Neville
(24 de noviembre de 1969)
UN
MOVIMIENTO MENTAL
En
el capítulo 33 del Libro de Job se nos dijo que Dios habla al hombre
de dos maneras, pero el hombre no las percibe. Se decía: “En un
sueño, en una visión de la noche cuando el sueño profundo cae
sobre los hombres mientras duermen en sus camas, él abre los oídos
de los hombres y señala sus instrucciones.” Dile eso a un
psiquiatra y, como él separa al soñador de Dios, él te dirá que
todos los sueños vienen del soñador individual y no de Dios. Pero
yo te digo: el nombre eterno de Dios es YO SOY, y si yo pregunto
quién está soñando el sueño ¿no diría el individuo, “yo soy”?
¿Y no se nos dijo que ese es el nombre de Dios para siempre jamás?
Tú
no puedes separar al soñador de Dios, y todos los sueños proceden
de Él. Algunos son simples y no necesitan interpretación, mientras
otros son revelados en un lenguaje simbólico y necesitan un
intérprete, como se nos decía en la historia de José. Su verdadera
identidad es revelada cuando él miró a la cara a aquellos que
habían tenido un sueño y vió que estaban perturbados, pues él
dijo: “¿Las interpretaciones no pertenecen a Dios? Cuéntame tu
sueño.” Entonces él interpretó los sueños del mayordomo, del
panadero e incluso del mismo Faraón, y todos llegaron a pasar tal
como él había dicho que lo harían. Ahora bien, si sólo Dios puede
interpretar un sueño, ¿por qué habla José? Porque él es una
personificación de Dios. Su nombre fue cambiado de José (que
significa “salvación”) a Josué, que significa “Jehovah es
salvación”.
Ahora,
en 1954, yo desperté de un sueño oyendo estas palabras: “Tú no
te mueves despierto más de lo que te mueves en tu cama en el sueño.
Es todo un movimiento mental. La intensidad es determinada por la
fuerza del vórtice que tú creas, que es igual que un torbellino con
un centro de perfecta quietud. Tú sólo crees que te estás moviendo
cuando estás despierto, como piensas que te mueves en el sueño.”
Bueno, yo soy un ser racional y la razón no aceptaría esa
declaración, pero yo lo escribí y lo puse en mi Biblia para esperar
una posterior revelación.
Los
psiquiatras dirían que este mensaje viene de mí mismo. No negaré
eso, pero yo sé que vino de una profundidad de mi propio ser que mi
mente racional no alcanza. Hoy nuestros tres astronautas volvieron de
un viaje de medio millón de millas. Tú y yo vinimos aquí esta
noche en nuestros coches, y durante toda mi vida yo he viajado por
todo el mundo en barcos y aviones. Y como Blake, en mis sueños “Yo
he viajado a través de una tierra de hombres, una tierra de hombres
y mujeres, también. Y oí y vi cosas tan terribles que los viajeros
de la fría tierra nunca conocieron.” Todos nosotros hemos viajado,
sin embargo yo sé lo que oí y escribí. Sé que he viajado en mis
sueños, y sin embargo sé que nunca he dejado físicamente mi
habitación, pues cuando desperté por la mañana estaba aún en la
cama en que me quedé dormido. De modo que yo te pregunto: ¿es este
estado despierto nada más que un sueño? ¿Hay un soñador en las
profundidades de mi ser que mira este mundo como un sueño, igual que
yo que – habiendo ido a un poco más abajo del sueño de noche –
despierto para descubrir que no he dejado mi cama al amanecer?
