~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


lunes, 30 de mayo de 2011

5 LECCIONES CON PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Neville Goddard (1948)






Traducido por Javier Encina

AVISO: Queda terminantemente prohibido modificar en modo alguno las traducciones.
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Neville Goddard (1948)


PREGUNTAS Y RESPUESTAS



Pregunta 1: ¿Cuál es el significado de las insignias en las cubiertas de tus libros

Respuesta: Es un ojo impuesto sobre un corazón que, a su vez está impuesto sobre un árbol cargado de frutos, lo que significa que de lo que tú eres consciente y aceptas como verdad tú lo vas a realizar. Como un hombre piensa en su corazón, así es él.


Pregunta 2: Me gustaría estar casada, pero no he encontrado al hombre adecuado. ¿Cómo imagino un marido?

Respuesta: Siempre enamorada de los ideales, ese es el estado ideal que captura la mente. No limites el estado de matrimonio a un cierto hombre, sino a una vida plena, rica y desbordante. Tú deseas experimentar la alegría del matrimonio. No modifiques tu sueño, sino reálzalo haciéndolo más hermoso. Luego condensa tu deseo en una sola sensación o acto que implique su cumplimiento.

En este mundo occidental una mujer lleva un anillo de bodas en el dedo anular de su mano izquierda. La maternidad no necesariamente implica matrimonio; la intimidad no necesariamente implica matrimonio, pero sí un anillo de bodas.

Relájate en un sillón cómodo, o acuéstate sobre tu espalda, e induce un estado próximo al sueño. Entonces asume la sensación de estar casada. Imagina un anillo de bodas en tu dedo. Tócalo. Dale vueltas alrededor del dedo. Sácalo sobre el nudillo. Mantén la acción hasta que el anillo tenga la nitidez y sensación de realidad. Llega a estar tan perdida sintiendo el anillo en el dedo que cuando abras los ojos, te sorprenderás de que no esté allí.

Si eres un hombre que no lleva anillo, podrías asumir una mayor responsabilidad. ¿Cómo te sentirías si tuvieras una esposa que cuidar? Asume la sensación de ser un hombre felizmente casado ahora mismo.


Pregunta 3: ¿Qué debo hacer para inspirar pensamientos creativos como los que se necesitan para escribir?

Respuesta: ¿Qué debes hacer? Asume que la historia ya ha sido escrita y aceptada por una gran editorial. Reduce la idea de ser un escritor a la sensación de satisfacción.

Repite la frase, “¿¡No es maravilloso!?” o “Gracias, gracias, gracias”, una y otra vez hasta que te sientas realizado. O imagina a un amigo felicitándote. Hay innumerables maneras de implicar éxito, pero siempre ve hasta el final. Tu aceptación del final induce su cumplimiento. No pienses en conseguir el estado de ánimo para escribir, sino vive y actúa como si fueras ahora el autor que deseas ser. Asume que tienes el talento para escribir. Piensa en el modelo que quieres mostrar al exterior. Si tú escribes un libro y nadie está dispuesto a comprarlo, no hay satisfacción. Actúa como si la gente estuviera hambrienta de tu trabajo. Vive como si no pudieras producir historias o libros lo suficientemente rápido como para satisfacer la demanda. Persiste en esa asunción y todo lo necesario para alcanzar tu meta rápidamente florecerá y tú lo expresarás.


Pregunta 4: ¿Cómo imagino una audiencia más amplia para mis charlas?

Respuesta: Te puedo responder mejor al compartir la técnica utilizada por un profesor muy capaz que conozco. Cuando este hombre llegó por primera vez a este país empezó a hablar en una sala pequeña en la ciudad de Nueva York. Aunque sólo asistían cincuenta o sesenta personas a su reunión del domingo por la mañana y se sentaban en frente, este profesor se situaba en el podio e imaginaba una vasta audiencia. Entonces decía al espacio vacío, “¿Pueden oírme ahí atrás?”

Hoy en día este hombre está hablando en el Carnegie Hall de Nueva York para aproximadamente 2500 personas cada domingo por la mañana y miércoles por la tarde. Él quería hablar a multitudes. No era modesto. No trató de engañarse a sí mismo, sino construyó una multitud en su propia conciencia, y las multitudes vinieron.

Sitúate ante una gran audiencia. Dirígete a esa audiencia en tu imaginación. Siente que estás en ese escenario y tu sensación proporcionará los medios.


Pregunta 5: ¿Es posible imaginar varias cosas al mismo tiempo, o debo limitar mi imaginar a un deseo?

Respuesta: Personalmente me gusta limitar mi acto imaginario a un solo pensamiento, pero eso no significa que me detendré ahí. Durante el transcurso de un día puedo imaginar muchas cosas, pero en lugar de imaginar un montón de pequeñas cosas, me permito sugerir que imagines algo tan grande que incluya todas las cosas pequeñas. En lugar de imaginar riqueza, salud y amigos, imagina estar extasiado. No podrías estar extasiado y tener dolor. No podrías estar extasiado y ser amenazado por un aviso de desahucio. No podrías estar extasiado si no estuvieras disfrutando en plena medida de amistad y amor.

¿Cuál sería la sensación si estuvieras extasiado, sin saber lo que había pasado para producir tu éxtasis? Reduce la idea del éxtasis a la sensación única, “¿¡No es maravilloso!?”

No permitas que la mente razonadora consciente pregunte por qué, porque si lo hace comenzará a buscar causas visibles, y entonces la sensación se perderá. Por el contrario, repite una y otra vez, “¿¡No es maravilloso!?” Suspende el juicio en cuanto a qué es maravilloso. Captura la sensación única de la maravilla de todo ello y las cosas sucederán para dar testimonio de la verdad de esta sensación. Y te lo prometo, incluirá todas las cosas pequeñas.


Pregunta 6: ¿Con qué frecuencia debo realizar el acto imaginario, unos días o varias semanas?

Respuesta: En el libro del Génesis se cuenta la historia de Jacob luchando con un ángel. Esta historia nos da la clave de lo que estamos buscando: que cuando se alcanza la satisfacción, la impotencia le sigue.

Cuando la sensación de realidad es tuya, por el momento al menos, eres mentalmente impotente. El deseo para repetir el acto de la oración se pierde, habiendo sido reemplazado por la sensación de logro. Tú no puedes persistir en querer lo que ya tienes. Si asumes que eres lo que deseas ser hasta el punto del éxtasis, ya no lo quieres. Tu acto imaginario es tanto un acto creativo como físico en donde un hombre se detiene, se encoge y es bendecido, pues cuando el hombre crea su propia semejanza, también lo hace su acto imaginario transformándose en la semejanza de su asunción. Sin embargo, si no alcanzas el punto de satisfacción, repite la acción una y otra vez hasta que sientas como si la tocaras y virtud saliera de ti.


Pregunta 7: Me han enseñado a no pedir cosas terrenales, sólo para el crecimiento espiritual, sin embargo dinero y cosas son lo que necesito.

Respuesta: Debes ser honesto contigo mismo. A lo largo de las escrituras se hace la pregunta, “¿Qué quieres de mí?” Algunos querían ver, otros comer y otros más querían ser enderezados, o “Que mi hijo viva.”

Tu ser dimensionalmente más grande te habla a través del lenguaje del deseo. No te engañes a ti mismo. Sabiendo lo que quieres, afirma que ya lo tienes, pues es la buena voluntad de tu Padre dártelo y recuerda, lo que deseas ya lo tienes.


Pregunta 8: ¿Cuando tienes asumido tu deseo, tienes en cuenta la constante presencia de ese Ser más grande protegiéndote y dándote tu asunción?

Respuesta: La aceptación del final induce los medios. Asume la sensación de tu deseo cumplido y el tú dimensionalmente más grande determinará los medios. Cuando te apropias un estado como si lo tuvieras, la actividad del día será desviar de tu mente todos los pensamientos ansiosos de modo que no busques señales. No tienes que llevar la sensación de que alguna presencia lo va a hacer por tí, sino que sabes que ya está hecho. Sabiendo que ya está hecho, anda como si lo fuera, y las cosas sucederán para que así sea. No tienes que preocuparte por una presencia haciendo algo por ti. El tú profundo dimensionalmente más grande ya lo ha hecho. Todo lo que haces es ir al lugar donde lo encuentras.

Recuerda la historia del hombre que dejó al maestro y de camino a su casa se encontró con su criado que le dijo: “Tu hijo vive.” Y cuando preguntó a qué hora fue hecho eso el criado respondió: “A la hora séptima.” A la misma hora en que él asumió su deseo, fue hecho para él, pues era a la hora séptima que el maestro dijo: “Tu hijo vive.” Tu deseo ya está concedido. Camina como si lo estuviera y, aunque el tiempo late lentamente en esta dimensión de tu ser, no obstante te traerá la confirmación de tu asunción. Os pido no ser impacientes, sin embargo. Si hay una cosa de la que realmente tenéis necesidad es la paciencia.


Pregunta 9: ¿No hay una ley que dice que no puedes obtener algo por nada? ¿No debemos ganarnos lo que deseamos?

Respuesta: ¡La creación está terminada! Es la buena voluntad de tu Padre darte el reino. La parábola del hijo pródigo es tu respuesta. A pesar del desperdicio del hombre, cuando recupera el sentido y recuerda quién es él, come del ternero cebado de la abundancia y viste la túnica y el anillo de autoridad. No hay nada que ganar. La creación fue terminada en la fundación del tiempo. Tú, como hombre, eres Dios hecho visible con el propósito de mostrar lo que es, no lo que ha de ser. No creas que debes trabajar en tu salvación con el sudor de tu frente. No faltan cuatro meses hasta la cosecha, los campos ya están blancos, simplemente empuja la hoz.


Pregunta 10: ¿La idea de que la creación está acabada no le priva a uno de su iniciativa?

Respuesta: Si observas un evento antes de que ocurra, entonces el evento que se produzca debe estar predeterminado desde el punto de vista de estar despierto en este mundo tridimensional. Sin embargo, tú no tienes que encontrar lo que observas. Puedes, cambiando tu concepto de tí mismo, interferir con tu futuro y moldearlo en armonía con tu concepto cambiado de tí mismo.


Pregunta 11: ¿Esta capacidad de cambiar el futuro no niega que la creación esté terminada?

Respuesta: No. Tú, al cambiar tu concepto de tí mismo, cambias tu relación con las cosas. Si reordenas las palabras de una obra para escribir una diferente, no has creado nuevas palabras, sino que simplemente tuviste la alegría de reordenarlas. Tu concepto de tí mismo determina el orden de los eventos que te encuentres. Ellos están en la fundación del mundo, pero no su orden de colocación.


Pregunta 12: ¿Por qué alguien que trabaja duro en la metafísica siempre parece tener necesidades?

Respuesta: Porque en realidad no ha aplicado la metafísica. No estoy hablando de un enfoque ni fu ni fa de la vida, sino de una aplicación diaria de la ley de la conciencia. Cuando te apropias un bien no hay necesidad de que un hombre o estado actúe como un medio a través del cual el bien vendrá.

Viviendo en un mundo de hombres, el dinero es necesario en mi vida cotidiana. Si te invito a almorzar mañana, tengo que recoger el cheque. Al salir del hotel, tengo que pagar la cuenta. Para tomar el tren de regreso a Nueva York mi pasaje de tren debe ser pagado. Necesito dinero y tiene que estar ahí. Yo no voy a decir, “Dios sabe más, y él sabe que necesito dinero.”

Por el contrario, ¡me apropiaré el dinero como si lo tuviera!

¡Debemos vivir con valentía! Tenemos que ir por la vida como si poseyéramos lo que queremos poseer. No pienses que porque ayudaste a otra persona, alguien fuera de tí vio tus buenas obras y te dará algo para aliviar tu carga. No hay nadie que lo haga por tí. Tú, tú mismo debes ir valientemente a apropiarte lo que tu Padre ya te ha dado.


Pregunta 13: ¿Puede una persona sin educación educarse a sí misma al asumir la sensación de ser educado?

Respuesta: Sí. A un interés despierto se le otorga información por todos lados. Debes sinceramente desear estar bien educado. El deseo de ser culto, seguido por la asunción de que lo eres, te hace selectivo en tu lectura. A medida que avances en tu educación, automáticamente te vuelves más selectivo, más exigentes en todo lo que haces.


Pregunta 14: Mi esposo y yo estamos viniendo a clase juntos. ¿Debemos hablar de nuestros deseos con los demás?

Respuesta: Hay dos dichos espirituales que impregnan la Biblia. Uno de ellos es, “Ve y no lo digas a nadie”, y el otro es “Os lo he dicho antes de que pase, así que cuando venga a pasar lo podáis creer.” Se necesita valentía espiritual para decirle a otro que tu deseo está cumplido antes de que sea visto en el exterior. Si no tienes esa clase de audacia, entonces es mejor guardar silencio.

Yo personalmente disfruto contándole mis planes a mi esposa, ya que ambos obtenemos una gran emoción cuando vienen a la existencia. La primera persona a quien un hombre quiere demostrar esta ley es a su esposa. Se ha dicho que Mahoma es eternamente grande porque su primera discípula fue su esposa.


Pregunta 15: ¿Mi esposo y yo deberíamos trabajar en el mismo proyecto o en proyectos separados?

Respuesta: Eso depende totalmente de vosotros. Mi esposa y yo tenemos intereses diferentes, sin embargo tenemos mucho en común. ¿Recuerdan la historia que conté de nuestro regreso a los Estados Unidos esta primavera? Sentí que era mi deber como marido conseguir pasaje de regreso a América, por lo que me apropié de eso para mí mismo. Siento que hay ciertas cosas que están en el lado de mi esposa del contrato, tales como mantener una casa limpia, bonita y encontrar la escuela apropiada para nuestra hija, así que ella cuida de ellas.

Muy a menudo mi esposa me pide que imagine para ella, como si ella tuviera más fe en mi capacidad para hacerlo que en la suya propia. Eso me halaga, porque todo hombre digno de este nombre quiere sentir que su familia tiene fe en él. Pero no veo nada de malo en la comunión entre dos que se aman.


Pregunta 16: Yo podría pensar que si entro demasiado en el estado de sueño tendría una falta de sensación.

Respuesta: Cuando hablo de la sensación no me refiero a la emoción, sino a la aceptación del hecho de que el deseo se cumple. Sintiéndose agradecido, satisfecho o agraciado es fácil decir, “Gracias”, “¿¡No es maravilloso!?” o “Está terminado”. Cuando entras en estado de agradecimiento, puedes despertar sabiendo que está hecho, o caer dormido en la sensación del deseo cumplido.


Pregunta 17: ¿Es el amor un producto de tu propia conciencia?

Respuesta: Todas las cosas existen en tu conciencia, sean amor u odio. Nada viene de fuera. Las colinas en las que buscas ayuda son las de orden interior. Tus sentimientos de amor, odio o indiferencia surgen todos de tu propia conciencia. Tú eres infinitamente más grande de lo que jamás podrías concebir ser. Nunca, en la eternidad llegarás a alcanzar el tú último. Así eres de maravilloso. El amor no es un producto tuyo, tú eres amor, pues eso es lo que es Dios y el nombre de Dios es YO SOY, el mismo nombre con que te llamas a tí mismo antes de hacer la afirmación en cuanto al estado en que estás ahora.


