Neville
Goddard (26 de enero de 1965)
EL
ARTE DE MORIR (2)
El tema de esta noche, su título podrá parecer extraño, yo lo llamo: “El Arte de Morir”. Si por el momento te parece demasiado espiritual, déjame que te diga, lo que es más profundo espiritualmente, lo encontrarás, en el final, lo más directamente práctico. No hay nada más práctico en este mundo que aquello que es lo más profundamente espiritual, y esta noche es el arte de morir. En el libro de Juan se nos dice: “Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos.” (Juan 15: 13). Mucha gente ha tomado a este pasaje y lo han interpretado como al hombre que va a la batalla, y ofrece su cuerpo para proteger a sus amigos. Es un gesto noble, y ciertamente maravilloso, pero no tiene nada que ver con este pasaje, ni una cosa tiene que ver con él. Cuando doy mi vida por mis amigos, yo no me paro delante del cuchillo, o de la pistola, y doy mi cuerpo por el de ellos. Esto es algo completamente diferente. Esta noche les mostraremos la interioridad (la cualidad espiritual) de esta ley.
Pablo dijo, “¡Cada día yo muero!” (1ra. Corintios 15: 31). Bueno, si cada día yo muero, y si hoy di este cuerpo, no podría morir mañana; pero cada día mientras esté vistiendo este cuerpo, yo muero. Bueno, ¿Cómo lo hago? Dirijámonos a Blake ahora, alguien que tenía una clara, clara y perfecta visión. En su Placa número 96 de Jerusalén, él hizo esta declaración: “Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina, sino el hombre no podría existir sin hermandad.” No puede existir si no es por hermandad. Bueno ¿Cómo lo hago? Cada amabilidad hacia otro es una pequeña muerte en la Imagen Divina. El hombre es solamente la suma de todas sus creencias, todas sus impresiones, eso es lo que soy, eso es lo que tú eres. Si quieres conocer a un hombre, tienes que ponerte detrás de sus palabras, aún de sus pensamientos, hasta llegar a sus creencias, desde las cuales estos emanan. Así que soy la suma total de todas mis creencias.
Entonces te encuentro en la calle, o escucho sobre ti; te encuentro, y no te ves muy bien, o alguien me escribe, y me cuenta que no estás bien; eso es una impresión. Así que de ahí en adelante, si pienso en ti, esa impresión me viene al ojo de mi mente. Yo debo aprender el arte de morir a esa impresión. Debo traerte hacia el ojo de mi mente, y ponerte dentro de una luz completamente diferente, y verte como debería verte, si fueras aquel que a mí me encantaría que fueses.
Cuando soy auto-persuadido de que tú eres aquella nueva impresión, yo he muerto a la otra impresión. Así que cada amabilidad de mí parte, cada pequeña amabilidad, es una pequeña muerte en la Imagen Divina. Esa Imagen Divina es la muerte… debe morir, y morir completamente, a través del amor. Porque ¿Qué es la Imagen Divina? Escuchen cuidadosamente a cómo lo define Blake: “Misericordia, piedad, paz y amor, es Dios, nuestro Padre querido; y misericordia, piedad, paz y amor, es el hombre, su hijo y su desvelo.”
Así que, ¿Fue una cosa misericordiosa eso que hice? Si, fue misericordiosa. ¿Impulsada por la piedad? Sí. ¿Fue hecha con amor? Sí. Y ahora, ¿Estoy en paz por haberlo hecho? Sí. Entonces yo cumplo con la Imagen Divina – misericordia, piedad, paz y amor. Yo tomé todos estos aspectos de la Imagen Divina. Fue misericordioso hacerlo; ¿Para qué dejarlo en angustia, cuando yo puedo ejercitar este poder? Por lo tanto, cada vez que el hombre ejercita este poder creativo que tiene, amorosamente, está simplemente efectuando este pequeño acto de muerte. Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina. Esto es llamado en las escrituras, arrepentimiento. Arrepentimiento significa: “convertirse en otra persona”. ¿Acaso no me convertí en otra persona? Porque yo estoy hecho de todas mis impresiones, de todas mis creencias, y yo creo que tú estás lastimado; y esa herida no necesariamente debe ser física, en el sentido de que estés físicamente herido, podría ser que estás financieramente herido. Podría ser que ahora estás siendo deshonrado. Podría ser de miles de maneras.
Entonces si yo creo en esto, porque aquí están los hechos, yo estoy enfrentado a los hechos, soy llamado a ejercitar mi talento, y poner algo en reemplazo. Por lo tanto, si pongo algo en reemplazo, yo tengo que abandonar aquella impresión que estoy sosteniendo sobre ti. Al abandonarla, si yo soy la suma total de todas mis creencias, al abandonar cualquier creencia, yo muero. Yo muero al abandonar cualquier creencia que yo ahora entretengo. Entonces, cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina… el hombre no puede existir, si no es por la hermandad. Así que si no considero al mundo entero, a este mundo fragmentado, como a mí mismo, a cada uno como mi hermano, y gradualmente todos estamos siendo recogidos en unidad, re-ensamblados en el único ser que es Dios el Padre, y luego yo soy él. Porque soy un ser fragmentado, tú lo eres, todos lo somos. Mientras estamos fragmentados en este estado, somos hermanos, y al practicar este arte, preparamos el camino para ser llamados de nuevo hacia la unidad que es Dios.
En nuestro evangelio más viejo, el cual es Marcos, las primeras palabras que se pusieron en la boca de aquella figura central, “El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado, ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!” (Marcos 1:15). ¡Arrepentíos! Se nos llama a arrepentirnos, y la palabra arrepentirse significa: “un cambio radical de actitud hacia la vida”; un cambio radical hacia cualquier cosa en este mundo, pero radical, bien desde la raíz. Así que me encuentro con alguien en este mundo, y me cuentan su historia. Habiendo escuchado su historia, me han dejado su impresión en mí, porque yo confío en ellos, y les creo. Habiendo escuchado exactamente lo que está sucediendo en sus vidas, si no es placentero, me han dejado con algún otro aspecto de mi propio ser, porque me han dado otra impresión. Cada impresión, suma a mí ser. Cada creencia es mi ser. Yo soy la suma total de todo lo que yo creo. Bueno, ahora que los dejo, y ellos van por su camino, y yo voy por el mío, depende completamente de mí. No de ellos, de mí, cambiar a mí ser, y traerlo de nuevo hacia otro estado. Porque se nos dijo en el Salmo 51 (versículo 4): “Contra ti, contra ti sólo he pecado, Oh Señor”… No puedo pecar en contra de nadie más que de mí. ¿Quién tomó esa impresión? Yo la tomé. Bueno, ¿Cuál es su nombre? - YO SOY -, Yo estoy creyendo eso. “Contra ti, contra ti sólo he pecado, Oh Señor; de manera que tu juicio fue justo.” Todo lo que me haces de ahora en más, es justo. No puedo quejarme, porque yo he pecado solo contra Dios, y Dios es YO SOY… yo tomé la impresión. Yo lo vi, y viéndolo, lo creí, y al creerlo, es parte de mi mundo ahora. Debo vivir con eso. Así que de ahora en más, o vivo con ello, y doy fruto de esa impresión, o la cambio. La cambio al convertirme en otra persona.
Así que, arrepentimiento, de manera amorosa significa: “Convertirse en otra persona”, porque eso era mi ser, ese es el ser que yo soy. Conviértete en otra persona: Yo no lo veo a él de esa manera, no la veo a ella de esa manera, yo lo cambio en el ojo de mi mente; y al cambiarlo, me persuado a mí mismo de la realidad de aquel acto imaginario. Yo represento al individuo ante mí mismo, de la manera que me gustaría que él fuese, y al verlo bajo esa luz, creo en la realidad de aquel acto imaginario. Luego, el tiempo prueba que eso es cierto… ella o él se amoldan a este acto imaginario mío. Si eso es verdad, yo mantengo a mi cuerpo balanceado, por así decirlo. Y estoy siendo llamado de vuelta por mi Padre, de aquella caída del estado fragmentado.
Así que se nos dijo, vayan al mundo y cuenten la historia. Cuéntensela a todo individuo en el mundo… de cómo están, realmente, viviendo en un mundo inventado solo por sus creencias; que: “Todo lo que observo, aunque parezca estar afuera, está dentro, en mi Imaginación, de la cual este mundo de mortandad es tan solo una sombra.” El mundo entero es yo mismo empujado hacia afuera, soy yo mismo objetivado. ¿Qué propio ser? El propio ser inventado (creado) por todas mis creencias – yo creo que soy esto, aquello, y lo otro. Así que hoy, déjenme que les diga, tomen a todos los que conocen en este mundo; no te cuesta nada y, déjenme que les diga, no necesitan graduarse de ninguna institución en este mundo para practicar este arte. No necesitas un título. No necesitas ningún permiso de nadie para decir que eres esto, aquello, o lo otro. Puedes hacerlo tal como ahora eres, aquí. No necesitas el consentimiento de nadie para hacerlo, porque lo estás haciendo de todas maneras. Tú estás caminando sobre la tierra, siendo igualmente un ser compulsivo hecho (inventado), de todas las cosas que tú crees, y luego tú las generas físicamente en este mundo.
