Neville
Goddard (19 de septiembre de 1969)
HE
AQUÍ EL SOÑADOR
En el
capítulo 37 de Génesis leemos la historia de José, un soñador
cuyos sueños siempre se hacían realidad. Su padre, Israel, amaba a
José más que a ninguno de sus otros hijos, y le hizo una túnica
larga con mangas. Ahora yo te pregunto, ¿quién es José? Él es la
prefiguración de Jesucristo, tu verdadera identidad. La evidencia
histórica de Jesús, el hombre, es inexistente, sin embargo él es
la única realidad y la verdadera identidad de todo hijo nacido de
mujer. Cuando tú dices dentro de ti mismo, “Yo soy”, ese es
Jesucristo, el que está soñando todo este vasto mundo viniendo a la
existencia.
Un día
entenderás esta verdad, pues:
“Reales
son los sueños de los dioses,
Y
suavemente pasa su placer
En el
largo sueño inmortal.”
Tus
pensamientos son tus sueños, que tejen tu mundo viniendo a la
existencia y lo sostienen. Tú y yo estamos insertados en el sueño.
“Somos nosotros quienes, perdidos en tormentosas visiones luchamos
con fantasmas, una lucha inútil.” Y continuaremos el sueño hasta
que despertemos para descubrir que nosotros somos el soñador, que es
Dios mismo.
Este no
es un sueño vano, sino diseñado para el propósito divino de
extender el poder creativo de la imaginación. Expandiéndose al
entrar en su sueño, Dios aparece como tú y yo. Y él va a despertar
de su sueño, y, porque sólo hay Dios, aunque nos contamos por miles
de millones todos nos convertiremos en el único Señor Dios Jehová,
que es Jesucristo.
Ahora,
José podía soñar e interpretar los sueños de los demás,
independientemente de su complejidad. Algunos sueños son simples y
no necesitan interpretación, pero la mayoría de nuestros sueños
son simbólicos y pocos entienden el lenguaje del simbolismo. José
entendió e interpretó el sueño de las gavillas así como su sueño
del sol, la luna y las once estrellas que se inclinaban ante él.
Cuando su padre escuchó el sueño dijo: “¿Qué es este sueño?
¿Deberíamos yo y tu madre y tus hermanos inclinarnos ante ti?” No
lo criticó, pero puso estas cosas en su corazón.
Ahora,
en el estado de Moisés el nombre José es cambiado por el de Josué,
que es la forma hebrea del anglicismo “Jesús”, o “Jehová
salva”. Así que aquí encontramos a José, el soñador,
convirtiéndose en Jesús, el salvador, al despertar del sueño que
él soñó, interpretó y cumplió.
Ahora
mismo tú piensas que esta sala es real, y esta noche puede que
tengas un sueño y – si tienes suerte – recordarlo como un sueño,
pero no como una realidad. Bueno, si soñar es morar en la irrealidad
no reconociéndola como tal, ¿qué es la vida sino un sueño
ininterrumpido? Hasta que no tengas ciertas experiencias, no vas a
dudar en cuestionar mi cordura, pero cuando las tengas sabrás que
esto que parece real no es menos sueño que el sueño de la noche.
Viaja
conmigo en tu mente mientras leemos el periódico de la mañana. En
la primera página leemos sobre un accidente aéreo, una guerra, un
atraco, un asesinato y malversación de fondos. Vuelve la página a
la columna social. Vé las fotos de la novia y el novio y lee todo
sobre su boda y los invitados que asistieron. Otra página enumera
los muertos, y finalmente, pasamos a la página financiera, que nos
dice quién está haciendo dinero y quién lo está perdiendo. ¿No
es incoherente? Perdido en la lectura, hemos viajado de la violencia
a una boda, los chismes, las muertes y las finanzas. Todo escrito por
diez o doce hombres que están profundamente dormidos, y soñando que
sus columnas vienen a la existencia, mientras que tú – y los
millones que leen el periódico – veréis la plasmación externa de
todo lo que pensásteis durante la lectura.
¿Cómo
sé yo esto? Porque he despertado del sueño de la vida. Yo sé que
Dios se acostó dentro de mí a dormir, para soñar que él es yo;
pues cuando él despertó, ¡yo era él! ¿Cómo sé que yo soy él?
Porque su único hijo engendrado, David, me llamó padre.