Pablo
nos dice que “Hemos nacido de nuevo a través de la resurrección
de Jesucristo de los muertos.” Recuerdo esa noche, pues me sentí
despertar de un profundo, profundo sueño, sintiendo una vibración
que, aunque centrada en mi cabeza, parecía venir de fuera. Entonces
desperté dentro del sepulcro – el cráneo – en el que yo estaba
enterrado, para salir a descubrir todo el simbolismo del misterio
cristiano rodeándome. Vi al niño envuelto en pañales y a los tres
testigos del suceso. Aunque sin ser visto, como era espíritu, los
testigos hablaron de mí como el padre del niño – la señal de que
mi salvador había nacido, cumpliendo las Escrituras: “Esta será
una señal para tí, encontrarás a un niño envuelto en pañales,
acostado en un pesebre.”
Esa
noche yo desperté de un nivel mucho más profundo de mi ser para
descubrir el simbolismo de mi despertar del sueño de la vida, igual
que día tras día despierto del sueño de la noche. Así que,
¿podría ser que la revelación que yo oí en 1954 es literalmente
cierta? La razón lo cuestiona, la razón lo duda y la razón lo
rechaza. De modo que si la visión es cierta entonces la razón está
rechazando a Jesucristo, pues Jesucristo se define a sí mismo como
la verdad, diciendo: “Yo soy la verdad...” Si la revelación es
cierta, y la razón la rechaza, ¿no es la razón Satán, el
dubitativo?
Esta
afirmación no puede ser lógicamente probada. Su verdad debe ser
experimentada. Yo la había olvidado completamente hasta que descubrí
mi nota hoy mientras miraba en mi Intérprete de la Biblia(1),
y ahí estaba – la nota que escribí el día 28 de noviembre de
1954: “Tú no te mueves despierto más de lo que te mueves en tu
cama en el sueño. Es todo un movimiento mental. La intensidad está
determinada por la fuerza del vórtice que tú creas, que es igual
que un torbellino con un centro de perfecta quietud. Sólo crees que
te estás moviendo cuando estás despierto, como piensas que te
mueves en el sueño.”
La
Escrituras hablan de dos edades: la edad de la oscuridad y la
decadencia, y la edad de la luz y la vida eterna. Esta edad es la de
movimiento y violencia, turbulencia y tormentas, ya que el soñador
en los hombres está profundamente dormido y no sabe que él es Dios.
En el Salmo 44, sin embargo, él es urgido: “Despiértate, ¿por
qué duermes, oh Señor? ¡Despierta! No nos alejes para siempre.”
Mientras ocupa su sueño Dios tiene la sensación de viaje,
movimiento y violencia; pero cuando despierta él se descubrirá en
el sepulcro, el cráneo del Hombre, donde él deliberadamente se
acostó para dormir y fue enterrado. Dios se crucificó sobre la cruz
del hombre y está soñando este sueño de vida de modo que el hombre
pueda convertirse en Dios.
Ahora
quiero clarificar varios puntos. En el Libro de Juan se hace esta
afirmación: “Su voz tú nunca has oído, su forma tú nunca has
visto, ni su palabra permanece en vosotros porque no creéis a quien
él ha enviado.” Muchos de vosotros han aceptado completamente el
hecho de que yo he sido enviado. Me creéis cuando os digo que yo
estuve en la presencia del Señor Resucitado, quien me abrazó y con
el que me hice uno. Habiendo sido incorporado al cuerpo de Amor, Dios
Todopoderoso me envió a contar mi experiencia. Habiendo aceptado mis
palabras, muchos de vosotros han tenido una experiencia sexual
conmigo, en visión, y han interpretado que esto es una experiencia
física en este nivel; pero no lo es, ya que este es un mundo de
sombras. Vuestra aceptación produjo esta unión, sin embargo yo –
el narrador – estoy totalmente inconsciente de ello. La verdadera
historia de Cristo que yo os he traído ha sido hecha viva ahora en
vosotros. Erupcionará con el tiempo y vuestra experiencia de las
Escrituras será idéntica a la mía.
