~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


sábado, 27 de agosto de 2011

PERDÓN VERDADERO (Neville - 1 de abril de 1969)

Neville (1 de abril de 1969)


PERDÓN VERDADERO



Esta noche tomaremos dos aspectos del gran misterio: el perdón verdadero y los ojos inmortales que ven en la eternidad.

Él les dijo, 'Cuando dos o tres se reúnan en mi nombre, yo estoy en medio de ellos'. Entonces Pedro dijo, 'Señor, ¿con cuánta frecuencia mis hermanos pecarán contra mí y yo les perdonaré?' y la respuesta fue, 'Setenta veces siete'.” El arte del perdón debe ser practicado diariamente, pero primero debemos aprender cómo perdonar. El arrepentimiento y la fe son condiciones del perdón, pero el verdadero perdón es olvido. El cristianismo y sus doctrinas no tienen sentido para la mente mundana, de modo que ¿por qué las personas son cristianas? La promesa de que los muertos se levantarán no tiene sentido para la mente mortal, cuando el cuerpo es cremado y quemado hasta las cenizas, sin embargo sólo creyendo en la historia de la redención tú puedes verdaderamente perdonar. Debes aprender a distinguir entre el humano eterno que ocupa un estado y el estado mismo. Este es el único sentido para el perdón.

Todos los guiones son escritos para los actores. En la interpretación, el actor elegido en el papel de un asesino debe interpretar esa parte, y así es con este mundo. Dios, el autor, escribió el guión e interpreta todos los papeles, mientras viste una máscara llamada “el otro”. Si aprendes a distinguir entre los estados de conciencia y su ocupante, puedes perdonar a todo el mundo. ¿Cómo? Identificando al que tú perdonarías con el ideal que él falló en realizar. El ideal más alto sería identificarle con la imagen divina misma. Como Dios nos dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen.” Esa imagen es Cristo. Tú eres llamado a tomar a un hombre que es condenado por el mundo y verle irradiando y reflejando la gloria de Dios. Bueno, te podrías quedar un poco corto de esa imagen, pero podrías tomar un ideal que él ha fallado en realizar. Podría ser una afluencia o al menos un ingreso igual a sus responsabilidades, hasta que estés suficientemente fuerte para ir más allá de la barrera de la observación y verle como la imagen divina misma.

Mateo hace esta afirmación: “Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos.” En el mundo hebreo se dice que si dos se sientan juntos y no está la palabra de la Torah entre ellos, están sentados en el sitio del burlador; pero “Bendito es el hombre que no se sienta en el sitio del burlador, sino que se regocija en la ley de Dios día y noche, pues ese hombre prosperará en todo lo que hace.” Aunque el hombre sea conocido por tener una mente brillante, si él no habla de la Torah (la ley de Dios y sus profetas), está sentado en el sitio del burlador. Y en el capítulo 3 del Libro de Malaquías, leemos: “Cuando aquellos que aman al Señor hablan uno con otro y tratan de la palabra de Dios, la gloria de Dios está entre ellos.” ¿Cuántos en el mundo de hoy cumplen ese requisito? ¿Quién en una fiesta alguna vez habla de la palabra de Dios? Recuerdo que hace unos cinco años yo fuí invitado a una cena, donde todo el mundo estaba contando chistes. Aunque me encantan los chistes, no soy un buen contador de historias de ese tipo, así que cuando llegó mi momento para hablar me levanté y les hablé sobre la ley de Dios. Cuando me senté el caballero que daba la cena dijo: “No me dí cuenta de que habíamos invitado a un melenudo aquí esta noche.” Esa fue su actitud hacia la palabra de Dios. Bueno, el caballero acaba de partir de esta pequeña sección de tiempo, y ha sido restituido a un cuerpo joven para continuar viviendo en un mundo terrestre como éste – pero sin su dinero en el banco, pues eso lo dejó atrás. Se llevó el conocimiento de lo que él había hecho y de quién es, con él, pero sus cosas terrestres las dejó atrás.

Ahora, en este mundo, cuando tú das algo a alguien o lo vendes, tú ya no lo posees; pero eso no es verdad en el mundo celestial. Es un mundo de compartir, donde nada se pierde. En ese mundo yo puedo darte cada facultad que ha despertado dentro de mí, y se convierte en tuya para usarla y darla a otros para que la usen como quieran. Hace dos años yo dí mis ojos inmortales a una señora que está aquí esta noche. En su visión yo saqué mis ojos de sus órbitas y los coloqué en las suyas. Poco después de esa experiencia se le dijo, en una visión, que ella fue un testigo incurrente. La palabra “incurrente” significa “dar paso a una corriente que fluye hacia dentro”. Blake habló de los ojos incurrentes diciendo: “No descanso en mi gran tarea para abrir el Mundo Eterno; para abrir los Ojos Inmortales del Hombre hacia dentro, hacia el mundo de los pensamientos en la Eternidad siempre expandiéndose en el seno de Dios, la Imaginación Humana.” Blake no estaba interesado en los ojos externos, porque él sabía que ellos no veían. Habiendo resucitado de su cuerpo de muerte, Blake quería dar a todo el mundo sus ojos inmortales para que pudieran ver como él.

La resurrección no viene cuando tu cuerpo está siendo incinerado, sino que eres elevado mientras vistes tu ropaje de carne en este mundo de muerte. Entonces tú puedes dar tus facultades inmortales a otro sin perderlas al darlas. Y cuando las visiones vienen, ellas te poseen. No tienes que ir a la meditación para buscarlas. Pueden venir mientras andas por la calle o estás sentado en un teatro disfrutando una obra, cuando de súbitamente estás viendo lo que no está ahí para ser visto por el ojo mortal y no puedes detenerlo.

El viernes pasado, la señora a la que dí mis ojos, y su amiga, volvían a casa de la conferencia. Mientras estaban sentadas en el coche estaban hablando de la palabra de Dios, cuando una serie de visiones la poseyeron. Se encontraba en una iglesia, con una alfombra rojo brillante que discurría por el centro. Un ser angelical dirigió su atención hacia el altar y los objetos que estaban allí. Luego cambió la visión y un coche, tirado por un tiro de caballos apareció súbitamente. Se detuvo frente a ella, la puerta se abrió y un ser irradiando luz de su semblante salió. Era tan majestuoso que podía haber sido Hércules mismo. Por un momento se miraron uno a otro. Luego volvió a entrar en el coche y desapareció. De pronto apareció otro coche, éste tirado por caballos blancos. Se detuvo. La puerta se abrió y salí yo, sonreí y me desvanecí – dejando la puerta del carruaje abierta, mientras salían tres mujeres, todas vestidas de negro. Luego ocurrió una cosa maravillosa. Apareció un camastro portando un cadáver, y cuando ella miró vio que era yo. Un trozo de tela estaba amarrado a través de mi boca y detrás de mi cabeza. Yo estaba colocado sobre una cruz, que fue levantada, incendiada, y quemada hasta un tronco. Y cuando ella miró en el tronco vio oro líquido fundido, mientras la visión se desvaneció. Luego el coche reapareció, ahora conducido por un ser majestuoso. De nuevo se detuvo. La puerta se abrió y un hombre, como el Anciano de los Días con una barba blanca, pelo blanco, vistiendo un vestido blanco y una túnica azul, salió. En su mano izquierda llevaba un gran libro blanco y en su mano derecha una pluma, con la que le apuntó a ella y la visión se desvaneció.

