Neville
Goddard (7 de octubre de 1966)
LIBRE
O ESCLAVO
Pido que
compartáis vuestras experiencias conmigo porque motivan a todos.
Personalmente yo no necesito motivación, pues he experimentado las
Escrituras, pero todos los que no han experimentado la palabra de
Dios necesitan estímulo.
Yo hago
la afirmación, “La imaginación crea la realidad”, y lo digo en
serio. Imagina si fuera cierto. No me importa lo que sea. Tú puedes
imaginar que la cosa más increíble del mundo es verdad, y si eres
fiel a esa asunción, y vives en ese estado, llegará a suceder. De
eso estoy convencido y lo sé por experiencia personal. Por eso te
pido que compartas conmigo tus experiencias para que yo pueda
compartirlas con los que vienen aquí. He aquí una que me contaron
hace poco.
El
caballero escribió: “Mientras estaba sentado en mi oficina yo
estaba aburrido y pensé, 'Ciertamente debe de haber una manera más
agradable de ganar el doble de lo que estoy ganando ahora'. Bueno,
decidí allí mismo que yo lo haría. Durante unos días me imaginé
teniendo esa cantidad y luego, puesto que nada había cambiado en mi
mundo, me pregunté si realmente era posible. Inmediatamente detuve
ese pensamiento y volví a representar la escena, que implicaba que
yo estaba ganando el doble de lo que estaba ganando en ese momento.
No especifiqué de qué trabajo se trataba, sólo el dinero
involucrado.
Dos
semanas más tarde, un hombre que había conocido casualmente hace
tres años me pidió que fuera a trabajar para él. Él nunca había
hecho eso antes, sin embargo ahora era insistente y cuando mencionó
el salario era exactamente el doble de lo que yo estaba ganando. Así
que me fui a trabajar para él.
Mientras
estaba allí me dije a mí mismo: 'Esto es mágico, de modo que ¿por
qué debería trabajar? ¿Por qué no tener un ingreso igual a todo
lo que necesito sin [tener que recurrir a] un trabajo?' Así que esto
es lo que hice. Me imaginé yendo a mi buzón, abriéndolo y sacando
las cartas habituales, correspondencia, facturas y un sobre no
identificado. Al llegar a casa abrí el sobre y encontré un cheque
por la cantidad que yo pensaba que necesitaría para un largo, largo
periodo sin trabajar. Luego ví esa cantidad sumada a mi hoja de
balance del banco. Hice eso cada noche cuando me iba a dormir. Dos
semanas después, no viendo evidencia de esto en absoluto, me dije:
'¿Te estás volviendo loco? Esto es completamente estúpido.'”
Luego, él agregó como un pequeño comentario, “Como una vez pensé
que tú lo estabas”.
Bueno,
él no es el único que ha pensado que yo estaba loco. Incluso el que
despertó en las Escrituras fue llamado loco. Léelo en el capítulo
10 de Juan, “'Nadie me quita la vida, yo mismo la doy. Tengo el
poder para darla y el poder para volverla a tomar.' Entonces los que
oyeron esto dijeron, '¿Por qué le escuchamos? Tiene un demonio y
está loco.'” En la ciudad de Nueva York, en 1939, había una
librería en la calle 49 en la que me encantaba pasar mis días. Yo
no tenía libros impresos en aquel entonces, pero los propietarios
habían puesto mi foto en el escaparate. Ese día, cuando me acerqué
a la tienda de libros, dos señoras estaban mirando el escaparate.
Una de ellas señaló mi foto y dijo, “¿Sabes quién es? Es el
místico loco de la calle 47. Deberías oírle. ¿Sabes qué le dice
a la gente? Que su conciencia es Dios. Te dice que la imaginación
crea la realidad. ¿No es la cosa más tonta del mundo? Tienes que ir
a oírle una noche.” Eso ocurrió hace muchos años, pero ahora
este señor cuestiona su propia cordura como una vez cuestionó la
mía.