Pregunta 18: Supongamos que mis deseos no pueden materializarse por seis meses a un año, espero para imaginarlos?

Respuesta: Cuando el deseo está en tí, ese es el momento de aceptar tu deseo en su plenitud. Tal vez hay razones por las que la urgencia te es dada en este momento. Tu ser tridimensional puede pensar que no puede ser ahora, pero tu mente cuatridimensional sabe que ya lo es, así que el deseo debe ser aceptado por tí como un hecho físico ahora.

Supón que tú quieres construir una casa. La urgencia de tenerla es ahora, pero va a tomar tiempo para que los árboles crezcan y el carpintero construya la casa. Aunque la urgencia parezca grande, no esperes para adaptarte a ella. Reclama la posesión ahora y déjala objetivarse en su propia extraña manera. No digas que tomará seis meses o un año. En el momento en el que el deseo viene a tí, ¡asúmelo ya como un hecho! Tú y sólo tú has dado a tu deseo un intervalo de tiempo y el tiempo es relativo en lo que respecta a este mundo. No esperes para que nada pase, acéptalo ahora como si fuera y ve qué pasa.

Cuando tienes un deseo, el tú más profundo, que los hombres llaman Dios, está hablando. Él te urge, a través del lenguaje del deseo, a aceptar lo que es, ¡no lo que ha de ser! El deseo es simplemente su comunión contigo, diciéndote que tu deseo es tuyo, ¡ahora! Tu aceptación de este hecho es demostrada por tu total adaptación a él como si fuera cierto.


Pregunta 19: ¿Por qué algunos de nosotros morimos jóvenes?

Respuesta: Nuestras vidas no son, en retrospectiva, medidas por años sino por el contenido de esos años.


Pregunta 20: ¿Qué sería para ti una vida plena?

Respuesta: Una variedad de experiencias. Cuanto más variadas sean, más rica es tu vida. A la muerte tú funcionas en un mundo dimensionalmente más grande, y tocas tu partitura en un teclado hecho de una vida de experiencias humanas. Por lo tanto, mientras más variadas tus experiencias, más fino es tu instrumento y más rica es tu vida.


Pregunta 21: ¿Qué pasa con un niño que muere al nacer?

Respuesta: El niño que ha nacido, vive para siempre, ya que nada muere. Puede parecer que el niño que muere al nacer no tiene el teclado de la experiencia humana, pero, como dijo una vez un poeta: “Él dibujó un círculo y me dejó afuera, fue herético, indignante, una desconsideración. ¡Pero el Amor y yo fuimos más inteligentes! Dibujamos un círculo que le incluyó a él!”(1)

El enamorado tiene acceso a las experiencias sensoriales del amante. Dios es amor; por lo que, en última instancia, cada uno tiene un instrumento, cuyo teclado es las impresiones sensoriales de todos los hombres.


Pregunta 22: ¿Cuál es tu técnica de oración?

Respuesta: Se inicia con el deseo, porque el deseo es la fuente principal de la acción. Debes conocer y definir tu objetivo, entonces condénsalo en una sensación que implique el cumplimiento. Cuando tu deseo esté claramente definido, inmoviliza tu cuerpo físico y experimenta, en tu imaginación, la acción que implica su cumplimiento. Repite este acto una y otra vez hasta que tenga la vividez y la sensación de la realidad.

O bien, condensa tu deseo en una sola frase que implique el cumplimiento, tal como: “Gracias Padre”, “¿No es maravilloso?”, o “Se ha terminado”. Repite esa frase o acción condensada en tu imaginación una y otra vez. Entonces, o despiertas de ese estado o te deslizas en lo profundo. No importa, pues el acto está hecho cuando tú lo aceptas completamente como terminado en ese estado soñoliento, adormecido.


Pregunta 23: Dos personas quieren el mismo puesto. Una lo tiene. La otra lo tenía y ahora lo quiere recuperar.

Respuesta: Tu Padre (el tú dimensionalmente más grande) tiene caminos y medios que tú no conoces. Acepta su sabiduría. Siente que tu deseo está cumplido, entonces permite a tu Padre dártelo a tí. La presente puede ser promovida a un puesto más alto, o casarse con un hombre de gran riqueza y renunciar a su trabajo. A ella le puede venir una gran cantidad de dinero, o optar por trasladarse a otro estado.

Muchas personas dicen que quieren trabajar, pero yo cuestiono eso seriamente. Quieren seguridad y condicionan la seguridad a un trabajo. Pero yo realmente no creo que la chica media verdaderamente quiera levantarse por la mañana e ir a trabajar.


Pregunta 24: ¿Cuál es la causa de la enfermedad y el dolor?

Respuesta: El cuerpo físico es un filtro emocional. Muchas enfermedades humanas, consideradas hasta ahora puramente físicas, son ahora reconocidas como enraizadas en trastornos emocionales.

El dolor viene de la falta de relajación. Cuando duermes no hay dolor. Si estás bajo un anestésico, no hay dolor porque estás relajado, por así decirlo. Si tienes dolor, es porque estás tenso y tratando de forzar algo. Tú no puedes obligar a una idea a encarnarse, simplemente te la apropias. Es una atención con mínimo esfuerzo. Sólo la práctica te llevará a ese punto donde se puede estar atento y aún estar relajado.

La atención es tensión hacia un fin, y la relajación es justo lo opuesto. Aquí hay dos ideas completamente opuestas que debes mezclar hasta que aprendas, a través de la práctica, cómo estar atento, pero no tenso. La palabra “contención” significa “atención con mínimo esfuerzo”. En el estado de contención estás sostenido por la idea sin tensión.


Pregunta 25: No importa lo mucho que intente para ser feliz, por debajo, tengo una sensación melancólica de ser dejada fuera. ¿Por qué?

Respuesta: Porque sientes que no te quieren. Si yo fuera tú, yo asumiría que soy querida. Tú conoces la técnica. La asunción de que eres querida puede parecer falsa cuando la asumes al principio, pero si te sientes querida y respetada, y persistes en esa asunción, te sorprenderás de cómo los demás te buscarán. Comenzarán a ver cualidades en ti que nunca habían visto antes. Te lo prometo. Si tú asumieras que eres querida, lo serás.


Pregunta 26: Si la seguridad vino a mí a través de la muerte de un ser querido, ¿provoqué yo esa muerte?

Respuesta: No pienses ni por un segundo que tú provocaste una muerte por asumir seguridad. El tú más grande no va a dañar a nadie. Lo ve todo y, sabiendo la duración de la vida de todos, puede inspirar al otro para darte lo que puede cumplir tu asunción.

Tú no mataste a la persona que te nombró en su testamento. Si, unos días después de tu completa aceptación de la idea de seguridad, el tío Juan hizo su salida de este plano tridimensional y te dejó su patrimonio, es sólo porque era hora de que el tío Juan se fuera. Él no murió un segundo antes de su tiempo, sin embargo. El tú más grande vio el plazo de vida de Juan y lo usó como el modo para lograr el cumplimiento de tu sensación de seguridad.

La aceptación del fin induce los medios hacia el cumplimiento de ese fin. No te preocupes de nada salvo del fin. Siempre ten en cuenta que la responsabilidad de hacerlo así es completamente eliminada de tus hombros. ¡Es tuyo porque tú lo aceptaste así!


Pregunta 27: Tengo más de un objetivo. ¿Sería ineficaz concentrarse en objetivos diferentes en diferentes períodos de concentración?

Respuesta: Me gusta tomar una ambición absorbente, limitarla a una única frase o acto corto que implique cumplimiento, pero no limito mi ambición. Sólo sé que mi objetivo real incluirá todos los pequeños.


Pregunta 28: Me resulta difícil cambiar mi concepto de mí mismo. ¿Por qué?

Respuesta: Porque tu deseo de cambio no se ha despertado. Si te hubieras enamorado de lo que realmente quieres ser, te convertirías en ello. Se necesita un hambre intensa para lograr una transformación de sí mismo.

“Así como el ciervo jadea tras los arroyos, así clama mi alma por ti, oh Señor.” Si llegaras a estar tan sediento de perfección como el cervatillo lo está de agua que desafía la rabia del tigre en la selva, llegarías a ser en perfecto.


Pregunta 29: Estoy contemplando un negocio de riesgo. Significa mucho para mí, pero no puedo imaginar cómo puede llegar a ser.

Respuesta: Tú eres relevado de esa responsabilidad. Tú no tienes que hacerlo realidad, ¡ya lo es! Aunque tu concepto de tí mismo parezca tan alejado de la empresa que ahora contemplas, existe ahora como una realidad dentro de ti. Pregúntate cómo te sentirías y lo que harías si tu negocio de riesgo fuera un gran éxito. Identifícate con ese carácter y sentimiento y te sorprenderás de lo rápidamente que realizarás tu sueño.

El único sacrificio que estás llamado a hacer es renunciar a tu actual concepto de tí mismo y apropiarte del deseo que quieres expresar.


Pregunta 30: Como estudiante de metafísica me han enseñado a creer que las creencias de la raza y las asunciones universales me afectan. ¿Quieres decir que sólo en la medida que doy a estas creencias universales poder sobre mí, soy influenciado por ellas?

Respuesta: Sí. Es sólo tu punto de vista individual, mientras tu mundo está siempre dando testimonio de tu actual concepto de tí mismo. Si alguien te ofende, cambia tu concepto de tí mismo. Esa es la única manera de que los demás cambien. El periódico de esta noche puede ser leído por seis personas cualquiera en esta sala y ni dos interpretarán la misma historia de la misma manera. Uno será exaltado, otro deprimido, otro indiferente, y así sucesivamente, sin embargo, es la misma historia.

Asunciones universales, creencias de raza, llámalas como quieras, no son importantes para tí. Lo que es importante es tu concepto, no de otro, sino de tí mismo, pues el concepto que tienes de tí mismo determina el concepto que tienes de los demás. Deja a los demás en paz. ¿Qué son para tí? Sigue tus propios deseos.

Esa ley está siempre en funcionamiento, siempre absoluta. Tu conciencia es la roca sobre la que todas las estructuras descansan. Observa de lo que tú estás consciente. Tú no necesitas preocuparte por los demás, porque estás sustentado por lo absoluto de esta ley. Ningún hombre viene a tí por su propia decisión, sea bueno, malo o indiferente. ¡Él no te eligió a tí! ¡Tú lo elegiste a él! Fue atraído hacia ti por lo que tú eres.

Tú no puedes destruir el estado que otro representa mediante la fuerza. Por el contrario, déjalo en paz. ¿Qué es él para tí? Sube a un nivel de conciencia más alto y encontrarás un nuevo mundo esperándote, y mientras tú te santificas, los demás son santificados.


Pregunta 31: ¿Quién escribió la Biblia?

Respuesta: La Biblia fue escrita por hombres inteligentes que utilizaban mitos solares y fálicos para revelar verdades psicológicas. Pero nosotros hemos confundido su alegoría con la historia y, por tanto, hemos fracasado en ver su verdadero mensaje.

Es extraño, pero cuando la Biblia fue lanzada al mundo, y la aceptación parecía estar a la vista, la gran Biblioteca de Alejandría fue quemada hasta los cimientos, sin dejar ningún registro de cómo la Biblia llegó a ser. Poca gente pueden leer otros idiomas, por lo que no pueden comparar sus creencias con otras. Nuestras iglesias no nos animan a comparar. ¿Cuántos de los millones que aceptan la Biblia como un hecho, alguna vez la cuestionan? Creen que es la palabra de Dios, aceptan ciegamente las palabras y así pierden la esencia que contienen. Habiendo aceptado el vehículo, no entienden lo que el vehículo transmite.


Pregunta 32: ¿Utilizas los apócrifos?

Respuesta: No en mi enseñanza. Tengo varios volúmenes de ellos en casa. Ellos no son superiores a los sesenta y seis libros de nuestra Biblia actual. Están simplemente contando la misma verdad de un modo diferente.

Por ejemplo, se cuenta la historia de Jesús, cuando era niño, observando a los niños hacer pájaros de barro. Tomando los pájaros en sus manos, ellos pretenden que los pájaros están volando. Jesús se acerca y destruye los pájaros con sus manos. Mientras ellos empiezan a llorar, toma uno de los pájaros rotos y lo remodela. Sosteniéndolo en alto, sopla sobre él y el pájaro levanta el vuelo.

He aquí una historia de alguien que vino a romper los ídolos en las mentes de los hombres, luego les muestra cómo usar la misma sustancia y remodelarlos en una bella forma y darles vida. Eso es lo que esta historia está tratando de transmitir.

“Yo vengo, no para traer paz, sino una espada.”

La verdad mata todas las pequeñas gallinas de barro de la mente; mata las ilusiones y luego las remodela en un nuevo patrón que hace al hombre libre.


Pregunta 33: Si Jesús era un personaje ficticio creado por los escritores bíblicos con el fin de ilustrar ciertos dramas psicológicos, ¿cómo explicas el hecho de que él y su filosofía sean mencionados en la historia no religiosa y no cristiana de aquellos tiempos? ¿No eran Poncio Pilato y Herodes funcionarios romanos de carne y hueso en aquellos días?

Respuesta: La historia de Jesús es idéntica a la historia del salvador hindú, Krishna. Son los mismos personajes psicológicos. Ambos se suponía que habían nacido de madres vírgenes. Los gobernantes de la época los buscaron para destruirlos cuando eran niños. Ambos sanaban a los enfermos, resucitaban a los muertos, enseñaban el evangelio de amor y tuvieron una muerte de mártires por la humanidad. Tanto los hindúes como los cristianos creen que su salvador es Dios hecho hombre.

Hoy la gente cita a Sócrates, sin embargo la única prueba de que Sócrates alguna vez existiera está en las obras de Platón. Se dice que Sócrates bebió la cicuta, pero yo te pregunto: ¿quién es Sócrates? Una vez cité un verso de Shakespeare y una señorita me dijo: “Pero Hamlet dijo eso.” Hamlet nunca lo dijo, Shakespeare escribió las líneas y puso las palabras en la boca de un personaje que creó y llamó Hamlet. San Agustín dijo una vez: “Eso que ahora es llamado la religión cristiana existió entre los antiguos. Empezaron a llamar al cristianismo la verdadera religión, sin embargo nunca existió.”


Pregunta 34: ¿Utilizas afirmaciones y negaciones?

Respuesta: Dejemos esas escuelas de pensamiento que utilizan afirmaciones y negaciones. La mejor afirmación y la única efectiva es una asunción que, en sí misma, implique la negación del estado anterior.

La mejor negación es la total indiferencia. Las cosas se marchitan y mueren a través de la indiferencia. Se mantienen vivas a través de la atención. No niegas una cosa diciendo que no existe. En cambio pones sentimiento en ella reconociéndola, y lo que tú reconoces como verdad, es verdad para tí, sea bueno, malo o indiferente.


