Neville
Goddard (12 de mayo de 1969)
TODAS
LAS COSAS SON POSIBLES
En
el capítulo 9 del Libro de Marcos, se dice: “Todas las cosas son
posibles para el que cree”, y en el capítulo 19 del Libro de Mateo
se nos dice: “Con Dios todas las cosas son posibles”. Aquí vemos
a Dios equiparado con el creyente.
Sentado
aquí esta noche tú crees que eres un hombre o una mujer. Crees que
estás aquí, ¿pero estás dispuesto a creer que puedes ir más allá
de lo que tu razón y tus sentidos dictan? Tú no tienes que limitar
tu poder de creencia a lo que tu mente razonadora dicta. La elección
y sus limitaciones dependen totalmente de ti, pues todas las cosas
existen en la imaginación humana y es de tu imaginación que tu
creencia deriva. Si vas más allá de los dictados de la razón, debe
ser a través de tu imaginación, y ya que todas las cosas ya existen
allí, tú puedes en cualquier momento ir más allá de lo que tu
razón y tus sentidos dictan.
Acabamos
de tener una erupción en el mundo cristiano en relación con los
pequeños iconos que las personas han fabricado y adorado por más de
mil años. El Salmo 115 los describe así: “Sus ídolos son plata y
oro, la obra de las manos de los hombres. Tienen ojos pero no ven;
bocas que no hablan; orejas que no oyen; manos que no sienten; pies
que no caminan y ningún sonido se oye en sus gargantas. Aquellos que
los fabrican son como ellos; así son todos los que confían en
ellos.”
En
el periódico de hoy se cuenta la historia de una actriz famosa que
tuvo un accidente mientras iba en su Rolls Royce. Sufrió heridas,
pero no de gravedad y atribuyó su suerte al pequeño icono que ella
llamaba San Cristóbal. Ella es igual que el que lo fabricó y se lo
vendió, pero no lo sabe. No juzgues a otros por sus posesiones
mundanas. Las recibieron a través de la creencia, pero ellos no
saben que su propio ser es el que las creó para ellos. Ella creyó
que su pequeño icono de oro la salvó de un accidente fatal. Nada
excepto su creencia en él la salvó. Compró y creyó en su pequeño
icono porque ella no conoce a aquel en quien debería confiar.
Todas
las cosas son posibles para el que cree y “con Dios todas las cosas
son posibles”. Aquí vemos que Dios y el creyente son uno. Cuando
salgas de aquí esta noche, esperarás encontrar tu casa donde la
dejaste. Te irás a dormir allí y creerás que te despertarás en tu
cama mañana por la mañana. Crees que estás vestido ahora mismo. Yo
te digo: tu capacidad para creer es la imaginación humana, la cual
es el único Dios. Siendo todo imaginación, te has restringido a ti
mismo por el cuerpo de sensación y razón que llevas. La razón te
dice que tú estás en esta sala, que tienes una cierta cantidad de
dinero y que no puedes tener más a menos que hagas un esfuerzo
físico para conseguirlo. Pero desearías tener más, ¿verdad?
Asume
tu deseo a través de la sensación de sentir. Esa asunción,
subjetivamente apropiada y creída cierta, es la fe. ¿Puedes creer
en su realidad? Sabiendo que todas las cosas son posibles para el que
cree, ¿puedes convencerte de que, aunque tu razón y tus sentidos lo
niegan, tu asunción hará que sea así? Blake, en su maravilloso
“Matrimonio del Cielo y el Infierno”, dijo: “Yo cené con
Isaías y Ezequiel y pregunté: '¿Una fuerte convicción de que una
cosa es así, hace que sea así?' e Isaías respondió: 'Todos los
profetas lo creen, y en épocas de imaginación una firme convicción
movía montañas, pero hoy muchos no son capaces de una firme
convicción de nada.'” Todo aquí fue una vez sólo un deseo,
creído. Este edificio, la ropa que llevas o el coche que conduces
fueron primero un deseo, luego creído hasta que llegó a existir.
Sí,
creo que hay un hombre llamado Neville. Él puede trabajar para
ayudarte en el cumplimiento de tu deseo, si tú crees que lo tienes.
