Neville
Goddard (20 de mayo de 1968)
CREACIÓN
- FE
El misterio de la creación ha de ser entendido en términos de fe; ¿entonces qué es la fe? Es la seguridad de las cosas que se esperan; la convicción de las cosas no vistas con el ojo mortal. A través de la fe nosotros entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios, de modo que lo que es visto fue hecho de cosas que no aparecen.
“Muchos suponen que antes de la creación todo era soledad y caos. Esa es la idea más perniciosa que puede entrar en la mente del hombre, pues priva a la Biblia de toda sublimidad y vuelve la naturaleza del hombre que mantiene esa idea un pequeño gusano escarbando fuera de él mismo. “La eternidad existe, y todas las cosas en la eternidad, independientemente de la creación, que fue un acto de misericordia.” (William Blake)
Todas las cosas existen, y el misterio de su creación debe ser entendido en términos de fe. Pero la fe no da realidad a lo que no se ve. ¡La fe es lealtad a la realidad no vista! Sólo en este sentido puede el significado de la fe ser entendido.
Si tú tienes una meta, aunque no sea vista, ya existe. Tu ojo mortal normal no puede verla, pero reorganizando la estructura de tu mente, tú puedes verla claramente. Si, como los días se siguen unos a otros, tú permaneces leal a esta realidad no vista, y tu meta es alcanzada, tú habrás descubierto el misterio de la creación.
La eternidad existe y todas las cosas en la eternidad independientemente de tu acto creativo. Tú puedes continuar construyendo sólo sobre lo que tu ojo mortal ve, y perpetuar lo mismo una y otra vez, permaneciendo para siempre donde estás. Pero si tú sabes que todas las cosas existen, aunque no sean vistas en ese momento, y tienes acceso a ellas a través de tu imaginación, puedes reorganizar tu patrón de pensamiento y cambiar tu mundo permaneciendo leal a tu construcción no vista. Y cuando se exteriorice convirtiéndose en un hecho que puedes compartir con los demás, entonces habrás encontrado el secreto de la creación, que fue un acto de fe.
El capítulo 11 del Libro de Hebreos cuenta fantásticas historias de lo que los antiguos realizaron – ¡y ellos lo hicieron todo! Comenzando con Enoch, todos los personajes son nombrados, así como sus logros. Luego se dice: “Ellos recibieron las promesas, pero no la promesa.”
Habiéndoseles prometido que si ellos podían creer, llegaría a pasar, creyeron y recibieron las promesas. Pero nadie supo el cumplimiento de la promesa hasta que irrumpió en uno. Entonces él supo que por el acto mismo de fe, podía dejar esta esfera y entrar en la celestial.
La promesa de Dios se ha cumplido en mí. Yo lo he recogido para la posteridad tan vívidamente y tan exactamente como he podido en mi libro Resurreccción. Puedes leer mis experiencias y creerlas o no creerlas. Depende de ti. Quizás en el momento actual no quieras dejar esta esfera y entrar en el reino de los cielos.
Ahora bien, “Por la fe entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios”, la cual es Su poder y sabiduría, llamado Cristo. Cualquier otro Cristo que el que es crucificado, enterrado y resucita en ti es falso. Y cualquiera que enseñe un Cristo fuera es un falso maestro.
Pablo nos dice: “El misterio escondido desde las edades, Cristo en ti, es la esperanza de gloria.” Cualquier esperanza que tengas de entrar en una gloria que trascienda todo poder y sabiduría terrenales está ya en ti, pero escondida. Cristo es el camino, el patrón a seguir para entrar en esa gloria.
Si todo existe, sea visible o invisible, entonces mi padre y mi madre que han partido de este mundo existen, y se revelarían en cualquier cosa que yo lleve a cabo aquí. Aunque mi madre dejó este mundo en 1941 y mi padre en el 59, yo puedo traerlos al ojo de mi mente y oírlos hablar de su orgullo por su hijo. Creyendo que todo lo que yo puedo concebir es parte de la estructura del universo, puedo asumir que ellos están completamente conscientes de mis logros, de modo que escucho su alegría.
Ahora, ¿puedo permanecer fiel a esa escena? Mi fe no va a darle realidad, pero mi lealtad a la realidad no vista lo hará. Escucho y recuerdo lo que oí, y por la mañana continúo recordándolo. Entonces, a su debido tiempo, cuando eso a lo que he sido fiel se exteriorice, yo habré encontrado el gran secreto de la creación.
Dios nos dice que Él no crea algo de la nada, ¡pues todas las cosas son! Que Él llama a una cosa que no es vista ahora como si fuera vista, y lo no visto se convierte en visto. (Romanos 4:17) En lugar de llamar a algo de la nada, tú simplemente reorganizas eso que ya es, hasta que implique lo que tú quieres. Luego, permanece leal a esa realidad no vista.