Pregunta 35: ¿Es posible para alguien parecer muerto y todavía no estar muerto?

Respuesta: El general Lee se suponía haber nacido dos años después de que su madre, que se creyó muerta, fue enterrada viva. Por suerte para ella no fue embalsamada o enterrada en la tierra, sino en una bóveda donde alguien la escuchó gritar y la liberó. Dos años más tarde la Sra. Lee dio a luz un hijo que se convirtió en el General Lee. Eso es parte de la historia de este país.


Pregunta 36: ¿Cómo podría alguien que fue pobre en su juventud convertirse en un éxito en la vida?

Respuesta: Somos criaturas de hábito, formando patrones mentales que se repiten una y otra vez. Aunque el hábito actúa como una ley irresistible que conduce a uno a repetir los patrones, no es una ley, pues tú y yo podemos cambiar los patrones. Muchos hombres de éxito, tales como Henry Ford, Rockefeller y Carnegie fueron pobres en su juventud. Muchos de los grandes nombres en este país vienen de familias pobres, sin embargo dejaron tras ellos grandes logros en el mundo político, artístico y financiero.

Una noche, un amigo mío asistió a una reunión de jóvenes ejecutivos de publicidad. El orador de la noche dijo a esos jóvenes: “Sólo tengo una cosa que deciros esta noche, y es haceros grandes y no podéis fracasar.”

Tomando una pecera común, la llenó con dos bolsas, una de nueces inglesas y la otra de frijoles pequeños. Mezclándolas con la mano, comenzó a sacudir el recipiente y dijo: “Este recipiente es la vida. No puedes detener su sacudida, ya que la vida es un constante ritmo vital pulsante, pero observad.” Y mientras observaban las grandes nueces llegaron arriba del recipiente mientras los pequeños frijoles cayeron al fondo.

Mirando en el recipiente el hombre preguntó, “¿Quién de ustedes está quejándose, preguntando por qué?” Luego añadió, “No es extraño, el sonido viene del recipiente y no de fuera. Un frijol se está quejando de que si él hubiera tenido el mismo entorno que la nuez él también haría grandes cosas, pero nunca tuvo la oportunidad.” Entonces tomó un frijol pequeño del fondo del recipiente y lo colocó arriba diciendo: “Yo puedo mover el frijol a través de mera fuerza, pero no puedo detener que el recipiente de la vida sea sacudido”, y mientras sacudía el recipiente, el pequeño frijol, una vez más se deslizó hasta el fondo.

Oyendo otra voz de queja preguntó: “¿Qué es eso que oigo? ¿Estás diciendo que debería tomar uno de esos tipos grandes que cree que es tan grande y ponerlo en el fondo y ver qué le sucede? ¿Crees que será tan limitado como tú, porque será privado de la oportunidad de grandes cosas como tú? Veamos.”

Entonces el orador tomó una de las nueces grandes y la empujó hasta el fondo del recipiente diciendo: “Todavía no puedo detener el recipiente de sacudirse”, y como las personas observaron, la nuez grande llegó arriba otra vez. Entonces el orador añadió:

“Señores, si realmente quieren tener éxito en la vida, háganse grandes.”

Mi amigo tomó este mensaje a pecho y comenzó a asumir que era un exitoso hombre de negocios. Hoy día es verdaderamente un gran hombre si juzgas el éxito en dólares. Ahora emplea a más de mil personas en la ciudad de Nueva York. Cada uno de ustedes puede hacer lo que él hizo. Asume que eres lo que quieres ser. Camina en esa asunción y se materializará en hecho.
(1) El poeta Edwim Markham tenía un amigo que en cierta ocasión se volvió en su contra. Pero en vez de amargarse y decepcionarse por eso, escribió una pequeña poesía expresando su filosofía acerca del perdón.



Traducido por Javier Encina
La lectura original en inglés es
QUESTIONS AND ANSWERS (Neville Goddard 1948)




miércoles, 11 de mayo de 2011

LECCIÓN 5 - PERMANECE FIEL A TU IDEA

Neville Goddard (1948)


LECCIÓN 5 - PERMANECE FIEL A TU IDEA



Esta noche tenemos la lección quinta y última de este curso. En primer lugar daré una especie de resumen de lo que ha ido antes. Luego, ya que muchos de vosotros me habéis pedido que explique más detalladamente la lección 3, os daré algunas ideas más sobre pensar cuatridimensionalmente.

Sé que cuando un hombre ve una cosa claramente puede contarla, puede explicarla. Este invierno pasado en Barbados un pescador, cuyo vocabulario no abarcaba más de mil palabras, me dijo más en cinco minutos sobre el comportamiento del delfín de lo que Shakespeare con su vasto vocabulario podría haberme dicho, si hubiera sabido las costumbres del delfín.

Este pescador me contó cómo al delfín le encanta jugar con un pedazo de madera a la deriva, y con el fin de atraparlo, tiras la madera y lo cebas como cebarías a niños, porque le gusta fingir que está saliendo del agua. Como ya he dicho, el vocabulario de este hombre era muy limitado, pero él conocía a su pez y conocía el mar. Como conocía a su delfín podía contarme todo sobre sus hábitos y cómo atraparlo.

Cuando dices que sabes una cosa, pero no puedes explicarla, yo te digo que no la sabes, pues cuando realmente la sabes naturalmente la expresas.

Si yo te pidiera ahora definir la oración, y te digo “¿Cómo harías, a través de la oración, para realizar un objetivo, cualquier objetivo?” Si puedes decírmelo, entonces tú lo sabes, pero si no me lo puedes decir, entonces no lo sabes. Cuando lo ves claramente en el ojo mental, el tú más grande inspirará las palabras necesarias para vestir la idea y expresarlo bellamente, y expresarás la idea mucho mejor que un hombre con un vasto vocabulario que no lo ve tan claramente como tú.

Si has escuchado con atención durante los últimos cuatro días, tú sabes ahora que la Biblia no se refiere en absoluto a personas que hayan existido jamás o a sucesos que hayan ocurrido alguna vez en la tierra.

Los autores de la Biblia no estaban escribiendo la historia, estaban escribiendo un gran drama mental que ellos vistieron con el ropaje de la historia, y luego lo adaptaron a la limitada capacidad de las masas acríticas e irreflexivas.

Sabes que cada historia en la Biblia es tu historia, que cuando los escritores introducen docenas de personajes en la misma historia están tratando de presentarte diferentes atributos de la mente que tú puedes emplear. Vísteis cómo yo tomé quizás una docena o más historias y las interpreté para vosotros.

Por ejemplo, muchas personas se preguntan cómo Jesús, el hombre más agraciado, el más amoroso del mundo, si era hombre, podría decir a su madre lo que se supone que le dijo, como se recoge en el segundo capítulo del Evangelio de S. Juan. Se hace decir a Jesús a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?” Juan 2:4

Tú y yo, que aún no estamos identificados con el ideal que servimos, no haríamos una declaración así a nuestra madre. Sin embargo, aquí estaba la encarnación del amor diciéndole a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?”

Tú eres Jesús, y tu madre es tu propia conciencia. Pues la conciencia es la causa de todo, por lo tanto es el gran padre-madre de todos los fenómenos.

Tú y yo somos criaturas de hábito. Estamos metidos en el hábito de aceptar como definitiva la evidencia de nuestros sentidos. Los invitados necesitan vino y mis sentidos me dicen que no hay vino, y yo por hábito estoy a punto de aceptar esta falta como definitiva. Cuando recuerdo que mi conciencia es la sola y única realidad, por tanto, si niego la evidencia de mis sentidos y asumo la conciencia de tener suficiente vino, en un sentido he reprendido a mi madre o a la conciencia que sugiere la falta; y asumiendo la conciencia de tener lo que deseo para mis invitados, el vino se produce de una manera que no sabemos.

Acabo de leer una nota aquí de un querido amigo mío en la audiencia. El domingo pasado tenía una cita en una iglesia para una boda; el reloj le dijo que llegaba tarde, todo le dijo que llegaba tarde.

Estaba en una esquina esperando un tranvía. No había nadie a la vista. Imaginó que, en lugar de estar en la esquina de la calle, estaba en la iglesia. En ese momento un auto se detuvo frente a él. Mi amigo le contó al conductor su situación y el conductor le dijo: “Yo no voy en esa dirección, pero le llevaré.” Mi amigo entró en el coche y llegó a la iglesia a tiempo para el servicio. Esto es aplicar la ley correctamente, no aceptación de la sugestión del retraso. No aceptar nunca la sugestión de falta.

En este caso me dije a mí mismo, “¿Qué tengo yo que ver contigo?” ¿Qué tengo yo que ver con la evidencia de mis sentidos? Traedme todas las vasijas y llenadlas. En otras palabras, asumo que tengo vino y todo lo que deseo. Entonces mi Yo dimensionalmente más grande inspira en todos los pensamientos y las acciones que ayuden a la encarnación de mi asunción.

No es un hombre diciendo a una madre: “Mujer ¿qué tengo yo que ver contigo?” Es cada hombre que conoce esta ley que se dirá a sí mismo, cuando sus sentidos sugieren falta, “¿qué tengo yo que ver contigo? Apártate de mí.” Nunca volveré a escuchar una voz como esa, porque si lo hago, entonces estoy fecundado por esa sugestión y voy a concebir el fruto de la falta.

Pasamos a otra historia en el Evangelio de S. Marcos, donde Jesús tiene hambre.

“Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si acaso se podría encontrar ahí algo: y cuando llegó a ella, no encontró nada sino hojas; porque no era todavía tiempo de higos.”

“Y Jesús respondió y le dijo, no coma nadie fruto de ti para siempre. Y sus discípulos lo oyeron.” Marcos 11:13 14

“Y por la mañana, cuando pasaban, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.” Marcos 11:20

¿Qué árbol estoy maldiciendo? No es un árbol en el exterior. Es mi propia conciencia. “Yo soy la vid.” Juan 15:1. Mi conciencia, mi YO SOYdad es el gran árbol y el hábito, una vez más, sugiere vacío, sugiere esterilidad, sugiere cuatro meses antes de que yo pueda festejar. Pero no puedo esperar cuatro meses. Me doy esta poderosa sugestión de que nunca más ni por un momento transigiré con que tomará cuatro meses realizar mi deseo. La creencia en la carencia desde este día en adelante debe ser esterilizada y no volver a reproducirse nunca en mi mente.

No es un hombre maldiciendo a un árbol. Todo en la Biblia tiene lugar en la mente del hombre: el árbol, la ciudad, la gente, todo. No hay una declaración hecha en la Biblia que no represente algún atributo de la mente humana. Todos son personificaciones de la mente y no cosas en el mundo.

La conciencia es la sola y única realidad. No hay nadie a quien podamos recurrir después de descubrir que nuestra propia conciencia es Dios. Pues Dios es la causa de todo y no hay nada sino Dios. No puedes decir que un diablo causa algunas cosas y Dios otras. Escucha estas palabras.

“Así dice el Señor a su ungido, a Ciro, cuya mano derecha yo he sostenido, para sujetar naciones ante él; y desataré los lomos de los reyes, para abrir ante él las puertas de dos hojas, y las puertas no se cerrarán.”

“Yo iré delante de ti, y haré rectos los lugares torcidos, romperé en pedazos las puertas de bronce, y cortaré los barrotes de hierro.”

“Y te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que yo, el Señor, que te llamo por tu nombre, soy el Dios de Israel.” Isaías 45:1, 2, 3

“Yo formo la luz y creo las tinieblas, yo hago la paz y creo el mal. Yo el Señor hago todo esto.” Isaías 45:7

“Yo hice la tierra, y creé al hombre sobre ella; Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a toda su hueste mandé.”

“Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y él soltará a mis cautivos, no por precio ni por dones, dice el Señor de los ejércitos.” Isaías 45:12, 13

"YO SOY el Señor, y no hay ninguno más, no hay Dios fuera de mí.” Isaías 45:5

Leed estas palabras cuidadosamente. No son mis palabras, son las palabras inspiradas de hombres que descubrieron que la conciencia es la única realidad. Si soy herido, soy auto herido. Si hay oscuridad en mi mundo, yo creé la oscuridad y la tristeza y la depresión. Si hay luz y alegría, yo creé la luz y la alegría. No hay nadie, sino esta YO SOYdad que lo hace todo.

No puedes encontrar una causa fuera de tu propia conciencia. Tu mundo es un gran espejo constantemente diciéndote quién eres. Cuando te encuentras con gente, te dicen por su comportamiento quién eres.

Tus oraciones no serán menos devotas porque recurras a tu propia conciencia por ayuda. No creo que ninguna persona en oración sienta más alegría, piedad y sentimiento de adoración que yo, cuando me siento agradecido, mientras asumo la sensación de mi deseo cumplido, sabiendo al mismo tiempo que es a mí mismo a quien recurrí.

En la oración eres llamado a creer que posees lo que tu razón y tus sentidos niegan. Cuando oras cree que tienes y recibirás. La Biblia lo enuncia de este modo:

“Por tanto os digo que todo lo que deseéis, cuando oréis, creed que lo recibiréis, y lo tendréis.”

"Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos pueda perdonaros vuestras ofensas.”

“Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras ofensas.” Marcos 11:24, 25, 26

Eso es lo que debemos hacer cuando oramos. Si tengo algo contra otro, ya sea una creencia de enfermedad, pobreza o cualquier otra cosa, debo soltarlo y dejarlo ir, no usando palabras de negación sino creyendo que es lo que él desea ser. De ese modo lo perdono completamente. He cambiado mi concepto de él. Yo tenía algo contra él y le perdoné. El completo olvido es el perdón. Si no olvido entonces no he perdonado.

Yo sólo perdono algo cuando verdaderamente olvido. Yo puedo decirte hasta el final de los tiempos, “te perdono”. Pero si cada vez que te veo o pienso en ti, me acuerdo de lo que mantenía contra tí, no te he perdonado en absoluto. El perdón es el completo olvido. Tú vas a un doctor y él te da algo para tu enfermedad. Él está tratando de quitártela, de modo que te da algo en su lugar.

Date un nuevo concepto de tí mismo por el viejo concepto. Abandona el viejo concepto completamente.

Una oración concedida implica que algo se hace a consecuencia de la oración que de otro modo no se habría hecho. Por lo tanto, yo mismo soy la fuente de la acción, la mente dirigente y el que concede la oración.

Cualquiera que reza éxitosamente se vuelve hacia adentro y se apropia el estado buscado. No tienes sacrificio que ofrecer. No dejes que nadie te diga que tienes que luchar y sufrir. No es necesario luchar por la realización de tu deseo. Lee lo que dice en la Biblia.

“¿Para qué propósito es la multitud de vuestros sacrificios a mí? dice el Señor: Estoy harto del holocausto de carneros y de sebo de animales gruesos, y no me deleito en la sangre de bueyes, o de ovejas o de machos cabríos.”

