Neville
Goddard (19 de abril de 1963)
AGUA
VIVIENTE
El
primer símbolo que se nos da en la biblia, es aquel del agua. Lo
encuentras en el segundo versículo del primer capítulo de Génesis.
Antes de su primer acto creativo, se nos dice que Dios movió las
superficies del agua, y Dios dijo, “Que sea la luz; y hubo la luz”.
Antes de su acto creativo, él se movió sobre las superficies del
agua. El agua es un símbolo muy preciado para mí, por mi primera
visión, cuando tenía siete años de edad.
Pero, ¿Qué es esta agua de la que él está hablando? Aquí se nos dice en el capítulo 2, versículo 13 de Jeremías: “Mi pueblo ha cometido dos males: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua.” Entonces aquí, ÉL se define a sí mismo como el agua viviente. En el capítulo 4, versículo 10 de Juan se nos dice: “Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva.” Aquí encontramos a la misma agua viviente. Él te está diciendo que tiene el poder para darte a ti agua viva, lo cual Dios define como a sí mismo.
Por lo tanto, ¿qué es el agua viviente?; Escuchen cuidadosamente, porque ahora tenemos la verdad. Y esto está en el libro de Proverbios, el capítulo 27 versículo 19: “Como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre, refleja al hombre.” Ahora vemos lo que el agua es: así como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre refleja al hombre, no a la mente. La mente no es más que un reflector - refleja al hombre, el poder operante. Él tiene agua viviente.
Blake, al cual le tengo mucho cariño, y del que hablo todo el tiempo, su primera visión fue una de un árbol de ángeles, a los 8 o 9 años de edad. Y él fue a su familia y les contó a sus padres que acababa de ver un árbol lleno de ángeles. Su padre, para hacerlo un niño sensible, lo preparó para darle una golpiza. Afortunadamente para Blake, su madre intercedió y lo salvó. Quizás para eso están las madres, para protegernos de nuestros padres violentos. Aun así, no fue golpeado; pero su padre quería hacerlo un ciudadano razonable, cuerdo y sólido; y él, estaba viendo ángeles en un árbol. Ese es el primer pensamiento conocido que tenemos de Blake, de todo lo que se ha dicho sobre Blake, y el último pensamiento, se dice que es sobre una vecina que estaba presente en su lecho de muerte. Luego ella fue a casa, y le dijo a sus parientes que acababa de estar en la muerte, no de un hombre sino de un ángel bendecido. Eso es lo que enseñó Blake durante toda su vida: “Nos convertimos en lo que contemplamos”. Y he aquí una vecina podía decir que vio la muerte, no de un hombre, sino de un ángel bendito.
No, él no se convirtió en eso inmediatamente. E indudablemente hubo innumerables momentos en su vida de 70 años que vivió, que no fueron momentos angelicales, si lees la historia de Blake cuidadosamente; pero en el final, él cumplió lo que contempló. A través de todo su poema más grandioso, Jerusalén, aquel pensamiento se infiltra en las completas cien placas: “Ellos se convierten en lo que contemplan”. Y nos convertimos, cada uno de nosotros. Entonces ¿Cuál es tu concepto de ti mismo hoy? ¿Es tu concepto realmente lo que debería ser? ¿Un hijo de Dios, o un hijo de la Señora Brown? Dulce y amorosa es la señora Brown; aunque dulce y amorosa como tus padres lo son en este mundo, no se puede comparar con el concepto que tú podrías sostener sobre ti mismo, el cual es: “Yo soy el Hijo de Dios”. Si ese es verdaderamente tu concepto de ti mismo, y observas al espejo de tu mente y contemplas tal concepto de tu ser, quizás no aparezca inmediatamente en tu mundo, pero sí aparecerá. Porque por esta ley, nos convertimos en lo que contemplamos.
Yo sé que cuando tenía siete años, mi primera visión fue de agua. Solía aterrorizarme. Sucedía una vez al mes, hasta que llegué a la edad de la pubertad. Siempre podía darme cuenta cuando iba a venir, por aquel humor que me iba surgiendo durante el día. Y siempre se repetía. Yo me convertía en un océano infinito, y aun así yo era una ola moviéndome sobre el pecho de aquel océano. Durante ese intervalo de la noche, yo era ambos, el océano tanto como la ola. Y como la ola, yo era lanzado hacia el aire, y luego era recibido de vuelta a mí mismo, en el seno de aquel océano. Era una experiencia aterrorizante. Pero el océano era un océano muy enojado, un océano turbulento. Y luego dejó de suceder, cuando llegué a la edad de la pubertad.
Luego fue tomado por otro concepto de un océano; y esta vez, el océano era agua viviente. Eso sucedió cuando yo estaba en mis veinte años, quizás veintiuno, en la ciudad de Larchmont, en Nueva York. Esta noche en cuestión, cuando me desvanecí de este mundo, me hice uno con una inmensidad - yo no tenía circunferencia - y era todo luz dorada líquida. Pero no era una luz enojada, era suave, luz pulsante. Toda la cosa era suave y pulsante, y yo era eso, y no había nada más que eso. Ahora no había una ola; había integración, completa integración. Yo era una luz pulsante, viviente, dorada y líquida. Duró toda la noche. Porque cuando me desperté en la mañana, el libro que estaba leyendo estaba en mi pecho, era un libro muy grande y pesado, probando que no me había movido mientras dormía. Yo debo haber estado en un trance. Debo haberme inducido en un estado cataléptico en algún momento de la noche, porque la cama estaba prácticamente sin mover, sin tocar. El sol había salido, y la lámpara para leer estaba todavía prendida. Así que debo haber tenido 8 o 9 horas de profunda catalepsia, en este océano infinito de luz dorada, pulsante y líquida.
