~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


miércoles, 7 de septiembre de 2011

UN MOVIMIENTO MENTAL (Neville - 24 de noviembre de 1969)

Neville (24 de noviembre de 1969)


UN MOVIMIENTO MENTAL



En el capítulo 33 del Libro de Job se nos dijo que Dios habla al hombre de dos maneras, pero el hombre no las percibe. Se decía: “En un sueño, en una visión de la noche cuando el sueño profundo cae sobre los hombres mientras duermen en sus camas, él abre los oídos de los hombres y señala sus instrucciones.” Dile eso a un psiquiatra y, como él separa al soñador de Dios, él te dirá que todos los sueños vienen del soñador individual y no de Dios. Pero yo te digo: el nombre eterno de Dios es YO SOY, y si yo pregunto quién está soñando el sueño ¿no diría el individuo, “yo soy”? ¿Y no se nos dijo que ese es el nombre de Dios para siempre jamás?

Tú no puedes separar al soñador de Dios, y todos los sueños proceden de Él. Algunos son simples y no necesitan interpretación, mientras otros son revelados en un lenguaje simbólico y necesitan un intérprete, como se nos decía en la historia de José. Su verdadera identidad es revelada cuando él miró a la cara a aquellos que habían tenido un sueño y vió que estaban perturbados, pues él dijo: “¿Las interpretaciones no pertenecen a Dios? Cuéntame tu sueño.” Entonces él interpretó los sueños del mayordomo, del panadero e incluso del mismo Faraón, y todos llegaron a pasar tal como él había dicho que lo harían. Ahora bien, si sólo Dios puede interpretar un sueño, ¿por qué habla José? Porque él es una personificación de Dios. Su nombre fue cambiado de José (que significa “salvación”) a Josué, que significa “Jehovah es salvación”.

Ahora, en 1954, yo desperté de un sueño oyendo estas palabras: “Tú no te mueves despierto más de lo que te mueves en tu cama en el sueño. Es todo un movimiento mental. La intensidad es determinada por la fuerza del vórtice que tú creas, que es igual que un torbellino con un centro de perfecta quietud. Tú sólo crees que te estás moviendo cuando estás despierto, como piensas que te mueves en el sueño.” Bueno, yo soy un ser racional y la razón no aceptaría esa declaración, pero yo lo escribí y lo puse en mi Biblia para esperar una posterior revelación.

Los psiquiatras dirían que este mensaje viene de mí mismo. No negaré eso, pero yo sé que vino de una profundidad de mi propio ser que mi mente racional no alcanza. Hoy nuestros tres astronautas volvieron de un viaje de medio millón de millas. Tú y yo vinimos aquí esta noche en nuestros coches, y durante toda mi vida yo he viajado por todo el mundo en barcos y aviones. Y como Blake, en mis sueños “Yo he viajado a través de una tierra de hombres, una tierra de hombres y mujeres, también. Y oí y vi cosas tan terribles que los viajeros de la fría tierra nunca conocieron.” Todos nosotros hemos viajado, sin embargo yo sé lo que oí y escribí. Sé que he viajado en mis sueños, y sin embargo sé que nunca he dejado físicamente mi habitación, pues cuando desperté por la mañana estaba aún en la cama en que me quedé dormido. De modo que yo te pregunto: ¿es este estado despierto nada más que un sueño? ¿Hay un soñador en las profundidades de mi ser que mira este mundo como un sueño, igual que yo que – habiendo ido a un poco más abajo del sueño de noche – despierto para descubrir que no he dejado mi cama al amanecer?

Pablo nos dice que “Hemos nacido de nuevo a través de la resurrección de Jesucristo de los muertos.” Recuerdo esa noche, pues me sentí despertar de un profundo, profundo sueño, sintiendo una vibración que, aunque centrada en mi cabeza, parecía venir de fuera. Entonces desperté dentro del sepulcro – el cráneo – en el que yo estaba enterrado, para salir a descubrir todo el simbolismo del misterio cristiano rodeándome. Vi al niño envuelto en pañales y a los tres testigos del suceso. Aunque sin ser visto, como era espíritu, los testigos hablaron de mí como el padre del niño – la señal de que mi salvador había nacido, cumpliendo las Escrituras: “Esta será una señal para tí, encontrarás a un niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.”

Esa noche yo desperté de un nivel mucho más profundo de mi ser para descubrir el simbolismo de mi despertar del sueño de la vida, igual que día tras día despierto del sueño de la noche. Así que, ¿podría ser que la revelación que yo oí en 1954 es literalmente cierta? La razón lo cuestiona, la razón lo duda y la razón lo rechaza. De modo que si la visión es cierta entonces la razón está rechazando a Jesucristo, pues Jesucristo se define a sí mismo como la verdad, diciendo: “Yo soy la verdad...” Si la revelación es cierta, y la razón la rechaza, ¿no es la razón Satán, el dubitativo?