“Cuando venís a presentaros delante de mí, ¿quién ha requerido eso de vuestras manos, para hollar mis atrios?”

“No me traigáis más vanas oblaciones; el incienso es una abominación para mí; las lunas nuevas y los sábados, el convocar asambleas, no puedo soportar la iniquidad y la solemne asamblea.”

“Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes mi alma las odia: se han convertido en una carga para mí, estoy cansado de soportarlas.” Isaías 1:11-14

“Vosotros tendréis una canción, como en la noche cuando se celebra una santa solemnidad; y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte del Señor, al Poderoso de Israel.” Isaías 30:29

“Cantad al Señor un cántico nuevo, y su alabanza desde los confines de la tierra.” Isaías 42:10

“Canta, oh cielos, porque el Señor lo ha hecho; gritad, las partes bajas de la tierra, prorrumpid en gritos de júbilo, montañas, oh bosques, y todo árbol que en él está; porque el Señor redimió a Jacob, y será glorificado en Israel.” Isaías 44:23

“Por tanto, los redimidos del Señor volverán, y vendrán a Sión cantando; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas. Tendrán gozo y alegría, y la tristeza y el gemido huirán.” Isaías 51:11

El único regalo aceptable es un corazón alegre. Ven con canto y alabanza. Ese es el modo de venir ante el Señor: tu propia conciencia. Asume la sensación de tu deseo cumplido y has traído el único regalo aceptable. Todos los estados mentales que no sean el del deseo cumplido son una abominación; son superstición y no significan nada.

Cuando vienes ante mí, regocíjate, porque el regocijo implica que algo que deseabas ha sucedido. Ven ante mí cantando, dando alabanza y dando gracias, pues esos estados mentales implican la aceptación del estado buscado. Ponte en el estado de ánimo apropiado y tu propia conciencia lo encarnará.

Si yo pudiera definir la oración para cualquier persona y ponerlo tan claramente como pudiera, simplemente diría, “Es la sensación del deseo cumplido”. Si tú preguntas, “¿Qué quieres decir con eso?” Yo diría, “me sentiría en la situación de la oración contestada y luego viviría y actuaría en esa convicción.” Trataría de mantenerlo sin esfuerzo, es decir, viviría y actuaría como si fuera ya un hecho, sabiendo que mientras camino en esta actitud fija mi asunción se materializará en hecho.

El tiempo no me permite ir más allá en el argumento de que la Biblia no es historia, pero si has escuchado atentamente mi mensaje de estas últimas cuatro noches, no creo que necesites más pruebas de que la Biblia no es historia. Aplica lo que has oído y realizarás tus deseos.

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“Y ahora os lo he dicho antes de que suceda, para que cuando pase, podáis creer.” Juan 14:29

Muchas personas, yo incluído, han observado eventos antes de que ocurrieran, es decir, antes de que ocurrieran en este mundo de tres dimensiones. Puesto que el hombre puede observar un evento antes de que ocurra en las tres dimensiones del espacio, entonces la vida en la tierra procede de acuerdo a un plan, y este plan debe existir en otra parte en otra dimensión y está moviéndose lentamente a través de nuestro espacio.

Si los sucesos ocurridos no estaban en este mundo cuando fueron observados, entonces es perfectamente lógico que deben haber estado fuera de este mundo. Y todo lo que está AHÍ para ser visto antes de que ocurra AQUÍ debe estar “predeterminado” desde el punto de vista del hombre despierto en un mundo tridimensional. Sin embargo, los maestros antiguos nos enseñaron que nosotros podíamos alterar el futuro, y mi propia experiencia confirma la verdad de su enseñanza.

Por lo tanto, mi objeto al dar este curso es indicar las posibilidades inherentes en el hombre, para mostrar que el hombre puede alterar su futuro; pero, así alterado, forma de nuevo una secuencia determinista empezando desde el punto de interferencia – un futuro que será coherente con la alteración.

La característica más notable del futuro del hombre es su flexibilidad. El futuro, aun preparado con antelación en cada detalle, tiene varios desenlaces. Tenemos en cada momento de nuestras vidas la elección ante nosotros de cuál de varios futuros tendremos.

Hay dos perspectivas efectivas sobre el mundo poseídas por todos – un enfoque natural y un enfoque espiritual. Los maestros antiguos llamaban a una “la mente carnal” y a la otra “la mente de Cristo”. Podemos diferenciarlas como la conciencia despierta ordinaria, gobernada por nuestros sentidos, y una imaginación controlada, gobernada por el deseo.

Reconocemos estos dos centros distintos de pensamiento en la declaración: “El hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios, pues ellas son locura para él; ni las puede conocer, porque son discernidas espiritualmente.” I Cor. 2:14

El punto de vista natural limita la realidad al momento llamado AHORA. Para la visión natural, el pasado y el futuro son puramente imaginarios. El punto de vista espiritual por otro lado ve los contenidos del tiempo. El pasado y el futuro son un todo presente para la visión espiritual. Lo que es mental y subjetivo para el hombre natural es concreto y objetivo para el hombre espiritual.

El hábito de ver sólo lo que nuestros sentidos nos permiten nos vuelve totalmente ciegos a lo que, de otro modo, podríamos ver. Para cultivar la facultad de ver lo invisible, deberíamos a menudo desenredar deliberadamente nuestras mentes de la evidencia de los sentidos y enfocar nuestra atención en un estado invisible, sintiéndolo y percibiéndolo mentalmente hasta que tenga toda la nitidez de la realidad.

El pensamiento serio concentrado focalizado en una dirección particular deja fuera otras sensaciones y las hace desaparecer. Sólo tenemos que concentrarnos en el estado deseado para verlo.

El hábito de retirar la atención de la región de la sensación y concentrarla en lo invisible desarrolla nuestra perspectiva espiritual y nos permite penetrar más allá del mundo de los sentidos y ver lo que es invisible. “Pues las cosas invisibles de él desde la creación del mundo se ven claramente.” Rom. 1:20. Esta visión es totalmente independiente de las facultades naturales. ¡Ábrela y acelérala!

Un poco de práctica nos convencerá de que podemos, controlando nuestra imaginación, remodelar nuestro futuro en armonía con nuestro deseo. El deseo es el resorte principal de la acción. No podríamos mover un solo dedo a menos que tengamos un deseo de moverlo. No importa lo que hagamos, seguimos el deseo que en el momento domina nuestras mentes. Cuando rompemos un hábito, nuestro deseo para romperlo es mayor que nuestro deseo de continuar con el hábito.

Los deseos que nos impulsan a la acción son aquellos que mantienen nuestra atención. Un deseo no es sino una conciencia de algo que nos falta y necesitamos para hacer nuestra vida más agradable. Los deseos siempre tienen algún beneficio personal a la vista, cuanto mayor es el beneficio anticipado, más intenso es el deseo. No hay deseo absolutamente altruista. Donde no hay nada que ganar no hay deseo, y consecuentemente tampoco acción.

El hombre espiritual habla al hombre natural a través del lenguaje del deseo. La clave para progresar en la vida y para el cumplimiento de los sueños se encuentra en la presta obediencia a su voz. La obediencia sin vacilación a su voz es una inmediata asunción del deseo cumplido. Desear un estado es tenerlo. Como Pascal ha dicho, “No me habrías buscado si no me hubieras ya encontrado.”

El hombre, al asumir la sensación de su deseo cumplido, y luego vivir y actuar en esta convicción, altera el futuro en armonía con su asunción. Las asunciones despiertan lo que afirman. Tan pronto como el hombre asume la sensación de su deseo cumplido, su Yo cuatridimensional encuentra modos para el logro de tal fin, descubre métodos para su realización.

No conozco ninguna definición más clara de los medios por los que realizamos nuestros deseos que EXPERIMENTAR EN LA IMAGINACIÓN LO QUE EXPERIMENTARÍAMOS EN LA CARNE SI HUBIÉRAMOS LOGRADO NUESTRA META. Esta experiencia imaginaria del fin con aceptación, precipita los medios. El Yo cuatridimensional entonces construye, con su perspectiva más grande, los medios necesarios para realizar el fin aceptado.

La mente indisciplinada encuentra difícil asumir un estado que es negado por los sentidos. Pero hay una técnica que hace fácil “llamar a las cosas que no se ven como si lo fueran”, es decir, encontrar un evento antes de que ocurra. La gente tiene la costumbre de menospreciar la importancia de las cosas simples. Pero esta sencilla fórmula para cambiar el futuro fue descubierta después de años de búsqueda y experimentación.

El primer paso para cambiar el futuro es el DESEO, esto es, definir tu objetivo – saber definidamente lo que quieres.

En segundo lugar, construir un evento que tú creas que encontrarías SIGUIENDO al cumplimiento de tu deseo – un evento que implique cumplimiento de tu deseo – algo que tendrá la acción del Yo predominante.

En tercer lugar, inmovilizar el cuerpo físico e inducir un estado próximo al sueño imaginando que estás soñoliento. Acuéstate en una cama, o relájate en una silla. Entonces, con los párpados cerrados y tu atención enfocada en la acción que intentas experimentar en la imaginación, mentalmente siéntete justo en la acción propuesta; imaginando todo el tiempo que estás efectivamente realizando la acción aquí y ahora.

Tú debes siempre participar en la acción imaginaria, no meramente estar detrás y mirar, sino sentir que estás efectivamente realizando la acción de modo que la sensación imaginaria es real para ti.

Es importante recordar siempre que la acción propuesta debe ser una que SIGA al cumplimiento de tu deseo. También debes sentirte en la acción hasta que tenga toda la viveza y claridad de la realidad.

Por ejemplo, supongamos que deseas ascenso en tu oficina. Ser felicitado sería un evento que podrías encontrar siguiendo al cumplimiento de tu deseo. Habiendo seleccionado esta acción como la que experimentarás en la imaginación, inmoviliza el cuerpo físico, e induce un estado próximo al sueño, un estado de somnolencia, pero en el que todavía eres capaz de controlar la dirección de tus pensamientos, un estado en el que estés atento sin esfuerzo. Entonces visualiza a un amigo delante de ti. Pon tu mano imaginaria en la suya. Siéntela sólida y real, y lleva a cabo una conversación imaginaria con él en armonía con la acción.

Tú no te visualizas a una distancia en un punto del espacio y a una distancia en cuanto al tiempo siendo felicitado por tu buena suerte. En lugar de eso, tú haces ese otro lugar AQUÍ, y el futuro AHORA. El evento futuro es una realidad AHORA en un mundo dimensionalmente más grande y por extraño que parezca, ahora en un mundo dimensionalmente más grande es equivalente a AQUÍ en el espacio ordinario tridimensional de la vida cotidiana.

La diferencia entre SENTIRTE tú mismo en la acción, aquí y ahora, y visualizarte a tí mismo en la acción, como si estuvieras en una pantalla de imágenes en movimiento, es la diferencia entre el éxito y el fracaso. La diferencia se apreciará si ahora te visualizaras subiendo una escalera. Entonces, con los párpados cerrados imagina una escalera justo en frente de tí y SIÉNTETE efectivamente subiéndola.

El deseo, la inmovilidad física limítrofe con el sueño, y la acción imaginaria en la que predomina auto sentidamente AQUÍ Y AHORA, no sólo son factores importantes para alterar el futuro, sino que son también condiciones esenciales para proyectar conscientemente el Yo espiritual.

Cuando el cuerpo físico es inmovilizado y nos volvemos poseídos por la idea de hacer algo – si imaginamos que estamos haciéndolo AQUÍ y AHORA y mantenemos la acción imaginaria sentidamente hasta que justo sobreviene el sueño – probablemente despertemos del cuerpo físico para encontrarnos en un mundo dimensionalmente más grande con un enfoque dimensionalmente más grande haciendo efectivamente lo que deseamos e imaginamos que estábamos haciendo en la carne.

Pero tanto si despertamos ahí o no, estamos efectivamente realizando la acción en el mundo cuatridimensional, y en el futuro la representaremos aquí en el mundo tridimensional.

La experiencia me ha enseñado a restringir la acción imaginaria, a condensar la idea que va a ser el objeto de nuestra meditación, en un solo acto, y a representarlo una y otra vez hasta que tenga la sensación de realidad. De otro modo, la atención vagará a lo largo de un rastro asociativo y legiones de imágenes asociadas se presentarán a nuestra atención, y en pocos segundos nos llevará a cientos de kilómetros de nuestro objetivo en cuanto al espacio y a años de distancia en cuanto al tiempo.

Si decidimos subir un particular tramo de escaleras, porque ese es el evento probable que siga a la realización de nuestro deseo, entonces debemos restringir la acción a subir ese particular tramo de escaleras. En caso de que la atención vague, tráela de vuelta a su tarea de subir ese tramo de escaleras, y sigue haciéndolo así hasta que la acción imaginaria tenga toda la solidez y claridad de la realidad. La idea debe ser mantenida en el campo de presentación sin ningún esfuerzo sensible por nuestra parte. Debemos, con el mínimo esfuerzo, impregnar la mente con la sensación del deseo cumplido.

La somnolencia facilita el cambio porque favorece la atención sin esfuerzo, pero no debe ser empujada al estado de sueño, en el que ya no seremos capaces de controlar los movimientos de nuestra atención, sino un grado moderado de somnolencia en el que aún somos capaces de dirigir nuestros pensamientos.

Un modo más eficaz para encarnar un deseo es asumir la sensación del deseo cumplido y entonces, en un estado relajado y soñoliento, repetir una y otra vez como una nana, cualquier frase corta que implique el cumplimiento de tu deseo, tal como, “Gracias, gracias, gracias”, hasta que la sola sensación de agradecimiento domine la mente. Decir estas palabras como si te dirigieras a un poder superior por haberlo hecho por tí.

Sin embargo, si buscamos una proyección consciente en un mundo dimensionalmente más grande, entonces debemos mantener la acción justo hasta que sobrevenga el sueño. Experimentar en la imaginación con toda la nitidez de la realidad lo que sería experimentado en la carne si hubiéramos logrado nuestro objetivo y con el tiempo lo encontraremos en la carne como lo encontramos en nuestra imaginación.

Alimenta la mente con premisas – es decir, afirmaciones que se presume son verdad, porque las asunciones, aunque falsas, si se persiste en ellas hasta que tienen la sensación de realidad, se materializarán en hecho.

Para una asunción, todos los medios que promuevan su realización son buenos. Influye el comportamiento de todos, inspirando en todos los movimientos, las acciones y las palabras que tiendan hacia su cumplimiento.

Para comprender cómo el hombre moldea su futuro en armonía con su asunción – simplemente experimentando en su imaginación lo que experimentaría en la realidad si él realizara su meta – debemos saber qué entendemos por un mundo dimensionalmente más grande, ya que es en un mundo dimensionalmente más grande en el que vamos a alterar nuestro futuro.

La observación de un evento antes de que ocurra implica que el evento está predeterminado desde el punto de vista del hombre en el mundo tridimensional. Por lo tanto para cambiar las condiciones aquí en las tres dimensiones del espacio debemos primero cambiarlas en las cuatro dimensiones del espacio.

