Neville
Goddard (sin fecha)
HOMBRE
INMORTAL
Creo que hoy encontrarán una noche muy práctica.
Debo incorporar ciertas cosas que he pasado por alto a través de los años. Les digo esto, porque un amigo muy querido nuestro, que esta noche no está aquí porque si hubiese sabido que cerraba con la última conferencia del año, que es esta noche, y no el último viernes del mes, él hubiese venido.
Pero él me dijo: “Estoy muy perturbado por algo que dijiste hace dos semanas, y me refiero a eso de los rangos, los rangos celestiales.” Y continuó: “Yo no voy a renunciar a mi derecho divino. No daré mi poder a nadie. No haré a otros pequeños para así hacerme superior. Quizás te malinterpreté, y desearía que expliques esto en tu plataforma, y le pediré a alguien la grabación para escuchar tu respuesta a mi pregunta.”
Cuando hablo de los rangos, los rangos espirituales, no retractaré ninguna palabra, pero él falló en ver la diferencia entre el individuo y el estado en que ese individuo está por el momento.
Existe una gran diferencia entre los estados, y el inmortal tú. El hombre inmortal es Dios. El hombre es todo imaginación y Dios es el hombre, y existe en nosotros y nosotros en él. El cuerpo eterno del hombre es la imaginación y eso es Dios mismo.
Dios está interpretando todos los papeles. Solamente Dios actúa y es, en seres existentes, u hombres. Existe sólo un actor en el mundo. Existe sólo un autor, y ese es Dios, y ese Dios del que hablo es tu propia maravillosa imaginación humana, ese es el poder operante en el mundo.
Si yo hablo de tu Dios, existe la posibilidad de que tú pienses en alguien existiendo fuera de ti mismo. Pero si hablo de tu imaginación, estoy seguro de que pensarás sólo en ti mismo.
Bueno, ese es el Dios del que yo hablo, interpretando todos los papeles, y el rol más bajo es el de las múltiples lenguas. No es que eres lingüista; todos están hablando nuestro lenguaje. Pero hay doscientos millones de nosotros, y se nos hace difícil entendernos, porque estamos moviéndonos hacia un prejuicio, una superstición, una idea fija, así que podremos decir lo que sea, pero tenemos que atravesar esa barrera, aunque estemos hablando todos el mismo idioma usando la misma lengua inglesa.
Déjenme que empiece con una frase del capítulo ocho de Nehemías: “y leyeron en el libro de la ley de Dios, interpretándolo, y la gente entendió la lectura.” (Nehemías 8:8) Lo leyeron con interpretación y la gente entendió la lectura. Pablo declara en su carta, la primera carta a los Corintios, lo encontrarán en el capítulo 14 dice, “prefiero hablar cinco palabras en mi mente para instruir a otros, que diez mil palabras en una lengua.” (1ra. Corintios 14:19)
Creo que hoy encontrarán una noche muy práctica.
Debo incorporar ciertas cosas que he pasado por alto a través de los años. Les digo esto, porque un amigo muy querido nuestro, que esta noche no está aquí porque si hubiese sabido que cerraba con la última conferencia del año, que es esta noche, y no el último viernes del mes, él hubiese venido.
Pero él me dijo: “Estoy muy perturbado por algo que dijiste hace dos semanas, y me refiero a eso de los rangos, los rangos celestiales.” Y continuó: “Yo no voy a renunciar a mi derecho divino. No daré mi poder a nadie. No haré a otros pequeños para así hacerme superior. Quizás te malinterpreté, y desearía que expliques esto en tu plataforma, y le pediré a alguien la grabación para escuchar tu respuesta a mi pregunta.”
Cuando hablo de los rangos, los rangos espirituales, no retractaré ninguna palabra, pero él falló en ver la diferencia entre el individuo y el estado en que ese individuo está por el momento.
Existe una gran diferencia entre los estados, y el inmortal tú. El hombre inmortal es Dios. El hombre es todo imaginación y Dios es el hombre, y existe en nosotros y nosotros en él. El cuerpo eterno del hombre es la imaginación y eso es Dios mismo.
Dios está interpretando todos los papeles. Solamente Dios actúa y es, en seres existentes, u hombres. Existe sólo un actor en el mundo. Existe sólo un autor, y ese es Dios, y ese Dios del que hablo es tu propia maravillosa imaginación humana, ese es el poder operante en el mundo.
Si yo hablo de tu Dios, existe la posibilidad de que tú pienses en alguien existiendo fuera de ti mismo. Pero si hablo de tu imaginación, estoy seguro de que pensarás sólo en ti mismo.
Bueno, ese es el Dios del que yo hablo, interpretando todos los papeles, y el rol más bajo es el de las múltiples lenguas. No es que eres lingüista; todos están hablando nuestro lenguaje. Pero hay doscientos millones de nosotros, y se nos hace difícil entendernos, porque estamos moviéndonos hacia un prejuicio, una superstición, una idea fija, así que podremos decir lo que sea, pero tenemos que atravesar esa barrera, aunque estemos hablando todos el mismo idioma usando la misma lengua inglesa.
Déjenme que empiece con una frase del capítulo ocho de Nehemías: “y leyeron en el libro de la ley de Dios, interpretándolo, y la gente entendió la lectura.” (Nehemías 8:8) Lo leyeron con interpretación y la gente entendió la lectura. Pablo declara en su carta, la primera carta a los Corintios, lo encontrarán en el capítulo 14 dice, “prefiero hablar cinco palabras en mi mente para instruir a otros, que diez mil palabras en una lengua.” (1ra. Corintios 14:19)
Cinco
palabras sólo para instruir a otros. Bueno, esa ha sido mi esperanza
desde que comencé a enseñar allá por 1938, para hacerlo tan claro
que no haya malinterpretación. Déjame que lo explique claramente
ahora. Los Estados Espirituales del Alma, son eternos. Tú no los
cambias. Tú los atraviesas como un viajero, y comienzas desde lo más
bajo, las lenguas, la confusión de las lenguas llamada Babel en las
escrituras, donde no nos entendemos entre nosotros, así que hacemos
guerras sobre extrañas, extrañas confusiones.
El segundo es el administrador, el organizador, así que organizamos los Estados confusos para ganancia personal, ese es el segundo, y luego Pablo sigue hacia arriba hasta el octavo. Encontrarán el último, el Apostolado.
Ahora, el que interpretó el papel del más bajo, es también el mismo que va a interpretar, cuando sea llamado, el del Apóstol, y será enviado para contar una historia verdadera. Son el mismo ser, no lo identifiques con el estado llamado el Apóstol. Mientras que esté en ese estado, él interpretará ese papel. Pero él no está allí, él es el ser inmortal, que es el mismo que está sentado aquí mismo, en todos ustedes que están aquí.
Así que el juez, y el que está siendo juzgado por él, son los dos que están siendo interpretados por el mismo ser, y a ese ser el mundo lo llama Dios, pero ellos no saben que él es el único actor en el mundo. Hay sólo un actor, solamente Dios actúa y es, en los seres existentes u hombres.
Tú y yo estamos aprendiendo a cómo crear, a recrear estados para liberar a otros para siempre. Pero lo que hacemos, podemos deshacerlo, así que no creamos estados permanentes, creamos un estado y tomamos un marco fuera de lo que él (la persona), estaba expresando, y lo ponemos en un estado que creamos para él.
Así que dime qué quieres. Muy bien, tú lo mencionas claramente, y depende de mí crear un estado y ponerte a ti en ese estado. ¿Cómo sería si él fuera ahora lo que yo deseo que sea? Trato de persuadirme a mí mismo de que tú ya eres ese ser, al grado tal que soy tan persuadido de que lo eres, que te he puesto en ese estado, y mientras yo sea fiel a ese estado, y que tú estás en él, tú exteriorizarás los contenidos de ese estado.
Pero lo que he hecho puedo deshacerlo, pero no puedo deshacer los Estados Eternos. Los Estados Eternos están todos dentro de la imaginación humana, que culminan en redención, y la redención es precedida por el apostolado.
Ahí es cuando eres llamado, y la palabra apóstol significa “uno que es enviado”, así que me encuentro en un estado donde soy llamado. La noche que yo fui llamado allá por el año 1929, no tenía ni idea que había llegado a ese estado, pero aquí había sido llamado a la presencia del amor infinito, y eso es el hombre. Habiendo respondido su pregunta correctamente, que el amor es lo más grande del mundo, me abrazó y nos fusionamos, y nos convertimos en un cuerpo, un espíritu, porque aquel que es unido al Señor se convierte en un espíritu con el Señor, y en ese momento no era suficiente con ser llamado y ser incorporado al cuerpo de Dios, sino que debía ser enviado a una misión, y no conocía esa misión hasta que se desenvolvió a si misma dentro de mí.
Y llevó 30 años, 30 años después, de repente, estalló dentro de mí, y la historia completa de Jesús se desplegó en mí, seleccionándome para el rol principal de la historia, y luego supe quién era yo, y supe realmente quién era aquel llamado Jesús en la historia. Él es aquel punto culminante de Dios en el hombre, así que cuando el hombre realmente completa su viaje, y llega al final de todo, descubre que él es el que había estado buscando a través de todo este viaje.
Pero él llega a eso en el final de todo, así que no permitas que presuman, no dejes que se jacte de que es un apóstol. El apóstol es un estado permanente. Es mucho más grande que todos los estados que ha creado, y son permanentes dentro del hombre, dentro de la imaginación humana. Pero cuando llega a ese estado es el último del viaje, y luego él despierta y sabe quién es, y estas experiencias le dan la certeza de que él es Dios. Él lee ahora, la palabra que leía cuando era un niño, aun antes de que pudiera leer, cuando su madre lo leía para él, y luego él fue a la escuela y lo leía en la escuela, y cuando podía leer por sí solo, levantó el libro, y no podía entender realmente, pero lo leía.
