~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


domingo, 17 de abril de 2011

LECCIÓN 2 - LAS ASUNCIONES SE MATERIALIZAN EN HECHOS (Neville - 1948)

Neville Goddard (1948)


LECCIÓN 2 - LAS ASUNCIONES SE MATERIALIZAN EN HECHOS



Esta Biblia nuestra no tiene nada que ver con la historia. Algunos de vosotros podéis estar aún inclinados esta noche a creer eso, aunque nosotros podamos darle una interpretación psicológica, se la podría dejar aún en su forma presente y ser interpretada literalmente. No podéis hacer eso. La Biblia no hace referencia en absoluto a gente o sucesos como os han enseñado a creer. Cuanto más pronto comencéis a borrar ese cuadro mejor.

Vamos a tomar unas cuantas historias esta noche, y de nuevo os voy a recordar que debéis representar todas estas historias dentro de vuestra propia mente.

Ten en cuenta que aunque parezcan ser historias de gente totalmente despierta, el drama es realmente entre tú, el dormido, el tú más profundo y el tú consciente despierto. Son personificados como gente, pero cuando vas al punto de aplicación debes recordar la importancia del estado somnoliento.

Toda creación, como decíamos la noche anterior, tiene lugar en el estado de sueño, o en ese estado próximo al sueño – el estado somnoliento.

Dijimos la noche anterior que el primer hombre aún no ha despertado. Tú eres Adán, el primer hombre, aún en el sueño profundo. El tú creativo es el tú cuatridimensional cuyo hogar es simplemente el estado al que entras cuando los hombres te llaman dormido.

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Nuestra primera historia para esta noche se encuentra en el Evangelio de Juan. Mientras lo oyes desarrollarse ante tí, quiero que lo compares en el ojo de tu mente con la historia que oíste la noche anterior del libro del Génesis. El primer libro de la Biblia, el libro del Génesis, afirman los historiadores que es la recopilación de sucesos que ocurrieron en la tierra unos 3000 años antes de los recogidos en el libro de Juan. Te pido que seas racional sobre esto y ver si no piensas que el mismo escritor podría haber escrito ambas historias. Juzga si el mismo hombre inspirado no podría haber contado la misma historia y contarla de manera diferente.

Esta es una historia muy conocida, la historia del juicio de Jesús. En este Evangelio de Juan se recoge que Jesús fue llevado ante Poncio Pilato y la multitud clamaba por su vida, querían a Jesús. Pilato se volvió hacia ellos y dijo:

“Pero vosotros tenéis una costumbre, que yo debería soltaros a uno en la Pascua; ¿Queréis pues que os suelte al Rey de los Judíos? Entonces gritaron todos otra vez, diciendo, a ése no, sino a Barrabás. Y Barrabás era un ladrón.” Juan 18:39, 40

Se os ha dicho que Pilato no tenía elección en la cuestión, él era sólo un juez interpretando la ley, y esa era la ley. Al pueblo se le tenía que dar al que ellos pedían. Pilato no podía soltar a Jesús contra los deseos de la multitud, y así soltó a Barrabás y les dio a Jesús para ser crucificado.

Ahora tened en cuenta que vuestra conciencia es Dios. No hay otro Dios. Y se os ha dicho que Dios tiene un hijo cuyo nombre es Jesús. Si te tomas la molestia de mirar la palabra Barrabás en tu concordancia, verás que es una contracción de dos palabras hebreas: BAR, que significa una hija o hijo – o niño, y ABBA, que significa padre. Barabbas es el hijo del gran padre. Y Jesús en la historia es llamado el Salvador, el Hijo del Padre.

Tenemos dos hijos en esta historia. Y tenemos dos hijos en la historia de Esaú y Jacob. Ten en cuenta que Isaac era ciego, y la justicia para ser verdadera debe tener los ojos vendados. Aunque en este caso Pilato no está físicamente ciego, el papel dado a Pilato implica que es ciego porque es un juez. En todos los grandes edificios de la ley del mundo vemos a la mujer o al hombre que representa a la justicia con los ojos vendados.

“Juzga no según las apariencias, sino juzga con juicio justo.” Juan 7:24.

Aquí encontramos que Pilato está haciendo el mismo papel que Isaac. Hay dos hijos. Todos los personajes como aparecen en esta historia pueden aplicarse a tu propia vida. Tú tienes un hijo que está robándote en este mismo momento lo que tú podrías ser.

Si vienes a esta reunión esta noche consciente de querer algo, deseando algo, tú andas en compañía de Barrabás.

Pero desear es confesar que ahora no posees lo que deseas, y como todas las cosas son tuyas, te robas a tí mismo por vivir en el estado de deseo. Mi salvador es mi deseo. Cuando quiero algo estoy mirando a los ojos de mi salvador. Pero si sigo queriéndolo, niego a mi Jesús, mi salvador, pues cuando yo quiero confieso que yo no soy y “excepto si creéis que YO SOY Él moriréis en vuestros pecados.” No puedo tener y seguir deseando aún lo que tengo. Puedo disfrutarlo, pero no puedo seguir queriéndolo.

He aquí la historia. Es la fiesta de la Pascua (Paso). Algo va a cambiar justo ahora, algo va a pasar. El hombre es incapaz de pasar de un estado de conciencia a otro a menos que se libere de la conciencia que tiene ahora, pues ella le ancla donde está.

