Neville
Goddard (14 de enero de 1964)
ATANDO Y SOLTANDO
El tema de hoy es: “Atando y Soltando”. Tal vez sea un título extraño, pero lo encontrarán uno muy práctico. Cuando abrimos la Biblia, estamos en el medio de un misterio. Pero les prometo a cada uno de ustedes, que todos en el mundo un día experimentarán a las escrituras por sí mismos; y recién entonces, y sólo entonces esa persona sabrá qué tan verdadero y maravilloso esto realmente es. Todo esto es verdad. No lo cambien. No traten de cambiarlo. Es completamente verdad cuando experimentas a las escrituras por tu propia cuenta.
Este segmento es extraído de los evangelios... es decir, no de todos los evangelios, sino del libro de Juan, donde se nos dice: “A quienes les perdones los pecados, éstos les son perdonados; a quienes retengáis los pecados, éstos les son retenidos.” (Juan 20:23) Esto es verdad, y un día experimentarás eso en profundidad. Pero esta noche, en este nivel, les mostraremos aquí qué tan completamente maravilloso es esto realmente, antes de que lo experimenten en las profundidades. Quiero decir que cada pecado es perdonado en las profundidades, cada uno de ellos. Pero, en este nivel, tú y yo podemos perdonarlo.
Ahora debemos buscar en las escrituras. Se nos dice que esto fue dicho a los discípulos. Y tú podrías pensar que tú no eres un discípulo. Déjenme que les digas que ustedes son discípulos si están dispuestos a aceptar la historia de Jesucristo como se nos dijo en el capítulo 9 del libro de Hechos; que Saulo fue en búsqueda de todos los discípulos de ‘El Camino’. Los primeros cristianos no eran llamados cristianos; eran llamados la gente de ‘El Camino’; aquellos que creían en un cierto Camino de salvación. Y él salió determinado a encontrar a todos los que pudiera encontrar de ‘El Camino’, ya sean hombres o mujeres, y traerlos amarrados a Jerusalén para ser condenados. Ahora aquí en las escrituras, si ustedes leen la historia en la superficie, no había ninguna mujer que sea discípulo. Pero en el capítulo 9 del libro de Hechos se refiere a cualquier persona, sin importar el sexo, que acepte este camino de vida, entonces es un discípulo. Así que les digo a ustedes, si tú crees en esta historia, la historia de la salvación, tú eres un discípulo, y a ti se te dice, si tú perdonas el pecado, es perdonado; Y si tú retienes el pecado, es retenido. ¡Qué responsabilidad!
Pero en el mismo libro, en esta maravillosa Biblia, se nos dice: Sin el derramamiento de sangre no hay perdón de pecado. Sin derramar sangre no hay perdón de pecado. Lo leerán en el capítulo 9 del libro de hebreos versículo 22. Ahora estas palabras son verdad. Entonces ¿qué significan? Hasta el día de hoy en el año 1964, existen aquellos que creen en un cierto día llamado “Día de la expiación”, en el que algún ser viviente debe ser destruido para la salvación de aquellos que se adhieren a la ley, y eso es lo que sostienen literalmente. Yo no lo estoy tomando en ese nivel; ese es el nivel más externo de todos, donde hacemos todo desde lo externo, en la esperanza de satisfacer a algún Dios. Yo lo tomaré en el siguiente nivel, en el nivel psicológico, donde tú y yo esta noche podemos probar más allá de cualquier duda, la verdad esta ley. Y es verdad, sin derramar ninguna sangre no existe perdón de pecado. Si lo tomas literalmente, sería el capítulo 24 del libro de Éxodo, donde alguna cosa viva era sacrificada, y luego la sangre era esparcida en el altar, y luego esparcida en aquellos que estaban presentes. Luego vino la expiación, y tú te preguntas ¿qué es la expiación? La palabra en inglés expiar (atone) originalmente significaba: “at-one” que en español significa “ser uno con”, en unidad. Yo debo realizar cierto acto para sintonizarme o “ser uno con” un estado. Pero, ¿Cómo podría hacerlo? Lo hago solamente por medio del derramamiento de sangre.
Ahora se nos dijo, que cuando el hombre realmente lo descubre, es la sangre de Jesucristo la que debe ser derramada. Bueno, ¿Cómo podría yo derramar la sangre de Cristo Jesús? Y aún se me dijo, sin el derramamiento de sangre no hay perdón de pecado, por lo tanto ¿Qué es el pecado? El pecado es errarle al blanco. Si yo tengo un objetivo en mi vida y no lo realizo, no lo logro, estoy pecando. No me importa lo que el mundo me diga, es el único pecado en las escrituras; si yo tengo un objetivo. Y se me dice: “Si yo no hubiera venido a ellos, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.” (Juan 15:22) Si alguien no hubiese venido a mi mundo, y me hubiese dicho que yo no estoy confinado (es decir condenado) al ambiente en el cual he nacido, yo no podría trascenderlo. Si yo no soy solamente aquel ser que aparentemente apareció en este mundo y eso es todo lo que soy, entonces yo puedo trascenderlo. Si se me dijo que yo puedo trascender mi ambiente, y luego deseo trascenderlo y no lo hago, Yo estoy pecando. Si alguien no hubiese venido a mi mundo ni me hubiese dicho que yo puedo trascender mi ambiente, Yo no conocería lo que es el pecado. Pero si alguien viene a mi mundo y me dice que yo puedo trascender el ser que yo soy (ahora), y en ese momento él me revoluciona, él me perturba, y me hace ambicioso en querer trascender aquello que yo soy, si no lo hago y no manifiesto el ser que yo quisiera ser, entonces él me hizo un pecador. Así que ¿Para quién vino él? Él dijo: “Yo no vine para los rectos, yo vine por los pecadores. Yo vine para hacerlos pecadores, y luego para redimirlos. Aquellos que son complacientes, aquellos que están satisfechos con lo que ya son, Yo no vine para ellos, que son los rectos. “Yo vine no para los rectos sino para los pecadores”. Así que el vino al mundo y le cuenta al hombre esta historia.
Pero ahora, ¿Cuál es la sangre de Cristo que yo tengo que derramar? Se los diré: Cristo es tu propia maravillosa imaginación humana. “Cristo en ti es la esperanza de la gloria.” (Colosenses 1:27) Es Cristo en ti el que debe ser despertado de esta muerte. Entonces, si ahora debo derramar su sangre, ¿Cómo puedo yo derramar la sangre de mi propia imaginación? Bueno, ahora estoy en cierto estado. Yo estoy consciente de que ahora soy cierto hombre, y yo deseo trascenderlo. Yo quiero ser otro hombre del que soy ahora. Yo debo morir a ese hombre, por lo tanto, la sangre es derramada. Yo me desconecto a mí mismo mentalmente del hombre que ahora estoy manteniendo vivo, y me convierto en uno (at-one) con aquel estado de conciencia, el nuevo hombre, que yo quiero hacer realidad en este mundo. Así que se nos dijo en Efesios, “Sean imitadores de Dios como sus queridos hijos” (versículo 51). Y se nos dice en el mismo libro de Efesios, “él crea en sí mismo un nuevo hombre en lugar de dos, haciendo así la paz” (versículo 2:15). Él crea en sí mismo un nuevo hombre el lugar de dos, y de esta manera él hace la paz. Entonces si yo ahora estoy perturbado porque no soy el hombre que quiero ser, entonces existe conflicto, existe una guerra. La única manera que yo puedo encontrar Paz, es creando en mí mismo un nuevo hombre. Debo convertirme en el hombre que yo quiero ser.
Un escritor muy capaz, de hecho, el escritor más grandioso de la lengua inglesa, lo puso en un personaje llamado Hamlet, y trató de enseñarlo a través de esta historia. Pensamos que porque él tan sólo escribía obras teatrales, bueno, que solamente eran simplemente escritas para entretenimiento, que sólo fueron escritas para entretener al mundo. ¡No lo crean ni por un minuto! Encontrarán en Shakespeare, uno de los más grandes educadores de toda la historia. Entonces, aquí él toma a Hamlet, y hace ahora que Hamlet le diga a su madre cómo trascenderse, cómo superarse a sí misma. Él le dice a ella: “Asume una virtud, Si tú no la tienes. Abstente esta noche, y te otorgará una especie de facilidad en la próxima abstinencia, y la siguiente será aún más fácil, porque el uso puede casi cambiar la estampa de la naturaleza” (acto 3, escena 4). Y tú lo intentas. Puedes tomarlo esta noche y abstenerte esta noche. ¿Abstener que cosa? El impulso de dormir en la conciencia de estar frustrado, de ser el hombre que tú no quieres ser. Tan sólo esta noche abstén el impulso de quedarte dormido en aquel estado. Pero no te quedes dormido en un vacío, quédate dormido ahora asumiendo una virtud que no tienes.
Porque ella no tenía la virtud de misericordia cuando ella en realidad ayudó en la destrucción y la muerte de su esposo, a través de una pasión que ella quería, yo diría, apaciguar. Así que ella definitivamente no fue misericordiosa, no era alguien que tenía piedad, no era alguien que tenía amor; y entonces, él le pidió a su madre que asuma una virtud si ella no la tenía. ¿Qué virtud? Bueno, él no se la mencionó. Él le permitió a ella que seleccione la virtud que ella quisiera asumir, que hasta ese momento ella no poseía, y le dijo que si esta noche ella se abstenía del impulso de quedarse dormida en el concepto de la noche anterior, y que si esta noche se quedará dormida en la Virtud asumida, sólo una sola vez, en la siguiente noche lo encontraría mucho más fácil, y en la siguiente noche aún más fácil. Porque yo les digo aún si no sucede al siguiente día, al día siguiente tú puedes siempre cambiar la estampa de la naturaleza. Entonces, si tú viniste a este mundo con la estampa de un veneno que es tuyo, un horror que es tuyo, la cruel imagen que es tuya, aun así puedes cambiar esa estampa de la naturaleza, si lo intentas esta noche. Así que él trató de persuadirla a ella para que lo asuma.