Pero ahora, el espejo tomó otra forma diferente. En tal espejo, tú puedes ver lo que quieres ver. En tal espejo, no hay una imagen rota, como cuando yo era un niño de 7 años; eso era una imagen rota. No podía ver nada en ese espejo; era muy turbulento. Pero luego vino aquél momento en el tiempo cuando verdaderamente lo busqué a él. Como se nos dijo en Jeremías: “si me buscas con todo tu corazón, seré encontrado por ti… y luego restauraré tus fortunas” (Jeremías 29: 13). Si verdaderamente me buscas a mí, con todo tu corazón, seré encontrado por ti. Luego todas tus fortunas que parecen haber desaparecido, serán todas restauradas. Todos pueden encontrarlo. Todos lo van a encontrar a él, cuando estén sedientos por encontrarlo, porque hay una sed, que solo una experiencia de Dios puede satisfacer. Nada en el mundo podrá satisfacerla excepto una experiencia de Dios.
Pero, ¿Qué es esta agua de la que él está hablando? Aquí se nos dice en el capítulo 2, versículo 13 de Jeremías: “Mi pueblo ha cometido dos males: me han abandonado a mí, fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen el agua.” Entonces aquí, ÉL se define a sí mismo como el agua viviente. En el capítulo 4, versículo 10 de Juan se nos dice: “Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva.” Aquí encontramos a la misma agua viviente. Él te está diciendo que tiene el poder para darte a ti agua viva, lo cual Dios define como a sí mismo.
Por lo tanto, ¿qué es el agua viviente?; Escuchen cuidadosamente, porque ahora tenemos la verdad. Y esto está en el libro de Proverbios, el capítulo 27 versículo 19: “Como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre, refleja al hombre.” Ahora vemos lo que el agua es: así como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre refleja al hombre, no a la mente. La mente no es más que un reflector - refleja al hombre, el poder operante. Él tiene agua viviente.
Blake, al cual le tengo mucho cariño, y del que hablo todo el tiempo, su primera visión fue una de un árbol de ángeles, a los 8 o 9 años de edad. Y él fue a su familia y les contó a sus padres que acababa de ver un árbol lleno de ángeles. Su padre, para hacerlo un niño sensible, lo preparó para darle una golpiza. Afortunadamente para Blake, su madre intercedió y lo salvó. Quizás para eso están las madres, para protegernos de nuestros padres violentos. Aun así, no fue golpeado; pero su padre quería hacerlo un ciudadano razonable, cuerdo y sólido; y él, estaba viendo ángeles en un árbol. Ese es el primer pensamiento conocido que tenemos de Blake, de todo lo que se ha dicho sobre Blake, y el último pensamiento, se dice que es sobre una vecina que estaba presente en su lecho de muerte. Luego ella fue a casa, y le dijo a sus parientes que acababa de estar en la muerte, no de un hombre sino de un ángel bendecido. Eso es lo que enseñó Blake durante toda su vida: “Nos convertimos en lo que contemplamos”. Y he aquí una vecina podía decir que vio la muerte, no de un hombre, sino de un ángel bendito.
No, él no se convirtió en eso inmediatamente. E indudablemente hubo innumerables momentos en su vida de 70 años que vivió, que no fueron momentos angelicales, si lees la historia de Blake cuidadosamente; pero en el final, él cumplió lo que contempló. A través de todo su poema más grandioso, Jerusalén, aquel pensamiento se infiltra en las completas cien placas: “Ellos se convierten en lo que contemplan”. Y nos convertimos, cada uno de nosotros. Entonces ¿Cuál es tu concepto de ti mismo hoy? ¿Es tu concepto realmente lo que debería ser? ¿Un hijo de Dios, o un hijo de la Señora Brown? Dulce y amorosa es la señora Brown; aunque dulce y amorosa como tus padres lo son en este mundo, no se puede comparar con el concepto que tú podrías sostener sobre ti mismo, el cual es: “Yo soy el Hijo de Dios”. Si ese es verdaderamente tu concepto de ti mismo, y observas al espejo de tu mente y contemplas tal concepto de tu ser, quizás no aparezca inmediatamente en tu mundo, pero sí aparecerá. Porque por esta ley, nos convertimos en lo que contemplamos.
Yo sé que cuando tenía siete años, mi primera visión fue de agua. Solía aterrorizarme. Sucedía una vez al mes, hasta que llegué a la edad de la pubertad. Siempre podía darme cuenta cuando iba a venir, por aquel humor que me iba surgiendo durante el día. Y siempre se repetía. Yo me convertía en un océano infinito, y aun así yo era una ola moviéndome sobre el pecho de aquel océano. Durante ese intervalo de la noche, yo era ambos, el océano tanto como la ola. Y como la ola, yo era lanzado hacia el aire, y luego era recibido de vuelta a mí mismo, en el seno de aquel océano. Era una experiencia aterrorizante. Pero el océano era un océano muy enojado, un océano turbulento. Y luego dejó de suceder, cuando llegué a la edad de la pubertad.
Luego fue tomado por otro concepto de un océano; y esta vez, el océano era agua viviente. Eso sucedió cuando yo estaba en mis veinte años, quizás veintiuno, en la ciudad de Larchmont, en Nueva York. Esta noche en cuestión, cuando me desvanecí de este mundo, me hice uno con una inmensidad - yo no tenía circunferencia - y era todo luz dorada líquida. Pero no era una luz enojada, era suave, luz pulsante. Toda la cosa era suave y pulsante, y yo era eso, y no había nada más que eso. Ahora no había una ola; había integración, completa integración. Yo era una luz pulsante, viviente, dorada y líquida. Duró toda la noche. Porque cuando me desperté en la mañana, el libro que estaba leyendo estaba en mi pecho, era un libro muy grande y pesado, probando que no me había movido mientras dormía. Yo debo haber estado en un trance. Debo haberme inducido en un estado cataléptico en algún momento de la noche, porque la cama estaba prácticamente sin mover, sin tocar. El sol había salido, y la lámpara para leer estaba todavía prendida. Así que debo haber tenido 8 o 9 horas de profunda catalepsia, en este océano infinito de luz dorada, pulsante y líquida.
