~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


miércoles, 11 de mayo de 2011

LECCIÓN 5 - PERMANECE FIEL A TU IDEA

Neville Goddard (1948)


LECCIÓN 5 - PERMANECE FIEL A TU IDEA



Esta noche tenemos la lección quinta y última de este curso. En primer lugar daré una especie de resumen de lo que ha ido antes. Luego, ya que muchos de vosotros me habéis pedido que explique más detalladamente la lección 3, os daré algunas ideas más sobre pensar cuatridimensionalmente.

Sé que cuando un hombre ve una cosa claramente puede contarla, puede explicarla. Este invierno pasado en Barbados un pescador, cuyo vocabulario no abarcaba más de mil palabras, me dijo más en cinco minutos sobre el comportamiento del delfín de lo que Shakespeare con su vasto vocabulario podría haberme dicho, si hubiera sabido las costumbres del delfín.

Este pescador me contó cómo al delfín le encanta jugar con un pedazo de madera a la deriva, y con el fin de atraparlo, tiras la madera y lo cebas como cebarías a niños, porque le gusta fingir que está saliendo del agua. Como ya he dicho, el vocabulario de este hombre era muy limitado, pero él conocía a su pez y conocía el mar. Como conocía a su delfín podía contarme todo sobre sus hábitos y cómo atraparlo.

Cuando dices que sabes una cosa, pero no puedes explicarla, yo te digo que no la sabes, pues cuando realmente la sabes naturalmente la expresas.

Si yo te pidiera ahora definir la oración, y te digo “¿Cómo harías, a través de la oración, para realizar un objetivo, cualquier objetivo?” Si puedes decírmelo, entonces tú lo sabes, pero si no me lo puedes decir, entonces no lo sabes. Cuando lo ves claramente en el ojo mental, el tú más grande inspirará las palabras necesarias para vestir la idea y expresarlo bellamente, y expresarás la idea mucho mejor que un hombre con un vasto vocabulario que no lo ve tan claramente como tú.

Si has escuchado con atención durante los últimos cuatro días, tú sabes ahora que la Biblia no se refiere en absoluto a personas que hayan existido jamás o a sucesos que hayan ocurrido alguna vez en la tierra.

Los autores de la Biblia no estaban escribiendo la historia, estaban escribiendo un gran drama mental que ellos vistieron con el ropaje de la historia, y luego lo adaptaron a la limitada capacidad de las masas acríticas e irreflexivas.

Sabes que cada historia en la Biblia es tu historia, que cuando los escritores introducen docenas de personajes en la misma historia están tratando de presentarte diferentes atributos de la mente que tú puedes emplear. Vísteis cómo yo tomé quizás una docena o más historias y las interpreté para vosotros.

Por ejemplo, muchas personas se preguntan cómo Jesús, el hombre más agraciado, el más amoroso del mundo, si era hombre, podría decir a su madre lo que se supone que le dijo, como se recoge en el segundo capítulo del Evangelio de S. Juan. Se hace decir a Jesús a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?” Juan 2:4

Tú y yo, que aún no estamos identificados con el ideal que servimos, no haríamos una declaración así a nuestra madre. Sin embargo, aquí estaba la encarnación del amor diciéndole a su madre: “Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo?”

Tú eres Jesús, y tu madre es tu propia conciencia. Pues la conciencia es la causa de todo, por lo tanto es el gran padre-madre de todos los fenómenos.

Tú y yo somos criaturas de hábito. Estamos metidos en el hábito de aceptar como definitiva la evidencia de nuestros sentidos. Los invitados necesitan vino y mis sentidos me dicen que no hay vino, y yo por hábito estoy a punto de aceptar esta falta como definitiva. Cuando recuerdo que mi conciencia es la sola y única realidad, por tanto, si niego la evidencia de mis sentidos y asumo la conciencia de tener suficiente vino, en un sentido he reprendido a mi madre o a la conciencia que sugiere la falta; y asumiendo la conciencia de tener lo que deseo para mis invitados, el vino se produce de una manera que no sabemos.

Acabo de leer una nota aquí de un querido amigo mío en la audiencia. El domingo pasado tenía una cita en una iglesia para una boda; el reloj le dijo que llegaba tarde, todo le dijo que llegaba tarde.

Estaba en una esquina esperando un tranvía. No había nadie a la vista. Imaginó que, en lugar de estar en la esquina de la calle, estaba en la iglesia. En ese momento un auto se detuvo frente a él. Mi amigo le contó al conductor su situación y el conductor le dijo: “Yo no voy en esa dirección, pero le llevaré.” Mi amigo entró en el coche y llegó a la iglesia a tiempo para el servicio. Esto es aplicar la ley correctamente, no aceptación de la sugestión del retraso. No aceptar nunca la sugestión de falta.

En este caso me dije a mí mismo, “¿Qué tengo yo que ver contigo?” ¿Qué tengo yo que ver con la evidencia de mis sentidos? Traedme todas las vasijas y llenadlas. En otras palabras, asumo que tengo vino y todo lo que deseo. Entonces mi Yo dimensionalmente más grande inspira en todos los pensamientos y las acciones que ayuden a la encarnación de mi asunción.