Así que les voy a decir esta noche, si tú quieres ser exitoso, si tú quieres ser... No importa lo que es, pero tan sólo menciónalo. Espero que sea algo amoroso, algo maravilloso. Si el mundo entero te dice que tú no puedes lograrlo, Yo he sido enviado para decirles que ustedes pueden trascender su ambiente. Tú puedes trascender cualquier cosa en este mundo que pareciera ser que lo tienes desde nacimiento, o pareciera ser que lo tienes hoy. Tú puedes trascenderlo al asumir el sentimiento del deseo cumplido. Yo les digo que la imaginación no hará nada para ustedes, nada de lo que deseamos, hasta que no hayamos asumido el deseo cumplido. No hará nada hasta que no hayamos asumido el deseo cumplido, y la imaginación es Cristo. Entonces, si yo ahora abandono mi concepto presente de mí mismo, y me atrevo a asumir qué Yo soy el hombre que quiero ser, ¿Acaso no he muerto a mi antiguo estado? Y eso fue el derramamiento de sangre, eso es el derramamiento de sangre en el estado psicológico. Yo no voy afuera y compró una paloma o un buey, y mató algún pequeño animal en este mundo con la esperanza de satisfacer a Dios. Yo derramo la sangre de Cristo, y la sangre de Cristo es mi propia maravillosa imaginación humana, porque Dios se convirtió en el hombre para que el hombre se convierta en Dios. ¡Él realmente se convirtió en nosotros!
Entonces si se me dice, cuando comencé el sueño, que cualquier cosa – no importa lo que sea en este mundo – si tú lo perdonas será perdonado, y si tú lo retienes, será retenido. Pero no se me dice que yo debo pedir tu consentimiento. Yo no pido tu permiso para hacerlo, y no necesito decirte lo que estoy haciendo. Quizás tú no tienes la menor idea de lo que yo estoy haciendo. Por lo tanto, Si tú no tienes la menor idea de que lo estoy haciendo, y yo lo estoy haciendo sin tu conocimiento ni tampoco tu permiso, entonces ¿Acaso no es cierto que: “todo lo que tú contemplas, aunque aparente estar afuera, está dentro, en mi imaginación, de la cual este mundo de mortandad es tan sólo una sombra”? Si yo no necesito tu permiso para perdonarte, y no necesito decirte que estoy realmente perdonándote, y yo genero un acto interno que da, como resultado, un cambio externo en tu mundo, ¿Acaso no estás dentro de mí? Si soy yo el que lo hace. Bueno ¿Ha sido hecho? Déjenme que les diga, les puedo contar de innumerables historias que soportan esta declaración. ¡Es verdad!
Una dama me llamó ayer por la mañana para agradecerme por algo que ella me había pedido en la mañana del 29 de diciembre cuando hablé con el doctor Palmer. Ella me pidió cierta cosa, y lo que quería era que yo por favor la liberara de cierto problema. Y entonces, en mi imaginación, yo simplemente asumí que ella me había llamado y me había dicho de la buena fortuna y de las buenas noticias por las que ella me había llamado ayer por la mañana. Pero luego ella compartió conmigo estás maravillosas buenas noticias. Ella me dijo: “Tú sabes que ya no puedo ir a verte por la noche, ya no puedo ir más, no me gusta ir allá por la noche, pero yo sí pongo en práctica lo que escuché de ti durante todos estos años. Una amiga mía me llamó – ella va a Santa Bárbara en el verano, y va a New México en el invierno. En New México ella vive en un tráiler. Me llamó y me dijo que le dijeron que el parque de tráileres ahora tenía nuevo dueño, es decir, el lugar donde estacionan los tráileres, y entonces ella quería vender el suyo. Así que yo le dije, muy bien, está hecho. Tú tienes el cheque en tus manos, y todo ya está hecho. Luego ella me llamó de nuevo y me dijo que ella acababa de escuchar de la gente que vive allí, que hay 17 tráileres a la venta, y dado a que el parque cambió de dueños, todos se quieren deshacer de ellos, y entonces parece que nadie puede vender un tráiler hoy. Yo le dije: ‘Yo no estoy preguntándote porque lo vas a vender, tú quieres venderlo y lo has vendido por la suma de dinero que tú quieres.’ Ella se fue a New México y dentro de la hora en que ella llegó allí, aun habiendo otros 17 tráileres a la venta, ella vendió su tráiler al precio que ella había pedido, ni un centavo menos, ni un centavo de más. Alguien, en el ínterin de una hora en que ella llegó allí, compró su tráiler en aquel campamento de tráileres.”
Y si eso funciona una vez, y tú lo puedes repetir, y luego lo repites de nuevo, y lo vuelves a repetir, entonces hemos encontrado la ley del perdón de pecado. Porque pecar es solamente errarle al blanco. Y si ningún pecado puede ser perdonado sin el derramamiento de sangre, yo he encontrado el significado de lo que es derramar la sangre. El derramamiento de sangre es la sangre de Cristo. Bueno Cristo es mi imaginación. Y yo he abandonado aquello a lo que le he dado vida. Y si yo abandono algo a lo que le di vida, yo he derramado su sangre. Yo me he extraído a mí mismo hacia afuera de un estado, y me puse adentro de otro estado. Así que yo me pongo en un estado llamado: “el cheque está en tus manos”, por lo tanto, yo lo quité de un estado dónde tú estás tratando de vender, y lo puse dentro de un estado donde tú lo has vendido. Yo lo saco de un estado donde tú no eres el hombre que tú quieres ser, y lo pongo en otro estado donde tú eres el hombre que tú quieres ser. Entonces al hacer esta transformación, Yo muero a un estado, y al morir a ese estado, yo entonces cumplo lo que dice el libro de Efesios, “ÉL crea en sí mismo un nuevo hombre en lugar de dos, haciendo así la paz”. Entonces él así hace la paz.
En las profundidades de tu ser tú verás que esto ha sido hecho. Eso es otra profundidad. Pero en este nivel está siendo hecho aquí. Un día tú sabrás como él hace eso en las profundidades, y eso será cuando él venga a ti. Y no serán tú y otro, no será tú y Dios, Dios realmente se convierte en ti. Y luego sabrás lo que significa ser uno con Dios, y lo que significa que el mundo completo es Dios. Él tiene un maravilloso símbolo por el medio del cual lo revela, y ese es su hijo, entonces: “Nadie sabe quién es el Padre excepto el Hijo, y nadie sabe quién es el Hijo excepto el Padre”. (Mateo 11:27) Entonces cuando el Hijo aparece y te revela a ti mismo como el Padre, y tú sabes que él va a revelar a todos como el Padre, entonces sabrás que todos somos uno, que no hay realmente dos. Porque si yo soy el Padre de tu hijo, y tú conoces a ese hijo y yo conozco a ese hijo, y los dos somos padres del mismo hijo, entonces somos uno. Aunque aparentamos estar fragmentados en innumerables partes, Si todos somos el Padre del único Hijo, entonces somos un Dios, un Padre. Por lo tanto un día vendrá ese día cuando tú sabrás eso.
Pero antes de que te venga a ti individualmente, tú puedes tomar esta maravillosa revelación y probarla en este nivel. Entonces eres enviado al mundo para perdonar pecado. Si lo retienes, será retenido, si lo perdonas, será perdonado. Y cualquier cosa que tú perdones es perdonada. Así que inténtalo. Comienza esta misma noche, e intenta perdonar pecado, al comenzar contigo primero. Obsérvate a ti mismo esta misma noche, y pregúntate si realmente eres el hombre o la mujer que realmente quiere ser. Si estás satisfecho, está perfectamente bien, pero yo dudo que alguno esté realmente satisfecho. Porque cuando él viene al mundo, él viene y trae perturbación. “Si yo no hubiese venido y les hubiese hablado a ellos, ellos no conocerían que tienen pecado, pero ahora ellos no tienen excusas por sus pecados”. (Juan 15:22) Entonces cuando Cristo viene al mundo del hombre, él los perturba. Previamente a su venida, ellos estaban bastante satisfechos para adaptarse al ambiente en el cual nacieron, y hacían el acto externo de sacrificio, para que así una vez al año ellos puedan hacer algún pequeño acto de sacrificio. Pero luego uno que lo escuchó claramente dijo, “Yo veo al pasar, que ustedes observan los meses, las estaciones y los años. Temo por ustedes, que quizás he trabajado en vano por ustedes”. (Gálatas 4:10)
Así que cuando uno piensa que sólo un día al año viene la expiación, entonces dice “Yo he trabajado sobre ustedes en vano”. La expiación viene en cada momento en el tiempo. Cada momento es “at-one”, es decir “ser uno con”. Uno puede sintonizarse, o ser uno con, y así crear en sí mismo un hombre en lugar de dos. Entonces los dos hombres son siempre: el hombre que soy, y el hombre que yo quiero ser. Si el hombre que yo quiero ser está en conflicto con el hombre que yo soy, y debe estarlo, si yo quiero serlo, estoy confesando que yo todavía no lo soy. En el minuto en que yo quiero ser algo, estoy confesando que yo no soy eso, por lo tanto, existe una guerra, existe un conflicto. Entonces yo ahora debo crear en mí mismo un nuevo hombre en lugar de dos. Así que cuando me vaya a la cama esta noche, yo debo atreverme a asumir que yo soy el hombre que en este momento mi razón niega que soy, que mis sentidos también niegan. Y ¿Cómo puedo saber que yo estoy dentro de él? Tan sólo ¿Cómo podría saber que yo estoy realmente dentro de este estado, y que ya he traído a la existencia a este nuevo hombre en mí mismo? Al observar al mundo... si yo no veo el mundo como sería, si yo ya fuese el hombre que quiero ser, entonces yo no estoy en ese estado. Yo todavía no he creado en mí mismo el nuevo hombre. Pero si esta noche Yo asumo la virtud que no tengo, esa virtud podría ser cualquier tipo de virtud. Entonces yo asumo que yo soy... y lo mencionó... Y luego observo a mi mundo, mi marco de referencia, para reflejar la confirmación del hombre que yo quiero ser. Yo entonces lo veré en las caras de mis amigos, en las expresiones de ellos, implicando que ellos ven en mí al hombre que yo quiero que el mundo vea. Así que yo los escucharé hablar sobre mí. Yo los veré y tan sólo veré aquellas caras reflejando lo que yo soy. Entonces ahora sí estaré en el estado.