“Pero”,
continúa él, “dos semanas más tarde me reuní con un amigo con
el que había acordado que nos veríamos muchos meses antes. Mientras
estábamos hablando me dijo que acababa de heredar una gran suma de
dinero de un pariente desconocido y decidió compartir conmigo cierta
cantidad de ese dinero, que resultó ser exactamente la misma
cantidad, hasta el último dólar, que yo había imaginado, así que
la acepté. Ese verano hice todas las cosas que he querido hacer toda
mi vida. Fui a la playa, estuve descansando y en general disfruté de
mí mismo. Luego, un hombre al que nunca antes había visto me llamó
y me pidió que fuera a trabajar para él. Le dije que yo no quería
trabajar para nadie, pero él insistió, así que tomé algo de mi
trabajo y fui a verle. Al hombre le gustó tanto mi trabajo que llamó
a su cliente principal y fuimos a verle de inmediato. Cuando entré
en la oficina del cliente supe que yo ya había estado allí antes.
Reconocí la pared con paneles, el roble gigante que podía ser visto
desde la ventana, así como la planta de la esquina de la habitación.
Incluso el hombre era el mismo que yo había visto, no físicamente,
sino en mi imaginación. Después de aceptar el trabajo regresé a
casa y recordé. Esta es la gran lección que me enseñó.
Recordé
que yo estaba sentado en mi escritorio y dejé que mi mente divagara.
Mientras mi mente divagaba entré en esa oficina con paneles desde la
que miré a través de esa ventana el roble gigante. Recordé que
estuve viendo al hombre y la planta. Habiéndolo visto en mi
imaginación, esta es mi conclusión: La imaginación crea la
realidad de la manera más determinada y definitiva que el hombre
pueda nunca imaginar. No solamente el acto imaginativo intencionado
crea un hecho, sino que todo el mundo está viviendo según este
principio a cada momento del tiempo tanto si lo sabe como si no le
importa saberlo. Tanto si lo cree o no quiere creerlo, nadie puede
eludir el principio de que la imaginación crea la realidad. No son
solamente los actos imaginativos intencionados, sino todo acto
imaginativo, pues yo no entré en esa habitación intencionadamente.”
“Ahora”,
decía él, “tengo una planta creciendo en mi sala de estar. Es la
planta más lujosa que puedas imaginar; sin embargo cada horticultor
me dice que la planta no puede vivir bajo esas condiciones. ¿Por qué
está medrando? Porque fui adelante en mi imaginación y la vi
medrando. Ahora se está apoderando de mi sala de estar aunque todos
los horticultores me dicen que es imposible.”
Si hay
evidencia de una cosa, lo que tú o yo pensemos sobre el asunto no es
importante. ¿Qué más da lo que nadie piense si la evidencia se
produjo? Él tiene la evidencia, y yo no puedo agradecerle lo
suficiente esa carta. Estas son historias celestiales que puedo
compartir contigo.
No
importa lo que un hombre haya hecho, si él conoce y aplica este
maravilloso principio de Dios puede liberarse. Dios es un ser
indulgente. ¿Si él llevara a cabo cosas contra nosotros quién
podría escapar? No importa lo que un hombre haya hecho, Dios perdona
y perdonará todo, porque Dios se convirtió en hombre para que el
hombre pueda convertirse en Dios. Pero recuerda, siempre estamos
imaginando e independientemente de si tu acto imaginativo es
intencionado o no, todos los actos imaginativos se convierten en
hechos.
Noche
tras noche, cuando yo me voy a la cama, mi ojo imaginativo se abre y
veo mundos que son totalmente diferentes de éste. Y, cuando
intensifico mi vista, me voy, disparado como un meteoro, al lugar que
estoy contemplando. Entro directo en ese mundo y se vuelve tan real
como éste. La energía que es la imaginación de uno es la vida
misma. Anima todo en el mundo. Mi amigo dejó que su mente divagara,
y mientras lo hacía él se trasladó a una obra de teatro, entró en
una habitación con paneles y observó a un hombre, una planta y la
vista de un roble desde la ventana.
Dos
semanas más tarde, él entró físicamente en la habitación. En su
carta decía, “Ahora sé que tú estás enseñando la verdad, pues
la ley es la verdad, y te doy las gracias por enseñarme cómo
usarla.” Yo le agradezco tan profusamente, si no más, por
compartir esto conmigo de modo que yo pueda contarte estas
maravillosas historias.
