La Biblia no es historia. Ni Moisés, ni Abraham, ni Jesús... existieron jamás. No hay absolutamente ninguna prueba histórica ni arqueológica, ni siquiera una sola — 0 pruebas en toda la tierra — de la existencia de alguno de ellos. La Biblia es revelación divina y sus autores, que eran iluminados, trataron de transmitir esas revelaciones divinas en forma de cuentos para que las masas no iluminadas pudieran entenderlas, pero resulta que las masas no entendieron nada sino que tomaron esos cuentos por historia. Es como si tú me hablaras de Batman y me enseñaras un tebeo o un cómic diciéndome que ésa fue su vida y obra y yo me creyera que realmente existió.
Ningún documento de la época, de fuente no-cristiana, hace mención a Jesucristo o a su figura.
Los historiadores se contradicen entre sí, pasando de la idea de un Jesús "mágico" a buscarle un sentido simbólico y basarlo en un personaje histórico.
Los evangelios se contradicen todavía más. En la etapa de la resurreción sobre todo, según Mateo, Jesús apareció en algún lugar entre la tumba y Jerusalem, para Juan fue fuera de su tumba, para Marcos apareció a 130 km de Jerusalem, y para Lucas a 11km de dicha ciudad, qué curioso.
En las epístolas paulinas no se menciona por ningún lado a Jesús de Nazaret, y es curioso, porque el objetivo de estas cartas era instruir a los cristianos sobre el modo de difundir su doctrina.
Resumiendo, el relato mítico se compone de pequeñas fracciones de relatos irreducibles que suelen repetirse en diferentes culturas.
Por otro lado, profundicemos en las fuentes no cristianas que hacen mención a Jesucristo.
Flavio Josefo: Nacido tras la supuesta muerte de Jesús. Además sitúa a Jesús en las revueltas del año 66, lo que no tendría ningún sentido.
Fuente indirecta no contemporánea y contradictoria
Plinio el Joven: Escribe 70 años después de su vida y basa todas sus conclusiones en testimonios de gente que no vivió durante la supuesta vida de Jesús. Tiempo más que suficiente para crear un mito.
Fuente indirecta no contemporánea basada en rumores
Tácito: Basa sus conclusiones en rumores, hasta llega a admitirlo.
Fuente indirecta no contemporánea basada en fuentes indirectas no contemporáneas
Suetonio: Coloca a Chrestus (que no Cristo) en Roma en el año 60.
Fuente indirecta no contemporánea y contradictoria
La carta de Mara Bar-Serapion: No alude a Jesús y está plagada de errores.
Fuente indirecta no contemporánea e irrelevante
¿Qué nos queda?
No existen fuentes directas.
No existen fuentes indirectas contemporáneas.
No existen fuentes indirectas basadas en fuentes directas.
Sí existen fuentes indirectas no contemporáneas basadas en rumores y llenas de contradicciones.
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UN POCO DE HISTORIA
Según el cristianismo, Jesucristo nació de una virgen el 25 de diciembre, una estrella en el Este anunció su nacimiento, tuvo doce discípulos, hizo milagros, murió por tres días y resucitó.
Según los antiguos egipcios (año 3.000 antes de Cristo), el dios Horus nació de una virgen el 25 de diciembre, una estrella en el Este anunció su nacimiento, fue adorado por tres reyes, a los doce años de edad ya impartía sus enseñanzas, fue bautizado a los 30 años y tuvo doce discípulos.
Según los hindúes (900 A. de C.), Krishna nació de una virgen, una estrella en el Este anunció su nacimiento, hizo milagros y resucitó tras la muerte.
Según los antiguos griegos (1.200 A. de C.), Attis nació de una virgen el 25 de diciembre, murió crucificado, fue enterrado durante tres días y resucitó.
Según esos mismos griegos (500 A. de C.), Dionisio nació de una virgen el 25 de diciembre, hizo milagros, fue considerado 'Rey de reyes' y 'Alfa y Omega', y resucitó tras su muerte.