La fe contiene un poder que puede ligarte a un mundo donde tú eres eterno. Pablo nos dice que pongamos nuestra fe, no en las obras de los hombres, sino en el poder de Dios. ¡Y ningún poder terrenal – sea atómico, megatones de multimegatones – puede compararse a ese poder!
¿Puedes concebir ser un poder tan grande que si lo deseas puedas detener el mundo? ¿Que puedas hacer que se quede quieto y verlo como muerto? Entonces libéralo y deja que el mundo continúe cumpliendo sus llamadas intenciones.
¿Podrías tratar con tal poder cambiando tus intenciones, haciendo así que el mundo sea reanimado y haga lo opuesto? Ese es el poder que será tuyo cuando sepas que tú eres uno con el cuerpo de amor, llamado el Salvador Eterno.
Contempla este pensamiento. En este nivel tú puedes lograr cualquier objetivo, y probarte a ti mismo que los estados invisibles, cuando son adecuadamente reorganizados, exteriorizarán lo que ellos implican, pues la potencia de cada acto imaginario está en su implicación.
Escucha atentamente tus pensamientos invisibles. ¿Qué oyes? ¿Qué están tus palabras implicando? Esa es su potencia. ¿Qué es lo que quieres? Nómbralo y reorganiza la estructura de tu mente para implicar que ya no lo deseas, ¡porque ya lo tienes!
Quizás otro te ha ofendido o te ha causado dolor. No importa lo que haya sido; cuando tú conoces esta ley, puedes perdonar a cualquiera reorganizando la estructura de tu mente y liberarle ¡imaginando que nunca sucedió!
Como ves, hay dos cosas que desagradan a Dios. Una es la falta de fe en “Yo soy Él”, y la otra es comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, usándote a tí mismo como el criterio en cuanto a lo que es bueno y lo que es malo. A menos que tú creas que eres el aparente otro que causó dolor, continuarás reproduciendo la misma infelicidad y errarás tu blanco en la vida muriendo en tus pecados. Así, ¡sin fe es imposible agradarte a ti mismo!
Por el momento, ¡piensa en todo como existiendo ahora mismo! Aunque no visto por tu mente mortal, tu deseo existe y puede ser visto en tu imaginación. Aunque tu padre y tu madre no puedan ser vistos por el mundo, ellos existen, y el amor que ellos te tienen nunca ha pasado. Debido a que todas las cosas son, tú puedes utilizarlos a ellos o a aquellos que están ahora en tu mundo.
Si, por ejemplo, tus amigos se enteran de tu buena suerte, ¿empatizarían contigo o estarían envidiosos? No elijas a uno que simpatizaría contigo, pues tú no quieres simpatía. Tú quieres o empatía o envidia. Si conoces a alguien que, cuando se entere de tu buena suerte se volvería loco de envidia, utilízalo. O si conoces a uno que se regocijaría por tu buena suerte, toma esa imagen.
Es tu elección, pero tú debes permanecer leal a la realidad no vista que has construido. Tu fe no le dará realidad, pues la fe es tu lealtad a la realidad no vista. “Abraham creyó, y le fue tenido en cuenta por justicia”, y todas las cosas vienen de Abraham.
Alguien una vez definió la fe así:
Creer lo que es increíble,
O no hay virtud en absoluto.
El misterio de la creación ha de ser entendido en términos de fe; ¿entonces qué es la fe? Es la seguridad de las cosas que se esperan; la convicción de las cosas no vistas con el ojo mortal. A través de la fe nosotros entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios, de modo que lo que es visto fue hecho de cosas que no aparecen.
“Muchos suponen que antes de la creación todo era soledad y caos. Esa es la idea más perniciosa que puede entrar en la mente del hombre, pues priva a la Biblia de toda sublimidad y vuelve la naturaleza del hombre que mantiene esa idea un pequeño gusano escarbando fuera de él mismo. “La eternidad existe, y todas las cosas en la eternidad, independientemente de la creación, que fue un acto de misericordia.” (William Blake)
Todas las cosas existen, y el misterio de su creación debe ser entendido en términos de fe. Pero la fe no da realidad a lo que no se ve. ¡La fe es lealtad a la realidad no vista! Sólo en este sentido puede el significado de la fe ser entendido.
Si tú tienes una meta, aunque no sea vista, ya existe. Tu ojo mortal normal no puede verla, pero reorganizando la estructura de tu mente, tú puedes verla claramente. Si, como los días se siguen unos a otros, tú permaneces leal a esta realidad no vista, y tu meta es alcanzada, tú habrás descubierto el misterio de la creación.