Ahora
vamos a otro aspecto de este pensamiento de ser libre o esclavo.
Todos nosotros somos esclavos, pues todos nacemos de mujer, la mujer
llamada Agar en la Biblia. Mi madre nació [siendo] Wilhelmina, pero
ella es Agar. Mi esposa es Catherine Willa, pero ella es Agar, pues
dio a luz a un niño. Cada vientre que trae un niño a este mundo es
la Agar Bíblica. Pero hay otro vientre, llamada Sara, ella es de
arriba y trae a todos a la libertad.
En el
Libro del Génesis se nos dice que “Abram cayó en un profundo
sueño y mientras dormía una gran oscuridad descendió sobre él. Y
el Señor le dijo, 'Tus descendientes serán extranjeros en una
tierra que no es suya. Serán esclavos allí durante cuatrocientos
años. Después de eso ellos llegarán a una gran herencia.'” Y
cuando Abraham estaba molesto porque no tenía un heredero, el Señor
dijo, “Tu propio hijo será tu heredero.” Entonces Abraham se rió
porque él tenía cien años y Sara noventa y “había dejado de
tener la costumbre de las mujeres.” Ahora, esta misma historia se
cuenta en el Libro del Éxodo, pero esta vez son cuatrocientos
treinta años en lugar de cuatrocientos. “El Señor sacó a los
hijos de Israel de Egipto después de 430 años.”
El
hebreo es la lengua más grande del mundo, no para usarla entre la
gente, sino para expresar los misterios de las Escrituras. En la
lengua hebrea cada letra tiene un valor numérico y simbólico.
Abraham tenía 100 años de edad. Eso es Qoph, cuyo símbolo es la
parte posterior del cráneo. Y el número 400 tiene el valor
simbólico de la señal de la cruz. Es la vigésimosegunda, la última
letra del alfabeto hebreo, Tav.
Todos
nosotros estamos en la cruz, pues el cuerpo que tú llevas aquí es
la cruz que soportas. No hay cruz de madera. Olvida todas esas
tonterías. El Cristo universal está crucificado en tu cuerpo. Ahí
es donde el Mesías, que es Dios mismo, está crucificado. Yo lo sé
por experiencia. No estoy especulando. Mientras que vistas la carne,
tú llevas la cruz y eso es 400. No 400 años como tú y yo medimos
el tiempo, sino hasta que te quitas tu cruz por última vez. Cuando
tu viaje llegue a su fin recibirás la gloria de tu herencia
celestial. Esto no se puede realizar en ti hasta que tu vestimenta de
carne (tu cruz) sea retirada, y eso sucede al final de los 400 años.
¿Entonces
por qué el treinta? Treinta es el precio pagado por un esclavo. El
precio de la persona no liberada era de treinta shekels de plata. Se
nos dice en el libro del Éxodo: “Si un buey” (el símbolo de
Cristo) “golpeara, corneara o matara a alguien, el dueño del
animal deberá pagar al dueño del esclavo treinta shekels de plata.”
Ese es el precio de la persona no liberada. Cada uno aquí es
valorado en treinta piezas de plata. Cuando el mensajero de Cristo
viene al mundo y entonces te aguijonea (pues treinta es Lamed en
hebreo, cuyo símbolo es una puya de buey y la duodécima letra del
alfabeto) para que renuncies a tus conceptos tradicionales y pases de
un Dios de la tradición al Dios de la experiencia, tú has sido
corneado y treinta piezas de plata son pagadas por tu libertad. Se
dice que Judas arrojó las treinta piezas de plata al templo llamado
el lugar de la sangre. ¿La sangre de quién? La sangre de Dios. Ese
es el precio pagado por el individuo que es así aguijoneado, que
después de escuchar tiene que renunciar a su reivindicación de todo
lo que creyó en el pasado y seguir un nuevo concepto, una nueva
interpretación de la Palabra de Dios.