Ahora, lo lee como algo completamente diferente. Sabe que el libro es todo sobre él mismo. No es sobre ningún otro ser, es sólo sobre Dios. Y él ha encontrado a Dios dentro de sí mismo. Y él es Dios. Pero ese Dios del que hablo es tu propia maravillosa imaginación humana.
Ahora, esta noche, para mostrarte lo fácil que es esto, está basado puramente en el movimiento. El primer acto creativo que fue escrito en las escrituras: “y el espíritu de Dios se movió.” ¡Él se movió!
Bueno, el espíritu del Señor está en el hombre, ¿acaso no te das cuenta que eres el templo del Dios viviente? ¿Y que el Espíritu de Dios vive en ti como se nos ha dicho? ¿Él mora en mí? ¿Dónde? En mi propia maravillosa imaginación humana.
Ahora voy hacia atrás para ver cómo creó por primera vez, él creó por un movimiento. Yo me muevo de un estado a otro estado. Si es un estado deseado, entonces tengo la sensación de alivio cuando entro en el estado deseado. Si esta noche me encuentro enfrentado por problemas financieros, y luego de repente me encontraría con una fortuna, ¿cuál sería el sentimiento sobresaliente que tendría? ¿Acaso no sería alivio? Así que insisto: de todos los placeres que el hombre puede experimentar en este mundo, el alivio es el que más intensamente se siente.
La niña se ha demorado. Dijiste que vendría a las diez. Así que, son las diez, luego las once, luego las doce y la niña no aparece. Tú piensas que estás en control. La amas profundamente, y piensas que estás en control. Oh sí, puedo controlar mi mente, mi imaginación, es fácil. Pero luego se hace la una en el reloj, y no aparece la niña. Y luego piensas mil y una cosas que le podrían haber pasado. Luego escuchas la pequeña manija de la puerta, o la llave en la puerta, y ella entra por la puerta. ¿Cuál es tu emoción? ¡Una de alivio! Tan solo una de alivio.
Así que, de todos los placeres del mundo, el alivio es el que más intensamente se siente. Viene en el acto creativo, el alivio. Llámalo por otro nombre si quieres, pero es alivio en ese momento de explosión. Bueno, lo mismo es verdad cuando me muevo a un estado. ¿Cómo sería el sentimiento si fuera verdad? Y trabajo en mí mismo para llegar a ese estado, como si fuera cierto. Si estoy en ese estado, no puedo suprimir la sensación de alivio, así que tengo la sensación de alivio, porque lo he hecho.
Ahora, ¿qué hacer luego de eso? Nada. Permanece en ese estado. Tiene su tiempo señalado, madura y va a florecer. Así que no te preocupes, tú estás en ese estado.
Ahora deja que se desenvuelva a sí mismo en su propia y maravillosa forma natural. Tiene caminos y recursos que nadie conoce, sus caminos no se pueden explicar. Así que me muevo a un estado. No permanezco en el estado que quiero dejar detrás de mí y aprieto un botón diciendo: “Creo que algo va a suceder”; sino que, ¡Yo me muevo!
Me muevo de un estado a otro estado. Pero estos estados, yo los estoy creando. Yo no me muevo conscientemente en los Estados Espirituales, estos son automáticamente determinados por mi viaje en este mundo.
Nadie puede sentarse e invocar los Estados Espirituales; si piensas que puedes hacerlo, te estarás engañando a ti mismo. Estos ocurren automáticamente a medida que el hombre, que es Dios, se mueve a través de estos Estados Espirituales eternos, completamente marcados en el capítulo 12 del libro 1ra. Corintios. Y no vas a cambiarlos. Así que le digo a mi amigo cuando escuche esto: Yo no pretendo ponerme a mí mismo por sobre todos como alguien que es más viejo que tú, o mejor que tú. Yo he llegado al estado llamado el Apóstol. Fui llamado e incorporado en el cuerpo del Dios viviente.
Él es el Dios viviente, no es el Dios de los muertos, ¡Nada muere en Dios! ¡Pero nada! ¡Todo está vivo!
Hoy, millones fueron a los cementerios. No están allí. Eso es un negocio organizado, completamente organizado, basado en los miedos de la gente. Ahí no va nadie. Si mueres ahora, ok, o quizás te entierran mañana, o quizás de acá a una semana más adelante, pero en ese mismo momento (en que mueres), tú eres devuelto a la vida, en un mundo tal como éste, real como éste. Y todo el trabajo sin terminar, lo vas a terminar. Nadie va a fallar porque Dios es el poder operante y Dios es la imaginación individual humana. Y él se mueve hacia su auto-redención, y él va a través de los estados, los estados infinitos, pero tú y yo, somos lo suficientemente inteligentes para crear un estado.
Así que si alguien viene a ti y te dice: “Sabes, no sé qué quiero exactamente, pero no me gusta lo que tengo.” Está bien, él puede decirte lo que tiene, y bueno, a ti tampoco te gustaría. Si escuchas atentamente, no, a mí tampoco me gustaría eso. Bueno, entonces razonemos juntos. ¿Qué es lo que te gustaría? ¿Te gustaría esto? ¿Te gustaría lo otro? Y luego a él se le ocurre algo que le gustaría. Bueno, si eres amigo suyo, tú creas un estado para liberar a tu amigo de su viejo estado, y entonces lo ves en ese estado. Bueno, ¿cómo lo haces? Trae al ojo de tu mente a tu amigo, y haz que tenga una gran sonrisa en su cara. Y que de verdad te esté agradeciendo por lo que has hecho por él.
Ahora, la cosa no ha sucedido aún, pero tú vas más allá del momento presente, y te estás apropiando ahora subjetivamente la esperanza objetiva. Esperas que él se pare delante de ti, objetivamente, con una sonrisa en su cara. Y esperas escuchar sus palabras, y las palabras que vas a escuchar son: “Oh, muchísimas gracias. Funcionó de una manera maravillosa. Sabes, cuando te vi la última vez, estaba en serios problemas. Y hoy simplemente todo fluye y fluye hacia mi dirección. Todo está perfecto.”
Eso es lo que quieres escuchar para un amigo. Bueno, tú escuchas eso. Así que si estás escuchando eso, estás moviéndote afuera de su estado anterior, y entrando en el estado que ahora has creado para él. Haz esto, y no podrás fallar. Así que la oración no es petición. La oración es dar gracias. No te pones de rodillas y pides nada afuera de ti mismo. No existe intermediario entre tú mismo y tu ser. No necesitas a un cura. No necesitas a los tales llamados sanadores. No necesitas nada que esté afuera. Está todo dentro de ti mismo.
¿Cuál sería el sentimiento si fuera verdad? Con eso, yo atrapo ese sentimiento y luego trabajo en mí mismo hasta llegar a ese estado. ¿Cómo sería?; “Ok, ahora sé cómo sería.” Bueno, entonces ¡siéntelo! Y sigue sintiéndolo, y sigue sintiéndolo, hasta que de repente, estás aliviado. Hay una descarga dentro tuyo, y luego está hecho. No puedes hacerlo una segunda vez; está hecho.
Así que yo digo que estoy mirando el mundo desde un punto. En cada momento en el tiempo, yo estoy siempre viendo el mundo desde un lugar. Ese lugar podría ser una posición financiera en mi mundo; podría ser una posición física en mi mundo; podría ser... – y tú lo nombras. Yo estoy mirando DESDE cierto estado, y estoy viendo la confirmación de ese estado por lo que estoy viendo.
Ahora, ¿cómo podría saber yo, que me moví? Bueno, es una prueba muy fácil para saber si me moví. A menos que haya un marco de referencia fijo, nadie sabrá que algo se movió. Si yo comenzara a moverme desde aquí hasta el fondo de la habitación, y todo comenzara a moverse al mismo tiempo conmigo, yo no tendría referencia para probar que me moví.
El movimiento puede ser detectado sólo por un cambio de posición relativo a un objeto fijo. Debe estar fijo en relación a mí, para que yo sepa que me he movido, pero todos mis amigos saben dónde estoy, quién soy, y qué soy. Si yo deseo un cambio, mis amigos, mis referencias fijas, deberían saberlo. Así que no le pido nada a ellos. Yo simplemente asumo que he cambiado. Bueno, si he cambiado, entonces tengo una referencia fija: las caras de mis amigos. Ahora, deja que los conjure ante mi cara, en el ojo de mi mente, y déjame que los mire. ¿Me están viendo como una persona cambiada? ¿O todavía están mirando a aquel que yo desearía cambiar? ¿Están felicitándome por mi cambio? Bueno, entonces yo he cambiado. Lo vi reflejado en sus caras. Lo escuché en sus voces. Vi un cambio en sus caras, y tal cambio me reveló que han notado un cambio, y eso es lo que quiero.
Ahora, eso prueba que yo me moví. Nadie me vio moverme físicamente; todavía estoy sentado en la misma silla. Pero me moví. Así que, la cosa entera está basada en movimiento. Es un movimiento psicológico. Vivimos en un mundo de imaginación, y todo este mundo exteriorizado, fue primero imaginado.
