~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


sábado, 12 de enero de 2013

HE AQUÍ EL SOÑADOR (Neville - 19 de septiembre de 1969)

Neville Goddard (19 de septiembre de 1969)


HE AQUÍ EL SOÑADOR



En el capítulo 37 de Génesis leemos la historia de José, un soñador cuyos sueños siempre se hacían realidad. Su padre, Israel, amaba a José más que a ninguno de sus otros hijos, y le hizo una túnica larga con mangas. Ahora yo te pregunto, ¿quién es José? Él es la prefiguración de Jesucristo, tu verdadera identidad. La evidencia histórica de Jesús, el hombre, es inexistente, sin embargo él es la única realidad y la verdadera identidad de todo hijo nacido de mujer. Cuando tú dices dentro de ti mismo, “Yo soy”, ese es Jesucristo, el que está soñando todo este vasto mundo viniendo a la existencia.

Un día entenderás esta verdad, pues:

Reales son los sueños de los dioses,
Y suavemente pasa su placer
En el largo sueño inmortal.”

Tus pensamientos son tus sueños, que tejen tu mundo viniendo a la existencia y lo sostienen. Tú y yo estamos insertados en el sueño. “Somos nosotros quienes, perdidos en tormentosas visiones luchamos con fantasmas, una lucha inútil.” Y continuaremos el sueño hasta que despertemos para descubrir que nosotros somos el soñador, que es Dios mismo.

Este no es un sueño vano, sino diseñado para el propósito divino de extender el poder creativo de la imaginación. Expandiéndose al entrar en su sueño, Dios aparece como tú y yo. Y él va a despertar de su sueño, y, porque sólo hay Dios, aunque nos contamos por miles de millones todos nos convertiremos en el único Señor Dios Jehová, que es Jesucristo.

Ahora, José podía soñar e interpretar los sueños de los demás, independientemente de su complejidad. Algunos sueños son simples y no necesitan interpretación, pero la mayoría de nuestros sueños son simbólicos y pocos entienden el lenguaje del simbolismo. José entendió e interpretó el sueño de las gavillas así como su sueño del sol, la luna y las once estrellas que se inclinaban ante él. Cuando su padre escuchó el sueño dijo: “¿Qué es este sueño? ¿Deberíamos yo y tu madre y tus hermanos inclinarnos ante ti?” No lo criticó, pero puso estas cosas en su corazón.

Ahora, en el estado de Moisés el nombre José es cambiado por el de Josué, que es la forma hebrea del anglicismo “Jesús”, o “Jehová salva”. Así que aquí encontramos a José, el soñador, convirtiéndose en Jesús, el salvador, al despertar del sueño que él soñó, interpretó y cumplió.

Ahora mismo tú piensas que esta sala es real, y esta noche puede que tengas un sueño y – si tienes suerte – recordarlo como un sueño, pero no como una realidad. Bueno, si soñar es morar en la irrealidad no reconociéndola como tal, ¿qué es la vida sino un sueño ininterrumpido? Hasta que no tengas ciertas experiencias, no vas a dudar en cuestionar mi cordura, pero cuando las tengas sabrás que esto que parece real no es menos sueño que el sueño de la noche.

Viaja conmigo en tu mente mientras leemos el periódico de la mañana. En la primera página leemos sobre un accidente aéreo, una guerra, un atraco, un asesinato y malversación de fondos. Vuelve la página a la columna social. Vé las fotos de la novia y el novio y lee todo sobre su boda y los invitados que asistieron. Otra página enumera los muertos, y finalmente, pasamos a la página financiera, que nos dice quién está haciendo dinero y quién lo está perdiendo. ¿No es incoherente? Perdido en la lectura, hemos viajado de la violencia a una boda, los chismes, las muertes y las finanzas. Todo escrito por diez o doce hombres que están profundamente dormidos, y soñando que sus columnas vienen a la existencia, mientras que tú – y los millones que leen el periódico – veréis la plasmación externa de todo lo que pensásteis durante la lectura.

¿Cómo sé yo esto? Porque he despertado del sueño de la vida. Yo sé que Dios se acostó dentro de mí a dormir, para soñar que él es yo; pues cuando él despertó, ¡yo era él! ¿Cómo sé que yo soy él? Porque su único hijo engendrado, David, me llamó padre.

Mientras yo permanezca en este cuerpo de carne y hueso, he de soportar sus restricciones y limitaciones; sin embargo, recordando que esto es un sueño, puedo cambiarlo. Si este mundo es una realidad, no puedo cambiarlo; pero si yo soy su realidad, puedo cambiar mi mundo con respecto a mí mismo. Puedo imaginar un deseo cumplido y observar que viene a suceder en mi mundo exterior. Pero primero tenía que saber que era un sueño. Esto lo sé, pues el que está en la profundidad de mi propio ser me dijo: “Me acosté a dormir dentro de ti y mientras dormía soñé un sueño. Soñé que yo soy tú.” Sí, él soñó que él es yo, ya que despertó y él era yo. Unos meses más tarde me reveló su misterio trayéndome a su hijo David para que me llamara padre. A través de una sabiduría innata yo supe que él no era sólo un muchacho que me llamaba padre, sino el David de la fama bíblica que es el hijo único de Dios.

Cuando Dios despierta dentro de ti él es el mismo Dios que despertó dentro de mí. No hay dos Dioses. Tú y yo somos realmente uno. Aunque parece que hay miles de millones de nosotros aquí, todos somos un solo ser, un único Dios representando esta obra, para expandir nuestro poder creativo y nuestra sabiduría.