Aquí tenemos esta noche, una preparación para el funeral más fantástico posible, que jamás haya visto nuestra generación. Vimos uno que fue realmente pura fantasía, atrás en el 63’, cuando nuestro presidente (John F. Kennedy) fue asesinado, y fue solemne y majestuoso, realmente maravilloso, si tú quieres drama… no hay duda alguna. Pero esta cosa que vas a ver en el comienzo del sábado, será la cosa más fantástica que nuestra generación jamás ha visto. Él (Sir Winston Churchill) lo escribió atrás en el 43’, cuando cayó en cama por la doble neumonía y él estaba en el Cairo, escribió el tipo de funeral que quería. Lo revisó diez años después. Quería bandas, quería un funeral de estado, quería todas estas cosas. Muy bien, él las obtendrá: las ha imaginado. Él es un plebeyo. Realmente imaginó esta cosa completa. Así que él los sobrevivió a todos… es el último de los tres grandes. Así que los llaman los Tres Grandes (Roosevelt, Stalin, y Churchill). Roosevelt se fue primero, y luego siguió Stalin, y todos eran más jóvenes; luego él, el mayor de todos ellos, y él hace (su salida) a la edad de noventa (años). Lo escribió en detalle, lo que quería, y lo va a obtener. Quería irse como Wellington, como Nelson… todo lo que hicieron en aquel día, hoy será mucho más grande. Ahora estiman que 400 millones verán este desfile. Él lo concibió.
Bueno, yo tengo palabras para el gran hombre – un verdadero gran hombre – pero Dios jugó aquel papel, como él ahora juega tú papel. Aquel que vino y limpió mi casa ayer, aquel que jugó ese papel, fue Dios, el mismo Dios que va a jugar este papel. Y estas palabras que salen de las escrituras, “Os digo que entre los nacidos de mujer, no hay nadie más grandioso que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios, es más grandioso que él.” (Lucas 7: 28). Ninguna grandeza en este mundo significa algo en absoluto, ¡Ninguna! Esa visión de Blake en: “La Visión del Juicio Final”, cuando él vio este personaje, Araunah, mencionado en 2da. Samuel, capitulo 24, y él tenía esta superficie de desgranamiento, y David lo compró (versículo 21). Cuando la plaga atacó a Israel, llegó justo hasta esa área, y se detuvo. Así que él la compró, y allí construyó un altar. La palabra Araunah significa: “jefe o gobernante”. Quién puede ser el jefe o gobernante, sino es Dios. Y él vio a Araunah con una canasta, rebalsando de todas las vanidades de riquezas, y todos los honores del mundo, todos honores terrenales, todas las medallas que abrochan sobre ti, como este desfile que comenzará el sábado. Él lo escribió… un gran hombre… pero solo estaba jugando un papel. Él no sabe que el menor en el reino, es más grande que Juan, pero el menor de absolutamente todos, y los menores en el reino podrían caminar en esta tierra siendo completamente desconocidos. Bueno, ¿Quién sería aquel que es menor en el reino, desconocido? El Cristianismo está basado en la afirmación de que una serie de eventos sucedieron, en los cuales Dios se reveló a sí mismo en acción, para la salvación del hombre; y cada acto fue conocido solamente en aquel en quien sucedieron. No podían ser vistos ni oídos por otro. En ese en quien sucedió, puede ser creído o no creído, no hay diferencia. Pero él camina sobre la tierra, y si estos eventos sucedieron en él, o en ella, él está en el reino. “Entre los nacidos de mujer, no hay nadie más grandioso que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es más grandioso que él.” Así que, aquel en quien suceden, ha entrado en el reino.
Y no se necesita saber dónde él deja a su pequeño cuerpo. Me dijeron hoy, que nadie sabe realmente dónde fue enterrado Blake. Saben dónde nació, porque su padre era un sombrerero, entonces él conocía la casa donde los niños habían nacido. Pero dónde fue enterrado Blake setenta años después, nadie lo sabe, posiblemente en alguna tumba de pobreza, desconocida, sin nombre. Pero él vio en esta perfecta visión, la expulsión de todas las vanidades y riquezas, y de todos los honores terrenales. Así que ¿Por qué debería importarte un gran, gran funeral? Pero si eso te interesa, está perfectamente bien. Y estoy seguro que lo vas a ver, yo lo veré, así que el sábado prenderé a la cosa completa, como si estuviese en un teatro, y observaré al completo gran desfile. No puedes quitarle nada a él, este perfectamente maravilloso personaje que fue jugado por Dios. Dios jugó aquel papel, maravilloso papel. Pero él también está jugando tu papel. No te olvides ni por un segundo, que Dios es uno, Dios no son dos. Así que el Dios que jugó ese papel, no es un Dios menor que el Dios que juega tu papel.
Todo por lo que puedes tener esperanza, es orar para que esta serie de eventos marcando tu entrada al cielo, sucedan dentro de ti. Porque no importa qué tan grande eres en los ojos de los hombres, no se compara con el menor en el reino de los cielos. Así que deja que todos busquen solamente al reino. Y se te dijo desde el principio, que se empieza con practicar la revisión. La palabra no es revisión; se la llama arrepentimiento, y arrepentimiento simplemente significa: “convertirse en otra persona”, otra persona. Mientras estoy parado aquí, si tengo cualquier impresión que no es amorosa, y la cambio, y pongo en su lugar, una amorosa impresión, en ese mismo momento yo soy otra persona, porque yo soy la suma total de todas mis creencias, de todas mis impresiones. Por lo tanto, cualquier cambio en mi vida, no importa qué tan pequeño sea, respecto a otro, y lo veo como me gustaría verlo, o los veo como me gustaría verlos, o escucho otra cosa de lo que escuché, y lo hago sonar como algo más hermoso, si me persuado a mí mismo de la realidad de este cambio de actitud, yo soy otra persona. Y siendo esa otra persona, muy bien, me convertí en un nuevo ser.
Luego de muchos cambios múltiples dentro de mi propio mundo, a medida que ejercito este talento, entonces soy llamado. No puedo decirles en qué momento en el tiempo somos llamados, porque nadie sabe qué tan atrás realmente vamos. Tú y yo no comenzamos hace unos años atrás, en el vientre de nuestra madre, y no terminamos en la tumba. Nadie termina en la tumba. Pero comenzamos mucho tiempo atrás; y en ese entonces, cuando comenzamos, todo era perfecto, un ser fragmentado, pero todo era perfecto. Pero no somos útiles en la tierra como poderes más allá de este mundo, a menos que tengamos libertad de expresión. Entonces, como eso fue concedido al hombre, él comete errores, y trata de corregirlos desde lo externo. Él hace todo tipo de cosas contra su ser fragmentado, hasta que escucha la historia. Es por eso que es muy importante que todos deberían escuchar esta historia: la historia de Dios convirtiéndose en el hombre, para que el hombre pueda convertirse en Dios. Así que todos la escuchamos, y se nos dice que en el comienzo, el cambio es arrepentimiento. Luego se te dice que arrepentimiento significa: “un cambio de actitud”, y el cambio de actitud debería ser radical.
Déjenme que les diga, tú puedes empezar ahora, en este momento, y empezar a hacerlo. Se toma a si mismo hacia tu mundo de sueños. Tus sueños no son los sueños normales, desde ese momento en adelante. Te encuentras a ti mismo en un sueño, y no te permites ser llevado por el viento, no te permites ser, de ninguna manera, una cosa simplemente moviéndose a través del mundo. Tú estás en control de todo lo que haces. El abrir un libro en un sueño… tú sabes exactamente lo que estás haciendo. Conoces al título, y lo lees, y sabes que todo está tomando lugar en un sueño. Así de controlado por ti, se convierte todo. No eres una víctima de tu atención divagante; estás en control, eres el amo y el director de tu atención. Va directo a ese estado. Y cuando te vayas de este mundo luego de que estas experiencias sucedan en ti, tú lo dejas para siempre. Aun así, todos los que quedan, son tu ser fragmentado, y todos deben ser redimidos. No puedes dejar que uno sea perdido, “Nada puede perderse en todo mi Santo Monte.” Entonces, cuando te vayas, habiendo tenido estas experiencias, no pienses ni por un segundo que has sido desligado de tu mundo. Es tú mundo… tú eres el Dios que se fragmentó a sí mismo en este mundo, así que todos deben ser redimidos. Pero luego tú estarás en ese mundo controlado, por así decirlo.
Como se nos dijo, y esta es la nueva traducción conocida hoy en día como la Nueva Biblia Inglesa: “Han escuchado las palabras, ‘Y el primer Adán se convirtió en un alma viva; el segundo Adán se convirtió en un Espíritu que da vida.’” (1ra. Corintios 15: 45). Pero esa no es la traducción de hoy: “El primer hombre Adán se convirtió en un ser animado.” – marca las palabras “ser animado”; “el segundo Adán se convirtió en un espíritu que da vida.” El primero, dice un ser animado… y cuán verdadera es, esta traducción. Este mundo entero es animado, y por lo tanto no debe ser condenado. Cualquier condenación va al ser que lo está animando, no a la cosa animada. Así que el primer hombre Adán, se convirtió en un ser animado; el segundo Adán, se convirtió en un Espíritu que da vida. Luego de la serie de eventos, te conviertes en un Espíritu que da vida. Así que estarás por encima, y entenderás las palabras: “Ustedes son de abajo, y yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo” (Juan 8: 23). Él te está diciendo, por la serie de eventos dentro de él, que se convierte en parte del espíritu que da vida; y por lo tanto él pudo clamar, “Padre, perdónalos; no saben lo que hacen” (Lucas 23: 34). Perdona a cada ser en este mundo por lo que sea que haya hecho, y lo que sea que esté haciendo. Y, sabiendo esto, cámbialo. Perdona a todos y luego en el ojo de tu mente, cámbialo. Él no puede evitarlo, tan solo no puede evitarlo. Porque si hay condenación, dijo él, “Ninguna autoridad tendrías sobre mí, si no se te hubiera dado de arriba; por eso el que me entregó a ti, tiene mayor pecado.” (Juan 19: 11). Así que nadie puede condenarme, si no se le hubiese dado de arriba. Y él toma al mundo entero, y lo perdona.