Entonces, yo intento explicar esto de una manera extraña, diciendo que hay que pensar desde lo que quieres, en vez de pensar sobre lo que quieres. Si yo pienso sobre lo que quiero, estoy en conflicto, porque entonces yo no estoy allí. Si yo pienso sobre eso, y realmente lo quiero, entonces el ser pensando desde, y el ser pensando sobre lo que quiere, estos dos están en conflicto. Yo debo resolverlo. Así que cuando pienso sobre, y es algo que realmente quiero manifestar, yo debo resolverlo y crear en mí mismo el nuevo y único hombre, para que así se convierta en el estado desde el cual yo pienso. Y luego pienso desde ese estado, en vez de pensar sobre él. Si lo haces de esta manera, funcionará. Pero cómo funciona, nadie lo sabe. Nadie podría dilucidar los medios empleados por ese estado desde el cual tú piensas para traerlo a la existencia. Yo no podría, reflexionando, haber dilucidado los medios empleados para atraer a la existencia el estado que yo he manifestado en mi mundo; jamás podría. Yo no sería nunca lo suficientemente sabio, siendo una persona normal, para realmente descubrir los medios. Pero el hombre al no saber esto, sale e intenta encontrar los medios, en vez de aplicar la ley de Dios. La ley de Dios es ésta: tú no puedes hacerlo, a menos que lo hagas por medio del derramamiento de sangre. Así que entregas, abandonas lo que tú eres ahora, para convertirte en lo que tú quieres ser, y eso es morir. Por lo tanto tú mueres a un estado y comienzas a vivir en otro estado. Entonces, sin el derramamiento de sangre no hay exoneración de pecado. Y aun así estoy siendo invitado a exonerar el pecado, a perdonarlo.
Entonces ahora puedo tomar las palabras expiación, perdón, exoneración; todas estas cosas, y realmente llamarlas sinónimos, son todas lo mismo. Si yo perdono... ¿Qué desafío hay para un hombre, en el perdón? Desafía la habilidad de un hombre de entrar en, y ser parte de la naturaleza del estado opuesto de conciencia. Yo te perdono a ti, yo me perdono a mí mismo. Entonces yo me tomo a mí mismo, y yo me perdono a mí mismo por ser hoy... y lo menciono. Y luego ¿Cuál sería la solución para mi problema presente? Muy bien, entonces ¿Puedo asumir que ahora ya lo soy? Esto desafía mi habilidad de entrar en aquel estado a punto tal que cuando yo vea el viejo estado, es algo lejano que quedó atrás mío. Es algo que ya fue. Hoy yo puedo decir que yo recuerdo cuando – ¿Recuerdo cuando qué? – recuerdo cuando yo no era esto.
Yo recuerdo cuando alguien me dijo: “Tú nunca en la eternidad ganarás un dólar usando tu voz”. ¡Eso era un hecho! Eso fue en mi escuela de teatro, yo fui a la escuela y la profesora me dijo: “Sabes, tú nunca usarás tu voz. Tú eres el único en una clase de 40... Y escuchen a Neville, él nunca será capaz de ganar un dólar usando su voz. Así que úsenlo a él como ejemplo, y vean lo que no deberían hacer”. Entonces ahora ellos están todos usando sus voces para repetir una orden de comida, o para vender una remera en Macy's. Ellos están usando sus voces, pero ella también estaba equivocada en eso. Porque ellos no están usando sus voces en el mundo teatral donde todos esperábamos algún día usar nuestras voces. Era una pequeña escuela teatral en la ciudad de Nueva York, y yo fui seleccionado como el horrible ejemplo de las cosas que uno no debería hacer. Bueno, luego Yo comencé a aplicar esta ley, a asumir que yo soy el hombre que yo quiero ser, y dejé que las cosas sucedan. Yo no podría haber dilucidado los medios. Y les aseguro que yo no tomé más lecciones. Cuando me fui de allí, ese fue el final de todo mi estudio. Entonces yo nunca tomé ni una lección para saber usar la voz. Sólo sucedió que yo tenía algo para decir, y luego tan sólo lo dije. Eso es todo lo que importa. Ya sea que lo dije correctamente o no, me refiero al uso apropiado de palabras, no hacía ninguna diferencia para mí, una vez que lo dije. Pero lo dije con sentimiento porque yo lo he experimentado. Así que yo no estaba intentando abrir una nueva iglesia en el uso de las palabras, yo no estaba intentando convertirme en un gran luchador de palabras, tan sólo quería ser normal y quería contarlo tan claramente como pudiera, y con todo el sentimiento que yo podría amasar. Porque yo sabía lo que había experimentado y si lo podría contar con sentimiento, yo podría persuadir a otros para que lo intenten.
Así que les digo, no tienen que tener nada más que lo que ya tienen ahora – tan sólo un sueño, un sueño de algo que es otra cosa de lo que ahora son ustedes, un sueño noble. Entonces esta noche crean al grandioso Bard: “Asume una virtud, si tú no la tienes. Abstente esta noche, y te otorgará una especie de facilidad en la próxima abstinencia, y la siguiente será aún más fácil, porque el uso puede casi cambiar la estampa de la naturaleza”. Y en mi propio caso yo completamente cambié la escena. Y cambió la estampa de mi naturaleza, porque yo ciertamente no estaba estampado con esto. Pero yo deseaba contarlo. Y luego salí a contarlo. La primera vez que comencé, sólo 6 personas vinieron, y todos vinieron por simpatía. Yo envié 50 postales de un centavo. En esos días existía algo que se llamaba la postal de un centavo, y yo envié un gran número que me costó 50 centavos. De los 50, de mis amigos, todos del mundo teatral, sólo 6 vinieron, y esos seis vinieron sólo porque sentían pena, y ellos vinieron todos nada más por respeto. Sólo había 6 en el lugar que podría haber entrado cincuenta. Los demás quizás estaban avergonzados, pero ya sea que estaban avergonzados o no, de todas formas estaban avergonzados de no tener ni un billete de un dólar. Porque yo no cobraba, no tenía el coraje de cobrar, entonces cuando pasas la canasta, era sólo alrededor de 6 personas. Cuando ellos vieron que eran sólo seis, cada uno de ellos dio un dólar. Y entonces, así pagué la renta. Y así es cómo comencé y nunca volví atrás; cada noche soñando mi sueño de contar esta historia.
Luego, seis meses después, un hombre que estaba en el mismo edificio, hablando a una multitud enorme – y todas las cosas siendo relativas, yo hablaba a seis, y cuando él me invitó, seis meses después, mi grupo había crecido a 20 personas – y entonces, él tenía una audiencia enorme de alrededor de 600 personas, y él simplemente pensó qué podría librarse de mí al invitarme a que hablara en su plataforma. Así que yo tomé su plataforma, y él me pagó la gran cantidad de $25 por esa noche para tomar su plataforma y hablar a sus 600 personas. Fue después de esto que yo me enteré que él me había invitado por un solo propósito: pensaba que cuando yo enfrente a esa audiencia, iba a estar tan nervioso que ellos verían que yo no era alguien que vale la pena escuchar nunca más, y pensó que así se liberaría de mí completamente. Pero ¿Quieren que les cuente lo que sucedió? La mismísima noche siguiente yo hablé arriba, en mi pequeño espacio de cincuenta, y obtuve a 200 personas de su audiencia. Llegaban hasta el fondo del pasillo. Y ellos continuaron viniendo noche tras noche – yo hablaba dos veces por semana en aquel entonces – y entonces así vinieron. Yo no tenía lugar para ellos, y la administración del edificio Steinway Hall dijo, “No puedes continuar de esta manera. Estoy recibiendo todo tipo de quejas porque están todos en el pasillo. Deberé alquilarte un lugar más grande”. Yo dije, muy bien, alquílame algún lugar más grande. Él me ofreció un lugar más grande para alquilar, y aún en este nuevo lugar rebosaban y rebosaban y rebosaban, hasta que finalmente nos tuvimos que ir del Steinway Hall.
Así que todo comenzó por mis sueños. Yo simplemente me iba a la cama asumiendo una virtud que yo no poseía. Yo asumí, y lo asumí, y lo asumí. Así que les digo que la imaginación no hará nada para ustedes hasta que no hayan imaginado el deseo cumplido. Tal como un pequeño niño, no puede ser obligado, debe ser persuadido. El niño debe ser persuadido, no puedes obligarlo, sino te resentirá. Bueno la imaginación es igual a eso. En todas las historias de Cristo él siempre está descripto como un pequeño niño: “Y el pequeño niño los guiará”. (Isaías 11:6) Y tal como un pequeño niño, debe ser persuadida, no puede ser obligada. Así que esta noche yo no puedo obligarme a mí mismo a creer en algo, yo debo pretender que es verdad, y jugar el juego de pretender, y asumirlo, y asumirlo. Si yo me atrevo a asumir que yo ya soy lo que en este momento la razón niega, y mis sentidos niegan, y me quedo dormido en esa asunción tal como si fuera verdad, déjenme que les diga desde la experiencia, que se convierte en realidad.
En reflexión, cuando tú veas para atrás y veas cómo funciona, te darás cuenta que nunca podrías haber planeado los medios que se usaron para traerlo a la existencia. Tú nunca podrías haberlo hecho. Yo nunca podría haber pensado los medios de ser invitado por este hombre para que tomara su audiencia. Esto vino de repente. El envió a su secretaria hacia abajo, para invitarme a que suba las escaleras el jueves por la noche, que era mi noche libre (yo hablaba los miércoles y viernes), y él envió a esta dama abajo y me preguntó si podía subir la noche siguiente porque él tenía que viajar a Washington. Eso era verdad, él tenía que viajar, tenía que ir a Washington y él era el invitado de honor en un gran banquete. Entonces, esta era la gran noche de un banquete y él era el invitado de honor. Y así fue que tomé su plataforma y, naturalmente, yo estaba muy feliz de hacerlo. Pero yo no me había dado cuenta de las consecuencias. Yo había estado durmiendo en mi sueño, y así es cómo funciona. Así que no funcionó como él tenía planeado. Él fue usado por mi imaginación para traer mi sueño a la existencia, porque todas las cosas están entretejidas: “Todas las cosas por ley divina, en el uno y en el otro se mezclan”. (Percy Bysshe Shelley) Entonces si yo estoy asumiendo que yo soy lo que yo quiero ser, no necesito tu permiso, ni tu consentimiento, para usarte, si tú debes ser usado para traer mi asunción a la existencia. Yo te usaré, y a un billón de personas como tú, si se necesita a un billón para traerlo a la existencia. Por lo tanto, cuando tú miras las noticias de la mañana y ves estas cosas extrañas, no seas perturbado. Sucedió porque alguien está soñando.