Muchos hombres pueden venir y vendrán a ayudarte, aún sin saber que
lo están haciendo, si tú crees. No tienes que convencer a los demás
para que te ayuden; todo lo que necesitas hacer es creer que eres lo
que quieres ser y luego deja que el mundo (que no es nada más que tú
mismo proyectado fuera) trabaje para hacer posible tu asunción. Te
lo prometo: tu deseo se cumplirá, ya que todas las cosas son
posibles para el que cree.
El
fallecido Robert Frost dijo: “Nuestros padres fundadores no
creyeron en el futuro, creyeron el futuro en su interior”. El poder
más creativo en ti es tu poder para creer una cosa en tu interior.
Nuestros padres fundadores no creyeron que el paso del tiempo haría
que este país fuera como ellos deseaban. Ellos querían democracia,
no una monarquía, y sabían que sentarse y esperar a que llegara a
suceder no lo haría – tuvieron que apropiársela, así que
simplemente lo creyeron en su interior. ¿Cómo? Mediante la fe. Se
apropiaron subjetivamente de su deseo.
Digamos
que te gustaría estar en San Francisco ahora, pero no tienes tiempo
ni dinero para hacer el viaje. ¿Qué haces? Ignoras el momento
presente y subjetivamente te apropias de tu esperanza objetiva
durmiendo en San Francisco esta noche. Cuando estés tumbado en tu
cama, mira tu mundo a través de los ojos de alguien que está
durmiendo en San Francisco. Puede que despiertes por la mañana y
encuentres que todavía estás físicamente en Los Ángeles, pero
mientras dormías se estuvieron llevando a cabo cambios que te
obligarán a hacer el viaje. Yo te digo: tú siempre irás
físicamente al estado subjetivo que te hayas apropiado.
Recuerda:
todas las cosas son posibles para el que cree, y con Dios todas las
cosas son posibles. El hombre cree que Dios creó el mundo y todo lo
que hay en él, pero no equipara a Dios consigo mismo, el creyente.
Pero la Biblia equipara a Dios, el creador de todo, con el que cree.
Y la creencia no tiene que ser restringida, sino que puede ir más
allá de la evidencia de los sentidos y la razón.
En
el mundo tienes que recurrir a lo externo para iluminar tu camino.
Puedes encender una vela, una lámpara, o usar la electricidad; pero
un día te volverás al interior para descubrir que tú eres la luz
del mundo. Entonces sabrás que tú eres Dios, la luz del amor
infinito, del poder infinito y de la sabiduría infinita. Te
expandirás en estos estados a medida que rompas las barreras de la
razón y los sentidos. Te reto a que te examines. ¿Te estás
manteniendo en el estado que deseas experimentar? Ponte a prueba, y
al hacerlo estás probando a Cristo, pues él es el poder y la
sabiduría de Dios. No cuesta nada ponerle a prueba, así que
inténtalo.
Se
nos dice que la imaginación nos habla por medio de los sueños y se
revela en visiones. Una noche se me mostró cómo ponerme a prueba.
Esa noche me encontré en una mansión enorme en la 5ta Avenida de la
ciudad de Nueva York a comienzos de siglo. Todo lo que el dinero
podía comprar estaba en esa mansión. A pesar de que yo era
invisible para las dos generaciones que estaban presentes, podía oír
todo lo que ellos decían. El señor mayor habló, diciendo: “Padre
solía decir, mientras estaba parado sobre un solar vacío, 'Recuerdo
cuando esto no era más que un solar vacío', entonces describía el
edificio que él quería que estuviera allí como si ya fuera sólido
y real.” Luego la escena cambiaba y veía el edificio, ahora
completo, erigido en donde sólo un momento antes no había más que
un solar vacío. El abuelo estaba ahora de pie junto a su hijo y su
nieto y decía: “Recuerdo cuando esto era un solar vacío.”
Este
sueño me enseñó una maravillosa lección. Yo era el abuelo, el
hijo y el nieto. Dependía de mí ahora transmitir este conocimiento
a otras generaciones. Mientras te encuentras en un estado baldío
puedes decir: “Recuerdo cuando esto era baldío.” Si era baldío,
estás dando a entender que ya no es así. Entonces puedes –
mediante el ejercicio de tu sentido interno de vista, oído, gusto,
olfato y tacto – ocupar el estado y permitirle que se exteriorice
para ti. Te digo, no importa lo que tienes o quien eres en este
mundo, todas las cosas son posibles para ti cuando crees.