La eternidad existe y todas las cosas en la eternidad independientemente de tu acto creativo. Tú puedes continuar construyendo sólo sobre lo que tu ojo mortal ve, y perpetuar lo mismo una y otra vez, permaneciendo para siempre donde estás. Pero si tú sabes que todas las cosas existen, aunque no sean vistas en ese momento, y tienes acceso a ellas a través de tu imaginación, puedes reorganizar tu patrón de pensamiento y cambiar tu mundo permaneciendo leal a tu construcción no vista. Y cuando se exteriorice convirtiéndose en un hecho que puedes compartir con los demás, entonces habrás encontrado el secreto de la creación, que fue un acto de fe.
El capítulo 11 del Libro de Hebreos cuenta fantásticas historias de lo que los antiguos realizaron – ¡y ellos lo hicieron todo! Comenzando con Enoch, todos los personajes son nombrados, así como sus logros. Luego se dice: “Ellos recibieron las promesas, pero no la promesa.”
Habiéndoseles prometido que si ellos podían creer, llegaría a pasar, creyeron y recibieron las promesas. Pero nadie supo el cumplimiento de la promesa hasta que irrumpió en uno. Entonces él supo que por el acto mismo de fe, podía dejar esta esfera y entrar en la celestial.
La promesa de Dios se ha cumplido en mí. Yo lo he recogido para la posteridad tan vívidamente y tan exactamente como he podido en mi libro Resurreccción. Puedes leer mis experiencias y creerlas o no creerlas. Depende de ti. Quizás en el momento actual no quieras dejar esta esfera y entrar en el reino de los cielos.
Ahora bien, “Por la fe entendemos que el mundo fue creado por la palabra de Dios”, la cual es Su poder y sabiduría, llamado Cristo. Cualquier otro Cristo que el que es crucificado, enterrado y resucita en ti es falso. Y cualquiera que enseñe un Cristo fuera es un falso maestro.
Pablo nos dice: “El misterio escondido desde las edades, Cristo en ti, es la esperanza de gloria.” Cualquier esperanza que tengas de entrar en una gloria que trascienda todo poder y sabiduría terrenales está ya en ti, pero escondida. Cristo es el camino, el patrón a seguir para entrar en esa gloria.
Si todo existe, sea visible o invisible, entonces mi padre y mi madre que han partido de este mundo existen, y se revelarían en cualquier cosa que yo lleve a cabo aquí. Aunque mi madre dejó este mundo en 1941 y mi padre en el 59, yo puedo traerlos al ojo de mi mente y oírlos hablar de su orgullo por su hijo. Creyendo que todo lo que yo puedo concebir es parte de la estructura del universo, puedo asumir que ellos están completamente conscientes de mis logros, de modo que escucho su alegría.
Ahora, ¿puedo permanecer fiel a esa escena? Mi fe no va a darle realidad, pero mi lealtad a la realidad no vista lo hará. Escucho y recuerdo lo que oí, y por la mañana continúo recordándolo. Entonces, a su debido tiempo, cuando eso a lo que he sido fiel se exteriorice, yo habré encontrado el gran secreto de la creación.
Dios nos dice que Él no crea algo de la nada, ¡pues todas las cosas son! Que Él llama a una cosa que no es vista ahora como si fuera vista, y lo no visto se convierte en visto. (Romanos 4:17) En lugar de llamar a algo de la nada, tú simplemente reorganizas eso que ya es, hasta que implique lo que tú quieres. Luego, permanece leal a esa realidad no vista.
La fe contiene un poder que puede ligarte a un mundo donde tú eres eterno. Pablo nos dice que pongamos nuestra fe, no en las obras de los hombres, sino en el poder de Dios. ¡Y ningún poder terrenal – sea atómico, megatones de multimegatones – puede compararse a ese poder!
¿Puedes concebir ser un poder tan grande que si lo deseas puedas detener el mundo? ¿Que puedas hacer que se quede quieto y verlo como muerto? Entonces libéralo y deja que el mundo continúe cumpliendo sus llamadas intenciones.
¿Podrías tratar con tal poder cambiando tus intenciones, haciendo así que el mundo sea reanimado y haga lo opuesto? Ese es el poder que será tuyo cuando sepas que tú eres uno con el cuerpo de amor, llamado el Salvador Eterno.
Contempla este pensamiento. En este nivel tú puedes lograr cualquier objetivo, y probarte a ti mismo que los estados invisibles, cuando son adecuadamente reorganizados, exteriorizarán lo que ellos implican, pues la potencia de cada acto imaginario está en su implicación.
Escucha atentamente tus pensamientos invisibles. ¿Qué oyes? ¿Qué están tus palabras implicando? Esa es su potencia. ¿Qué es lo que quieres? Nómbralo y reorganiza la estructura de tu mente para implicar que ya no lo deseas, ¡porque ya lo tienes!