Tú y yo podemos ir a las fiestas físicas año tras año cuando el sol entra en el gran signo de Aries, pero eso no significa nada para la verdadera Pascua mística. Para celebrar la fiesta de la Pascua, la fiesta psicológica, yo paso de un estado de conciencia a otro. Lo hago soltando a Barrabás, el ladrón y atracador que me roba ese estado que yo podría encarnar dentro de mi mundo.

El estado que busco encarnar es personificado en la historia como Jesús el Salvador. Si me convierto en lo que quiero ser entonces soy salvado de lo que era. Si no me convierto en ello, continúo teniendo encerrado dentro de mí un ladrón que me roba ser lo que podría ser.

Esas historias no hacen referencia a ninguna de las personas que vivían ni a ningún suceso que nunca ocurriera en la tierra. Esos personajes son personajes eternos en la mente de cada hombre en el mundo. Tú y yo mantenemos perpetuamente vivos a Barrabás o a Jesús. Tú sabes en cada momento a quién estás albergando.

No condenes a una multitud por clamar que deberían soltar a Barrabás y crucificar a Jesús. No es una multitud de gente llamados judíos. Ellos no tienen nada que ver con eso.

Si somos sabios, nosotros también deberíamos clamar por soltar ese estado de mente que nos limita ser lo que queremos ser, que nos restringe, que no nos permite convertirnos en el ideal que buscamos y nos esforzamos por alcanzar en este mundo.

No estoy diciendo que no estás esta noche encarnando a Jesús. Sólo te recuerdo que si en este mismo momento tienes una ambición insatisfecha, entonces estás manteniendo eso que niega el cumplimiento de la ambición, y eso que lo niega es Barrabás.

Para explicar la transformación mística y psicológica conocida como la Pascua, o el cruce, debes identificarte ahora con el ideal que tú querrías servir, y debes permanecer fiel al ideal. Si permaneces fiel a él, no sólo lo crucificas por tu fidelidad, sino que lo resucitas sin ayuda de nadie.

Según continúa la historia, nadie se levantaría suficientemente temprano para hacer rodar la piedra. Sin ayuda de nadie la piedra fue quitada, y el que aparentemente estaba muerto y enterrado fue resucitado sin ayuda de nadie.

Andas en la conciencia de ser lo que quieres ser, nadie lo ve aún, pero no necesitas a nadie para hacer rodar los problemas y obstáculos de la vida para expresar lo que eres consciente de ser. Ese estado tiene su propia única manera de encarnarse en este mundo, de hacerse carne que el mundo entero pueda tocarla.

Ahora puedes ver la relación entre la historia de Jesús y la historia de Isaac y sus dos hijos, donde uno sustituyó al otro, donde uno fue llamado el Suplantador del otro. ¿Por qué pensáis que los que recopilaron los sesenta y tantos libros de nuestra Biblia hicieron a Jacob el primer padre de Jesús?

Ello tomaron a Jacob, que fue llamado el Suplantador, y lo hicieron padre de doce, luego tomaron a Judas o alabanza, el quinto hijo y le hicieron el primer padre de José, quien se supone haber sido padre de alguna extraña manera de este llamado Jesús. Jesús debe suplantar a Barrabás como Jacob debe suplantar y tomar el lugar de Esaú.

Esta noche tú puedes estar sentado aquí mismo y conducir el juicio de tus dos hijos, uno de los cuales quieres soltar. Te puedes convertir en la multitud que clama por la liberación del ladrón, y el juez que voluntariamente suelta a Barrabás, y sentencia a Jesús a ocupar su lugar. El fue crucificado en el Gólgota, el lugar de la calavera, el asiento de la imaginación.

Para experimentar la Pascua o paso del viejo al nuevo concepto de tí mismo, debes soltar a Barrabás, tu presente concepto de tí mismo, el cual te roba ser el que podrías ser, y debes asumir el nuevo concepto que deseas expresar.

La mejor manera de hacer eso es concentrar tu atención en la idea de identificarte con tu ideal. Asume que eres ya lo que buscas y tu asunción, aunque falsa, si es sostenida, se materializará en hecho.

Tú sabrás cuando has conseguido soltar a Barrabás, tu viejo concepto de tí mismo, y cuando has crucificado exitosamente a Jesús, o fijado el nuevo concepto de tí mismo, simplemente mirando MENTALMENTE a la gente que conoces. Si los ves como anteriormente los veías, no has cambiado tu concepto de tí mismo, pues todo cambio de concepto de uno mismo resulta una relación modificada con tu mundo.

Siempre parecemos a los demás una encarnación del ideal que nosotros inspiramos. Por lo tanto, en la meditación, debemos imaginar que los demás nos ven como nos verían si fuéramos lo que deseamos ser.

Puedes soltar a Barrabás y crucificar y resucitar a Jesús si primero defines tu ideal. Luego relájate en un cómodo sillón, induce un estado de conciencia próximo al sueño y experimenta en la imaginación lo que experimentarías en la realidad si ya fueras lo que deseas ser.

Por este sencillo método de experimentar en la imaginación lo que experimentarías en la carne si fueras la encarnación del ideal que tú sirves, sueltas a Barrabás que te roba tu grandeza, y crucificas y resucitas a tu salvador, o el ideal que deseabas expresar.