Un amigo mío muy querido se encuentra entre el público esta noche. Estoy muy emocionado por él y por cualquiera que viene y tiene tal tipo de experiencia y la comparte conmigo. Esta es su experiencia. Mientras estaba en su sala de estar viendo la televisión se sintió con sueño, cerró sus ojos, y se dejó caer dormido. Recordando lo que estaba viendo en la televisión, se encontró conduciendo su coche con su esposa a su lado. Sintiendo una sensación de desastre inminente, mientras su esposa agarraba el volante él se despertó en el sueño, y consiguió tomar el control del volante de nuevo. Más adelante vio a un hombre al que reconoció como un gran actor, y de repente, recordando dónde estaba cuando el sueño comenzó, él interiormente proclamó “YO SOY”. En ese momento despertó sentado en su silla frente al televisor. Entonces dijo, “Ya que esta es la primera vez que me he despertado en un sueño para saber quién soy y dónde estoy, no puedo sino estar satisfecho conmigo mismo.” Bueno, el debería estarlo. Todas estas experiencias son pequeñas rupturas para el cerebro que nos ata al sueño, lo que significa que él está a punto de despertar de este sueño de la vida.

Innumerables veces yo he estado sentado en mi silla y me encontré deslizándome en lo que la razón me dice que no debería ver. He entrado en ese mundo; se cierra en torno a mí y se vuelve tan real como este. Estoy en un mundo terrestre, hablando con personas que son tan sólidas y reales como tú y yo lo somos. Despierto, soy consciente de dónde estaba cuando entré en esta sección de tiempo; y también sé que no hay un camino que me lleve de vuelta al año y lugar que dejé [atrás].

Como ves, todas las cosas están teniendo lugar ahora. La eternidad existe y todas las cosas [existen] en la eternidad independientes de la creación, que fue un acto de misericordia. Entrando en una determinada sección del sueño, lo animamos y tomamos conciencia de lo que ya es. El pasado no ha dejado de ser. Está teniendo lugar como tuvo lugar y aún tiene lugar cuando alguien entre en esa sección de tiempo. Lo mismo es cierto del futuro. En el año 1969 nos encontramos pisando la luna. Siempre ha sido así. El mundo es, y estamos situados en este pequeño espacio llamado tierra para aprender a soportar los rayos del amor, pues Dios es amor infinito. Lo sé, pues estuve en Su presencia, luego descendí y entré en un espectro a fin de aprender a amar y tomar sustancia.

No hace mucho estuve en otra sección de tiempo instruyendo a un grupo de tal vez una docena de hombres todos sentados a mi alrededor. En el centro conmigo había un espectro, la sombra de un hombre. Yo podía moverlo y hacer con él lo que quisiera. Entonces le dije, “Ve y ama. En la medida que ames, adquirirás sustancia. Sólo entonces podrás tomar parte en el drama y despertar con vida en ti mismo.”

Lo que le dije a esos hombres te lo digo a ti ahora. En la actualidad, tú eres sólo un ser animado, no un espíritu dotado de vida. Un día adquirirás sustancia (adquirirás amor), entonces te volverás uno con vida en ti mismo, sabiendo que todas las cosas fueron hechas por medio del acto creativo de amor (el acto de misericordia) y sin esto no fue hecho nada. Como espíritus dotados de vida todos regresamos al único ser como ese único ser, pero conservando nuestra propia identidad. Nunca perderemos nuestra identidad, sino que creceremos en una individualización cada vez mayor.

Mientras estaba en San Francisco, un tipo que asistía a mis reuniones allí me contó una historia. Un caluroso día de verano se detuvo en un bar a tomar una cerveza bien fría. Tomando el único asiento desocupado del bar, enseguida comenzó a conversar con el hombre que estaba sentado a su lado que le contó esta historia. “La cosa más extraña me sucedió hace años y todavía me obsesiona. Resulté herido durante la Guerra de Corea y me enviaron a un hospital en Japón. Mientras estaba acostado en esa cama en el hospital y sabiendo que soy norteamericano, sentí la habitación desvanecerse de mi vista y de repente estoy en Europa, bailando con una mujer que está vestida, como todas las demás mujeres allí, en miriñaques. Sabiendo quién soy, le dije a mi compañera de baile, 'Sabes, esto es un sueño', y con este comentario ella se asustó. Cuando la gente se reunió a mi alrededor les dije que yo realmente era un soldado norteamericano que estaba herido en un hospital en Japón. Incluso les dije qué año era, pero para ellos el año aún no había llegado de modo que la multitud se enfadó y yo decidí que era hora de irme. Así que simplemente asumí que estaba en mi cama en el hospital de Japón, y cuando abrí los ojos, yo estaba allí.”

Este hombre aún no ha despertado completamente, pero un día despertará de este sueño que parece tan consistente, igual que tú lo harás. Y cuando lo hagas, experimentarás cada precepto de las Escrituras en lo que el mundo llamará un sueño.

Ahora, el capítulo 6 de 1 Timoteo nos dice que “El amor al dinero es la raíz de todo mal”, y en el capítulo 13 de la epístola a los Hebreos, Pablo nos dice: “Mantén tu vida libre del amor al dinero”. Cuando yo era un crío en la isla de Barbados, cada domingo cuatro niños nos montábamos en un gran burro que usábamos para aparearse con yeguas y así producir mulas, en dirección a la casa de mi abuela, donde ella nos daba a cada uno de nosotros una moneda. Yo recibía un centavo. Cuando mi abuela nos perdía de vista, un hombre se reunía con nosotros con una burra, y a cambio de mi centavo él se subía a su burra y volvíamos a casa en un paseo salvaje ya que nuestro asno perseguía a su burra. Esto fue así por mucho tiempo antes de que mi madre lo descubriera, y entonces ella dijo: “Sabes, Nev, no vas a tener nada, pues lo malgastas todo.” Yo supe, intuitivamente, que el amor al dinero era la raíz de todo mal.