Quizás otro te ha ofendido o te ha causado dolor. No importa lo que haya sido; cuando tú conoces esta ley, puedes perdonar a cualquiera reorganizando la estructura de tu mente y liberarle ¡imaginando que nunca sucedió!
Como ves, hay dos cosas que desagradan a Dios. Una es la falta de fe en “Yo soy Él”, y la otra es comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, usándote a tí mismo como el criterio en cuanto a lo que es bueno y lo que es malo. A menos que tú creas que eres el aparente otro que causó dolor, continuarás reproduciendo la misma infelicidad y errarás tu blanco en la vida muriendo en tus pecados. Así, ¡sin fe es imposible agradarte a ti mismo!
Por el momento, ¡piensa en todo como existiendo ahora mismo! Aunque no visto por tu mente mortal, tu deseo existe y puede ser visto en tu imaginación. Aunque tu padre y tu madre no puedan ser vistos por el mundo, ellos existen, y el amor que ellos te tienen nunca ha pasado. Debido a que todas las cosas son, tú puedes utilizarlos a ellos o a aquellos que están ahora en tu mundo.
Si, por ejemplo, tus amigos se enteran de tu buena suerte, ¿empatizarían contigo o estarían envidiosos? No elijas a uno que simpatizaría contigo, pues tú no quieres simpatía. Tú quieres o empatía o envidia. Si conoces a alguien que, cuando se entere de tu buena suerte se volvería loco de envidia, utilízalo. O si conoces a uno que se regocijaría por tu buena suerte, toma esa imagen.
Es tu elección, pero tú debes permanecer leal a la realidad no vista que has construido. Tu fe no le dará realidad, pues la fe es tu lealtad a la realidad no vista. “Abraham creyó, y le fue tenido en cuenta por justicia”, y todas las cosas vienen de Abraham.
Alguien una vez definió la fe así:
Creer lo que es increíble,
O no hay virtud en absoluto.
Esperanza es esperar cuando las cosas son desesperadas,
O no hay virtud en absoluto.
Y amar es perdonar lo que es imperdonable,
O no hay virtud en absoluto.
Estas son las tres virtudes de las que el mundo civilizado depende: Fe, Esperanza y Amor.
Tú
puedes no ser capaz de ver el cumplimiento de tus deseos con tu ojo
mortal. Tus sentidos y tu razón pueden negar su existencia, pero
éste es el modo en que Dios creó el mundo. Tú estás invitado a
imitarle como un hijo querido, permaneciendo fiel a la realidad no
vista en tu mente hasta que se haga vista en tu mundo. Y cuando lo
haga tú habrás demostrado la ley de Dios.
Entonces ese gran momento llegará cuando lo que te fue prometido en el principio erupcione, y el poder creativo que una vez tú supiste que eras, sea restaurado; sólo que magnificado a causa de tu viaje a este mundo de muerte.
Todas las promesas de Dios han encontrado su Sí en mí. Yo permanezco contigo ahora sólo para animarte a moverte a una conciencia enteramente diferente. No hay nada aquí, sin embargo, que te ayude respecto a ese mundo. Cómo puedes tú entender el poder de Dios, cuando tú sólo conoces el poder para quemar madera y hervir agua. Eres consciente de que una bomba puede matar a millones; sin embargo tú también sabes que el que creó y tiró la bomba murió, igual que los millones que mató; así que no tienes nada para comparar al poder de ese mundo, ya que trasciende cualquier cosa conocida para el hombre.
Yo he descrito el patrón para entrar en ese mundo. Consiste en una serie de cuatro acontecimientos místicos que, cuando se experimentan, liberan al individuo de este nivel y abren la puerta al mundo de la promesa. Yo he compartido mis experiencias; sin embargo los hombres – creyendo que yo soy Neville que morirá como todo el mundo aquí – no creen que ellos son el Mesías que ha de venir, de modo que ellos hacen oídos sordos hacia mí.
Pero yo continuaré compartiendo mis experiencias y las dejaré en mis libros, como hizo Pablo en forma de cartas, y aquellos que experimentaron las visiones recogidas en los evangelios. Aquellos que escribieron los evangelios sabían lo que ellos habían experimentado; pero el hombre ha malinterpretado el mensaje, creyendo que Jesucristo es externo a él mismo y no dándose cuenta de que él es el poder creativo y la sabiduría de Dios.
Mis visiones son paralelas a las recogidas en el Libro de Lucas. Lucas no afirma que sus experiencias fueran cronológicamente exactas, sino que él se siente más cualificado para escribir material de la fuente. Yo lo he contado cronológicamente, tal como me sucedió.