Ahora volvamos a la historia de Jesús en el jardín de Getsemaní. Ten en cuenta que un jardín es una parcela apropiadamente preparada de tierra, no es un baldío. Tú has preparado esa tierra llamada Getsemaní viniendo aquí y estudiando y haciendo algo por tu mente. Emplea un tiempo diariamente en preparar tu mente leyendo buena literatura, oyendo buena música y entrando en conversaciones que ennoblecen.

Se nos dijo en las Epístolas, “Cualquier cosa que sea verdad, cualquier cosa que sea honesta, cualquier cosa que sea justa, cualquier cosa que sea pura, cualquier cosa que sea amable, cualquier cosa que sea de buena relación; si hay alguna virtud, y si hay alguna alabanza, piensa en esas cosas.” Fil. 4:8

Continuando con nuestra historia, como se dice en el capítulo 18 de Juan, Jesús está en el jardín y de pronto una multitud empieza a buscarle. El está allí de pie en la oscuridad y dice, “¿A quién buscáis?”

El portavoz llamado Judas responde y dice, “Buscamos a Jesús de Nazaret.”

Una voz responde, “Yo soy Él.”

En ese instante todos ellos caen a tierra, miles de ellos caídos. Esto en sí mismo debería detenerte justo aquí y hacerte saber que esto no puede ser un drama físico, porque nadie puede ser tan atrevido en su declaración de que él es el que buscan, que pueda hacer que miles de los que le buscan caigan a tierra.

Pero la historia nos dice que todos ellos cayeron a tierra. Luego, cuando recuperaron su compostura preguntaron lo mismo.

“Jesús respondió, os he dicho que yo soy Él: si me buscáis a mí por tanto, dejad a estos seguir su camino.” Juan 18:8.

“Entonces le dijo Jesús, lo que haces hazlo rápidamente.” Juan 13:27

Judas, quien tiene que hacerlo rápidamente, sale y se suicida.

Ahora al drama. Tú estás en tu jardín de Getsemaní o mente preparada si puedes, mientras estás en un estado próximo al sueño, controlas tu atención y no la dejes vagar fuera de su propósito. Si puedes hacer eso estás definitivamente en el jardín.

Muy poca gente puede sentarse tranquilamente y no entrar en una ensoñación o en un estado de pensamiento incontrolado. Cuando puedes restringir la actividad mental y permanecer fiel a tu observación, no permitiendo que tu atención vague por todo el lugar, sino manteniéndola sin esfuerzo dentro de un campo limitado de presentación para el estado que estás contemplando, entonces eres definitivamente esa presencia disciplinada en el jardín de Getsemaní.

El suicidio de Judas es nada más que cambiar tu concepto de tí mismo. Cuando tú sabes lo que quieres ser has encontrado a tu Jesús o salvador. Cuando asumes que eres lo que quieres ser has muerto a tu anterior concepto de tí mismo (Judas se ha suicidado) y estás ahora viviendo como Jesús. Tú puedes llegar a voluntad a estar despegado del mundo que te rodea, y apegado a lo que quieres encarnar dentro de tu mundo.

Ahora que me has encontrado, ahora que has encontrado al que te podría salvar de lo que eres, deja ir al que eres y todo lo que representa en el mundo. Despégate completamente de él. En otras palabras, sal y suicídate.

Completamente mueres a lo que antes expresabas en este mundo, y completamente vives ahora a lo que nadie vio como cierto de tí antes. Es como si hubieras muerto por tu propia mano, como si te hubieras suicidado. Tomaste tu propia vida habiéndote despegado en consciencia de lo que antes mantenías vivo, y has empezado a vivir a lo que has descubierto en tu jardín. Has encontrado a tu salvador.

No hay hombres caídos, ni un hombre traicionando a otro, sino tú despegando tu atención, y reenfocándola en una dirección enteramente nueva. A partir de este momento andas como si fueras el que anteriormente querías ser. Permaneciendo fiel a tu nuevo concepto de tí mismo, mueres o te suicidas. Nadie te quitó tu vida, la entregaste tú mismo.

Debes ser capaz de ver la relación de esto con la muerte de Moisés, que murió tan completamente que nadie pudo encontrar dónde fue enterrado. Debes ver la relación con la muerte de Judas. Él no es un hombre que traicionó a un hombre llamado Jesús.

La palabra Judas es alabanza; esto es Judah, alabar, dar gracias, explotar de alegría. No explotas de alegría a menos que estés identificado con el ideal que tú buscas y quieres encarnar en este mundo. Cuando consigues identificarte con el estado que contemplas no puedes reprimir tu alegría. Surge como el fragante olor descrito como Jericó en el Antiguo Testamento.

Estoy intentando demostrarte que los antiguos contaron la misma historia en todas las historias de la Biblia. Todo lo que están tratando de decirnos es cómo convertirnos en el que queremos ser. Y ello implica en cada historia que no necesitamos la ayuda de otro. Tú no necesitas a otro para convertirte ahora en lo que realmente quieres ser.

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Ahora pasamos a una extraña historia del Antiguo Testamento; una que muy pocos sacerdotes y rabinos serán suficientemente atrevidos para mencionarla desde sus púlpitos. Hay uno que va a recibir la promesa como tú ahora la recibes. Su nombre es Jesús, sólo que los antiguos le llamaban Josué, Jehoshua Ben Nun, o salvador, hijo del pez, el Salvador del gran abismo. Nun significa pez, y pez es el elemento del abismo, el profundo océano. Jehoshua significa Jehovah salva, y Ben significa la descendencia o hijo de. Así él fue llamado el que trajo la era del pez.