¿Leyeron la revista Life Magazine de la semana pasada, sobre MacArthur? Yo sí. Estoy muy interesado en este hombre, y leí la historia de general MacArthur. Pero en el final, en el último párrafo, cuando él se estaba yendo de West Point, él repitió la frase que les dijo su general cuando se dirigió a este maravilloso grupo de hombres. Él les dijo: “Antes de que se quiten el uniforme, ustedes volverán a estar en guerra. Siempre será así, es parte de la tradición de nuestro país. Ustedes estarán en guerra, por lo tanto, preparen su nación para esa guerra”. Él lo repitió tal como se lo dijo ese hombre a él. Bueno, si todos los que se gradúan de ese gran grupo de hombres son dirigidos desde esa manera – que vayan y primero se preparen ellos, y que preparen a su comunidad, y luego a su estado, y a su país por la guerra inevitable. Entonces ¿Qué es lo que esperan? Es todo imaginación. La imaginación crea la realidad. El mundo entero es Dios hecho visible, y Dios se convirtió en el hombre, para que el hombre se convierta en Dios. Él está enterrado en nosotros como nuestra propia maravillosa imaginación humana. Así ¿Qué estamos haciendo con nuestras imaginaciones?
Yo les digo que la historia de las escrituras es verdad. Yo me paro ante ustedes como un testigo de ellas. Yo he experimentado la historia de Jesucristo. Todo lo que se dice de él en las escrituras ha sucedido en el alma de mi ser. Todo, desde su resurrección, hasta su nacimiento, el descubrimiento de la paternidad de Dios, y la Ascensión hacia el cielo, y el descenso de la paloma, lo cual es el símbolo del Espíritu Santo. Todo lo que está grabado en las escrituras yo lo he experimentado. Eso viene desde las profundidades del alma. Pero estas mismas experiencias elevadas al nivel psicológico pueden ser invaluables aquí en el mundo del César. Tú y yo podemos tomarlo en el mundo del César y hacer las cosas más fantásticas con esto. El nivel de Juan, quien usa la vestidura externa de piel y cabello, ya lo has superado. Ya no necesitas hacer eso... no necesitas matar un pájaro para redimirte a ti mismo, ni matar un buey, o a un ciervo, ni tampoco a un carnero y ofrecerlos para redimirte a ti mismo. Eso es todo muy en la superficie de todo.
Pero por debajo, en un nivel psicológico, ustedes pueden usarlo para manifestar el estado más maravilloso en el mundo. Tomen a cada persona que conocen, y sin el consentimiento de ellos, represéntalos ante ti mismo como si ya fueran el ser que ustedes querrían que sea, y vean verdaderamente cómo se convierten en eso. ¡Vean cómo se convierte en eso! Como mi amigo que fue a San Francisco, y un completo extraño en la calle le pidió dinero, y él no le dio dinero, sino que en el ojo de su mente el vio a ese hombre completamente empleado. Él se rehúsa a darle dinero, pero lo ve al hombre completamente empleado, y cuando se sintió satisfecho en que su acto imaginario ya es verdadero, continuó en su caminata. Y luego, cuatro meses después, el mismo hombre vino caminando por la calle, y se acercó a mi amigo Freedom, le extendió su mano, y le dijo, “No creo que me recuerde, ¿verdad?”, Freedom dijo, “Oh sí, lo recuerdo”. Y luego, el hombre le dijo a mi amigo Freedom: “Quiero agradecerle porque no me dio el dinero que le pedí hace cuatro meses; porque si me hubiese dado dinero, todavía hoy estaría pidiendo dinero. Pero porque tú no me lo diste, ese mismo día fui a buscar y conseguí un trabajo. Todavía sigo trabajando allí, y estoy completamente empleado, y tengo posibilidades de crecimiento en este mundo”. Y él se lo agradeció… a un completo extraño. Pero Freedom conocía el arte del perdón: cómo realmente crear en sí mismo un nuevo hombre, en vez de quedarse en este conflicto. ¿Un hombre rogando por dinero? No. Yo crearé en mí mismo un nuevo hombre, un hombre que está completamente empleado.
Así que les digo a todos que pueden hacerlo. Tú eres un discípulo. No creas que los discípulos desde Pedro a Judas son los doce discípulos. Lean el capítulo 9 del libro de Hechos. Tanto hombres como mujeres, si realmente aceptan este camino de vida, son discípulos. Cualquiera que acepte el camino de vida, y este es el camino de vida; ellos son llamados: “La gente de El Camino”. Tomamos a la frase: “La gente de El Camino”, y ahora le damos el nombre: Cristo. Es un nombre hermoso; para mí es un nombre hermoso. La palabra Cristo significa Mesías. Es el Camino de la Salvación. Pero es un Camino de salvación, no es un ser externo a ti quien salva. Porque, escuchen a estas palabras del capítulo 43 de Isaías: “Yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador… y fuera de mí no existe otro salvador… no hay otro”. (Versículos 3 y 11) No existe otro Salvador fuera del Santo de Israel, y su nombre es YO SOY: “YO SOY el Señor tu Dios, el Santo de Israel”. Entonces el YO SOY dentro de ti es el gran ser que se hundió a sí mismo en ti, y se convirtió en ti. Él es tu propia maravillosa Imaginación Humana.
Y tú lo intentas. Lo pruebas sinceramente. Si mañana no obtienes el fruto, ¿Qué importa? Déjenme que les repita aquel hermoso pasaje de Habacuc: “La visión tiene su tiempo señalado, madurará y florecerá. Si tardara, entonces espera; porque vendrá seguro y no se demorará”. (Habacuc 2:3) Entonces la visión, es tu visión de ti mismo; tú quieres ser… y lo mencionas. Muy bien, tú tiras una semilla al suelo hoy. Podría ser una bellota, podría ser un maíz, podría ser otro tipo de semilla, y cada semilla tiene su tiempo señalado. Una crecerá en una noche, otra crecerá en una semana, otra crecerá en un mes, y otra crecerá en un año, pero tiene su propio tiempo señalado, y madurará y florecerá. Si a ti te parece que demora, espera, porque vendrá seguro, y no se demorará. No se demorará para sí misma. Todas las cosas dan su fruto según su género. Eso es parte del plan eterno – de la cosecha idéntica. (Génesis 1:11) No puedes plantar una cosa y esperar a que crezca otra cosa que no es lo que plantaste.
Entonces, cualquier cosa que tú plantes, tú lo plantas en tu propia maravillosa imaginación al asumir que tú ya eres lo que quieres ser.
Así que él viene a nuestro mundo y lo perturba. Si él no hubiese venido a mi mundo, ni me hubiese dicho que yo no estoy realmente anclado (es decir condenado) al ambiente en el cual he nacido, y que yo podría trascenderlo, bueno entonces, yo no tendría ninguna ambición de ser otro de lo que yo ya era desde nacimiento, y permanecería en ese ambiente. Porque cuando Cristo viene al mundo, él viene no para traer paz, sino una espada. (Mateo 10:34) Él perturba al mundo entero cuando viene; y luego le muestra al hombre cómo traer en él mismo la paz, cómo crear en él mismo un nuevo hombre en lugar de dos, para así hacer la paz. Pero no puedes tener paz, a menos que primero haya guerra. Así primero él hace la guerra, y luego te muestra cómo él va a hacer la paz. Él te perturba para que tú puedas ser otro del que aparentas ser; y luego te muestra cómo hacer la paz, cómo traer a la existencia un nuevo hombre en vez de dos.
Ahora vayamos al silencio.
ATANDO Y SOLTANDO
El tema de hoy es: “Atando y Soltando”. Tal vez sea un título extraño, pero lo encontrarán uno muy práctico. Cuando abrimos la Biblia, estamos en el medio de un misterio. Pero les prometo a cada uno de ustedes, que todos en el mundo un día experimentarán a las escrituras por sí mismos; y recién entonces, y sólo entonces esa persona sabrá qué tan verdadero y maravilloso esto realmente es. Todo esto es verdad. No lo cambien. No traten de cambiarlo. Es completamente verdad cuando experimentas a las escrituras por tu propia cuenta.
Este segmento es extraído de los evangelios... es decir, no de todos los evangelios, sino del libro de Juan, donde se nos dice: “A quienes les perdones los pecados, éstos les son perdonados; a quienes retengáis los pecados, éstos les son retenidos.” (Juan 20:23) Esto es verdad, y un día experimentarás eso en profundidad. Pero esta noche, en este nivel, les mostraremos aquí qué tan completamente maravilloso es esto realmente, antes de que lo experimenten en las profundidades. Quiero decir que cada pecado es perdonado en las profundidades, cada uno de ellos. Pero, en este nivel, tú y yo podemos perdonarlo.
Ahora debemos buscar en las escrituras. Se nos dice que esto fue dicho a los discípulos. Y tú podrías pensar que tú no eres un discípulo. Déjenme que les digas que ustedes son discípulos si están dispuestos a aceptar la historia de Jesucristo como se nos dijo en el capítulo 9 del libro de Hechos; que Saulo fue en búsqueda de todos los discípulos de ‘El Camino’. Los primeros cristianos no eran llamados cristianos; eran llamados la gente de ‘El Camino’; aquellos que creían en un cierto Camino de salvación. Y él salió determinado a encontrar a todos los que pudiera encontrar de ‘El Camino’, ya sean hombres o mujeres, y traerlos amarrados a Jerusalén para ser condenados. Ahora aquí en las escrituras, si ustedes leen la historia en la superficie, no había ninguna mujer que sea discípulo. Pero en el capítulo 9 del libro de Hechos se refiere a cualquier persona, sin importar el sexo, que acepte este camino de vida, entonces es un discípulo. Así que les digo a ustedes, si tú crees en esta historia, la historia de la salvación, tú eres un discípulo, y a ti se te dice, si tú perdonas el pecado, es perdonado; Y si tú retienes el pecado, es retenido. ¡Qué responsabilidad!
Pero en el mismo libro, en esta maravillosa Biblia, se nos dice: Sin el derramamiento de sangre no hay perdón de pecado. Sin derramar sangre no hay perdón de pecado. Lo leerán en el capítulo 9 del libro de hebreos versículo 22. Ahora estas palabras son verdad. Entonces ¿qué significan? Hasta el día de hoy en el año 1964, existen aquellos que creen en un cierto día llamado “Día de la expiación”, en el que algún ser viviente debe ser destruido para la salvación de aquellos que se adhieren a la ley, y eso es lo que sostienen literalmente. Yo no lo estoy tomando en ese nivel; ese es el nivel más externo de todos, donde hacemos todo desde lo externo, en la esperanza de satisfacer a algún Dios. Yo lo tomaré en el siguiente nivel, en el nivel psicológico, donde tú y yo esta noche podemos probar más allá de cualquier duda, la verdad esta ley. Y es verdad, sin derramar ninguna sangre no existe perdón de pecado. Si lo tomas literalmente, sería el capítulo 24 del libro de Éxodo, donde alguna cosa viva era sacrificada, y luego la sangre era esparcida en el altar, y luego esparcida en aquellos que estaban presentes. Luego vino la expiación, y tú te preguntas ¿qué es la expiación? La palabra en inglés expiar (atone) originalmente significaba: “at-one” que en español significa “ser uno con”, en unidad. Yo debo realizar cierto acto para sintonizarme o “ser uno con” un estado. Pero, ¿Cómo podría hacerlo? Lo hago solamente por medio del derramamiento de sangre.