Los
varones que han aceptado completamente mis palabras no experimentarán
un acto sexual, sino un abrazo. Vistiendo el cuerpo del Señor
Resucitado, que es Infinito Amor y con quien yo soy ahora uno, verás
mi cara. Se te pedirá nombrar la cosa más grande en el mundo y,
como divinamente inspirado, citarás las palabras de Pablo diciendo:
“Fe, esperanza y amor; esas tres, pero la mayor de ellas es el
amor.” Yo te abrazaré y tú te fundirás con el cuerpo único del
Señor Resucitado, y el que está unido con el Señor se hace un
Espíritu con él.
Todos
estos son símbolos diciéndoos que, habiendo creído a quien él
envió, oirás su voz y verás su forma como su palabra está ahora
habitando en tí. Es una completa ruptura con el pasado, como se nos
dijo en las primeras palabras que el Señor Resucitado pronunció en
el Libro de Marcos: “Arrepiéntete y cree en el evangelio.” El
evangelio es la buena nueva de que el hombre no está perdido; esas
escrituras no son historia secular, sino historia divina, que fue
prevista y planeada antes de que saliéramos del Padre y viniéramos
al mundo para entrar en nuestra propia creación y actuar todos los
papeles.
Es
Dios quien se despierta en tí. Un hombre, que contiene a todos,
caído en la diversidad como nos decía el Salmo 82: “Yo dije,
'Vosotros sois dioses, hijos del Altísimo, todos vosotros; sin
embargo, moriréis como hombres, y caeréis como uno de los
príncipes'.” (He citado la Biblia de las Américas en la
configuración marginal que es la verdadera traducción del hebreo.)
Se necesita a todos los hijos que cayeron para formar a Dios Padre;
así que somos reunidos uno por uno en ese mismo cuerpo que cayó en
la humanidad. Y de la humanidad, Dios se extrae él mismo
individualmente, por eso somos todos tan únicos. Nadie puede ser
duplicado o perdido, porque Dios está enterrado en todos y Dios se
está redimiendo a sí mismo.
Hoy
observé el excitante aterrizaje de los astronautas que han viajado a
la luna y han vuelto. Luego he releído lo que había escrito en
1954: “Tú no te mueves despierto más de lo que te mueves en tu
cama en el sueño.” Ahora bien, la razón podría no aceptar esa
afirmación. Yo vi a los astronautas volver. Tenemos un registro de
su viaje de medio millón de millas, ¿sin embargo ellos no se
movieron? Bueno, debo confesar que yo he viajado en mis sueños, como
seguro que tú lo has hecho; sin embargo siempre despertamos en
nuestra cama por la mañana; ¿no lo hacemos? ¿Podría haber un
soñador mucho más profundo que el que está soñando este aparente
estado despierto? Y cuando él despierta del sueño de la vida, ¿no
lo consideraría como tú consideras el sueño de la noche?
Yo
sé que cuando desperté desde dentro me di cuenta de que había
estado ahí innumerables siglos, soñando violencia, amor, odio,
concupiscencia y dolor – soñando que todo es real, igual que hice
en cualquier sueño. Desperté para descubrir que había estado en
ese cráneo durante siglos, soñando que yo era un hombre andando por
la tierra, muriendo, siendo restituido a la vida para morir de nuevo.
Esto lo continué haciendo hasta ese momento en el tiempo en que
desperté en el Gólgota, el sepulcro donde yo estaba enterrado en el
comienzo del tiempo. Ese es mi Calvario.
Yo
parezco moverme aquí. Levantarme y afeitarme por la mañana,
bañarme, comer, hacer un esfuerzo para ganar un dólar para pagar el
alquiler, y hacer toda clase de cosas; sin embargo es todo un sueño,
un sueño con un propósito. Dios se limitó él mismo al límite de
contracción y opacidad llamado hombre y comenzó a soñar este mundo
en existencia. Ahora creyendo él mismo ser tú, tú puedes soñar
sueños nobles o innobles. Yo te insto a soñar sueños nobles,
porque cuando tú sabes que tú eres el soñador puedes hacer que
todos tus sueños se hagan realidad.