Ahora, miren a la cruz de esta manera, esta noche, porque este es el arte de morir. No vean a un hombre en una cruz de madera hace 2,000 años, colgado por tres horas, y luego resucitando tres días después de la tumba. Mírense a ustedes mismos de esta manera – y estoy citando ahora el capítulo 6 del libro de Romanos – “Si nos hemos unido a él en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección como está.” (Romanos 6: 5). ¿Ven el cambio en el pretérito? “Si nos hemos unido a él en una muerte como la suya” – eso es pasado, eso ya ha terminado, nuestra crucifixión ya terminó; ahora viene el futuro – “también nos uniremos a él en su resurrección como está.” La resurrección está tomando lugar. Como dijo en su carta a Timoteo, “Aquellos que enseñan que la resurrección se ha terminado, y ya ha sucedido, están desviando y cambiando a la gente de la verdadera fe” (2da. Timoteo 2: 18). No ha terminado; ha comenzado, y está sucediendo. Bueno, todos estamos unidos con él en una muerte como la suya; todos fuimos crucificados con Dios. Ahora Dios ha resucitado. El primero ya sucedió; y en todos Dios está resucitando, en todos. Todos están resucitando como Dios… no como otro pequeño ser… solo Dios está resucitando. Todos han pasado a través del acto de ser crucificado con Dios, y todos resucitarán, porque él ya ha resucitado. Él resucitó en uno. Él está resucitando en todos, pero uno tras otro, tras otro, y todos serán unidos en un solo ser.
Así que esta es la historia de la muerte: el arte de morir. Él está ahora en la cruz, tu cruz, y en los tres días, en las tres horas… y márquenlo bien en el primer capítulo del libro de Génesis, “En el tercer día, la tierra se elevó desde lo profundo” (Génesis 1: 9 al 13). Tres, es un símbolo de resurrección. Tú estás resucitando al practicar el arte de la revisión. Estás resucitando… en cada momento en el tiempo en que mueres… cada pequeña amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina. Así que cada vez que tú ves a alguien angustiado, y lo revisas, y te persuades a ti mismo de la realidad de esa revisión, tú mueres. Esto es la muerte. Todos están en la cruz, y él está clamando: “Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen.” Y cada vez que tú revisas a cualquier ser en este mundo, y crees en la realidad de tu revisión, tú mueres. Por lo tanto, “Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina, sino el hombre no podría existir sin hermandad.” Es un único gran ser fragmentado, y estos son los hermanos; cuando todos vuelven a unificarse otra vez, y son traídos de vuelta a ser uno solo, somos los padres. Somos El Padre, cuando somos unidos; somos los hermanos en conflicto, cuando no lo entendemos. Cuando comenzamos a ver la visión, somos los hermanos en el amor, y cuidamos a todos, y lo elevamos dentro de nosotros. Cuando somos elevados en nosotros mismos al revisarlo, somos gradualmente llamados de vuelta hacia esa unidad que es nuestra unidad, y esa unidad es Dios el Padre.
Todos son llamados a practicarlo. Esta noche, te invito a que comiences. Porque no importa qué tan grande eres en este mundo – tú podrías ser el más rico de los ricos, el más honrado de los honrados – y aun así, si aún no has tenido las experiencias como son descriptas en las escrituras respecto a Jesucristo, tú no estás en el reino. Como se nos dijo, “En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.” (Mateo 11: 11). Porque todos los honores del mundo son arrojados a la basura, todas las riquezas del mundo son arrojadas a la basura, no importa lo que son, son completamente arrojados a la basura. Los hombres hoy en día, sin saber esto, planean sobrevivir luego de la tumba, al construir monumentos para ellos mismos, librerías para ellos mismos, y todo tipo de indulgencias para sí mismos, para perpetuar su memoria en la mente de los hombres… y todo esto es arrojado a la basura, no significa nada. Solo aquellos que entrar al reino de Dios… porque eso significa vida, convertirse en parte del poder que da vida en el mundo.
Así que esta nueva traducción es verdad. Pueden leerla en Nueva Biblia Inglesa: “El primer Adán se convirtió en un ser animado”. Yo entré en una habitación igual a esta, y vi a seres animados, y pensé que ellos tenían vida por sí mismos, eso pensé yo. En ese momento, supe que su vida estaba en mí, ellos no la tenían en ellos mismos, para nada. Mientras los miraba, detuve dentro de mí, lo que yo sentía, y ellos no estaban animados… toda la animación estaba en mí. Ellos estaban completamente quietos, y yo examiné estas figuras de yeso. Todo lo que es conocido por el hombre en este mundo, no era así para nada, hasta la ley de la gravedad. Las cosas que debían caerse, no se caían. Los pájaros en vuelvo permanecieron inmóviles, y ni una cosa podría hacerlos caer, tan solo inmóviles. Y cuando liberé aquello que había detenido en mí, ellos siguieron moviéndose, y continuaron en una aparente vida en ellos mismos…. Y (la vida) no estaba en ellos para nada. Así que en ese momento degusté el poder de la era que vendrá. Así que él habla de las dos eras, esta era, y esa era. Esta era, es la era animada, el primer Adán; y todos nos estamos dirigiendo hacia esa era, donde nosotros somos el poder operante. Y lo desperdiciamos de vez en cuando.
Esa fue una buena degustación aquella noche.
Pero antes de que llegues a ese punto, y puedas degustarlo de esa manera, puedes experimentarlo de esta manera, y probar que puedes operarlo, al cambiar dentro tuyo las actitudes. Un completo cambio de actitud, resulta en cambios correspondientes en el mundo externo. Y cuando lo pruebas, entonces ya estás en camino, y eventualmente llegarás a ese punto en que serás llamado una noche, para degustar del poder. Aquí lo haces sin realmente conocerlo, pero esa noche, tú lo degustarás. Cuando veas a un hombre parado frente a ti, que estaba caminando, con la intención de salir de la casa, y tú lo detienes – no con poner tu mano en él; no le has disparado; no le has comandado a que se quede quieto – tú simplemente detuviste algo dentro tuyo. Cuando lo detuviste, él se detuvo, y no podía moverse. Luego lo examinas y él no está vivo para nada, está muerto. Él era, hasta ese momento, un ser animado, y tú no te habías dado cuenta hasta ese momento, que tú eras la causa de su animación.
Hoy, tú eres la causa de tu completo vasto mundo que te rodea. Estás animando a todo en tu mundo, así que puedes intentarlo. Toma a alguien que está angustiado, en el ojo de tu mente, tráelo a tu mente, y represéntatelo a ti mismo, como te gustaría que él sea, y obsérvalo, con el tiempo, amoldarse a aquella representación. Bueno, ¿Acaso no lo has hecho tú? Si este es el nivel más bajo, y lo haces con otra persona, luego lo haces con otra más. Cada vez que lo haces con alguien para el bien de él, tú mueres. Porque, antes de que lo hicieras, tú vivías en esa limitación; todo está dentro de ti. Si alguien está desempleado, y tú sabes eso, bueno, entonces, dentro tuyo, eso es una imagen, es una creencia, y el hombre es la suma total de todas sus creencias.
Así que mueres a esa creencia; ahora lo representas ante ti mismo, como completamente empleado, él nunca ha tenido tanto, él nunca ha estado mejor. Y luego, él está completamente empleado, y nunca ha tenido tanto. En ese momento, tú has abandonado a una cosa; cuando la has abandonado, tú has muerto.
Por lo tanto, “Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina, sino el hombre no podría existir sin hermandad.” Esto es la hermandad – tomar a todos y transformar a todos dentro de ti mismo. Porque, “Todo lo que observas, aunque aparenta estar afuera”, no lo está realmente, “está todo dentro, en tu Imaginación, de la cual este mundo de mortandad es tan solo una sombra.” Y luego vendrá ese momento en el tiempo en que serás llamado a degustar ese poder, poder real. Y luego verás por qué el clamor en la cruz es tan verdadero: “Padre, perdónalos, ellos no saben lo que hacen”. Ellos no lo saben. Están viviendo en un mundo de impresiones, un mundo de creencias. Son la suma total de todas sus creencias. Y ellos no saben cómo superarlas, porque no han escuchado la historia… o, si la han escuchado, no la creen.
Y la historia comienza en la declaración:
“El tiempo se ha cumplido, el reino de los cielos está cerca; arrepiéntanse y crean en el evangelio.” (Marcos 1: 15). Así es como comienza, “¡Arrepiéntanse!” Arrepentirse significa: “convertirse en otro, convertirse en otra persona”; y tú siempre te conviertes en otra persona, en cualquier momento en el tiempo en el que cambias tu opinión sobre cualquier cosa en este mundo. Si el cambio de opinión se te pega, si se inserta, entonces tú has muerto a lo que formalmente creías, y ya no crees lo que no quieres creer. Al creerlo, lo exteriorizas. Al exteriorizarlo, tú vives en un mundo completamente diferente. Al experimentar estos cambios de creencias, un día eres llamado, y al ser llamado, atraviesas todas las experiencias descriptas en las escrituras sobre Jesucristo.