El hombre no sabe exactamente qué se entiende por un mundo dimensionalmente más grande, y no dudaría en negar la existencia de un Yo dimensionalmente más grande. Él está bastante familiarizado con las tres dimensiones de longitud, anchura y altura, y siente que, si hubiera una cuarta dimensión, debería ser igual de obvia para él como las dimensiones de longitud, anchura y altura.

Ahora, una dimensión no es una línea. Es cualquier forma en que puede ser medida una cosa que es totalmente diferente de todas las demás formas. Es decir, para medir un sólido cuatridimensionalmente, simplemente lo medimos en cualquier dirección excepto la de su longitud, anchura y altura. Ahora, ¿hay otra forma de medir un objeto que la de su longitud, anchura y altura?

El tiempo mide mi vida sin emplear las tres dimensiones de longitud, anchura y altura. No hay tal cosa como un objeto instantáneo. Su aparición y desaparición son medibles. Perdura por una definida longitud de tiempo. Podemos medir su periodo de vida sin usar las dimensiones de longitud, anchura y altura. El tiempo es definitivamente un cuarto modo de medir un objeto.

Mientras más dimensiones tiene un objeto, más sustancial y real se vuelve. Una línea recta, que se encuentra totalmente en una dimensión, adquiere forma, masa y sustancia por la adición de dimensiones. ¿Qué nueva cualidad daría el tiempo, la cuarta dimensión, que hiciera tan vastamente superior a los sólidos, como los sólidos son a las superficies y las superficies son a las líneas? El tiempo es un medio para los cambios de experiencia, pues todos los cambios llevan tiempo.

La nueva cualidad es la mutabilidad. Observa que, si cortamos en dos un sólido, su sección transversal será una superficie; cortando en dos una superficie obtenemos una línea, y cortando en dos una línea tenemos un punto. Esto significa que un punto no es sino la sección transversal de una línea, que no es, a su vez, sino la sección transversal de una superficie, que no es, a su vez, sino la sección transversal de un sólido, que no es, a su vez, si se lleva a su conclusión lógica, sino la sección transversal de un objeto cuatridimensional.

No podemos evitar la inferencia de que todos los objetos tridimensionales no son más que secciones transversales de los cuerpos cuatridimensionales. Lo cual significa: cuando yo me encuentro contigo, me encuentro con una sección transversal del tú cuatridimensional – el Yo cuatridimensional que no es visto. Para ver el Yo cuatridimensional debo ver cada sección transversal o momento de tu vida desde el nacimiento a la muerte, y verlos todos como coexistentes.

Mi enfoque debería llevar todo el despliegue de impresiones sensoriales que tú has experimentado en la tierra, más aquellas que pudieras encontrar. Yo las debería ver, no en el orden en que fueron experimentadas por tí, sino como un todo presente. Como el CAMBIO es la característica de la cuarta dimensión, yo las debería ver en un estado de fluidez – como un todo animado viviente.

Ahora, si tenemos todo esto claramente fijado en nuestras mentes, ¿qué significa para nosotros en este mundo tridimensional? Significa que, si podemos movernos a lo largo de longitudes de tiempo, podemos ver el futuro y alterarlo si así lo deseamos.

Este mundo, que pensamos que es tan sólidamente real, es una sombra, fuera y más allá del cual podemos en cualquier momento pasar. Es una abstracción de un mundo más fundamental y dimensionalmente más grande – un mundo más fundamental abstraído de un mundo todavía más fundamental y dimensionalmente más grande – y así sucesivamente hasta el infinito. Pues el absoluto es inalcanzable por cualquier medio de análisis, no importa cuántas dimensiones añadamos al mundo.

El hombre puede probar la existencia de un mundo dimensionalmente más grande simplemente enfocando su atención en un estado invisible e imaginando que él lo ve y lo siente. Si él permanece concentrado en este estado, su entorno presente pasará, y despertará en un mundo dimensionalmente más grande donde el objeto de su contemplación será visto como una realidad objetiva concreta.

Siento intuitivamente que, si él abstrayera sus pensamientos de este mundo dimensionalmente más grande y se retirara aún más adentro de su mente, él lograría otra vez una exteriorización del tiempo. Él descubriría que, cada vez que él se retira a su mente interior y produce una exteriorización del tiempo, el espacio se hace dimensionalmente más grande. Y por tanto concluiría que tanto el tiempo como el espacio son seriales, y que el drama de la vida no es más que escalar un bloque multitudinariamente dimensional de tiempo.

Los científicos algún día explicarán POR QUÉ hay un universo serial. Pero en la práctica es más importante CÓMO usamos este universo serial para cambiar el futuro. Para cambiar el futuro, sólo necesitamos ocuparnos de dos mundos en la serie infinita; el mundo que conocemos en razón de nuestros órganos corporales, y el mundo que percibimos independientemente de nuestros órganos corporales.

He dicho que el hombre tiene, en cada momento del tiempo, la elección ante él de cuál de varios futuros tendrá. Pero surge la pregunta: “¿Cómo es esto posible cuando las experiencias del hombre, despierto en el mundo tridimensional, están predeterminadas?”, como implica su observación de un evento antes de que ocurra.

Esta capacidad para cambiar el futuro se verá si comparamos las experiencias de la vida en la tierra con esta página impresa. El hombre experimenta los eventos en la tierra separada y sucesivamente del mismo modo que tú estás experimentando ahora las palabras de esta página.

Imagina que cada palabra en esta página representa una impresión sensorial única. Para tener el contexto, para entender lo que quiero decir, enfocas tu visión sobre la primera palabra en la esquina superior izquierda y luego mueves tu enfoque a través de la página de izquierda a derecha, dejándolo caer sobre las palabras separada y sucesivamente. En el momento en que tus ojos llegan a la última palabra en esta página has extraído lo que quiero decir.

Pero supongamos que al mirar la página, con todas las palabras impresas ahí igualmente presentes, tú decides reorganizarlas. Podrías, reorganizándolas, contar una historia totalmente diferente, de hecho podrías contar muchas historias diferentes.

Un sueño no es más que el pensamiento cuatridimensional incontrolado, o la reorganización tanto de las impresiones sensoriales pasadas y futuras. El hombre rara vez sueña con los acontecimientos en el orden en el que los experimenta cuando está despierto. Usualmente sueña con dos o más eventos que están separados en el tiempo fusionados en una sola impresión sensorial, o bien reorganiza tan completamente sus impresiones sensoriales separadas durmiendo que no las reconoce cuando las encuentra en su estado de vigilia.

Por ejemplo, soñé que yo entregaba un paquete en el restaurante de mi edificio de apartamentos. La dueña me dijo: “No puedes dejar eso ahí”, después de lo cual el ascensorista me dio unas cuantas cartas y como yo le di las gracias por ellas él, a su vez, me dio las gracias. En este punto, el ascensorista nocturno apareció y me hizo un gesto de saludo.

Al día siguiente, cuando salí de mi casa, tomé unas cuantas cartas que habían colocado a mi puerta. En mi camino hacia abajo di al ascensorista de día una propina y le di las gracias por ocuparse de mi correo, después de lo cual me dio las gracias por la propina.

En mi vuelta a casa ese día escuché a un portero decir a un repartidor, “No puedes dejar eso ahí”. Cuando estaba a punto de tomar el ascensor para subir a mi apartamento, me sentí atraído por una cara conocida en el restaurante, y cuando miré la dueña me saludó con una sonrisa. Esa noche acompañé a mis invitados a cenar al ascensor y mientras les decía adiós, el ascensorista nocturno me hizo un gesto de buenas noches.

Simplemente reorganizando algunas impresiones sensoriales separadas que yo estaba destinado a encontrar, y fusionando dos o más de ellas en impresiones sensoriales únicas, construí un sueño que difiere bastante poco de mi experiencia despierto.

Cuando hayamos aprendido a controlar los movimientos de nuestra atención en el mundo cuatridimensional, seremos capaces de crear circunstancias conscientemente en el mundo tridimensional. Aprendemos este control a través del sueño despierto, donde nuestra atención puede ser mantenida sin esfuerzo, pues atención con el mínimo esfuerzo es indispensable para cambiar el futuro. Podemos, en un sueño despierto controlado, construir conscientemente un evento que deseamos experimentar en el mundo tridimensional.

Las impresiones sensoriales que utilizamos para construir nuestro sueño despierto son realidades presentes desplazadas en el tiempo o el mundo cuatridimensional. Todo lo que hacemos al construir el sueño despierto es seleccionar del amplio despliegue de impresiones sensoriales aquellas que, debidamente organizadas, implican que hemos realizado nuestro deseo.

Con el sueño claramente definido, nos relajamos en una silla e inducimos un estado de conciencia próximo al sueño. Un estado que, aunque bordeando el sueño, nos deja el control consciente de los movimientos de nuestra atención. Entonces experimentamos en la imaginación lo que experimentaríamos en la realidad si este sueño despierto fuera un hecho objetivo.

Al aplicar esta técnica para cambiar el futuro, es importante siempre recordar que lo único que ocupa la mente durante el sueño despierto es EL SUEÑO DESPIERTO, la acción y sensación predeterminadas que implican el cumplimiento de nuestro deseo. Cómo el sueño despierto se convierte en un hecho físico no es nuestra preocupación. Nuestra aceptación del sueño despierto como una realidad física dispone los medios para su cumplimiento.

Permitidme volver a sentar las bases de la oración, que no es más que un sueño despierto controlado:

1. Define tu objetivo, sabe definidamente lo que quieres.

2. Construye un evento que tú creas que vas a encontrar SIGUIENDO al cumplimiento de tu deseo – algo que tendrá la acción del Yo predominante – un evento que implique el cumplimiento de tu deseo.

3. Inmoviliza el cuerpo físico e induce un estado de conciencia próximo al sueño. Entonces, mentalmente siéntete justo en la acción propuesta, hasta que la sensación de cumplimiento sola domine la mente; imaginando todo el tiempo que estás en efecto realizando la acción AQUI Y AHORA, experimentando en la imaginación lo que experimentarías en la carne si hubieras realizado ya tu objetivo. La experiencia me ha convencido de que éste es el modo más fácil de lograr nuestra meta.

Sin embargo, mis propios muchos fracasos me condenarían si dijera que he dominado totalmente los movimientos de mi atención. Pero puedo, con el antiguo maestro, decir:

“Pero una cosa hago, olvidando aquellas cosas que están detrás, y alcanzando lo que está delante, prosigo hacia la meta por el premio.” Fil. 3:13,14

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Otra vez quiero recordarte que la responsabilidad de hacer lo que has hecho real en este mundo no está sobre tus hombros. No te preocupes del CÓMO, has asumido que está hecho, la asunción tiene su propio modo de objetivarse. Toda la responsabilidad para hacerlo así es eliminada de tí.

Hay una pequeña afirmación en el libro del Éxodo que confirma esto. Millones de personas que lo han leído, o a las que se lo han mencionado a través de los siglos lo han malentendido completamente. Se dice, “No remojarás un cabrito en la leche de su madre.” (Versión del Rey Jorge, “No harás hervir un cabrito en la leche de su madre.” Éxodo 23:19)

Innumerables millones de personas, malinterpretando esta afirmación, hasta este mismo día en la época ilustrada de 1948, no comerán ningún producto lácteo con un plato de carne. Esto simplemente no se hace.

Ellos piensan que la Biblia es historia, y cuando dice, “no remojarás un cabrito en la leche de su madre,” la leche y los productos de la leche, la mantequilla y el queso, no lo tomarán al mismo tiempo que toman cabrito o cualquier tipo de carne. De hecho, incluso tienen platos separados con los que cocinar su carne.

Pero tú estás ahora a punto de aplicarlo psicológicamente. Tú has hecho tu meditación y has asumido que eres lo que quieres ser. La conciencia es Dios, tu atención es como la corriente misma de la vida o la leche en sí que nutre y hace vivir al que mantiene tu atención. En otras palabras, lo que mantiene tu atención tiene tu vida.

A lo largo de los siglos un cabrito ha sido utilizado como símbolo de sacrificio. Tú has dado nacimiento a todo en tu mundo. Pero hay cosas que ya no deseas mantener vivas, aunque las has amadrinado y apadrinado. Tú eres un padre celoso que puede fácilmente consumir, como Cronos, a sus hijos. Es tu derecho consumir lo que anteriormente expresaste cuando tú no sabías algo mejor.

Ahora tú estás separado en conciencia de ese estado anterior. Fue tu cabrito, fue tu hijo, tú lo encarnaste y lo expresaste en tu mundo. Pero ahora que has asumido que eres lo que quieres ser, no miras atrás a tu estado anterior y te preguntas CÓMO desaparecerá de tu mundo. Pues si miras atrás y le prestas atención, estás remojando una vez más ese cabrito en la leche de su madre.

No te digas a ti mismo, “Me pregunto si realmente estoy separado de ese estado”, o “Me pregunto si esto y lo otro es cierto”. Dale toda tu atención a la asunción de que la cosa es así, porque toda la responsabilidad para hacerlo así es completamente eliminada de tus hombros. Tú no tienes que hacerlo así, ES así. Te apropias lo que ya es un hecho, y andas en la asunción de que lo es, y de un modo que tú no conoces, yo no conozco, ningún hombre conoce, se objetiva en tu mundo.

No te preocupes del cómo, y no mires atrás a tu anterior estado. “Ningún hombre habiendo puesto su mano al arado, y mirando atrás, es apto para el reino de Dios.” Lucas 9:62

Simplemente asume que está hecho y suspende el juicio, suspende todos los argumentos de la mente consciente tridimensional. Tu deseo está fuera del alcance de la mente tridimensional.

Asume que tú eres lo que tú deseas ser; camina como si lo fueras y, mientras permanezcas fiel a tu asunción, se materializará en hecho.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es
LESSON 5 - REMAIN FAITHFUL TO YOUR IDEA (Neville Goddard 1948)




jueves, 5 de mayo de 2011

LECCIÓN 4 - NADIE QUE CAMBIAR SINO UNO MISMO

Neville Goddard (1948)


LECCIÓN 4 - NADIE QUE CAMBIAR SINO UNO MISMO



¿Puedo tomar un minuto para aclarar lo que se dijo anoche? Una señora sentía por lo que dije anoche que yo soy anti una nación. Espero que yo no sea anti ninguna nación, raza o creencia. Si acaso he usado una nación fue sólo para ilustrar un punto.

Lo que intenté deciros fue esto – nos convertimos en lo que contemplamos. Pues esta es la naturaleza del amor, como es la naturaleza del odio, cambiarnos a semejanza de lo que contemplamos. Anoche simplemente leí unos nuevos puntos para mostraros que cuando creemos que podemos destruir nuestra imagen rompiendo el espejo, sólo nos estamos engañando a nosotros mismos.

Cuando, a través de la guerra o la revolución, destruímos los títulos que para nosotros representan la arrogancia y la codicia, nos convertimos con el tiempo en la encarnación de lo que pensábamos que habíamos destruído. Así hoy la gente que pensaba que destruían a los tiranos son ellos mismos lo que pensaban que habían destruido.