No existe una sola cosa que veas aquí, que no haya sido primero imaginada. Aun así, tan cerca está él, y todavía no puedes encontrarlo. ¿Por qué? ¿Por qué no puedo encontrarlo como algo objetivo? Porque él es la realidad que yo llamo imaginación. Yo veo los frutos de mis propios actos, pero no veo al actor como veo la emanación de su actividad, porque él es la realidad que yo llamo imaginación. Así que el Dios en ti es tu propia maravillosa imaginación humana. Eso es Dios.
Ese es aquel, que si estuvieses completamente despierto, lo conocerías. Eso es por lo que el hombre está hambriento básicamente; el despertar de su imaginación que es el despertar de Dios dentro de él. Ese es el único Dios del que habla la Biblia. No existe otro Dios. “Iré a la casa del alfarero; y yo fui a la casa del alfarero, como me lo dijo el Señor. Y allí estaba trabajando en su rueda, y la vasija en sus manos se echó a perder, pero él no la descartó. Así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor al alfarero hacerla.” (Jeremías 18: 3, 4)
Ese es el capítulo 18 de Jeremías, y la palabra Jeremías significa Jehová se elevará. Tú te elevarás. Él se elevará en ti como ti mismo, porque él eres tú. No hay nadie más que despertar, sino Dios, y Dios es tu propia maravillosa imaginación humana. Y la palabra alfarero en hebreo significa imaginación. Significa “determinar”, eso es lo que en verdad significa la palabra por definición en fuerte concordancia bíblica; significa el alfarero, que significa imaginación.
Así que voy al lugar de la imaginación, donde él está trabajando en su rueda. ¿Cuál alfarero? Mi propia imaginación. ¿Qué estás haciendo, Neville?; “Bueno, estoy pasando unos minutos aquí y allá, y luego…” Bueno, luego, se echó a perder. Admitirás que lo que estás haciendo no es realmente lo que tú quieres que se haga. No lo descartes, vuelve a hacerlo. Vuelve a hacer de ella otra vasija, según te parezca mejor para ti hacerla.
No juzgues según las apariencias. ¿Piensas que porque un hombre está en serios problemas, estaría satisfecho con x número de dólares? No, no lo límites. No le pongas límite al poder de creer. ¿Puedes creer que ya no tiene esa presión sobre él? ¿Qué ya está por encima de ello, que es algo que quedó detrás? Bueno, ponlo en ese estado. No te cuesta ni un poco más ponerlo en ese estado, que ponerlo en un pequeño estado apenas modificado. No has pagado nada por hacerlo. “Vengan, coman y beban sin precio. ¡Compren vino, compren leche sin dinero!” (Isaías 55:1)
No te costó un penique el hacerlo, así que, ¿por qué apenas modificarlo? ¿Por qué hacer poco por ello? No es exactamente lo que él querría para sí mismo. Es mejor que lo que ya tiene, pero ¡tú quieres algo mucho más grande que eso para él! ¡Y no existe límite!
Cuando conoces gente de grandes riquezas en este mundo y los juzgas porque tienen dinero; tan solo habla con ellos por un ratito. El dinero no ha alterado sus otros estados; son tan estúpidos como lo eran antes. De hecho, yo he ido a fiestas donde remarcan: “Ese es un millonario; aquel es un millonario; ese es tal y tal”, y luego señalan a otro y dicen: “¿Ves a esa? Oh, ella no es rica, ¡es apestosamente rica!”; en su idioma, eso significa que tiene muchos millones.
Y si sales de aquel lugar, y estoy hablando de un club, aunque no voy a mencionar el nombre, un club de la Ciudad de Nueva York, un club de señoritas; y son todas multimillonarias, si sales afuera a la calle, no te vayas, solo sal afuera y quédate allí, y luego obsérvalas salir de allí después de un gran almuerzo pesado y de sus tres o cuatro martinis o lo que sea, y obsérvalas. Si no supieras que ellas son miembros de ese club con todos los millones del mundo, te dirías a ti mismo: “Oh, pobres almas… Pobres almas.” Pensarías: “Quizás salieron de allí luego de limpiar, luego de que se fueron los invitados.”
¡Así es exactamente como aparentan! Pero sienten que no se tienen que poner nada especial porque sienten que están por encima de todo. Mi padre decía, cuando ellas venían, y eran muy, muy ricas, y él trabajaba en su tienda, y cuando venían luego de haber adquirido una fabulosa riqueza, él se dirigía a uno de nosotros y decía: “Sabes, Dios es misericordioso… ¡Supón que ella no tuviera dinero!” y nunca completaba el pensamiento. Lo dejaba en nosotros, para que usemos nuestra imaginación. “Supón que ella no tuviera dinero… ella tiene a un Dios misericordioso”, como diría él, y luego tú continuarías completando lo que tu padre no completó, tú querrías escucharlo completándolo.
Así que te digo, la oración será respondida. Todas las oraciones son respondidas si sabes cómo orar. Y la oración no es rogar. Tú no pides, sino que das gracias. Bueno, no vas a dar las gracias por algo que no existe. Pero debes realmente creer en Dios. Como se te ha dicho: “Aquel que viene a Dios primero debe creer que Él existe, y que remunera a los que le buscan.” (Hebreos 11: 6)
Pero tú debes creer primero que Él existe. Léelo en el capítulo 11 de Hebreos, versículo 6. Todos los que vienen a Dios primero deben creer que Él existe. Bueno, yo sé que Él existe. Espero que todos aquí sepan que Él existe.
Pero como dice Blake: “¿Por qué estamos aquí temblando, llamando a Dios para que nos ayude, y no a nosotros mismos, en quienes Dios habita?”
Así que, ¿por qué dirigirnos hacia afuera para llamar a un Dios que habita en mí? Bueno, él habita en mí como mi imaginación. Así que comulgaré con mi propia imaginación, hasta que esté satisfecho de que ya está hecho. Y te metes en el hábito de sentir que está hecho. El sentimiento de alivio. Y luego, continúas con tus asuntos y dejas que tome su propio curso. Tomará su curso y surgirá perfectamente. Así que no le ruegas a nadie, no le pides a nadie, y no tiene nada que ver con los tales llamados “Su santidad”. Esa es una palabra tan abusada. Dicen, “él es un hombre santo”, y déjenme que les diga, si alguien les presenta a alguna persona como un “hombre santo”, dense la vuelta y corran. Porque ellos los engatusarán. Y no los estoy cargando.
Vienen aquí desde la India y los ves en la televisión, y antes de que te des cuenta te piden 500 dólares por un curso especial, y la gente que tiene más dinero que cerebro les paga todo y luego, adiós, a la India se van, con su enorme fortuna que él simplemente tomó de aquellos que no usan su cabeza para pensar. Así que al dinero no le importa quién es su dueño. Así que la gente lo tiene, y se lo da a cualquiera que se hace llamar un “hombre santo”.
Bueno, yo he tenido mis experiencias con los tales llamados “hombres santos”. Hay un pequeño hombrecito, que todos ustedes conocen, lo han visto en la televisión, al que un reportero le preguntó: “¿Por qué haces tanta publicidad? Estás siempre haciendo publicidad, construyendo tu pequeña personalidad, y Jesús nunca hizo eso.” Y en su pequeña voz aguda, él comenzó a reírse y le respondió: “¡Por eso le llevó tanto tiempo!”
Bueno, después de todo, te sientas en tu sala de estar, y prendes tu televisor para escuchar esas tonterías. ¡Pero la gente lo hace! Y le pagan por ello.
Ahora, déjenme que les diga, tú tienes todo lo que se necesita para ser el hombre, para ser la mujer que quieres ser. No dejes pasar eso. Aquí mismo, esta misma noche. Sabe lo que quieres ser. Sé definitivo. Cuando sabes exactamente qué quieres ser, no le preguntes a nadie si es posible. Tú simplemente sientes que ya lo eres. ¿Cómo sería el sentimiento si ya fuera cierto? ¿Acaso mi esposa, mi esposo, mis amigos lo sabrían? Deja que lo sepan. No verbalmente. Deja que lo sepan, todo en tu imaginación. Deja que te vean como deberían verte si ya fuera cierto. ¡Tan solo deja que te vean! Y vete a dormir en esa asunción. Porque yo sé por mi propia experiencia, que una asunción, aunque negada por mis sentidos y por lo tanto llamada "falsa" por el mundo, si se persiste en ella, se materializará en hechos. Eso sí lo sé. Una asunción, la misma simple asunción, si tú persistes en ella se materializará en hechos. Eso es una ley. ¿De qué otra manera interpretarías esta declaración del capítulo 11 del libro de Marcos?: “Todo lo que pidas en oración, cree que ya lo has recibido, y lo recibirás.” (Marcos 11: 24)
¿Cómo vas a interpretar eso? Todo lo que pidas en oración, cree que ya lo has recibido y lo recibirás. No se le ha puesto un límite al poder de creer. Ni siquiera dice que tiene que ser bueno para ti. Te deja completamente libre para que hagas tu elección y tomes tu riesgo, porque cuando alcances ese estado, también cosecharás las consecuencias de ese estado. Así que haz tu elección, pero también debes estar dispuesto a tomar las consecuencias de ese estado. Y puedes ir por la vida simplemente sabiendo que son tan solo estados. Si hoy ves a una persona en la miseria, no necesita estar en la miseria para siempre. Sácalo de la miseria en el ojo de tu mente.