Esta historia está en el 6º libro de la Biblia, el libro de Josué. Una promesa es hecha a Josué como es hecha a Jesús en la forma anglicanizada en los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

En el evangelio de Juan, Jesús dice, “Todas las cosas que me diste son de tí.” Juan 17:7. “Y todas las mías son tuyas, y las tuyas son mías.” Juan 17:10

En el Antiguo Testamento, en el libro de Josué, es dicho con estas palabras: “Cada lugar sobre el que la planta de tu pie pise, yo os lo he dado.” Josué 1:3

No importa dónde sea; analiza la promesa y ve si puedes aceptarla literalmente. No es físicamente cierta sino psicológicamente cierta. Dondequiera que puedas estar en este mundo mentalmente tú lo puedes realizar.

Josué está obsesionado por esta promesa de que dondequiera que él pueda poner su pie (el pie es entendimiento), dondequiera que la planta de su pie pise, eso le será dado. El quiere el estado más deseable en el mundo, la fragante ciudad, el delicioso estado llamado Jericó.

Se encuentra bloqueado por los inaccesibles muros de Jericó. Él está afuera, como tú ahora estás afuera. Tú estás funcionando tridimensionalmente y pareces no poder alcanzar el mundo cuatridimensional donde tu deseo presente es ya una concreta realidad objetiva. Pareces no poder alcanzarlo porque tus sentidos te bloquean de ello. La razón te dice que eso es imposible, todas las cosas a tu alrededor te dicen que eso no es cierto.

Ahora tú empleas los servicios de una ramera y espía, y su nombre es Rahab. La palabra Rahab simplemente significa el espíritu del padre. RACE significa el aliento del espíritu, y AB el padre. De ahí encontramos que esta ramera es el espíritu del padre y el padre es la conciencia de ser consciente del hombre, la YO SOYdad del hombre, la consciencia del hombre.

Tu capacidad para sentir es el gran espíritu del padre, y esa capacidad es Rahab en esta historia. Ella tiene dos profesiones, la de espía y la de ramera.

La profesión de espía es: viajar secretamente, viajar tan discretamente que no puedas ser detectado. No hay un solo espía físico en este mundo que pueda viajar tan discretamente que no pueda ser visto en absoluto por los demás. Puede ser muy sabio en ocultar sus caminos, y puede no ser nunca verdaderamente apresado, pero a cada momento corre el riesgo de ser detectado.

Cuando estás sentado tranquilamente con tus pensamientos, no hay nadie en el mundo tan sabio que pueda mirarte y decirte dónde estás habitando mentalmente.

Yo puedo estar aquí y situarme en Londres. Conociendo Londres bastante bien, puedo cerrar los ojos y asumir que estoy de hecho en Londres. Si permanezco dentro de este estado el tiempo suficiente seré capaz de rodearme del entorno de Londres como si fuera un hecho objetivo concreto sólido.

Físicamente aún estoy aquí, pero mentalmente estoy a miles de millas y he hecho que el otro lugar esté aquí. No voy allí como un espía, mentalmente hago que el otro lugar esté aquí y que luego sea ahora. Tú no puedes verme habitar allí, así que piensas que sólo he ido en sueños y que aún estoy aquí en este mundo, este mundo tridimensional que es ahora San Francisco. En lo que a mí respecta físicamente, estoy aquí pero nadie puede decirme dónde estoy cuando entro en el momento de meditación.

La otra profesión de Rahab era la de ramera, que es conceder a los hombres lo que pidan de ella sin cuestionar el derecho del hombre a pedir. Si es una absoluta ramera, como su nombre implica, entonces posee todo y puede conceder todo lo que el hombre pida de ella. Ella está ahí para servir, y no para cuestionar el derecho del hombre a buscar lo que él busca de ella.

Tienes dentro de tí la capacidad para apropiarte de un estado sin saber los medios que serán empleados para realizar ese fin y tú asumes la sensación del deseo cumplido sin tener ninguno de los talentos que los hombres proclaman que debes poseer para hacer eso. Cuando te lo apropias en conciencia has empleado al espía, y porque puedes encarnar ese estado dentro de tí mismo dándotelo efectivamente a tí mismo, eres la ramera, pues la ramera satisface al hombre que la busca.

Tú puedes satisfacerte apropiándote la sensación de que eres lo que quieres ser. Y esta asunción, aunque falsa, esto es, aunque la razón y los sentidos la nieguen, si se persiste en ella, se materializará en hecho. Al encarnar realmente lo que has asumido que eres, tienes la capacidad para satisfacerte completamente. A menos que se convierta en una realidad tangible concreta no serás satisfecho; serás frustrado.

Se te dice en esta historia que cuando Rahab vino a la ciudad para conquistarla, la orden que se le dio fue entrar en el corazón de la ciudad, el corazón de la materia, el centro mismo de ella, y quedarse ahí hasta que yo llegue. No ir de casa en casa, no dejar la habitación superior de la casa en la que entras. Si dejas la casa y hay sangre sobre tu cabeza, es sobre tu cabeza. Pero si no dejas la casa y hay sangre, será sobre mi cabeza.