Eso no puede ser mal interpretado, permitidme volver a sentar las bases de este principio. La conciencia es la sola y única realidad. Somos incapaces de ver lo que no sean los contenidos de nuestra propia conciencia.

Por lo tanto, el odio nos traiciona a la hora de la victoria y nos condena a ser lo que nosotros condenamos. Toda conquista resulta ser un intercambio de características, por lo que los conquistadores se convierten en semejantes al enemigo conquistado. Odiamos a otros por el mal que está en nosotros mismos. Razas, naciones y grupos religiosos han vivido durante siglos en íntima hostilidad, y esa es la naturaleza del odio, como es la naturaleza del amor, cambiarnos a semejanza de lo que contemplamos.

Las naciones actúan hacia otras naciones como sus propios ciudadanos actúan unos hacia otros. Cuando la esclavitud existía en un estado y esa nación atacaba a otra, era con la intención de esclavizar. Cuando hay una fiera competencia económica entre ciudadano y ciudadano, entonces en la guerra con otra nación el objeto de la guerra es destruir el comercio del enemigo. Las guerras de dominación son llevadas a cabo por la voluntad de aquellos que dentro de un estado son dominantes sobre las fortunas del resto.

Nosotros irradiamos el mundo que nos rodea por la intensidad de nuestra imaginación y sentimiento. Pero en este mundo tridimensional nuestro el tiempo late lentamente. Y así no siempre observamos la relación entre el mundo visible y nuestra naturaleza interior.

Ahora eso es realmente lo que quería decir. Pensaba que lo había dicho. Eso no puede ser mal entendido, ese es mi principio. Tú y yo podemos contemplar un ideal, y convertirnos en él por enamorarnos de él.

Por otra parte podemos contemplar algo que sinceramente nos disgusta y por condenarlo nos convertiremos en ello. Pero debido a la lentitud del tiempo en este mundo tridimensional, cuando nos convertimos en lo que contemplamos nos hemos olvidado de que antes nos propusimos adorarlo o destruirlo.

La lección de esta noche es la piedra angular de la Biblia, así que prestadme atención. La pregunta más importante hecha en la Biblia se encontrará en el capítulo 16 del Evangelio de San Mateo.

Como sabéis, todas las historias de la Biblia son vuestras historias; sus personajes viven sólo en la mente del hombre. No hacen referencia alguna a ninguna persona que viviera en el tiempo y el espacio, o a ningún evento que ocurriera una vez en la tierra.

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El drama relatado en Mateo tiene lugar de esta manera, Jesús se vuelve a sus discípulos y les pregunta: “¿Quién dicen los hombres que Yo, el Hijo del Hombre, soy?” Mat. 16:13

“Y ellos dijeron: Unos dicen que eres Juan el Bautista: algunos, Elías; y otros, Jeremías o uno de los profetas.”

“Él les dijo: ¿Pero quién decís vosotros que yo soy?”

“Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.”

“Y Jesús respondió y le dijo: Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás: no por la carne ni la sangre se te reveló, sino mi Padre que está en el cielo.”

“Y yo también te digo que tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia.” Mat. 16:14-18

Jesús volviéndose a sus discípulos es el hombre dirigiéndose a su mente disciplinada en la autocontemplación. Hazte tú mismo la pregunta, “¿Quién dicen los hombres que yo soy?” En nuestro lenguaje, “Me pregunto ¿qué piensan de mí los hombres?”

Tu respuesta, “Unos dicen que Juan venido de nuevo, algunos dicen que Elías, otros dicen que Jeremías, y otros un profeta de la antigüedad venido otra vez.”

Es muy halagador que te digan que eres, o te pareces, a los grandes hombres del pasado, pero la razón iluminada no está esclavizada por la opinión pública. Está sólo preocupada por la verdad así que se hace otra pregunta, “¿Pero quién decís vosotros que yo soy?” En otras palabras, “¿Quién soy yo?”

Si soy lo suficientemente valiente para asumir que yo soy Cristo Jesús, la respuesta vendrá de nuevo, “Tú eres Cristo Jesús.”

Cuando yo puedo asumirlo y sentirlo y vivirlo valientemente, me diré a mí mismo, “La carne y la sangre no podían haberme dicho esto. Pero mi Padre que está en el Cielo me lo reveló.” Entonces yo hago de este concepto de Ser la roca sobre la que establezco mi iglesia, mi mundo.

“Si no creéis que yo soy Él, moriréis en vuestros pecados.” Juan 8:24

Porque la conciencia es la única realidad, debo asumir que yo soy ya lo que deseo ser. Si no creo que yo soy ya lo que quiero ser, entonces me quedo como soy y muero en esa limitación.

El hombre está siempre buscando algún sostén en el que apoyarse. Él siempre está buscando alguna excusa para justificar el fracaso. Esta revelación no le da al hombre excusa para el fracaso. Su concepto de sí mismo es la causa de todas las circunstancias de su vida. Todos los cambios deben venir primero de su interior; y si no cambia en el exterior es porque no ha cambiado interiormente. Pero al hombre no le gusta sentir que él es el único responsable de las condiciones de su vida.

“Desde ese momento muchos de sus discípulos volvieron atrás, y no andaron más con él.”

“Entonces dijo Jesús a los doce, ¿Queréis vosotros también iros?”

“Entonces Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes las palabras de vida eterna.” Juan 6:66-68

Puede que no me guste lo que acabo de escuchar, que debo volver a mi propia conciencia como la única realidad, la única base sobre la que todos los fenómenos pueden ser explicados. Era más fácil vivir cuando yo podía culpar a otro. Era mucho más fácil vivir cuando podía culpar a la sociedad de mis males, o señalar con el dedo a través del mar y culpar a otra nación. Era más fácil vivir cuando podía culpar al clima por la forma en que me siento.

Pero decirme que yo soy la causa de todo lo que me pasa, que estoy siempre moldeando mi mundo en armonía con mi naturaleza interna, eso es más de lo que el hombre está dispuesto a aceptar. Si esto es cierto, ¿a quién iría? Si estas son las palabras de vida eterna, debo volver a ellas, incluso aunque parezcan tan difíciles de digerir.

Cuando el hombre comprende esto completamente sabe que la opinión pública no importa, pues los hombres sólo le dicen quién es él. El comportamiento de los hombres constantemente me dice quién he concebido yo mismo que soy.

Si acepto este reto y comienzo a vivir por él, finalmente llego al punto que es llamado la gran oración de la Biblia. Se relata en el capítulo 17 del Evangelio de S. Juan: “He acabado la obra que me diste para que hiciese.” Juan 17:4

“Y ahora, oh Padre, glorifícame tú contigo mismo, con aquella gloria que tuve contigo antes de que el mundo fuese.” Juan 17:5

“Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre: los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición.” Juan 17:12

Es imposible que nada se pierda. En esta economía divina nada se puede perder, ni siquiera puede pasar. La pequeña flor que ha florecido una vez, florece para siempre. Es invisible para tí aquí con tu enfoque limitado, pero florece para siempre en la dimensión más grande de tu ser, y mañana la encontrarás.

Todos los que me diste yo los he guardado en tu nombre, y no he perdido a ninguno salvo al hijo de perdición. El hijo de perdición significa simplemente la creencia en la pérdida. Hijo es un concepto, una idea. Perdición es la pérdida. Sólo he perdido verdaderamente el concepto de pérdida, pues nada se puede perder.

Puedo descender desde la esfera en que la cosa misma vive ahora, y cuando desciendo en conciencia a un nivel inferior dentro de mí pasa de mi mundo. Yo digo, “He perdido mi salud. He perdido mi fortuna. He perdido mi nivel en la comunidad. He perdido la fe. He perdido mil cosas.” Pero las cosas en sí mismas, habiendo sido reales una vez en mi mundo, nunca pueden dejar de ser. Ellas nunca se vuelven irreales con el paso del tiempo.

Yo, por descender en conciencia a un nivel inferior, provoco que estas cosas desaparezcan de mi vista y digo: “Se han ido; se han acabado en lo que a mi mundo se refiere.” Todo lo que necesito hacer es ascender al nivel donde son eternas, y una vez más se objetivan y aparecen como realidades dentro de mi mundo.

El quid de todo el capítulo 17 del Evangelio de S. Juan se encuentra en el versículo 19, “Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos puedan ser santificados a través de la verdad.”

Hasta ahora pensaba que podía cambiar a los demás a través del esfuerzo. Ahora sé que no puedo cambiar a otro a menos que primero cambie yo mismo. Para cambiar a otro dentro de mi mundo, primero debo cambiar mi concepto de ese otro; y para hacerlo mejor cambio mi concepto de mí mismo. Porque era el concepto que yo tenía de mí mismo el que me hacía ver a los otros como lo hacía.

Si yo hubiera tenido un concepto noble, digno de mí mismo, yo nunca podría haber visto lo desagradable en los demás.

En lugar de tratar de cambiar a los demás a través de la pelea y la fuerza, que ascienda yo en conciencia a un nivel superior y automáticamente cambiaré a los demás cambiándome a mí mismo. No hay nadie a quien cambiar sino a uno mismo; ese uno mismo es simplemente tu conciencia; tu conciencia y el mundo en el que vive están determinados por el concepto que tienes de tí mismo. Es a la conciencia a la que debemos volvernos como la única realidad. Porque no hay un concepto claro del origen de los fenómenos, excepto que la conciencia es todo y todo es conciencia.

No necesitas ayuda para lograr lo que buscas. Ni por un segundo creas que yo estoy defendiendo escapar de la realidad cuando te pido que simplemente asumas que eres ahora el hombre o la mujer que deseas ser.

Si tú y yo pudiéramos sentir lo que sería si fuéramos ahora lo que queremos ser, y vivir en esta atmósfera mental como si fuera real, entonces, de una manera que no conocemos, nuestra asunción se materializaría en hecho. Esto es todo lo que necesitamos hacer para ascender al nivel donde nuestra asunción es ya una realidad objetiva concreta.

No necesito cambiar a nadie, me santifico a mí mismo y al hacerlo santifico a los demás. Para el puro todas las cosas son puras. “No hay nada inmundo en sí mismo: sino para el que todo lo juzga inmundo, para él es inmundo.” Rom. 14:14. No hay nada impuro en sí mismo, sino que tú, por tu concepto de tí mismo, ves las cosas limpias o sucias.

“Yo y mi Padre somos uno.” Juan 10:30

“Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.”

“Pero si lo hago, aunque no me creáis a mí, creed en las obras: para que podáis saber, y creer, que el Padre está en mí, y yo en él.” Juan 10:37, 38

Él se hace uno con Dios y pensándolo no es extraño o robo hacer las obras de Dios. Tú siempre das fruto en armonía con lo que eres. Es lo más natural del mundo para un peral dar peras, para un manzano dar manzanas, y para el hombre moldear las circunstancias de su vida en armonía con su naturaleza interna.

“Yo soy la vid, vosotros sois las ramas.” Juan 15:5. Una rama no tiene vida a menos que esté arraigada en la vid. Todo lo que necesito hacer para cambiar el fruto es cambiar la vid.

Tú no tienes vida en mi mundo salvo que yo sea consciente de tí. Tú estás arraigado en mí y, como el fruto, das testimonio de la vid que yo soy. No hay otra realidad en el mundo que tu conciencia. A pesar de que ahora puede parecer que eres lo que no quieres ser, todo lo que necesitas hacer para cambiarlo, y para demostrar el cambio por las circunstancias en tu mundo, es asumir tranquilamente que eres lo que ahora quieres ser, y de una manera que no conoces llegarás a serlo.

No hay otra manera de cambiar este mundo. “Yo soy el camino.” Mi YO SOYdad, mi conciencia, es el camino por el cual cambio mi mundo. Cuando cambio mi concepto de mí mismo, cambio mi mundo. Cuando los hombres y mujeres nos ayudan o entorpecen, ellos sólo juegan el papel que nosotros, por nuestro concepto de nosotros mismos, escribimos para ellos, y ellos lo desempeñan automáticamente. Ellos deben jugar los papeles que están jugando porque nosotros somos lo que somos.

Cambiarás el mundo sólo cuando te conviertas en la encarnación de lo que tú quieres que el mundo sea. No tienes más que un regalo en este mundo que sea verdaderamente tuyo para dar y eres tú mismo. A menos que tú mismo seas lo que deseas que el mundo sea, nunca lo verás en este mundo. “Excepto si creéis que yo soy él, moriréis en vuestros pecados.” Juan 8:24

¿Sabes que no hay dos en esta habitación que vivan en el mismo mundo? Vamos a casa esta noche a mundos diferentes. Cerramos nuestras puertas en mundos completamente diferentes. Nos levantamos mañana y vamos a trabajar, donde nos encontramos con otros y conocemos a otros, pero vivimos en diferentes mundos mentales, diferentes mundos físicos.

Sólo puedo dar lo que yo soy, no tengo otro regalo para dar. Si quiero que el mundo sea perfecto, y quién no, he fallado sólo porque no sabía que no podía verlo nunca perfecto hasta que yo mismo llegue a ser perfecto. Si yo no soy perfecto no puedo ver la perfección, pero el día que yo llegue a serlo, embelleceré mi mundo porque lo veo a través de mis propios ojos. “Para los puros todas las cosas son puras.” Tito 1:15

No hay dos aquí que me puedan decir que han escuchado el mismo mensaje una noche. Lo único que debes hacer es escuchar lo que digo a través de lo que eres. Debe ser filtrado a través de tus prejuicios, tus supersticiones y tu concepto de tí mismo. Lo que quiera que seas, debe venir a través de eso, y ser coloreado por lo que tú eres.

Si estás molesto y te gustaría que yo fuera algo distinto de lo que parezco ser, entonces tú debes ser lo que quieres que yo sea. Debemos convertirnos en lo que queremos que los demás sean o nunca los veremos ser eso.

Tu conciencia, mi conciencia, es el único fundamento verdadero en el mundo. Esto es lo que es llamado Pedro en la Biblia, no un hombre, esta fidelidad que no puede volverse a nadie, que no puede ser halagada cuando se te dijo por los hombres que eres Juan venido de nuevo. Eso es muy halagador, que se te diga que eres Juan el Bautista venido de nuevo, o el gran profeta Elías o Jeremías.

Entonces cierro mis oídos a este muy halagador poco de noticias que los hombres me podrían dar y me pregunto, “¿Pero honestamente quién soy yo?”

Si puedo negar las limitaciones de mi nacimiento, mi entorno, y la creencia de que no soy más que una extensión de mi árbol genealógico, y sentir dentro de mí que yo soy Cristo, y sostener esta asunción hasta que tome un lugar central y forme el centro habitual de mi energía, haré las obras atribuidas a Jesús. Sin pensamiento o esfuerzo moldearé un mundo en armonía con esa perfección que he asumido y siento surgir dentro de mí.