Había un amigo mío, Barry Freedom, al que envié a San Francisco a enseñar esta ley. Él no ha experimentado la promesa, así que no puede enseñar la promesa, pero enseña la ley. Había un hombre viejo cruzando la calle mientras que él paseaba a su pequeño perro. El hombre se le acercó. Primero le dijo un bonito cumplido sobre su perro, lo cual Freedom disfrutó, y luego le dijo: “¿Me podría prestar dinero?” y Freedom respondió: “Lo siento, pero no tengo dinero.” El hombre fue muy cordial al respecto, evidentemente era un caballero, y siguió caminando. Y Freedom, antes de dar un paso más, permaneció exactamente allí sobre la vereda y vio a ese hombre completamente empleado. Él le había dicho a Freedom que no estaba trabajando, que estaba desempleado, y Freedom lo vio completamente empleado, y sintió la excitación por haber sido empleado. Un mes después, Freedom estaba paseando a su pequeño perro, y este hombre cruza la calle, se le acerca a Freedom y le dice: “Supongo que usted no me recuerda”, y Freedom le responde: “Oh, sí, lo recuerdo muy bien”; el hombre le dijo: “Quiero agradecerle por no haberme dado dinero cuando hace un mes se lo pedí. Si me lo hubiese dado, le estaría pidiendo dinero hoy, pero me enojé tanto conmigo mismo por haberme puesto en esa posición de tener que pedirle a un total extraño que me proveyera, que me fui a casa determinado a conseguir un trabajo”. Él no sabía lo que Freedom había hecho, pero Freedom hizo eso, lo cual lo sacó fuera del estado de pedir dinero, y lo puso en el estado de ganarlo. Él salió al día siguiente de haberse encontrado con Freedom, y consiguió un trabajo bien pagado. Le dijo, “Estoy en el trabajo que conseguí al día siguiente de haberle pedido dinero. Aún continúo allí, y hay posibilidad de crecimiento en ese trabajo, y me pienso quedar con ese trabajo. Así que, otra vez, gracias por no haberme dado el dinero.”
Si Freedom hubiese hecho lo que la mayoría de la gente hace, se hubiese ido caminando y dicho: “No, no tengo nada de dinero para ti”, o “No tengo dinero” sin explicarle por qué. Pero Freedom sí hizo algo al respecto. Puso al hombre en un estado completamente diferente, y habiéndolo puesto en un estado diferente, el hombre obtuvo el trabajo al día siguiente.
Así que le digo a todos, tú puedes probarlo. No tires la pelota, y ayuda a todos en este mundo. Tú creas estados para liberar a los individuos para siempre. Estos son estados que tú creas, y puedes desecharlos. Pero el otro estado del que hablé anteriormente, los Estados Espirituales del alma, son para siempre, y nadie puede cambiarlos. Pero, para dejarlo en claro, cuando tú estás en el estado final del Apóstol, no significa que eres mejor que tú mismo cuando estabas en esa multitud de confusión. Porque Dios estaba interpretando esa parte, así como está interpretando el papel del estado del Apóstol, pero Dios está por sobre todos los estados, y tú eres Dios. Así que no eres un Apóstol para siempre, tú interpretas ese papel, y esa es la parte final del viaje. Y sales redimido cuando llegas a ese estado, y sabes que eres el Apóstol porque eres enviado, y el apóstol es aquel que es enviado. Es sólo en ese momento que sabes que has sido elegido para una razón definitiva y eres enviado para contar lo que te sucederá, porque luego, 30 años después, en mi caso, me sucedió a mí, para poder hablar con autoridad.
No estaba parafraseando a nadie. No estaba de ninguna manera especulando o teorizando. Así que cuando te digo que David es el Cristo, hablo desde la autoridad de la experiencia y, por lo tanto, hablo con autoridad cuando te digo que él es el único hijo, que es un estado resultante del viaje que has realizado a través de esos Estados Espirituales eternos. Cuando llegas al último, tú naces.
Escucha estas palabras de la biblia, de la Versión de King () James, y de otras que tengo en casa, están correctamente traducidas; pero en la Versión de Revisión Estándar; la Nueva Versión en Inglés, han agregado una palabra que confunde toda la cosa. Esto es en el capítulo 8, versículo 11 de Romanos: “Si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de los muertos habita en nosotros, él también resucitará a Cristo.” Son dos completamente diferentes. Bueno, si dices: “él también resucitará a Cristo Jesús”, vas a confundir la cosa completamente. Así que la Versión de King () James, deja completamente afuera la palabra Jesús, cuando se refiere a la segunda resurrección. Y sucedió exactamente así. Jesús viene primero, es el YO SOY del hombre. Ese es el Padre. Él resucita primero. Cinco meses después, viene David. Ciento treinta y nueve días después de que el Padre despierta dentro del sepulcro, viene una explosión. Ciento treinta y nueve días después, y luego David se para frente a ti. Aquí está el estado resultante.
Ahora, cuando leas la Biblia en el futuro, y espero que todos lo hagan, siempre ten en cuenta que los personajes mencionados allí y representados allí, no son individuos como tú y yo somos. Son estados de conciencia, desde Adán, hasta el final mismo.
Estos son todos estados de conciencia. Así que los nombres significan el estado, si conoces el significado de cada nombre, pero no pienses que cuando usas la palabra Abraham, estás hablando de un hombre, así como cuando hablo de Bill, Bill sí es un hombre, es un individuo. Es Dios usando la máscara llamada Bill.
Pero cuando hablo de Abraham, eso es un estado de conciencia. Cuando conozcas los estados de conciencia en una visión, son personificados, así que ves a un hombre, pero que no es un hombre como tú eres un hombre. Todos estos están contenidos dentro de la imaginación humana.
Así que cuando te encuentres a Abraham, bueno tú vas a ver a un hombre y sabrás que es Abraham, y cuando te encuentres a David, te encontrarás con una juventud, una eterna juventud. Pero como un Estado resultante. Tú estás por encima de todos los estados. Tú eres Dios. Todo ser en este mundo es Dios y Dios es uno. “Escucha Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es uno”, y nunca te alejes de eso. Eso es fundamental. En el momento en que tienes dos dioses, tienes confusión. Dos se convierten en cuatro, y cuatro en ocho, y ocho en dieciséis, y solo obtienes confusión en el mundo. Y el nombre de Dios por siempre y para siempre es YO SOY. Ese es el Ser.
Así que cuando eres despertado dentro del sepulcro, sabrás que has despertado. Tú dirás “YO”, “YO SOY”. No hay nadie más presente, sólo tú mismo. Y saldrás sin la ayuda de nadie más. Luego vendrán las imágenes de las Escrituras que te rodearán, llevando testimonio de la verdad de la historia, pero eres seleccionado desde ahí en adelante, en el rol principal. Así que todo se desarrolla dentro de la imaginación del hombre y eso es Dios.
Así que esta noche, cuando se vayan de aquí, vayan y sepan que tienen el poder y el derecho de convertirse en el hombre, convertirse en la mujer que quieren ser, sin tener que lastimar a nadie más en este mundo. No necesitas lastimar a nadie para ganar nada en este mundo, para salir e interpretar tu papel completamente. Y no permitas que nadie te eche en cara su rango, porque todos los rangos son solo estados de conciencia. El rey y el que es músico, el bufón de la corte, son ambos interpretados por el mismo ser, y ese ser, no es visto por las dos máscaras, la máscara del rey y la máscara del bufón de la corte. Porque detrás de la máscara, está Dios, y Dios es simplemente YO SOY.
Así que hay uno que juega el papel del bufón de la corte, y hay otro que juega el papel del rey, y nosotros honramos a la máscara, y nos arrodillamos frente al rey, y aquel bufón de la corte podría estar más cerca del apostolado. Así que no juzgues por las apariencias, como se nos ha dicho.
Cuando vio a este hombre gigante pararse frente a él, Samuel pensó, “Ciertamente este es el elegido de Dios.” Porque el Señor le dijo a Samuel: “Desciende a la casa de Jesé, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea rey de Israel.” Y cuando vino el primer hijo, era una criatura majestuosa, y Samuel se dijo a sí mismo: “Seguramente este es el elegido del Señor”, y el Señor le dijo: “Yo lo rechazo.” Luego trajo al segundo, luego trajo al tercero, y finalmente trajo al último, que era David, y David estaba atendiendo a las ovejas. Pero esta es una historia de la cual debes extraer el significado.
Así que él trajo al pequeño, quien tan solo era un jovencito, y cuando vino, nadie pensó ni por un momento que él podría ser el elegido, y la voz le habló al profeta Samuel diciendo: “Úngelo a él. Este es él.” Y de todos los hermanos, Samuel lo ungió a él con el santo aceite, y luego el Espíritu de Dios vino sobre él poderosamente, y desde ese día en adelante nunca más lo dejó, porque nunca perdió una batalla.
El Victorioso llamado David, que en el final, se para delante de ti, porque ha interpretado todas las batallas. Tú eras el rey, tú eras el Señor de Señores, dentro tuyo, pero tú no lo sabías. Él es el hijo único del Padre, y se para frente a ti, y él es tu hijo, y luego, sólo luego de eso, tú sabrás que tú eres Dios el Padre.
Ganas toda la seguridad que necesitas cuando ves a David, porque él es el Hijo de Dios, y él es tu hijo. Por lo tanto tú debes ser Dios, y esa es la historia.
Ahora, esta es nuestra última noche, así que luego de ir al silencio, les daré un tiempo amplio para preguntas si tienen alguna.
*Van al Silencio*
El segundo es el administrador, el organizador, así que organizamos los Estados confusos para ganancia personal, ese es el segundo, y luego Pablo sigue hacia arriba hasta el octavo. Encontrarán el último, el Apostolado.
Ahora, el que interpretó el papel del más bajo, es también el mismo que va a interpretar, cuando sea llamado, el del Apóstol, y será enviado para contar una historia verdadera. Son el mismo ser, no lo identifiques con el estado llamado el Apóstol. Mientras que esté en ese estado, él interpretará ese papel. Pero él no está allí, él es el ser inmortal, que es el mismo que está sentado aquí mismo, en todos ustedes que están aquí.