Ahora, para mostrar cómo las Escrituras se cumplen en la experiencia, compartiré contigo ahora un sueño despierto reciente mío. Yo sabía dónde estaba mi cuerpo físico, y sabía qué año era, pero me encontré en la esquina de una calle sosteniendo un enorme paquete de billetes de todos los valores. Una mujer que pasaba por allí lo alcanzó y agarró algo de mi dinero. En su ansia, varios billetes salieron volando de ella y fueron agarrados por la otra gente que pasaba. De repente, esta señora se enfadó mucho ¡y exigió que todos ellos le devolvieran su dinero! Ella acababa de robármelo, ¡pero ahora estaba acusando a los otros de robárselo a ella! ¿No es eso la vida? Un hombre puede rastrear la pertenencia de su propiedad remontándose hasta su antepasado que la robó, pero se volvería tan loco como pueda estarlo si un pariente del dueño original intentara reclamar su propiedad.

Ahora, en mi sueño yo seguí moviéndome por los caminos laberínticos de mi mente, objetivando lo que me encontraba. De repente, un hombre se acercó y me preguntó si quería un taxi. Sosteniendo aún mi dinero rechacé su invitación. Entonces muchos hombres comenzaron a reunirse a mi alrededor y, cuando vi sus caras y sus cuchillos, me di cuenta de que iban a quitarme el dinero además de la vida, así que me recordé a mí mismo dónde estaba cuando empecé el sueño. Sabía que si me despertaba frustraría sus intenciones. Yo sobreviviría, pero ninguno de nosotros conseguiría el dinero. En el momento en que mi decisión fue tomada, solté el dinero y regresé a mi cama. Ahora yo sé la verdad de la afirmación, “El amor al dinero es la raíz de todo mal”, pues mi visión es parte de la estructura eterna del universo.

Tú también tendrás una visión como la mía después de que hayas perdido todo deseo por el dinero. Sí, desearás los medios necesarios para satisfacer las necesidades del César: pagar el alquiler, los impuestos y comprar comida y ropa; pero sabrás que no necesitas mil millones para satisfacerlas. Los que están hambrientos de más y más miles de millones están profundamente dormidos. Si escucharan lo que te estoy diciendo ahora pensarían que estoy loco; pero yo les diría que sus sueños revelan una locura mucho más profunda, pues están profundamente dormidos, creyendo que sus sueños son [la] realidad.

Ahora, en la historia, Jesús [sic] era un soñador cuyo padre tanto lo amaba que le hizo una túnica con mangas largas. Me pregunté cuál era la importancia de las mangas, y entonces una noche tuve esta experiencia: yo estaba enseñando el gran misterio de Dios, cuando un hombre entró en la sala y cortó la manga de mi túnica para exponer mi brazo derecho desde el hombro hasta la punta de los dedos. A la mañana siguiente recurrí al Libro de Isaías y leí, “¿Quién creerá nuestro relato? ¿A quién ha sido revelado el brazo del Señor?” Esa noche la manga de la túnica usada por José el soñador, fue cortada, revelando (dejando al descubierto) mi brazo – el símbolo de mi poder imaginativo.

Yo sé, ahora, que yo – todo poder imaginativo – he despertado del sueño. Sé que eso es lo que tú eres también. Estoy tratando de convencerte de esto, y te pido que te pongas a prueba. Si este mundo es real, tú no puedes cambiarlo, pues tú no puedes cambiar la realidad; pero tú puedes cambiar un sueño. Siente que los cambios han llegado a ti ahora. Sumérgete en esa sensación y sostenla. Si esto es un sueño, lo que tú estás sintiendo producirá hechos objetivos que para los demás se verán como reales. Pero tú recordarás que su origen fue un sueño. Una vez que se vuelva objetivo y real, no te quedes perdido en el sueño, pues como todos los sueños se desvanecerá. Todo viene a la existencia, crece, mengua y desaparece. Un árbol puede tener 8.000 años de antigüedad, pero finalmente morirá. Las estrellas se están fundiendo debido a que son los sueños de los dioses y

Reales son los sueños de los dioses
Y suavemente pasa su placer
En un largo sueño inmortal.”

La imaginación (los dioses) trajo el mundo a la existencia y lo sostiene mientras este gran experimento está teniendo lugar. Nosotros somos esos dioses (llamados hijos) que colectivamente forman a Dios Padre.

No hay niño nacido que no esté vistiendo a un hijo de Dios, como se nos dice en el capítulo 32 del Libro del Deuteronomio: “Él ha puesto límites al pueblo según el número de los hijos de Dios”. Un niño no podría respirar sin la entrada de Dios como su respiración. “Dios mismo entra por la puerta de la muerte, el cráneo humano, y yace en la tumba del hombre en visiones de eternidad hasta que se despierta y ve las ropas de tela dejadas allí que las mujeres tejieron para él a la entrada de la casa de su Padre.”

Cuando yo entré en esta vestimenta (el cuerpo físico) que mi madre – una mujer – tejió para mí, Dios – cuyo nombre es YO SOY – entró conmigo y comenzó su sueño. Mi madre me llamó Neville, y con el paso del tiempo empecé a afirmar que yo soy Neville. Entonces un día nos convertimos en un nuevo ser, pues el “yo” que entró en la vestimenta llamada Neville se despertó para descubrir que yo soy Dios. Luego, para demostrarme a mí mismo que yo realmente soy Él, el hijo de Dios se apareció ante mí y me llamó Padre. Ahora, restringido por el cuerpo que llevo, estoy limitado y soy débil. Pero cuando me lo quite y el mundo me llame muerto, regresaré al ser único del cual vine, pues yo salí del Padre y vine al mundo. De nuevo estoy dejando el mundo y regresando al Padre.

Si sabes que tú eres Dios Padre, sabrás que no importa lo que el mundo sueñe. No importa cuán horrible el sueño pueda parecer ser, el soñador no es tocado por su sueño. El que soñó que era Stalin y asesinó a millones, no es tocado por su sueño y al final descubrirá que todas las cosas trabajan hacia el despertar de Dios.