No es un hombre diciendo a una madre: “Mujer ¿qué tengo yo que ver contigo?” Es cada hombre que conoce esta ley que se dirá a sí mismo, cuando sus sentidos sugieren falta, “¿qué tengo yo que ver contigo? Apártate de mí.” Nunca volveré a escuchar una voz como esa, porque si lo hago, entonces estoy fecundado por esa sugestión y voy a concebir el fruto de la falta.

Pasamos a otra historia en el Evangelio de S. Marcos, donde Jesús tiene hambre.

“Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si acaso se podría encontrar ahí algo: y cuando llegó a ella, no encontró nada sino hojas; porque no era todavía tiempo de higos.”

“Y Jesús respondió y le dijo, no coma nadie fruto de ti para siempre. Y sus discípulos lo oyeron.” Marcos 11:13 14

“Y por la mañana, cuando pasaban, vieron que la higuera se había secado desde las raíces.” Marcos 11:20

¿Qué árbol estoy maldiciendo? No es un árbol en el exterior. Es mi propia conciencia. “Yo soy la vid.” Juan 15:1. Mi conciencia, mi YO SOYdad es el gran árbol y el hábito, una vez más, sugiere vacío, sugiere esterilidad, sugiere cuatro meses antes de que yo pueda festejar. Pero no puedo esperar cuatro meses. Me doy esta poderosa sugestión de que nunca más ni por un momento transigiré con que tomará cuatro meses realizar mi deseo. La creencia en la carencia desde este día en adelante debe ser esterilizada y no volver a reproducirse nunca en mi mente.

No es un hombre maldiciendo a un árbol. Todo en la Biblia tiene lugar en la mente del hombre: el árbol, la ciudad, la gente, todo. No hay una declaración hecha en la Biblia que no represente algún atributo de la mente humana. Todos son personificaciones de la mente y no cosas en el mundo.

La conciencia es la sola y única realidad. No hay nadie a quien podamos recurrir después de descubrir que nuestra propia conciencia es Dios. Pues Dios es la causa de todo y no hay nada sino Dios. No puedes decir que un diablo causa algunas cosas y Dios otras. Escucha estas palabras.

“Así dice el Señor a su ungido, a Ciro, cuya mano derecha yo he sostenido, para sujetar naciones ante él; y desataré los lomos de los reyes, para abrir ante él las puertas de dos hojas, y las puertas no se cerrarán.”

“Yo iré delante de ti, y haré rectos los lugares torcidos, romperé en pedazos las puertas de bronce, y cortaré los barrotes de hierro.”

“Y te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que yo, el Señor, que te llamo por tu nombre, soy el Dios de Israel.” Isaías 45:1, 2, 3

“Yo formo la luz y creo las tinieblas, yo hago la paz y creo el mal. Yo el Señor hago todo esto.” Isaías 45:7

“Yo hice la tierra, y creé al hombre sobre ella; Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a toda su hueste mandé.”

“Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y él soltará a mis cautivos, no por precio ni por dones, dice el Señor de los ejércitos.” Isaías 45:12, 13

"YO SOY el Señor, y no hay ninguno más, no hay Dios fuera de mí.” Isaías 45:5

Leed estas palabras cuidadosamente. No son mis palabras, son las palabras inspiradas de hombres que descubrieron que la conciencia es la única realidad. Si soy herido, soy auto herido. Si hay oscuridad en mi mundo, yo creé la oscuridad y la tristeza y la depresión. Si hay luz y alegría, yo creé la luz y la alegría. No hay nadie, sino esta YO SOYdad que lo hace todo.

No puedes encontrar una causa fuera de tu propia conciencia. Tu mundo es un gran espejo constantemente diciéndote quién eres. Cuando te encuentras con gente, te dicen por su comportamiento quién eres.

Tus oraciones no serán menos devotas porque recurras a tu propia conciencia por ayuda. No creo que ninguna persona en oración sienta más alegría, piedad y sentimiento de adoración que yo, cuando me siento agradecido, mientras asumo la sensación de mi deseo cumplido, sabiendo al mismo tiempo que es a mí mismo a quien recurrí.

En la oración eres llamado a creer que posees lo que tu razón y tus sentidos niegan. Cuando oras cree que tienes y recibirás. La Biblia lo enuncia de este modo:

“Por tanto os digo que todo lo que deseéis, cuando oréis, creed que lo recibiréis, y lo tendréis.”

"Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos pueda perdonaros vuestras ofensas.”

“Pero si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras ofensas.” Marcos 11:24, 25, 26

Eso es lo que debemos hacer cuando oramos. Si tengo algo contra otro, ya sea una creencia de enfermedad, pobreza o cualquier otra cosa, debo soltarlo y dejarlo ir, no usando palabras de negación sino creyendo que es lo que él desea ser. De ese modo lo perdono completamente. He cambiado mi concepto de él. Yo tenía algo contra él y le perdoné. El completo olvido es el perdón. Si no olvido entonces no he perdonado.

Yo sólo perdono algo cuando verdaderamente olvido. Yo puedo decirte hasta el final de los tiempos, “te perdono”. Pero si cada vez que te veo o pienso en ti, me acuerdo de lo que mantenía contra tí, no te he perdonado en absoluto. El perdón es el completo olvido. Tú vas a un doctor y él te da algo para tu enfermedad. Él está tratando de quitártela, de modo que te da algo en su lugar.