Ahora se nos dijo, que cuando el hombre realmente lo descubre, es la sangre de Jesucristo la que debe ser derramada. Bueno, ¿Cómo podría yo derramar la sangre de Cristo Jesús? Y aún se me dijo, sin el derramamiento de sangre no hay perdón de pecado, por lo tanto ¿Qué es el pecado? El pecado es errarle al blanco. Si yo tengo un objetivo en mi vida y no lo realizo, no lo logro, estoy pecando. No me importa lo que el mundo me diga, es el único pecado en las escrituras; si yo tengo un objetivo. Y se me dice: “Si yo no hubiera venido a ellos, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.” (Juan 15:22) Si alguien no hubiese venido a mi mundo, y me hubiese dicho que yo no estoy confinado (es decir condenado) al ambiente en el cual he nacido, yo no podría trascenderlo. Si yo no soy solamente aquel ser que aparentemente apareció en este mundo y eso es todo lo que soy, entonces yo puedo trascenderlo. Si se me dijo que yo puedo trascender mi ambiente, y luego deseo trascenderlo y no lo hago, Yo estoy pecando. Si alguien no hubiese venido a mi mundo ni me hubiese dicho que yo puedo trascender mi ambiente, Yo no conocería lo que es el pecado. Pero si alguien viene a mi mundo y me dice que yo puedo trascender el ser que yo soy (ahora), y en ese momento él me revoluciona, él me perturba, y me hace ambicioso en querer trascender aquello que yo soy, si no lo hago y no manifiesto el ser que yo quisiera ser, entonces él me hizo un pecador. Así que ¿Para quién vino él? Él dijo: “Yo no vine para los rectos, yo vine por los pecadores. Yo vine para hacerlos pecadores, y luego para redimirlos. Aquellos que son complacientes, aquellos que están satisfechos con lo que ya son, Yo no vine para ellos, que son los rectos. “Yo vine no para los rectos sino para los pecadores”. Así que el vino al mundo y le cuenta al hombre esta historia.
Pero ahora, ¿Cuál es la sangre de Cristo que yo tengo que derramar? Se los diré: Cristo es tu propia maravillosa imaginación humana. “Cristo en ti es la esperanza de la gloria.” (Colosenses 1:27) Es Cristo en ti el que debe ser despertado de esta muerte. Entonces, si ahora debo derramar su sangre, ¿Cómo puedo yo derramar la sangre de mi propia imaginación? Bueno, ahora estoy en cierto estado. Yo estoy consciente de que ahora soy cierto hombre, y yo deseo trascenderlo. Yo quiero ser otro hombre del que soy ahora. Yo debo morir a ese hombre, por lo tanto, la sangre es derramada. Yo me desconecto a mí mismo mentalmente del hombre que ahora estoy manteniendo vivo, y me convierto en uno (at-one) con aquel estado de conciencia, el nuevo hombre, que yo quiero hacer realidad en este mundo. Así que se nos dijo en Efesios, “Sean imitadores de Dios como sus queridos hijos” (versículo 51). Y se nos dice en el mismo libro de Efesios, “él crea en sí mismo un nuevo hombre en lugar de dos, haciendo así la paz” (versículo 2:15). Él crea en sí mismo un nuevo hombre el lugar de dos, y de esta manera él hace la paz. Entonces si yo ahora estoy perturbado porque no soy el hombre que quiero ser, entonces existe conflicto, existe una guerra. La única manera que yo puedo encontrar Paz, es creando en mí mismo un nuevo hombre. Debo convertirme en el hombre que yo quiero ser.
Un escritor muy capaz, de hecho, el escritor más grandioso de la lengua inglesa, lo puso en un personaje llamado Hamlet, y trató de enseñarlo a través de esta historia. Pensamos que porque él tan sólo escribía obras teatrales, bueno, que solamente eran simplemente escritas para entretenimiento, que sólo fueron escritas para entretener al mundo. ¡No lo crean ni por un minuto! Encontrarán en Shakespeare, uno de los más grandes educadores de toda la historia. Entonces, aquí él toma a Hamlet, y hace ahora que Hamlet le diga a su madre cómo trascenderse, cómo superarse a sí misma. Él le dice a ella: “Asume una virtud, Si tú no la tienes. Abstente esta noche, y te otorgará una especie de facilidad en la próxima abstinencia, y la siguiente será aún más fácil, porque el uso puede casi cambiar la estampa de la naturaleza” (acto 3, escena 4). Y tú lo intentas. Puedes tomarlo esta noche y abstenerte esta noche. ¿Abstener que cosa? El impulso de dormir en la conciencia de estar frustrado, de ser el hombre que tú no quieres ser. Tan sólo esta noche abstén el impulso de quedarte dormido en aquel estado. Pero no te quedes dormido en un vacío, quédate dormido ahora asumiendo una virtud que no tienes.
Porque ella no tenía la virtud de misericordia cuando ella en realidad ayudó en la destrucción y la muerte de su esposo, a través de una pasión que ella quería, yo diría, apaciguar. Así que ella definitivamente no fue misericordiosa, no era alguien que tenía piedad, no era alguien que tenía amor; y entonces, él le pidió a su madre que asuma una virtud si ella no la tenía. ¿Qué virtud? Bueno, él no se la mencionó. Él le permitió a ella que seleccione la virtud que ella quisiera asumir, que hasta ese momento ella no poseía, y le dijo que si esta noche ella se abstenía del impulso de quedarse dormida en el concepto de la noche anterior, y que si esta noche se quedará dormida en la Virtud asumida, sólo una sola vez, en la siguiente noche lo encontraría mucho más fácil, y en la siguiente noche aún más fácil. Porque yo les digo aún si no sucede al siguiente día, al día siguiente tú puedes siempre cambiar la estampa de la naturaleza. Entonces, si tú viniste a este mundo con la estampa de un veneno que es tuyo, un horror que es tuyo, la cruel imagen que es tuya, aun así puedes cambiar esa estampa de la naturaleza, si lo intentas esta noche. Así que él trató de persuadirla a ella para que lo asuma.
Así que les voy a decir esta noche, si tú quieres ser exitoso, si tú quieres ser... No importa lo que es, pero tan sólo menciónalo. Espero que sea algo amoroso, algo maravilloso. Si el mundo entero te dice que tú no puedes lograrlo, Yo he sido enviado para decirles que ustedes pueden trascender su ambiente. Tú puedes trascender cualquier cosa en este mundo que pareciera ser que lo tienes desde nacimiento, o pareciera ser que lo tienes hoy. Tú puedes trascenderlo al asumir el sentimiento del deseo cumplido. Yo les digo que la imaginación no hará nada para ustedes, nada de lo que deseamos, hasta que no hayamos asumido el deseo cumplido. No hará nada hasta que no hayamos asumido el deseo cumplido, y la imaginación es Cristo. Entonces, si yo ahora abandono mi concepto presente de mí mismo, y me atrevo a asumir qué Yo soy el hombre que quiero ser, ¿Acaso no he muerto a mi antiguo estado? Y eso fue el derramamiento de sangre, eso es el derramamiento de sangre en el estado psicológico. Yo no voy afuera y compró una paloma o un buey, y mató algún pequeño animal en este mundo con la esperanza de satisfacer a Dios. Yo derramo la sangre de Cristo, y la sangre de Cristo es mi propia maravillosa imaginación humana, porque Dios se convirtió en el hombre para que el hombre se convierta en Dios. ¡Él realmente se convirtió en nosotros!
Entonces si se me dice, cuando comencé el sueño, que cualquier cosa – no importa lo que sea en este mundo – si tú lo perdonas será perdonado, y si tú lo retienes, será retenido. Pero no se me dice que yo debo pedir tu consentimiento. Yo no pido tu permiso para hacerlo, y no necesito decirte lo que estoy haciendo. Quizás tú no tienes la menor idea de lo que yo estoy haciendo. Por lo tanto, Si tú no tienes la menor idea de que lo estoy haciendo, y yo lo estoy haciendo sin tu conocimiento ni tampoco tu permiso, entonces ¿Acaso no es cierto que: “todo lo que tú contemplas, aunque aparente estar afuera, está dentro, en mi imaginación, de la cual este mundo de mortandad es tan sólo una sombra”? Si yo no necesito tu permiso para perdonarte, y no necesito decirte que estoy realmente perdonándote, y yo genero un acto interno que da, como resultado, un cambio externo en tu mundo, ¿Acaso no estás dentro de mí? Si soy yo el que lo hace. Bueno ¿Ha sido hecho? Déjenme que les diga, les puedo contar de innumerables historias que soportan esta declaración. ¡Es verdad!
Una dama me llamó ayer por la mañana para agradecerme por algo que ella me había pedido en la mañana del 29 de diciembre cuando hablé con el doctor Palmer. Ella me pidió cierta cosa, y lo que quería era que yo por favor la liberara de cierto problema. Y entonces, en mi imaginación, yo simplemente asumí que ella me había llamado y me había dicho de la buena fortuna y de las buenas noticias por las que ella me había llamado ayer por la mañana. Pero luego ella compartió conmigo estás maravillosas buenas noticias. Ella me dijo: “Tú sabes que ya no puedo ir a verte por la noche, ya no puedo ir más, no me gusta ir allá por la noche, pero yo sí pongo en práctica lo que escuché de ti durante todos estos años. Una amiga mía me llamó – ella va a Santa Bárbara en el verano, y va a New México en el invierno. En New México ella vive en un tráiler. Me llamó y me dijo que le dijeron que el parque de tráileres ahora tenía nuevo dueño, es decir, el lugar donde estacionan los tráileres, y entonces ella quería vender el suyo. Así que yo le dije, muy bien, está hecho. Tú tienes el cheque en tus manos, y todo ya está hecho. Luego ella me llamó de nuevo y me dijo que ella acababa de escuchar de la gente que vive allí, que hay 17 tráileres a la venta, y dado a que el parque cambió de dueños, todos se quieren deshacer de ellos, y entonces parece que nadie puede vender un tráiler hoy. Yo le dije: ‘Yo no estoy preguntándote porque lo vas a vender, tú quieres venderlo y lo has vendido por la suma de dinero que tú quieres.’ Ella se fue a New México y dentro de la hora en que ella llegó allí, aun habiendo otros 17 tráileres a la venta, ella vendió su tráiler al precio que ella había pedido, ni un centavo menos, ni un centavo de más. Alguien, en el ínterin de una hora en que ella llegó allí, compró su tráiler en aquel campamento de tráileres.”