La súplica del Salmo 44: “¡Despiértate! ¿Por qué duermes tú, oh Señor? ¡Despierta! No nos rechaces para siempre.”, está dirigida a Dios, el Dios en cada uno que está luchando para despertar. Él está despertando en mi amigo Bill, que tuvo la experiencia de conducir su coche, sabiendo que estaba sentado en su sala de estar. Este tipo de experiencias rompen los hilos que lo atan a uno a su sueño, y cuando estos hilos empiezan a romperse, él despierta dentro de su propio cráneo, pues ahí es donde el drama tiene lugar.

Ahora, en la historia, cuando José se unió a sus hermanos, se dijeron unos a otros: “Matémosle”. Pero su hermano Judá suplicó por su vida, diciendo: “No, él es de nuestra carne y sangre. No permitáis que su sangre caiga sobre nosotros. Vendámoslo como esclavo.” Así que lo despojaron de su túnica y lo arrojaron a un pozo. Luego, una caravana, en su camino hacia Egipto, que transportaba oro, incienso y mirra (las mismas cosas que los reyes trajeron al Cristo niño en su nacimiento) accedió a comprarlo; y José fue llevado a Egipto, donde ascendió al poder del Faraón. José entonces salvó a la civilización de la hambruna. Y cuando los hermanos se arrepintieron por lo que habían hecho, José dijo: “Vosotros pretendísteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó para bien.” Entonces su nombre fue cambiado de José a Josué, que significa Jesús.

Recuerda, las Escrituras se despliegan dentro de ti. El soñador en ti ha sido arrojado a un pozo. Ahora, en el Salmo 40 (que tan a menudo es usado en el Nuevo Testamento en referencia a Jesús) el segundo versículo dice: “Me sacaron del pozo, fuera del lodo cenagoso y colocaron mis pies sobre la roca, haciendo mis pasos seguros.” La palabra “lodo” se define como “tierra esponjosa”. ¿Puedes pensar en algo que describa mejor al cerebro humano? Y el hombre es llamado la tierra, pues la palabra “Adán” significa “tierra roja”. Así que el soñador es sacado del pozo – el cráneo en donde ha sido encerrado – al despertar de su sueño y nacer desde arriba.

Tú debes experimentar dos nacimientos: uno físico y otro espiritual. Naces espiritualmente a través del despertar y la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. No es que nace otro ser; tú eres él; pues estáis todos solos, y cuando dejas tu tumba se queda vacía.

El Nuevo Testamento es todo sobre el soñador en ti que despierta como Jesucristo, y todo lo dicho de él es verdad. Su historia es divina, no secular.

Nunca encontrarás ninguna evidencia de un Cristo histórico aquí en la tierra. El obispo Pike la buscó, pero nunca encontró quién es realmente Cristo. El Papa, así como los líderes de todas las religiones cristianas, tienen millones de personas mirándolos como guías; sin embargo todos ellos son líderes ciegos de los ciegos. La evidencia histórica de Cristo como hombre es inexistente, sin embargo él es la única realidad y la verdadera identidad de todo hijo nacido de mujer.

Tú eres Jesucristo, durmiendo, soñando sueños horribles mezclados con otros [sueños] encantadores; pero al final despertarás del sueño para saber que tú eres Jesucristo. Entonces, permanecerás [aquí] un poco de tiempo para contarles tus experiencias a aquellos que estén dispuestos a ser desilusionados y a permitir que caigan sus falsas ideas del pasado; luego dejarás esta pequeña sombra que camina por la tierra para entrar en la eternidad como Dios.

Lo que te he dicho vivirá en tu mente. Aférrate a las visiones que he compartido contigo, pues a su tiempo mi Palabra echará raíces y crecerá dentro de ti. Entonces esta maravillosa historia hará erupción en ti, y sabrás que tú, también, eres Jesucristo. Y, porque sólo hay un Jesucristo y sólo un hijo, cuando el hijo de Dios te llame Padre, tú y yo somos uno. Ese es el fantástico misterio. Cómo nosotros, conservando nuestra individualidad, ¡somos uno!

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Manu LDA
La conferencia original en inglés es BEHOLD THE DREAMER COMETH (Neville Goddard 09-19-1969)




martes, 1 de enero de 2013

TU SUPREMO DOMINIO (Neville - 5 de julio de 1955)

Neville Goddard (5 de julio de 1955)


TU SUPREMO DOMINIO



Como te han dicho, el tema de esta mañana es
Tu Supremo Domino. Cuando un hombre no lo posee, o él no sabe que lo posee, pues él ciertamente no lo está ejerciendo. Como leemos en el primer capítulo del Génesis: “Y Dios hizo al hombre a Su propia imagen, a imagen de Dios Él lo hizo. Los hizo hombre y mujer, y Dios los bendijo. Y Dios les dijo: 'Sed fructíferos y multiplicaos y llenad la tierra, y sometedla y tened dominio sobre todos los peces del mar y todas las aves del aire, y cada cosa móvil que se mueva sobre la tierra.' Y Dios vio todo lo que Él había hecho, y era muy bueno.”

Ahora, tú y yo leyendo la Biblia, no sabiendo que es una verdad psicológica y viéndola como hecho histórico, no podemos entender la Palabra. Pero cuando el hombre sabe que la Biblia es la colección más grande de verdades psicológicas y nunca se intentó que se viera como historia o cosmología, entonces él obtiene un vislumbre de este gran libro maravilloso. Pues el hombre mismo es la gran tierra psicológica que debe ser sometida. En el hombre se mueven todas las pasiones, todas las grandes emociones simbolizadas como cosas reptantes y animales. En la profundidad del hombre efectivamente viven los estados invisibles simbolizados como peces. En la profundidad del hombre efectivamente viven todas las innumerables infinitas ideas simbolizadas como las aves del aire. Es este hombre el que debe ser auto-sometido, pues sometido, entonces viene la promesa y tiene dominio sobre este vasto país maravilloso que es el hombre. Si el hombre no sabe que él mismo es la tierra de la que se habla, piensa que él debe salir al mundo y conquistarlo. El mundo refleja la obra hecha sobre el hombre. Y así, cuando él mira a este maravilloso mundo alrededor de él, se cree tan pequeño.