Date un nuevo concepto de tí mismo por el viejo concepto. Abandona el viejo concepto completamente.

Una oración concedida implica que algo se hace a consecuencia de la oración que de otro modo no se habría hecho. Por lo tanto, yo mismo soy la fuente de la acción, la mente dirigente y el que concede la oración.

Cualquiera que reza éxitosamente se vuelve hacia adentro y se apropia el estado buscado. No tienes sacrificio que ofrecer. No dejes que nadie te diga que tienes que luchar y sufrir. No es necesario luchar por la realización de tu deseo. Lee lo que dice en la Biblia.

“¿Para qué propósito es la multitud de vuestros sacrificios a mí? dice el Señor: Estoy harto del holocausto de carneros y de sebo de animales gruesos, y no me deleito en la sangre de bueyes, o de ovejas o de machos cabríos.”

“Cuando venís a presentaros delante de mí, ¿quién ha requerido eso de vuestras manos, para hollar mis atrios?”

“No me traigáis más vanas oblaciones; el incienso es una abominación para mí; las lunas nuevas y los sábados, el convocar asambleas, no puedo soportar la iniquidad y la solemne asamblea.”

“Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes mi alma las odia: se han convertido en una carga para mí, estoy cansado de soportarlas.” Isaías 1:11-14

“Vosotros tendréis una canción, como en la noche cuando se celebra una santa solemnidad; y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte del Señor, al Poderoso de Israel.” Isaías 30:29

“Cantad al Señor un cántico nuevo, y su alabanza desde los confines de la tierra.” Isaías 42:10

“Canta, oh cielos, porque el Señor lo ha hecho; gritad, las partes bajas de la tierra, prorrumpid en gritos de júbilo, montañas, oh bosques, y todo árbol que en él está; porque el Señor redimió a Jacob, y será glorificado en Israel.” Isaías 44:23

“Por tanto, los redimidos del Señor volverán, y vendrán a Sión cantando; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas. Tendrán gozo y alegría, y la tristeza y el gemido huirán.” Isaías 51:11

El único regalo aceptable es un corazón alegre. Ven con canto y alabanza. Ese es el modo de venir ante el Señor: tu propia conciencia. Asume la sensación de tu deseo cumplido y has traído el único regalo aceptable. Todos los estados mentales que no sean el del deseo cumplido son una abominación; son superstición y no significan nada.

Cuando vienes ante mí, regocíjate, porque el regocijo implica que algo que deseabas ha sucedido. Ven ante mí cantando, dando alabanza y dando gracias, pues esos estados mentales implican la aceptación del estado buscado. Ponte en el estado de ánimo apropiado y tu propia conciencia lo encarnará.

Si yo pudiera definir la oración para cualquier persona y ponerlo tan claramente como pudiera, simplemente diría, “Es la sensación del deseo cumplido”. Si tú preguntas, “¿Qué quieres decir con eso?” Yo diría, “me sentiría en la situación de la oración contestada y luego viviría y actuaría en esa convicción.” Trataría de mantenerlo sin esfuerzo, es decir, viviría y actuaría como si fuera ya un hecho, sabiendo que mientras camino en esta actitud fija mi asunción se materializará en hecho.

El tiempo no me permite ir más allá en el argumento de que la Biblia no es historia, pero si has escuchado atentamente mi mensaje de estas últimas cuatro noches, no creo que necesites más pruebas de que la Biblia no es historia. Aplica lo que has oído y realizarás tus deseos.

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“Y ahora os lo he dicho antes de que suceda, para que cuando pase, podáis creer.” Juan 14:29

Muchas personas, yo incluído, han observado eventos antes de que ocurrieran, es decir, antes de que ocurrieran en este mundo de tres dimensiones. Puesto que el hombre puede observar un evento antes de que ocurra en las tres dimensiones del espacio, entonces la vida en la tierra procede de acuerdo a un plan, y este plan debe existir en otra parte en otra dimensión y está moviéndose lentamente a través de nuestro espacio.

Si los sucesos ocurridos no estaban en este mundo cuando fueron observados, entonces es perfectamente lógico que deben haber estado fuera de este mundo. Y todo lo que está AHÍ para ser visto antes de que ocurra AQUÍ debe estar “predeterminado” desde el punto de vista del hombre despierto en un mundo tridimensional. Sin embargo, los maestros antiguos nos enseñaron que nosotros podíamos alterar el futuro, y mi propia experiencia confirma la verdad de su enseñanza.

Por lo tanto, mi objeto al dar este curso es indicar las posibilidades inherentes en el hombre, para mostrar que el hombre puede alterar su futuro; pero, así alterado, forma de nuevo una secuencia determinista empezando desde el punto de interferencia – un futuro que será coherente con la alteración.

La característica más notable del futuro del hombre es su flexibilidad. El futuro, aun preparado con antelación en cada detalle, tiene varios desenlaces. Tenemos en cada momento de nuestras vidas la elección ante nosotros de cuál de varios futuros tendremos.