Ahora, yo te digo esto: Como difieren las personas, así lo harán las experiencias. Dos personas aquí han tenido ese nacimiento. En un caso no hubo testigos; por tanto su testigo es las Escrituras. En el otro caso, la señora tuvo tres testigos: dos hermanos y un amigo en que ella piensa como un hermano. Así, debido a que nosotros diferimos en el reino, las visiones diferirán, pero el patrón seguirá siendo el mismo.
Incluso si tú no has tenido las experiencias, tú puedes construir una escena que implicaría que las Escrituras se han cumplido en ti. ¿No sería maravilloso si tú pudieras decir a tu amigo más próximo, o a tu más encarnizado adversario: “No hay duda en mi mente de que he nacido desde arriba, pues yo he tenido a ese niño envuelto en pañales en mis manos.?” ¿Cómo te sentirías si eso fuera verdad? ¿Qué escena construirías? Recuerda, todas las cosas existen.
Las Escrituras existen, así que úsalas para construir tu escena. Se dice que tres hombres estuvieron presentes en el nacimiento. La tradición eclesiástica afirma que los tres reyes eran hermanos; pero los amigos pueden ser utilizados como testigos, pues la escena que estás creando es con la finalidad de implicación, pues de ahí contiene el poder. Pero uno debe levantar al niño y colocarlo en tus brazos.
Imagina, y luego observa el misterio de la creación desarrollado en términos de fe, permaneciendo leal a la realidad no vista de eso que ya existe. “Os ha nacido este día un Salvador...” ¡Y el único salvador es el Señor Dios! El niño envuelto en pañales es sólo una señal, dada para decirte que lo que yo te he contado es cierto. Imagina algo que implicaría que el nacimiento de Dios ya ha sucedido. Permanece fiel a esa escena, y cuando suceda no habrá incertidumbre por tu parte.
¡La historia de la salvación ha acabado! Nosotros no estamos aquí para sembrar, pues los campos ya están blancos con la cosecha. Debido a que todas las cosas son, y la cosecha es, tú no estás aquí para labrar la tierra y plantar la semilla, sino para recoger lo que tú no sembraste. Si tú sabes que la fe es simplemente lealtad a la realidad no vista, puedes construir una escena, permanecer leal a ella y cosecharla, pues todo está ya completado.
Dios concibió la historia de la salvación, la planeó y la cumplió convirtiéndose en la humanidad. Creyendo que Él ya cumplió su propósito, la humanidad es elevada para entrar en el reino una vez más, y la segunda venida de Dios ha sido cumplida.
Pero hasta que el hombre individual crea en su propia maravillosa imaginación humana, Dios permanece prisionero dentro de él. ¡Si tú no cosechas la promesa de Dios, es sólo porque no crees!
Ahora quiero compartir el sueño de una amiga, ya que contiene un mensaje para todos nosotros. Ten en cuenta que el soñador es proteico. Como el dios legendario, Proteo, que servía a Neptuno y asumía cualquier figura o forma a su servicio, Dios es el soñador en ti y asume las formas de todos los personajes en tu sueño.
En el sueño de esta señora, ella encuentra a su madre, sin embargo sabe que ella es ella misma. Su esposo, sin embargo su padre, había desaparecido, y su madre decía: “Escucha, yo puedo oír su voz.” Entonces la escena cambió, y ella y su madre están conversando con cuatro hombres pequeños, cada uno de un pie de alto. Cuando ella miró a los ojos a uno de ellos, se dio cuenta de que era su padre. Llamando la atención de su madre sobre este hecho, su madre se acercó, le tocó y dijo algo en código. Entonces de pronto ella supo que su padre no era libre para identificarse y despertó sollozando.
Este sueño habla de volúmenes. Recuerda, todos los sueños son egocéntricos, con Dios como el soñador. Todo el mundo está buscando al Padre, la causa de los fenómenos de la vida, no dándose cuenta de que Él está prisionero en todos. ¡La creencia, sin embargo, le liberará!, si imaginas a David ante ti y sientes la relación Padre/Hijo. Permanece leal a esa escena; ¡liberarás a tu Padre celestial!
Debido a la anterior educación religiosa de uno, cuando se oye que la verdad le hará libre, se debate entre las dos. Pensar que uno puede venir a oír mi mensaje, sin embargo creer aún en lo que enseñan las iglesias, es como lo que alguien una vez me dijo: “Yo he abandonado toda creencia en la numerología y astrología, pero la luna está pasando por Venus esta noche y debido a que está en mi segunda casa yo se qué esperar mañana.” Ellos han abandonado completamente su creencia PERO... Ese gran “PERO” sucede en todos.