La Biblia también nos dice que él se llama a sí mismo un saltamontes, y refiriéndose a él mismo como a un saltamontes, ve gigantes en la tierra; los gigantes de la industria, los gigantes de la economía, los gigantes a todo su alrededor, y se siente cada vez más pequeño porque no sabe cómo hacer realmente para someter la tierra, que es él mismo. Cuando el hombre lo sepa, se dará cuenta de que el hombre, como individuo es supremo dentro del círculo de su propia conciencia; pues dentro del círculo de su conciencia el drama entero de la vida es representado una y otra vez. Él tiene que empezar consigo mismo y luego él verá que este maravilloso mundo externo, este mundo visible, no es lo que él piensa que es; un lugar de exilio de Dios. Es la vestimenta viviente del Padre, y aunque para muchos de nosotros su discordante armonía necesita alguna interpretación, para el sabio tiene una voz, y la voz habla de cosas escondidas detrás del velo de la mente del hombre, pues todo este vasto mundo maravilloso es una respuesta a la disposición de la mente del hombre. Pues cuando él lo sepa, buscará dentro las causas escondidas; mirará en la profundidad para ver los peces y cómo ellos nadan y cómo ellos están relacionados, pues esta disposición de la profundidad va a proyectarse como las circunstancias y condiciones de la vida.

Y así hoy, si tú no has empezado, hoy es el momento para empezar a realmente poner en práctica esta enseñanza, y hacer de esta violencia un jardín de Dios. Es llamado Edén, y el hombre fue colocado dentro de él para conservarlo y cuidarlo, pues el jardín de Dios es el hombre. Es la mente del hombre. Tú nunca encuentras un jardín a menos que un hombre esté presente; pues sin un hombre habría un bosque de maleza. Pero cuando un hombre es colocado en él, comienza a cultivar los árboles o las semillas de pensamiento equivocado. Él limpia la tierra y la cultiva y luego planta sabiamente. Entonces tendrás el dominio, pues seleccionarás la semilla que plantarás, las ideas que sostendrás y las cultivarás. Sabiendo que el mundo externo constantemente da testimonio de la disposición interna de la mente, tú seleccionarás sólo las cosas que tú quieres proyectar en el ropaje viviente de tu Padre. Pues todo el vasto mundo a tu alrededor es un ropaje viviente vestido por tu Padre.

¿Entonces cómo cosechó? Él dijo que hizo al hombre a Su propia imagen; bueno, los métodos de conocimiento mental y espiritual son enteramente diferentes. Tú y yo podemos conocer una cosa mentalmente mirándola desde fuera, comparándola con otras cosas, analizándola, definiéndola, incluso dando una descripción de ella, pero sólo podemos conocer una cosa espiritualmente convirtiéndonos en ella. Debemos ser la
cosa misma si queremos conocer esa cosa espiritualmente. Debemos estar enamorados si queremos conocer el amor. Debemos ser como Dios si queremos saber lo que es Dios. Pues Dios me hizo, no de algo distinto de Él mismo; Él me hizo perfecto, así que Él me hizo convirtiéndose en mí. No hubo otro modo en el mundo en que Dios pudo haberme hecho a menos que Él se convirtiera en mí. De modo que Dios se convirtió en el hombre para que Él pudiera conocer al hombre del único modo en que Él puede conocer algo, pues Él conoce todas las cosas espiritualmente y Él las llama muy buenas.

Así, Él me hizo convirtiéndose en mí, y ahora yo soy llamado a ir y tener cuidado de la tierra, y a someterla y tomar el dominio. Y yo soy la tierra. Yo debo aprender a plantar como Él plantó, y Él plantó el mundo convirtiéndose en el mundo. Yo debo ahora plantar como hombre, convirtiéndome en el hombre que yo quiero ser. Así, yo detallaré todas las cosas nombrándolas – dándole un nombre a cada cosa que yo quiero expresar como hombre, y luego conocerlas espiritualmente convirtiéndome en ellas, como Él se convirtió en mí. Me identifico con ellas y vivo en esa identidad, y las visto de carne, y las visto de hechos. Ninguna cosa en el mundo que sea mía me puede ser quitada, salvo despegándome del estado donde esa cosa que yo amo tiene su vida natural. Si yo vivo en un mundo de belleza, si yo vivo en un mundo de amistad, de comodidad y todas las cosas agradables que los hombres disfrutan, ningún poder en el mundo puede quitarme ni una de ellas salvo que yo, que vivo entre ellas, me despegue del estado donde esas cosas agradables tienen su vida natural. Cuando tú y yo lo sabemos, empezamos a cultivar la tierra, efectivamente desherbamos la mente de todos los estados negativos, todas las emociones desagradables, y traemos a sujeción no lo externo sino lo interno; y entonces lo externo refleja ese cultivo sobre mí mismo.

Ahora, ¿cómo se hace esto? Se te dice en el primer libro de la Biblia cómo se hace. Pues la promesa es para el hombre que lo hace, y es una completa expansión, más allá de sus sueños más locos, del estado que él planta. El primero que lo hizo fue llamado Jacob; bueno, yo soy Jacob, tú eres Jacob si empiezas a plantar. Cada hombre es el Jacob potencial, y Jacob lo hizo por la justicia. Como se te dice, él lo hizo a través de la justicia y se multiplicó extremadamente, de modo que él aumentó mil veces sus rebaños – su ganado; aumentó y creció más allá de la medida del hombre teniendo todas las sirvientas, sirvientes y camellos. Y esto es lo que él dijo: “Mi justicia hablará por mí en el tiempo por venir.”