Pero ahora, el espejo tomó otra forma diferente. En tal espejo, tú puedes ver lo que quieres ver. En tal espejo, no hay una imagen rota, como cuando yo era un niño de 7 años; eso era una imagen rota. No podía ver nada en ese espejo; era muy turbulento. Pero luego vino aquél momento en el tiempo cuando verdaderamente lo busqué a él. Como se nos dijo en Jeremías: “si me buscas con todo tu corazón, seré encontrado por ti… y luego restauraré tus fortunas” (Jeremías 29: 13). Si verdaderamente me buscas a mí, con todo tu corazón, seré encontrado por ti. Luego todas tus fortunas que parecen haber desaparecido, serán todas restauradas. Todos pueden encontrarlo. Todos lo van a encontrar a él, cuando estén sedientos por encontrarlo, porque hay una sed, que solo una experiencia de Dios puede satisfacer. Nada en el mundo podrá satisfacerla excepto una experiencia de Dios.
Estamos aquí esta noche, y esta agua viviente es tu mente. Tú no eres mente; tú eres Dios. Dios se mueve sobre la superficie de las aguas, y se nos dice en aquel capítulo 27 versículo 19, el cual acabo de mencionar, que así como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre refleja al hombre. Y ese hombre, es una mente; la mente refleja al hombre. El hombre es Dios. Dios se hizo hombre para que el hombre pueda convertirse en Dios. Así que cuando miras a la mente de tu propio ser, ¿Qué estás viéndote ser? Lo que sea que estés observando que eres, aunque no se externalice en el inmediato presente en tu mundo, si eres fiel a la visión, no hay poder en este mundo que pueda detenerte de exteriorizarlo dentro del mundo. ¡No hay poder que lo detenga!
Así que en las palabras de Blake… y él era fiel a la visión divina en tiempos difíciles. Todos los problemas del mundo, los mares turbulentos del mundo, no le estorbaban la visión. Él observó la visión de un ángel, un verdadero ángel. Entonces dijeron que estaba loco. Lo escuché aquí, recientemente. Mi esposa dijo que alguien que vino aquí le preguntó a uno de los profesores de la ciudad qué pensaba de Blake, y él le respondió “Oh, bueno, ese hombre estaba demente. Está loco.” Ahora, Blake tenía todos los atributos de insania, todos los aspectos de locura, pero ninguno de sus obstáculos, ninguno. Si todos fuéramos tan locos como él lo era. Si fuéramos tan locos como él, entonces veríamos lo que él vio. Él no estaba loco. Él realmente vio la doble visión. Vio la triple visión. Él vio la cuádruple visión.
Tocaré el tema de la cuádruple visión el martes por la noche, cuando hable del poder, el milagroso poder del apego: porque esa es la cuádruple visión. Pero él tenía siempre la doble visión, en todo momento. Para él, nada era simplemente lo que aparentaba para los sentidos. Un árbol no era tan solo un árbol. Eso es lo que él llamaba la visión individual, el sueño de Newton, el sueño de los científicos, donde, bueno, la luna es la luna, el sol era solo un sol, un cuerpo quemante. En cambio, para él, era simplemente los ángeles proclamando la gloria de Dios. Entonces él veía a un cardo - y no era tan solo un cardo, sino una “cana de un hombre viejo”. No importa lo que él veía, él lo veía doblemente: todo tenía otra imagen contenida dentro de ella, hasta que finalmente, él pudo alcanzar la cuádruple visión, y esa es la visión perfecta.
Pero aquí, cuando no aceptas que la mente es solamente una pequeña cosa que el mundo externo puede entrenar; tómala tan solo como un espejo; déjala tan solo como a un espejo, y tú determinas lo que quieres ver de ti mismo, mientras observas al espejo y te concibes a ti mismo como un solo ser con Dios. Y mientras miras al espejo de tu propia mente, completamente creyendo que tú eres él, como todos los espejos, ellos no cambiarán la imagen, sino que la van a reflejar. Y el día vendrá en que tú realmente serás recompensado con reales experiencias para demostrarte, para tu propia satisfacción, que tu imagen es verdadera. Tienes todas las experiencias tal como fue escrito en las escrituras. Porque el espejo solo te refleja a ti. Así que si tu concepto de ti mismo es el de una pequeña persona, golpeada, pobre, e insegura, cuando lo observes, vas a ver solamente la confirmación de ello.
Esta noche puedes darte a ti mismo cualquier regalo en este mundo. Si tan solo conocieras el regalo de Dios, y quién es él, diciéndote: “Dame un sueño”, tú le pedirías a él, y él te daría agua viviente. No solamente agua de la cual pronto volverás a tener sed, sino agua viviente. Si realmente crees que es así como funciona, que no necesitas a ningún ser en este mundo, tú tienes el espejo. Tan solo fíjalo, aquiétalo. Como se nos dijo en el Salmo 23: “Él nos guía hacia aguas tranquilas” - no hacia aguas estancadas; están tranquilas, y pueden reflejar. Él restaura mi alma de esta manera. Él me guía hacia las aguas tranquilas.
Entonces la mente se tranquiliza. Yo no estoy ansioso, no estoy preocupado, y sé que si observo dentro de mi mente, y te veo como me gustaría verte, y me convenzo a mí mismo y me persuado a mí mismo, de la realidad de aquella imagen de ti... No necesito hacer nada para que se haga así; se convierte así. Se desenvuelve en su propio tiempo especificado, y luego tú te amoldas a la imagen que yo sostengo en mi propio ojo de la mente respecto a ti. Así que el espejo solo refleja los conceptos que yo sostengo dentro de mí mismo. No debo serte fiel a ti, es a mi concepto que tengo de ti, al que debo serle fiel. Si sostengo mi más noble concepto sobre ti y otros en mi mundo, y permanezco fiel a mi visión, no hay poder en el mundo que pueda detenerlo de externalizarse a sí mismo en mi mundo.