Así que el juez, y el que está siendo juzgado por él, son los dos que están siendo interpretados por el mismo ser, y a ese ser el mundo lo llama Dios, pero ellos no saben que él es el único actor en el mundo. Hay sólo un actor, solamente Dios actúa y es, en los seres existentes u hombres.
Tú y yo estamos aprendiendo a cómo crear, a recrear estados para liberar a otros para siempre. Pero lo que hacemos, podemos deshacerlo, así que no creamos estados permanentes, creamos un estado y tomamos un marco fuera de lo que él (la persona), estaba expresando, y lo ponemos en un estado que creamos para él.
Así que dime qué quieres. Muy bien, tú lo mencionas claramente, y depende de mí crear un estado y ponerte a ti en ese estado. ¿Cómo sería si él fuera ahora lo que yo deseo que sea? Trato de persuadirme a mí mismo de que tú ya eres ese ser, al grado tal que soy tan persuadido de que lo eres, que te he puesto en ese estado, y mientras yo sea fiel a ese estado, y que tú estás en él, tú exteriorizarás los contenidos de ese estado.
Pero lo que he hecho puedo deshacerlo, pero no puedo deshacer los Estados Eternos. Los Estados Eternos están todos dentro de la imaginación humana, que culminan en redención, y la redención es precedida por el apostolado.
Ahí es cuando eres llamado, y la palabra apóstol significa “uno que es enviado”, así que me encuentro en un estado donde soy llamado. La noche que yo fui llamado allá por el año 1929, no tenía ni idea que había llegado a ese estado, pero aquí había sido llamado a la presencia del amor infinito, y eso es el hombre. Habiendo respondido su pregunta correctamente, que el amor es lo más grande del mundo, me abrazó y nos fusionamos, y nos convertimos en un cuerpo, un espíritu, porque aquel que es unido al Señor se convierte en un espíritu con el Señor, y en ese momento no era suficiente con ser llamado y ser incorporado al cuerpo de Dios, sino que debía ser enviado a una misión, y no conocía esa misión hasta que se desenvolvió a si misma dentro de mí.
Y llevó 30 años, 30 años después, de repente, estalló dentro de mí, y la historia completa de Jesús se desplegó en mí, seleccionándome para el rol principal de la historia, y luego supe quién era yo, y supe realmente quién era aquel llamado Jesús en la historia. Él es aquel punto culminante de Dios en el hombre, así que cuando el hombre realmente completa su viaje, y llega al final de todo, descubre que él es el que había estado buscando a través de todo este viaje.
Pero él llega a eso en el final de todo, así que no permitas que presuman, no dejes que se jacte de que es un apóstol. El apóstol es un estado permanente. Es mucho más grande que todos los estados que ha creado, y son permanentes dentro del hombre, dentro de la imaginación humana. Pero cuando llega a ese estado es el último del viaje, y luego él despierta y sabe quién es, y estas experiencias le dan la certeza de que él es Dios. Él lee ahora, la palabra que leía cuando era un niño, aun antes de que pudiera leer, cuando su madre lo leía para él, y luego él fue a la escuela y lo leía en la escuela, y cuando podía leer por sí solo, levantó el libro, y no podía entender realmente, pero lo leía.
Ahora, lo lee como algo completamente diferente. Sabe que el libro es todo sobre él mismo. No es sobre ningún otro ser, es sólo sobre Dios. Y él ha encontrado a Dios dentro de sí mismo. Y él es Dios. Pero ese Dios del que hablo es tu propia maravillosa imaginación humana.
Ahora, esta noche, para mostrarte lo fácil que es esto, está basado puramente en el movimiento. El primer acto creativo que fue escrito en las escrituras: “y el espíritu de Dios se movió.” ¡Él se movió!
Bueno, el espíritu del Señor está en el hombre, ¿acaso no te das cuenta que eres el templo del Dios viviente? ¿Y que el Espíritu de Dios vive en ti como se nos ha dicho? ¿Él mora en mí? ¿Dónde? En mi propia maravillosa imaginación humana.
Ahora voy hacia atrás para ver cómo creó por primera vez, él creó por un movimiento. Yo me muevo de un estado a otro estado. Si es un estado deseado, entonces tengo la sensación de alivio cuando entro en el estado deseado. Si esta noche me encuentro enfrentado por problemas financieros, y luego de repente me encontraría con una fortuna, ¿cuál sería el sentimiento sobresaliente que tendría? ¿Acaso no sería alivio? Así que insisto: de todos los placeres que el hombre puede experimentar en este mundo, el alivio es el que más intensamente se siente.
La niña se ha demorado. Dijiste que vendría a las diez. Así que, son las diez, luego las once, luego las doce y la niña no aparece. Tú piensas que estás en control. La amas profundamente, y piensas que estás en control. Oh sí, puedo controlar mi mente, mi imaginación, es fácil. Pero luego se hace la una en el reloj, y no aparece la niña. Y luego piensas mil y una cosas que le podrían haber pasado. Luego escuchas la pequeña manija de la puerta, o la llave en la puerta, y ella entra por la puerta. ¿Cuál es tu emoción? ¡Una de alivio! Tan solo una de alivio.
Así que, de todos los placeres del mundo, el alivio es el que más intensamente se siente. Viene en el acto creativo, el alivio. Llámalo por otro nombre si quieres, pero es alivio en ese momento de explosión. Bueno, lo mismo es verdad cuando me muevo a un estado. ¿Cómo sería el sentimiento si fuera verdad? Y trabajo en mí mismo para llegar a ese estado, como si fuera cierto. Si estoy en ese estado, no puedo suprimir la sensación de alivio, así que tengo la sensación de alivio, porque lo he hecho.
Ahora, ¿qué hacer luego de eso? Nada. Permanece en ese estado. Tiene su tiempo señalado, madura y va a florecer. Así que no te preocupes, tú estás en ese estado.
Ahora deja que se desenvuelva a sí mismo en su propia y maravillosa forma natural. Tiene caminos y recursos que nadie conoce, sus caminos no se pueden explicar. Así que me muevo a un estado. No permanezco en el estado que quiero dejar detrás de mí y aprieto un botón diciendo: “Creo que algo va a suceder”; sino que, ¡Yo me muevo!
Me muevo de un estado a otro estado. Pero estos estados, yo los estoy creando. Yo no me muevo conscientemente en los Estados Espirituales, estos son automáticamente determinados por mi viaje en este mundo.
Nadie puede sentarse e invocar los Estados Espirituales; si piensas que puedes hacerlo, te estarás engañando a ti mismo. Estos ocurren automáticamente a medida que el hombre, que es Dios, se mueve a través de estos Estados Espirituales eternos, completamente marcados en el capítulo 12 del libro 1ra. Corintios. Y no vas a cambiarlos. Así que le digo a mi amigo cuando escuche esto: Yo no pretendo ponerme a mí mismo por sobre todos como alguien que es más viejo que tú, o mejor que tú. Yo he llegado al estado llamado el Apóstol. Fui llamado e incorporado en el cuerpo del Dios viviente.
Él es el Dios viviente, no es el Dios de los muertos, ¡Nada muere en Dios! ¡Pero nada! ¡Todo está vivo!
Hoy, millones fueron a los cementerios. No están allí. Eso es un negocio organizado, completamente organizado, basado en los miedos de la gente. Ahí no va nadie. Si mueres ahora, ok, o quizás te entierran mañana, o quizás de acá a una semana más adelante, pero en ese mismo momento (en que mueres), tú eres devuelto a la vida, en un mundo tal como éste, real como éste. Y todo el trabajo sin terminar, lo vas a terminar. Nadie va a fallar porque Dios es el poder operante y Dios es la imaginación individual humana. Y él se mueve hacia su auto-redención, y él va a través de los estados, los estados infinitos, pero tú y yo, somos lo suficientemente inteligentes para crear un estado.
Así que si alguien viene a ti y te dice: “Sabes, no sé qué quiero exactamente, pero no me gusta lo que tengo.” Está bien, él puede decirte lo que tiene, y bueno, a ti tampoco te gustaría. Si escuchas atentamente, no, a mí tampoco me gustaría eso. Bueno, entonces razonemos juntos. ¿Qué es lo que te gustaría? ¿Te gustaría esto? ¿Te gustaría lo otro? Y luego a él se le ocurre algo que le gustaría. Bueno, si eres amigo suyo, tú creas un estado para liberar a tu amigo de su viejo estado, y entonces lo ves en ese estado. Bueno, ¿cómo lo haces? Trae al ojo de tu mente a tu amigo, y haz que tenga una gran sonrisa en su cara. Y que de verdad te esté agradeciendo por lo que has hecho por él.
Ahora, la cosa no ha sucedido aún, pero tú vas más allá del momento presente, y te estás apropiando ahora subjetivamente la esperanza objetiva. Esperas que él se pare delante de ti, objetivamente, con una sonrisa en su cara. Y esperas escuchar sus palabras, y las palabras que vas a escuchar son: “Oh, muchísimas gracias. Funcionó de una manera maravillosa. Sabes, cuando te vi la última vez, estaba en serios problemas. Y hoy simplemente todo fluye y fluye hacia mi dirección. Todo está perfecto.”