Justicia es justa conciencia. La única recta conciencia es la conciencia de ya ser el hombre que tú quieres ser, pues eso te apega a un estado invisible. Tú no puedes verlo, pero sin embargo tú te vuelves apegado al estado en que te atreves a asumir que estás, y vas a pescar en la profundidad; estás comenzando ahora a someter la profundidad. Entras en un estado por medio de la sensación; de la sensación de que eres ya lo que tú quieres ser. Y así es como te haces extremadamente grande en tu mundo, pues serás el Jacob expandiéndose en tu mundo.

Al siguiente al que llegamos es a Job. Aquí en medio de todas las pruebas y tribulaciones de un hombre, Job dice: “Me adheriré a mi justicia y entonces mi corazón nunca me juzgará duramente en tanto yo viva.” Él se adherirá a la justicia en medio de la tormenta; en medio de todos los problemas del mundo él asumirá que es libre y se adherirá a esa recta conciencia, sabiendo que ni en la eternidad podría su corazón nunca juzgarle duramente.

Luego se nos dice: “El manso de la tierra busca justicia y es al manso de la tierra a quien la tierra es dada.” Cuando se te dice que el manso heredará la tierra, es posible que te hayan enseñado a creer que significa el hombre golpeado, el hombre que cae y se arrastra como el saltamontes; no lo es. La palabra
manso, traducida, realmente significa ser domesticado, como un animal salvaje es domesticado. Para el hombre que domestica la mente, el hombre que domestica su ser para que pueda ponerlo a cualquier tarea y tenerlo ejecutando esa tarea; ese hombre es manso y el manso hereda la tierra. Y el manso siempre busca justicia, de modo que si yo hoy empiezo a someter esta tierra, debo hacer de la justicia mi contraseña, y así si yo fuera justo podría ahora detallar la naturaleza de los árboles que plantaría, la naturaleza de las flores que plantaría, la naturaleza de los animales que cultivaría, la naturaleza de los peces que capturaría, y los nombraría como estados deseables; llamado en la Biblia belleza en vez de cenizas; llamado en la Biblia el espíritu de alegría en vez de pesar; llamado por todas esas cosas agradables. Como se te dice, “todas las cosas que son buenas; habita en esas cosas.” Para cada cosa buena, – pues Él las llamó muy buenas – cada cosa que yo llamaría lo bueno, que es un juicio justo, será el juicio correcto. Yo, a pesar de la evidencia de mis sentidos que lo negarían, a pesar de la razón que me diría que era imposible de realizar, habiendo descubierto que soy el que está plantando mi jardín, que éste es el único jardín para cultivar, que ésta es la única tierra para someter, yo empezaría ahora y audazmente asumiría lo bueno. Primero para mí mismo, – siempre empieza por Jerusalem – luego ve al mundo y predica la bondad, conociendo la bondad.

Cuando te encuentras con alguien, independientemente de lo que la apariencia revele, conoces la verdad para ese y le liberas. Sabes eso conociendo cómo él debería ser, conocido primero por él mismo, pero si él no lo ha conocido como verdad de sí mismo, tú al menos la conoces por él. Y aunque tú nunca lo encuentres en carne otra vez, sigue conociendo la verdad que libera al hombre, sabiendo que él es ya libre; y entonces estás cultivando tu jardín. Tú lo estás trayendo a sujeción, lo estás sometiendo y entonces tendrás el dominio. De modo que tú eres supremo en tu mundo si conoces sólo el mundo en que realmente estás; de modo que el hombre es la tierra psicológica sobre la que este maravilloso giro de los acontecimientos tiene lugar. El hombre es la tierra psicológica sobre la que todos los animales se mueven. Cada emoción es simbolizada como animal. Cada ave del aire es verdaderamente la idea que tú sostienes. Cada pez de la profundidad es el estado invisible que tú capturarías si solamente supieras cómo echar tu red en el lado justo. Pues tú pescas todas las noches y no capturas nada, pero luego viene uno que sabe, que es justo, y lo captura en el lado justo, siempre en ese lado justo, y el lado justo es la justicia o justa conciencia. Y lo capturaré. Yo puedo no verlo, no tengo que verlo. No tengo que esperar a que la evidencia de mis sentidos me lo confirme, pues se me dice: “Y la fe le fue concedida a él para la justicia.” De modo que yo tendré fe en la realidad de lo profundo. Yo tendré fe en la realidad de los estados invisibles. Así, es ahora invisible, lo sé; es un pez, pero yo tengo fe en la existencia y la realidad del estado invisible que yo quiero exteriorizar; sabiendo que lo puedo exteriorizar, pues cada vez que lo exteriorizo yo contribuyo a este maravilloso ropaje de mi Padre; y ese es mi trabajo, mi deber.