Este símbolo del agua es muy, muy cercano a mí. Porque voy atrás en el tiempo, y la primera imagen… recapitulamos todas las cosas dichas en las escrituras, y la primera imagen es agua, y mi primera visión fue aquella del agua. No puedo decirles lo aterrorizador que fue hasta que llegué a la edad de la pubertad, y luego se desvaneció. Luego volvió cuando llegué a mis veintipico, pero esta vez el agua no era turbulenta sino que era viviente, realmente agua viviente. Yo era la única cosa: yo era todo. Y aun así no había mundo, no había nada, solamente viviente, pulsante, brillante luz dorada, luz infinita. Y luego supe, más adelante, que dentro de esto yo podía ver cualquier cosa que yo deseara ver; y al verlo, no había poder en el mundo que pudiera detenerlo para que suceda. Y luego, porque no eres un hombre sabio, no tienes la experiencia académica, no tienes estas cosas para apoyar tus declaraciones, pero ningún poder puede perturbarlo. Porque estas experiencias pertenecen a una región que es mucho más profunda y más real, que aquella en la que el intelecto habita. Así que todos los argumentos en el mundo que ellos tiran no puede perturbarlo, no importa lo que te digan.
Así que la pregunta eterna, “¿Qué vino primero, el huevo o la gallina?”; y ha acabado con las mentes de innumerables personas tratando de dilucidar cuál vino primero. Porque la razón nos dice que no podrías tener a una gallina a menos que tengas un huevo, y ¿cómo puedes tener a un huevo a menos que tengas una gallina? Así que ¿Cuál vino primero? El eterno problema. Puedes resolverlo de inmediato con la Imaginación. Es una pregunta tonta, y cualquier intento del hombre para responderla, será una tonta respuesta. Vinieron uno del otro. Yo vengo de Dios, y Dios vino de mí. Yo soy tal como el huevo. Y Dios, de sí mismo, yo caí. Él me hizo caer así como la gallina hace que el huevo caiga. Ese es el final de la doctrina de la caída, ninguna otra caída. Y luego desde ese estado yo simplemente me elevé, como una gallina saliendo del huevo. Y ese es el final de la doctrina de la evolución: yo soy uno con el mismísimo ser en el cual yo era, antes de haber caído de él.
Así que todos caímos, fue un plan predeterminado, como se nos dice en el primer capítulo versículo 4 de Efesios: “según me escogió en él, antes de la fundación del mundo”. Sí, él me eligió a mí en él mismo antes de la fundación del mundo. Y luego cuando todas las cosas estaban preparadas, al igual que un nido - porque es eso lo que el mundo es, todas estas galaxias, igual que un nido - él me deja caer. Yo caigo en Dios, justo dentro del nido; y luego de la incubación, yo, por un esfuerzo dentro de mí mismo, salgo. Así que esa cáscara de huevo es igual que tu cráneo. Está sellado, tal como tu cráneo está sellado, y dentro de él, está todo lo que era su aparente Creador, ni más ni menos. Cuando todo se haya completado, tú saldrás. Cuando sale, tú serás uno con Dios, igual que Dios, conteniendo dentro de sí mismo, el mismo poder para engendrarse a sí mismo, y dejar caer a su propio ser en las galaxias, y dejar que otros dioses aparezcan.
Así que solo la Imaginación puede conectar el hueco que hay entre esas dos cosas, ¿Qué vino primero, el huevo, o la gallina? No, ellos son uno; vinieron uno del otro. Como se nos dijo en el capítulo 3 versículo 16 de Gálatas: Entonces del hombre sale Cristo… “y tú descendencia que es Cristo”. Yo sé que el mundo entero enseña otra cosa y no eso. Pero para mí, la religión comienza en revelación, y luego cae en el dogma, en el eclecticismo, en los rituales, en todas estas cosas externas; y allí permanece atada. Pero esa no es la verdad. La verdad es visión. Cuenta la visión tal como se te fue dada a ti. Si no tiene sentido para aquellos que la escuchan, cuéntala sin distorsión, cuéntala tal como salió. Si no la entienden, no la modifiques para que ellos puedan entenderla. Cuéntala tal como vino. Por lo tanto, así es exactamente cómo sucedió.
Tal como se te dijo, “Nos convertimos en lo que contemplamos”, estoy tratando de alentarte a que tomes una imagen esta noche. Podría ser que esta imagen que tomarás esta noche, no necesitará más que digamos, un día, una semana, o un mes para materializarse. Yo no conozco el intervalo de tiempo. Pero toma un amoroso y noble concepto de ti mismo, donde tú estás contribuyendo al bien del mundo. Donde realmente estás contribuyendo, y siéntete limpio y completo en esa contribución. ¿Cómo sería si fuese verdad? Bueno, ahora mira en el ojo de tu mente, y obsérvate a ti mismo como ese ser que contribuye. Porque tú puedes concebirte a ti mismo como ese ser. Sí puedes hacerlo; así que observa hasta que realmente sientas la excitación de ser tal Ser. Ahora, de una manera que nadie conoce, saldrá del cascarón, porque desde adentro de esa misma visión tuya, saldrá todo lo que se necesita para exteriorizarla en tu mundo.
Tú puedes ser cualquier cosa en este mundo que deseas ser, si sabes cómo moverte sobre la superficies de las aguas, y las superficies de las aguas, es simplemente moverte sobre tu propia mente, eso es todo. Tú no discutes con nadie. No le pides a nadie que te ayude. Simplemente observas a tu propio ser, y te concibes a ti mismo siendo el hombre, siendo Ya aquel hombre, o aquella mujer que quieres ser. Y no le preguntes a nadie si es posible. Si son riquezas lo que quieres, bueno entonces, que sean riquezas. Si es reconocimiento lo que quieres, entonces deja que sea reconocimiento. Si es un incremento en talentos, que ahora estás expresando, entonces, un incremento en talentos. No me importa lo que es. Concíbete a ti mismo siendo ya el ser que te gustaría ser, y al concebirlo, busca confirmación.