La visión de esta señora era muy clara. Su padre, conversando en un grupo de cuatro y no siendo libre para adelantarse e identificarse, es el hombre de cuatro caras del que habla Ezequiel. En su visión, cada criatura viva tiene cuatro caras. Junto a cada criatura había una rueda, con ruedas dentro, todas moviéndose en la misma dirección.
Esto ha sido una perfecta revelación para ella, si ella la aceptara, diciéndole que ella está conmigo o contra mí. Ojalá que tú seas caliente o frío – creyendo en mis palabras o yéndote, no teniendo que ver nada conmigo otra vez – en lugar de ser tibio y permanecer en la cerca, calentado por mis palabras pero no queriendo ponerlas en uso en forma de creencia.
Yo he tenido gente que dice: “Yo vendré a oírte. Eres interesante, pero yo sé que a fin de salir adelante en la vida yo debo conocer a la gente adecuada y estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Esa es la realidad a la que elijo anclarme.” Esto es lo que su maravillosa visión me reveló.
Otra señora escribió, compartiendo un sueño muy largo lleno de simbología de las Escrituras. El agua cristalina subiendo. Troncos cortados a la altura de hombres que estaban transportándolos verticalmente. Un perro con cara humana. Un trozo de cuerda volviéndose animada y actuando como una serpiente, enredando al perrito. Cada símbolo era perfecto, y adecuadamente ordenado revela el misterio de la salvación. La madera es la columna vertebral sobre la que Dios es crucificado como Hombre. Caleb, el símbolo de la fe, lleva una cara humana, muere sólo por un momento, pues la fe está destinada a ser liberada.
Otra señora escribió diciendo: “Yo desperté riendo, oyendo estas palabras: 'Es tan fácil saber que tú eres Dios. Todo lo que necesitas hacer es expandirte.'” Esto es verdad. William Blake comenzó su gran poema “Jerusalem”, en la sexta línea, diciendo: “¡Despierta! Despierta Oh durmiente de la tierra de las sombras, ¡despierta! ¡Expándete! Yo estoy en ti y tú en mí, mutuos en el amor divino.” El secreto del amor es la expansión. Contrae tus sentidos y verás multitudes. Expándelos y verás a un único Hombre, ¡un único Amor!
Medita en este gran misterio de la creación en términos de fe. Todos los ministros, rabinos y predicadores enseñan la fe, – ¿pero la fe en qué? ¿En pequeños iconos? ¿Una vela encendida? Nuestra asistenta viene todos los lunes y siempre le damos nuestras velas usadas. Esta tarde le dimos dos, que ella llevará a su iglesia para encenderlas. ¡Ella tiene fe en un vela encendida desechada!
Todas estas cosas están en el exterior. La fe en cualquier poder aparte de Él que está dentro de ti es falsa, y cualquiera que enseñe un poder en el exterior es un falso maestro. Cristo en tí es tu esperanza de gloria, y no hay otro poder.
El mundo fue construido en el ojo de la mente, de las cosas no vistas por el ojo mortal, y hecho vivo por la fe. La eternidad existe y todas las cosas en la eternidad, independientemente del acto creativo, que es la asunción de la realidad no vista y la lealtad a su encaje.
A pesar de la negación por tus sentidos y tu razón, si eres fiel a tu asunción no vista, se exteriorizará. Así es como todos los mundos llegan a ser, pero los hombres no entienden esto. Estructurando su mundo basados en la evidencia de sus sentidos, siguen perpetuando lo que no desean.
Sabiendo lo que quieres, cierra los ojos y entra en su cumplimiento, sabiendo que Dios está viendo lo que tú estás viendo. Que Él está oyendo lo que tú estás diciendo, y lo que Dios ve y oye y a lo que permanece leal, Él lo exterioriza.
Ahora entremos en el silencio.
Entonces ese gran momento llegará cuando lo que te fue prometido en el principio erupcione, y el poder creativo que una vez tú supiste que eras, sea restaurado; sólo que magnificado a causa de tu viaje a este mundo de muerte.
Todas las promesas de Dios han encontrado su Sí en mí. Yo permanezco contigo ahora sólo para animarte a moverte a una conciencia enteramente diferente. No hay nada aquí, sin embargo, que te ayude respecto a ese mundo. Cómo puedes tú entender el poder de Dios, cuando tú sólo conoces el poder para quemar madera y hervir agua. Eres consciente de que una bomba puede matar a millones; sin embargo tú también sabes que el que creó y tiró la bomba murió, igual que los millones que mató; así que no tienes nada para comparar al poder de ese mundo, ya que trasciende cualquier cosa conocida para el hombre.
Yo he descrito el patrón para entrar en ese mundo. Consiste en una serie de cuatro acontecimientos místicos que, cuando se experimentan, liberan al individuo de este nivel y abren la puerta al mundo de la promesa. Yo he compartido mis experiencias; sin embargo los hombres – creyendo que yo soy Neville que morirá como todo el mundo aquí – no creen que ellos son el Mesías que ha de venir, de modo que ellos hacen oídos sordos hacia mí.