Según los antiguos persas (1.200 A. de C.), Mithra nació de una virgen el 25 de diciembre, tuvo doce discípulos, hizo milagros, murió durante 3 días y resucitó.
En la imagen superior podemos ver a algunos de los muchos dioses clónicos que no son más que representaciones del culto solar. Pero ya que "Como es arriba, es abajo", encontramos que dentro nuestro también hay un poder que gobierna toda vida, así como la vida de este planeta depende por completo del sol. Sin el sol, este planeta tal como lo conocemos estaría muerto. De ahí que desde la antigüedad el "astro rey" fuese venerado como a un dios. Por ese motivo todos estos "dioses" son iguales, están hablando de lo mismo, y por eso no hay ninguna prueba histórica ni arqueológica de la existencia de ninguno de ellos, porque simplemente no existieron. Luego hubo y hay individuos que se dieron cuenta de que podían tomar el poder de las naciones y controlar a las masas aprovechándose de la ignorancia y el fanatismo extremo al que llegan las personas cuando les inculcas una serie de creencias, sobretodo acerca de dioses a los cuales temer. De ahí surgieron las religiones, el negocio perfecto y la herramienta de control perfecta. A dónde llevó todo eso lo vemos a lo largo de la historia hasta llegar a la actualidad.
25 de Diciembre: Dia del Sol Invictus
http://nevilleenespanol.blogspot.com.es/2013/12/25-de-diciembre-dia-del-sol-invictus.html
Sobre las fiestas cristianas (O más bien paganas)
http://blogs.tercerainformacion.es/laescarpadasubida/2007/11/05/sobre-las-fiestas-cristianas-o-mas-bien-paganas/
Jesucristo no existió, no fue un personaje histórico
http://el-ateo.blogspot.com.es/2007/11/resumen-de-jesucristo-nunca-ha-existido.html
El mito de Jesús de Nazaret. Entrevista a Colin Rivas. Periodista, escritor y arqueólogo.
2/02/2008
Nazareth, como pueblo o localización, nunca fue mencionado en la Biblia, en la Torah o en otros libros históricos romanos. Además, se conoce que esta ciudad no existió hasta el siglo II. Horus, Buda, Jao de Nepal, Krishna de la India, Odin de los escandinavos, Thor de los galos... se han recabado hasta un total de 29 Mesías distribuidos a lo largo de todo el planeta y semejantes a Jesús. Los antiguos medían el Gran Ciclo Solar de 26 mil años, calculando que cada constelación dura aproximadamente 2.150 años o Eras. Al inicio de cada una, el sol entra en el grado 30 y sale en el 33. La Amanita Muscaria es una seta empleada con medios curativos, alucinógenos y religiosos por los antiguos Esenios. Este hongo originó e influenció varios cultos como el Judaísmo y el Cristianismo. Buda nació de Maya, una virgen que fue considerada la reina de los cielos. Horus nació de la virgen Isis, un 25 de diciembre en una cueva. Krishna, el Dios Hindú, nació de una virgen llamada Devaki... Sin duda demasiados paralelismos con el origen de Jesús. Salvo que todos ellos, sucedieron miles de años antes de su nacimiento. Diversos dioses pre-cristianos y contemporáneos a Jesús, dieron forma y perfilaron al actual Catolicismo Apostólico Romano. Una unificación de poderes de todos estos seres, con el fin de fusionar los distintos cultos y doctrinas del imperio Romano, y así, tener un mayor control e influencia sobre las masas.
Jesús de Nazaret (con Colin Rivas) - 2da entrevista
"LA HISTORIA MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA"
En el video se describen las similitudes que se encuentran entre los mitos de distintas religiones antiguas con el cristianismo. Para ello, se comparan elementos extraídos de la Biblia y de la posterior tradición católica romana con descripciones de dioses de otras civilizaciones anteriores al cristianismo, principalmente de la mitología egipcia, llegando a la conclusión de que la figura de Cristo no es sólo una historia de un hombre de hace 2000 años, sino un mito que representa una fuerza universal, que se ha manifestado en todas las religiones del mundo.