Hay dos perspectivas efectivas sobre el mundo poseídas por todos – un enfoque natural y un enfoque espiritual. Los maestros antiguos llamaban a una “la mente carnal” y a la otra “la mente de Cristo”. Podemos diferenciarlas como la conciencia despierta ordinaria, gobernada por nuestros sentidos, y una imaginación controlada, gobernada por el deseo.

Reconocemos estos dos centros distintos de pensamiento en la declaración: “El hombre natural no percibe las cosas del Espíritu de Dios, pues ellas son locura para él; ni las puede conocer, porque son discernidas espiritualmente.” I Cor. 2:14

El punto de vista natural limita la realidad al momento llamado AHORA. Para la visión natural, el pasado y el futuro son puramente imaginarios. El punto de vista espiritual por otro lado ve los contenidos del tiempo. El pasado y el futuro son un todo presente para la visión espiritual. Lo que es mental y subjetivo para el hombre natural es concreto y objetivo para el hombre espiritual.

El hábito de ver sólo lo que nuestros sentidos nos permiten nos vuelve totalmente ciegos a lo que, de otro modo, podríamos ver. Para cultivar la facultad de ver lo invisible, deberíamos a menudo desenredar deliberadamente nuestras mentes de la evidencia de los sentidos y enfocar nuestra atención en un estado invisible, sintiéndolo y percibiéndolo mentalmente hasta que tenga toda la nitidez de la realidad.

El pensamiento serio concentrado focalizado en una dirección particular deja fuera otras sensaciones y las hace desaparecer. Sólo tenemos que concentrarnos en el estado deseado para verlo.

El hábito de retirar la atención de la región de la sensación y concentrarla en lo invisible desarrolla nuestra perspectiva espiritual y nos permite penetrar más allá del mundo de los sentidos y ver lo que es invisible. “Pues las cosas invisibles de él desde la creación del mundo se ven claramente.” Rom. 1:20. Esta visión es totalmente independiente de las facultades naturales. ¡Ábrela y acelérala!

Un poco de práctica nos convencerá de que podemos, controlando nuestra imaginación, remodelar nuestro futuro en armonía con nuestro deseo. El deseo es el resorte principal de la acción. No podríamos mover un solo dedo a menos que tengamos un deseo de moverlo. No importa lo que hagamos, seguimos el deseo que en el momento domina nuestras mentes. Cuando rompemos un hábito, nuestro deseo para romperlo es mayor que nuestro deseo de continuar con el hábito.

Los deseos que nos impulsan a la acción son aquellos que mantienen nuestra atención. Un deseo no es sino una conciencia de algo que nos falta y necesitamos para hacer nuestra vida más agradable. Los deseos siempre tienen algún beneficio personal a la vista, cuanto mayor es el beneficio anticipado, más intenso es el deseo. No hay deseo absolutamente altruista. Donde no hay nada que ganar no hay deseo, y consecuentemente tampoco acción.

El hombre espiritual habla al hombre natural a través del lenguaje del deseo. La clave para progresar en la vida y para el cumplimiento de los sueños se encuentra en la presta obediencia a su voz. La obediencia sin vacilación a su voz es una inmediata asunción del deseo cumplido. Desear un estado es tenerlo. Como Pascal ha dicho, “No me habrías buscado si no me hubieras ya encontrado.”

El hombre, al asumir la sensación de su deseo cumplido, y luego vivir y actuar en esta convicción, altera el futuro en armonía con su asunción. Las asunciones despiertan lo que afirman. Tan pronto como el hombre asume la sensación de su deseo cumplido, su Yo cuatridimensional encuentra modos para el logro de tal fin, descubre métodos para su realización.

No conozco ninguna definición más clara de los medios por los que realizamos nuestros deseos que EXPERIMENTAR EN LA IMAGINACIÓN LO QUE EXPERIMENTARÍAMOS EN LA CARNE SI HUBIÉRAMOS LOGRADO NUESTRA META. Esta experiencia imaginaria del fin con aceptación, precipita los medios. El Yo cuatridimensional entonces construye, con su perspectiva más grande, los medios necesarios para realizar el fin aceptado.

La mente indisciplinada encuentra difícil asumir un estado que es negado por los sentidos. Pero hay una técnica que hace fácil “llamar a las cosas que no se ven como si lo fueran”, es decir, encontrar un evento antes de que ocurra. La gente tiene la costumbre de menospreciar la importancia de las cosas simples. Pero esta sencilla fórmula para cambiar el futuro fue descubierta después de años de búsqueda y experimentación.

El primer paso para cambiar el futuro es el DESEO, esto es, definir tu objetivo – saber definidamente lo que quieres.

En segundo lugar, construir un evento que tú creas que encontrarías SIGUIENDO al cumplimiento de tu deseo – un evento que implique cumplimiento de tu deseo – algo que tendrá la acción del Yo predominante.

En tercer lugar, inmovilizar el cuerpo físico e inducir un estado próximo al sueño imaginando que estás soñoliento. Acuéstate en una cama, o relájate en una silla. Entonces, con los párpados cerrados y tu atención enfocada en la acción que intentas experimentar en la imaginación, mentalmente siéntete justo en la acción propuesta; imaginando todo el tiempo que estás efectivamente realizando la acción aquí y ahora.

Tú debes siempre participar en la acción imaginaria, no meramente estar detrás y mirar, sino sentir que estás efectivamente realizando la acción de modo que la sensación imaginaria es real para ti.