Si lees cuidadosamente la historia, te darás cuenta que no hay ni una cosa dicha de Jesucristo, que haya sido escuchada o vista por otro… el drama se desarrolla todo dentro de él. Luego él va a las escrituras y encuentra confirmación de aquello que está tomando lugar dentro de él, y no se lo cuenta a nadie en el mundo. Pero no tiene la apariencia que esperarían… no es el majestuoso ser como ellos creyeron que debería verse cuando él venga al mundo. Lo están buscando a él en este mundo… y no pueden entender las palabras: “que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios” (1ra. Corintios 15: 50). No tiene nada que ver con la carne y la sangre. Como yo me vea físicamente, no tiene nada que ver con el ser que está vistiendo este ropaje. Así que si juzgas por las apariencias, entonces no vas a verlo… no al verdadero ser.
Así que cuando el viene al mundo, es una persona normal como nosotros lo somos, nada por lo que excitarse y volverse loco, realmente nada para escribir a casa y contarles, ningún historial de trasfondo. Él no deja un monumento. Hoy en día no pueden encontrar un sepulcro en donde él está verdaderamente enterrado. Están buscando en el lugar equivocado. No importa lo que construyan en la pequeña área llamada Medio Oriente, no han encontrado ningún punto donde “él” haya caminado. Así que él camina por el mundo, vestido en ropajes que lo disfrazarían de incógnito. Y cuando ese momento en el tiempo llega, estas experiencias suceden dentro de él. Como suceden dentro de él, él sabe exactamente quién es él; y espera, y marca su tiempo, hasta que llega aquel momento en el tiempo, cuando se marche, se marcha por última vez, sin regresar. Pero no puede abandonar a su ser fragmentado. Él se une al mundo que controla al poder; y ni uno solo será abandonado, ninguno será perdido, y todos serán traídos de nuevo y redimidos en la única forma, que es Dios el Padre.
Así que esta noche, este pequeño arte de morir es un verdadero arte, y todos deben practicarlo. Si esta noche tomaras a cualquier persona en el mundo, y realmente lo cambiaras en el ojo de tu mente, y creyeras en la realidad de este cambio imaginario, y luego, mañana, o a la semana siguiente, o al mes siguiente, él se amolda a ello, no solo que él ha cambiado en tu mundo, sino que él ha cambiado, porque tú has cambiado; porque no hay nada en el exterior. Cuando él se convierte en el hombre que tú quieres que él sea, sucedió solo porque tú has cambiado primero. Luego entenderás las palabras, “Lo amamos a él, porque él nos amó primero” (1ra. De Juan 4: 19). Comenzamos el acto de hacerlo dentro de nosotros mismos, y ellos solamente responden, ellos reflejan, no pueden evitarlo, y todo refleja el cambio en nosotros. Cada vez que ese cambio sucede dentro nuestro, sucede en el exterior, y todos estos (actos) son muertes. Así que volvemos a esa hermosa declaración de Blake en la Placa 96: “Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina.”
Ahora vayamos al silencio, y traigamos una pequeña muerte.
Antes de las preguntas, quería decirles que ese libro que mencioné hace un par de semanas finalmente llegó, llamado: “El Futuro del Hombre”. El autor es considerado, no solo un gran teólogo – él era un gran jesuita; ya ha partido de este mundo ahora – sino que también fue un gran físico. Leí el libro y lo disfruté completamente. Quizás no estés de acuerdo con todo lo que contiene el libro, pero estimula y reactiva a la mente. Eso es todo lo que un libro debería ser, de todas formas. Te da una sacudida de vez en cuando. Acaba de llegar, Grace y Jack lo tienen esta noche en la mesa, “El Futuro del Hombre”. Me pareció un libro fascinante. Él era un gran Jesuita… murió en Nueva York, creo que el día de Pascua, hace dos años. Él fue silenciado por el Vaticano, enviado a la China, y no se le permitió imprimir nada de lo que él haya escrito en vida, porque era controversial, y estaba en conflicto con las normas del Vaticano. Pero permaneció fiel a su creencia católica y nunca hesitó ni por un momento. Así que permitió que la voz del Vaticano lo silencie, se fue a la China en silencio, e hizo su deber allí, volvió a Francia, y vino a América. Mientras visitaba a un amigo en la Ciudad de Nueva York, en el día de Pascua, tuvo un ataque al corazón e hizo su transición. Tenía setenta años, alrededor de setenta. Por supuesto que escribía en francés, sí que es una traducción… pero quien sea que hizo la traducción, hizo un trabajo maravilloso, bellamente hecho. Así que no puedo recomendarlo más de lo que lo he recomendado. Yo personalmente he sido enardecido por el libro.
Ahora, ¿hay algunas preguntas?
Pregunta: Inaudible.
Respuesta de Neville: La pregunta es: “¿Cuándo un hombre decide hacerse sacerdote, debe saber, luego de años de estudio, que no es literal, y aun así él lo enseña?” Bueno, mi querida, creo que eso es verdad de casi todas las profesiones, que el hombre, al descubrir las limitaciones de su propia profesión, y encontrándose a sí mismo en un punto donde ya no puede cambiar profesiones, y viviendo en el mundo del César, donde la renta debe ser pagada, y la comida traída, él continua viviendo la pequeña mentira. Por otro lado, si tienes todo esto venido de arriba, de por encima del mundo del César, no te atreves a transgredirlo, o serás callado para siempre. Así que no pueden salir, y ser secularizado (es decir, salir del sacerdocio). Muchos de ellos lo hacen. No publican cuántas personas dejan a la iglesia, sabes, solo publican a los convertidos. Pero de los que se convierten en curas, ministros de la fe protestante, y rabinos, son más los que lo abandonan luego, que los que se quedan. Pero nunca son publicados, eso es: ‘calla, calla, no se dice’, porque ¿Para qué publicarlo?
Algunos se tornan violentos. Un muchacho vino a verme en la ciudad de Nueva York, y él era cura aquí en este estado, por catorce años. Esa noche que él vino, trajo a un grupo de gente con él, todos alentándolo porque había dejado a la Iglesia Católica, y se violentaron contra los que lo oponían. Bueno, yo no aprobaba eso para nada. Y ellos lo apoyaban completamente, porque ellos también oponían (a la iglesia). Y eran…no mencionaré que eran un “ismo” a lo que se unieron – no eran católicos – pero estaban tan contentos que un cura católico hizo lo que hizo él, que todos lo apoyaban. Vinieron con rocas así de grandes. Tenían todas las riquezas del mundo, y todos estaban detrás de él. Bueno, yo no aprobaba ese comportamiento para nada. Les dije que nunca habían escuchado a la Cristiandad, y nunca desde la plataforma de la que yo enseñaba. Luego de la reunión él dijo, “nunca escuché esto en mi vida”. Esa noche yo hablaba del perdón. Bueno, él había estado perdonando a la gente durante catorce años, como cura, pero nunca había conocido el arte del perdón. Cada vez que los veía en la calle (luego de la confesión), él sabía exactamente lo que ellos habían confesado el día anterior, o el año anterior. Él nunca había cambiado ninguna actitud en sí mismo, en relación a aquel que él supuestamente había perdonado. Escuchaba sus confesiones, y se regodeaba en eso; y luego durante todos esos años él recordaba exactamente lo que hicieron para así usarlo en contra de ellos. Él nunca se había cambiado a sí mismo. Así que al final de los catorce años, se descarriló, bebió como un pez, y esa noche que vino a la reunión, estaba completamente borracho. Volvió a la noche siguiente, volvió cuatro veces más, y luego me envió un libro que él escribió. No mencionaré su nombre, porque indudablemente, ustedes han oído hablar de su libro. Pero a eso no lo llamaré… eso no es catolicismo. Si alguien escucha la historia y la cree realmente; podría ser de cualquier denominación en este mundo.
Hoy estaba leyendo que el gran Disraelí, que era el Primer Ministro de Inglaterra – uno de los más grandes que tuvo Inglaterra – él se hizo Señor de Beaconsfield. Disraelí dijo que la Cristiandad era la flor del Judaísmo. Bueno, aquí tienen a un gran judío haciendo esa declaración. Él fue más allá de ambas, y vio a la cosa completa, como un drama que se está desarrollando en la mente del hombre. Ese era Disraelí. Él nunca dejó el Judaísmo, al igual que Pablo que nunca dejó el Judaísmo. Pablo nunca se rindió… él vio la flor aparecer en el árbol. Cuál es el propósito de un árbol sino el de dar fruto. Si es un árbol que da flores, debería aparecer una flor; si es un árbol que da frutos, debería aparecer fruto. Así que aquí está el árbol… ¿Y cuál es el propósito del árbol? El de dar fruto, o dar flor. Y la Cristiandad es el florecimiento de la flor de todo lo que fue prometido en el Judaísmo. Así que si un cura no puede entenderlo… no todos lo entienden… se te lo enseña en cierta manera y, está bien, tú crees que esta cosa es secular. No es historia secular para nada, todo es historia de la salvación.
Así que no condeno al cura que lo enseña luego de haberlo descubierto. Quizás está muy viejo para comenzar de nuevo, y ya no puede salirse. Pero muchos de ellos lo abandonan, y se pierden a sí mismos en la multitud, muchos de ellos hacen eso. Muy pocos son como Luther; él se convirtió en el símbolo de abrirse camino en todas las cosas. Luther es el gigante en el mundo Cristiano. Llegó a un punto que ya no podía tolerar, y se abrió camino y dejó su marca detrás de él. Pero no todos tienen el fuego de un Luther para abrirse camino. Ellos simplemente se ajustan a sí mismos al mundo.
¿Alguna otra pregunta?
Bueno, practiquen el arte de morir… y no mueres realmente. Tú morirás, y no morirás realmente. Morirás a aquello que ahora crees, y vivirás en aquello que ahora quieres creer, y te convertirás en lo más grandioso por el morir.
Gracias, Buenas Noches.