Así que aquí, cada uno de nosotros comienza a creer que tú eres la única tierra de la que se habla en la Biblia. Tú eres el único elegido para vivir en el centro del jardín, pero hazlo un jardín, pues las palabras son: “Consérvalo, consérvalo y plántalo bien.” Tú tienes dominio sobre cada idea de tu mente. Dices que no lo tienes. Bueno, algunas pueden ser para tí perturbadoras, pero tú tienes la elección de rechazarlas o aceptarlas. Si la aceptas te identificas con ella, y el estado con el cual estás identificado debe, por la misma ley de tu ser, objetivarse dentro de tu mundo, para que puedas ver por ello cómo plantas ese jardín. Ahora no esperes ni un segundo más allá del momento en que observes malas hierbas en vez de flores. Empieza justo en el momento de la observación, y empieza a replantar el jardín. Empieza realmente a someterlo. Conviértete en el manso, y el manso es el valiente. El manso es el valiente de corazón que no pide ayuda. Él camina sabiendo que puede hacerlo. Él puede pescar. Él puede efectivamente traer a sujeción a cada pájaro del aire, cada idea de la mente. Él empezará a conocer esas cosas espiritualmente. Las conocerá del único modo que tú y yo debemos conocer algo, convirtiéndonos en ello; no para tener un mundo de información respecto a las cosas objetivas y saber esas cosas sólo mentalmente. Debo aprender a conocer las cosas espiritualmente. Debo aprender a saber lo que es el amor espiritualmente estando enamorado. Debo aprender a saber lo que es la seguridad espiritualmente haciéndome consciente de estar ya seguro. Debo aprender qué es la salud haciéndome consciente de ya estar sano, y sostener estos estados en nombre de la justicia; sabiendo que mi justicia responderá por mí en el tiempo por venir.

No me hagas promesa pues cuando el suegro dijo a Jacob: “¿Qué promesa debería hacerte?”, “Sólo dime que la descendencia nacida de una cierta manera será mía y ninguna otra promesa, ni pagas ni salarios, todos los que tengan manchas serán míos. No hay uno con manchas entre los padres, pero cada descendiente que sea manchada, aunque los padres no lo sean, esa es mía. Esa es mi paga, y mi justicia lo sabrá por mí en el tiempo por venir.” Y él empieza a asumir que su mundo es poblado con las terneras con manchas, y cada una nacida que era sana nació con manchas. Y él prosperó más allá del sueño más loco de un hombre.

Bueno, conviértete en ese hombre y empieza desde el simple comienzo como él empezó. No había una cosa en el mundo que le animara más que una ternera pudiera alguna vez nacer de padres que no tuvieran manchas y ser una ternera con manchas. Sin embargo él lo sabía y asumió que habían dado nacimiento a tales cosas en cantidad, vendrían y vendrían mil veces. De modo que en tu caso, quizás es negocios, quizás los médicos te han dado un diagnóstico definitivo y es fatal. Bueno, yo digo a pesar de esto, y el médico a su modo está haciendo lo mejor, no lo habría dicho para herirte o para asustarte. Él firmemente lo cree, pero tú tienes otra ley, y tu ley es que tú puedes asumir, a pesar de ese veredicto, que tú estás bien. Y entonces, aunque mañana y al día siguiente el árbol no aparezca, sabe que con el tiempo tu justicia hablará por tí, y como Job en medio de todas las tormentas, cuando él debería haber ido a la tumba se adhirió a la conciencia de ser ya lo que él quería ser, para que su corazón no pudiera con el tiempo hablar duramente contra él. Bueno, no lo hizo, – tú conoces la historia.

Y así, a través de todo lo que hemos dicho: “Rompe con los pecados, rompe con los blancos fallados por la justicia. Bienaventurados son los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.”

Ahora, se te dice: “Busca primero el reino de Dios y Su justicia y todas las cosas te serán añadidas.” Bueno, el reino de Dios está dentro de tí. Se te ha dicho eso numerosas veces. La Biblia lo afirma una y otra vez: El Reino de Dios y el reino de los cielos están dentro de tí. No están fuera. Los ves aparentemente fuera; esa es la respuesta a la interioridad donde ellos están. Ahora, búscalo y a Su justicia. Así que asume dentro el estado de ánimo que tendrías si fueras ya el hombre que quieres ser. Sostén ese estado de ánimo, ocúpalo tan frecuentemente como puedas, y ve cómo esa justicia atraerá cosas a sí misma, y las cosas que atrae están siempre en armonía con su naturaleza. Nunca atrae nada extraño a sí misma. Si yo asumo que soy el hombre que yo quiero ser, no puedo entonces encontrar acontecimientos que estén en conflicto con mi asunción, pues mi mundo es un espejo del ser que yo soy.

Así, aquí, hoy cuando vuelves a leer el capítulo entero, es bello. Pero yo empecé con el versículo 27: “Y Dios hizo al hombre a su imagen, a la imagen de Dios Él lo hizo. Hombre y mujer los hizo.” Luego viene lo que tiene que ser hecho. Luego viene la promesa si tú lo haces. Luego viene el juicio: “Es bueno y muy bueno.” Así empiezas sabiendo que tú eres la tierra sobre la cual ahora empiezas a labrar. Si tú lo haces, serás fructífero, te multiplicarás y efectivamente llenarás este mundo; aunque aparentemente es yermo, tú lo llenas, lo sometes. Y la tierra es el yo a ser sometido, no golpeando al yo como alguna gente ha malinterpretado, no aislando al yo en algún pequeño lugar recluído, no escapando de la vida, sino que en medio de la vida está la oportunidad para hacerse manso; para tomar la violencia que es el hombre, el hombre individual, y entonces traerla al estado del manso, para trascender la violencia no luchando contra las condiciones; conocer esas condiciones puede sólo reflejar lo que está dentro del que observa esa condición. De modo que no te enojes contra ello, déjalo simplemente como es. Si las condiciones siguen siendo las mismas, eso es una señal segura, segura, de que no has sido fiel a la justicia.

Si hubieras sido fiel a la conciencia de ser ya el hombre que quieres ser, las condiciones tendrían que haber cambiado en armonía con esa justicia. De modo que no te enojes contra ello; déjalo como es y empieza hoy a tomar esta maravillosa tierra, que es el reposapiés del Señor, que realmente es la mente del hombre, y empieza a trabajar realmente en ella. Entonces no te volverás de izquierda a derecha; mantendrás el estrecho camino. Saldrás sabiendo que puedes hacerlo.