Mientras
yo permanezca en este cuerpo de carne y hueso, he de soportar sus
restricciones y limitaciones; sin embargo, recordando que esto es un
sueño, puedo cambiarlo. Si este mundo es una realidad, no puedo
cambiarlo; pero si yo soy su realidad, puedo cambiar mi mundo con
respecto a mí mismo. Puedo imaginar un deseo cumplido y observar que
viene a suceder en mi mundo exterior. Pero primero tenía que saber
que era un sueño. Esto lo sé, pues el que está en la profundidad
de mi propio ser me dijo: “Me acosté a dormir dentro de ti y
mientras dormía soñé un sueño. Soñé que yo soy tú.” Sí, él
soñó que él es yo, ya que despertó y él era yo. Unos meses más
tarde me reveló su misterio trayéndome a su hijo David para que me
llamara padre. A través de una sabiduría innata yo supe que él no
era sólo un muchacho que me llamaba padre, sino el David de la fama
bíblica que es el hijo único de Dios.
Cuando
Dios despierta dentro de ti él es el mismo Dios que despertó dentro
de mí. No hay dos Dioses. Tú y yo somos realmente uno. Aunque
parece que hay miles de millones de nosotros aquí, todos somos un
solo ser, un único Dios representando esta obra, para expandir
nuestro poder creativo y nuestra sabiduría.
Un amigo
mío muy querido se encuentra entre el público esta noche. Estoy muy
emocionado por él y por cualquiera que viene y tiene tal tipo de
experiencia y la comparte conmigo. Esta es su experiencia. Mientras
estaba en su sala de estar viendo la televisión se sintió con
sueño, cerró sus ojos, y se dejó caer dormido. Recordando lo que
estaba viendo en la televisión, se encontró conduciendo su coche
con su esposa a su lado. Sintiendo una sensación de desastre
inminente, mientras su esposa agarraba el volante él se despertó en
el sueño, y consiguió tomar el control del volante de nuevo. Más
adelante vio a un hombre al que reconoció como un gran actor, y de
repente, recordando dónde estaba cuando el sueño comenzó, él
interiormente proclamó “YO SOY”. En ese momento despertó
sentado en su silla frente al televisor. Entonces dijo, “Ya que
esta es la primera vez que me he despertado en un sueño para saber
quién soy y dónde estoy, no puedo sino estar satisfecho conmigo
mismo.” Bueno, el debería estarlo. Todas estas experiencias son
pequeñas rupturas para el cerebro que nos ata al sueño, lo que
significa que él está a punto de despertar de este sueño de la
vida.
Innumerables
veces yo he estado sentado en mi silla y me encontré deslizándome
en lo que la razón me dice que no debería ver. He entrado en ese
mundo; se cierra en torno a mí y se vuelve tan real como este. Estoy
en un mundo terrestre, hablando con personas que son tan sólidas y
reales como tú y yo lo somos. Despierto, soy consciente de dónde
estaba cuando entré en esta sección de tiempo; y también sé que
no hay un camino que me lleve de vuelta al año y lugar que dejé
[atrás].
Como
ves, todas las cosas están teniendo lugar ahora. La eternidad existe
y todas las cosas [existen] en la eternidad independientes de la
creación, que fue un acto de misericordia. Entrando en una
determinada sección del sueño, lo animamos y tomamos conciencia de
lo que ya es. El pasado no ha dejado de ser. Está teniendo lugar
como tuvo lugar y aún tiene lugar cuando alguien entre en esa
sección de tiempo. Lo mismo es cierto del futuro. En el año 1969
nos encontramos pisando la luna. Siempre ha sido así. El mundo es, y
estamos situados en este pequeño espacio llamado tierra para
aprender a soportar los rayos del amor, pues Dios es amor infinito.
Lo sé, pues estuve en Su presencia, luego descendí y entré en un
espectro a fin de aprender a amar y tomar sustancia.
No hace
mucho estuve en otra sección de tiempo instruyendo a un grupo de tal
vez una docena de hombres todos sentados a mi alrededor. En el centro
conmigo había un espectro, la sombra de un hombre. Yo podía moverlo
y hacer con él lo que quisiera. Entonces le dije, “Ve y ama. En la
medida que ames, adquirirás sustancia. Sólo entonces podrás tomar
parte en el drama y despertar con vida en ti mismo.”
Lo que
le dije a esos hombres te lo digo a ti ahora. En la actualidad, tú
eres sólo un ser animado, no un espíritu dotado de vida. Un día
adquirirás sustancia (adquirirás amor), entonces te volverás uno
con vida en ti mismo, sabiendo que todas las cosas fueron hechas por
medio del acto creativo de amor (el acto de misericordia) y sin esto
no fue hecho nada. Como espíritus dotados de vida todos regresamos
al único ser como ese único ser, pero conservando nuestra propia
identidad. Nunca perderemos nuestra identidad, sino que creceremos en
una individualización cada vez mayor.