Eso es lo que quieres escuchar para un amigo. Bueno, tú escuchas eso. Así que si estás escuchando eso, estás moviéndote afuera de su estado anterior, y entrando en el estado que ahora has creado para él. Haz esto, y no podrás fallar. Así que la oración no es petición. La oración es dar gracias. No te pones de rodillas y pides nada afuera de ti mismo. No existe intermediario entre tú mismo y tu ser. No necesitas a un cura. No necesitas a los tales llamados sanadores. No necesitas nada que esté afuera. Está todo dentro de ti mismo.
¿Cuál sería el sentimiento si fuera verdad? Con eso, yo atrapo ese sentimiento y luego trabajo en mí mismo hasta llegar a ese estado. ¿Cómo sería?; “Ok, ahora sé cómo sería.” Bueno, entonces ¡siéntelo! Y sigue sintiéndolo, y sigue sintiéndolo, hasta que de repente, estás aliviado. Hay una descarga dentro tuyo, y luego está hecho. No puedes hacerlo una segunda vez; está hecho.
Así que yo digo que estoy mirando el mundo desde un punto. En cada momento en el tiempo, yo estoy siempre viendo el mundo desde un lugar. Ese lugar podría ser una posición financiera en mi mundo; podría ser una posición física en mi mundo; podría ser... – y tú lo nombras. Yo estoy mirando DESDE cierto estado, y estoy viendo la confirmación de ese estado por lo que estoy viendo.
Ahora, ¿cómo podría saber yo, que me moví? Bueno, es una prueba muy fácil para saber si me moví. A menos que haya un marco de referencia fijo, nadie sabrá que algo se movió. Si yo comenzara a moverme desde aquí hasta el fondo de la habitación, y todo comenzara a moverse al mismo tiempo conmigo, yo no tendría referencia para probar que me moví.
El movimiento puede ser detectado sólo por un cambio de posición relativo a un objeto fijo. Debe estar fijo en relación a mí, para que yo sepa que me he movido, pero todos mis amigos saben dónde estoy, quién soy, y qué soy. Si yo deseo un cambio, mis amigos, mis referencias fijas, deberían saberlo. Así que no le pido nada a ellos. Yo simplemente asumo que he cambiado. Bueno, si he cambiado, entonces tengo una referencia fija: las caras de mis amigos. Ahora, deja que los conjure ante mi cara, en el ojo de mi mente, y déjame que los mire. ¿Me están viendo como una persona cambiada? ¿O todavía están mirando a aquel que yo desearía cambiar? ¿Están felicitándome por mi cambio? Bueno, entonces yo he cambiado. Lo vi reflejado en sus caras. Lo escuché en sus voces. Vi un cambio en sus caras, y tal cambio me reveló que han notado un cambio, y eso es lo que quiero.
Ahora, eso prueba que yo me moví. Nadie me vio moverme físicamente; todavía estoy sentado en la misma silla. Pero me moví. Así que, la cosa entera está basada en movimiento. Es un movimiento psicológico. Vivimos en un mundo de imaginación, y todo este mundo exteriorizado, fue primero imaginado.
No existe una sola cosa que veas aquí, que no haya sido primero imaginada. Aun así, tan cerca está él, y todavía no puedes encontrarlo. ¿Por qué? ¿Por qué no puedo encontrarlo como algo objetivo? Porque él es la realidad que yo llamo imaginación. Yo veo los frutos de mis propios actos, pero no veo al actor como veo la emanación de su actividad, porque él es la realidad que yo llamo imaginación. Así que el Dios en ti es tu propia maravillosa imaginación humana. Eso es Dios.
Ese es aquel, que si estuvieses completamente despierto, lo conocerías. Eso es por lo que el hombre está hambriento básicamente; el despertar de su imaginación que es el despertar de Dios dentro de él. Ese es el único Dios del que habla la Biblia. No existe otro Dios. “Iré a la casa del alfarero; y yo fui a la casa del alfarero, como me lo dijo el Señor. Y allí estaba trabajando en su rueda, y la vasija en sus manos se echó a perder, pero él no la descartó. Así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor al alfarero hacerla.” (Jeremías 18: 3, 4)
Ese es el capítulo 18 de Jeremías, y la palabra Jeremías significa Jehová se elevará. Tú te elevarás. Él se elevará en ti como ti mismo, porque él eres tú. No hay nadie más que despertar, sino Dios, y Dios es tu propia maravillosa imaginación humana. Y la palabra alfarero en hebreo significa imaginación. Significa “determinar”, eso es lo que en verdad significa la palabra por definición en fuerte concordancia bíblica; significa el alfarero, que significa imaginación.
Así que voy al lugar de la imaginación, donde él está trabajando en su rueda. ¿Cuál alfarero? Mi propia imaginación. ¿Qué estás haciendo, Neville?; “Bueno, estoy pasando unos minutos aquí y allá, y luego…” Bueno, luego, se echó a perder. Admitirás que lo que estás haciendo no es realmente lo que tú quieres que se haga. No lo descartes, vuelve a hacerlo. Vuelve a hacer de ella otra vasija, según te parezca mejor para ti hacerla.
No juzgues según las apariencias. ¿Piensas que porque un hombre está en serios problemas, estaría satisfecho con x número de dólares? No, no lo límites. No le pongas límite al poder de creer. ¿Puedes creer que ya no tiene esa presión sobre él? ¿Qué ya está por encima de ello, que es algo que quedó detrás? Bueno, ponlo en ese estado. No te cuesta ni un poco más ponerlo en ese estado, que ponerlo en un pequeño estado apenas modificado. No has pagado nada por hacerlo. “Vengan, coman y beban sin precio. ¡Compren vino, compren leche sin dinero!” (Isaías 55:1)
No te costó un penique el hacerlo, así que, ¿por qué apenas modificarlo? ¿Por qué hacer poco por ello? No es exactamente lo que él querría para sí mismo. Es mejor que lo que ya tiene, pero ¡tú quieres algo mucho más grande que eso para él! ¡Y no existe límite!
Cuando conoces gente de grandes riquezas en este mundo y los juzgas porque tienen dinero; tan solo habla con ellos por un ratito. El dinero no ha alterado sus otros estados; son tan estúpidos como lo eran antes. De hecho, yo he ido a fiestas donde remarcan: “Ese es un millonario; aquel es un millonario; ese es tal y tal”, y luego señalan a otro y dicen: “¿Ves a esa? Oh, ella no es rica, ¡es apestosamente rica!”; en su idioma, eso significa que tiene muchos millones.
Y si sales de aquel lugar, y estoy hablando de un club, aunque no voy a mencionar el nombre, un club de la Ciudad de Nueva York, un club de señoritas; y son todas multimillonarias, si sales afuera a la calle, no te vayas, solo sal afuera y quédate allí, y luego obsérvalas salir de allí después de un gran almuerzo pesado y de sus tres o cuatro martinis o lo que sea, y obsérvalas. Si no supieras que ellas son miembros de ese club con todos los millones del mundo, te dirías a ti mismo: “Oh, pobres almas… Pobres almas.” Pensarías: “Quizás salieron de allí luego de limpiar, luego de que se fueron los invitados.”
¡Así es exactamente como aparentan! Pero sienten que no se tienen que poner nada especial porque sienten que están por encima de todo. Mi padre decía, cuando ellas venían, y eran muy, muy ricas, y él trabajaba en su tienda, y cuando venían luego de haber adquirido una fabulosa riqueza, él se dirigía a uno de nosotros y decía: “Sabes, Dios es misericordioso… ¡Supón que ella no tuviera dinero!” y nunca completaba el pensamiento. Lo dejaba en nosotros, para que usemos nuestra imaginación. “Supón que ella no tuviera dinero… ella tiene a un Dios misericordioso”, como diría él, y luego tú continuarías completando lo que tu padre no completó, tú querrías escucharlo completándolo.
Así que te digo, la oración será respondida. Todas las oraciones son respondidas si sabes cómo orar. Y la oración no es rogar. Tú no pides, sino que das gracias. Bueno, no vas a dar las gracias por algo que no existe. Pero debes realmente creer en Dios. Como se te ha dicho: “Aquel que viene a Dios primero debe creer que Él existe, y que remunera a los que le buscan.” (Hebreos 11: 6)
Pero tú debes creer primero que Él existe. Léelo en el capítulo 11 de Hebreos, versículo 6. Todos los que vienen a Dios primero deben creer que Él existe. Bueno, yo sé que Él existe. Espero que todos aquí sepan que Él existe.
Pero como dice Blake: “¿Por qué estamos aquí temblando, llamando a Dios para que nos ayude, y no a nosotros mismos, en quienes Dios habita?”
Así que, ¿por qué dirigirnos hacia afuera para llamar a un Dios que habita en mí? Bueno, él habita en mí como mi imaginación. Así que comulgaré con mi propia imaginación, hasta que esté satisfecho de que ya está hecho. Y te metes en el hábito de sentir que está hecho. El sentimiento de alivio. Y luego, continúas con tus asuntos y dejas que tome su propio curso. Tomará su curso y surgirá perfectamente. Así que no le ruegas a nadie, no le pides a nadie, y no tiene nada que ver con los tales llamados “Su santidad”. Esa es una palabra tan abusada. Dicen, “él es un hombre santo”, y déjenme que les diga, si alguien les presenta a alguna persona como un “hombre santo”, dense la vuelta y corran. Porque ellos los engatusarán. Y no los estoy cargando.
Vienen aquí desde la India y los ves en la televisión, y antes de que te des cuenta te piden 500 dólares por un curso especial, y la gente que tiene más dinero que cerebro les paga todo y luego, adiós, a la India se van, con su enorme fortuna que él simplemente tomó de aquellos que no usan su cabeza para pensar. Así que al dinero no le importa quién es su dueño. Así que la gente lo tiene, y se lo da a cualquiera que se hace llamar un “hombre santo”.