Os he hablado una y otra vez sobre esta luz líquida dorada, que es la sangre de Dios que sale de los hornos. Esta señora no estaba viéndome como un hombre colocado en una cruz ardiendo. Podría haber sido, pero esa no es la historia. El cuerpo que tú llevas es tu cruz, y tú no puedes escapar de los fuegos de la experiencia. Pero cuando tu viaje ha terminado, tú – el árbol de la vida – eres reducido a un tronco, como se recoge en el Libro de Daniel: “Corta el árbol y destrúyelo pero deja el tronco de sus raíces en la tierra, pues de ese tronco un nuevo ser surgirá.” Ese ser es una luz líquida dorada.

Pablo dijo, en su capítulo quince de 1 Corintios: “Alguien preguntará, '¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vienen?'” Entonces él contestó a su propia pregunta diciendo: “Es como Dios ha elegido.” Concebidos por un ser infinito, los muertos resucitan en ese cuerpo perfecto, para convertirse en un Espíritu, un Señor, un Dios y Padre de todos. Este cuerpo contiene todos los de la humanidad, sin embargo es único para cada uno. A qué se parece no lo puedo decir, pero lo sabrás cuando tú – como luz líquida dorada – lo llenes contigo mismo. Tú, como oro fundido, resucitarás como una serpiente, en ese estado celestial para ser echado en el cuerpo que Dios ha elegido para tí y es único. Te está esperando y nadie puede llenarlo sino tú. Al final cada uno es redimido en ese único cuerpo para saber que él mismo ha de ser un Espíritu, un Señor, un Dios y Padre de todos. No trates de comparar tu armazón mortal con tu yo inmortal, pues no se puede hacer. Pablo lo aclara, diciendo: “Es plantado en debilidad, es resucitado en poder. Es plantado en deshonor y resucitado en gloria.” Esto es verdad para todo hijo nacido de mujer.

Habiendo resucitado del estado de muerte, es mi elección, mi privilegio, dar mis ojos a quien yo quiera. Yo se los di a ella, y ella – a su vez – se los dio a su amiga, cuya experiencia ahora compartiré. Habiendo oído a su amiga referir sus visiones, ella se retiró esa noche; y cuando cayó dormida vio una cerilla golpear la tierra e instantáneamente estallar en llamas, recordándole las llanuras de Kansas cuando sale el sol – pues es como una llama extendiéndose a través de la llanura de la pradera. Luego un objeto oscuro salió del centro de la llama y se le acercó. Moviéndose en un movimiento serpenteante se colocó sobre una cruz que inmediatamente se levantó de la tierra y se quedó recta. Mientras ella observaba, la serpiente se transformó en un hombre colgado de una cruz, pero en vez de estar sobre la cruz, estaba dentro de ella. Esta señora vio la transformación de una serpiente en un hombre que se transfiguró en una cruz llameante desde dentro.

Como puedes ver, estas visiones paralelas una a la otra, confirman la verdad que yo he compartido con vosotros. Tú tienes un cuerpo inmortal en el paraíso, mientras vistes tu cuerpo mortal en este mundo del César y luchas con sombras. Aunque parezca haber otros aquí, sólo está Dios. El mundo parece estar multiplicado por miles de millones de personas, cada una separada e individual; sin embargo hay sólo un ser, que es Dios, fragmentado en ropajes de carne. Pero va a llegar el día en que, como oro fundido, seréis reunidos para formar un ser. Reteniendo vuestra individualidad, yo te conoceré y tú me conocerás; pero el cuerpo que vestimos ahí no es como éste. Habiendo sido resucitado de la muerte, cuando me revelé a mí mismo en la visión de la señora que compartí con vosotros esta noche, ella me conoció, y luego me desvanecí de la vista. Otros me verán en diferentes papeles, pues yo soy un ser protéico. Yo puedo exponer el hecho de que he resucitado de los muertos, pero no puedo revelar mi cuerpo resucitado hasta que tú llegues donde estoy yo. No entendiendo la resurrección, el hombre piensa que tiene lugar cuando el cuerpo muere, pero ocurre mientras estás aquí en este mundo de muerte.

Todo aquí está muerto. El animal es matado antes de que su carne sea consumida. Esto es verdad para el pájaro o el pez, la fruta o el vegetal. Así que el último enemigo a vencer es la muerte. Mientras estamos aquí luchamos contra las sombras mientras pensamos que él o ella es otro; pero no hay otro, pues somos todos hermanos, todos hijos de Dios, que colectivamente formamos un ser que es Dios. Él que es el hacedor de sus hijos está alojado en cada uno de ellos. Dí “Yo Soy” y has revelado el nombre de Dios.

Ahora, si tú perdonaras a otro, debes aprender a distinguir entre el “yo” inmortal y el estado al que él se ha movido – voluntaria o involuntariamente. Como dijo Blake: “Puedes ver por lo que enseño, que no considero que el justo o el malo estén en un estado supremo, sino que están cada uno de ellos en estados del sueño en el que el alma puede caer en sus mortales ensueños de bien y mal.” Si tú verdaderamente amas al otro no importaría lo que él (o ella) hizo – tú le perdonarías. No me preocupa lo que mi madre haría – yo la perdonaría, o a cualquiera de mis hermanos. He expandido mi círculo para incluir a los amigos, y lo he ampliado para abarcar a aquellos que actualmente no conozco, pues en verdad todos ellos son mis hermanos. El hombre que dijo: “Ve y dí a mis hermanos que estoy ascendiendo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios” había expandido su círculo para abarcar a todos, porque sabía que había sólo un ser que estaba jugando todos los papeles. Así que no puedes perdonar verdaderamente a menos que puedas discriminar entre el ser que ocupa el papel que está jugando y el papel mismo. Entonces puedes identificarle con lo que tú sabes que a él le gustaría ser, y en la medida en que tú estés persuadido de que él está ocupando el nuevo estado, él llegará a estarlo.

Depende enteramente de tí practicar el arte del arrepentimiento, que es un cambio radical del sentir. Un amigo puede haber cometido un acto de violencia y admitir su culpa. Practica el arte del arrepentimiento separando a tu amigo (el actor) del papel que jugaba, e identifícale con el papel que tú sabes en tu corazón que a él le gustaría jugar. Persuádete de que esto es verdad y, en la medida en que estés persuadido, tu amigo será transformado en ese estado y lo ocupará a la vista de todos.