Cuando abro los ojos del ciego, destapo los oídos del sordo, doy alegría por luto y belleza por cenizas, entonces y sólo entonces, he establecido verdaderamente esta vid profundamente dentro. Eso es lo que automáticamente haría si yo fuera realmente consciente de ser Cristo. Se dijo de esta presencia que Él demostró que era Cristo por sus obras.

Nuestras ordinarias alteraciones de conciencia, cuando pasamos de un estado a otro, no son transformaciones, porque cada una de ellas es tan rápidamente reemplazada por otra en la dirección contraria; pero cada vez que nuestra asunción se hace tan estable como para expulsar definitivamente a sus rivales, entonces ese concepto habitual central define nuestro carácter y es una verdadera transformación.

Jesús, o la razón iluminada, no vio nada impuro en la mujer sorprendida en adulterio. Él le dijo: “¿Ninguno te ha condenado?” Juan 8:10

“Ella dijo: Ninguno, Señor. Y Jesús le dijo, tampoco yo te condeno; vete, y no peques más.” Juan 8:11

No importa lo que sea llevado ante la presencia de la belleza, sólo ve belleza. Jesús estaba tan completamente identificado con lo hermoso que era incapaz de ver lo desagradable.

Cuando tú y yo realmente nos hacemos conscientes de ser Cristo, también nosotros enderezaremos los brazos de los atrofiados y resucitaremos las esperanzas muertas de los hombres. Haremos todas las cosas que no podíamos hacer cuando nos sentimos limitados por nuestro árbol genealógico. Es un paso audaz y no debe tomarse a la ligera, porque hacerlo es morir. Juan, el hombre de tres dimensiones es decapitado, o pierde su enfoque tridimensional, que Jesús, el Yo cuatridimensional, puede vivir.

Cualquier ampliación de nuestro concepto de Ser implica una ruptura un tanto dolorosa con las concepciones hereditarias fuertemente enraizadas. Las ataduras que nos mantienen en el seno de las limitaciones convencionales son fuertes. Todo lo que anteriormente creías ya no lo crees. Tú sabes ahora que no hay poder fuera de tu propia conciencia. Por lo tanto no puedes volverte a nadie fuera de tí mismo.

No tienes oídos para la sugerencia de que algo más tiene poder en ello. Tú sabes que la única realidad es Dios, y Dios es tu propia conciencia. No hay otro Dios. Por lo tanto sobre esta piedra tú construyes la iglesia eterna y audazmente asumes que eres este Ser Divino, auto-engendrado ya que te atreviste a apropiarte de lo que no te fue dado en tu cuna, un concepto de Ser no formado en el vientre de tu madre, un concepto de ser concebido fuera de las atribuciones del hombre.

La historia nos es contada bellamente en la Biblia utilizando a los dos hijos de Abraham: uno el bendecido, Isaac, nacido fuera de las atribuciones del hombre y el otro, Ismael, nacido en cautividad.

Sara era demasiado vieja para engendrar un hijo, por lo que su esposo Abraham entró en Agar la sierva, la peregrina, y ella concibió del anciano y le dio un hijo llamado Ismael. La mano de Ismael estaba contra todo hombre y la mano de todo hombre contra él.

Todo niño nacido de mujer nace en cautividad, nacido en todo lo que su entorno representa, con independencia de si es el trono de Inglaterra, la Casa Blanca o cualquier otro gran lugar en el mundo. Todo niño nacido de mujer es personificado como este Ismael, el hijo de Agar.

Pero dormido en todos los niños está el bendecido Isaac, que ha nacido fuera de las capacidades del hombre y, ha nacido a través de la fe, solo. Este segundo hijo no tiene padre terrenal. Es auto-engendrado.

¿Qué es el segundo nacimiento? Me encuentro hombre, no puedo volver al vientre de mi madre, y sin embargo debo nacer una segunda vez. “Excepto que un hombre nazca de nuevo no puede entrar en el reino de Dios.” Juan 3:3

Yo tranquilamente me apropio de eso que ningún hombre me puede dar, que ninguna mujer me puede dar. Me atrevo a asumir que yo soy Dios. Esto debe ser de fe, esto debe ser de promesa. Entonces me convierto en el bendecido, me convierto en Isaac.

Cuando empiezo a hacer las cosas que sólo esta presencia podría hacer, sé que he nacido fuera de las limitaciones de Ismael, y me he convertido en heredero del reino. Ismael no pudo heredar nada, aunque su padre era Abraham, o Dios. Ismael no tenía a ambos padres del piadoso; su madre era Agar la sierva, y así no podía participar del patrimonio de su padre.

Tú eres Abraham y Sara, y contenido dentro de tu propia conciencia hay uno esperando reconocimiento. En el Antiguo Testamento es llamado Isaac, y en el Nuevo Testamento es llamado Jesús, y ha nacido sin la ayuda del hombre.

Ningún hombre puede decirte que tú eres Cristo Jesús, ningún hombre puede decirte y convencerte de que tú eres Dios. Tú debes jugar con la idea y preguntarte cómo sería ser Dios.

Ningún claro concepto del origen de los fenómenos es posible salvo que la conciencia es todo y todo es conciencia. Nada puede evolucionar del hombre que no estuviera implicado potencialmente en su naturaleza. El ideal que servimos y esperamos alcanzar nunca podría evolucionar de nosotros si no estuviera potencialmente implicado en nuestra naturaleza.

Permitidme ahora volver a contar y enfatizar una experiencia mía impresa por mí hace dos años bajo el título LA BÚSQUEDA. Creo que os ayudará a entender esta ley de la conciencia, y os mostrará que no tenéis que cambiar a nadie sino a vosotros mismos, pues sois incapaces de ver más que los contenidos de vuestra propia conciencia.

Una vez en un intervalo ocioso en el mar, yo meditaba sobre “el estado perfecto”, y me pregunté qué sería si yo fuera de ojos demasiado puros para contemplar la iniquidad, si para mí todo fuera puro y yo no condenara. Mientras me perdía en esta exaltada rumiación, me encontré levantado por encima del ambiente oscuro de los sentidos. Tan intensa fue la sensación que me sentí un ser de fuego habitando en un cuerpo de aire. Voces, como de un coro celestial, con la exaltación de los que habían sido vencedores en un conflicto con la muerte, estaban cantando: “Él ha ascendido, ha ascendido”, e intuitivamente sabía qué me querían decir.

Entonces me parecía estar caminando en la noche. Pronto me encontré con una escena que podría haber sido el antiguo estanque de Bethesda, pues en este lugar había una gran multitud de gente inválida – ciegos, paralíticos, atrofiados – esperaban no el movimiento del agua como en la tradición, sino que me esperaban a mí.

A medida que me acercaba, sin pensamiento o esfuerzo por mi parte, fueron uno tras otro como moldeados por el Mago de lo Bello. Ojos, manos, pies – todos los miembros que faltaban – eran sacados de algún reservorio invisible y moldeados en armonía con esa perfección que sentía surgiendo dentro de mí. Cuando todos fueron perfeccionados el coro se regocijó, “Se ha cumplido.”

Sé que esta visión fue el resultado de mi intensa meditación sobre la idea de perfección, pues mis meditaciones invariablemente lograban una unión con el estado contemplado. Yo había estado tan completamente absorto dentro de la idea de que por un tiempo me había convertido en lo que contemplaba, y el elevado propósito con el que me había identificado por ese momento señaló la compañía de cosas elevadas y formó la visión en armonía con mi naturaleza interior.

El ideal con el que estamos unidos funciona por asociación de ideas para despertar un millar de estados de ánimo para crear un drama de acuerdo con la idea central.

Mis experiencias místicas me han convencido de que no hay otra manera de lograr la perfección que buscamos que por la transformación de nosotros mismos. Tan pronto como consigamos transformarnos a nosotros mismos, el mundo se fundirá mágicamente ante nuestros ojos y se reconfigurará en armonía con lo que nuestra transformación afirme.

Nosotros damos forma al mundo que nos rodea por la intensidad de nuestra imaginación y nuestro sentimiento, e iluminamos u oscurecemos nuestras vidas por los conceptos que mantenemos de nosotros mismos. Nada es más importante para nosotros que nuestro concepto de nosotros mismos, y especialmente es cierto de nuestro concepto del profundo, dimensionalmente más grande, Uno dentro de nosotros.

Aquellos que nos ayudan o dificultan, lo sepan o no, son los sirvientes de esa ley que configura las circunstancias externas en armonía con nuestra naturaleza interna. Es nuestro concepto de nosotros mismos el que nos libera o nos constriñe, aunque puede utilizar agentes materiales para lograr su propósito.

Como la vida moldea el mundo externo para reflejar la disposición interna de nuestras mentes, no hay otra forma de lograr la perfección externa que buscamos que por la transformación de nosotros mismos. Ninguna ayuda viene de fuera: las colinas a las que elevamos nuestros ojos son las de rango interior.

Es por tanto a nuestra propia conciencia a la que debemos volvernos como la única realidad, la única base sobre la que todos los fenómenos pueden ser explicados. Podemos confiar absolutamente en la justicia de esta ley que nos da sólo lo que es de nuestra propia naturaleza.

Intentar cambiar el mundo antes de cambiar nuestro concepto de nosotros mismos es luchar contra la naturaleza de las cosas. No puede haber ningún cambio externo hasta que haya primero un cambio interno.

Como es dentro, así es afuera.

No estoy abogando por la indiferencia filosófica cuando sugiero que deberíamos imaginarnos a nosotros mismos ya como lo que queremos ser, viviendo en una atmósfera mental de grandeza, en lugar de utilizar medios físicos y argumentos para lograr los cambios deseados.

Todo lo que hacemos, no acompañado por un cambio de conciencia, no es sino inútil reajuste de superficies. Por más que nos afanemos o luchemos, no podemos recibir más que nuestros conceptos de auto-afirmación. Protestar contra todo lo que nos sucede es protestar contra la ley de nuestro ser y nuestra soberanía sobre nuestro propio destino.

Las circunstancias de mi vida están demasiado estrechamente relacionadas con mi concepto de mí mismo como para no haber sido formadas por mi propio espíritu de algún almacén dimensionalmente más grande de mi ser. Si hay dolor para mí en estos acontecimientos, debería buscar dentro de mí la causa, pues yo soy movido aquí y allá y hecho para vivir en un mundo en armonía con mi concepto de mí mismo.

Si llegáramos a ser tan emocionalmente despiertos sobre nuestras ideas como sobre nuestros disgustos, ascenderíamos al plano de nuestro ideal tan fácilmente como ahora descendemos al nivel de nuestros odios.

El amor y el odio tienen un poder mágico de transformación, y nos hacemos a través de su ejercicio a semejanza de lo que contemplamos. Por la intensidad de odio creamos en nosotros mismos el carácter que imaginamos en nuestros enemigos. Las cualidades mueren por falta de atención, así los estados desagradables podrían ser mejor borrados imaginando “belleza por cenizas y alegría por luto” en lugar que por ataques directos sobre el estado del que queremos liberarnos.

“Cualquier cosa que sea amable y de buena relación, piensa en esas cosas”, pues nos convertimos en aquello con lo que estamos en relación.

No hay nada que cambiar sino nuestro concepto de nosotros mismos. Tan pronto como consigamos transformarnos a nosotros mismos, nuestro mundo se disolverá y se reconfigurará en armonía con lo que nuestro cambio afirma.

Yo, por descender de conciencia, he dado lugar a la imperfección que veo. En la economía divina nada se pierde. No podemos perder nada salvo descendiendo de conciencia desde la esfera donde la cosa tiene su vida natural.

“Y ahora, oh Padre, glorifícame tú contigo mismo con aquella gloria que tuve contigo antes de que el mundo fuese.” Juan 17:5

Cuando asciendo de conciencia el poder y la gloria que eran míos vuelven a mí y yo también diré, “he acabado el trabajo que me diste para que hiciese.” El trabajo es volver de mi descenso de conciencia, desde el nivel en donde yo creía que era un hijo del hombre, a la esfera donde sé que soy uno con mi Padre y mi Padre es Dios.

Sé, más allá de toda duda, que no hay nada que el hombre tenga que hacer sino cambiar su propio concepto de sí mismo para asumir la grandeza y sostener esta asunción. Si caminamos como si fuéramos ya el ideal al que servimos, nos elevaremos al nivel de nuestra asunción, y encontraremos un mundo en armonía con nuestra asunción. No tenemos que mover un dedo para que así sea, pues ya es así. Siempre fue así.

Tú y yo hemos descendido de conciencia al nivel donde ahora nos encontramos y vemos imperfección porque ¡nosotros hemos descendido! Cuando comenzamos a ascender mientras estamos aquí en este mundo tridimensional, descubrimos que nos movemos en un entorno completamente diferente, tenemos círculos de amigos completamente diferentes y un mundo completamente diferente mientras aún vivimos aquí. Conocemos el gran misterio de la afirmación, “estoy en el mundo, pero no soy de él.”

En lugar de cambiar las cosas yo os sugeriría a todos identificaros con el ideal que contempláis. ¿Cuál sería la sensación si tuvieras ojos demasiado puros para contemplar la iniquidad, si para tí todas las cosas fueran puras y no condenaras? Contempla el estado ideal e identifícate con él y ascenderás a la esfera donde tú como Cristo tienes tu vida natural.

Estás todavía en ese estado donde estabas antes de que el mundo fuera. Lo único que ha caído es tu concepto de tí mismo. Ve que las partes rotas realmente no están rotas. Estás viéndolas a través de ojos distorsionados, como si estuvieras en una de esas peculiares galerías de atracciones donde un hombre camina ante un espejo y es alargado, sin embargo es el mismo hombre. O se mira en otro espejo y es todo grande y gordo. Estas cosas se ven hoy porque el hombre es lo que es.

Juega con la idea de la perfección. No le pidas a nadie que te ayude, sino que la oración del capítulo 17 del Evangelio de S. Juan sea tu oración. Aprópiate del estado que era tuyo antes de que el mundo fuese.

Conoce la verdad de la afirmación: “Ninguno he perdido salvo al hijo de perdición.” Nada se pierde en toda mi montaña sagrada. Lo único que pierdes es la creencia en la pérdida o al hijo de perdición.

“Y por ellos me santifico, para que también ellos sean santificados a través de la verdad.” Juan 17:19

No hay nadie a quien cambiar sino a uno mismo. Todo lo que necesitas hacer para que los hombres y mujeres se hagan santos en este mundo es hacerte tú mismo santo. Tú eres incapaz de ver nada que sea desagradable cuando estableces dentro del ojo de tu propia mente el hecho de que tú eres agradable.

Es mucho mejor saber esto que saber cualquier otra cosa en el mundo. Requiere valor, valor ilimitado, porque muchos esta noche, después de haber oído esta verdad, todavía estarán inclinados a culpar a otros de su situación. Al hombre le resulta tan difícil volverse a sí mismo, a su propia conciencia como la única realidad. Escucha estas palabras:

“Ningún hombre puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere.” Juan 6:44

“Yo y mi Padre somos uno.” Juan 10:30

“Un hombre no puede recibir nada, excepto que le fuere dado del cielo.” Juan 3:27

“Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para volverla a tomar.”