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La historia viene repitiendo desde hace 4000 años o más el mismo mito con ligeras variantes
Jesucristo nunca existió
Días antes de las últimas navidades EL PAIS SEMANAL publicaba un extenso, aunque vacío, artículo sobre la existencia histórica de Jesucristo. Es un tema que creíamos superado, pero ante la expectación generada, las «cartas al director» publicadas posteriormente y la rabiosa reacción eclesiástica nos sumergimos en el tema. Reproducimos a continuación un artículo aparecido en el boletín nº 33 de la Escuela Libre Paideia (Mérida).
En los cinco libritos titulados «Jesucristo nunca ha existido» (De Emilio Bossi. Publicaciones Acratas: El Sembrador. Edita CNT de Andorra) se puede leer, y se debe, que en realidad Jesucristo no existió, no fue un personaje histórico. Los griegos y los romanos no oyeron hablar de él, su nombre no aparece en obras profanas hasta un siglo después y aún así indirectamente, a propósito de movimientos y de las persecuciones de la secta cristiana. En el mismo judaísmo no dejó una impresión muy duradera. Filón muerto hacia el año 50 nada sabe de él. Josefo nacido en el año 37 y que escribió hasta finales de siglo sienta su condena en algunas líneas como un suceso vulgar y al enumerar las sectas omite a los cristianos.
Un escritor hebreo, Justo de Tiberiades compuso una historia hebrea desde Moises hasta finales del año 50 y no cita siquiera el nombre de Jesucristo.
Plutarco nacido 50 años después de Jesucristo, historiador eminente y concienzudo no pudo haber ignorado, de conocerla, la existencia de Cristo y «sus proezas». Séneca no dice una palabra de Cristo aunque hablando de los cristianos no los distingue de los hebreos.
El mismo silencio de la historia hacia Jesús, se produce hacía los apóstoles acerca de los cuales no existen más documentos que los eclesiásticos.
Los únicos autores profanos que han hablado de Cristo fueron el historiador hebreo Josefo, Tácito, Suetonio y Plinio. Se demuestra que Suetonio y Plinio entran en contradiciones y se excluyen uno a otro y las pocas líneas de Josefo y Tácito han sido falsificadas. Por si fuera poco, ninguno de los que debieron tener tratos con Jesús, como Pilatos, Hanán, Caifás, etc., dejó rastro en su historia de estas relaciones. Los únicos testimonios que hablan de la vida y obra de Jesucristo son los evangelios y datan de los siglos III y IV y no son prueba de la existencia de tal personaje.
La vida, el pensamiento, la acción, la palabra, la doctrina de Cristo no existe en los evangelios, como no sea en cuanto son predichos por los profetas o previstos por el Antiguo Testamento. Si nace en Betlem, van a Egipto, si Herodes ordena la matanza de los inocentes, si vuelve a Galilea y vive en Nazaret (para poder llamarse Nazareno), si encuentra a Juan Bautista, va a Cafarnaun, sana endemoniados, cura muchedumbres y les prohibe que lo divulguen, habla en parábolas para no ser comprendido, Judas le traiciona, en la cruz pide de beber, etc..., es para cumplir las Escrituras y las profecías. Cristo ni dijo ni fue él mismo, más que lo que la Escritura había ordenado que hiciera o fuera.
Por si fuera poco, existen numerosas contradiciones y omisiones entre los cuatro evangelistas. Mateo y Lucas dan distintas versiones de la genealogía de Jesús. En cuanto al viaje de María y José, Marcos y Lucas se contradicen en si pasan o no por Jerusalén, si huyen a Egipto o no. Marcos y Juan nada dicen de la infancia de Jesús. Hay contradicción en cuanto a dónde vive y sus viajes a Jerusalén donde es conocido o no. Las hay también en si Juan Bautista conoce o no a Jesús, en el día de la última cena, en la escena del huerto de Getsemaní, ni en la hora de la muerte.