Las primeras palabras recogidas en el Libro de Marcos (el primer evangelio en fecha) son: “El reino de los cielos está cerca, arrepentíos y creed en el evangelio.” Yo te llamo en el día de hoy a creer en la historia del cristianismo; y si crees y eres un cristiano, tú la pondrás en práctica. El cristianismo es el cumplimiento de las promesas que Jehovah hizo al hombre. Cuando la historia de Jesús Cristo es representada dentro de tí, tú has cumplido las promesas de Dios a Israel. Entonces cuenta tu historia a aquellos que escuchen y, mientras te estás moviendo en tu esfera celestial, seleccionarás a aquellos a quienes les darás tus ojos.

La selección viene de la sabiduría que es de arriba, no de abajo. En este nivel, si yo tuviera que dar mis ojos a alguien, sería definitivamente a mi esposa, y después de ella a mi hija. Pero en un nivel más alto, donde no hay incertidumbre en cuanto a quién debería recibirlos, yo le dí mis ojos a una señora que yo sólo conozco a distancia. Nunca he visto su casa, ni ella ha estado nunca en la mía. Yo la amo como una hermana, pero yo ciertamente no la he visto nunca socialmente. Mientras se funciona desde arriba, sin embargo, la sabiduría del César no se usa. Usando la sabiduría de arriba, yo selecciono de aquellos que vienen aquí a aquel a quien le doy mis ojos. El regalo es completo, sin embargo yo no los perdí al darlos. De hecho mi visión aumentó al darlos.

Las visiones vienen cuando tú menos las esperas. Tú puedes estar en una multitud cuando todo se bloquea y la visión te posee. No tiene sentido pensar que debes ir a la India para ser enseñado cómo meditar por un gurú. La verdadera visión no puede ser enseñada, sino que viene a tí cuando menos lo esperas; y no puedes detenerla, pues la visión es Cristo en tí, que es tu esperanza de gloria.

El cuerpo que tú vistes es la cruz que Cristo soporta. Los fuegos que esas señoras vieron son los hornos de experiencia de los que habla Blake: “Cómo salen ellos de los hornos; cuán larga, vasta y severa la angustia antes de que encuentren a su Padre, fueron largos de contar.” El hombre está buscando a su Padre celestial, que es él mismo. Él está buscando fuera la causa de los fenómenos de su vida; pero cuando él la encuentra se encuentra a sí mismo. Entonces dirá: “Yo y mi Padre somos uno.” Su viaje en este mundo no puede acabar hasta que el Padre es encontrado; y cuán larga, vasta y severa la angustia antes de que lo encuentre, fueron largos de contar.

Yo no puedo decirte lo cerca que estás de descubrir tu verdadera identidad, pero puedo decirte que comenzará con tu resurrección de tu tumba inmortal, donde primero yaciste para dormir y soñar este sueño de vida. Este es inmediatamente seguido por tu nacimiento desde arriba. Ciento treinta y nueve días después tú encontrarás a tu hijo, quien se te revelará. Luego ciento veintitrés días después tu cuerpo espiritual es dividido en dos, y te ves y te identificas con el oro fundido encontrado en su base. Fusionado con él, subirás como una serpiente, otra vez a tu propio cráneo – llamado cielo. Novecientos noventa y ocho días después la paloma desciende, dándote la bendición de que el Espíritu del Más Alto está sobre tí, pues él te ungirá y te enviará a predicar buenas nuevas a los afligidos y a abrir los ojos de los ciegos. Los ciegos de los que se habla aquí son aquellos que no ven el misterio detrás de la fachada.

Pero esta noche aprende a perdonar. ¡Esto es esencial! Aprende a diferenciar entre el estado en el que un hombre está colocado y su ocupante. Si puedes diferenciar entre los dos, perdonarás, pues reconocerás al ser que está atrapado en un papel. Si el papel es el del asesino, debe asesinar. Si está atrapado en el papel de enfermedad, debe estar enfermo. Si no te gusta el papel que él está jugando, recuerda: todos los papeles pertenecen al autor que es Dios. Nosotros somos los actores que entenderemos la razón detrás de la obra cuando caiga el telón y la obra haya llegado a su fín.

¡Yo rezo para que sea esta noche!

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es
TRUE FORGIVENESS (Neville 04-01-1969)




sábado, 20 de agosto de 2011

ESTADOS ETERNOS (Neville - 9 de septiembre de 1968)

Neville (9 de septiembre de 1968)


ESTADOS ETERNOS



Siéntate tranquilamente y pregúntate a ti mismo quién eres, dónde estás y qué eres. Tus respuestas te revelarán tu estado de conciencia: tu cuerpo de creencias. Pablo dijo: “No miramos las cosas externas, sino las cosas no vistas, porque las cosas externas son temporales, pero las cosas invisibles son eternas”. Tus creencias, vistas por el místico, están personificadas. Forman un estado que controla completamente tu comportamiento. Cualquier modificación dentro de tu cuerpo de creencias resultará en un cambio en tu mundo exterior.

Blake nos dijo, “La eternidad existe y todas las cosas existen en la eternidad independientes de la creación que fue un acto de misericordia. Por esto verás que yo no considero que el justo o el malo están en un estado supremo, sino que cada uno de ellos son estados del sueño en los que el alma puede caer en sus sueños mortales del bien y el mal cuando abandona el paraíso siguiendo a la serpiente.”

Ahora, Blake utiliza la palabra “misericordia” solamente como alguien que ve que los estados son eternos; que en su misericordia Dios creó todas las cosas, no sólo unas pocas, de modo que cualquier situación que se pueda concebir ya existe en la eternidad. Cuando Blake dijo, “La eternidad existe y todas las cosas existen en la eternidad independientes de la creación que fue un acto de misericordia”, él se refería a que todo lo que tú ves está muerto, una parte de la estructura eterna del universo. Tú eres su poder operante. Cuando entras en una escena se vuelve animada. Luego empiezas a perderte en tu propia animación y a creer que es independiente de tu percepción. Mirándola, no puedes creer que estés causando la animación, pero lo estás haciendo.

Tú y yo somos almas vivientes, enterradas en un mundo de muerte. Estamos destinados a ser espíritus dadores de vida a través de un acto de misericordia, pero hasta [que llegue] ese momento animamos lo que percibimos. Cuestionándose, Blake se pregunta: “Oh, miserable hombre que yo soy, ¿quién me liberará de este cuerpo de muerte?” Permíteme decirte que ningún poder terrenal puede hacerlo, sólo Dios.

Pedro nos dice, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por su gran misericordia hemos renacido a una esperanza viva a través de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos”. Esto es verdad, pues sólo por el gran acto de misericordia de Dios podemos nacer de nuevo. Ahora enterrado en un mundo de muerte eterna, estás animando formas muertas, creyendo que son independientes de tu percepción de ellas. Esto lo continuarás haciendo hasta que la gran misericordia de Dios despierte a Jesucristo dentro de ti. Si Cristo no estuviera enterrado en ti, no podría despertar en ti, y si no está en ti no podría emerger de ti. Por lo tanto, al igual que Pablo, llevas en tu cuerpo la muerte de Jesús. Es la tumba en la que está enterrado. Su despertar te libera de un cuerpo de muerte, pero hasta ese momento debes vivir y adaptarte al cuerpo muerto que llevas.