Pero yo continuaré compartiendo mis experiencias y las dejaré en mis libros, como hizo Pablo en forma de cartas, y aquellos que experimentaron las visiones recogidas en los evangelios. Aquellos que escribieron los evangelios sabían lo que ellos habían experimentado; pero el hombre ha malinterpretado el mensaje, creyendo que Jesucristo es externo a él mismo y no dándose cuenta de que él es el poder creativo y la sabiduría de Dios.
Mis visiones son paralelas a las recogidas en el Libro de Lucas. Lucas no afirma que sus experiencias fueran cronológicamente exactas, sino que él se siente más cualificado para escribir material de la fuente. Yo lo he contado cronológicamente, tal como me sucedió.
Ahora, yo te digo esto: Como difieren las personas, así lo harán las experiencias. Dos personas aquí han tenido ese nacimiento. En un caso no hubo testigos; por tanto su testigo es las Escrituras. En el otro caso, la señora tuvo tres testigos: dos hermanos y un amigo en que ella piensa como un hermano. Así, debido a que nosotros diferimos en el reino, las visiones diferirán, pero el patrón seguirá siendo el mismo.
Incluso si tú no has tenido las experiencias, tú puedes construir una escena que implicaría que las Escrituras se han cumplido en ti. ¿No sería maravilloso si tú pudieras decir a tu amigo más próximo, o a tu más encarnizado adversario: “No hay duda en mi mente de que he nacido desde arriba, pues yo he tenido a ese niño envuelto en pañales en mis manos.?” ¿Cómo te sentirías si eso fuera verdad? ¿Qué escena construirías? Recuerda, todas las cosas existen.
Las Escrituras existen, así que úsalas para construir tu escena. Se dice que tres hombres estuvieron presentes en el nacimiento. La tradición eclesiástica afirma que los tres reyes eran hermanos; pero los amigos pueden ser utilizados como testigos, pues la escena que estás creando es con la finalidad de implicación, pues de ahí contiene el poder. Pero uno debe levantar al niño y colocarlo en tus brazos.
Imagina, y luego observa el misterio de la creación desarrollado en términos de fe, permaneciendo leal a la realidad no vista de eso que ya existe. “Os ha nacido este día un Salvador...” ¡Y el único salvador es el Señor Dios! El niño envuelto en pañales es sólo una señal, dada para decirte que lo que yo te he contado es cierto. Imagina algo que implicaría que el nacimiento de Dios ya ha sucedido. Permanece fiel a esa escena, y cuando suceda no habrá incertidumbre por tu parte.
¡La historia de la salvación ha acabado! Nosotros no estamos aquí para sembrar, pues los campos ya están blancos con la cosecha. Debido a que todas las cosas son, y la cosecha es, tú no estás aquí para labrar la tierra y plantar la semilla, sino para recoger lo que tú no sembraste. Si tú sabes que la fe es simplemente lealtad a la realidad no vista, puedes construir una escena, permanecer leal a ella y cosecharla, pues todo está ya completado.
Dios concibió la historia de la salvación, la planeó y la cumplió convirtiéndose en la humanidad. Creyendo que Él ya cumplió su propósito, la humanidad es elevada para entrar en el reino una vez más, y la segunda venida de Dios ha sido cumplida.
Pero hasta que el hombre individual crea en su propia maravillosa imaginación humana, Dios permanece prisionero dentro de él. ¡Si tú no cosechas la promesa de Dios, es sólo porque no crees!
Ahora quiero compartir el sueño de una amiga, ya que contiene un mensaje para todos nosotros. Ten en cuenta que el soñador es proteico. Como el dios legendario, Proteo, que servía a Neptuno y asumía cualquier figura o forma a su servicio, Dios es el soñador en ti y asume las formas de todos los personajes en tu sueño.
En el sueño de esta señora, ella encuentra a su madre, sin embargo sabe que ella es ella misma. Su esposo, sin embargo su padre, había desaparecido, y su madre decía: “Escucha, yo puedo oír su voz.” Entonces la escena cambió, y ella y su madre están conversando con cuatro hombres pequeños, cada uno de un pie de alto. Cuando ella miró a los ojos a uno de ellos, se dio cuenta de que era su padre. Llamando la atención de su madre sobre este hecho, su madre se acercó, le tocó y dijo algo en código. Entonces de pronto ella supo que su padre no era libre para identificarse y despertó sollozando.
