme.

No puedo describir a qué se parece ese ropaje. Puedo describir la sensación, pero eso no tiene sentido para nadie en el mundo. Pero el acto final, cuando asciende a los cielos, y tú asciendes y vives, – sólo puedo describirlo como el serafín. Un ser líquido dorado, dorado – y tú asciendes como una serpiente. Esto no tiene sentido, ¿no? Una serpiente humana, como está descrito en Isaías 6:2. La cara, las manos, los pies eran humanos, pero él no podía describir la gloria del cuerpo. Es simplemente una luz líquida dorada. Porque en la resurrección el hombre está por encima de la organización de sexo. Él usó este ropaje para moldearse y darse al hombre.

Blake lo suscitó en su maravilloso poema llamado “Las Puertas del Paraíso”.

Cuando el Hombre cansado entra en su Cueva,
se encuentra con su Salvador en la tumba;
algunos encuentran un Ropaje Femenino ahí,
y algunos uno Masculino, tejidos con cuidado;
Dejad que los dulces Ropajes Sexuales
se vuelvan un devorado Sudario.
¡Uno muere! ¡Ay! ¡El vivo y el Muerto!,
¡Uno es matado y Uno es huido!”

Si éste es matado, el molde, se ha acabado. No hay necesidad del molde ya, pues él tejió entre esta imagen dividida, masculina y femenina, el ropaje que es inmortal, que está por encima de la organización de sexo. Así él descarta entonces esta imagen dividida en lo que se refiere a ese individuo. Él está ahora vestido con su cuerpo eterno inmortal y no necesita de la imagen dividida en la que Dios mismo se moldeó y se dio a nosotros; ese ser es Jesse, que significa “YO SOY”. El mismo nombre que Jehová, que es “YO SOY”. El mismo nombre que Jesús, que es “YO SOY”.

Así que yo te cuento el fantástico misterio de la crucifixión. Es cierto. Comienza la obra de Dios. Si yo fuera a una obra esta noche o viera una película de tres horas ante mí en la pantalla, – yo podría, como mucha gente hace, tergiversar el papel del actor y hacer de él, como hace la gente aquí con un actor de cine o actor de teatro, – hacer de él un ídolo, pedirle su autógrafo. Hacer todo tipo de cosas que hacen de él un ídolo. Y entonces, hacer de él un ídolo, me esconde el mensaje de la obra. Aquí hay una obra condensada en unas cuantas horas que tardó seis mil años en desarrollarse. Y así la concepción errónea del hombre de Jesucristo ha hecho de Jesucristo a los ojos de todos los cristianos, un ídolo; y ese ídolo esconde de ese hombre que lo mantiene como un ídolo, el verdadero mensaje de Dios.

El propósito de Dios es darse a nosotros sin intermediario. No hay intermediario entre Dios y tú. Efectivamente él se ha engendrado a sí mismo en tí, porque Él es sin origen, el no engendrado. Cuando él se engendra en tí y se da a tí, completamente individualizado como tú, – y tú no tienes origen, y la razón por la que no tienes origen es el hijo, y ves al hijo de Dios como tu hijo. Entonces tú sabrás quién eres: el ser sin padre, sin madre.

Es extraño decir que yo, una pequeña cosa de unos cuantos años de edad, – que un fantástico misterio podría tener lugar ahí y aquí está este ropaje que comenzó hace 58 años; y sin embargo en este ropaje, y en el ropaje que indudablemente comenzó el que lo precedió, algo estaba siendo moldeado que no fue engendrado. Y cuando fue completamente tejido hasta su perfección, entonces yo vestí el ropaje que fue moldeado sobre mí, con todo el dolor por el que atravesé; que yo fui el ser que lo moldeó. Y el ser que lo moldeó no es engendrado. Así que el ropaje que yo visto, el ropaje inmortal, aunque engendrado, está siendo vestido ahora por el no engendrado, Dios padre. Medita sobre ello.

Si lo que te dije esta noche parece extraño, – si estás aquí por primera vez, o quizás si estás aquí por centésima vez, sigue pareciendo extraño, – pero es verdad. Todo lo que te dije es verdad, te he hablado de mis propias experiencias espirituales. Estamos todos en una fabulosa peregrinación hacia algún santuario invisible y Dios está despertando en nosotros. El mundo a nuestro alrededor continuará en su viaje; y cuando seamos señalados uno por uno ellos se reirán sólo de pensar que él que murió una muerte normal como cualquier otro hombre tuviese ese desenlace, – su desenlace final, y de paso esa experiencia, – ¿hablan sobre ello, se perpetúa? Ellos sonríen y continúan el viaje. Perfectamente bien. Pero yo te digo, tú también serás llamado de la peregrinación y la voz hablará desde el vasto cielo: “Dios camina con ellos”. Y alguien preguntará a la voz, y la voz responderá: “Sí” y se volverán hacia tí y serán igual de histéricos como fueron conmigo. Y la voz en las profundidades de tu propia alma te dirá: “Dios se acostó dentro de tí a dormir, y mientras dormía tuvo un sueño, él está soñando que es tú”.

Y entonces sentirás la maravillosa emoción de ser clavado sobre ese cuerpo. ¡Pero oh qué emoción! Esos arremolinados vórtices, sin dolor, sólo alegría, extática alegría. Y entonces estás en la cama solo y el viaje en el alma continúa, pero ellos siguen avanzando, pero tú no puedes descansar desde ese momento. Todo cambia. Ves a la gente como tú la veías y aún así son diferentes. Tú conoces su futuro, tú conoces lo que ellos están destinados a ser; que todo el mundo está destinado a tener la experiencia; y a recordar en ese extático momento en que él fue clavado en la cruz incontables edades antes a través del amor de Dios.

A menos que yo muera tú no puedes vivir;
Pero si yo muero me levantaré de nuevo y tú conmigo.
Y si Dios no muere por el Hombre y no se da a sí mismo
Eternamente por el Hombre, el Hombre no existiría.”

Y este es el maravilloso misterio de la vida a través de la muerte. Ahora aquí está nuestra historia para tí esta noche.



Traducido por Javier Encina
La
conferencia original en inglés es THE CRUCIFIXION (Neville 4-9-1963)




1 comentario:

  1. Que maravilloso, gracias Manu por compartir la Experiencia y Sabiduría de Neville que en cada momento nos invita a hacernos conscientes de lo que somos, un abrazo.

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