Esta afirmación no puede ser lógicamente probada. Su verdad debe ser experimentada. Yo la había olvidado completamente hasta que descubrí mi nota hoy mientras miraba en mi Intérprete de la Biblia(1), y ahí estaba – la nota que escribí el día 28 de noviembre de 1954: “Tú no te mueves despierto más de lo que te mueves en tu cama en el sueño. Es todo un movimiento mental. La intensidad está determinada por la fuerza del vórtice que tú creas, que es igual que un torbellino con un centro de perfecta quietud. Sólo crees que te estás moviendo cuando estás despierto, como piensas que te mueves en el sueño.”

La Escrituras hablan de dos edades: la edad de la oscuridad y la decadencia, y la edad de la luz y la vida eterna. Esta edad es la de movimiento y violencia, turbulencia y tormentas, ya que el soñador en los hombres está profundamente dormido y no sabe que él es Dios. En el Salmo 44, sin embargo, él es urgido: “Despiértate, ¿por qué duermes, oh Señor? ¡Despierta! No nos alejes para siempre.” Mientras ocupa su sueño Dios tiene la sensación de viaje, movimiento y violencia; pero cuando despierta él se descubrirá en el sepulcro, el cráneo del Hombre, donde él deliberadamente se acostó para dormir y fue enterrado. Dios se crucificó sobre la cruz del hombre y está soñando este sueño de vida de modo que el hombre pueda convertirse en Dios.

Ahora quiero clarificar varios puntos. En el Libro de Juan se hace esta afirmación: “Su voz tú nunca has oído, su forma tú nunca has visto, ni su palabra permanece en vosotros porque no creéis a quien él ha enviado.” Muchos de vosotros han aceptado completamente el hecho de que yo he sido enviado. Me creéis cuando os digo que yo estuve en la presencia del Señor Resucitado, quien me abrazó y con el que me hice uno. Habiendo sido incorporado al cuerpo de Amor, Dios Todopoderoso me envió a contar mi experiencia. Habiendo aceptado mis palabras, muchos de vosotros han tenido una experiencia sexual conmigo, en visión, y han interpretado que esto es una experiencia física en este nivel; pero no lo es, ya que este es un mundo de sombras. Vuestra aceptación produjo esta unión, sin embargo yo – el narrador – estoy totalmente inconsciente de ello. La verdadera historia de Cristo que yo os he traído ha sido hecha viva ahora en vosotros. Erupcionará con el tiempo y vuestra experiencia de las Escrituras será idéntica a la mía.

Los varones que han aceptado completamente mis palabras no experimentarán un acto sexual, sino un abrazo. Vistiendo el cuerpo del Señor Resucitado, que es Infinito Amor y con quien yo soy ahora uno, verás mi cara. Se te pedirá nombrar la cosa más grande en el mundo y, como divinamente inspirado, citarás las palabras de Pablo diciendo: “Fe, esperanza y amor; esas tres, pero la mayor de ellas es el amor.” Yo te abrazaré y tú te fundirás con el cuerpo único del Señor Resucitado, y el que está unido con el Señor se hace un Espíritu con él.

Todos estos son símbolos diciéndoos que, habiendo creído a quien él envió, oirás su voz y verás su forma como su palabra está ahora habitando en tí. Es una completa ruptura con el pasado, como se nos dijo en las primeras palabras que el Señor Resucitado pronunció en el Libro de Marcos: “Arrepiéntete y cree en el evangelio.” El evangelio es la buena nueva de que el hombre no está perdido; esas escrituras no son historia secular, sino historia divina, que fue prevista y planeada antes de que saliéramos del Padre y viniéramos al mundo para entrar en nuestra propia creación y actuar todos los papeles.

Es Dios quien se despierta en tí. Un hombre, que contiene a todos, caído en la diversidad como nos decía el Salmo 82: “Yo dije, 'Vosotros sois dioses, hijos del Altísimo, todos vosotros; sin embargo, moriréis como hombres, y caeréis como uno de los príncipes'.” (He citado la Biblia de las Américas en la configuración marginal que es la verdadera traducción del hebreo.) Se necesita a todos los hijos que cayeron para formar a Dios Padre; así que somos reunidos uno por uno en ese mismo cuerpo que cayó en la humanidad. Y de la humanidad, Dios se extrae él mismo individualmente, por eso somos todos tan únicos. Nadie puede ser duplicado o perdido, porque Dios está enterrado en todos y Dios se está redimiendo a sí mismo.