Rahab entra en la casa, sube al piso superior, y ahí permanece mientras los muros se derrumban. Esto es, debemos mantener un alto estado de ánimo si queremos andar con lo más alto. De una manera muy velada la historia te dice que cuando los muros se desmoronaron y Josué entró, la única que fue salvada en la ciudad fue la espía y ramera cuyo nombre era Rahab.

Esta historia cuenta lo que tú puedes hacer en este mundo. Nunca perderás la capacidad para situarte en otra parte y convertirla en aquí. Nunca perderás la capacidad de darte lo que seas suficientemente atrevido para apropiarte como verdad de tí mismo. Esto no tiene nada que ver con la mujer que interpretó ese papel.

La explicación del derrumbamiento de los muros es sencilla. Se te dice que sopló la trompeta siete veces y al séptimo toque los muros se desmoronaron y entró victoriosamente en el estado que buscaba.

Siete es una quietud, un descanso, el Sabbath. Es el estado cuando el hombre está completamente inconmovible en su convicción de que la cosa existe. Cuando puedo asumir la sensación de mi deseo cumplido e ir a dormir despreocupado, inalterado, estoy en descanso mentalmente, y estoy guardando el Sabbath o estoy tocando la trompeta siete veces. Y cuando alcanzo ese punto los muros se derrumban. Las circunstancias se alteran entonces remodelándose en armonía con mi asunción. Cuando se derrumban resucito lo que me he apropiado interiormente. Los muros, los obstáculos, los problemas, se derrumban por su propio peso si puedo alcanzar el punto de quietud dentro de mí.

El hombre que puede fijar dentro del ojo de su propia mente una idea, incluso aunque el mundo la niegue, si permanece fiel a esa idea la verá manifestada. Hay toda la diferencia del mundo entre sostener la idea y ser sostenido por una idea. Llegar a estar tan dominado por una idea que obsesiona la mente como si tú fueras ella. Entonces, independientemente de lo que los demás puedan decir, estás andando en la dirección de tu actitud mental fija. Estás andando en la dirección de la idea que domina la mente.

Como dijimos la noche pasada, tú no tienes sino un regalo que es verdaderamente tuyo para dar, y eres tú mismo. No hay otro regalo; debes sacarlo de tí mismo para apropiártelo. Está ahí dentro de tí ahora pues la creación está acabada. No hay nada que exista que no sea ahora. No hay nada para ser creado pues todas las cosas ya son tuyas, están todas acabadas.

Aunque el hombre no sea capaz de estar físicamente en un estado, puede siempre estar mentalmente en cualquier estado deseado. Por estar mentalmente quiero decir que tú puedes ahora, en este mismo momento, cerrar tus ojos y visualizar otro lugar distinto al presente, y asumir que estás efectivamente ahí. Puedes SENTIR eso tan real que al abrir tus ojos te asombre descubrir que no estás físicamente ahí.

Este viaje mental al estado deseado, con su consiguiente sensación de realidad, es todo lo necesario para llevar a cabo su cumplimiento. Tu Yo dimensionalmente más grande tiene caminos que el menor, o tú tridimensional, no conoce. Más aún, para el tú más grande todos los medios son buenos para promover el cumplimiento de tu asunción.

Permanece en el estado mental definido como tu objetivo hasta que tenga la sensación de realidad, y todas las fuerzas del cielo y la tierra se apresurarán a ayudar a su encarnación. Tu Yo más grande influirá las acciones y palabras de todos los que puedan ser utilizados para ayudar a la producción de tu actitud mental fija.

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Ahora pasamos al libro de Números y aquí encontramos una extraña historia. Confío en que alguno de vosotros haya tenido esta experiencia como se describe en el libro de Números. Hablan de la construcción de un tabernáculo ordenada por Dios; que Dios ordenó a Israel construirle un lugar de adoración.

Él les dio todas las especificaciones del tabernáculo. Tenía que ser un lugar de adoración móvil alargado, y tenía que estar cubierto de piel. ¿Necesitas que te digan algo más? ¿No es eso el hombre?

“¿No sabéis que sois el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en vosotros?” Cor. 3:16

No hay otro templo. No un templo hecho con las manos, sino un templo eterno en los cielos. Este templo es alargado y está cubierto de piel, y se mueve a través del desierto.

“Y el día que el tabernáculo fue levantado la nube cubrió el tabernáculo, es decir, la tienda del testimonio: y por la tarde había sobre el tabernáculo como una apariencia de fuego, hasta la mañana. Así era siempre: la nube lo cubría de día, y la apariencia de fuego de noche.” Núm. 9:15, 16

La orden dada a Israel era detenerse hasta que la nube ascendía de día y el fuego de noche. “Fueran dos días, o un mes, o un año, que la nube se detuviera sobre el tabernáculo, permaneciendo ahí, los hijos de Israel moraban en sus tiendas, y no viajaban: pero cuando se levantada, ellos viajaban.” Núm. 9:22

Sabes que tú eres el tabernáculo, pero puedes preguntarte qué es la nube. En meditación muchos de vosotros debéis haberla visto. En meditación, esta nube, como las aguas subterráneas de un pozo artesiano, salta espontáneamente a tu cabeza y forma anillos dorados pulsátiles. Luego, como un suave río fluyen de tu cabeza en una corriente de anillos de oro vivos.