Es importante recordar siempre que la acción propuesta debe ser una que SIGA al cumplimiento de tu deseo. También debes sentirte en la acción hasta que tenga toda la viveza y claridad de la realidad.

Por ejemplo, supongamos que deseas ascenso en tu oficina. Ser felicitado sería un evento que podrías encontrar siguiendo al cumplimiento de tu deseo. Habiendo seleccionado esta acción como la que experimentarás en la imaginación, inmoviliza el cuerpo físico, e induce un estado próximo al sueño, un estado de somnolencia, pero en el que todavía eres capaz de controlar la dirección de tus pensamientos, un estado en el que estés atento sin esfuerzo. Entonces visualiza a un amigo delante de ti. Pon tu mano imaginaria en la suya. Siéntela sólida y real, y lleva a cabo una conversación imaginaria con él en armonía con la acción.

Tú no te visualizas a una distancia en un punto del espacio y a una distancia en cuanto al tiempo siendo felicitado por tu buena suerte. En lugar de eso, tú haces ese otro lugar AQUÍ, y el futuro AHORA. El evento futuro es una realidad AHORA en un mundo dimensionalmente más grande y por extraño que parezca, ahora en un mundo dimensionalmente más grande es equivalente a AQUÍ en el espacio ordinario tridimensional de la vida cotidiana.

La diferencia entre SENTIRTE tú mismo en la acción, aquí y ahora, y visualizarte a tí mismo en la acción, como si estuvieras en una pantalla de imágenes en movimiento, es la diferencia entre el éxito y el fracaso. La diferencia se apreciará si ahora te visualizaras subiendo una escalera. Entonces, con los párpados cerrados imagina una escalera justo en frente de tí y SIÉNTETE efectivamente subiéndola.

El deseo, la inmovilidad física limítrofe con el sueño, y la acción imaginaria en la que predomina auto sentidamente AQUÍ Y AHORA, no sólo son factores importantes para alterar el futuro, sino que son también condiciones esenciales para proyectar conscientemente el Yo espiritual.

Cuando el cuerpo físico es inmovilizado y nos volvemos poseídos por la idea de hacer algo – si imaginamos que estamos haciéndolo AQUÍ y AHORA y mantenemos la acción imaginaria sentidamente hasta que justo sobreviene el sueño – probablemente despertemos del cuerpo físico para encontrarnos en un mundo dimensionalmente más grande con un enfoque dimensionalmente más grande haciendo efectivamente lo que deseamos e imaginamos que estábamos haciendo en la carne.

Pero tanto si despertamos ahí o no, estamos efectivamente realizando la acción en el mundo cuatridimensional, y en el futuro la representaremos aquí en el mundo tridimensional.

La experiencia me ha enseñado a restringir la acción imaginaria, a condensar la idea que va a ser el objeto de nuestra meditación, en un solo acto, y a representarlo una y otra vez hasta que tenga la sensación de realidad. De otro modo, la atención vagará a lo largo de un rastro asociativo y legiones de imágenes asociadas se presentarán a nuestra atención, y en pocos segundos nos llevará a cientos de kilómetros de nuestro objetivo en cuanto al espacio y a años de distancia en cuanto al tiempo.

Si decidimos subir un particular tramo de escaleras, porque ese es el evento probable que siga a la realización de nuestro deseo, entonces debemos restringir la acción a subir ese particular tramo de escaleras. En caso de que la atención vague, tráela de vuelta a su tarea de subir ese tramo de escaleras, y sigue haciéndolo así hasta que la acción imaginaria tenga toda la solidez y claridad de la realidad. La idea debe ser mantenida en el campo de presentación sin ningún esfuerzo sensible por nuestra parte. Debemos, con el mínimo esfuerzo, impregnar la mente con la sensación del deseo cumplido.

La somnolencia facilita el cambio porque favorece la atención sin esfuerzo, pero no debe ser empujada al estado de sueño, en el que ya no seremos capaces de controlar los movimientos de nuestra atención, sino un grado moderado de somnolencia en el que aún somos capaces de dirigir nuestros pensamientos.

Un modo más eficaz para encarnar un deseo es asumir la sensación del deseo cumplido y entonces, en un estado relajado y soñoliento, repetir una y otra vez como una nana, cualquier frase corta que implique el cumplimiento de tu deseo, tal como, “Gracias, gracias, gracias”, hasta que la sola sensación de agradecimiento domine la mente. Decir estas palabras como si te dirigieras a un poder superior por haberlo hecho por tí.

Sin embargo, si buscamos una proyección consciente en un mundo dimensionalmente más grande, entonces debemos mantener la acción justo hasta que sobrevenga el sueño. Experimentar en la imaginación con toda la nitidez de la realidad lo que sería experimentado en la carne si hubiéramos logrado nuestro objetivo y con el tiempo lo encontraremos en la carne como lo encontramos en nuestra imaginación.

Alimenta la mente con premisas – es decir, afirmaciones que se presume son verdad, porque las asunciones, aunque falsas, si se persiste en ellas hasta que tienen la sensación de realidad, se materializarán en hecho.