Un
sueño es un estado muy fluído. Sabiendo lo que quieres soñar, trae
a tu círculo interno de amigos ante tu ojo mental y permíteles
verte como tú quieres ser visto. Cuando estés autopersuadido de que
esto es ya un hecho, relájate en el periodo de gestación de la
visión. Hay un intervalo de tiempo entre la fecundación y el
nacimiento. Habiendo visto las expresiones de sus caras y oído el
sonido de sus voces, rompe el hechizo y espera que esa fecundación
tenga lugar en el mundo de los sueños, mientras tú vives en el
mundo del César esperando su llegada.
Os
he contado que la historia de Jesucristo se ha desplegado dentro de
mí. Lo que comparto con vosotros esta noche no está recogido en las
Escrituras, pero en el mismo último versículo del capítulo 21 de
Juan él hace esta afirmación: “Muchas otras cosas hizo Jesús que
no están recogidas aquí. Si cada una de ellas hubiera sido escrita
el mundo mismo no podría contener los libros.” No había necesidad
de recoger las palabras que me fueron reveladas, de modo que esto
encaja con el último versículo del epílogo de Juan, pues Juan
termina en el versículo 20 y el 21 es el epílogo. Todas esas cosas
sucedieron y muchas más, pero sólo esas fueron recogidas para que
podáis creer.
Gracias
por compartir tus visiones conmigo, ya que me están mostrando que
has aceptado completamente la historia como yo la he contado. Yo he
compartido contigo la verdadera historia de Jesucristo. Con el paso
de los siglos se han reunido percebes alrededor del barco. Los
hombres, en interés de sus propias doctrinas, han añadido a las
Escrituras. A pesar de la advertencia de no añadir o quitar de las
palabras de las profecías de la Biblia, los hombres las han añadido
para apoyar sus propias tradiciones y convenciones. Cuando el texto
original fue escrito, el que tenía la visión simplemente lo
recogía. Él no la entendía, pero la escribía, como yo hice,
sabiendo que una revelación mayor vendría.
Yo
no podía entender lo que oí en 1954, pero en 1959 yo sabía su
verdad, pues me desperté de un profundo sueño para descubrir que no
estaba en mi cama, sino en mi cráneo y completamente solo. Yo salí
de mi cráneo para descubrir al niño envuelto en pañales y los
testigos del suceso. Viendo al niño, ellos atestiguaron la señal de
mi nacimiento espiritual, pero no podían verme como habiendo nacido
del espíritu. Yo soy espíritu, mientras ellos, no habiendo nacido
aún del espíritu, son carne. Yo no di a luz a un niño pequeño; el
niño no es sino una señal de que Dios ha nacido. Habiéndose
engendrado a sí mismo, él da a luz eso que él enterró en la
humanidad, pues Dios se ha redimido a sí mismo, ya que sólo existe
Dios en el universo.
La
Biblia no tiene nada que ver con ninguna moral como los púlpitos
enseñan. No intenta cambiar el mundo, ya que es una escuela. No
conviertas una escuela en una casa. Esta es una escuela de educación
de la oscuridad, donde viajamos hacia la luz. Las Escrituras no
intentan cambiar las cosas, sino que instan a todos a “Dar al César
lo que es del César.”
Tratar
de hacer de este mundo un buen y dulce lugarcito en el cual todos
sean felices y tengan suficiente para comer y beber está bien, pero
eso no tiene nada que ver con el misterio de Cristo. Si ahí no
hubiera lucha, no habría que hacer ningún esfuerzo para despertar
del sueño de la vida. Por el contrario, el soñador caería más
profundamente en el sueño. Así que, déjales seguir marchando
diciéndole al mundo cómo llegar a ser bueno y amable. Es todo una
tontería, pues en tanto el hombre vista el ropaje del animal él
tiene que expresarlo. Tomando de sí mismo el corazón y la mente de
Amor, Dios tomó sobre sí mismo el cuerpo, el corazón y la mente
del animal, como se nos dijo en el capítulo 4 de Daniel. Este es un
mundo animal, pero mientras está en este mundo de violencia
Jesucristo despierta para descubrir que era sólo un sueño. Si
Jesucristo no estuviera en tí, tú no podrías respirar, pues tu
mismo aliento es su vida.