Ahora bien, hasta que tú nazcas desde arriba, manejas el poder que da vida a este mundo. Pues el mundo es un sueño lleno de escenarios muertos mientras eres Proteo. Al entrar en la escena causas que las partes tomen vida. Si no sabes esto, crees que hay otros y combates las sombras de tu propio ser.

Todas las cosas existen en la imaginación humana, y todos los fenómenos son producidos únicamente por la imaginación. Donde no hay imaginación todo se desvanece. Si hay escasez en tu mundo ahora y dejas de ser consciente de ella imaginando abundancia, la escasez desaparece; por lo tanto, cualquier modificación en tu cuerpo de creencias provocará un cambio en tu vida.

Ahora integrados en la muerte, resucitamos a la vida por el acto de misericordia. Las Escrituras llaman a esta transformación “Jesucristo”, pues es él el que está enterrado en nosotros; y cuando despierta y se levanta, nacemos desde arriba, liberándonos así de este cuerpo de muerte. Hasta ese momento en el tiempo tú puedes entrar en un estado, participar en él y moverte a otro. Así es como se hace. A pesar de que estoy viviendo aquí en Los Ángeles, deseo estar en la ciudad de Nueva York. Mientras estoy tendido en mi cama esta noche, cierro mis ojos físicos a la habitación que me rodea y asumo que estoy en Nueva York. Luego me hago a mí mismo las siguientes preguntas: Si yo estuviera en Nueva York ahora mismo, ¿qué vería? ¿Pensaría que Los Ángeles se encuentra a tres mil millas al oeste de mí? ¿Dónde están mis amigos y seres queridos? ¿Cómo están mis finanzas ahora que estoy aquí? Entonces respondería estas preguntas cuidadosamente y me quedaría dormido en la ciudad de Nueva York.

Ahora bien, una asunción (o suposición) es un acto de fe, y sin fe es imposible agradar a Dios. “Por fe entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios, de modo que las cosas que se ven se hicieron de las cosas que no se ven”. Alguien que viera mi cuerpo físico me vería durmiendo en Los Ángeles, sin embargo, yo estaría durmiendo en la ciudad de Nueva York, porque yo soy todo imaginación y debo estar donde me esté imaginando que me encuentro. Mediante esta acción me ajusto imaginativamente a un estado que deseo realizar objetivamente. Y si he imaginado con convicción, dándole a la ciudad de Nueva York toda la viveza sensorial de la realidad, las cosas inmediatamente comenzarán a suceder para obligarme a hacer el viaje. Ya no imagino a la ligera, porque ahora sé que cada acto imaginario sucederá.

La primera vez que me topé con este principio pensé que era una estupidez. La idea de que la imaginación crea la realidad no tenía sentido. ¿Cómo podía nadie creer que una cosa existe sin ningún tipo de evidencia externa que la apoye? ¿Cómo podía un acto imaginario ser el hecho causante, que se fusiona y se proyecta a sí mismo? Aunque yo no creía que pudiera serlo, imaginé, ¡y obtuve lo que no quería! Así que ahora te familiarizo con lo que sé sobre este principio de imaginar y te guío hacia tu elección y su riesgo. Siempre hay un riesgo, pues puede que no quieras lo que has imaginado después de conseguirlo, así que te exhorto a seleccionar sabiamente.

¿Sabes lo que quieres de la vida? Puedes ser cualquier cosa que quieras ser si sabes quién eres. Parte de la premisa, “Soy todo imaginación y paso a través de estados”, pues la eternidad (todas las cosas) ¡existe ahora! Después de haber experimentado un estado y haberte movido a otro puede que creas que el estado anterior ha dejado de existir, pero todos los estados son eternos, permanecen para siempre. Como el viajero mental que eres, pasas a través de estados ya sea consciente o inconscientemente, pero tu identidad individual es para siempre. Tanto si eres rico como si eres pobre conservas la misma identidad individual cuando te mueves de un estado a otro. Si no estás en guardia puedes ser persuadido por la prensa, la televisión o la radio a cambiar tu concepto de ti mismo e inconscientemente moverte a un estado indeseable. Puedes moverte a muchos estados y actuar muchos papeles, pero como el actor, no cambias tu identidad. Cuando eres rico eres el mismo actor que cuando eres pobre. Son sólo diferentes papeles que estás interpretando.

Estás unido a tu cuerpo físico por las experiencias que ahora estás teniendo, pero no eres el cuerpo que llevas puesto. Llegará el día en que despertarás a este hecho. Entonces, como Proteo, asumirás cualquier forma para el papel que quieras actuar. Si se trata de un pez, serás un pez. Si se trata de un hombre, serás un hombre, pues eso es quien es Dios. Aprende a ajustar tus sentidos a lo que desees ser. Al igual que yo me trasladé [en mi imaginación] a la ciudad de Nueva York, tú puedes moverte al estado de riqueza, fama, o a cualquier estado que desees. Determina cómo se sentiría y ajusta tu pensamiento asumiendo que lo estás sintiendo ahora.

Mira tu mundo mentalmente. Tu nivel actual de hechos objetivos puede ser el mismo que el de antes, pero en tu imaginación escucha a tus amigos felicitarte por tu buena fortuna. Entonces cree en la realidad de esta experiencia invisible. Como Pablo, no pongas tu vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas visibles son temporales, mientras que las cosas invisibles son eternas. Hace doscientos años Blake hizo esta declaración, “La eternidad existe y todas las cosas existen en la eternidad, independientes de la creación que fue un acto de misericordia”. Hace tres mil años el escritor desconocido de Eclesiastés lo dijo incluso de manera aún más bella: “No hay nada nuevo bajo el sol. ¿Hay alguna cosa por la que se diga, 'Esto es nuevo'? Ya ha existido en épocas pasadas, pero no hay memoria de las cosas que llegarán a ser más tarde entre aquellos que vendrán después”.

El año pasado, uno de nuestros grandes físicos, el profesor Richard Feynman de Cal Tech, dijo lo mismo, pero no tan bellamente como Blake o el autor desconocido de Eclesiastés. Esto es lo que el profesor Feynman dijo: “Toda la historia espacio/tiempo del mundo está establecida y nosotros sólo nos hacemos conscientes de sus porciones cada vez mayores de manera sucesiva”. Por esto el profesor Feynman recibió el Premio Nobel y puede que 50.000 dólares, mientras que Blake, que lo vio místicamente y lo plasmó poéticamente, se fue a la tumba sin ningún tipo de reconocimiento. El profesor Feynman basó sus conclusiones en su estudio sobre la desintegración del átomo. Al darse cuenta del peculiar comportamiento de un pequeño positrón cuando lo colocó en un líquido, se dio cuenta de que toda la historia espacio/tiempo del mundo ya está establecida, y que el hombre sólo se hace consciente de sus porciones [cada vez mayores] de manera sucesiva.