El tema de esta noche, su título podrá parecer extraño, yo lo llamo: “El Arte de Morir”. Si por el momento te parece demasiado espiritual, déjame que te diga, lo que es más profundo espiritualmente, lo encontrarás, en el final, lo más directamente práctico. No hay nada más práctico en este mundo que aquello que es lo más profundamente espiritual, y esta noche es el arte de morir. En el libro de Juan se nos dice: “Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos.” (Juan 15: 13). Mucha gente ha tomado a este pasaje y lo han interpretado como al hombre que va a la batalla, y ofrece su cuerpo para proteger a sus amigos. Es un gesto noble, y ciertamente maravilloso, pero no tiene nada que ver con este pasaje, ni una cosa tiene que ver con él. Cuando doy mi vida por mis amigos, yo no me paro delante del cuchillo, o de la pistola, y doy mi cuerpo por el de ellos. Esto es algo completamente diferente. Esta noche les mostraremos la interioridad (la cualidad espiritual) de esta ley.
Pablo dijo, “¡Cada día yo muero!” (1ra. Corintios 15: 31). Bueno, si cada día yo muero, y si hoy di este cuerpo, no podría morir mañana; pero cada día mientras esté vistiendo este cuerpo, yo muero. Bueno, ¿Cómo lo hago? Dirijámonos a Blake ahora, alguien que tenía una clara, clara y perfecta visión. En su Placa número 96 de Jerusalén, él hizo esta declaración: “Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina, sino el hombre no podría existir sin hermandad.” No puede existir si no es por hermandad. Bueno ¿Cómo lo hago? Cada amabilidad hacia otro es una pequeña muerte en la Imagen Divina. El hombre es solamente la suma de todas sus creencias, todas sus impresiones, eso es lo que soy, eso es lo que tú eres. Si quieres conocer a un hombre, tienes que ponerte detrás de sus palabras, aún de sus pensamientos, hasta llegar a sus creencias, desde las cuales estos emanan. Así que soy la suma total de todas mis creencias.
Entonces te encuentro en la calle, o escucho sobre ti; te encuentro, y no te ves muy bien, o alguien me escribe, y me cuenta que no estás bien; eso es una impresión. Así que de ahí en adelante, si pienso en ti, esa impresión me viene al ojo de mi mente. Yo debo aprender el arte de morir a esa impresión. Debo traerte hacia el ojo de mi mente, y ponerte dentro de una luz completamente diferente, y verte como debería verte, si fueras aquel que a mí me encantaría que fueses.
Cuando soy auto-persuadido de que tú eres aquella nueva impresión, yo he muerto a la otra impresión. Así que cada amabilidad de mí parte, cada pequeña amabilidad, es una pequeña muerte en la Imagen Divina. Esa Imagen Divina es la muerte… debe morir, y morir completamente, a través del amor. Porque ¿Qué es la Imagen Divina? Escuchen cuidadosamente a cómo lo define Blake: “Misericordia, piedad, paz y amor, es Dios, nuestro Padre querido; y misericordia, piedad, paz y amor, es el hombre, su hijo y su desvelo.”
Así que, ¿Fue una cosa misericordiosa eso que hice? Si, fue misericordiosa. ¿Impulsada por la piedad? Sí. ¿Fue hecha con amor? Sí. Y ahora, ¿Estoy en paz por haberlo hecho? Sí. Entonces yo cumplo con la Imagen Divina – misericordia, piedad, paz y amor. Yo tomé todos estos aspectos de la Imagen Divina. Fue misericordioso hacerlo; ¿Para qué dejarlo en angustia, cuando yo puedo ejercitar este poder? Por lo tanto, cada vez que el hombre ejercita este poder creativo que tiene, amorosamente, está simplemente efectuando este pequeño acto de muerte. Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina. Esto es llamado en las escrituras, arrepentimiento. Arrepentimiento significa: “convertirse en otra persona”. ¿Acaso no me convertí en otra persona? Porque yo estoy hecho de todas mis impresiones, de todas mis creencias, y yo creo que tú estás lastimado; y esa herida no necesariamente debe ser física, en el sentido de que estés físicamente herido, podría ser que estás financieramente herido. Podría ser que ahora estás siendo deshonrado. Podría ser de miles de maneras.
Entonces si yo creo en esto, porque aquí están los hechos, yo estoy enfrentado a los hechos, soy llamado a ejercitar mi talento, y poner algo en reemplazo. Por lo tanto, si pongo algo en reemplazo, yo tengo que abandonar aquella impresión que estoy sosteniendo sobre ti. Al abandonarla, si yo soy la suma total de todas mis creencias, al abandonar cualquier creencia, yo muero. Yo muero al abandonar cualquier creencia que yo ahora entretengo. Entonces, cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina… el hombre no puede existir, si no es por la hermandad. Así que si no considero al mundo entero, a este mundo fragmentado, como a mí mismo, a cada uno como mi hermano, y gradualmente todos estamos siendo recogidos en unidad, re-ensamblados en el único ser que es Dios el Padre, y luego yo soy él. Porque soy un ser fragmentado, tú lo eres, todos lo somos. Mientras estamos fragmentados en este estado, somos hermanos, y al practicar este arte, preparamos el camino para ser llamados de nuevo hacia la unidad que es Dios.
En nuestro evangelio más viejo, el cual es Marcos, las primeras palabras que se pusieron en la boca de aquella figura central, “El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado, ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!” (Marcos 1:15). ¡Arrepentíos! Se nos llama a arrepentirnos, y la palabra arrepentirse significa: “un cambio radical de actitud hacia la vida”; un cambio radical hacia cualquier cosa en este mundo, pero radical, bien desde la raíz. Así que me encuentro con alguien en este mundo, y me cuentan su historia. Habiendo escuchado su historia, me han dejado su impresión en mí, porque yo confío en ellos, y les creo. Habiendo escuchado exactamente lo que está sucediendo en sus vidas, si no es placentero, me han dejado con algún otro aspecto de mi propio ser, porque me han dado otra impresión. Cada impresión, suma a mí ser. Cada creencia es mi ser. Yo soy la suma total de todo lo que yo creo. Bueno, ahora que los dejo, y ellos van por su camino, y yo voy por el mío, depende completamente de mí. No de ellos, de mí, cambiar a mí ser, y traerlo de nuevo hacia otro estado. Porque se nos dijo en el Salmo 51 (versículo 4): “Contra ti, contra ti sólo he pecado, Oh Señor”… No puedo pecar en contra de nadie más que de mí. ¿Quién tomó esa impresión? Yo la tomé. Bueno, ¿Cuál es su nombre? - YO SOY -, Yo estoy creyendo eso. “Contra ti, contra ti sólo he pecado, Oh Señor; de manera que tu juicio fue justo.” Todo lo que me haces de ahora en más, es justo. No puedo quejarme, porque yo he pecado solo contra Dios, y Dios es YO SOY… yo tomé la impresión. Yo lo vi, y viéndolo, lo creí, y al creerlo, es parte de mi mundo ahora. Debo vivir con eso. Así que de ahora en más, o vivo con ello, y doy fruto de esa impresión, o la cambio. La cambio al convertirme en otra persona.
Así que, arrepentimiento, de manera amorosa significa: “Convertirse en otra persona”, porque eso era mi ser, ese es el ser que yo soy. Conviértete en otra persona: Yo no lo veo a él de esa manera, no la veo a ella de esa manera, yo lo cambio en el ojo de mi mente; y al cambiarlo, me persuado a mí mismo de la realidad de aquel acto imaginario. Yo represento al individuo ante mí mismo, de la manera que me gustaría que él fuese, y al verlo bajo esa luz, creo en la realidad de aquel acto imaginario. Luego, el tiempo prueba que eso es cierto… ella o él se amoldan a este acto imaginario mío. Si eso es verdad, yo mantengo a mi cuerpo balanceado, por así decirlo. Y estoy siendo llamado de vuelta por mi Padre, de aquella caída del estado fragmentado.
Así que se nos dijo, vayan al mundo y cuenten la historia. Cuéntensela a todo individuo en el mundo… de cómo están, realmente, viviendo en un mundo inventado solo por sus creencias; que: “Todo lo que observo, aunque parezca estar afuera, está dentro, en mi Imaginación, de la cual este mundo de mortandad es tan solo una sombra.” El mundo entero es yo mismo empujado hacia afuera, soy yo mismo objetivado. ¿Qué propio ser? El propio ser inventado (creado) por todas mis creencias – yo creo que soy esto, aquello, y lo otro. Así que hoy, déjenme que les diga, tomen a todos los que conocen en este mundo; no te cuesta nada y, déjenme que les diga, no necesitan graduarse de ninguna institución en este mundo para practicar este arte. No necesitas un título. No necesitas ningún permiso de nadie para decir que eres esto, aquello, o lo otro. Puedes hacerlo tal como ahora eres, aquí. No necesitas el consentimiento de nadie para hacerlo, porque lo estás haciendo de todas maneras. Tú estás caminando sobre la tierra, siendo igualmente un ser compulsivo hecho (inventado), de todas las cosas que tú crees, y luego tú las generas físicamente en este mundo.