En otro lugar de esta obra se pregunta el autor que si Jesucristo nunca existió, cómo y por qué fue inventado, para pasar a demostrar que otros personajes análogos e idénticos le precedieron en la historia de los mitos.
En la antigua India hubo más de un Dios redentor, Vischnu se encarnó nueve veces, tomando forma humana para redimir a la humanidad. En la octava se encarna en Cristna y en la novena en Buda.
Cristna nace de una virgen y está vaticinado en los libros sagrados indios. Su venida le es revelada a la madre de la virgen para dar el nombre de la misma y que se sepa el destino del que ha de venir. Hay un tirano que al enterarse en sueños de tal nacimiento y que le destronará ordena una matanza de los niños nacidos esa noche, el día del nacimiento (en un redil) es adorado por pastores. En fin que resucita muertos, cura leprosos, devuelve vistas y oídos. Un día que se enfadó con sus seguidores se les aparece con el rostro rodeado de tanta luz que estos no pueden resistirlo. A raiz de este hecho le llamaron JEZCUS CRISTNA (nacido de la pura esencia divina). Todo eso ocuría 3.500 años antes de nuestra era.
La novena encarnación es como Buda. Fue revelada en sueños a su madre la grandeza del hijo y el carisma que éste tendría entre sus semejantes. Escoge para nacer una casta principesca (como Jesús). La madre de Buda se llamaba Maya o Maïa y le concibió fuera de toda relación sexual. Dotado de gran inteligencia maravilló los doctores con su sabiduría, abandonó el lecho materno para cumplir su misión. Fue tentado varias veces por el demonio pero salió victorioso de ellas. El más celebre de sus discursos fue «El sermón de la montaña», (como el de Jesús), tuvo su discípulo traidor y sus dos discípulos diametralmente opuestos, lo mismo que Pedro y Juan. Después de su muerte se aparece a sus discípulos en forma luminosa con la cabeza rodeada con una aureola. En el budismo se encuentran todas las prácticas religiosas del cristianismo y cuando los misioneros católicos se encontraron por primera vez con los monjes budistas, creyeron en un engaño del diablo.
Mitra es el dios redentor de Persia. Llamado también Señor, «nace» en la gruta de una virgen, el mismo día que andando el tiempo «nacerá» Cristo, el 25 de Diciembre, o sea el solsisticio de invierno. La madre, como no podía ser menos, permanece virgen después del parto. Se anuncia astrológicamente por una estrella que aparece en el Oriente y unos magos le llevan perfumes, oro y mirra. Muere como Cristo en el equinocio de primavera y sus penas redimieron a la humanidad.
En Egipto también tenían su Dios redentor en Oro (Osirapis o Serapis). Nacido de una virgen en el solsticio de invierno, muerto en el equinocio de primavera y también resucitado. Tuvo su huida llevado por la virgen Isis en un asno.
También Baco (llamado Salvador) nacía en el solsticio de invierno, después de muerto bajaba a los infiernos y resucitaba. La mitología del antiguo testamento se basa en estos conceptos fundamentales: Dios, la creación, la caída de los angeles, el Edén, la serpiente y el pecado original, el diluvio, la torre de Babel, los ángeles y los demonios, el Paraiso y el infierno, los Patriarcas, un legislador inspirado y los profetas. Pero esta mitología no es original, pues la tuvieron otros pueblos antes que el hebreo.
Un Dios nacido de una virgen -dice Dupuis-, en el solsticio de invierno, y resucitado en la Pascua, después de haber descendido a los infiernos; un Dios que lleva tras de sí un cortejo de doce apóstoles correspondientes a las doce constelaciones, y que hace pasar a la humanidad bajo el imperio de la luz, no puede ser más que un Dios solar, copiado de tantos mitos heliosísticos que abundan en Oriente.