Se nos
dice, “Esta es una alegoría”, en la carta de Pablo a los
Gálatas. Ahora, no hay nadie en las Escrituras que sea más hebreo
que Pablo. Él confiesa, “Yo soy de la tribu de Benjamín, un hijo
de Abraham. Un romano por ciudadanía, pero un hebreo de hebreos.”
Él persiguió a los que hablaban como yo lo hago esta noche hasta
que tuvo la revelación. Entonces se convirtió en un gran maestro de
esta manera. No puedes poner a nadie en la misma categoría que
Pablo. Su carta a los Gálatas es una biografía. En ella él dice,
“Esta es una alegoría. Abraham tuvo dos hijos: uno con una esclava
nacido según la carne” (esto es tú y yo) “y uno con una mujer
libre, nacido según la promesa.” ¿Sabes lo que es una alegoría?
Es una historia contada en sentido figurado o simbólico que requiere
interpretación, de modo que el oyente (o el lector) pueda descubrir
a los personajes ficticios y aprender su lección. Ahora Pablo
continúa su alegoría diciendo, “Agar tiene hijos según la carne
y Sarah, la Jerusalem de arriba, es libre. Ella es nuestra madre.”
Yo he
experimentado ambos nacimientos. No recuerdo mi nacimiento del
vientre de mi madre física, pero sé que ella me dio a luz a la
esclavitud. Esa es Agar. Yo no sabía cuál era el otro hasta que me
ocurrió en la mañana del 20 de julio de 1959, cuando salí de la
que es de arriba. Salido de mi propio cráneo. Surgí dentro de mí y
salí como un ser nacido, para encontrar todo el simbolismo de las
Escrituras desplegándose ante mí y yo interpreté el papel del ser
central en el drama. Los tres hombres estaban presentes, el niño
envuelto en pañales, todo era perfecto. Salí de la mujer de arriba,
de la que nos lleva a la libertad, mientras que la de abajo nos lleva
a la esclavitud. Y así como fue en los días de la antigüedad, así
es hoy. Pero, ¿qué dicen las Escrituras? “Echa fuera a la esclava
y a su descendencia, pues el hijo de la esclava no heredará lo que
nació libre.” ¿Por qué? Porque es un nacimiento a un mundo
completamente diferente.
Ahora
volvamos al verdadero Abraham. Pablo nos dice, “La promesa fue
hecha a Abraham y a su descendencia” (singular, no plural) “que
es Cristo.” En la misma carta, Pablo dice, “Trabajo con vosotros
hasta que Cristo sea formado en vosotros.” Dios Padre se está
formando en ti, como tú, y cuando la forma sea perfecta darás a luz
a Cristo como tú mismo y dirás, con el conocimiento de la
experiencia, “Yo soy Él”.
Dios se
acostó a dormir dentro de mí, y mientras Él dormía soñó un
sueño. Soñó que él es yo, y cuando despertó yo soy Él. ¿Cómo
lo supe? Mediante la revelación. David, en el Espíritu, me llamó
Padre, y Dios le dijo a David, “Tú eres mi hijo, hoy te he
engendrado.” Cuando el único hijo engendrado de Dios me llamó
Padre, supe quién era yo. No hay otra forma de que alguna vez yo
pudiera saberlo.
Por eso
te lo cuento con la esperanza de que me creas y compartas tus
experiencias conmigo. Esta maravillosa carta vino de una señora.
Ella decía, “Tengo la costumbre de tener una libreta y un lápiz
en mi mesita de noche cuando me voy a dormir. Esta mañana me
levanté, llevé a Dusty a la escuela y regresé para hacer la cama
cuando descubrí algo escrito en la libreta.
En ese
momento no podía recordar haber escrito en ella, pero esto es lo que
escribí, 'Una voz decía: Me metí en el vientre de mujer hasta que
fuera la hora.'” Ella se había metido en el vientre de la mujer
desde arriba. Puede que no pase mucho antes de que ella se libere.
Ella ha estado teniendo algunas experiencias maravillosas, pero yo no
sé cuándo. Nadie lo sabe, ni aun el hijo, sólo el Padre en ella.