En un estado de ánimo meditativo bordeando el sueño la nube asciende. Es en este estado somnoliento en el que debes asumir que eres lo que deseas ser, y que tienes lo que buscas, pues la nube asumirá la forma de tu asunción y creará un mundo en armonía consigo misma. La nube es simplemente el ropaje de tu conciencia, y donde tu conciencia sea colocada, ahí estarás tú en la carne también.

Esta nube dorada viene en meditación. Hay un cierto punto cuando estás llegando al sueño en que es muy, muy espesa, muy líquida, y muy viva y pulsátil. Comienza a ascender cuando alcanzas el estado meditativo somnoliento, bordeando el sueño. No desmontes el tabernáculo, ni lo muevas hasta que la nube empiece a ascender.

La nube siempre asciende cuando el hombre se acerca a la somnolencia del sueño. Pues cuando un hombre se va a dormir, lo sepa o no, se desliza de un mundo tridimensional a un mundo cuatridimensional y lo que está ascendiendo es la consciencia de ese hombre en un enfoque más grande; es un enfoque cuatridimensional.

Lo que ahora ves ascender es tu yo más grande. Cuando empieza a ascender entras en el estado efectivo de sentir que eres lo que quieres ser. Este es el momento en que te arrullas en el estado de ánimo de ser lo que quieres ser, bien experimentando en la imaginación lo que experimentarías en realidad si fueras ya lo que quieres ser, o bien repitiendo una y otra vez la frase que implique que has hecho ya lo que querías hacer. Una frase como, “¿No es maravilloso, no es maravilloso?”, como si algo maravilloso te hubiera sucedido.

“En un sueño, en una visión de la noche, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres, adormeciéndolos sobre el lecho. Entonces él abre los oídos de los hombres, y les señala su instrucción.” Job 33: 15, 16

Usa sabiamente el intervalo que precede al sueño. Asume la sensación del deseo cumplido y duérmete en este ánimo. De noche, en un mundo dimensionalmente más grande, cuando el sueño profundo cae sobre los hombres, ellos ven y desempeñan los papeles que después desempeñarán en la tierra. Y el drama está siempre en armonía con lo que sus yoes dimensionalmente más grandes leen y juegan a través de ellos. Nuestra ilusión de libre voluntad no es sino ignorancia de las causas que nos hacen actuar.

La sensación que domina la mente del hombre cuando cae dormido, aunque falsa, se materializará en hecho. Asumir la sensación del deseo cumplido cuando caemos dormidos es la orden para este proceso de encarnación, diciendo a nuestro estado de ánimo, “Sé efectivo”. De esta manera nos convertimos, a través de un proceso natural, en lo que deseamos ser.

Puedo contarte docenas de experiencias personales donde parecía imposible ir a otra parte pero, colocándome en otra parte mentalmente cuando estaba a punto de dormirme, las circunstancias cambiaban rápidamente, lo que me obligaba a hacer el viaje. Lo he hecho a través del agua colocándome de noche en mi cama como si estuviera durmiendo donde quería estar. Según transcurrían los días las cosas comenzaron a amoldarse en armonía con esa asunción y todas las cosas que debían suceder para obligar a mi viaje sucedían. Y yo, a pesar de mí mismo, debía estar preparado para ir a ese lugar en que asumí que estaba cuando me acerqué a la profundidad del sueño.

Cuando mi nube asciende asumo que soy ya la persona que quiero ser, o que estoy ya en el lugar que quiero visitar. Me duermo en ese lugar ahora. Entonces la vida desmonta el tabernáculo, desmonta mi entorno y reacomoda mi entorno a través de los mares o sobre la tierra y lo reacomoda a semejanza de mi asunción. Esto no tiene nada que ver con hombres caminando a través de un desierto físico. Todo el vasto mundo alrededor tuyo es un desierto.

Desde la cuna hasta la tumba tú y yo caminamos como si camináramos por el desierto. Pero tenemos un tabernáculo donde Dios habita, y es cubierto con una nube que puede ascender y de hecho lo hace cuando nos vamos a dormir o estamos en un estado próximo al sueño. No necesariamente en dos días, puede ascender en dos minutos. ¿Por qué te dieron dos días? Si yo ahora me convierto en la persona que quiero ser puedo llegar a estar descontento mañana. Debería al menos darle un día antes de decidir seguir adelante.

La Biblia dice en dos días, un mes o un año: cuando decidas seguir adelante con este tabernáculo deja ascender la nube. Mientras asciende empiezas a moverte donde está la nube. La nube es simplemente el ropaje de tu consciencia, tu asunción. Donde la conciencia es colocada tú no tienes que llevar el cuerpo físico; éste gravita ahí a pesar de tí. Las cosas suceden para obligarte a moverte en la dirección donde tú estás conscientemente habitando.

“En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no fuera así, os lo hubiera dicho. Voy a preparar un lugar para vosotros. Y si voy y preparo un lugar para vosotros, vendré de nuevo, y os recibiré en mí; que donde yo estoy ahí vosotros podáis estar también.” Juan 14:2,3

Las muchas mansiones son los innumerables estados dentro de tu mente, pues tú eres la casa de Dios. En la casa de mi Padre hay innumerables conceptos de uno mismo. No podrías en una eternidad agotar lo que tú eres capaz de ser.