Mientras
estaba en San Francisco, un tipo que asistía a mis reuniones allí
me contó una historia. Un caluroso día de verano se detuvo en un
bar a tomar una cerveza bien fría. Tomando el único asiento
desocupado del bar, enseguida comenzó a conversar con el hombre que
estaba sentado a su lado que le contó esta historia. “La cosa más
extraña me sucedió hace años y todavía me obsesiona. Resulté
herido durante la Guerra de Corea y me enviaron a un hospital en
Japón. Mientras estaba acostado en esa cama en el hospital y
sabiendo que soy norteamericano, sentí la habitación desvanecerse
de mi vista y de repente estoy en Europa, bailando con una mujer que
está vestida, como todas las demás mujeres allí, en miriñaques.
Sabiendo quién soy, le dije a mi compañera de baile, 'Sabes, esto
es un sueño', y con este comentario ella se asustó. Cuando la gente
se reunió a mi alrededor les dije que yo realmente era un soldado
norteamericano que estaba herido en un hospital en Japón. Incluso
les dije qué año era, pero para ellos el año aún no había
llegado de modo que la multitud se enfadó y yo decidí que era hora
de irme. Así que simplemente asumí que estaba en mi cama en el
hospital de Japón, y cuando abrí los ojos, yo estaba allí.”
Este
hombre aún no ha despertado completamente, pero un día despertará
de este sueño que parece tan consistente, igual que tú lo harás. Y
cuando lo hagas, experimentarás cada precepto de las Escrituras en
lo que el mundo llamará un sueño.
Ahora,
el capítulo 6 de 1 Timoteo nos dice que “El amor al dinero es la
raíz de todo mal”, y en el capítulo 13 de la epístola a los
Hebreos, Pablo nos dice: “Mantén tu vida libre del amor al
dinero”. Cuando yo era un crío en la isla de Barbados, cada
domingo cuatro niños nos montábamos en un gran burro que usábamos
para aparearse con yeguas y así producir mulas, en dirección a la
casa de mi abuela, donde ella nos daba a cada uno de nosotros una
moneda. Yo recibía un centavo. Cuando mi abuela nos perdía de
vista, un hombre se reunía con nosotros con una burra, y a cambio de
mi centavo él se subía a su burra y volvíamos a casa en un paseo
salvaje ya que nuestro asno perseguía a su burra. Esto fue así por
mucho tiempo antes de que mi madre lo descubriera, y entonces ella
dijo: “Sabes, Nev, no vas a tener nada, pues lo malgastas todo.”
Yo supe, intuitivamente, que el amor al dinero era la raíz de todo
mal.
Ahora,
para mostrar cómo las Escrituras se cumplen en la experiencia,
compartiré contigo ahora un sueño despierto reciente mío. Yo sabía
dónde estaba mi cuerpo físico, y sabía qué año era, pero me
encontré en la esquina de una calle sosteniendo un enorme paquete de
billetes de todos los valores. Una mujer que pasaba por allí lo
alcanzó y agarró algo de mi dinero. En su ansia, varios billetes
salieron volando de ella y fueron agarrados por la otra gente que
pasaba. De repente, esta señora se enfadó mucho ¡y exigió que
todos ellos le devolvieran su dinero! Ella acababa de robármelo,
¡pero ahora estaba acusando a los otros de robárselo a ella! ¿No
es eso la vida? Un hombre puede rastrear la pertenencia de su
propiedad remontándose hasta su antepasado que la robó, pero se
volvería tan loco como pueda estarlo si un pariente del dueño
original intentara reclamar su propiedad.
Ahora,
en mi sueño yo seguí moviéndome por los caminos laberínticos de
mi mente, objetivando lo que me encontraba. De repente, un hombre se
acercó y me preguntó si quería un taxi. Sosteniendo aún mi dinero
rechacé su invitación. Entonces muchos hombres comenzaron a
reunirse a mi alrededor y, cuando vi sus caras y sus cuchillos, me di
cuenta de que iban a quitarme el dinero además de la vida, así que
me recordé a mí mismo dónde estaba cuando empecé el sueño. Sabía
que si me despertaba frustraría sus intenciones. Yo sobreviviría,
pero ninguno de nosotros conseguiría el dinero. En el momento en que
mi decisión fue tomada, solté el dinero y regresé a mi cama. Ahora
yo sé la verdad de la afirmación, “El amor al dinero es la raíz
de todo mal”, pues mi visión es parte de la estructura eterna del
universo.