El Padre duerme en todos y cuando Él se saca a sí mismo Cristo es
traído a la realidad.
Así que
¿eres libre o esclavo? Si conoces la ley de Dios, como este señor
la conoce, puedes ser tan libre como el viento. Sólo imagínate a un
señor sentado en su escritorio contemplando que duplica sus
ingresos, y salido de ninguna parte un hombre que él había visto
semanalmente durante tres años es el instrumento a través del cual
esta duplicación se produce. A pesar de eso él quiere algo más. Él
no quiere trabajar. De modo que acude a una cita que concertó meses
antes con un hombre que acababa de recibir una herencia de un
pariente desconocido que insiste en compartirla con él. Entonces le
extiende un cheque por la cantidad exacta que él, durante un periodo
de dos semanas, había estado sacando de su sobre sin identificar.
Así que se larga y disfruta del verano entero sin hacer nada. Luego
recibe una llamada de alguien a quien nunca había visto instándole
a que vaya a verle y le lleve algo de su trabajo. El hombre le
presenta al tipo de la oficina que el señor ya había visitado
previamente mientras estaba sentado en su escritorio soñando un
sueño.
Creo que
esto es fantástico. Aparte de conocer esta ley, él es consciente de
que no sólo el acto imaginativo intencionado se traduce en una
experiencia, sino también el no intencionado. Cada acto imaginativo
se está manifestando en este mundo, quieras creerlo o no; por lo
tanto, ¿por qué no volverse intencionado al respecto? ¿Por qué no
tomar el timón y dirigir el barco hacia tu verdadero destino?
Estamos todos en el mar, por así decirlo, y o vamos a la deriva o
podemos asir ese timón y dirigirnos hacia el puerto que queramos.
Depende totalmente de nosotros.
Así que
repito, “Imaginar crea la realidad”. Los grandes pasos hacia
adelante en este mundo fueron dados por hombres y mujeres que
imaginaron como si ya fuera. Vieron las cosas imaginativas como si ya
fueran y construyeron su mundo en base a ese acto. Cuando tú
comienzas a imaginar que las cosas son como te gustaría que fueran
rompes el lazo, pues tú eres un siervo, un esclavo hasta que sabes
cómo imaginar y vivir según ello. Así que mientras estés viviendo
en el mundo de los esclavos, aprende la ley de Dios, porque somos
esclavizados por cuatrocientos años – en tanto llevemos la cruz –
la Tav.
Hasta
que me quite esta cruz no puedo aprehender realmente la fantástica
herencia que es mía. He heredado lo que es impecable, lo que es para
siempre, pues mi herencia es Dios mismo. Como Pablo, “Yo desearía
estar con Cristo. Eso es muchísimo mejor, pero por vuestro bien la
necesidad de que permanezca en el cuerpo es mucho mayor.” Él había
heredado la fabulosa promesa entera, pero por el bien de aquellos
permanecería en el cuerpo y nadie sabe realmente la naturaleza de su
final. Las iglesias le han martirizado o asesinado, pero su muerte no
está recogida en las Escrituras.
Las
iglesias han hecho un lío de las Escrituras. Ahora tienen un Jesús
de 1 metro y 60 centímetros porque encontraron un pequeño sudario
1.500 años después del supuesto acontecimiento. Lo vi una noche en
la TV, en un programa donde un arqueólogo trajo una foto de esa
cosa. Cuando ves eso puedes entender por qué las Escrituras dicen,
“Complació a Dios preservar estas cosas de los sabios y prudentes
y revelarlas a los niños, pues tal fue su beneplácito.” Todos
estos sabios con toda esta tontería. Un obispo estaba allí, el que
habla con autoridad en su iglesia, ahora tiene un Jesús de 1,60
metros debido a este estúpido sudario. Cristo nunca caminó por la
tierra como el mundo enseña. Yo estoy hablando de un Cristo cósmico,
un ser totalmente sobrenatural que está enterrado en el hombre. Un
Dios universal, no una simple cosa que salió del vientre de una
mujer. Él es completamente sobrenatural, sin embargo ellos están
tratando de hacerlo una cosa de carne. Pablo advirtió contra esto a
los Gálatas diciendo, “¿Por qué sois tan insensatos? ¿Habiendo
comenzado con el Espíritu, vais a acabar con la carne? [Gálatas
3:3]” Pero lo leen y no lo ven. Tienen oídos pero no oyen. Tú
nunca sabrás que eres Él hasta que su Hijo se te aparezca y te
llame Padre. Sólo entonces sabrás quién eres tú.