Y si eso funciona una vez, y tú lo puedes repetir, y luego lo repites de nuevo, y lo vuelves a repetir, entonces hemos encontrado la ley del perdón de pecado. Porque pecar es solamente errarle al blanco. Y si ningún pecado puede ser perdonado sin el derramamiento de sangre, yo he encontrado el significado de lo que es derramar la sangre. El derramamiento de sangre es la sangre de Cristo. Bueno Cristo es mi imaginación. Y yo he abandonado aquello a lo que le he dado vida. Y si yo abandono algo a lo que le di vida, yo he derramado su sangre. Yo me he extraído a mí mismo hacia afuera de un estado, y me puse adentro de otro estado. Así que yo me pongo en un estado llamado: “el cheque está en tus manos”, por lo tanto, yo lo quité de un estado dónde tú estás tratando de vender, y lo puse dentro de un estado donde tú lo has vendido. Yo lo saco de un estado donde tú no eres el hombre que tú quieres ser, y lo pongo en otro estado donde tú eres el hombre que tú quieres ser. Entonces al hacer esta transformación, Yo muero a un estado, y al morir a ese estado, yo entonces cumplo lo que dice el libro de Efesios, “ÉL crea en sí mismo un nuevo hombre en lugar de dos, haciendo así la paz”. Entonces él así hace la paz.
En las profundidades de tu ser tú verás que esto ha sido hecho. Eso es otra profundidad. Pero en este nivel está siendo hecho aquí. Un día tú sabrás como él hace eso en las profundidades, y eso será cuando él venga a ti. Y no serán tú y otro, no será tú y Dios, Dios realmente se convierte en ti. Y luego sabrás lo que significa ser uno con Dios, y lo que significa que el mundo completo es Dios. Él tiene un maravilloso símbolo por el medio del cual lo revela, y ese es su hijo, entonces: “Nadie sabe quién es el Padre excepto el Hijo, y nadie sabe quién es el Hijo excepto el Padre”. (Mateo 11:27) Entonces cuando el Hijo aparece y te revela a ti mismo como el Padre, y tú sabes que él va a revelar a todos como el Padre, entonces sabrás que todos somos uno, que no hay realmente dos. Porque si yo soy el Padre de tu hijo, y tú conoces a ese hijo y yo conozco a ese hijo, y los dos somos padres del mismo hijo, entonces somos uno. Aunque aparentamos estar fragmentados en innumerables partes, Si todos somos el Padre del único Hijo, entonces somos un Dios, un Padre. Por lo tanto un día vendrá ese día cuando tú sabrás eso.
Pero antes de que te venga a ti individualmente, tú puedes tomar esta maravillosa revelación y probarla en este nivel. Entonces eres enviado al mundo para perdonar pecado. Si lo retienes, será retenido, si lo perdonas, será perdonado. Y cualquier cosa que tú perdones es perdonada. Así que inténtalo. Comienza esta misma noche, e intenta perdonar pecado, al comenzar contigo primero. Obsérvate a ti mismo esta misma noche, y pregúntate si realmente eres el hombre o la mujer que realmente quiere ser. Si estás satisfecho, está perfectamente bien, pero yo dudo que alguno esté realmente satisfecho. Porque cuando él viene al mundo, él viene y trae perturbación. “Si yo no hubiese venido y les hubiese hablado a ellos, ellos no conocerían que tienen pecado, pero ahora ellos no tienen excusas por sus pecados”. (Juan 15:22) Entonces cuando Cristo viene al mundo del hombre, él los perturba. Previamente a su venida, ellos estaban bastante satisfechos para adaptarse al ambiente en el cual nacieron, y hacían el acto externo de sacrificio, para que así una vez al año ellos puedan hacer algún pequeño acto de sacrificio. Pero luego uno que lo escuchó claramente dijo, “Yo veo al pasar, que ustedes observan los meses, las estaciones y los años. Temo por ustedes, que quizás he trabajado en vano por ustedes”. (Gálatas 4:10)
Así que cuando uno piensa que sólo un día al año viene la expiación, entonces dice “Yo he trabajado sobre ustedes en vano”. La expiación viene en cada momento en el tiempo. Cada momento es “at-one”, es decir “ser uno con”. Uno puede sintonizarse, o ser uno con, y así crear en sí mismo un hombre en lugar de dos. Entonces los dos hombres son siempre: el hombre que soy, y el hombre que yo quiero ser. Si el hombre que yo quiero ser está en conflicto con el hombre que yo soy, y debe estarlo, si yo quiero serlo, estoy confesando que yo todavía no lo soy. En el minuto en que yo quiero ser algo, estoy confesando que yo no soy eso, por lo tanto, existe una guerra, existe un conflicto. Entonces yo ahora debo crear en mí mismo un nuevo hombre en lugar de dos. Así que cuando me vaya a la cama esta noche, yo debo atreverme a asumir que yo soy el hombre que en este momento mi razón niega que soy, que mis sentidos también niegan. Y ¿Cómo puedo saber que yo estoy dentro de él? Tan sólo ¿Cómo podría saber que yo estoy realmente dentro de este estado, y que ya he traído a la existencia a este nuevo hombre en mí mismo? Al observar al mundo... si yo no veo el mundo como sería, si yo ya fuese el hombre que quiero ser, entonces yo no estoy en ese estado. Yo todavía no he creado en mí mismo el nuevo hombre. Pero si esta noche Yo asumo la virtud que no tengo, esa virtud podría ser cualquier tipo de virtud. Entonces yo asumo que yo soy... y lo mencionó... Y luego observo a mi mundo, mi marco de referencia, para reflejar la confirmación del hombre que yo quiero ser. Yo entonces lo veré en las caras de mis amigos, en las expresiones de ellos, implicando que ellos ven en mí al hombre que yo quiero que el mundo vea. Así que yo los escucharé hablar sobre mí. Yo los veré y tan sólo veré aquellas caras reflejando lo que yo soy. Entonces ahora sí estaré en el estado.
Entonces, yo intento explicar esto de una manera extraña, diciendo que hay que pensar desde lo que quieres, en vez de pensar sobre lo que quieres. Si yo pienso sobre lo que quiero, estoy en conflicto, porque entonces yo no estoy allí. Si yo pienso sobre eso, y realmente lo quiero, entonces el ser pensando desde, y el ser pensando sobre lo que quiere, estos dos están en conflicto. Yo debo resolverlo. Así que cuando pienso sobre, y es algo que realmente quiero manifestar, yo debo resolverlo y crear en mí mismo el nuevo y único hombre, para que así se convierta en el estado desde el cual yo pienso. Y luego pienso desde ese estado, en vez de pensar sobre él. Si lo haces de esta manera, funcionará. Pero cómo funciona, nadie lo sabe. Nadie podría dilucidar los medios empleados por ese estado desde el cual tú piensas para traerlo a la existencia. Yo no podría, reflexionando, haber dilucidado los medios empleados para atraer a la existencia el estado que yo he manifestado en mi mundo; jamás podría. Yo no sería nunca lo suficientemente sabio, siendo una persona normal, para realmente descubrir los medios. Pero el hombre al no saber esto, sale e intenta encontrar los medios, en vez de aplicar la ley de Dios. La ley de Dios es ésta: tú no puedes hacerlo, a menos que lo hagas por medio del derramamiento de sangre. Así que entregas, abandonas lo que tú eres ahora, para convertirte en lo que tú quieres ser, y eso es morir. Por lo tanto tú mueres a un estado y comienzas a vivir en otro estado. Entonces, sin el derramamiento de sangre no hay exoneración de pecado. Y aun así estoy siendo invitado a exonerar el pecado, a perdonarlo.
Entonces ahora puedo tomar las palabras expiación, perdón, exoneración; todas estas cosas, y realmente llamarlas sinónimos, son todas lo mismo. Si yo perdono... ¿Qué desafío hay para un hombre, en el perdón? Desafía la habilidad de un hombre de entrar en, y ser parte de la naturaleza del estado opuesto de conciencia. Yo te perdono a ti, yo me perdono a mí mismo. Entonces yo me tomo a mí mismo, y yo me perdono a mí mismo por ser hoy... y lo menciono. Y luego ¿Cuál sería la solución para mi problema presente? Muy bien, entonces ¿Puedo asumir que ahora ya lo soy? Esto desafía mi habilidad de entrar en aquel estado a punto tal que cuando yo vea el viejo estado, es algo lejano que quedó atrás mío. Es algo que ya fue. Hoy yo puedo decir que yo recuerdo cuando – ¿Recuerdo cuando qué? – recuerdo cuando yo no era esto.
Yo recuerdo cuando alguien me dijo: “Tú nunca en la eternidad ganarás un dólar usando tu voz”. ¡Eso era un hecho! Eso fue en mi escuela de teatro, yo fui a la escuela y la profesora me dijo: “Sabes, tú nunca usarás tu voz. Tú eres el único en una clase de 40... Y escuchen a Neville, él nunca será capaz de ganar un dólar usando su voz. Así que úsenlo a él como ejemplo, y vean lo que no deberían hacer”. Entonces ahora ellos están todos usando sus voces para repetir una orden de comida, o para vender una remera en Macy's. Ellos están usando sus voces, pero ella también estaba equivocada en eso. Porque ellos no están usando sus voces en el mundo teatral donde todos esperábamos algún día usar nuestras voces. Era una pequeña escuela teatral en la ciudad de Nueva York, y yo fui seleccionado como el horrible ejemplo de las cosas que uno no debería hacer. Bueno, luego Yo comencé a aplicar esta ley, a asumir que yo soy el hombre que yo quiero ser, y dejé que las cosas sucedan. Yo no podría haber dilucidado los medios. Y les aseguro que yo no tomé más lecciones. Cuando me fui de allí, ese fue el final de todo mi estudio. Entonces yo nunca tomé ni una lección para saber usar la voz. Sólo sucedió que yo tenía algo para decir, y luego tan sólo lo dije. Eso es todo lo que importa. Ya sea que lo dije correctamente o no, me refiero al uso apropiado de palabras, no hacía ninguna diferencia para mí, una vez que lo dije. Pero lo dije con sentimiento porque yo lo he experimentado. Así que yo no estaba intentando abrir una nueva iglesia en el uso de las palabras, yo no estaba intentando convertirme en un gran luchador de palabras, tan sólo quería ser normal y quería contarlo tan claramente como pudiera, y con todo el sentimiento que yo podría amasar. Porque yo sabía lo que había experimentado y si lo podría contar con sentimiento, yo podría persuadir a otros para que lo intenten.
