ESTADOS
DE CONCIENCIA
Todos
los estados existen y son una parte fija de la creación. Cualquier
persona puede entrar en un estado conscientemente o caer en un estado
sin darse cuenta. Puedes ocupar diferentes estados a lo largo de tu
vida o puedes ocupar un único estado. El deseo es lo que normalmente
nos motiva a trasladarnos de un estado a un nivel superior. Puesto
que un estado es total y completo en sí mismo, cuando entramos en
uno, nos vemos obligados
a comportarnos de la manera dictada por ese estado. Por ejemplo, en
el estado de pobreza nos encontraríamos constantemente necesitados
de fondos (dinero). Tendríamos dificultades para llegar a fin de mes
y no habría modo de disfrutar de lujos. En el caso de que se nos
diera una gran suma de dinero, si permanecemos en el estado de
pobreza (llenando nuestra mente con pensamientos de carencia y
limitación), pronto nos encontraríamos sin fondos y experimentando
las mismas dificultades de nuevo.
Lo
contrario sería cierto si ocupamos un estado de riqueza.
Cuando
estamos en un estado, sólo vemos el contenido de ese estado y nos
vemos obligados a actuar de acuerdo con todo lo que conlleva ese
estado. Mientras estás ocupando un estado en particular, crees que
ciertas cosas son verdaderas y encontrarías difícil entender otro
punto de vista. En el estado de pobreza es fácil enfocar tus
pensamientos en los problemas de suministro de alimentos, refugio y
ropa. Cuando tienes éxito en salir de ese estado, ya no tienes
dificultades para adquirir estas cosas. La mayoría de la gente
atribuye este cambio de fortuna a un cambio en las circunstancias.
Sin embargo, a menos que te hayas movido
del estado de pobreza ningún cambio en las circunstancias sería
permanente. Por el contrario, salir de un estado y entrar en otro en
tu imaginación crea automáticamente un cambio en tu mundo exterior.
La
Biblia ha personificado cada tipo de estado y llama a estos estados
con nombres conocidos por nosotros como Moisés, Noé, Job, Pedro,
Andrés y Jesús. A lo largo de nuestro camino entramos en estos
estados y experimentamos todo lo que ofrecen. El último estado al
que entraremos es el estado de Jesucristo. En este estado nos damos
cuenta de que somos Dios, el Padre, y que tenemos un hijo simbolizado
como David, que personifica la suma total de toda la humanidad. El
viaje comienza con Adán, que se quedó dormido y soñó el sueño de
la vida, y luego entró en la miríada de estados para obtener las
experiencias necesarias antes de despertar. Cuando entras en el
estado de Jesús, conoces que tú mismo eres Dios, y entonces tu
viaje dentro de este mundo de muerte se completa.
~Neville
Goddard
Traducido
por Manu LDA
Tomado
de Rare
Lectures by Neville Goddard
Es hermoso este texto.
ResponderEliminarY vuelvo a lo de las sincronías; me llega justo en el momento en que necesitaba reafirmar estos conceptos. No porque me sean ajenos sino porque a veces me olvido que lo estados pueden ser cambiados deliberadamente.
Un abrazo ENORME Y MI ENORME GRACIAS.
Bellísimo blog
a mi también me parece extraordinario el texto, pero cuando Neville dice "Por el contrario, salir de un estado y entrar en otro en tu imaginación crea automáticamente un cambio en tu mundo exterior."
ResponderEliminarcomo puedo hacer para salir de un estado y entrar en otro fácilmente
bacus, entra en el grupo de Neville en facebook y lo hablamos. De todos modos, esto él lo explica en sus conferencias. Si las lees lo verás.
ResponderEliminarSaludos,
Manu