Días antes de las últimas navidades EL PAIS SEMANAL publicaba un extenso, aunque vacío, artículo sobre la existencia histórica de Jesucristo. Es un tema que creíamos superado, pero ante la expectación generada, las «cartas al director» publicadas posteriormente y la rabiosa reacción eclesiástica nos sumergimos en el tema. Reproducimos a continuación un artículo aparecido en el boletín nº 33 de la Escuela Libre Paideia (Mérida).
En los cinco libritos titulados «Jesucristo nunca ha existido» (De Emilio Bossi. Publicaciones Acratas: El Sembrador. Edita CNT de Andorra) se puede leer, y se debe, que en realidad Jesucristo no existió, no fue un personaje histórico. Los griegos y los romanos no oyeron hablar de él, su nombre no aparece en obras profanas hasta un siglo después y aún así indirectamente, a propósito de movimientos y de las persecuciones de la secta cristiana. En el mismo judaísmo no dejó una impresión muy duradera. Filón muerto hacia el año 50 nada sabe de él. Josefo nacido en el año 37 y que escribió hasta finales de siglo sienta su condena en algunas líneas como un suceso vulgar y al enumerar las sectas omite a los cristianos.
Un escritor hebreo, Justo de Tiberiades compuso una historia hebrea desde Moises hasta finales del año 50 y no cita siquiera el nombre de Jesucristo.
Plutarco nacido 50 años después de Jesucristo, historiador eminente y concienzudo no pudo haber ignorado, de conocerla, la existencia de Cristo y «sus proezas». Séneca no dice una palabra de Cristo aunque hablando de los cristianos no los distingue de los hebreos.
El mismo silencio de la historia hacia Jesús, se produce hacía los apóstoles acerca de los cuales no existen más documentos que los eclesiásticos.
Los únicos autores profanos que han hablado de Cristo fueron el historiador hebreo Josefo, Tácito, Suetonio y Plinio. Se demuestra que Suetonio y Plinio entran en contradiciones y se excluyen uno a otro y las pocas líneas de Josefo y Tácito han sido falsificadas. Por si fuera poco, ninguno de los que debieron tener tratos con Jesús, como Pilatos, Hanán, Caifás, etc., dejó rastro en su historia de estas relaciones. Los únicos testimonios que hablan de la vida y obra de Jesucristo son los evangelios y datan de los siglos III y IV y no son prueba de la existencia de tal personaje.
La vida, el pensamiento, la acción, la palabra, la doctrina de Cristo no existe en los evangelios, como no sea en cuanto son predichos por los profetas o previstos por el Antiguo Testamento. Si nace en Betlem, van a Egipto, si Herodes ordena la matanza de los inocentes, si vuelve a Galilea y vive en Nazaret (para poder llamarse Nazareno), si encuentra a Juan Bautista, va a Cafarnaun, sana endemoniados, cura muchedumbres y les prohibe que lo divulguen, habla en parábolas para no ser comprendido, Judas le traiciona, en la cruz pide de beber, etc..., es para cumplir las Escrituras y las profecías. Cristo ni dijo ni fue él mismo, más que lo que la Escritura había ordenado que hiciera o fuera.
Por si fuera poco, existen numerosas contradiciones y omisiones entre los cuatro evangelistas. Mateo y Lucas dan distintas versiones de la genealogía de Jesús. En cuanto al viaje de María y José, Marcos y Lucas se contradicen en si pasan o no por Jerusalén, si huyen a Egipto o no. Marcos y Juan nada dicen de la infancia de Jesús. Hay contradicción en cuanto a dónde vive y sus viajes a Jerusalén donde es conocido o no. Las hay también en si Juan Bautista conoce o no a Jesús, en el día de la última cena, en la escena del huerto de Getsemaní, ni en la hora de la muerte.
En otro lugar de esta obra se pregunta el autor que si Jesucristo nunca existió, cómo y por qué fue inventado, para pasar a demostrar que otros personajes análogos e idénticos le precedieron en la historia de los mitos.
En la antigua India hubo más de un Dios redentor, Vischnu se encarnó nueve veces, tomando forma humana para redimir a la humanidad. En la octava se encarna en Cristna y en la novena en Buda.