He visto lo mismo en mis visiones y sé que el mundo está muerto. He entrado en una habitación como ésta, para descubrir que yo soy el espíritu que la anima. Deteniendo la actividad en mí que causaba que la escena cobrara vida, todo se congeló. La camarera no caminaba. Los pájaros no volaban. Los comensales no comían. Entonces supe que cuando liberara su actividad en mí todas las cosas y cada persona continuarían para completar su intención. Al liberar mi poder, la camarera completó el servicio, el pájaro voló a la rama del árbol y la hierba empezó a moverse, también la hoja que quedó suspendida en el aire cayó al suelo. Ahora sé que soy el centro del poder creativo. Llegará el día en que tú también despertarás y ejercerás tu poder creativo conscientemente. Ése es nuestro destino, pues todos despertaremos como Dios y usaremos este poder para crear en el verdadero sentido de la palabra.

Trata de recordar que no existen límites para el poder creativo de Dios, o tu poder de creencia. Persuádete (convéncete) de que las cosas son como tú deseas que sean. Quédate dormido en esa asunción (o suposición), ya que es tu acto de fe. Mañana el mundo empezará a cambiar para hacerle espacio a la vestimenta de tu asunción. Si es necesaria una persona o si lo son diez mil para ayudar al nacimiento de tu asunción, ellas vendrán. No necesitarás su consentimiento o permiso porque el mundo está muerto y, ¿cuál sería el propósito de pedirle a gente muerta que te ayude? Simplemente ten claro lo que quieres, anima la escena, y aquellos que jueguen su parte empezarán a moverse hacia el cumplimiento de tu deseo.

Inténtalo antes de emitir un juicio sobre esto. Sé que no tiene sentido, pero se demostrará en la puesta en práctica y entonces no importará lo que el mundo piense. Si hay evidencia de una cosa, ¿realmente importa lo que alguien más piense al respecto? Te animo a intentarlo, porque si lo haces no fallarás.

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Manu LDA
La conferencia original en inglés es
ETERNAL STATES (Neville 09-09-1968)




lunes, 15 de agosto de 2011

IMAGINACIÓN DESPIERTA (Neville Goddard - 1954)

Neville Goddard (1954)


IMAGINACIÓN DESPIERTA



Como han oído, el asunto de esta mañana es “Imaginación despierta”. Este es mi tema para la serie entera de diecinueve conferencias. Todo está encaminado hacia el despertar de la imaginación. La palabra en sí misma está hecha para servir a todo tipo de ideas, muchas de ellas directamente opuestas a otras. Pero aquí esta mañana yo espero convencerte de que este es el poder redentor del hombre. Este es el poder del que se habla en la Biblia como el Segundo Hombre, “el Señor del Cielo”.

Este es el mismo poder personificado para nosotros como un hombre llamado Cristo Jesús.

En el antiguo testamento fue llamado Jacob y hay innumerables nombres en la Biblia que todos llevan y culminan en la gran flor llamada Cristo Jesús.

Puede sorprenderte identificar la figura central de los Evangelios como la imaginación humana, pero estoy bastante seguro antes de que la serie termine, de que te convencerás de que esto es lo que los antiguos intentaron que nosotros supiéramos, pero el hombre ha leído mal los Evangelios, como historia y biografía y cosmología, y así se ha quedado completamente dormido en cuanto al poder dentro de sí mismo.

Ahora esta mañana te he traído los medios por los que este enorme poder en nosotros puede despertarse. Yo lo llamo el arte de la revisión: tomo mi día y lo reviso en mi ojo mental. Empiezo con el primer incidente de la mañana. Recorro el día; cuando llego a alguna escena en mi día desplegado que me desagradó, o si no me desagradó, si no fue tan perfecta como pensaba que podía haber sido, me detengo justo ahí y la reviso. La re-escribo, y después que la he re-escrito de modo que se conforma al ideal que deseaba haber experimentado, entonces la experimento en mi imaginación como si la hubiera experimentado en la carne. Lo hago una y otra vez hasta que toma un tono de realidad, y la experiencia me convence de que ese momento que he revisado y revivido no se desvanecerá en mi pasado. Avanzará en mi futuro para encontrármelo como yo lo he revisado. Si yo no los reviso, esos momentos, porque nunca se desvanecen y siempre avanzan, avanzarán para encontrármelos perpetuando ese extraño incidente desagradable. Pero si rehúso permitir al sol descender sobre mi ira, de modo que al final del día yo nunca acepto como definitivos los hechos del día, no importa lo objetivos que sean, nunca los acepto y revisándolos revoco el día y provoco los cambios correspondientes en mi mundo externo.

Ahora, no sólo este arte de la revisión cumplirá cada objetivo mío, sino que a medida que empiezo a revisar el día cumple su gran propósito, y su gran propósito es despertar en mí al ser que los hombres llaman Cristo Jesús, que yo llamo mi maravillosa imaginación humana, y cuando despierta es el ojo de Dios y se vuelve hacia dentro al mundo del pensamiento y ahí yo veo que lo que antes yo creía que existía en el exterior realmente existe dentro de mí. No importa lo que sea, yo entonces descubro que el conjunto de la Creación está enraizado en mí y termina en mí, como yo estoy enraizado y termino en Dios. Y desde ese momento yo encuentro mi propósito real en la vida, y mi propósito real es simplemente hacer la voluntad de Aquel que me envió, y la voluntad de Aquel que me envió es ésta – que de todo lo que Él me ha dado no pierda nada sino que lo levante de nuevo.

¿Y qué me dio Él? Él me dio cada experiencia de mi vida. Él me dio a tí. Cada hombre, mujer y niño que encuentro es un regalo para mí de mi Padre, pero cayeron en mí a causa de mi actitud hacia la sociedad, a causa de mi actitud hacia mí mismo. Cuando empiezo a despertar y el ojo se abre y veo que todo soy yo mismo hecho visible, entonces debo cumplir mi verdadero propósito, que es la voluntad de Aquel que me envió, y la Voluntad es subir a aquellos que yo permití en mi ignorancia cuando estaba dormido descender dentro de mí. Entonces empieza el verdadero arte de la revisión; ser el hombre, independientemente de tus impresiones de ese hombre, independientemente de los hechos del caso que te están saltando todos a la vista, es tu deber, cuando te has despertado, levantarle dentro de tí y descubrirás que él no fue nunca la causa de tu disgusto. Cuando lo miras a él y estás disgustado, mira dentro y descubrirás la fuente del disgusto. No se originó allí.