Si me siento tranquilamente aquí y asumo que estoy en otra parte, he ido y preparado un lugar. Pero si abro los ojos, la bilocación que he creado se desvanece y estoy otra vez aquí en la forma física que dejé detrás de mí cuando fui a preparar un lugar. Pero preparé el lugar no obstante y con el tiempo habitaré físicamente ahí.

No tienes que preocuparte por las maneras y los medios que serán empleados para llevarte a través del espacio a ese lugar donde has ido y mentalmente has preparado. Simplemente siéntate tranquilamente, no importa dónde estés, y mentalmente efectúalo.

Pero te hago una advertencia, no lo intentes a la ligera, pues soy consciente de lo que le pasará a la gente que lo intente a la ligera. Yo lo intenté a la ligera una vez porque yo quería huir, basado sólo en la temperatura del día. Era pleno invierno en New York, y estaba tan deseoso de estar en el clima cálido de las Indias que me dormí esa noche como si durmiera bajo las palmeras. A la mañana siguiente cuando me desperté era aún pleno invierno.

Yo no tenía intenciones de ir a la Indias ese año, pero llegaron penosas noticias que me obligaron a hacer el viaje. Fue en medio de la guerra cuando los barcos estaban siendo hundidos a derecha e izquierda, pero yo zarpé de New York en un barco 48 horas después de recibir esas noticias. Era la única manera de que pudiera ir a Barbados, y llegué justo a tiempo para ver a mi madre y decirle un “Adiós” tridimensional.

A pesar del hecho de no tener intenciones de ir, el Yo más profundo observó dónde la gran nube descendió. Yo la coloqué en Barbados y este tabernáculo (mi cuerpo) tenía que ir y hacer el viaje para cumplir la orden, “Dondequiera que la planta de tu pie pise te lo daré.” Dondequiera que la nube descienda en el desierto, ahí reacomodas ese tabernáculo.

Yo zarpé de New York a medianoche en un barco sin pensar en submarinos o ninguna otra cosa. Tenía que ir. Las cosas sucedieron de una manera que yo no podía haber planeado.

Te lo advierto, no lo intentes a la ligera. No digas, “Experimentaré y me pondré en Labrador, sólo para ver si esto funcionará”. Irás a Labrador y luego te preguntarás por qué una vez viniste a esta clase. Funcionará si te atreves a asumir la sensación de tu deseo cumplido cuando te vas a dormir.

Controla tus estados de ánimo cuando te vas a dormir. No puedo encontrar una manera mejor de describir esta técnica que llamarla un “sueño despierto controlado”. En un sueño pierdes el control, pero intenta que preceda a tu sueño un sueño despierto completamente controlado, entrando en él como lo haces en el sueño, pues en un sueño tú eres siempre muy dominante, tú siempre desempeñas el papel. Tú eres siempre un actor en un sueño, y nunca la audiencia. Cuando tienes un sueño despierto controlado tú eres un actor y entras en el acto del sueño controlado. Pero no lo hagas a la ligera, porque luego debes recrearlo físicamente en un mundo tridimensional.

Ahora antes de que entremos en nuestro momento de silencio hay algo que debo poner muy claro, y es ese esfuerzo que discutimos la noche pasada. Si hay una razón en todo este vasto mundo por la que la gente fracasa es porque son inconscientes de una ley conocida hoy día por los psicólogos como la ley del esfuerzo inverso.

Cuando asumes la sensación de tu deseo cumplido es con un mínimo esfuerzo. Debes controlar la dirección de los movimientos de tu atención. Pero debes hacerlo con el menor esfuerzo. Si hay esfuerzo en el control, y estás obligándolo en una cierta dirección no vas a obtener resultados. Obtendrás los resultados opuestos a los que podrían ser.

Por eso insistimos en establecer la base de la Biblia como Adán dormido. Ese es el primer acto creativo, y no hay registro donde él fuera nunca despertado de ese profundo sueño. Mientras el duerme la creación se detiene.

Tú cambias mejor tu futuro cuando controlas tus pensamientos mientras estás en un estado próximo al sueño, pues entonces el esfuerzo es reducido a su mínimo. Tu atención parece relajarse completamente, y entonces debes practicar mantener tu atención dentro de esa sensación, sin usar la fuerza, y sin hacer esfuerzo.

No pienses por un momento que es el poder de la voluntad lo que lo hace. Cuando sueltas a Barrabás y te identificas con Jesús, no quieres serlo tú mismo, te imaginas que lo eres. Eso es todo lo que haces.

Ahora mientras llegamos a la parte vital de la tarde, el intervalo dedicado a la oración, clarifiquemos otra vez la técnica. Sabe lo que tú quieres. Luego construye un solo evento, un evento que implique el cumplimiento de tu deseo. Restringe el evento a un solo acto.

Por ejemplo, si singularizo como un evento dar la mano a una persona, entonces eso es lo único que hago. No le doy la mano, luego enciendo un cigarrillo y hago otras mil cosas. Simplemente imagino que efectivamente estoy dando la mano y sigo con el acto una y otra y otra vez hasta que el acto imaginario tenga todo la sensación de realidad.

El evento debe siempre implicar el cumplimiento del deseo. Construye siempre un evento que creas que naturalmente encontrarías tras el cumplimiento de tu deseo. Tú eres el juez de qué evento realmente quieres realizar.