Bueno, yo he tenido mis experiencias con los tales llamados “hombres santos”. Hay un pequeño hombrecito, que todos ustedes conocen, lo han visto en la televisión, al que un reportero le preguntó: “¿Por qué haces tanta publicidad? Estás siempre haciendo publicidad, construyendo tu pequeña personalidad, y Jesús nunca hizo eso.” Y en su pequeña voz aguda, él comenzó a reírse y le respondió: “¡Por eso le llevó tanto tiempo!”
Bueno, después de todo, te sientas en tu sala de estar, y prendes tu televisor para escuchar esas tonterías. ¡Pero la gente lo hace! Y le pagan por ello.
Ahora, déjenme que les diga, tú tienes todo lo que se necesita para ser el hombre, para ser la mujer que quieres ser. No dejes pasar eso. Aquí mismo, esta misma noche. Sabe lo que quieres ser. Sé definitivo. Cuando sabes exactamente qué quieres ser, no le preguntes a nadie si es posible. Tú simplemente sientes que ya lo eres. ¿Cómo sería el sentimiento si ya fuera cierto? ¿Acaso mi esposa, mi esposo, mis amigos lo sabrían? Deja que lo sepan. No verbalmente. Deja que lo sepan, todo en tu imaginación. Deja que te vean como deberían verte si ya fuera cierto. ¡Tan solo deja que te vean! Y vete a dormir en esa asunción. Porque yo sé por mi propia experiencia, que una asunción, aunque negada por mis sentidos y por lo tanto llamada "falsa" por el mundo, si se persiste en ella, se materializará en hechos. Eso sí lo sé. Una asunción, la misma simple asunción, si tú persistes en ella se materializará en hechos. Eso es una ley. ¿De qué otra manera interpretarías esta declaración del capítulo 11 del libro de Marcos?: “Todo lo que pidas en oración, cree que ya lo has recibido, y lo recibirás.” (Marcos 11: 24)
¿Cómo vas a interpretar eso? Todo lo que pidas en oración, cree que ya lo has recibido y lo recibirás. No se le ha puesto un límite al poder de creer. Ni siquiera dice que tiene que ser bueno para ti. Te deja completamente libre para que hagas tu elección y tomes tu riesgo, porque cuando alcances ese estado, también cosecharás las consecuencias de ese estado. Así que haz tu elección, pero también debes estar dispuesto a tomar las consecuencias de ese estado. Y puedes ir por la vida simplemente sabiendo que son tan solo estados. Si hoy ves a una persona en la miseria, no necesita estar en la miseria para siempre. Sácalo de la miseria en el ojo de tu mente.
Había un amigo mío, Barry Freedom, al que envié a San Francisco a enseñar esta ley. Él no ha experimentado la promesa, así que no puede enseñar la promesa, pero enseña la ley. Había un hombre viejo cruzando la calle mientras que él paseaba a su pequeño perro. El hombre se le acercó. Primero le dijo un bonito cumplido sobre su perro, lo cual Freedom disfrutó, y luego le dijo: “¿Me podría prestar dinero?” y Freedom respondió: “Lo siento, pero no tengo dinero.” El hombre fue muy cordial al respecto, evidentemente era un caballero, y siguió caminando. Y Freedom, antes de dar un paso más, permaneció exactamente allí sobre la vereda y vio a ese hombre completamente empleado. Él le había dicho a Freedom que no estaba trabajando, que estaba desempleado, y Freedom lo vio completamente empleado, y sintió la excitación por haber sido empleado. Un mes después, Freedom estaba paseando a su pequeño perro, y este hombre cruza la calle, se le acerca a Freedom y le dice: “Supongo que usted no me recuerda”, y Freedom le responde: “Oh, sí, lo recuerdo muy bien”; el hombre le dijo: “Quiero agradecerle por no haberme dado dinero cuando hace un mes se lo pedí. Si me lo hubiese dado, le estaría pidiendo dinero hoy, pero me enojé tanto conmigo mismo por haberme puesto en esa posición de tener que pedirle a un total extraño que me proveyera, que me fui a casa determinado a conseguir un trabajo”. Él no sabía lo que Freedom había hecho, pero Freedom hizo eso, lo cual lo sacó fuera del estado de pedir dinero, y lo puso en el estado de ganarlo. Él salió al día siguiente de haberse encontrado con Freedom, y consiguió un trabajo bien pagado. Le dijo, “Estoy en el trabajo que conseguí al día siguiente de haberle pedido dinero. Aún continúo allí, y hay posibilidad de crecimiento en ese trabajo, y me pienso quedar con ese trabajo. Así que, otra vez, gracias por no haberme dado el dinero.”
Si Freedom hubiese hecho lo que la mayoría de la gente hace, se hubiese ido caminando y dicho: “No, no tengo nada de dinero para ti”, o “No tengo dinero” sin explicarle por qué. Pero Freedom sí hizo algo al respecto. Puso al hombre en un estado completamente diferente, y habiéndolo puesto en un estado diferente, el hombre obtuvo el trabajo al día siguiente.
Así que le digo a todos, tú puedes probarlo. No tires la pelota, y ayuda a todos en este mundo. Tú creas estados para liberar a los individuos para siempre. Estos son estados que tú creas, y puedes desecharlos. Pero el otro estado del que hablé anteriormente, los Estados Espirituales del alma, son para siempre, y nadie puede cambiarlos. Pero, para dejarlo en claro, cuando tú estás en el estado final del Apóstol, no significa que eres mejor que tú mismo cuando estabas en esa multitud de confusión. Porque Dios estaba interpretando esa parte, así como está interpretando el papel del estado del Apóstol, pero Dios está por sobre todos los estados, y tú eres Dios. Así que no eres un Apóstol para siempre, tú interpretas ese papel, y esa es la parte final del viaje. Y sales redimido cuando llegas a ese estado, y sabes que eres el Apóstol porque eres enviado, y el apóstol es aquel que es enviado. Es sólo en ese momento que sabes que has sido elegido para una razón definitiva y eres enviado para contar lo que te sucederá, porque luego, 30 años después, en mi caso, me sucedió a mí, para poder hablar con autoridad.
No estaba parafraseando a nadie. No estaba de ninguna manera especulando o teorizando. Así que cuando te digo que David es el Cristo, hablo desde la autoridad de la experiencia y, por lo tanto, hablo con autoridad cuando te digo que él es el único hijo, que es un estado resultante del viaje que has realizado a través de esos Estados Espirituales eternos. Cuando llegas al último, tú naces.
Escucha estas palabras de la biblia, de la Versión de King () James, y de otras que tengo en casa, están correctamente traducidas; pero en la Versión de Revisión Estándar; la Nueva Versión en Inglés, han agregado una palabra que confunde toda la cosa. Esto es en el capítulo 8, versículo 11 de Romanos: “Si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de los muertos habita en nosotros, él también resucitará a Cristo.” Son dos completamente diferentes. Bueno, si dices: “él también resucitará a Cristo Jesús”, vas a confundir la cosa completamente. Así que la Versión de King () James, deja completamente afuera la palabra Jesús, cuando se refiere a la segunda resurrección. Y sucedió exactamente así. Jesús viene primero, es el YO SOY del hombre. Ese es el Padre. Él resucita primero. Cinco meses después, viene David. Ciento treinta y nueve días después de que el Padre despierta dentro del sepulcro, viene una explosión. Ciento treinta y nueve días después, y luego David se para frente a ti. Aquí está el estado resultante.
Ahora, cuando leas la Biblia en el futuro, y espero que todos lo hagan, siempre ten en cuenta que los personajes mencionados allí y representados allí, no son individuos como tú y yo somos. Son estados de conciencia, desde Adán, hasta el final mismo.
Estos son todos estados de conciencia. Así que los nombres significan el estado, si conoces el significado de cada nombre, pero no pienses que cuando usas la palabra Abraham, estás hablando de un hombre, así como cuando hablo de Bill, Bill sí es un hombre, es un individuo. Es Dios usando la máscara llamada Bill.
Pero cuando hablo de Abraham, eso es un estado de conciencia. Cuando conozcas los estados de conciencia en una visión, son personificados, así que ves a un hombre, pero que no es un hombre como tú eres un hombre. Todos estos están contenidos dentro de la imaginación humana.
Así que cuando te encuentres a Abraham, bueno tú vas a ver a un hombre y sabrás que es Abraham, y cuando te encuentres a David, te encontrarás con una juventud, una eterna juventud. Pero como un Estado resultante. Tú estás por encima de todos los estados. Tú eres Dios. Todo ser en este mundo es Dios y Dios es uno. “Escucha Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es uno”, y nunca te alejes de eso. Eso es fundamental. En el momento en que tienes dos dioses, tienes confusión. Dos se convierten en cuatro, y cuatro en ocho, y ocho en dieciséis, y solo obtienes confusión en el mundo. Y el nombre de Dios por siempre y para siempre es YO SOY. Ese es el Ser.
Así que cuando eres despertado dentro del sepulcro, sabrás que has despertado. Tú dirás “YO”, “YO SOY”. No hay nadie más presente, sólo tú mismo. Y saldrás sin la ayuda de nadie más. Luego vendrán las imágenes de las Escrituras que te rodearán, llevando testimonio de la verdad de la historia, pero eres seleccionado desde ahí en adelante, en el rol principal. Así que todo se desarrolla dentro de la imaginación del hombre y eso es Dios.