Hoy observé el excitante aterrizaje de los astronautas que han viajado a la luna y han vuelto. Luego he releído lo que había escrito en 1954: “Tú no te mueves despierto más de lo que te mueves en tu cama en el sueño.” Ahora bien, la razón podría no aceptar esa afirmación. Yo vi a los astronautas volver. Tenemos un registro de su viaje de medio millón de millas, ¿sin embargo ellos no se movieron? Bueno, debo confesar que yo he viajado en mis sueños, como seguro que tú lo has hecho; sin embargo siempre despertamos en nuestra cama por la mañana; ¿no lo hacemos? ¿Podría haber un soñador mucho más profundo que el que está soñando este aparente estado despierto? Y cuando él despierta del sueño de la vida, ¿no lo consideraría como tú consideras el sueño de la noche?

Yo sé que cuando desperté desde dentro me di cuenta de que había estado ahí innumerables siglos, soñando violencia, amor, odio, concupiscencia y dolor – soñando que todo es real, igual que hice en cualquier sueño. Desperté para descubrir que había estado en ese cráneo durante siglos, soñando que yo era un hombre andando por la tierra, muriendo, siendo restituido a la vida para morir de nuevo. Esto lo continué haciendo hasta ese momento en el tiempo en que desperté en el Gólgota, el sepulcro donde yo estaba enterrado en el comienzo del tiempo. Ese es mi Calvario.

Yo parezco moverme aquí. Levantarme y afeitarme por la mañana, bañarme, comer, hacer un esfuerzo para ganar un dólar para pagar el alquiler, y hacer toda clase de cosas; sin embargo es todo un sueño, un sueño con un propósito. Dios se limitó él mismo al límite de contracción y opacidad llamado hombre y comenzó a soñar este mundo en existencia. Ahora creyendo él mismo ser tú, tú puedes soñar sueños nobles o innobles. Yo te insto a soñar sueños nobles, porque cuando tú sabes que tú eres el soñador puedes hacer que todos tus sueños se hagan realidad.

Un sueño es un estado muy fluído. Sabiendo lo que quieres soñar, trae a tu círculo interno de amigos ante tu ojo mental y permíteles verte como tú quieres ser visto. Cuando estés autopersuadido de que esto es ya un hecho, relájate en el periodo de gestación de la visión. Hay un intervalo de tiempo entre la fecundación y el nacimiento. Habiendo visto las expresiones de sus caras y oído el sonido de sus voces, rompe el hechizo y espera que esa fecundación tenga lugar en el mundo de los sueños, mientras tú vives en el mundo del César esperando su llegada.

Os he contado que la historia de Jesucristo se ha desplegado dentro de mí. Lo que comparto con vosotros esta noche no está recogido en las Escrituras, pero en el mismo último versículo del capítulo 21 de Juan él hace esta afirmación: “Muchas otras cosas hizo Jesús que no están recogidas aquí. Si cada una de ellas hubiera sido escrita el mundo mismo no podría contener los libros.” No había necesidad de recoger las palabras que me fueron reveladas, de modo que esto encaja con el último versículo del epílogo de Juan, pues Juan termina en el versículo 20 y el 21 es el epílogo. Todas esas cosas sucedieron y muchas más, pero sólo esas fueron recogidas para que podáis creer.

Gracias por compartir tus visiones conmigo, ya que me están mostrando que has aceptado completamente la historia como yo la he contado. Yo he compartido contigo la verdadera historia de Jesucristo. Con el paso de los siglos se han reunido percebes alrededor del barco. Los hombres, en interés de sus propias doctrinas, han añadido a las Escrituras. A pesar de la advertencia de no añadir o quitar de las palabras de las profecías de la Biblia, los hombres las han añadido para apoyar sus propias tradiciones y convenciones. Cuando el texto original fue escrito, el que tenía la visión simplemente lo recogía. Él no la entendía, pero la escribía, como yo hice, sabiendo que una revelación mayor vendría.

Yo no podía entender lo que oí en 1954, pero en 1959 yo sabía su verdad, pues me desperté de un profundo sueño para descubrir que no estaba en mi cama, sino en mi cráneo y completamente solo. Yo salí de mi cráneo para descubrir al niño envuelto en pañales y los testigos del suceso. Viendo al niño, ellos atestiguaron la señal de mi nacimiento espiritual, pero no podían verme como habiendo nacido del espíritu. Yo soy espíritu, mientras ellos, no habiendo nacido aún del espíritu, son carne. Yo no di a luz a un niño pequeño; el niño no es sino una señal de que Dios ha nacido. Habiéndose engendrado a sí mismo, él da a luz eso que él enterró en la humanidad, pues Dios se ha redimido a sí mismo, ya que sólo existe Dios en el universo.