Ahora dejadme daros un caso histórico para ilustrar este punto. Yo sé que algunos de vosotros fuisteis al banquete y quizás algunos de vosotros me oyeron el jueves pasado en TV, pero dudo de que en esa audiencia de, digamos dos mil trescientos o dos mil cuatrocientos de nosotros, de los que, digamos más de ciento cincuenta lo oyeron, e incluso si lo oyeron pueden oírlo una y otra vez pues es esto, que si lo oyes te provocará actuar sobre ello porque como os dije, y creo que lo hice el domingo pasado, pero si no lo hice dejadme decíroslo ahora; si vosotros asistís a las diecinueve y os saturáis con todo lo que tengo que deciros, de modo que tuvierais todo el conocimiento que se requiere para lograr vuestros objetivos, y no aplicarais lo que recibisteis, no valdría de nada; pero un poco de conocimiento que llevéis a la práctica, descubriréis que es más aprovechable que mucho conocimiento que descuidáis llevar a la práctica. De modo que repitiendo este caso histórico esta mañana, aunque digamos cien o doscientos de vosotros lo hayan oído, os ayudará a recordar que debéis hacer algo sobre ello.

El pasado Mayo en la ciudad de Nueva York había una señora sentada que había estado viniendo durante años y yo hice una pequeña observación de que la gente debe convertirse en hacedores de la palabra, y no sólo en meros oidores. Pues si un hombre sólo la oye y nunca aplica lo que oye, nunca probará o descartará realmente lo que ha oído; y entonces conté la historia de una señora que me había oído sólo tres o cuatro veces y cómo ella transformó la vida de otro, y esta señora oyendo que una que vino sólo tres veces y este milagro tuvo lugar en su vida, se fue a casa determinada a que ella realmente aplicaría lo que había oído a lo largo de los años, y esto es lo que hizo.

Dos años antes, después de una violenta pelea, fue echada de casa de su hijo por su nuera. Su hijo dijo “Madre, no necesitas pruebas mías de que yo te quiero: eso es obvio; pienso que he demostrado eso cada día de mi vida, pero si esa es la decisión de Mary, y yo lo lamento, debe ser mi decisión, pues yo quiero a Mary y vivimos en la misma casa y es nuestra casa; es nuestra pequeña familia y me apena que ella sienta de este modo sobre ello, pero tú sabes que esas pequeñas cosas culminan en una explosión como tuvo lugar hoy. Si esa es su decisión, es la mía”. Eso fue hace dos años. Ella se fue a casa y se dio cuenta de que noche tras noche durante más de dos años ella había permitido al sol descender sobre su ira. Pensó en esta maravillosa familia que ella amaba y de la que se sentía apartada, expulsada de la casa de su hijo. Ella no hizo nada sobre revisarlo y sin embargo yo había estado hablando de la revisión a mi audiencia de Nueva York el año pasado.

Esto es lo que ella hizo ahora. Sabía que el correo de la mañana no traía nada. Eso era un viernes por la noche. No había habido correspondencia en dos años. Ella había mandado a su nieto al menos una docena de regalos en los dos años. Ninguno fue nunca reconocido. Sabía que habían sido recibidos pues había certificado muchos de ellos; así que se sentó esa noche y se escribió ella misma dos cartas – una de su nuera, expresando una gran amabilidad por ella, diciendo que la había echado de menos en la casa y preguntándole cuándo iba a venir a verla; luego escribió una de su nieto, en la cual él decía, “Abuela, te quiero”. Luego venía una pequeña expresión de gracias por el último regalo de cumpleaños, que fue en abril, y luego venía un sentimiento de tristeza más bien porque él no la había visto y le rogaba venir y verlo pronto.

Esas dos notas cortas las memorizó y luego, mientras estaba a punto de dormirse, tomó sus manos imaginarias y sostuvo esas cartas y las leyó mentalmente para sí misma hasta que despertaron en ella la sensación de alegría porque había sabido de su familia; lo que ella había querido una vez más. Leyó esas cartas una y otra vez sintiendo su alegría porque las había recibido y cayó dormida en su proyecto. Durante siete noches esta señora leyó esas dos cartas. A la mañana del octavo día ella recibió la carta: en el interior había dos cartas – una de su nieto y una de su nuera. Esas cartas eran idénticas a las que ella se había escrito mentalmente a sí misma siete días antes. ¿Dónde estaba el alejamiento? ¿Dónde estaba el conflicto? ¿Dónde estaba la fuente del disgusto que fue como una herida sangrante durante dos años? Cuando el ojo del hombre se abre él realiza todo lo que contempla; aunque parece fuera, está dentro – dentro de la propia imaginación de uno, de la cual este mundo mortal no es sino una sombra.

Ella me dio permiso para contar esta historia. Cuando la conté y llegamos al periodo de preguntas y respuestas hubo una extraña reacción de esa gente. Se preguntaban qué vida de alegría podría mantener cualquiera de nosotros si teníamos que escribir nuestras propias cartas; si teníamos que hacer para nosotros mismos todo lo que aparentemente se hace con alegría, lo que aparentemente es espontáneo viniendo de otro; pero no quiero escribir yo mismo una carta de amor de mi esposa, o mi enamorado o mi amigo. Yo quiero que alguien sienta de este modo hacia mí y me lo exprese sin yo saberlo para poder recibir una sorpresa en la vida.

Bueno, no estoy negando que el hombre dormido cree firmemente que esa es la forma en que las cosas suceden. Cuando un hombre despierta se da cuenta de que todo lo que encuentra es una parte de sí mismo, y que lo que él ahora no comprende, él sabe, porque el ojo se ha abierto, que está relacionado por afinidad con alguna aún no realizada fuerza en su propio ser; que él lo escribió pero lo ha olvidado, que se abofeteó la cara pero lo ha olvidado; que dentro de sí comenzó todo el drama desplegado, y mira a un mundo, y le parece extraño, porque la mayoría de nosotros en nuestro sueño somos totalmente inconscientes de lo que estamos haciendo desde nuestro interior.

Lo que esa señora hizo, cada hombre y mujer en esta audiencia hoy puede hacerlo. No te llevará años comprobarlo; lo que te digo ahora puede sorprenderte, puede parecer que bordea la locura pues el loco cree en la realidad de los estados subjetivos, y el cuerdo sólo cree en lo que los sentidos le permitan, lo que ellos le dicten, y yo voy a decirte que cuando tu comienzas a despertar afirmas la supremacía de la imaginación y pones todas las cosas en dependencia de ello. Tú nunca más te inclinas ante los dictados de los hechos ni aceptas la vida sobre la base del mundo externo.

Para tí la Verdad no está confinada a los hechos sino a la intensidad de tu imaginación. Así que aquí encontramos la encarnación de la Verdad, la cual yo digo que es la imaginación humana, de pie en el drama del mundo ante la encarnación de la razón personificada por Poncio Pilato. Y a él le es dada la autoridad para cuestionar la verdad y ellos le preguntan, “¿Qué es la verdad?” Y la verdad permanece en silencio. Él rehúsa justificar ninguna acción suya; él rehúsa justificar nada de lo que le fue hecho a él, pues sabe que ningún hombre viene a mí salvo que yo lo llame: ningún hombre me quita la vida, la entrego yo mismo.