Si no hubiese un reflejo en este mundo, nadie sabría cómo él se ve. Así que Dios crea a un reflector inmediatamente. Es una mente; se la llama agua. Pero luego se nos explica en Proverbios, a lo que él se refiere por “agua”, y nos dice, “Como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre, refleja al hombre.” No refleja a la mente, sino que refleja al hombre. Así que, ¿Qué es ese hombre para sí mismo? Luego mira dentro de su mente. Cuando él mira dentro de su propia mente, verá reflejado en esa mente - es tan solo un espejo - lo que él es para sí mismo, y por la ley de que todas las cosas se convierten en lo que contemplan, él no puede evitar convertirse en ese hombre. ¡No puede evitarlo! Así que les digo, sueñen noblemente, sueñen los estados más idealistas en el mundo, y luego permanezcan fiel a sus sueños, tal como si fueran cierto. Si lo haces, sucederá sin la ayuda de ningún ser en este mundo. No los necesitas. No necesitas a nadie para que te ayude. Tú te convertirás exactamente en lo que te has imaginado ser.
Así que esta agua viviente no es una cosa extraña, la que él te va a dar. Él te dará el mensaje, eso es lo que te dará. Él te contará todo sobre ti mismo. Si tú estás sediento por ser otra cosa de lo que ahora eres, pídele a él - él está dentro tuyo - y díselo. Él te dará agua viviente, algo tan vivo que refleja exactamente lo que eres. Nada turbulento; yo atravesé el estado turbulento. Indudablemente, eso es exactamente lo que el hombre es, en su primera etapa que atraviesa, cuando él no podía ver nada reflejado. Él solo veía confusión y turbulencia. Luego vino ese momento en su tiempo, cuando él podía tranquilizar la mente, y la mente tomó una cualidad viviente y se convirtió en agua viviente. Pero tú tomas al hombre primitivo, y él no puede concebir que todo lo que él está haciendo, es causativo de las cosas que están pasando en su mundo. No puede concebirlo porque no puede ver ningún reflejo en su mente; porque su mente no está fija, tranquila, la mente está muy turbulenta. Pero cuando el hombre controla a esa mente, él cambia de estar en ese violento y atormentado mar, el cual experimenté cuando era un niño de 7 años, hacia aquella luz viviente, pulsante pero reflejante, donde él se ve a sí mismo cuando mira hacia adentro.
Porque, al observar adentro de ella, la cosa más extraña sucede. Un día, leyendo o contemplando una imagen similar, que estaba en el libro que leía esa noche cuando me quedé dormido - porque estaba leyendo: “La vida de Buda”, cuando esto me sucedió la primera vez. Esta noche en cuestión - no leía el libro de Buda, sino que contemplaba a Buda - mientras lo hacía, ante mis ojos vino esta enorme piedra sílex. Y luego sin esfuerzo de mi parte, se rompió en muchos pequeños fragmentos, y luego unas manos invisibles la moldaron en esta hermosa figura meditando, que era como un Buda, meditando. A medida que me acerqué y la observé, yo me estaba observando a mí mismo. Yo Era la cosa que estaba contemplando. ¡Y la excitación que tuve! He aquí yo vi a esta figura Oriental sentada en la misma postura que encuentras a Buda, la pequeña estatua de Buda, hecha de este sílex. Cuando me vi a mí mismo, y vi que yo era la figura que contemplaba, ésta brilló y brilló. Cuando alcanzó la intensidad de la luz, explotó, y luego yo estaba de vuelta donde estaba antes.
Este espejo de la mente refleja perfectamente lo que haces. Así que te digo, inténtalo. Inténtalo esta noche. Toma un glorioso concepto de ti mismo; tómalo de un amigo, tómalo de tu padre, de tu madre, de tu hijo; y tú permaneces fiel a la imagen que sostienes de ellos. Hazlo sin que ellos lo sepan, hazlo sin su consentimiento, y tan solo sostenla en el ojo de tu mente hasta que puedas verla, verla claramente. No tienes que hacer nada más que eso, tan solo obsérvalo claramente en el ojo de tu mente, y luego déjalo. De una manera que nadie conoce - y que tú no podrías conscientemente idear los medios para hacer que suceda - sucederá.
Ahora, en el final del libro, en el capítulo 22 de Apocalipsis, nos trae de nuevo a cómo comenzó en el libro de Génesis. Fuimos todos invitados a venir, aquellos que están sedientos, vengan y tómenlo sin precio alguno. ¿Que tomen qué? Tomen esta agua viviente. Así que todos los 66 libros, están impregnados con esta agua viviente. Y cuando llegas al último de todos los capítulos - en el versículo 17 del capítulo 22 de Apocalipsis - una vez más él trae el tema de esta agua viviente. Así que todos están invitados a venir y tomar sin precio alguno, comprar sin dinero alguno; tan solo tómalo. A cualquiera que me escuche esta noche, tú lo tienes, así que no te costará nada intentarlo. No necesitas nada más que una determinación de otra cosa de la que ahora eres; y algo grandioso, algo noble, algo maravilloso. Luego, en el ojo de tu mente, te ves a ti mismo como a esa persona.
Una linda manera de verte a ti mismo como eso que quieres ser, es trayendo a un amigo al ojo de tu mente, y hacer que tu amigo, por su expresión y el sonido de su voz, y por lo que él te está diciendo, esté confirmando que él ve en ti, a dicho ser. Deja que él te vea, y luego en el ojo de tu mente, observa su expresión, una de completa satisfacción si es que él es un verdadero amigo; nada de envidia de su parte, si él es un verdadero amigo, sino orgullo en su cara, porque él te tiene a ti como a su amigo, y él está tan orgulloso de tus logros. Si quieres agregar más a ello, sostén una conversación mental con él, desde la premisa de que él realmente ve, y aprueba, a este “tú” en el que te has convertido. Eso te mostrará lo que tú verías - si no tuvieras eso para reflejarlo en tu mente - lo que tú verías en las profundidades, como a “tú” ser. Y déjenme que les diga, se sorprenderán en cómo funciona. Pero tú debes quererlo. “Aquel que me busca con todo su corazón, me encontrará, y yo restauraré todas sus fortunas.” Pero tú debes buscarlo. Yo debo realmente quererlo con todo mi corazón. Cuando lo quiero, pero realmente lo quiero, lo encontraré.