Este sueño habla de volúmenes. Recuerda, todos los sueños son egocéntricos, con Dios como el soñador. Todo el mundo está buscando al Padre, la causa de los fenómenos de la vida, no dándose cuenta de que Él está prisionero en todos. ¡La creencia, sin embargo, le liberará!, si imaginas a David ante ti y sientes la relación Padre/Hijo. Permanece leal a esa escena; ¡liberarás a tu Padre celestial!
Debido a la anterior educación religiosa de uno, cuando se oye que la verdad le hará libre, se debate entre las dos. Pensar que uno puede venir a oír mi mensaje, sin embargo creer aún en lo que enseñan las iglesias, es como lo que alguien una vez me dijo: “Yo he abandonado toda creencia en la numerología y astrología, pero la luna está pasando por Venus esta noche y debido a que está en mi segunda casa yo se qué esperar mañana.” Ellos han abandonado completamente su creencia PERO... Ese gran “PERO” sucede en todos.
La visión de esta señora era muy clara. Su padre, conversando en un grupo de cuatro y no siendo libre para adelantarse e identificarse, es el hombre de cuatro caras del que habla Ezequiel. En su visión, cada criatura viva tiene cuatro caras. Junto a cada criatura había una rueda, con ruedas dentro, todas moviéndose en la misma dirección.
Esto ha sido una perfecta revelación para ella, si ella la aceptara, diciéndole que ella está conmigo o contra mí. Ojalá que tú seas caliente o frío – creyendo en mis palabras o yéndote, no teniendo que ver nada conmigo otra vez – en lugar de ser tibio y permanecer en la cerca, calentado por mis palabras pero no queriendo ponerlas en uso en forma de creencia.
Yo he tenido gente que dice: “Yo vendré a oírte. Eres interesante, pero yo sé que a fin de salir adelante en la vida yo debo conocer a la gente adecuada y estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Esa es la realidad a la que elijo anclarme.” Esto es lo que su maravillosa visión me reveló.
Otra señora escribió, compartiendo un sueño muy largo lleno de simbología de las Escrituras. El agua cristalina subiendo. Troncos cortados a la altura de hombres que estaban transportándolos verticalmente. Un perro con cara humana. Un trozo de cuerda volviéndose animada y actuando como una serpiente, enredando al perrito. Cada símbolo era perfecto, y adecuadamente ordenado revela el misterio de la salvación. La madera es la columna vertebral sobre la que Dios es crucificado como Hombre. Caleb, el símbolo de la fe, lleva una cara humana, muere sólo por un momento, pues la fe está destinada a ser liberada.
Otra señora escribió diciendo: “Yo desperté riendo, oyendo estas palabras: 'Es tan fácil saber que tú eres Dios. Todo lo que necesitas hacer es expandirte.'” Esto es verdad. William Blake comenzó su gran poema “Jerusalem”, en la sexta línea, diciendo: “¡Despierta! Despierta Oh durmiente de la tierra de las sombras, ¡despierta! ¡Expándete! Yo estoy en ti y tú en mí, mutuos en el amor divino.” El secreto del amor es la expansión. Contrae tus sentidos y verás multitudes. Expándelos y verás a un único Hombre, ¡un único Amor!
Medita en este gran misterio de la creación en términos de fe. Todos los ministros, rabinos y predicadores enseñan la fe, – ¿pero la fe en qué? ¿En pequeños iconos? ¿Una vela encendida? Nuestra asistenta viene todos los lunes y siempre le damos nuestras velas usadas. Esta tarde le dimos dos, que ella llevará a su iglesia para encenderlas. ¡Ella tiene fe en un vela encendida desechada!
Todas estas cosas están en el exterior. La fe en cualquier poder aparte de Él que está dentro de ti es falsa, y cualquiera que enseñe un poder en el exterior es un falso maestro. Cristo en tí es tu esperanza de gloria, y no hay otro poder.
El mundo fue construido en el ojo de la mente, de las cosas no vistas por el ojo mortal, y hecho vivo por la fe. La eternidad existe y todas las cosas en la eternidad, independientemente del acto creativo, que es la asunción de la realidad no vista y la lealtad a su encaje.
A pesar de la negación por tus sentidos y tu razón, si eres fiel a tu asunción no vista, se exteriorizará. Así es como todos los mundos llegan a ser, pero los hombres no entienden esto. Estructurando su mundo basados en la evidencia de sus sentidos, siguen perpetuando lo que no desean.
Sabiendo lo que quieres, cierra los ojos y entra en su cumplimiento, sabiendo que Dios está viendo lo que tú estás viendo. Que Él está oyendo lo que tú estás diciendo, y lo que Dios ve y oye y a lo que permanece leal, Él lo exterioriza.
Ahora entremos en el silencio.
Traducido
por Javier Encina
La
conferencia original en inglés es CREATION - FAITH (Neville
Goddard 5-20-1968)
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