Tú no me elegiste, yo te he elegido a tí. Pues aquí está la Verdad no viendo nada de aquí en adelante con pura objetividad, sino viéndolo todo subjetivamente relacionado consigo mismo y él la fuente de todas las acciones que tienen lugar dentro de su mundo; así la Verdad permanece absolutamente en silencio y no dice nada cuando la razón le cuestiona respecto a la verdadera definición de la Verdad. Porque cuando el ojo se abre sabe que lo que es una idea para el hombre dormido es un hecho para la imaginación despierta, un hecho objetivo, no una idea. Yo albergo la idea de un amigo y construyo algún maravilloso concepto de él en mi ojo mental y cuando duermo parece ser un deseo, parece ser el anhelo de mi corazón, pero puramente subjetivo, sólo una idea. Y el ojo en mi interior se abre, y él está ante mí encarnando la cualidad que yo deseé en mi sueño verle expresar. Así que lo que es una idea para el hombre dormido, la imaginación no despierta, es una realidad objetiva para la imaginación despierta.

Ahora, este ejercicio reclama, yo diría, el uso voluntario activo de la imaginación en contra de la aceptación involuntaria pasiva de las apariencias. No aceptamos nunca como verdad y como definitivo nada a menos que se conforme al ideal que deseamos encarnar dentro de nuestro mundo, y hacemos exactamente lo que la abuela hizo. Pero ahora nosotros lo iniciamos y lo hacemos diariamente. Puedes tener resultados mañana, pueden llegar al día siguiente, pueden llegar en una semana, pero te aseguro que llegarán.

No necesitas ningún extraño laboratorio, como nuestros científicos, para comprobar o refutar esta teoría. Aquí en 1905 un joven sorprendió al mundo científico con su ecuación que nadie pudo siquiera examinar. Se decía que no vivían ni seis personas que entendieran su ecuación. Pasaron 14 años antes de que Lord Rutherford diseñara los medios para probar la ecuación y descubrió que era cierta, no al 100%, porque él no tenía los medios en su mano para someterla a un completo examen. Pasaron otros 14 años antes de que se pudieran hacer más exámenes. Y tú conoces los resultados de esa ecuación que Einstein nos dio en 1905. Pues el hombre de hoy, no conociendo el poder de su propia imaginación, se queda sorprendido de los resultados de esa liberación de energía. Pero él fue quien dijo, y yo lo puse en la primera página de mi nuevo libro: “La imaginación es más importante que el conocimiento”.

Ese fue Albert Einstein. La imaginación es más importante que el conocimiento. Pues si el hombre acepta como definitivos los hechos que la evidencia atestigua, nunca ejercerá este medio de redención dado por Dios que es su imaginación.

Ahora voy a pediros examinar esto: no te tomará las tres semanas que estoy aquí comprobarlo o refutarlo, pero el conocimiento de ello no puede comprobarse, sólo la aplicación de ese conocimiento puede comprobarlo o refutarlo. Yo sé por experiencia que no puedes refutarlo. Toma un objetivo, toma un trabajo, toma alguna conversación con tu jefe, toma un aumento de sueldo. Tú dices bueno, el trabajo no lo permite, o quizás el sindicato no lo permitirá. No me importa qué no lo permite.

Ayer el correo de la mañana me trajo uno, dónde, en San Francisco, este capitán, un piloto, y él me escribe que le vi entre bastidores después de una de mis reuniones, y ahí me dijo, “Pero Neville, tú estás en contra de un muro de piedra. Soy un piloto experimentado; he ido por todo el mundo, por los siete mares; soy un buen piloto y amo el mar; no hay una cosa en este mundo que quiera hacer sino ir al mar, pero ellos me restringen a ciertas aguas a causa de ser muy mayor. No importa qué argumento les de, el sindicato es inflexible y han cerrado el libro sobre mi solicitud”. Yo dije, “No me preocupa qué han hecho ellos, tú estás transfiriendo el poder que legítimamente pertenece a Dios, que es tu propia imaginación, a la sombra que tú proyectas sobre la pantalla del espacio”.

“Como aquí, estamos en esta habitación; ¿tiene que seguir siendo una habitación? ¿No puedes usar tu imaginación para llamar a esto un puente? Esto es ahora un puente y yo soy un invitado sobre el puente de tu barco, y no estás en aguas restringidas por el sindicato, estás en aguas por las que tú deseas navegar con tu barco. Ahora cierra los ojos y siente el ritmo del océano y siente conmigo y en comunión conmigo y cuéntame de tu alegría primero al comprobar este principio, y segundo por estar en el mar donde tú quieres estar”. Él está ahora en Vancouver en un barco bajando un cargamento de madera a Panamá. Él tiene una lista completa que le llevará todo el año lo que este hombre tiene que hacer. Está yendo a aguas legítimamente que el sindicato dijo que él no podía ir. Esto no es prescindir de los sindicatos, sino es no poner a nadie en nuestro lugar – a nadie, reyes, reinas, presidentes, generales, no tomamos a nadie y le entronizamos y le ponemos más allá del poder que legítimamente pertenece a Dios. Así que no violaré la ley, pero cosas se abrirán que yo nunca concebiré.

Me sentaré en silencio y dentro de mí revisaré la imagen. Oiré al mismo hombre que me dijo “No, y eso es definitivo” y le oiré decirme sí, y una puerta se abre. No tengo que ir y tirar de las cuerdas o tirar de los hilos que sean. Llamo a este maravilloso poder dentro de mí, que el hombre ha olvidado completamente porque lo ha personificado y lo ha llamado otro hombre, incluso aunque es una imagen gloriosa de un hombre, pero que no es el hombre: el hombre real no está en ningún otro mundo. Cuando la religión habla, si es una religión verdadera, habla no de otro mundo; habla de otro hombre que está latente pero por nacer en cada hombre, que tiene sintonía con otro mundo de significado, de modo que ese hombre se sentó y sintonizó con otro mundo de significado y trajo a la existencia un poder que él permitió quedarse dormido porque leyó las leyes del hombre demasiado bien. Él aceptó como definitivo el dictado de los hechos, pues le leyeron los reglamentos, le leyeron las leyes del sindicato. Y he aquí que hoy está surcando el océano como él quería hacer. La abuela ya no está excluida de la casa que ella amaba, sino que está en comunión, pero estuvo excluida por ella misma durante dos años. Y él estuvo excluido por él mismo durante más de 18 meses, y ardiendo día tras día permitiendo al sol descender sobre su ira, cuando tenía el poder dentro de sí mismo y la llave para abrir cada puerta en el mundo.