Luego tienes esa enorme satisfacción, que realmente no importaría si todos los hombres sabios del mundo se levantaran en oposición, porque no habría diferencia en absoluto. No estás hablando sobre esta esfera. No estás hablando de algo que puedes ver con un telescopio o un microscopio; no puede ser visto por ningún instrumento hecho por el hombre. Es algo completamente fuera del rango de los telescopios y microscopios. Así que tú simplemente miras justo dentro, y lo ves. Cuando te conviertas en eso, la razón intervendrá y tratará de justificarlo, y todos los hombres sabios dirán: “Pero sabes, eso hubiese sucedido de todas maneras. Mira, conociste a tal y tal, y luego él te presentó a tal y tal, y luego tuviste tus oportunidades. Y porque tuviste tus oportunidades, tú te convertirás en eso. Pero no esperes que otra persona pueda hacerlo.” Y luego, siempre intentarán minimizar el trabajo de este maravilloso poder. Pero les digo, nunca falla. Nunca falla.
Todos son invitados - en el capítulo 55 de Isaías, el primer versículo, dice - “A todos los sedientos, venid a las aguas”, pero les digo, a todos. Sin limitaciones, no solo aquellos que son de una cierta raza o a quienes pertenecen a cierta tribu, sino a todos los sedientos, venid a las aguas. Y no hay precio para eso. Vengan y tómenlo, sin dinero, sin precio. Todos son invitados, si es que él está muy sediento, que venga a las aguas. Así que vemos a través de todos los 66 libros, que están infiltrados con esta fantástica agua, y el agua es tu propia maravillosa mente. El único que está mirando dentro de ella mañana, tarde, y noche, es el hombre que realmente eres - y ese hombre está destinado un día a despertar, para descubrir que él mismo es Dios.
Si, tú caíste, deliberadamente. Dios permitió que caigas, porque el nombre: Yod He Vau He, el verbo He Vau He, significa “caer”, o de manera causativa, “causar que caiga”; o “soplar el viento” o, en forma causativa, “hacer que el viento sople, o hacerlo mover”. Así que fue Dios, porque ese es su nombre, Yod He Vau He, quien, como el pollo, permitió que el huevo cayera. Pero en ese huevo, el cual fue fertilizado por Dios, está él mismo; y luego de la incubación, él, desde adentro, hace un esfuerzo - porque el plan está todo allí dentro - y lo rompe. Y luego él se eleva, así como lo hace el pollo, siendo capaz del mismo poder creativo, la misma creación, que aquello que aparentemente lo trajo a la existencia, uno con Dios, su propio creador.
Así que esta noche, si ya te has puesto de acuerdo con algo, y quieres perseguirlo más allá de una hora, tan solo tómalo, y toma la palabra agua, y ve capítulo tras capítulo, y observa lo que se dice de esta maravillosa agua. Primero que nada, en el argumento en el capítulo 4 de Juan, en el minuto en que él habla de esta agua, le reclaman: “Bueno, ¿Cómo puedes hacerlo? No tienes un balde, ni soga, y el pozo es profundo. ¿Quieres decir que el agua que nos darás, es mucho mejor agua, que la que puedo sacar de este pozo que nuestro ancestro Jacob cavó para nosotros?” y él te dice, “Con esta agua nunca más tendrás sed. El agua que te daré será un pozo nuevo de agua, brotará hacia la vida eterna. Nunca cambiará.” Pero ella no podía entenderle realmente, y luego le reveló a ella, quién era él.
El primer milagro que se hizo en el evangelio de Juan, es convertir el agua en vino; en otras palabras, en agua viviente. De un estado turbulento, tú lo conviertes en algo vivo, un agua viviente. Así que se nos dice, en la primera carta a Timoteo, capítulo 5, “Ya no bebas agua; sino usa un poco de vino por causa de tu estómago y tus muchas enfermedades” (versículo 23). No tiene nada que ver con el vino que tú y yo disfrutaríamos con una buena comida. Sino que tú simplemente, dejas de absorber el “¿qué hacer?”, y te conviertes en un hacedor, y lo haces. Así que deja de tomar agua; simplemente deja de absorber noticias mañana, tarde y noche, respecto a: “¿qué es lo que debería hacer para convertirme en lo que me gustaría ser?”; y luego conviértete en un hacedor, y hazlo. Así que conviertes el agua, en vino.
Entonces el primer milagro hecho en el evangelio de Juan, que está en el capítulo 2, él llenó jarras de piedra con agua y trajo, no agua esta vez, sino vino, agua viviente. Porque eso es lo que es el vino. Es algo que está vivo. Así que él lo convirtió en algo que realmente está viviendo en la vida del hombre. Por lo tanto, si alguno se va de aquí esta noche, usa el vino por causa de tu estómago, y no simplemente absorbas las noticias. Si escuchan lo que escucharon esta noche, y no lo hacen, entonces todavía están tomando agua. Pero si sales, y ya sea que nunca más vuelves aquí porque tu patrón cambia en el mundo y te vas a otro lado, pero no te olvidas lo que escuchaste, y al no olvidarte lo aplicas, entonces tú estás tomando vino. Lo pones en práctica, no importa dónde estés en el mundo, y a medida que lo pones en práctica, obtendrás los resultados para cumplir la declaración de Santiago que dice, “Sean hacedores de la palabra, y no meramente oidores, engañándose a sí mismos.” (Santiago 1: 22).
Conviértete en un hacedor, y ser hacedor es poner en práctica lo que has escuchado esta noche. Comienza con un amigo. Esta noche, toma a un amigo en tu mundo, que pienses que podría realmente ser ayudado financieramente, socialmente, y físicamente. Pero ¿puede ser ayudado? Tú piensas que él puede ser ayudado, bueno, entonces, lo ayudas. Tráelo ante el ojo de tu mente, y te lo representas a ti mismo, tal como él debería ser visto por el mundo entero; y tú crees en la realidad de esa imagen de él. Te estás moviendo como Dios, sobre la superficie de las aguas, y estás creando tal como Dios creó en el principio. “Y el Espíritu de Dios se movió sobre las superficies de las aguas… y luego Dios dijo, ‘Que sea la luz’, y hubo luz.” (Génesis 1: 3). Pero Él no hizo nada hasta que no se movió sobre las superficies de las aguas.