“Nadie me la quita, sino que yo mismo la entrego.” Juan 10:17,18

“No me elegisteis a mí, yo os he elegido.” Mi concepto de mí mismo moldea un mundo en armonía consigo mismo y lleva a los hombres a decirme constantemente por su comportamiento quién soy yo.

Lo más importante en este mundo para tí es tu concepto de tí mismo. Cuando no te gusta tu entorno, las circunstancias de la vida y el comportamiento de los hombres, pregúntate, “¿Quién soy yo?” Tu respuesta a esta pregunta es la causa de tus disgustos.

Si no te condenas a tí mismo no habrá nadie en tu mundo para condenarte. Si estás viviendo en la conciencia de tu ideal no verás nada que condenar. “Para el puro todas las cosas son puras.”

Ahora me gustaría dedicar un poco de tiempo a aclarar en lo que pueda lo que yo personalmente hago cuando oro, lo que hago cuando quiero lograr cambios en mi mundo. Lo encontrarás interesante y descubrirás que funciona. Nadie aquí puede decirme que ellos no pueden hacerlo. Es verdaderamente tan simple que todos lo pueden hacer. Somos lo que imaginamos que somos.

Esta técnica no es difícil de seguir, pero debes querer hacerla. No puedes abordarla con la actitud mental de “Oh, bueno, lo intentaré.” Debes querer hacerlo, porque el resorte principal de la acción es el deseo.

El deseo es el resorte principal de toda acción. Ahora ¿qué quiero? Tengo que definir mi objetivo. Por ejemplo, supongamos que yo quisiera ahora estar en otra parte. En este mismo momento yo realmente deseo estar en otra parte. No hace falta cruzar la puerta, no necesito sentarme. No necesito hacer nada sino estar justo donde estoy y con los ojos cerrados asumir que en realidad estoy donde deseo estar. Entonces permanezco en ese estado hasta que tenga la sensación de realidad. Si yo ahora estuviera en otro lugar no podría ver el mundo como lo veo ahora desde aquí. El mundo cambia en su relación conmigo cuando yo cambio mi posición en el espacio.

Así que estoy aquí mismo, cierro los ojos e imagino que estoy viendo lo que vería si yo estuviera allí. Sigo en ello el tiempo suficiente para sentir que es real. No puedo tocar las paredes de esta habitación desde aquí, pero cuando cierras los ojos y te quedas quieto puedes imaginar y sentir que las tocas. Tú puedes estar donde estás e imaginarte que estás poniendo tu mano en esa pared. Para probar que realmente lo estás, ponla ahí y deslízala hacia arriba y siente la madera. Puedes imaginar que estás haciéndolo sin dejar tu asiento. Puedes hacerlo y realmente lo sentirás si te quedas suficientemente quieto y es suficientemente intenso.

Yo estoy donde estoy y permito al mundo que quiero ver y penetrar físicamente venir ante mí como si yo estuviera ahí ahora. En otras palabras, traigo ese otro lugar aquí asumiendo que estoy ahí.

¿Está claro? Lo dejo venir, no lo hago venir. Simplemente me imagino que estoy allí y entonces dejo que suceda.

Si quiero una presencia física, me imagino que está aquí, y le toco. A todo lo largo de la Biblia encuentro estas sugestiones, “Él colocó sus manos sobre ellos. Él les tocó.”

Si quieres aliviar a alguien, ¿cuál es el sentimiento automático? Poner la mano sobre él, no puedes evitarlo. Te encuentras con un amigo y la mano se va automáticamente, le das la mano o le pones la mano sobre el hombro.

Supongamos que ahora te encontraras a un amigo que no has visto durante un año y es un amigo que aprecias mucho. ¿Qué harías? Lo abrazarías, ¿no? O pondrías tu mano sobre él.

En tu imaginación tráele lo suficientemente cerca para poner tu mano sobre él y sentir que es sólidamente real. Restringe la acción sólo a eso. Te sorprenderá lo que sucede. A partir de entonces las cosas empiezan a moverse. Tu ser dimensionalmente más grande inspirará, en todos, las ideas y acciones necesarias para ponerte en contacto físico. Funciona de esa manera.

Todos los días me pongo en el estado de somnolencia; es una cosa muy fácil de hacer. Pero el hábito es una cosa extraña en el mundo del hombre. No es una ley, pero el hábito actúa como si fuera la ley más irresistible del mundo. Somos criaturas de hábito.

Si creas un intervalo cada día en el que te pones en el estado de somnolencia, por ejemplo a las 3 de la tarde, sabes que en ese momento todos los días te sentirás somnoliento. Inténtalo durante una semana y ve si no estoy en lo cierto.

Te sientas con el fin de crear un estado próximo al sueño, como si estuvieras adormecido, pero no lleves la somnolencia demasiado lejos, sólo lo suficiente para relajarte y dejarte el control de la dirección de tus pensamientos. Inténtalo durante una semana, y cada día a esa hora, no importa lo que estés haciendo, difícilmente serás capaz de mantener los ojos abiertos. Si sabes la hora en que estarás libre puedes crearlo. Yo no te sugeriría que lo hagas a la ligera, ya que te sentirás muy, muy somnoliento y puedes no querer.

Tengo otra manera de orar. En este caso siempre me siento y me pongo en el sillón más cómodo imaginable, o me acuesto de espaldas y me relajo completamente. Ponte cómodo. No debes estar en cualquier posición en que el cuerpo esté incómodo. Ponte siempre en una posición donde tengas la mayor comodidad. Esta es la primera etapa.

Saber lo que quieres es el inicio de la oración. En segundo lugar construye en el ojo de tu mente un solo evento pequeño que implique que has realizado tu deseo. Siempre dejo a mi mente vagar sobre muchas cosas que podrían seguir a la oración contestada y aíslo una que es la que más probablemente siga al cumplimiento de mi deseo. Una pequeña cosa simple, algo así como estrechar una mano, abrazar a una persona, la recepción de una carta, la escritura de un cheque, o lo que sea que pueda implicar el cumplimiento de tu deseo.

Después de haber decidido sobre la acción que implica que tu deseo se ha realizado, siéntate en tu silla cómoda o acuéstate boca arriba, cierra los ojos, por la sencilla razón de que ayuda a inducir ese estado que bordea el sueño.

En el momento que sientas ese agradable estado somnoliento, o el sentimiento de unidad recogida, donde sientes: me podría mover si quisiera, pero no quiero, podría abrir los ojos si quisiera, pero no quiero. Cuando tengas esa sensación puedes estar bastante seguro de que estás en el perfecto estado para orar con éxito.

En esta sensación es fácil tocar cualquier cosa en este mundo. Toma la simple pequeña acción restringida que implique el cumplimiento de tu oración y siéntela o represéntala. Sea lo que sea, entra en la acción como si fueras un actor en el papel. No te sientes detrás y te visualices haciéndolo. Házlo.

Con el cuerpo inmovilizado imagina que el tú más grande dentro de tu cuerpo físico está saliendo de él y que tú estás realmente realizando la acción propuesta. Si vas a caminar, imagina que estás caminando. No te veas caminar, SIENTE que estás caminando.

Si vas a subir escaleras, SIENTE que estás subiendo las escaleras. No te visualices a tí mismo haciéndolo, siéntete haciéndolo. Si vas a estrechar la mano de un hombre, no te visualices estrechándole la mano, imagina a tu amigo de pie delante tuyo y dale la mano. Pero deja tus manos físicas inmovilizadas e imagina que tu mano más grande, que es tu mano imaginaria, está en realidad estrechándole la mano.

Todo lo que necesitas hacer es imaginar que lo estás haciendo. Tú estás estirado en el tiempo, y lo que estás haciendo, que parece ser un sueño diurno controlado, es un acto efectivo en la dimensión más grande de tu ser. Estás efectivamente encontrando un evento cuatridimensionalmente antes de que lo encuentres aquí en las tres dimensiones del espacio, y tú no tienes que levantar un dedo para hacer que ese estado se de.

Mi tercera manera de orar es simplemente sentirte agradecido. Si quiero algo, ya sea para mí o para otro, inmovilizo el cuerpo físico, entonces produzco el estado próximo al sueño y en ese estado sólo me siento feliz, me siento agradecido; agradecimiento que implica la realización de lo que quiero. Asumo la sensación del deseo cumplido y con la mente dominada por esa única sensación me voy a dormir. No tengo que hacer nada para que así sea, porque es así. Mi sensación del deseo cumplido implica que está hecho.

Todas estas técnicas puedes utilizarlas y modificarlas para adaptarlas a tu temperamento. Pero debo hacer hincapié en la necesidad de inducir el estado de somnolencia en que puedas llegar a estar atento sin esfuerzo.

Una sensación única domina la mente si oras con éxito.

¿Qué sentiría, ahora, si yo fuera lo que quiero ser? Cuando yo sé cómo sería la sensación entonces cierro los ojos y me pierdo en esa sensación única, y mi Yo dimensionalmente más grande entonces construye un puente de incidencia que me lleva de este momento presente al logro de mi estado de ánimo. Eso es todo lo que necesitas hacer. Pero la gente tiene la costumbre de menospreciar la importancia de las cosas simples.

Somos criaturas de hábito y estamos lentamente aprendiendo a renunciar a nuestros conceptos previos, pero las cosas por las que antes vivíamos todavía de alguna manera influyen nuestro comportamiento. He aquí una historia de la Biblia que ilustra mi punto.

Está recogido que Jesús dijo a sus discípulos que fueran al cruce y allí encontrarían un potro, un potro joven aún no montado por un hombre. Traerle el potro y si alguien pregunta, “¿Por qué tomas este potro?” decirle: “El Señor lo necesita.”

Fueron al cruce y hallaron el potro e hicieron exactamente como se les dijo. Ellos trajeron el burro desbridado a Jesús y Él lo montó triunfalmente en Jerusalén.

La historia no tiene nada que ver con un hombre montado en un pequeño pollino. Tú eres el Jesús de la historia. El potro es el estado de ánimo que vas a asumir. Ese es el animal vivo no montado aún por tí. ¿Cuál sería la sensación si realizaras tu deseo? Una nueva sensación, como un joven potro, es una cosa muy difícil de montar a menos que lo montes con una mente disciplinada. Si no me mantengo fiel al estado de ánimo el joven potro me tirará. Cada vez que te vuelves consciente de que no eres fiel a este estado de ánimo, has sido tirado del potro.

Disciplina tu mente para que puedas permanecer fiel a un alto estado de ánimo y móntalo triunfalmente en Jerusalén, que es el cumplimiento, o la ciudad de la paz.

Esta historia precede la fiesta de la Pascua (Paso). Si queremos pasar de nuestro estado presente al de nuestro ideal, debemos asumir que somos ya lo que queremos ser y seguir fieles a nuestra asunción, pues debemos mantener un alto estado de ánimo si queremos caminar con lo más alto.

Una actitud mental fija, una sensación de que eso está hecho, lo hará así. Si camino como si lo fuera, pero de vez en cuando miro a ver si realmente es así, entonces me caigo de mi estado de ánimo o del burro.

Si yo suspendiera el juicio como Pedro, podría caminar sobre el agua. Pedro empieza a caminar sobre el agua, y entonces comienza a mirar a su propio entendimiento y empieza a hundirse. La voz dijo: “Mira arriba, Pedro.” Pedro mira arriba y se levanta otra vez y sigue caminando sobre el agua.

En lugar de mirar hacia abajo para ver si esto realmente va a materializarse en hecho, simplemente sabe que ya es así, sostén ese estado de ánimo y montarás el potro desbridado en la ciudad de Jerusalén. Todos nosotros debemos aprender a montar el animal directo a Jerusalén sin ayuda de ningún hombre. No necesitas a otro para ayudarte.

Lo extraño es que cuando mantenemos el ánimo alto y no caemos, otros amortiguan los golpes. Extienden las hojas de palma delante de mí para amortiguar mi viaje. No tengo que preocuparme. Los choques serán suavizados mientras me mueva al cumplimiento de mi deseo. Mi elevado estado de ánimo despierta en los demás las ideas y acciones que tienden hacia la encarnación de mi estado de ánimo. Si caminas fiel a un elevado estado de ánimo, no habrá oposición y tampoco competencia.

La prueba de un maestro o una enseñanza es estar basada en la fidelidad de lo enseñado. Me voy de aquí el domingo por la noche. Mantente fiel a esta instrucción. Si buscas causas fuera de la conciencia del hombre, entonces no te he convencido de la realidad de la conciencia.

Si buscas excusas para el fracaso siempre las encontrarás, pues encuentras lo que buscas. Si buscas una excusa para el fracaso, la encontrarás en las estrellas, en los números, en la taza de té o en cualquier otro lugar más. La excusa no estará ahí, pero tú la encontrarás para justificar tu fracaso.

Los hombres y las mujeres de negocios y profesionales exitosos saben que esta ley funciona. No lo descubrirás en grupos de chismes, pero lo descubrirás en corazones valientes.

El eterno viaje del hombre es por un propósito: revelar al Padre. Él viene a hacer visible a su Padre. Y su Padre se hace visible en todas las cosas bellas de este mundo. Todas las cosas que son amables, que son de buena relación, monta en estas cosas, y no tengas tiempo para lo desagradable en este mundo, independientemente de lo que sea.

Permaneced fieles al conocimiento de que vuestra conciencia, vuestra YO SOYdad, vuestra conciencia de ser conscientes de la única realidad, es la roca sobre la que todos los fenómenos pueden ser explicados. No hay explicación fuera de eso. No sé de ninguna concepción clara del origen de los fenómenos salvo que la conciencia es todo y todo es conciencia.

Lo que buscas está ya alojado dentro de tí. Si no estuviera ahora dentro de tí la eternidad no podría desarrollarlo. Ningún estiramiento del tiempo sería lo suficientemente largo para evolucionar lo que no está potencialmente incluído en tí.

Tú simplemente déjalo ser asumiendo que ya es visible en tu mundo, y permanece fiel a tu asunción. Se materializará en hecho. Tu Padre tiene innumerables modos de revelar tu asunción. Fija esto en tu mente y recuerda siempre, “Una asunción, aunque falsa, si es mantenida se materializará en hecho”.

Tú y tu Padre sois uno y tu Padre es todo lo que fue, es y será. Por lo tanto lo que buscas ya lo eres, no puede nunca estar tanto lejos como tampoco cerca, pues la cercanía implica separación.

El gran Pascal dijo, “Tú nunca me habrías buscado si no me hubieras ya encontrado.” Lo que ahora deseas ya lo tienes y lo buscas sólo porque ya lo has encontrado. Tú lo encuentras en forma de deseo. Es igual de real en forma de deseo como lo va a ser para tus órganos corporales.

Eres ya eso que buscas y no tienes que cambiar a nadie sino a tí mismo a fin de expresarlo.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es
LESSON 4 - NO ONE TO CHANGE BUT SELF (Neville Goddard 1948)