Elige
esta noche lo que deseas ser, libre o esclavo. Yo te digo: tú puedes
ser cualquier cosa que quieras ser. No me importa lo que el mundo te
diga. No pienses que estoy loco, como una vez lo pensaron el señor y
las señoras de Nueva York. Yo no estoy loco. Yo veo mundos que nadie
ve. Yo comulgo con estados y con sus ocupantes. Comulgo con Blake.
Estamos separados por doscientos años, pero estamos muy
estrechamente tejidos en el tapiz del tiempo. Me reúno con estos
personajes que aparentemente están tan atrás en la historia del
tiempo, pero no lo están. No para mí.
Noche
tras noche, mientras estoy acostado en mi cama, veo lo que no debería
ver. Entonces intensifico un ritmo que siento dentro de mí y de una
vez entro directo en la escena y exploro. Veo mundos que son tan
sólidamente reales como éste, y enseño allí. No importa a dónde
vaya, siempre estoy enseñando, diciéndoles la palabra de Dios. Y
ellos me esperan. Tengo muchedumbres esperándome. Voy, les enseño y
luego regreso aquí. No importa a dónde vaya, estoy haciendo el
trabajo de Dios, pues cuando Él me abrazó yo fui enviado. En el
momento del abrazo me volví uno con Dios, y puedo decir con Pablo,
“¿No soy libre? ¿No soy un apóstol? ¿No he visto a Jesús,
nuestro Señor?” Ese es el único requisito para el apostolado. ¿Y
qué es un apóstol? Uno que primero es llamado, abrazado e
incorporado al cuerpo del Cristo Resucitado y enviado. No sólo
enviado aquí, sino que “Tengo otras ovejas que no son de este
redil”. Los otros no están necesariamente en Nueva York o San
Francisco donde iré el próximo año. No. Hay mundos dentro de
mundos dentro de mundos ahí fuera esperándome y yo voy y enseño.
Ahora eso puede sonar como si yo estuviera tan loco como una cabra,
pero no hay diferencia para mí. Si esto es locura, entonces estoy
totalmente a favor de ella.
Pero yo
te digo, si conoces y vives según la palabra de Dios descubrirás
que produce enormes dividendos. Nunca te fallará. Si, después de
haber imaginado, aparece la duda, deséchala. Tú lo has hecho. Y
recuerda, no sólo todos los actos imaginativos intencionados vienen
a la existencia, sino que todos los actos imaginativos no
intencionados son igual de creativos. Así que cuando las pequeñas
molestias inesperadas aparezcan, no pudieron suceder por sí mismas.
Fueron traídas a la existencia por un acto imaginativo que ahora
está olvidado y pueden permanecer sólo en tanto tú las sostengas
por un acto imaginativo. Y cuando las molestias dejen de recibir tu
sostén, se desvanecerán.
Ahora
entremos en el silencio.
Traducido
por Manu LDA
La
conferencia original en inglés es FREE OR SLAVE (Neville Goddard
10-07-1966)
Muchas gracias por tu gran aporte, por tu blog, es un gran trabajo de traduccion y difussion, gracias Manu
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarEstoy contenta por mis cambios. . . pero hay algo que aún sigo teniendo miedo. soy mujer y siempre desde niña fui sensible a otras mujeres que me hacían sentir menos, o eran mandonas. siempre callé y dejaba que ellas me pisaran en algún aspecto. Hoy en día me encuentro muy pocas mujeres así pero me doy cuenta que aún sigo sensible no tanto como antes pero algo Sí, y crece la rabia en mí. Qué opinas ???
Hola Rahel. Estas cuestiones mejor exponlas en el grupo de facebook. Saludos.
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