Hay otra técnica que os di la última noche. Si no puedes concentrarte en un acto, si no puedes acurrucarte en tu silla y creer que la silla está en otra parte, igual que si esa otra parte estuviera aquí, entonces haz esto: Reduce la idea, condénsala a una sola frase simple como “¿No es maravilloso?” o “Gracias” o “Está hecho” o “Se acabó”.

No deberían ser más que tres palabras. Algo que implique que el deseo ya está realizado. “¿No es maravilloso?” o “Gracias”, ciertamente implican eso. Estas no son todas las frases que podrías usar. Saca de tu propio vocabulario la frase que mejor se te adapte. Pero hazla muy, muy corta y siempre usa una frase que implique el cumplimiento de la idea.

Cuando tengas tu frase en mente, levanta la nube. Deja ascender la nube simplemente induciendo el estado que bordea el sueño. Simplemente empieza a imaginar y a sentir que estás soñoliento, y en ese estado asume la sensación del deseo cumplido. Entonces repite la frase una y otra vez como una nana. Cualquiera que sea la frase, que implique que la asunción es cierta, que es concreta, que ya es un hecho y tú lo sabes.

Sólo relájate y entra en la sensación de efectivamente ser lo que quieres ser. Cuando haces esto estás entrando en Jericó con tu espía que tiene el poder para darlo. Estás soltando a Barrabás y sentenciando a Jesús a ser crucificado y resucitado. Todas esas historias las estás recreando si ahora comienzas a dejarte llevar y entrar en la sensación de efectivamente ser lo que quieres ser. Ahora podemos ir .....

PERIODO DE SILENCIO ........

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Si tus manos están secas, y si tu boca está seca al final de esta meditación es una prueba positiva de que conseguiste levantar la nube. Lo que estuvieras haciendo cuando la nube fue levantada es asunto tuyo enteramente. Pero levantaste la nube si tus manos están secas.

Te daré otro fenómeno que es muy extraño y que no puedo analizar. Ocurre si tú realmente llegas a lo profundo. Encontrarás al despertar que tienes el par de riñones más activo del mundo. He discutido esto con médicos y no han podido explicarlo.

Otra cosa que puedes observar en meditación es una encantadora luz azul líquida. Lo más cercano a lo que puedo compararlo es a alcohol ardiendo. Tú sabes, cuando pones alcohol en el pastel de Navidad y le prendes fuego, la encantadora llama líquida azul que envuelve el pastel hasta que lo soplas. Esa llama es lo más cercano a la luz azul que viene a la frente de una persona en meditación.

No te incomodes. Lo sabrás cuando la veas. Es como dos tonos de azul, uno más oscuro y otro más claro en constante movimiento, exactamente igual que alcohol ardiendo, que es diferente a la llama constante de un chorro de gas. Esta llama está viva, igual que si el espíritu estuviera vivo.

Otra cosa que puede venirte como me pasó a mí. Verás manchas ante tus ojos. No son manchas del hígado como alguna gente te dirá que no saben nada de esto. Son pequeñas cosas que flotan en el espacio como una malla, pequeños círculos todos pegados. Empiezan con una sola célula y vienen en grupos en diferentes patrones geométricos, como gusanos, como estelas, y flotan por toda tu cara. Cuando cierras los ojos aún las ves, probando que no son de afuera, son de dentro.

Cuando empiezas a expandir tu consciencia vienen todas esas cosas. Pueden ser tu corriente sanguínea objetivada por algún extraño truco del hombre que el hombre no comprende suficientemente. No niego que sea tu corriente sanguínea hecha visible, pero no te angusties pensando que son manchas del hígado o alguna otra cosa tonta que la gente te dirá.

Si te vienen esos distintos fenómenos no pienses que estás haciendo algo equivocado. Es la natural y normal expansión que viene a todas las personas que se preocupan de ellas mismas y tratan de desarrollar el jardín de Getsemaní.

En el momento en que empiezas a disciplinar tu mente observando y vigilando tus pensamientos durante todo el día, te conviertes en el policía de tus pensamientos. Rechaza entrar en conversaciones desagradables, rechaza oír atentamente todo lo que destruya.

Comienza a construir dentro del ojo de tu propia mente la visión de la virgen perfecta en vez de la visión de la virgen tonta. Escucha sólo las cosas que traen alegría cuando las oyes. No prestes oídos voluntariamente a lo desagradable, que cuando lo has oído deseas no haberlo hecho. Eso es escuchar y ver cosas sin aceite en tu lámpara, o alegría en tu mente.

Hay dos tipos de vírgenes en la Biblia: cinco vírgenes tontas y cinco vírgenes sabias. En el momento en que te conviertes en la virgen sabia, o tratas de hacer un intento para hacerlo, descubrirás que suceden todas esas cosas. Verás estas cosas, y te interesarán de modo que no tienes tiempo para desarrollar la visión tonta, como mucha gente hace. Espero que nadie aquí lo haga. Porque nadie que se identifique con este gran trabajo puede encontrar gran alegría aún en una discusión de otro que sea desagradable.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es
LESSON 2 - ASSUMPTIONS HARDEN INTO FACT (Neville Goddard 1948)




1 comentario:

  1. REALMENTE ENRIQUECEDOR MARAVILLOSO ,AGRADEZCO TANTO TENER ESTE CONOCIMIENTO ESTA MARAVILLOSA GUIA,,,MEGA GRACIAS,,,UN ABRAZO DE MIEL

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