Cristna nace de una virgen y está vaticinado en los libros sagrados indios. Su venida le es revelada a la madre de la virgen para dar el nombre de la misma y que se sepa el destino del que ha de venir. Hay un tirano que al enterarse en sueños de tal nacimiento y que le destronará ordena una matanza de los niños nacidos esa noche, el día del nacimiento (en un redil) es adorado por pastores. En fin que resucita muertos, cura leprosos, devuelve vistas y oídos. Un día que se enfadó con sus seguidores se les aparece con el rostro rodeado de tanta luz que estos no pueden resistirlo. A raiz de este hecho le llamaron JEZCUS CRISTNA (nacido de la pura esencia divina). Todo eso ocuría 3.500 años antes de nuestra era.
La novena encarnación es como Buda. Fue revelada en sueños a su madre la grandeza del hijo y el carisma que éste tendría entre sus semejantes. Escoge para nacer una casta principesca (como Jesús). La madre de Buda se llamaba Maya o Maïa y le concibió fuera de toda relación sexual. Dotado de gran inteligencia maravilló los doctores con su sabiduría, abandonó el lecho materno para cumplir su misión. Fue tentado varias veces por el demonio pero salió victorioso de ellas. El más celebre de sus discursos fue «El sermón de la montaña», (como el de Jesús), tuvo su discípulo traidor y sus dos discípulos diametralmente opuestos, lo mismo que Pedro y Juan. Después de su muerte se aparece a sus discípulos en forma luminosa con la cabeza rodeada con una aureola. En el budismo se encuentran todas las prácticas religiosas del cristianismo y cuando los misioneros católicos se encontraron por primera vez con los monjes budistas, creyeron en un engaño del diablo.
Mitra es el dios redentor de Persia. Llamado también Señor, «nace» en la gruta de una virgen, el mismo día que andando el tiempo «nacerá» Cristo, el 25 de Diciembre, o sea el solsisticio de invierno. La madre, como no podía ser menos, permanece virgen después del parto. Se anuncia astrológicamente por una estrella que aparece en el Oriente y unos magos le llevan perfumes, oro y mirra. Muere como Cristo en el equinocio de primavera y sus penas redimieron a la humanidad.
En Egipto también tenían su Dios redentor en Oro (Osirapis o Serapis). Nacido de una virgen en el solsticio de invierno, muerto en el equinocio de primavera y también resucitado. Tuvo su huida llevado por la virgen Isis en un asno.
También Baco (llamado Salvador) nacía en el solsticio de invierno, después de muerto bajaba a los infiernos y resucitaba. La mitología del antiguo testamento se basa en estos conceptos fundamentales: Dios, la creación, la caída de los angeles, el Edén, la serpiente y el pecado original, el diluvio, la torre de Babel, los ángeles y los demonios, el Paraiso y el infierno, los Patriarcas, un legislador inspirado y los profetas. Pero esta mitología no es original, pues la tuvieron otros pueblos antes que el hebreo.
Un Dios nacido de una virgen -dice Dupuis-, en el solsticio de invierno, y resucitado en la Pascua, después de haber descendido a los infiernos; un Dios que lleva tras de sí un cortejo de doce apóstoles correspondientes a las doce constelaciones, y que hace pasar a la humanidad bajo el imperio de la luz, no puede ser más que un Dios solar, copiado de tantos mitos heliosísticos que abundan en Oriente.
Gracias Manu
ResponderEliminarEL CONOCIMIENTO NOS LIBERA DE LA ESCLAVITUD DE LA MENTIRA, PERPETUADA POR SIGLOS
ResponderEliminarY es que el tema de Jesús nadie lo puede definir mejor que Juan de Médicis, que sería proclamado Papa bajo el nombre de León X (1513-1521), en una carta dirigida al cardenal Bembo
ResponderEliminarMuy, pero muy intersante
ResponderEliminarMuy interesante, esto apoya mi creencia hasta el momento,..gracias
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