Así que tú puedes caminar por la calle, y moverte en las superficies de las aguas, viajar en autobús, y hacerlo, sentarte en silencio, y hacerlo. Pero aquieta la mente. No importa lo que él o ella aparentaban ser anteriormente, ese es un pensamiento muy perturbador, si tú debes pelearlo. No importa lo que ellos eran antes, eso es como un océano tormentoso si ellos no son agradables, o si las cosas no están bien para ellos. Así que no intentas hacer nada al respecto. Tú solamente los traes ante el ojo de tu mente, como ellos deberían ser vistos por ti, y por el mundo, y por ellos mismos. Entonces pones a eso, como la imagen que será reflejada desde esta maravillosa agua moviente, la cual es tu propia mente.
Léanlo cuando vayan a sus casas, “Como el agua refleja el rostro, así la mente del hombre, refleja al hombre.” ¿Cómo puedes interpretar eso? La mente del hombre refleja al hombre. ¿Entonces un hombre se está quejando que la sociedad no es amable con él, que el jefe en su trabajo es muy cruel, y que no está ganando suficiente dinero? Él está reflejando solamente el ser, que él mismo se concibe ser, y ellos en este mundo, solamente están reflejando lo que él, dentro suyo, ha configurado como un patrón. Si no le gusta lo que está sucediendo - porque ellos son solamente espejos - bueno, entonces deja que él baraje de nuevo las cartas como sea necesario, y cambie el concepto que él sostiene de sí mismo. Al cambiarlo, permítele que ahora le sea fiel. Porque recuerda aquel intervalo de tiempo, como se nos dijo en el libro de Habacuc, en el segundo capítulo: “Cada visión tiene un tiempo señalado; madurará y florecerá. Aunque pareciera tardar, espéralo; pues sin duda vendrá, y no tardará.” (Habacuc 2: 3). Cada huevo tiene un intervalo de tiempo diferente en el cual nacerá: el de un pollo, es de tres semanas; el de alguna otra ave, quizás es un intervalo más corto; y el de otra ave, un intervalo más largo. Lo mismo es cierto sobre los huevos que traen a los hombres al mundo, así como los de las ovejas y los del ganado. Hay intervalos de tiempo. Así que tu imagen esta noche, de un amigo, o de ti mismo, tendrá su tiempo señalado, y si le eres fiel y no lo confundes, madurará y florecerá.
Te invito a que lo intentes. Y luego conocerás este misterio del agua; porque les he dicho que la biblia es un misterio que no debe ser guardado en secreto, pero es un asunto que es realmente misterioso en carácter. No hay razón para pensar ni por un momento que debe ser guardado en secreto solo para alguno de nosotros: cuéntaselo a todos en este mundo. Pero la biblia no es lo que se nos dice en el pasaje de Jeremías, en el capítulo 2, cuando él dijo, “Mi pueblo ha cometido dos maldades” - y luego menciona a la primera - “Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me han abandonado a mí, que soy fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.” (Versículo 13). Y estas cisternas rotas son simplemente todos los ismos del mundo, realmente todos. Están tratando de sacar algo de estas cisternas rotas y no pueden obtenerlo.
Porque los hombres que escribieron nuestra biblia… y nadie conoce a los autores, nadie. El que mencionamos esta noche de Génesis, no hay ni un académico digno de nombrar que escriba sobre este libro, que tenga algún manuscrito firmado. Hay tres letras. Una de la que se habla es el manuscrito J, otra el manuscrito E, y otra el manuscrito P; y eso es todo lo que tienen para decir, completamente sin firmar. No hay identidad de los autores. ¿Quiénes son? ¿Cómo vinieron al mundo? ¿Acaso nacieron como nosotros nacimos? ¿Vinieron realmente como tú y yo vinimos, a través del vientre de una mujer? ¿O aparecieron en nuestro mundo, como yo, una noche hace muchos años, entré en otro mundo, sin ir a través del vientre de una mujer? Yo era tan real como este mundo, sólidamente real. Y al salir de mi cama hacia ese mundo, no era la tierra, pero era un mundo sólido igual a este, con gente vestida como tú estás vestido. Y si alguien me hubiese arrestado allí y obligado a dar un certificado de nacimiento o una identificación que fuese entendida en ese mundo, yo no hubiese podido hacerlo. Así que no entré allí a través de ningún canal normal de nacimiento físico. Yo volví aquí, sin volver de ninguna manera conocida.
Así que ¿Quién es E, y quién es P, y quién es J? nos dan símbolos y letras, pero no tenemos manera de saber quién es el autor de Génesis. Tan atrás como podamos ir, no podemos encontrar ningún manuscrito que estos académicos podrían catalogar de ninguna manera, salvo decir que es el manuscrito J, es el manuscrito E, o es el manuscrito P. Entonces ¿Quiénes son estos fantásticos autores? Porque si lo trataras como literatura, no encontrarías nada más grandioso que el Génesis. Y respecto a la visión, ¿Dónde encontraríamos algo más grandioso? ¿Pero quiénes son los autores? Completamente anónimos para la mente moral. Pero allí están, los cincuenta maravillosos capítulos. Y la cosa completa es infiltrada con agua. Nuestros historiadores y maestros de la biblia tratando e convencernos que el agua era un ítem muy preciado en el desierto, tan preciado era en donde toda la cosa fue hecha, que es por eso que le daban tanta importancia al agua. No tiene nada que ver con eso. Él viene al desierto para darle agua a su rebaño, y el pozo estaba allí cubierto, y el rodó la piedra, y le dio agua al rebaño. Luego de darle agua al rebaño, rodó la piedra nuevamente y cubrió el pozo, el pozo de Jacob.