Así que esta noche, cuando se vayan de aquí, vayan y sepan que tienen el poder y el derecho de convertirse en el hombre, convertirse en la mujer que quieren ser, sin tener que lastimar a nadie más en este mundo. No necesitas lastimar a nadie para ganar nada en este mundo, para salir e interpretar tu papel completamente. Y no permitas que nadie te eche en cara su rango, porque todos los rangos son solo estados de conciencia. El rey y el que es músico, el bufón de la corte, son ambos interpretados por el mismo ser, y ese ser, no es visto por las dos máscaras, la máscara del rey y la máscara del bufón de la corte. Porque detrás de la máscara, está Dios, y Dios es simplemente YO SOY.
Así que hay uno que juega el papel del bufón de la corte, y hay otro que juega el papel del rey, y nosotros honramos a la máscara, y nos arrodillamos frente al rey, y aquel bufón de la corte podría estar más cerca del apostolado. Así que no juzgues por las apariencias, como se nos ha dicho.
Cuando vio a este hombre gigante pararse frente a él, Samuel pensó, “Ciertamente este es el elegido de Dios.” Porque el Señor le dijo a Samuel: “Desciende a la casa de Jesé, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea rey de Israel.” Y cuando vino el primer hijo, era una criatura majestuosa, y Samuel se dijo a sí mismo: “Seguramente este es el elegido del Señor”, y el Señor le dijo: “Yo lo rechazo.” Luego trajo al segundo, luego trajo al tercero, y finalmente trajo al último, que era David, y David estaba atendiendo a las ovejas. Pero esta es una historia de la cual debes extraer el significado.
Así que él trajo al pequeño, quien tan solo era un jovencito, y cuando vino, nadie pensó ni por un momento que él podría ser el elegido, y la voz le habló al profeta Samuel diciendo: “Úngelo a él. Este es él.” Y de todos los hermanos, Samuel lo ungió a él con el santo aceite, y luego el Espíritu de Dios vino sobre él poderosamente, y desde ese día en adelante nunca más lo dejó, porque nunca perdió una batalla.
El Victorioso llamado David, que en el final, se para delante de ti, porque ha interpretado todas las batallas. Tú eras el rey, tú eras el Señor de Señores, dentro tuyo, pero tú no lo sabías. Él es el hijo único del Padre, y se para frente a ti, y él es tu hijo, y luego, sólo luego de eso, tú sabrás que tú eres Dios el Padre.
Ganas toda la seguridad que necesitas cuando ves a David, porque él es el Hijo de Dios, y él es tu hijo. Por lo tanto tú debes ser Dios, y esa es la historia.
Ahora, esta es nuestra última noche, así que luego de ir al silencio, les daré un tiempo amplio para preguntas si tienen alguna.
*Van al Silencio*
Bien.
¿Hay alguna pregunta?
(Pregunta inaudible)
Neville:
Oh sí, mi querida. Tú llevas contigo tu memoria. He visto a muchos,
incluso a mis padres. El día que mi madre murió, allá en 1941, fue
justo un mes antes del ataque de Pearl Harbor. Yo estaba en la ciudad
de Nueva York en ese momento. Acababa de volver de Barbados donde
había pasado semanas con ella, y ella tenía un caso terminal de
cáncer. Así que volví, y estaba sentado en mi comedor, y mi madre
aparece frente a mí, y ella era una joven, una hermosa rubia como
cuando era jovencita, rubia y de ojos claros, y mi madre está frente
a mí sentada, observando las flores en el hermoso jardín. Ella
estaba cepillándose el pelo, pero no me hablaba. Y luego le envié
una carta a mi hermana diciéndole que acababa de ver a nuestra
madre, y que nuestra madre es la más bella mujer, jovencita, de unos
veinte años de edad, y lo interpreté como que se había recuperado,
pero en realidad ese era el momento exacto en que mi madre había
partido del mundo. Cuando me respondieron mis hermanas, me dijeron
que esa era la hora en que había sucedido, y hay una hora de
diferencia entre Nueva York y Barbados – pero ese era exactamente
el momento en que mi madre cerró sus ojos y eso fue todo.
Pero ella apareció instantáneamente ante mí en la ciudad de Nueva York, a dos mil millas de allí, y no como la vieja, vieja persona que aparentaba; ella sólo tenía sesenta y uno cuando murió pero se veía mucho más vieja porque estuvo con dolor por mucho tiempo. Había perdido mucho peso. Ella era una pequeña cosa achicharrada cuando no debería haberse visto así. Pero yo la vi en sus veinte. Mi hermano Lawrence, quien murió a los sesenta y dos o sesenta y tres, y lo vi una vez, estaba en sus veinte o veintidós. Mi padre, lo mismo. Jack Buckleman, que era mi secretario, murió a los cincuenta años. Cuando lo vi, ocho meses después, Jack tenía alrededor de veinte o veintidós.
Así que sólo puedo decirles lo que yo veo, y son todos devueltos a la vida, no son pequeños bebés. Son restaurados con inteligencia y ellos saben quiénes son, saben quién eres tú, y muchos ni saben que han muerto. Completamente no lo saben, la mayoría no lo saben porque no han muerto realmente. Como Jack, cuando lo vi le dije: “Jack, sabes que has muerto, yo fui a tu funeral”, y él me dijo, “Tú estás loco. Morí pero no estoy muerto.” Yo le dije, “Sí, has muerto pero no estás muerto.” Eso no tiene sentido, ¿verdad?
Hay estados de conciencia, en los que hombres visionarios son tomados por locos, y entonces son acusados de estar locos, de estar dementes, pero yo no puedo evitarlo. Veo estas cosas y digo exactamente lo que me ha sucedido. Pero hay ciertos estados en que los hombres de visión son tomados por locos. En la calle 48 de Nueva York, un día yo estaba frente a una vidriera, tenían un lindo despliegue de mis libros y había una foto mía. Y dos mujeres vinieron, en realidad eran tres, una era la guía que les mostraba a las otras dos amigas que habían venido de visita a la Ciudad, y querían ver las vistas de Nueva York, así que yo me acerqué y me paré al lado de ellas, no me conocían, ni me miraron, pero estaban mirando a la foto de la vidriera, y una mujer le dijo a las otras dos: “Tienen que ver a ese sujeto”, y todas miraron, y ella dijo, “Él está loco como una cabra, ¡pero tienen que ir a escucharlo! Es una de las cosas que hay que hacer cuando visitas Nueva York. Él está muy loco, lo llaman el místico loco de la calle 48.” Bueno, ella debe haber escuchado eso, nadie me llama el místico loco, así que debe haberlo escuchado, así que me llaman “el místico loco de la calle 48.”
Pero ella apareció instantáneamente ante mí en la ciudad de Nueva York, a dos mil millas de allí, y no como la vieja, vieja persona que aparentaba; ella sólo tenía sesenta y uno cuando murió pero se veía mucho más vieja porque estuvo con dolor por mucho tiempo. Había perdido mucho peso. Ella era una pequeña cosa achicharrada cuando no debería haberse visto así. Pero yo la vi en sus veinte. Mi hermano Lawrence, quien murió a los sesenta y dos o sesenta y tres, y lo vi una vez, estaba en sus veinte o veintidós. Mi padre, lo mismo. Jack Buckleman, que era mi secretario, murió a los cincuenta años. Cuando lo vi, ocho meses después, Jack tenía alrededor de veinte o veintidós.
Así que sólo puedo decirles lo que yo veo, y son todos devueltos a la vida, no son pequeños bebés. Son restaurados con inteligencia y ellos saben quiénes son, saben quién eres tú, y muchos ni saben que han muerto. Completamente no lo saben, la mayoría no lo saben porque no han muerto realmente. Como Jack, cuando lo vi le dije: “Jack, sabes que has muerto, yo fui a tu funeral”, y él me dijo, “Tú estás loco. Morí pero no estoy muerto.” Yo le dije, “Sí, has muerto pero no estás muerto.” Eso no tiene sentido, ¿verdad?
Hay estados de conciencia, en los que hombres visionarios son tomados por locos, y entonces son acusados de estar locos, de estar dementes, pero yo no puedo evitarlo. Veo estas cosas y digo exactamente lo que me ha sucedido. Pero hay ciertos estados en que los hombres de visión son tomados por locos. En la calle 48 de Nueva York, un día yo estaba frente a una vidriera, tenían un lindo despliegue de mis libros y había una foto mía. Y dos mujeres vinieron, en realidad eran tres, una era la guía que les mostraba a las otras dos amigas que habían venido de visita a la Ciudad, y querían ver las vistas de Nueva York, así que yo me acerqué y me paré al lado de ellas, no me conocían, ni me miraron, pero estaban mirando a la foto de la vidriera, y una mujer le dijo a las otras dos: “Tienen que ver a ese sujeto”, y todas miraron, y ella dijo, “Él está loco como una cabra, ¡pero tienen que ir a escucharlo! Es una de las cosas que hay que hacer cuando visitas Nueva York. Él está muy loco, lo llaman el místico loco de la calle 48.” Bueno, ella debe haber escuchado eso, nadie me llama el místico loco, así que debe haberlo escuchado, así que me llaman “el místico loco de la calle 48.”
Fin
del audio.
Traducido
por Laura Arrojo
La
conferencia origina en inglés es IMMORTAL
MAN (Neville Goddard – no date)
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PDF de todas las conferencias de Neville Goddard: << AQUÍ >>
gracias manu,he leido muchas veces las conferencias de neville.tenia muchas ganas de leer una nueva
ResponderEliminarHola Inna, se irán publicando más conferencias traducidas, pero no al ritmo de antes. Saludos y gracias por visitar el blog.
Eliminargracias a ti manu
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