Yo sé por experiencia que no tardará mucho ver los brotes aparecer; no tardará mucho ver las flores aparecer. Aparecerán todas, si te vigilas a ti mismo y por una observación acrítica de ti mismo observas el ser que eres: ve la condición de la tierra como es ahora por la observación acrítica de tus reacciones a la vida. Cuando ves quién eres tú, eso te está mostrando el estado de la tierra como es ahora; no lo condenes, simplemente empieza a someterla, y sabe que tú tienes dominio sobre todos los peces del mar, las aves del aire y todos los animales que se mueven sobre la tierra. Sabiendo que son los modos de pensamiento, los deseos, las pasiones que se mueven en tí, empiezas a mantener sólo lo bueno y lo muy bueno.

Habita en ellos y repoblarás tu tierra, pues tú eres supremo dentro del círculo de tu propia conciencia. Ahora tú puede decir que es muy pequeña – puedo decirte que aunque tienes un cuerpo y una vida tuyos propios, estás enraizado en mí, y terminas en mí, como yo estoy enraizado en Dios y termino en Dios.

Así, cada hombre puede decir lo mismo, no importa si miras a un mundo de 2.500.000.000* de ellos y cada año escapan a través de las puertas al estado invisible respecto a este mundo; pero mientras vienen y van, cada hombre en el mundo está efectivamente enraizado en tí y termina en tí, y tú estás enraizado en el último, que llamamos Dios Padre. De modo que todo el vasto mundo está simplemente centrado en tí. Empieza a reordenarlo ahora, que pueda reflejar la belleza sobre y en la que quieres vivir en este mundo. Hazlo asumiendo lo mejor. Siempre imagina lo mejor de tí mismo; siempre imagina primero con Jerusalem y luego sal e irradia lo que te has dado a ti mismo. Si vives en ese maravilloso estado tú mismo, sólo tendrás lo bueno para derramar sobre los demás, pues tienes un regalo que es verdaderamente tuyo para dar y ese es tú mismo. No tienes otro regalo. Si eres bueno, puedes dar sólo lo bueno. Si no lo eres, bueno, lo que tú eres, eso das.

Así que la historia es que tú puedes encontrar hoy cuando te observes a tí mismo, observando tus reacciones, que no es una tierra muy agradable, pero es aún una tierra fértil; puede ser limpiada de todos esos árboles de pensamiento tradicional erróneo y puede ser replantada en armonía con la belleza que tú deseas. Y en el presente inmediato dará fruto en armonía con las semillas que plantas.

Así que salgamos decididos a llevar a cabo una mejor disposición de nuestra mente para que podamos producir ropajes más nobles para que nuestro Padre los vista. Pues este maravilloso universo objetivo visible es sólo el ropaje viviente de nuestro Padre: no es un lugar de exilio como tantos creen, hablando sobre casa y su ir a casa, como si ellos no estuvieran ahora en medio mismo de su Padre. Cuando tú me ves, ves a mi Padre. Donde quiera que me veas, ves el estado de mi mente, pues verás el mundo en el que vivo y el estado de mi mente; esa disposición interna, eso es mi Padre. Cuando tú me ves proyectado, entonces lo llamas el Hijo, y mi mundo a mi alrededor me dice dónde estoy. Todos esos estados internos son lugares en esta fabulosa conciencia psicológica. Estado interno es igual a lugar, y donde yo estoy dentro de mí mismo determina lo que veo cuando miro fuera de mí mismo. Así, cuando yo miro al mundo, esa área del ropaje de mi Padre, sea desgarrado en razón del lugar interno donde estoy o sea agradable, yo veo sólo la disposición interna de mí mismo. Yo estoy siempre rodeándome con la verdadera imagen de mí mismo, y lo que soy en conciencia eso es sólo lo que puedo ver. Sabiendo eso, déjame estar decidido hoy a buscar la justicia, o la justa conciencia, para que pueda recoger en el presente inmediato todas las cosas agradables que yo deseo.

Ahora como resumen, detalla algún fin noble en la vida. Habiéndolo definido claramente para ti mismo como un estado deseable – el estado que te gustaría exteriorizar –, hazte esta pregunta muy simple: “¿Cual sería la sensación si fuera verdad que yo hubiera encarnado ya ese noble estado?” En respuesta a tu pregunta vendrá una sensación. Asume esa sensación – tiene realidad fuera del momento presente. Su existencia está en completa independencia del hecho objetivo presente. Tiene estructura real; tiene realidad en la profundidad de ella. Vino en respuesta a tu llamada cuando dijiste: “¿Cual sería la sensación si fuera verdad?” y nombraste lo que estabas pensando – si era seguridad, si era salud, si era cualquier estado, ese pez vino de la profundidad; está localizado y tú tomaste el “Yo” y lo colocaste en esa sensación. Estabas efectivamente sobre ella aunque es invisible. Ahora permanece en ella.

Si permaneces en ese estado, se te dice en la Biblia, tres días, serás “arrojado en tierra seca.” “Tres” no significa tres días; “tres” significa plenitud, completo. De modo que si yo viviera dentro de ese pez durante tres días, hasta que todo pareciera natural y real, y tuviera la viveza sensorial de la realidad, yo sería entonces arrojado como algo objetivo, y algo que es comúnmente llamado en la Biblia “tierra” o “tierra seca”. Pero tiene realidad, ya que tú lo sientes; sólo que la gente sale de él porque no tiene un hecho objetivo inmediato para confirmarlo. Pero tú monta en él durante tus tres días y sabrás qué era entrar en ese pez y permanecer en él hasta que la plenitud fue alcanzada, hasta que la realidad fue alcanzada dentro. En ese estado tú fuiste justo y tu justicia hablará por tí en el tiempo por venir. No fallará. ¡No puede fallarte!


*: 7.000.000.000 aprox. se estima que es la cantidad de personas que hay en el mundo en la actualidad (año 2012).



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es
YOUR SUPREME DOMINION (Neville Goddard 07-05-1955)