La Biblia no tiene nada que ver con ninguna moral como los púlpitos enseñan. No intenta cambiar el mundo, ya que es una escuela. No conviertas una escuela en una casa. Esta es una escuela de educación de la oscuridad, donde viajamos hacia la luz. Las Escrituras no intentan cambiar las cosas, sino que instan a todos a “Dar al César lo que es del César.”

Tratar de hacer de este mundo un buen y dulce lugarcito en el cual todos sean felices y tengan suficiente para comer y beber está bien, pero eso no tiene nada que ver con el misterio de Cristo. Si ahí no hubiera lucha, no habría que hacer ningún esfuerzo para despertar del sueño de la vida. Por el contrario, el soñador caería más profundamente en el sueño. Así que, déjales seguir marchando diciéndole al mundo cómo llegar a ser bueno y amable. Es todo una tontería, pues en tanto el hombre vista el ropaje del animal él tiene que expresarlo. Tomando de sí mismo el corazón y la mente de Amor, Dios tomó sobre sí mismo el cuerpo, el corazón y la mente del animal, como se nos dijo en el capítulo 4 de Daniel. Este es un mundo animal, pero mientras está en este mundo de violencia Jesucristo despierta para descubrir que era sólo un sueño. Si Jesucristo no estuviera en tí, tú no podrías respirar, pues tu mismo aliento es su vida.

Vendrá el día en que despiertes para saber que esto es cierto; pues David, la suma total de todas las experiencias que tú has tenido en tu sueño de ser hombre, se presentará ante tí y te llamará “Padre”. Entonces tú cumplirás el Salmo 89 sabiendo que: “He hallado a David. Él me ha clamado, 'Tú eres mi Padre, mi Dios y la roca de mi salvación'.” Habiendo interpretado todos los papeles del Hombre, la humanidad, fundida en una sola juventud, revela su divinidad.

Como el Padre, tú sabrás que tu hijo siempre ha hecho tu voluntad; pues tú has hallado en David, el hijo de Jesé (YO SOY) al que ha hecho toda tu voluntad. Tú, el Padre, lo soñó y tú, el hijo, actuó todos los papeles. Y cuando la obra se acabe tú despiertas para salir del Gólgota para nacer de lo alto. Pedro nos dice: “Hemos nacido de nuevo a través de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.” Mientras el mundo lo adora como alguien venido de fuera, tú lo encontrarás surgiendo de dentro – no como otro, sino como tu mismo Yo, el soñador de la vida.

El gran poeta Shelley lo vio tan claramente cuando dijo: “Él ha despertado del sueño de la vida. Somos nosotros quienes, perdidos en tormentosas visiones, mantenemos con fantasmas una inútil lucha.” Eso es lo que el mundo está haciendo, luchando con fantasmas autocreados. El mundo eres tú mismo empujado fuera y tú estás en conflicto contigo mismo hasta el día en que un viento sobrenatural te posea y despiertes en tu cráneo con el acuciante deseo de salir. Con tu conocimiento innato, tú empujarás la base de tu cráneo y algo se moverá. Entonces saldrás igual que un niño sale del vientre de una mujer; pero esta vez tú estás naciendo no desde abajo, sino de lo alto – desde el cráneo del Yo. La palabra “exterior”(2) es traducida como “desde lo alto.” Cuando Pilato dijo: “¿No sabes que yo tengo el poder para crucificarte o el poder para liberarte?”, el Señor Resucitado respondió: “Tú no tienes poder sobre mí a menos que te fuera dado de lo alto.” Aquí está la misma palabra “exterior”. El poder para matar o hacer vivir viene del interior.

Todo tiene lugar desde el interior. Habiendo caído en un profundo sueño, tú eres el Señor Jesucristo, soñando el sueño de la vida. Y como hay sólo un Ser, cada uno despertará como Jesús, pues todo lo demás se desvanecerá y quedará Jesús sólo. Y nadie puede decir que Jesús es Señor excepto por el Viento Santo. Cuando ese viento te posee, despiertas dentro de tí mismo. Sólo entonces sabrás que eres el Señor Jesucristo.

Ahora entremos en el silencio.


(1) El “Interpreter's Bible” es una serie de crítica bíblica publicada por United Methodist Publishing, que comenzó en los 50. (N.T.)

(2) Aquí Neville utiliza un juego de palabras. La palabra “anothin”, seguramente inglés arcáico, como opuesta a “within”: interior, se ha traducido como exterior. (N.T.)



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es
A MOVEMENT OF MIND (Neville 11-24-1969)




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