Para una asunción, todos los medios que promuevan su realización son buenos. Influye el comportamiento de todos, inspirando en todos los movimientos, las acciones y las palabras que tiendan hacia su cumplimiento.

Para comprender cómo el hombre moldea su futuro en armonía con su asunción – simplemente experimentando en su imaginación lo que experimentaría en la realidad si él realizara su meta – debemos saber qué entendemos por un mundo dimensionalmente más grande, ya que es en un mundo dimensionalmente más grande en el que vamos a alterar nuestro futuro.

La observación de un evento antes de que ocurra implica que el evento está predeterminado desde el punto de vista del hombre en el mundo tridimensional. Por lo tanto para cambiar las condiciones aquí en las tres dimensiones del espacio debemos primero cambiarlas en las cuatro dimensiones del espacio.

El hombre no sabe exactamente qué se entiende por un mundo dimensionalmente más grande, y no dudaría en negar la existencia de un Yo dimensionalmente más grande. Él está bastante familiarizado con las tres dimensiones de longitud, anchura y altura, y siente que, si hubiera una cuarta dimensión, debería ser igual de obvia para él como las dimensiones de longitud, anchura y altura.

Ahora, una dimensión no es una línea. Es cualquier forma en que puede ser medida una cosa que es totalmente diferente de todas las demás formas. Es decir, para medir un sólido cuatridimensionalmente, simplemente lo medimos en cualquier dirección excepto la de su longitud, anchura y altura. Ahora, ¿hay otra forma de medir un objeto que la de su longitud, anchura y altura?

El tiempo mide mi vida sin emplear las tres dimensiones de longitud, anchura y altura. No hay tal cosa como un objeto instantáneo. Su aparición y desaparición son medibles. Perdura por una definida longitud de tiempo. Podemos medir su periodo de vida sin usar las dimensiones de longitud, anchura y altura. El tiempo es definitivamente un cuarto modo de medir un objeto.

Mientras más dimensiones tiene un objeto, más sustancial y real se vuelve. Una línea recta, que se encuentra totalmente en una dimensión, adquiere forma, masa y sustancia por la adición de dimensiones. ¿Qué nueva cualidad daría el tiempo, la cuarta dimensión, que hiciera tan vastamente superior a los sólidos, como los sólidos son a las superficies y las superficies son a las líneas? El tiempo es un medio para los cambios de experiencia, pues todos los cambios llevan tiempo.

La nueva cualidad es la mutabilidad. Observa que, si cortamos en dos un sólido, su sección transversal será una superficie; cortando en dos una superficie obtenemos una línea, y cortando en dos una línea tenemos un punto. Esto significa que un punto no es sino la sección transversal de una línea, que no es, a su vez, sino la sección transversal de una superficie, que no es, a su vez, sino la sección transversal de un sólido, que no es, a su vez, si se lleva a su conclusión lógica, sino la sección transversal de un objeto cuatridimensional.

No podemos evitar la inferencia de que todos los objetos tridimensionales no son más que secciones transversales de los cuerpos cuatridimensionales. Lo cual significa: cuando yo me encuentro contigo, me encuentro con una sección transversal del tú cuatridimensional – el Yo cuatridimensional que no es visto. Para ver el Yo cuatridimensional debo ver cada sección transversal o momento de tu vida desde el nacimiento a la muerte, y verlos todos como coexistentes.

Mi enfoque debería llevar todo el despliegue de impresiones sensoriales que tú has experimentado en la tierra, más aquellas que pudieras encontrar. Yo las debería ver, no en el orden en que fueron experimentadas por tí, sino como un todo presente. Como el CAMBIO es la característica de la cuarta dimensión, yo las debería ver en un estado de fluidez – como un todo animado viviente.

Ahora, si tenemos todo esto claramente fijado en nuestras mentes, ¿qué significa para nosotros en este mundo tridimensional? Significa que, si podemos movernos a lo largo de longitudes de tiempo, podemos ver el futuro y alterarlo si así lo deseamos.

Este mundo, que pensamos que es tan sólidamente real, es una sombra, fuera y más allá del cual podemos en cualquier momento pasar. Es una abstracción de un mundo más fundamental y dimensionalmente más grande – un mundo más fundamental abstraído de un mundo todavía más fundamental y dimensionalmente más grande – y así sucesivamente hasta el infinito. Pues el absoluto es inalcanzable por cualquier medio de análisis, no importa cuántas dimensiones añadamos al mundo.

El hombre puede probar la existencia de un mundo dimensionalmente más grande simplemente enfocando su atención en un estado invisible e imaginando que él lo ve y lo siente. Si él permanece concentrado en este estado, su entorno presente pasará, y despertará en un mundo dimensionalmente más grande donde el objeto de su contemplación será visto como una realidad objetiva concreta.

Siento intuitivamente que, si él abstrayera sus pensamientos de este mundo dimensionalmente más grande y se retirara aún más adentro de su mente, él lograría otra vez una exteriorización del tiempo. Él descubriría que, cada vez que él se retira a su mente interior y produce una exteriorización del tiempo, el espacio se hace dimensionalmente más grande. Y por tanto concluiría que tanto el tiempo como el espacio son seriales, y que el drama de la vida no es más que escalar un bloque multitudinariamente dimensional de tiempo.