Tú
también tendrás una visión como la mía después de que hayas
perdido todo deseo por el dinero. Sí, desearás los medios
necesarios para satisfacer las necesidades del César: pagar el
alquiler, los impuestos y comprar comida y ropa; pero sabrás que no
necesitas mil millones para satisfacerlas. Los que están hambrientos
de más y más miles de millones están profundamente dormidos. Si
escucharan lo que te estoy diciendo ahora pensarían que estoy loco;
pero yo les diría que sus sueños revelan una locura mucho más
profunda, pues están profundamente dormidos, creyendo que sus sueños
son [la] realidad.
Ahora,
en la historia, Jesús [sic] era un soñador cuyo padre tanto lo
amaba que le hizo una túnica con mangas largas. Me pregunté cuál
era la importancia de las mangas, y entonces una noche tuve esta
experiencia: yo estaba enseñando el gran misterio de Dios, cuando un
hombre entró en la sala y cortó la manga de mi túnica para exponer
mi brazo derecho desde el hombro hasta la punta de los dedos. A la
mañana siguiente recurrí al Libro de Isaías y leí, “¿Quién
creerá nuestro relato? ¿A quién ha sido revelado el brazo del
Señor?” Esa noche la manga de la túnica usada por José el
soñador, fue cortada, revelando (dejando al descubierto) mi brazo –
el símbolo de mi poder imaginativo.
Yo sé,
ahora, que yo – todo poder imaginativo – he despertado del sueño.
Sé que eso es lo que tú eres también. Estoy tratando de
convencerte de esto, y te pido que te pongas a prueba. Si este mundo
es real, tú no puedes cambiarlo, pues tú no puedes cambiar la
realidad; pero tú puedes cambiar un sueño. Siente que los cambios
han llegado a ti ahora. Sumérgete en esa sensación y sostenla. Si
esto es un sueño, lo que tú estás sintiendo producirá hechos
objetivos que para los demás se verán como reales. Pero tú
recordarás que su origen fue un sueño. Una vez que se vuelva
objetivo y real, no te quedes perdido en el sueño, pues como todos
los sueños se desvanecerá. Todo viene a la existencia, crece,
mengua y desaparece. Un árbol puede tener 8.000 años de antigüedad,
pero finalmente morirá. Las estrellas se están fundiendo debido a
que son los sueños de los dioses y
“Reales
son los sueños de los dioses
Y
suavemente pasa su placer
En un
largo sueño inmortal.”
La
imaginación (los dioses) trajo el mundo a la existencia y lo
sostiene mientras este gran experimento está teniendo lugar.
Nosotros somos esos dioses (llamados hijos) que colectivamente forman
a Dios Padre.
No hay
niño nacido que no esté vistiendo a un hijo de Dios, como se nos
dice en el capítulo 32 del Libro del Deuteronomio: “Él ha puesto
límites al pueblo según el número de los hijos de Dios”. Un niño
no podría respirar sin la entrada de Dios como su respiración.
“Dios mismo entra por la puerta de la muerte, el cráneo humano, y
yace en la tumba del hombre en visiones de eternidad hasta que se
despierta y ve las ropas de tela dejadas allí que las mujeres
tejieron para él a la entrada de la casa de su Padre.”
Cuando
yo entré en esta vestimenta (el cuerpo físico) que mi madre – una
mujer – tejió para mí, Dios – cuyo nombre es YO SOY – entró
conmigo y comenzó su sueño. Mi madre me llamó Neville, y con el
paso del tiempo empecé a afirmar que yo soy Neville. Entonces un día
nos convertimos en un nuevo ser, pues el “yo” que entró en la
vestimenta llamada Neville se despertó para descubrir que yo soy
Dios. Luego, para demostrarme a mí mismo que yo realmente soy Él,
el hijo de Dios se apareció ante mí y me llamó Padre. Ahora,
restringido por el cuerpo que llevo, estoy limitado y soy débil.
Pero cuando me lo quite y el mundo me llame muerto, regresaré al ser
único del cual vine, pues yo salí del Padre y vine al mundo. De
nuevo estoy dejando el mundo y regresando al Padre.
Si sabes
que tú eres Dios Padre, sabrás que no importa lo que el mundo
sueñe. No importa cuán horrible el sueño pueda parecer ser, el
soñador no es tocado por su sueño. El que soñó que era Stalin y
asesinó a millones, no es tocado por su sueño y al final descubrirá
que todas las cosas trabajan hacia el despertar de Dios.