Aquí tenemos esta noche, una preparación para el funeral más fantástico posible, que jamás haya visto nuestra generación. Vimos uno que fue realmente pura fantasía, atrás en el 63’, cuando nuestro presidente (John F. Kennedy) fue asesinado, y fue solemne y majestuoso, realmente maravilloso, si tú quieres drama… no hay duda alguna. Pero esta cosa que vas a ver en el comienzo del sábado, será la cosa más fantástica que nuestra generación jamás ha visto. Él (Sir Winston Churchill) lo escribió atrás en el 43’, cuando cayó en cama por la doble neumonía y él estaba en el Cairo, escribió el tipo de funeral que quería. Lo revisó diez años después. Quería bandas, quería un funeral de estado, quería todas estas cosas. Muy bien, él las obtendrá: las ha imaginado. Él es un plebeyo. Realmente imaginó esta cosa completa. Así que él los sobrevivió a todos… es el último de los tres grandes. Así que los llaman los Tres Grandes (Roosevelt, Stalin, y Churchill). Roosevelt se fue primero, y luego siguió Stalin, y todos eran más jóvenes; luego él, el mayor de todos ellos, y él hace (su salida) a la edad de noventa (años). Lo escribió en detalle, lo que quería, y lo va a obtener. Quería irse como Wellington, como Nelson… todo lo que hicieron en aquel día, hoy será mucho más grande. Ahora estiman que 400 millones verán este desfile. Él lo concibió.
Bueno, yo tengo palabras para el gran hombre – un verdadero gran hombre – pero Dios jugó aquel papel, como él ahora juega tú papel. Aquel que vino y limpió mi casa ayer, aquel que jugó ese papel, fue Dios, el mismo Dios que va a jugar este papel. Y estas palabras que salen de las escrituras, “Os digo que entre los nacidos de mujer, no hay nadie más grandioso que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios, es más grandioso que él.” (Lucas 7: 28). Ninguna grandeza en este mundo significa algo en absoluto, ¡Ninguna! Esa visión de Blake en: “La Visión del Juicio Final”, cuando él vio este personaje, Araunah, mencionado en 2da. Samuel, capitulo 24, y él tenía esta superficie de desgranamiento, y David lo compró (versículo 21). Cuando la plaga atacó a Israel, llegó justo hasta esa área, y se detuvo. Así que él la compró, y allí construyó un altar. La palabra Araunah significa: “jefe o gobernante”. Quién puede ser el jefe o gobernante, sino es Dios. Y él vio a Araunah con una canasta, rebalsando de todas las vanidades de riquezas, y todos los honores del mundo, todos honores terrenales, todas las medallas que abrochan sobre ti, como este desfile que comenzará el sábado. Él lo escribió… un gran hombre… pero solo estaba jugando un papel. Él no sabe que el menor en el reino, es más grande que Juan, pero el menor de absolutamente todos, y los menores en el reino podrían caminar en esta tierra siendo completamente desconocidos. Bueno, ¿Quién sería aquel que es menor en el reino, desconocido? El Cristianismo está basado en la afirmación de que una serie de eventos sucedieron, en los cuales Dios se reveló a sí mismo en acción, para la salvación del hombre; y cada acto fue conocido solamente en aquel en quien sucedieron. No podían ser vistos ni oídos por otro. En ese en quien sucedió, puede ser creído o no creído, no hay diferencia. Pero él camina sobre la tierra, y si estos eventos sucedieron en él, o en ella, él está en el reino. “Entre los nacidos de mujer, no hay nadie más grandioso que Juan; sin embargo, el más pequeño en el reino de Dios es más grandioso que él.” Así que, aquel en quien suceden, ha entrado en el reino.
Y no se necesita saber dónde él deja a su pequeño cuerpo. Me dijeron hoy, que nadie sabe realmente dónde fue enterrado Blake. Saben dónde nació, porque su padre era un sombrerero, entonces él conocía la casa donde los niños habían nacido. Pero dónde fue enterrado Blake setenta años después, nadie lo sabe, posiblemente en alguna tumba de pobreza, desconocida, sin nombre. Pero él vio en esta perfecta visión, la expulsión de todas las vanidades y riquezas, y de todos los honores terrenales. Así que ¿Por qué debería importarte un gran, gran funeral? Pero si eso te interesa, está perfectamente bien. Y estoy seguro que lo vas a ver, yo lo veré, así que el sábado prenderé a la cosa completa, como si estuviese en un teatro, y observaré al completo gran desfile. No puedes quitarle nada a él, este perfectamente maravilloso personaje que fue jugado por Dios. Dios jugó aquel papel, maravilloso papel. Pero él también está jugando tu papel. No te olvides ni por un segundo, que Dios es uno, Dios no son dos. Así que el Dios que jugó ese papel, no es un Dios menor que el Dios que juega tu papel.
Todo por lo que puedes tener esperanza, es orar para que esta serie de eventos marcando tu entrada al cielo, sucedan dentro de ti. Porque no importa qué tan grande eres en los ojos de los hombres, no se compara con el menor en el reino de los cielos. Así que deja que todos busquen solamente al reino. Y se te dijo desde el principio, que se empieza con practicar la revisión. La palabra no es revisión; se la llama arrepentimiento, y arrepentimiento simplemente significa: “convertirse en otra persona”, otra persona. Mientras estoy parado aquí, si tengo cualquier impresión que no es amorosa, y la cambio, y pongo en su lugar, una amorosa impresión, en ese mismo momento yo soy otra persona, porque yo soy la suma total de todas mis creencias, de todas mis impresiones. Por lo tanto, cualquier cambio en mi vida, no importa qué tan pequeño sea, respecto a otro, y lo veo como me gustaría verlo, o los veo como me gustaría verlos, o escucho otra cosa de lo que escuché, y lo hago sonar como algo más hermoso, si me persuado a mí mismo de la realidad de este cambio de actitud, yo soy otra persona. Y siendo esa otra persona, muy bien, me convertí en un nuevo ser.
Luego de muchos cambios múltiples dentro de mi propio mundo, a medida que ejercito este talento, entonces soy llamado. No puedo decirles en qué momento en el tiempo somos llamados, porque nadie sabe qué tan atrás realmente vamos. Tú y yo no comenzamos hace unos años atrás, en el vientre de nuestra madre, y no terminamos en la tumba. Nadie termina en la tumba. Pero comenzamos mucho tiempo atrás; y en ese entonces, cuando comenzamos, todo era perfecto, un ser fragmentado, pero todo era perfecto. Pero no somos útiles en la tierra como poderes más allá de este mundo, a menos que tengamos libertad de expresión. Entonces, como eso fue concedido al hombre, él comete errores, y trata de corregirlos desde lo externo. Él hace todo tipo de cosas contra su ser fragmentado, hasta que escucha la historia. Es por eso que es muy importante que todos deberían escuchar esta historia: la historia de Dios convirtiéndose en el hombre, para que el hombre pueda convertirse en Dios. Así que todos la escuchamos, y se nos dice que en el comienzo, el cambio es arrepentimiento. Luego se te dice que arrepentimiento significa: “un cambio de actitud”, y el cambio de actitud debería ser radical.
Déjenme que les diga, tú puedes empezar ahora, en este momento, y empezar a hacerlo. Se toma a si mismo hacia tu mundo de sueños. Tus sueños no son los sueños normales, desde ese momento en adelante. Te encuentras a ti mismo en un sueño, y no te permites ser llevado por el viento, no te permites ser, de ninguna manera, una cosa simplemente moviéndose a través del mundo. Tú estás en control de todo lo que haces. El abrir un libro en un sueño… tú sabes exactamente lo que estás haciendo. Conoces al título, y lo lees, y sabes que todo está tomando lugar en un sueño. Así de controlado por ti, se convierte todo. No eres una víctima de tu atención divagante; estás en control, eres el amo y el director de tu atención. Va directo a ese estado. Y cuando te vayas de este mundo luego de que estas experiencias sucedan en ti, tú lo dejas para siempre. Aun así, todos los que quedan, son tu ser fragmentado, y todos deben ser redimidos. No puedes dejar que uno sea perdido, “Nada puede perderse en todo mi Santo Monte.” Entonces, cuando te vayas, habiendo tenido estas experiencias, no pienses ni por un segundo que has sido desligado de tu mundo. Es tú mundo… tú eres el Dios que se fragmentó a sí mismo en este mundo, así que todos deben ser redimidos. Pero luego tú estarás en ese mundo controlado, por así decirlo.
Como se nos dijo, y esta es la nueva traducción conocida hoy en día como la Nueva Biblia Inglesa: “Han escuchado las palabras, ‘Y el primer Adán se convirtió en un alma viva; el segundo Adán se convirtió en un Espíritu que da vida.’” (1ra. Corintios 15: 45). Pero esa no es la traducción de hoy: “El primer hombre Adán se convirtió en un ser animado.” – marca las palabras “ser animado”; “el segundo Adán se convirtió en un espíritu que da vida.” El primero, dice un ser animado… y cuán verdadera es, esta traducción. Este mundo entero es animado, y por lo tanto no debe ser condenado. Cualquier condenación va al ser que lo está animando, no a la cosa animada. Así que el primer hombre Adán, se convirtió en un ser animado; el segundo Adán, se convirtió en un Espíritu que da vida. Luego de la serie de eventos, te conviertes en un Espíritu que da vida. Así que estarás por encima, y entenderás las palabras: “Ustedes son de abajo, y yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo” (Juan 8: 23). Él te está diciendo, por la serie de eventos dentro de él, que se convierte en parte del espíritu que da vida; y por lo tanto él pudo clamar, “Padre, perdónalos; no saben lo que hacen” (Lucas 23: 34). Perdona a cada ser en este mundo por lo que sea que haya hecho, y lo que sea que esté haciendo. Y, sabiendo esto, cámbialo. Perdona a todos y luego en el ojo de tu mente, cámbialo. Él no puede evitarlo, tan solo no puede evitarlo. Porque si hay condenación, dijo él, “Ninguna autoridad tendrías sobre mí, si no se te hubiera dado de arriba; por eso el que me entregó a ti, tiene mayor pecado.” (Juan 19: 11). Así que nadie puede condenarme, si no se le hubiese dado de arriba. Y él toma al mundo entero, y lo perdona.