Los científicos algún día explicarán POR QUÉ hay un universo serial. Pero en la práctica es más importante CÓMO usamos este universo serial para cambiar el futuro. Para cambiar el futuro, sólo necesitamos ocuparnos de dos mundos en la serie infinita; el mundo que conocemos en razón de nuestros órganos corporales, y el mundo que percibimos independientemente de nuestros órganos corporales.

He dicho que el hombre tiene, en cada momento del tiempo, la elección ante él de cuál de varios futuros tendrá. Pero surge la pregunta: “¿Cómo es esto posible cuando las experiencias del hombre, despierto en el mundo tridimensional, están predeterminadas?”, como implica su observación de un evento antes de que ocurra.

Esta capacidad para cambiar el futuro se verá si comparamos las experiencias de la vida en la tierra con esta página impresa. El hombre experimenta los eventos en la tierra separada y sucesivamente del mismo modo que tú estás experimentando ahora las palabras de esta página.

Imagina que cada palabra en esta página representa una impresión sensorial única. Para tener el contexto, para entender lo que quiero decir, enfocas tu visión sobre la primera palabra en la esquina superior izquierda y luego mueves tu enfoque a través de la página de izquierda a derecha, dejándolo caer sobre las palabras separada y sucesivamente. En el momento en que tus ojos llegan a la última palabra en esta página has extraído lo que quiero decir.

Pero supongamos que al mirar la página, con todas las palabras impresas ahí igualmente presentes, tú decides reorganizarlas. Podrías, reorganizándolas, contar una historia totalmente diferente, de hecho podrías contar muchas historias diferentes.

Un sueño no es más que el pensamiento cuatridimensional incontrolado, o la reorganización tanto de las impresiones sensoriales pasadas y futuras. El hombre rara vez sueña con los acontecimientos en el orden en el que los experimenta cuando está despierto. Usualmente sueña con dos o más eventos que están separados en el tiempo fusionados en una sola impresión sensorial, o bien reorganiza tan completamente sus impresiones sensoriales separadas durmiendo que no las reconoce cuando las encuentra en su estado de vigilia.

Por ejemplo, soñé que yo entregaba un paquete en el restaurante de mi edificio de apartamentos. La dueña me dijo: “No puedes dejar eso ahí”, después de lo cual el ascensorista me dio unas cuantas cartas y como yo le di las gracias por ellas él, a su vez, me dio las gracias. En este punto, el ascensorista nocturno apareció y me hizo un gesto de saludo.

Al día siguiente, cuando salí de mi casa, tomé unas cuantas cartas que habían colocado a mi puerta. En mi camino hacia abajo di al ascensorista de día una propina y le di las gracias por ocuparse de mi correo, después de lo cual me dio las gracias por la propina.

En mi vuelta a casa ese día escuché a un portero decir a un repartidor, “No puedes dejar eso ahí”. Cuando estaba a punto de tomar el ascensor para subir a mi apartamento, me sentí atraído por una cara conocida en el restaurante, y cuando miré la dueña me saludó con una sonrisa. Esa noche acompañé a mis invitados a cenar al ascensor y mientras les decía adiós, el ascensorista nocturno me hizo un gesto de buenas noches.

Simplemente reorganizando algunas impresiones sensoriales separadas que yo estaba destinado a encontrar, y fusionando dos o más de ellas en impresiones sensoriales únicas, construí un sueño que difiere bastante poco de mi experiencia despierto.

Cuando hayamos aprendido a controlar los movimientos de nuestra atención en el mundo cuatridimensional, seremos capaces de crear circunstancias conscientemente en el mundo tridimensional. Aprendemos este control a través del sueño despierto, donde nuestra atención puede ser mantenida sin esfuerzo, pues atención con el mínimo esfuerzo es indispensable para cambiar el futuro. Podemos, en un sueño despierto controlado, construir conscientemente un evento que deseamos experimentar en el mundo tridimensional.

Las impresiones sensoriales que utilizamos para construir nuestro sueño despierto son realidades presentes desplazadas en el tiempo o el mundo cuatridimensional. Todo lo que hacemos al construir el sueño despierto es seleccionar del amplio despliegue de impresiones sensoriales aquellas que, debidamente organizadas, implican que hemos realizado nuestro deseo.

Con el sueño claramente definido, nos relajamos en una silla e inducimos un estado de conciencia próximo al sueño. Un estado que, aunque bordeando el sueño, nos deja el control consciente de los movimientos de nuestra atención. Entonces experimentamos en la imaginación lo que experimentaríamos en la realidad si este sueño despierto fuera un hecho objetivo.

Al aplicar esta técnica para cambiar el futuro, es importante siempre recordar que lo único que ocupa la mente durante el sueño despierto es EL SUEÑO DESPIERTO, la acción y sensación predeterminadas que implican el cumplimiento de nuestro deseo. Cómo el sueño despierto se convierte en un hecho físico no es nuestra preocupación. Nuestra aceptación del sueño despierto como una realidad física dispone los medios para su cumplimiento.

Permitidme volver a sentar las bases de la oración, que no es más que un sueño despierto controlado:

1. Define tu objetivo, sabe definidamente lo que quieres.

2. Construye un evento que tú creas que vas a encontrar SIGUIENDO al cumplimiento de tu deseo – algo que tendrá la acción del Yo predominante – un evento que implique el cumplimiento de tu deseo.