Somos las ovejas de su pastura, ¿No es así? Entonces nos es dada el agua por cualquiera que sabe cómo dar agua y alimentar a todas las ovejas hasta que estén completamente satisfechas. Y luego la piedra es automáticamente rodada a su lugar. Cuando viene uno detrás tuyo, y lee ese mismo capítulo, es igual que un libro cerrado. Él toma al libro, se dirige al capítulo 28 de Génesis, lee la historia de la piedra que hace rodar, y le da agua al rebaño, y se pregunta, ¿De qué se trata todo esto? Si alguien sabe cómo rodar la piedra, y cómo realmente tomar aquella agua de significado psicológico, y se la da al mundo, luego de haberlo hecho, automáticamente la piedra es rodada a su lugar. El que viene detrás de él, que lee el mismo capítulo, no puede interpretarlo. Es siempre un pozo sellado.
Pero esta noche, tú lo has escuchado, y creo que tú lo vas a intentar. Permítanme ahora clarificar en tan solo un momento, el agua sobre la cual Dios se movió - él dijo, “El Espíritu de Dios se movió sobre las superficies de las aguas” - esa agua es tu mente. Si esta noche está muy perturbada porque estás muy ansioso, entonces eso es como un mar tormentoso, un mar turbulento. Pero espera un rato; se aquietará, el agua se tranquilizará.
Todavía seguirá corriendo, porque está viva, pero lo suficientemente tranquila para reflejar el ser que tú quieres ver. Y luego, la forma de verlo, es asumir que ya eres lo que te gustaría ser. Habiéndolo asumido, observa, y ve al mundo reflejar aquel hombre que tú eres, porque todos ellos lo ven. Habiéndolo visto reflejado en las caras de tus amigos, suéltalo. Tan solo suéltalo. Y esa es la caída. Esa semilla que vino de ti, tiene su tiempo señalado, y crecerá, y vendrá a este mundo.
Así que inténtalo. Y déjenme que les diga, luego de que suceda - porque sí sucederá - comparte conmigo tus buenas noticias, contándome cómo funcionó, para que así yo, por mi parte, pueda contarlo desde esta plataforma, y así ser todos mutuamente alentados por nuestra fe. Si funciona para ti - lo cual así será - entonces cuéntame a mí lo que hiciste y cómo funcionó, y luego yo, por mi parte, lo contaré a todos los que estén presentes. Ellos, en respuesta, serán alentados a ir y ser tan fieles a sus visiones como lo fue Blake, a pesar de todas las cosas que él tuvo que atravesar en el intervalo. Porque su vida, como la vida de todo gran hombre, es realmente una alegoría. Cada persona en el mundo, su vida es realmente una alegoría. La gente realmente no se da cuenta.
En la vida de Blake… una de las cosas más sobresalientes… este gentil, y tierno hombre que no lastimaría a una mosca, volviendo a su jardín un día, vio a un soldado borracho allí, y él le levantó el cuerpo y lo llevó hacia la otra punta del camino. Luego el hombre accionó en contra de él y lo acusó de insultar al rey, lo cual es una ofensa temerosa en Inglaterra, y lo era mucho más en aquel entonces, en su época. Este hombre inocente fue acusado porque un soldado borracho quería vengarse. Fue un tremendo juicio en Inglaterra. Y luego ves a esta maravillosa historia: el soldado es siempre un símbolo de autoridad, y un jardín es siempre la creatividad, y he aquí su jardín. Él estaba vendiendo su alma en aquel entonces, a un hombre que quería que él se convierta en un pintor de retratos, y a él no le gustaba para nada hacer eso. Así que Blake estaba vendiendo su alma, su creatividad, a este hombre que tenía dinero porque, al hacer este trabajo su estatus financiero, bueno, podría ser un poco aliviado. Pero él estaba vendiendo su poder creativo, así que aquí, en su jardín estaba el hombre borracho de autoridad. Porque el que lo empleó a este, tenía la autoridad y el poder.
Y luego el rompió con eso, y se rehusó a hacer ningún retrato, y no quiso tener ni un modelo en el mundo. Él nunca usaba un modelo. Él veía lo que quería pintar, tan claro como cualquier modelo podría ser en este mundo. Cuando quería dibujar el alma de una pulga, él vio el alma de una pulga, y era el hombre. Porque la pulga es un insecto que succiona sangre, pero los hombres también succionan sangre. Aquellos que dan empleo sin la apropiada compensación, ¿acaso no están tomando la sangre de otros? No les importa lo que te suceda cuando te vas a tu casa. Si tienes una familia de doce y no están bien alimentados, a ellos no les importa una vez que sus ganancias son lo suficientemente grandes. Y si los ves espiritualmente, son igual que las pulgas, porque una pulga es simplemente un insecto que succiona sangre. Están tomando la sangre de aquellos que no son propiamente recompensados; son succionadores de sangre.
Cuando Blake pintó a esta maravillosa pulga, el alma de una pulga, el fantasma de una pulga, deberías ver aquella cosa monstruosa, pero es humana. Todo es el hombre en el mundo. Y entonces la vida de cualquier grandioso hombre, como Blake, es una alegoría. Cuando él puso de nuevo en forma a su jardín, el soldado desapareció. Blake ganó el juicio eventualmente. Todos sabían que el hombre se estaba perjurando. Blake no diría nada en contra de la corona, y fue comprobado. Pero en el entretiempo, él atravesó el infierno para probarlo. Pero ese fue un punto de inflexión en su vida, como la gran alegoría de su vida. Pero aquí tenemos, su primer pensamiento en el mundo, “un árbol lleno de ángeles”; y el último pensamiento sobre Blake fue, “Ese día yo estaba al costado de la cama, no de un hombre cuando murió, yo vi la muerte de un ángel bendecido.” Así que lo que él comenzó como una visión, lo cumplió como hombre; él vio a un ángel de niño, y murió como un ángel bendecido.
Así que esta noche tú ves algo noble. Cuando hagas tu salida de este mundo, haz tu salida como eso. Pero tu verdadero destino es Dios, porque somos uno con Dios. Él se convirtió en ti, para que tú te conviertas en él.
Ahora, vayamos al silencio.
Traducido
por Laura Arrojo
La conferencia original en inglés es LIVING WATER (Neville Goddard – 04-19-1963)
La conferencia original en inglés es LIVING WATER (Neville Goddard – 04-19-1963)
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maravilloso,gracias manu
ResponderEliminarGracias infinitamente!!!!!
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