Vendrá
el día en que despiertes para saber que esto es cierto; pues David,
la suma total de todas las experiencias que tú has tenido en tu
sueño de ser hombre, se presentará ante tí y te llamará “Padre”.
Entonces tú cumplirás el Salmo 89 sabiendo que: “He hallado a
David. Él me ha clamado, 'Tú eres mi Padre, mi Dios y la roca de mi
salvación'.” Habiendo interpretado todos los papeles del Hombre,
la humanidad, fundida en una sola juventud, revela su divinidad.
Como
el Padre, tú sabrás que tu hijo siempre ha hecho tu voluntad; pues
tú has hallado en David, el hijo de Jesé (YO SOY) al que ha hecho
toda tu voluntad. Tú, el Padre, lo soñó y tú, el hijo, actuó
todos los papeles. Y cuando la obra se acabe tú despiertas para
salir del Gólgota para nacer de lo alto. Pedro nos dice: “Hemos
nacido de nuevo a través de la resurrección de Jesucristo de entre
los muertos.” Mientras el mundo lo adora como alguien venido de
fuera, tú lo encontrarás surgiendo de dentro – no como otro, sino
como tu mismo Yo, el soñador de la vida.
El
gran poeta Shelley lo vio tan claramente cuando dijo: “Él ha
despertado del sueño de la vida. Somos nosotros quienes, perdidos en
tormentosas visiones, mantenemos con fantasmas una inútil lucha.”
Eso es lo que el mundo está haciendo, luchando con fantasmas
autocreados. El mundo eres tú mismo empujado fuera y tú estás en
conflicto contigo mismo hasta el día en que un viento sobrenatural
te posea y despiertes en tu cráneo con el acuciante deseo de salir.
Con tu conocimiento innato, tú empujarás la base de tu cráneo y
algo se moverá. Entonces saldrás igual que un niño sale del
vientre de una mujer; pero esta vez tú estás naciendo no desde
abajo, sino de lo alto – desde el cráneo del Yo. La palabra
“exterior”(2)
es traducida como “desde lo alto.” Cuando Pilato dijo: “¿No
sabes que yo tengo el poder para crucificarte o el poder para
liberarte?”, el Señor Resucitado respondió: “Tú no tienes
poder sobre mí a menos que te fuera dado de lo alto.” Aquí está
la misma palabra “exterior”. El poder para matar o hacer vivir
viene del interior.
Todo
tiene lugar desde el interior. Habiendo caído en un profundo sueño,
tú eres el Señor Jesucristo, soñando el sueño de la vida. Y como
hay sólo un Ser, cada uno despertará como Jesús, pues todo lo
demás se desvanecerá y quedará Jesús sólo. Y nadie puede decir
que Jesús es Señor excepto por el Viento Santo. Cuando ese viento
te posee, despiertas dentro de tí mismo. Sólo entonces sabrás que
eres el Señor Jesucristo.
Ahora
entremos en el silencio.
(1)
El “Interpreter's Bible” es una serie de crítica bíblica
publicada por United
Methodist Publishing, que comenzó en los 50. (N.T.)
(2)
Aquí Neville utiliza un juego de palabras. La palabra “anothin”,
seguramente inglés arcáico, como opuesta a “within”: interior,
se ha traducido como exterior. (N.T.)
Traducido
por Javier Encina
La conferencia original en inglés es A MOVEMENT OF MIND (Neville 11-24-1969)
La conferencia original en inglés es A MOVEMENT OF MIND (Neville 11-24-1969)
No hay comentarios:
Publicar un comentario