Ahora, miren a la cruz de esta manera, esta noche, porque este es el arte de morir. No vean a un hombre en una cruz de madera hace 2,000 años, colgado por tres horas, y luego resucitando tres días después de la tumba. Mírense a ustedes mismos de esta manera – y estoy citando ahora el capítulo 6 del libro de Romanos – “Si nos hemos unido a él en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección como está.” (Romanos 6: 5). ¿Ven el cambio en el pretérito? “Si nos hemos unido a él en una muerte como la suya” – eso es pasado, eso ya ha terminado, nuestra crucifixión ya terminó; ahora viene el futuro – “también nos uniremos a él en su resurrección como está.” La resurrección está tomando lugar. Como dijo en su carta a Timoteo, “Aquellos que enseñan que la resurrección se ha terminado, y ya ha sucedido, están desviando y cambiando a la gente de la verdadera fe” (2da. Timoteo 2: 18). No ha terminado; ha comenzado, y está sucediendo. Bueno, todos estamos unidos con él en una muerte como la suya; todos fuimos crucificados con Dios. Ahora Dios ha resucitado. El primero ya sucedió; y en todos Dios está resucitando, en todos. Todos están resucitando como Dios… no como otro pequeño ser… solo Dios está resucitando. Todos han pasado a través del acto de ser crucificado con Dios, y todos resucitarán, porque él ya ha resucitado. Él resucitó en uno. Él está resucitando en todos, pero uno tras otro, tras otro, y todos serán unidos en un solo ser.
Así que esta es la historia de la muerte: el arte de morir. Él está ahora en la cruz, tu cruz, y en los tres días, en las tres horas… y márquenlo bien en el primer capítulo del libro de Génesis, “En el tercer día, la tierra se elevó desde lo profundo” (Génesis 1: 9 al 13). Tres, es un símbolo de resurrección. Tú estás resucitando al practicar el arte de la revisión. Estás resucitando… en cada momento en el tiempo en que mueres… cada pequeña amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina. Así que cada vez que tú ves a alguien angustiado, y lo revisas, y te persuades a ti mismo de la realidad de esa revisión, tú mueres. Esto es la muerte. Todos están en la cruz, y él está clamando: “Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen.” Y cada vez que tú revisas a cualquier ser en este mundo, y crees en la realidad de tu revisión, tú mueres. Por lo tanto, “Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina, sino el hombre no podría existir sin hermandad.” Es un único gran ser fragmentado, y estos son los hermanos; cuando todos vuelven a unificarse otra vez, y son traídos de vuelta a ser uno solo, somos los padres. Somos El Padre, cuando somos unidos; somos los hermanos en conflicto, cuando no lo entendemos. Cuando comenzamos a ver la visión, somos los hermanos en el amor, y cuidamos a todos, y lo elevamos dentro de nosotros. Cuando somos elevados en nosotros mismos al revisarlo, somos gradualmente llamados de vuelta hacia esa unidad que es nuestra unidad, y esa unidad es Dios el Padre.
Todos son llamados a practicarlo. Esta noche, te invito a que comiences. Porque no importa qué tan grande eres en este mundo – tú podrías ser el más rico de los ricos, el más honrado de los honrados – y aun así, si aún no has tenido las experiencias como son descriptas en las escrituras respecto a Jesucristo, tú no estás en el reino. Como se nos dijo, “En verdad os digo que entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.” (Mateo 11: 11). Porque todos los honores del mundo son arrojados a la basura, todas las riquezas del mundo son arrojadas a la basura, no importa lo que son, son completamente arrojados a la basura. Los hombres hoy en día, sin saber esto, planean sobrevivir luego de la tumba, al construir monumentos para ellos mismos, librerías para ellos mismos, y todo tipo de indulgencias para sí mismos, para perpetuar su memoria en la mente de los hombres… y todo esto es arrojado a la basura, no significa nada. Solo aquellos que entrar al reino de Dios… porque eso significa vida, convertirse en parte del poder que da vida en el mundo.
Así que esta nueva traducción es verdad. Pueden leerla en Nueva Biblia Inglesa: “El primer Adán se convirtió en un ser animado”. Yo entré en una habitación igual a esta, y vi a seres animados, y pensé que ellos tenían vida por sí mismos, eso pensé yo. En ese momento, supe que su vida estaba en mí, ellos no la tenían en ellos mismos, para nada. Mientras los miraba, detuve dentro de mí, lo que yo sentía, y ellos no estaban animados… toda la animación estaba en mí. Ellos estaban completamente quietos, y yo examiné estas figuras de yeso. Todo lo que es conocido por el hombre en este mundo, no era así para nada, hasta la ley de la gravedad. Las cosas que debían caerse, no se caían. Los pájaros en vuelvo permanecieron inmóviles, y ni una cosa podría hacerlos caer, tan solo inmóviles. Y cuando liberé aquello que había detenido en mí, ellos siguieron moviéndose, y continuaron en una aparente vida en ellos mismos…. Y (la vida) no estaba en ellos para nada. Así que en ese momento degusté el poder de la era que vendrá. Así que él habla de las dos eras, esta era, y esa era. Esta era, es la era animada, el primer Adán; y todos nos estamos dirigiendo hacia esa era, donde nosotros somos el poder operante. Y lo desperdiciamos de vez en cuando.
Esa fue una buena degustación aquella noche.
Pero antes de que llegues a ese punto, y puedas degustarlo de esa manera, puedes experimentarlo de esta manera, y probar que puedes operarlo, al cambiar dentro tuyo las actitudes. Un completo cambio de actitud, resulta en cambios correspondientes en el mundo externo. Y cuando lo pruebas, entonces ya estás en camino, y eventualmente llegarás a ese punto en que serás llamado una noche, para degustar del poder. Aquí lo haces sin realmente conocerlo, pero esa noche, tú lo degustarás. Cuando veas a un hombre parado frente a ti, que estaba caminando, con la intención de salir de la casa, y tú lo detienes – no con poner tu mano en él; no le has disparado; no le has comandado a que se quede quieto – tú simplemente detuviste algo dentro tuyo. Cuando lo detuviste, él se detuvo, y no podía moverse. Luego lo examinas y él no está vivo para nada, está muerto. Él era, hasta ese momento, un ser animado, y tú no te habías dado cuenta hasta ese momento, que tú eras la causa de su animación.
Hoy, tú eres la causa de tu completo vasto mundo que te rodea. Estás animando a todo en tu mundo, así que puedes intentarlo. Toma a alguien que está angustiado, en el ojo de tu mente, tráelo a tu mente, y represéntatelo a ti mismo, como te gustaría que él sea, y obsérvalo, con el tiempo, amoldarse a aquella representación. Bueno, ¿Acaso no lo has hecho tú? Si este es el nivel más bajo, y lo haces con otra persona, luego lo haces con otra más. Cada vez que lo haces con alguien para el bien de él, tú mueres. Porque, antes de que lo hicieras, tú vivías en esa limitación; todo está dentro de ti. Si alguien está desempleado, y tú sabes eso, bueno, entonces, dentro tuyo, eso es una imagen, es una creencia, y el hombre es la suma total de todas sus creencias.
Así que mueres a esa creencia; ahora lo representas ante ti mismo, como completamente empleado, él nunca ha tenido tanto, él nunca ha estado mejor. Y luego, él está completamente empleado, y nunca ha tenido tanto. En ese momento, tú has abandonado a una cosa; cuando la has abandonado, tú has muerto.
Por lo tanto, “Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina, sino el hombre no podría existir sin hermandad.” Esto es la hermandad – tomar a todos y transformar a todos dentro de ti mismo. Porque, “Todo lo que observas, aunque aparenta estar afuera”, no lo está realmente, “está todo dentro, en tu Imaginación, de la cual este mundo de mortandad es tan solo una sombra.” Y luego vendrá ese momento en el tiempo en que serás llamado a degustar ese poder, poder real. Y luego verás por qué el clamor en la cruz es tan verdadero: “Padre, perdónalos, ellos no saben lo que hacen”. Ellos no lo saben. Están viviendo en un mundo de impresiones, un mundo de creencias. Son la suma total de todas sus creencias. Y ellos no saben cómo superarlas, porque no han escuchado la historia… o, si la han escuchado, no la creen.
Y la historia comienza en la declaración:
“El tiempo se ha cumplido, el reino de los cielos está cerca; arrepiéntanse y crean en el evangelio.” (Marcos 1: 15). Así es como comienza, “¡Arrepiéntanse!” Arrepentirse significa: “convertirse en otro, convertirse en otra persona”; y tú siempre te conviertes en otra persona, en cualquier momento en el tiempo en el que cambias tu opinión sobre cualquier cosa en este mundo. Si el cambio de opinión se te pega, si se inserta, entonces tú has muerto a lo que formalmente creías, y ya no crees lo que no quieres creer. Al creerlo, lo exteriorizas. Al exteriorizarlo, tú vives en un mundo completamente diferente. Al experimentar estos cambios de creencias, un día eres llamado, y al ser llamado, atraviesas todas las experiencias descriptas en las escrituras sobre Jesucristo.
Si lees cuidadosamente la historia, te darás cuenta que no hay ni una cosa dicha de Jesucristo, que haya sido escuchada o vista por otro… el drama se desarrolla todo dentro de él. Luego él va a las escrituras y encuentra confirmación de aquello que está tomando lugar dentro de él, y no se lo cuenta a nadie en el mundo. Pero no tiene la apariencia que esperarían… no es el majestuoso ser como ellos creyeron que debería verse cuando él venga al mundo. Lo están buscando a él en este mundo… y no pueden entender las palabras: “que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios” (1ra. Corintios 15: 50). No tiene nada que ver con la carne y la sangre. Como yo me vea físicamente, no tiene nada que ver con el ser que está vistiendo este ropaje. Así que si juzgas por las apariencias, entonces no vas a verlo… no al verdadero ser.