Así que les digo, no tienen que tener nada más que lo que ya tienen ahora – tan sólo un sueño, un sueño de algo que es otra cosa de lo que ahora son ustedes, un sueño noble. Entonces esta noche crean al grandioso Bard: “Asume una virtud, si tú no la tienes. Abstente esta noche, y te otorgará una especie de facilidad en la próxima abstinencia, y la siguiente será aún más fácil, porque el uso puede casi cambiar la estampa de la naturaleza”. Y en mi propio caso yo completamente cambié la escena. Y cambió la estampa de mi naturaleza, porque yo ciertamente no estaba estampado con esto. Pero yo deseaba contarlo. Y luego salí a contarlo. La primera vez que comencé, sólo 6 personas vinieron, y todos vinieron por simpatía. Yo envié 50 postales de un centavo. En esos días existía algo que se llamaba la postal de un centavo, y yo envié un gran número que me costó 50 centavos. De los 50, de mis amigos, todos del mundo teatral, sólo 6 vinieron, y esos seis vinieron sólo porque sentían pena, y ellos vinieron todos nada más por respeto. Sólo había 6 en el lugar que podría haber entrado cincuenta. Los demás quizás estaban avergonzados, pero ya sea que estaban avergonzados o no, de todas formas estaban avergonzados de no tener ni un billete de un dólar. Porque yo no cobraba, no tenía el coraje de cobrar, entonces cuando pasas la canasta, era sólo alrededor de 6 personas. Cuando ellos vieron que eran sólo seis, cada uno de ellos dio un dólar. Y entonces, así pagué la renta. Y así es cómo comencé y nunca volví atrás; cada noche soñando mi sueño de contar esta historia.
Luego, seis meses después, un hombre que estaba en el mismo edificio, hablando a una multitud enorme – y todas las cosas siendo relativas, yo hablaba a seis, y cuando él me invitó, seis meses después, mi grupo había crecido a 20 personas – y entonces, él tenía una audiencia enorme de alrededor de 600 personas, y él simplemente pensó qué podría librarse de mí al invitarme a que hablara en su plataforma. Así que yo tomé su plataforma, y él me pagó la gran cantidad de $25 por esa noche para tomar su plataforma y hablar a sus 600 personas. Fue después de esto que yo me enteré que él me había invitado por un solo propósito: pensaba que cuando yo enfrente a esa audiencia, iba a estar tan nervioso que ellos verían que yo no era alguien que vale la pena escuchar nunca más, y pensó que así se liberaría de mí completamente. Pero ¿Quieren que les cuente lo que sucedió? La mismísima noche siguiente yo hablé arriba, en mi pequeño espacio de cincuenta, y obtuve a 200 personas de su audiencia. Llegaban hasta el fondo del pasillo. Y ellos continuaron viniendo noche tras noche – yo hablaba dos veces por semana en aquel entonces – y entonces así vinieron. Yo no tenía lugar para ellos, y la administración del edificio Steinway Hall dijo, “No puedes continuar de esta manera. Estoy recibiendo todo tipo de quejas porque están todos en el pasillo. Deberé alquilarte un lugar más grande”. Yo dije, muy bien, alquílame algún lugar más grande. Él me ofreció un lugar más grande para alquilar, y aún en este nuevo lugar rebosaban y rebosaban y rebosaban, hasta que finalmente nos tuvimos que ir del Steinway Hall.
Así que todo comenzó por mis sueños. Yo simplemente me iba a la cama asumiendo una virtud que yo no poseía. Yo asumí, y lo asumí, y lo asumí. Así que les digo que la imaginación no hará nada para ustedes hasta que no hayan imaginado el deseo cumplido. Tal como un pequeño niño, no puede ser obligado, debe ser persuadido. El niño debe ser persuadido, no puedes obligarlo, sino te resentirá. Bueno la imaginación es igual a eso. En todas las historias de Cristo él siempre está descripto como un pequeño niño: “Y el pequeño niño los guiará”. (Isaías 11:6) Y tal como un pequeño niño, debe ser persuadida, no puede ser obligada. Así que esta noche yo no puedo obligarme a mí mismo a creer en algo, yo debo pretender que es verdad, y jugar el juego de pretender, y asumirlo, y asumirlo. Si yo me atrevo a asumir que yo ya soy lo que en este momento la razón niega, y mis sentidos niegan, y me quedo dormido en esa asunción tal como si fuera verdad, déjenme que les diga desde la experiencia, que se convierte en realidad.
En reflexión, cuando tú veas para atrás y veas cómo funciona, te darás cuenta que nunca podrías haber planeado los medios que se usaron para traerlo a la existencia. Tú nunca podrías haberlo hecho. Yo nunca podría haber pensado los medios de ser invitado por este hombre para que tomara su audiencia. Esto vino de repente. El envió a su secretaria hacia abajo, para invitarme a que suba las escaleras el jueves por la noche, que era mi noche libre (yo hablaba los miércoles y viernes), y él envió a esta dama abajo y me preguntó si podía subir la noche siguiente porque él tenía que viajar a Washington. Eso era verdad, él tenía que viajar, tenía que ir a Washington y él era el invitado de honor en un gran banquete. Entonces, esta era la gran noche de un banquete y él era el invitado de honor. Y así fue que tomé su plataforma y, naturalmente, yo estaba muy feliz de hacerlo. Pero yo no me había dado cuenta de las consecuencias. Yo había estado durmiendo en mi sueño, y así es cómo funciona. Así que no funcionó como él tenía planeado. Él fue usado por mi imaginación para traer mi sueño a la existencia, porque todas las cosas están entretejidas: “Todas las cosas por ley divina, en el uno y en el otro se mezclan”. (Percy Bysshe Shelley) Entonces si yo estoy asumiendo que yo soy lo que yo quiero ser, no necesito tu permiso, ni tu consentimiento, para usarte, si tú debes ser usado para traer mi asunción a la existencia. Yo te usaré, y a un billón de personas como tú, si se necesita a un billón para traerlo a la existencia. Por lo tanto, cuando tú miras las noticias de la mañana y ves estas cosas extrañas, no seas perturbado. Sucedió porque alguien está soñando.
¿Leyeron la revista Life Magazine de la semana pasada, sobre MacArthur? Yo sí. Estoy muy interesado en este hombre, y leí la historia de general MacArthur. Pero en el final, en el último párrafo, cuando él se estaba yendo de West Point, él repitió la frase que les dijo su general cuando se dirigió a este maravilloso grupo de hombres. Él les dijo: “Antes de que se quiten el uniforme, ustedes volverán a estar en guerra. Siempre será así, es parte de la tradición de nuestro país. Ustedes estarán en guerra, por lo tanto, preparen su nación para esa guerra”. Él lo repitió tal como se lo dijo ese hombre a él. Bueno, si todos los que se gradúan de ese gran grupo de hombres son dirigidos desde esa manera – que vayan y primero se preparen ellos, y que preparen a su comunidad, y luego a su estado, y a su país por la guerra inevitable. Entonces ¿Qué es lo que esperan? Es todo imaginación. La imaginación crea la realidad. El mundo entero es Dios hecho visible, y Dios se convirtió en el hombre, para que el hombre se convierta en Dios. Él está enterrado en nosotros como nuestra propia maravillosa imaginación humana. Así ¿Qué estamos haciendo con nuestras imaginaciones?
Yo les digo que la historia de las escrituras es verdad. Yo me paro ante ustedes como un testigo de ellas. Yo he experimentado la historia de Jesucristo. Todo lo que se dice de él en las escrituras ha sucedido en el alma de mi ser. Todo, desde su resurrección, hasta su nacimiento, el descubrimiento de la paternidad de Dios, y la Ascensión hacia el cielo, y el descenso de la paloma, lo cual es el símbolo del Espíritu Santo. Todo lo que está grabado en las escrituras yo lo he experimentado. Eso viene desde las profundidades del alma. Pero estas mismas experiencias elevadas al nivel psicológico pueden ser invaluables aquí en el mundo del César. Tú y yo podemos tomarlo en el mundo del César y hacer las cosas más fantásticas con esto. El nivel de Juan, quien usa la vestidura externa de piel y cabello, ya lo has superado. Ya no necesitas hacer eso... no necesitas matar un pájaro para redimirte a ti mismo, ni matar un buey, o a un ciervo, ni tampoco a un carnero y ofrecerlos para redimirte a ti mismo. Eso es todo muy en la superficie de todo.
Pero por debajo, en un nivel psicológico, ustedes pueden usarlo para manifestar el estado más maravilloso en el mundo. Tomen a cada persona que conocen, y sin el consentimiento de ellos, represéntalos ante ti mismo como si ya fueran el ser que ustedes querrían que sea, y vean verdaderamente cómo se convierten en eso. ¡Vean cómo se convierte en eso! Como mi amigo que fue a San Francisco, y un completo extraño en la calle le pidió dinero, y él no le dio dinero, sino que en el ojo de su mente el vio a ese hombre completamente empleado. Él se rehúsa a darle dinero, pero lo ve al hombre completamente empleado, y cuando se sintió satisfecho en que su acto imaginario ya es verdadero, continuó en su caminata. Y luego, cuatro meses después, el mismo hombre vino caminando por la calle, y se acercó a mi amigo Freedom, le extendió su mano, y le dijo, “No creo que me recuerde, ¿verdad?”, Freedom dijo, “Oh sí, lo recuerdo”. Y luego, el hombre le dijo a mi amigo Freedom: “Quiero agradecerle porque no me dio el dinero que le pedí hace cuatro meses; porque si me hubiese dado dinero, todavía hoy estaría pidiendo dinero. Pero porque tú no me lo diste, ese mismo día fui a buscar y conseguí un trabajo. Todavía sigo trabajando allí, y estoy completamente empleado, y tengo posibilidades de crecimiento en este mundo”. Y él se lo agradeció… a un completo extraño. Pero Freedom conocía el arte del perdón: cómo realmente crear en sí mismo un nuevo hombre, en vez de quedarse en este conflicto. ¿Un hombre rogando por dinero? No. Yo crearé en mí mismo un nuevo hombre, un hombre que está completamente empleado.