3. Inmoviliza el cuerpo físico e induce un estado de conciencia próximo al sueño. Entonces, mentalmente siéntete justo en la acción propuesta, hasta que la sensación de cumplimiento sola domine la mente; imaginando todo el tiempo que estás en efecto realizando la acción AQUI Y AHORA, experimentando en la imaginación lo que experimentarías en la carne si hubieras realizado ya tu objetivo. La experiencia me ha convencido de que éste es el modo más fácil de lograr nuestra meta.

Sin embargo, mis propios muchos fracasos me condenarían si dijera que he dominado totalmente los movimientos de mi atención. Pero puedo, con el antiguo maestro, decir:

“Pero una cosa hago, olvidando aquellas cosas que están detrás, y alcanzando lo que está delante, prosigo hacia la meta por el premio.” Fil. 3:13,14

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Otra vez quiero recordarte que la responsabilidad de hacer lo que has hecho real en este mundo no está sobre tus hombros. No te preocupes del CÓMO, has asumido que está hecho, la asunción tiene su propio modo de objetivarse. Toda la responsabilidad para hacerlo así es eliminada de tí.

Hay una pequeña afirmación en el libro del Éxodo que confirma esto. Millones de personas que lo han leído, o a las que se lo han mencionado a través de los siglos lo han malentendido completamente. Se dice, “No remojarás un cabrito en la leche de su madre.” (Versión del Rey Jorge, “No harás hervir un cabrito en la leche de su madre.” Éxodo 23:19)

Innumerables millones de personas, malinterpretando esta afirmación, hasta este mismo día en la época ilustrada de 1948, no comerán ningún producto lácteo con un plato de carne. Esto simplemente no se hace.

Ellos piensan que la Biblia es historia, y cuando dice, “no remojarás un cabrito en la leche de su madre,” la leche y los productos de la leche, la mantequilla y el queso, no lo tomarán al mismo tiempo que toman cabrito o cualquier tipo de carne. De hecho, incluso tienen platos separados con los que cocinar su carne.

Pero tú estás ahora a punto de aplicarlo psicológicamente. Tú has hecho tu meditación y has asumido que eres lo que quieres ser. La conciencia es Dios, tu atención es como la corriente misma de la vida o la leche en sí que nutre y hace vivir al que mantiene tu atención. En otras palabras, lo que mantiene tu atención tiene tu vida.

A lo largo de los siglos un cabrito ha sido utilizado como símbolo de sacrificio. Tú has dado nacimiento a todo en tu mundo. Pero hay cosas que ya no deseas mantener vivas, aunque las has amadrinado y apadrinado. Tú eres un padre celoso que puede fácilmente consumir, como Cronos, a sus hijos. Es tu derecho consumir lo que anteriormente expresaste cuando tú no sabías algo mejor.

Ahora tú estás separado en conciencia de ese estado anterior. Fue tu cabrito, fue tu hijo, tú lo encarnaste y lo expresaste en tu mundo. Pero ahora que has asumido que eres lo que quieres ser, no miras atrás a tu estado anterior y te preguntas CÓMO desaparecerá de tu mundo. Pues si miras atrás y le prestas atención, estás remojando una vez más ese cabrito en la leche de su madre.

No te digas a ti mismo, “Me pregunto si realmente estoy separado de ese estado”, o “Me pregunto si esto y lo otro es cierto”. Dale toda tu atención a la asunción de que la cosa es así, porque toda la responsabilidad para hacerlo así es completamente eliminada de tus hombros. Tú no tienes que hacerlo así, ES así. Te apropias lo que ya es un hecho, y andas en la asunción de que lo es, y de un modo que tú no conoces, yo no conozco, ningún hombre conoce, se objetiva en tu mundo.

No te preocupes del cómo, y no mires atrás a tu anterior estado. “Ningún hombre habiendo puesto su mano al arado, y mirando atrás, es apto para el reino de Dios.” Lucas 9:62

Simplemente asume que está hecho y suspende el juicio, suspende todos los argumentos de la mente consciente tridimensional. Tu deseo está fuera del alcance de la mente tridimensional.

Asume que tú eres lo que tú deseas ser; camina como si lo fueras y, mientras permanezcas fiel a tu asunción, se materializará en hecho.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es
LESSON 5 - REMAIN FAITHFUL TO YOUR IDEA (Neville Goddard 1948)




7 comentarios:

  1. Acabo de releerla y realmente es magnífica... pero hay que seguirla releyendo y releyendo hasta que uno haya hecho carne misma de la lección... ¡¡Gracias porque no tiene una coma que no sea imprescindible!!!

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  2. YO NO LEIA LA BIBILIA PORQUE LAS EXPLICACINES QUE ME DABAN NO ME CONVENCIAN AHORA SE QUE NO ESTABA ERRADA,,,MAGNIFICO CONOCIMIENTO GRACIAS

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  3. ES SORPRENDENTE E IMPRESIONANTE PERO A LA VEZ COMPRENSIBLE Y ASUMIBLE COMO LA VERDAD REBELADA.
    NO ES CASUALIDAD QUE HAYA LLEGADO A MI. GRACIAS.

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