Así que cuando el viene al mundo, es una persona normal como nosotros lo somos, nada por lo que excitarse y volverse loco, realmente nada para escribir a casa y contarles, ningún historial de trasfondo. Él no deja un monumento. Hoy en día no pueden encontrar un sepulcro en donde él está verdaderamente enterrado. Están buscando en el lugar equivocado. No importa lo que construyan en la pequeña área llamada Medio Oriente, no han encontrado ningún punto donde “él” haya caminado. Así que él camina por el mundo, vestido en ropajes que lo disfrazarían de incógnito. Y cuando ese momento en el tiempo llega, estas experiencias suceden dentro de él. Como suceden dentro de él, él sabe exactamente quién es él; y espera, y marca su tiempo, hasta que llega aquel momento en el tiempo, cuando se marche, se marcha por última vez, sin regresar. Pero no puede abandonar a su ser fragmentado. Él se une al mundo que controla al poder; y ni uno solo será abandonado, ninguno será perdido, y todos serán traídos de nuevo y redimidos en la única forma, que es Dios el Padre.
Así que esta noche, este pequeño arte de morir es un verdadero arte, y todos deben practicarlo. Si esta noche tomaras a cualquier persona en el mundo, y realmente lo cambiaras en el ojo de tu mente, y creyeras en la realidad de este cambio imaginario, y luego, mañana, o a la semana siguiente, o al mes siguiente, él se amolda a ello, no solo que él ha cambiado en tu mundo, sino que él ha cambiado, porque tú has cambiado; porque no hay nada en el exterior. Cuando él se convierte en el hombre que tú quieres que él sea, sucedió solo porque tú has cambiado primero. Luego entenderás las palabras, “Lo amamos a él, porque él nos amó primero” (1ra. De Juan 4: 19). Comenzamos el acto de hacerlo dentro de nosotros mismos, y ellos solamente responden, ellos reflejan, no pueden evitarlo, y todo refleja el cambio en nosotros. Cada vez que ese cambio sucede dentro nuestro, sucede en el exterior, y todos estos (actos) son muertes. Así que volvemos a esa hermosa declaración de Blake en la Placa 96: “Cada amabilidad hacia otro, es una pequeña muerte en la Imagen Divina.”
Ahora vayamos al silencio, y traigamos una pequeña muerte.
Antes de las preguntas, quería decirles que ese libro que mencioné hace un par de semanas finalmente llegó, llamado: “El Futuro del Hombre”. El autor es considerado, no solo un gran teólogo – él era un gran jesuita; ya ha partido de este mundo ahora – sino que también fue un gran físico. Leí el libro y lo disfruté completamente. Quizás no estés de acuerdo con todo lo que contiene el libro, pero estimula y reactiva a la mente. Eso es todo lo que un libro debería ser, de todas formas. Te da una sacudida de vez en cuando. Acaba de llegar, Grace y Jack lo tienen esta noche en la mesa, “El Futuro del Hombre”. Me pareció un libro fascinante. Él era un gran Jesuita… murió en Nueva York, creo que el día de Pascua, hace dos años. Él fue silenciado por el Vaticano, enviado a la China, y no se le permitió imprimir nada de lo que él haya escrito en vida, porque era controversial, y estaba en conflicto con las normas del Vaticano. Pero permaneció fiel a su creencia católica y nunca hesitó ni por un momento. Así que permitió que la voz del Vaticano lo silencie, se fue a la China en silencio, e hizo su deber allí, volvió a Francia, y vino a América. Mientras visitaba a un amigo en la Ciudad de Nueva York, en el día de Pascua, tuvo un ataque al corazón e hizo su transición. Tenía setenta años, alrededor de setenta. Por supuesto que escribía en francés, sí que es una traducción… pero quien sea que hizo la traducción, hizo un trabajo maravilloso, bellamente hecho. Así que no puedo recomendarlo más de lo que lo he recomendado. Yo personalmente he sido enardecido por el libro.
Ahora, ¿hay algunas preguntas?
Pregunta: Inaudible.
Respuesta de Neville: La pregunta es: “¿Cuándo un hombre decide hacerse sacerdote, debe saber, luego de años de estudio, que no es literal, y aun así él lo enseña?” Bueno, mi querida, creo que eso es verdad de casi todas las profesiones, que el hombre, al descubrir las limitaciones de su propia profesión, y encontrándose a sí mismo en un punto donde ya no puede cambiar profesiones, y viviendo en el mundo del César, donde la renta debe ser pagada, y la comida traída, él continua viviendo la pequeña mentira. Por otro lado, si tienes todo esto venido de arriba, de por encima del mundo del César, no te atreves a transgredirlo, o serás callado para siempre. Así que no pueden salir, y ser secularizado (es decir, salir del sacerdocio). Muchos de ellos lo hacen. No publican cuántas personas dejan a la iglesia, sabes, solo publican a los convertidos. Pero de los que se convierten en curas, ministros de la fe protestante, y rabinos, son más los que lo abandonan luego, que los que se quedan. Pero nunca son publicados, eso es: ‘calla, calla, no se dice’, porque ¿Para qué publicarlo?
Algunos se tornan violentos. Un muchacho vino a verme en la ciudad de Nueva York, y él era cura aquí en este estado, por catorce años. Esa noche que él vino, trajo a un grupo de gente con él, todos alentándolo porque había dejado a la Iglesia Católica, y se violentaron contra los que lo oponían. Bueno, yo no aprobaba eso para nada. Y ellos lo apoyaban completamente, porque ellos también oponían (a la iglesia). Y eran…no mencionaré que eran un “ismo” a lo que se unieron – no eran católicos – pero estaban tan contentos que un cura católico hizo lo que hizo él, que todos lo apoyaban. Vinieron con rocas así de grandes. Tenían todas las riquezas del mundo, y todos estaban detrás de él. Bueno, yo no aprobaba ese comportamiento para nada. Les dije que nunca habían escuchado a la Cristiandad, y nunca desde la plataforma de la que yo enseñaba. Luego de la reunión él dijo, “nunca escuché esto en mi vida”. Esa noche yo hablaba del perdón. Bueno, él había estado perdonando a la gente durante catorce años, como cura, pero nunca había conocido el arte del perdón. Cada vez que los veía en la calle (luego de la confesión), él sabía exactamente lo que ellos habían confesado el día anterior, o el año anterior. Él nunca había cambiado ninguna actitud en sí mismo, en relación a aquel que él supuestamente había perdonado. Escuchaba sus confesiones, y se regodeaba en eso; y luego durante todos esos años él recordaba exactamente lo que hicieron para así usarlo en contra de ellos. Él nunca se había cambiado a sí mismo. Así que al final de los catorce años, se descarriló, bebió como un pez, y esa noche que vino a la reunión, estaba completamente borracho. Volvió a la noche siguiente, volvió cuatro veces más, y luego me envió un libro que él escribió. No mencionaré su nombre, porque indudablemente, ustedes han oído hablar de su libro. Pero a eso no lo llamaré… eso no es catolicismo. Si alguien escucha la historia y la cree realmente; podría ser de cualquier denominación en este mundo.
Hoy estaba leyendo que el gran Disraelí, que era el Primer Ministro de Inglaterra – uno de los más grandes que tuvo Inglaterra – él se hizo Señor de Beaconsfield. Disraelí dijo que la Cristiandad era la flor del Judaísmo. Bueno, aquí tienen a un gran judío haciendo esa declaración. Él fue más allá de ambas, y vio a la cosa completa, como un drama que se está desarrollando en la mente del hombre. Ese era Disraelí. Él nunca dejó el Judaísmo, al igual que Pablo que nunca dejó el Judaísmo. Pablo nunca se rindió… él vio la flor aparecer en el árbol. Cuál es el propósito de un árbol sino el de dar fruto. Si es un árbol que da flores, debería aparecer una flor; si es un árbol que da frutos, debería aparecer fruto. Así que aquí está el árbol… ¿Y cuál es el propósito del árbol? El de dar fruto, o dar flor. Y la Cristiandad es el florecimiento de la flor de todo lo que fue prometido en el Judaísmo. Así que si un cura no puede entenderlo… no todos lo entienden… se te lo enseña en cierta manera y, está bien, tú crees que esta cosa es secular. No es historia secular para nada, todo es historia de la salvación.
Así que no condeno al cura que lo enseña luego de haberlo descubierto. Quizás está muy viejo para comenzar de nuevo, y ya no puede salirse. Pero muchos de ellos lo abandonan, y se pierden a sí mismos en la multitud, muchos de ellos hacen eso. Muy pocos son como Luther; él se convirtió en el símbolo de abrirse camino en todas las cosas. Luther es el gigante en el mundo Cristiano. Llegó a un punto que ya no podía tolerar, y se abrió camino y dejó su marca detrás de él. Pero no todos tienen el fuego de un Luther para abrirse camino. Ellos simplemente se ajustan a sí mismos al mundo.
¿Alguna otra pregunta?
Bueno, practiquen el arte de morir… y no mueres realmente. Tú morirás, y no morirás realmente. Morirás a aquello que ahora crees, y vivirás en aquello que ahora quieres creer, y te convertirás en lo más grandioso por el morir.
Gracias, Buenas Noches.
Traducido
por Laura Arrojo
La conferencia original en inglés es THE ART
OF DYING (2) (Neville Goddard – 01-26-1965)
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