La
súplica del Salmo 44: “¡Despiértate! ¿Por qué duermes tú, oh
Señor? ¡Despierta! No nos rechaces para siempre.”, está dirigida
a Dios, el Dios en cada uno que está luchando para despertar. Él
está despertando en mi amigo Bill, que tuvo la experiencia de
conducir su coche, sabiendo que estaba sentado en su sala de estar.
Este tipo de experiencias rompen los hilos que lo atan a uno a su
sueño, y cuando estos hilos empiezan a romperse, él despierta
dentro de su propio cráneo, pues ahí es donde el drama tiene lugar.
Ahora,
en la historia, cuando José se unió a sus hermanos, se dijeron unos
a otros: “Matémosle”. Pero su hermano Judá suplicó por su
vida, diciendo: “No, él es de nuestra carne y sangre. No permitáis
que su sangre caiga sobre nosotros. Vendámoslo como esclavo.” Así
que lo despojaron de su túnica y lo arrojaron a un pozo. Luego, una
caravana, en su camino hacia Egipto, que transportaba oro, incienso y
mirra (las mismas cosas que los reyes trajeron al Cristo niño en su
nacimiento) accedió a comprarlo; y José fue llevado a Egipto, donde
ascendió al poder del Faraón. José entonces salvó a la
civilización de la hambruna. Y cuando los hermanos se arrepintieron
por lo que habían hecho, José dijo: “Vosotros pretendísteis mal
contra mí, mas Dios lo encaminó para bien.” Entonces su nombre
fue cambiado de José a Josué, que significa Jesús.
Recuerda,
las Escrituras se despliegan dentro de ti. El soñador en ti ha sido
arrojado a un pozo. Ahora, en el Salmo 40 (que tan a menudo es usado
en el Nuevo Testamento en referencia a Jesús) el segundo versículo
dice: “Me sacaron del pozo, fuera del lodo cenagoso y colocaron mis
pies sobre la roca, haciendo mis pasos seguros.” La palabra “lodo”
se define como “tierra esponjosa”. ¿Puedes pensar en algo que
describa mejor al cerebro humano? Y el hombre es llamado la tierra,
pues la palabra “Adán” significa “tierra roja”. Así que el
soñador es sacado del pozo – el cráneo en donde ha sido encerrado
– al despertar de su sueño y nacer desde arriba.
Tú
debes experimentar dos nacimientos: uno físico y otro espiritual.
Naces espiritualmente a través del despertar y la resurrección de
Jesucristo de entre los muertos. No es que nace otro ser; tú eres
él; pues estáis todos solos, y cuando dejas tu tumba se queda
vacía.
El Nuevo
Testamento es todo sobre el soñador en ti que despierta como
Jesucristo, y todo lo dicho de él es verdad. Su historia es divina,
no secular.
Nunca
encontrarás ninguna evidencia de un Cristo histórico aquí en la
tierra. El obispo Pike la buscó, pero nunca encontró quién es
realmente Cristo. El Papa, así como los líderes de todas las
religiones cristianas, tienen millones de personas mirándolos como
guías; sin embargo todos ellos son líderes ciegos de los ciegos. La
evidencia histórica de Cristo como hombre es inexistente, sin
embargo él es la única realidad y la verdadera identidad de todo
hijo nacido de mujer.
Tú eres
Jesucristo, durmiendo, soñando sueños horribles mezclados con otros
[sueños] encantadores; pero al final despertarás del sueño para
saber que tú eres Jesucristo. Entonces, permanecerás [aquí] un
poco de tiempo para contarles tus experiencias a aquellos que estén
dispuestos a ser desilusionados y a permitir que caigan sus falsas
ideas del pasado; luego dejarás esta pequeña sombra que camina por
la tierra para entrar en la eternidad como Dios.
Lo que
te he dicho vivirá en tu mente. Aférrate a las visiones que he
compartido contigo, pues a su tiempo mi Palabra echará raíces y
crecerá dentro de ti. Entonces esta maravillosa historia hará
erupción en ti, y sabrás que tú, también, eres Jesucristo. Y,
porque sólo hay un Jesucristo y sólo un hijo, cuando el hijo de
Dios te llame Padre, tú y yo somos uno. Ese es el fantástico
misterio. Cómo nosotros, conservando nuestra individualidad, ¡somos
uno!
Ahora entremos en el silencio.
Traducido
por Manu LDA
La
conferencia original en inglés es BEHOLD THE DREAMER COMETH
(Neville Goddard 09-19-1969)
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