Así que les digo a todos que pueden hacerlo. Tú eres un discípulo. No creas que los discípulos desde Pedro a Judas son los doce discípulos. Lean el capítulo 9 del libro de Hechos. Tanto hombres como mujeres, si realmente aceptan este camino de vida, son discípulos. Cualquiera que acepte el camino de vida, y este es el camino de vida; ellos son llamados: “La gente de El Camino”. Tomamos a la frase: “La gente de El Camino”, y ahora le damos el nombre: Cristo. Es un nombre hermoso; para mí es un nombre hermoso. La palabra Cristo significa Mesías. Es el Camino de la Salvación. Pero es un Camino de salvación, no es un ser externo a ti quien salva. Porque, escuchen a estas palabras del capítulo 43 de Isaías: “Yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador… y fuera de mí no existe otro salvador… no hay otro”. (Versículos 3 y 11) No existe otro Salvador fuera del Santo de Israel, y su nombre es YO SOY: “YO SOY el Señor tu Dios, el Santo de Israel”. Entonces el YO SOY dentro de ti es el gran ser que se hundió a sí mismo en ti, y se convirtió en ti. Él es tu propia maravillosa Imaginación Humana.
Y tú lo intentas. Lo pruebas sinceramente. Si mañana no obtienes el fruto, ¿Qué importa? Déjenme que les repita aquel hermoso pasaje de Habacuc: “La visión tiene su tiempo señalado, madurará y florecerá. Si tardara, entonces espera; porque vendrá seguro y no se demorará”. (Habacuc 2:3) Entonces la visión, es tu visión de ti mismo; tú quieres ser… y lo mencionas. Muy bien, tú tiras una semilla al suelo hoy. Podría ser una bellota, podría ser un maíz, podría ser otro tipo de semilla, y cada semilla tiene su tiempo señalado. Una crecerá en una noche, otra crecerá en una semana, otra crecerá en un mes, y otra crecerá en un año, pero tiene su propio tiempo señalado, y madurará y florecerá. Si a ti te parece que demora, espera, porque vendrá seguro, y no se demorará. No se demorará para sí misma. Todas las cosas dan su fruto según su género. Eso es parte del plan eterno – de la cosecha idéntica. (Génesis 1:11) No puedes plantar una cosa y esperar a que crezca otra cosa que no es lo que plantaste.
Entonces, cualquier cosa que tú plantes, tú lo plantas en tu propia maravillosa imaginación al asumir que tú ya eres lo que quieres ser.
Así que él viene a nuestro mundo y lo perturba. Si él no hubiese venido a mi mundo, ni me hubiese dicho que yo no estoy realmente anclado (es decir condenado) al ambiente en el cual he nacido, y que yo podría trascenderlo, bueno entonces, yo no tendría ninguna ambición de ser otro de lo que yo ya era desde nacimiento, y permanecería en ese ambiente. Porque cuando Cristo viene al mundo, él viene no para traer paz, sino una espada. (Mateo 10:34) Él perturba al mundo entero cuando viene; y luego le muestra al hombre cómo traer en él mismo la paz, cómo crear en él mismo un nuevo hombre en lugar de dos, para así hacer la paz. Pero no puedes tener paz, a menos que primero haya guerra. Así primero él hace la guerra, y luego te muestra cómo él va a hacer la paz. Él te perturba para que tú puedas ser otro del que aparentas ser; y luego te muestra cómo hacer la paz, cómo traer a la existencia un nuevo hombre en vez de dos.
Ahora vayamos al silencio.
Cuando comiencen a practicar este arte del perdón, y lo dominen, y lo dominarán si lo practican, no piensen ni por un momento que porque ya han dominado este arte, que luego podrán trabajar en cooperación con Dios para traer el nuevo orden a la existencia. Ese nuevo orden está viniendo, ya sea que ustedes perdonen o no. Este arte nos lo es dado sólo para amortiguar los golpes de este nivel pero ese nuevo orden está viniendo, de hecho, ya ha venido. La puerta está abierta y nadie puede cerrarla. Así que el orden ya ha venido. Si tú quieres continuar adaptándote al ambiente en el cual has nacido, no demorará tu entrada al Reino de los Cielos. Esto se te da sólo para adaptarte en esta rueda de recurrencia mientras estás en ella, hasta aquel momento en el tiempo cuando Dios, en su maravillosa misericordia, te eleva hacia el reino de los cielos.
Ahora, ¿Hay alguna pregunta, por favor?
Pregunta: ¿Puedes relacionar lo que dijiste esta noche sobre el perdón, a tu capítulo llamado “Las Tijeras de Podar de la Revisión”?
Respuesta de Neville: Sí, definitivamente. La revisión es perdonar. Yo traté de refrescarlo como pude, porque la palabra hoy en día… luego de 2000 años, al barco le han crecido percebes, y estas palabras, como expiación, como el perdón, ciertos grupos se han apropiado de sus derechos y del único derecho de perdonar; que un individuo puede perdonar; sólo si llevas puesto el hábito puedes perdonar, y él ha asumido el derecho y el único derecho de perdonar. Eso no está en las escrituras para nada; todos en el mundo pueden practicar este arte. Lo hizo hasta una pequeña niña de cinco años de edad; su abuela viene aquí (ella está aquí esta noche) esta niña realmente trajo una reconciliación entre sus padres divorciados, al jugar un pequeño juego que la abuela le enseñó. Así que cuando vas a la cama esta noche… (N.T.: Aquí hay una omisión de la cinta, pero está historia se encuentra en la conferencia “El milagroso poder del apego”).
Pregunta: ¿Es necesario hacer la revisión, como dijo Jesús, antes de orar? ¿Qué si has herido a tu hermano, vuelve y perdónalo? ¿Es la revisión necesaria para un trabajo más efectivo?
Respuesta de Neville: Es efectiva en cualquier momento en las veinticuatro horas. Si yo te lastimo, entonces estamos en conflicto dentro mío, no dentro tuyo. Yo debo resolverlo, si así lo deseo. Yo debería desearlo, porque voy a comprobarlo para mí mismo, como ya lo he comprobado, que tú no eres realmente otro. Todavía no sabes que tú eres el ser que te está hablando a ti. Todavía no lo sabes, y aun así lo eres. Sin pérdida de identidad, tú serás el mismo maravilloso ser que eres pero aún más, y aun así serás uno con el Orador. Y eres único ser que va a demostrártelo a ti que tu realmente eres el Padre de mi Hijo, mi hijo David. Tú eres su padre, y tu madre es su padre, y tu abuela. Cada ser en este mundo que aparenta ser de otro sexo, ellos son el padre de mi Hijo. Así que la paternidad de Dios es real.
Así que si en el proceso no te das cuenta de esto, y alguien nos ofende, y yo no sé que él es mi propio ser solamente reflejando algo que yo he hecho, lo cual he olvidado, que él solamente da testimonio de mi propia perturbación – yo creo que él es la causa. Él no es la causa; esta en mí. En algún momento en el tiempo, cuando leí esta cosa sobre el General MacArthur… yo siempre admiré al general, y aún lo admiro… así que yo, esta noche, me lamento porque él lo escribió, realmente, porque para mí él es más grandioso de lo que ha escrito en esa publicación. En el ojo de mi mente, yo pienso que es una persona maravillosa. Pero cuando era joven, él estaba siendo enviado hacia el mundo, bien entrenado, primero en su clase, mucho más adelantado que cualquier de ellos, y se le dijo: “Antes de que se quiten el uniforme, ustedes volverán a estar en guerra. Y esto es inevitable”, dice el caballero que se dirige a la clase. Siempre ha sucedido, y siempre sucederá dijo él, por lo tanto preparen a su país para eso. Bueno, que puedes esperar cuando cada clase que está saliendo hoy en día, de Rusia, de China, de Inglaterra, de… (etc.) Todos tienen clases que salen entrenadas para proteger su tierra. Si esa es la orden que se les da – indudablemente es una orden parecida que se les da a todos ellos – ¿Estamos preocupados? ¿O deberíamos estar perturbados cuando vemos estas explosiones por todo el mundo? Es inevitable dijo él.
Bueno, yo les digo, Cristo vino al mundo. Se hundió en ti como tu propia maravillosa imaginación humana, y él te perturba al decirte que puedes ser lo que quieres ser. Eso es guerra. Pero él te pone en un ambiente que es limitado, y te hace comenzar en la vida como un esclavo. Porque todos somos esclavos; tú vienes y entras, y no tienes dinero, no tienes trasfondo social, ni trasfondo intelectual, no tienes nada, y allí es donde comienzas. Y él te dice que puedes soñar, y que al atreverte a asumir que ya eres el hombre que te gustaría ser, puedes convertirte en él. Va a causar conflicto en este mundo – “Yo no vine a traer paz, sino una espada”. Porque, desde el minuto que comienzas a soñar, van a suceder cosas, y la gente va a ser perturbada. Pero su perturbación trae al nacimiento del cumplimiento de tu sueño. La cosa completa es perturbada – no puedes detenerlo – de repente viene a nacer, y tú te conviertes en ese el hombre, y sueñas de ahí en adelante. Y los sueños siempre están perturbando al mundo.
Un día, un amigo mío, volando desde San Diego a Los Ángeles, vino a casa para cenar aquella noche – él es un hombre de la fuerza naval, ahora ya no, pero él estaba en la fuerza naval durante la última guerra. Me dijo, “Tuve la experiencia más extraña hoy. No me di cuenta, pero yo estaba volando sobre el borde del agua, pero volando por arriba del agua, y vi a este pequeño barco moviéndose, y estaba dejando una oleada detrás. Y ¿Sabes qué Neville? Esa oleada continúo por largo tiempo más de lo que mi ojo llegó a ver; y yo conozco un poco sobre las estructuras de este mundo nuestro, y esa cosa, a menos que haya sido interferida por algo, llegará al Oriente, aquella oleada. Él perturbó al agua, y esa cosa se está moviendo, y continuará por siempre y para siempre. Hasta que alguna orilla lo detenga, va a continuar eternamente”. Bueno, ¿Sabes qué? La mente perturba algo y va a influir a todos los que toque.
Traducido por Laura Arrojo
La conferencia original en inglés es BINDING AND LOOSING (Neville Goddard – 01-14-1964)
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