Os digo a todos y a cada uno de vosotros que no os quitaría vuestra comodidad externa, vuestra religión, pues todas esas cosas son como juguetes para el hombre dormido, sino que yo vengo a despertar dentro de vosotros eso que cuando despierta ve un mundo enteramente diferente. Ve un mundo que ningún hombre cuando duerme nunca vería, y entonces empieza a subir dentro de sí mismo a cada ser que Dios le dio; y puedo decirte que Dios te dio cada hombre que anda en la faz de la tierra. Él también dio para este propósito que nada ha de ser descartado. Cada uno en el mundo debe ser redimido y tu vida individual es el proceso por el cual esta redención es llevada a suceder.

Así que no descartamos porque la cosa sea desagradable, la revisamos; revisándola la revocamos, y cuando la revocamos se proyecta en la pantalla del espacio dando testimonio del poder dentro nuestro, que es nuestra maravillosa imaginación humana. Y digo humana intencionadamente – alguien podría haberme dicho la palabra divina. La palabra misma no significa nada para el hombre. Él ha apartado de sí mismo completamente y se ha divorciado de la cosa ante la que ahora se inclina y llama por otros nombres. Yo digo la imaginación humana. Como Blake dijo “Ríos, montañas, ciudades, pueblos son todos humanos”. Cuando el ojo se abre tú los ves en tu propio seno, en tu propio maravilloso seno todos ellos existen, están enraizados ahí. No los dejes caer y permanecer caídos; levántalos pues la voluntad de mi Padre es esta, que de todo lo que él me ha dado yo no debería perder nada sino subirlo otra vez, y lo subo cada vez que reviso mi concepto de otro y lo hago conformarse a la imagen ideal que a mí mismo me gustaría expresar en este mundo. Cuando yo hago en él lo que me gustaría que el mundo hiciera en mí, y viera en mí, lo estoy levantando.

¿Y puedo decirte qué le sucede a ese hombre cuando lo hace? Primero de todo, él ya se ha vuelto hacia su interior. Ya no ve el mundo con pura objetividad, sino al mundo entero subjetivamente relacionado consigo mismo, y dependiendo de sí mismo. Cuando lo levanta ¿sabes que él florece dentro de sí mismo? Cuando este ojo mío se abrió al principio contemplé al hombre como el profeta le vio. Le vi como un árbol andando: algunos eran sólo como pequeñas cornamentas de ciervo, otros eran majestuosos en su follaje, y todos los que estaban realmente despiertos estaban en plena floración. Estos son los árboles en el jardín de Dios. Como se nos dijo en el antiguo modo de revisión en el capítulo 61 del Libro de Isaías – “Ve y da belleza por cenizas, ve y da alegría por luto, da el espíritu de alabanza por el espíritu de opresión, que ellos puedan convertirse en árboles de justicia, plantados para la gloria de Dios”.

Eso es lo que cada hombre debe hacer, eso es la revisión. Veo ceniza cuando el negocio se ha ido; no puedes redimirlo, no puedes levantarlo, las condiciones son malas y las cosas se han vuelto ceniza. Pon belleza en su lugar; ve clientes, clientes ricos, ricos en finanzas, ricos en la actitud hacia tí, ricos en todos los sentidos de la palabra. Velos gustándole comprarte a tí si eres dueño de una tienda; si eres trabajador de una fábrica no veas nada dejándote en paro, levántalo, pon belleza en el lugar de la ceniza, pues sería ceniza si fueras despedido con una familia que alimentar. Si alguien está de luto pon alegría en el lugar del luto; si alguien está oprimido de espíritu, pon el espíritu de alabanza en lugar del espíritu de opresión, y cuando haces eso y revisas el día das la vuelta, y dando la vuelta vuelves arriba, y todas las energías que se vinieron abajo cuando estabas profundamente dormido y realmente ciego ahora vuelven arriba y te conviertes en un árbol de justicia, plantado para la gloria de Dios. Pues yo los he visto andando en esta maravillosa tierra, que es realmente el Jardín; nos hemos desconectado por nuestro concepto de nosotros mismos y nos hemos venido abajo.

Como se nos dijo en el Libro de Daniel, fuimos una vez ese glorioso árbol y fue cortado por la misma base, y el que anteriormente cobijaba a las naciones y alimentaba a las naciones y confortaba a los pájaros y daba alivio a los animales del sol del día, del calor del día; y de pronto una voz dijo desde dentro, “Déjalo caído, déjalo que se quede como está, pero no dañes las raíces; lo mojaré con el rocío del cielo y cuando lo moje con el rocío del cielo una vez más crecerá de nuevo, pero esta vez crecerá conscientemente, sabrá qué es y quién es realmente. En su pasado fue majestuoso pero no tenía conocimiento consciente de su majestad, y lo corté” – ese fue el descenso del hombre. Y ahora, surgirá una vez más desde su interior y será un árbol andante, un maravilloso árbol glorioso.

Ahora para aquellos que están profundamente dormidos esto puede pareceros demasiado sorprendente: esto puede ser igual de sorprendente que fue la ecuación de Einstein; eso fue sorprendente también. Pero yo te digo que yo lo he visto y lo veo – los hombres están destinados a ser árboles en el jardín de Dios. Son plantados sobre la tierra con un propósito y no siempre siguen siendo hombres, se transforman cuando se vuelven hacia dentro y se vuelven hacia arriba. Este es el verdadero significado de la transfiguración. Hay una completa metamorfosis que tiene lugar como la oruga en la mariposa. Tú no sigues siendo lo que pareces ser cuando el hombre está dormido, y no hay imagen más gloriosa en el mundo que ver a este ser humano viviente animado, pues cada rama en su interior está representada por una extensión de sí mismo llamada el otro, y cuando él levanta al otro, esa rama no sólo se vuelve follaje sino que florece y las flores humanas vivientes que florecen en el árbol del hombre que despierta.

Así que éste es mi mensaje para tí este año; te lo daré para agitar a ese ser que duerme en tí, pues el hijo de Dios duerme en el hombre y el único propósito de ser es despertarlo. Así que no es para despertar a este, bueno como parece ser, pero este hombre sensual es sólo una carcasa: es llamado el primer hombre, pero el primero será el último y el último será el primero. Así que el que viene a ser segundo, como Jacob vino segundo del vientre de su madre, toma precedencia sobre su hermano Esaú que vino primero. Esaú fue el semejante a este, él fue hecho de piel y cabello y Jacob fue hecho un muchacho de piel suave, pero el que llegó segundo súbitamente se convierte en el señor de todas las naciones y el que duerme en cada hombre nacido de mujer, y el deber de un maestro o una verdadera religión es despertar a ese hombre, no hablar de otro mundo, no hacer promesas que se cumplan más allá de la tumba, sino decirle que cuando él despierta ya está en el cielo y el reino ha venido ya, hoy, en la tierra. Pues cuando él despierta revisa su día y revoca su día y proyecta una imagen más bella sobre la pantalla del espacio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es AWAKENED IMAGINATION (Neville 1954)