Puedes
creer en uno o más de los noventa extraños llamados santos que
ahora han sido degradados, pero si crees, ellos han servido a su
propósito. Ahora, los que antes creían en iconos en el exterior
deben dar la vuelta y aprender a creer en sí mismos. Ha llevado
mucho tiempo, durante más de mil años los hombres han creído estas
tonterías. Tú no tienes que cubrirte la cabeza nunca más para
entrar en la iglesia – por tanto, ¿fue alguna vez necesario? No
tienes que creer en San Cristóbal nunca más. Nunca fue necesario;
pero el hombre, en su estado infantil, no podía creer en sí mismo,
así que creó con sus manos humanas algo en lo que creer y su
creencia se produjo ella misma. El icono no lo hizo por el individuo.
Su creencia lo hizo por él.
Todas
las cosas son posibles para el que cree y con Dios todas las cosas
son posibles, por tanto, ¿no es Dios uno con el creyente? Su nombre
por siempre y para siempre es “Yo Soy”. ¿No sabes que tú eres?
¿Sabiendo eso, no estás diciendo: “Yo soy”? Si tu nombre es
Juan, debes ser consciente de ello antes de que puedas decir: “Yo
soy Juan.” Yo digo: “Yo soy Neville.” Puede que no siempre diga
“Yo soy” antes de decir “Neville”, pero soy consciente de ser
Neville antes de decir la palabra. Le he dado a mi consciencia de ser
un nombre. Ese nombre es Neville. No tengo que repetir las palabras
“Yo soy” para definir aquello de lo que soy consciente; pero mi
conciencia es Dios, el creyente, y no hay otro Dios.
Ahora,
todas las cosas existen en la imaginación humana – no sólo las
cosas buenas, sino todas las cosas. Escucha estas palabras del
capítulo 32 del Libro del Deuteronomio: “Ved que yo, y sólo yo,
soy él y no hay Dios fuera de mí. Yo mato y yo hago vivir, yo hiero
y yo sano, y nadie puede librarse de mi mano.” ¿Quién puede matar
sino Dios? Tú puedes decir: “Yo le maté”, pero ese es el nombre
de Dios. Tu propia maravillosa imaginación humana tiene el poder de
matar y hacer vivir, herir y sanar y no hay nadie que pueda librarse
de tu mano, pues no hay Dios fuera de tu propia maravillosa
imaginación humana.
Mientras
estás sentado aquí tienes la capacidad de creer. Puedes creer en
algo estúpido, pero tú crees [en ello] y tu creencia hará que
funcione. Ese del que hablo como Dios es tu yo más fuerte, y sin
embargo tu esclavo, para sus propios fines. Él te sirve tan
indiferentemente y tan rápidamente tanto cuando tu voluntad es mala
como cuando es buena. Lo hace evocando imágenes de bien y de mal
igual que si fueran reales. Permitiéndote imaginar todo lo que tú
desees, él lo proyecta sobre esta pantalla del espacio con el fin de
que tú lo experimentes. Puedes moverte hacia ello tan natural y tan
fácilmente que puedes olvidar el momento irreflexivo en el que la
semilla fue plantada, y por lo tanto no reconocer tu propia cosecha.
El
ser que tú realmente eres es el Dios de las Escrituras que es tu
propia maravillosa imaginación humana. ¿Puedes marcharte de este
auditorio esta noche con la profunda convicción de que eres lo que
quieres ser? ¿Estás dispuesto a asumir sus alegrías y pesares? Tu
asunción es tu apropiación subjetiva de un hecho objetivo. Eso es
la fe y sin fe es imposible agradarle.
Esta
noche, cuando yo abandone este edificio conduciré hasta casa con mi
amigo. Mientras viajamos pasaremos por ciertas calles y veremos
objetos familiares porque estaremos viajando con la vista. Pero
cuando camino por fe mis pasos son invisibles, pues estaré caminando
en la asunción de mi deseo cumplido. Pablo nos dice que “caminemos
por fe y ya no más por vista”. Todos sabemos cómo es caminar por
vista, pero ahora somos llamados a romper ese hechizo y caminar por
fe.
Yo
te digo que es posible ser cualquier cosa que quieras ser, ya que el
creyente y el Dios del universo son uno. No te divorcies de Dios,
pues Él es tu Yo Soydad. Cree en tu Yo Soydad, porque si no lo haces
tú nunca cumplirás tu deseo. Sólo asumiendo que ya eres la persona
que te gustaría ser lo lograrás. Es tan simple como eso.
No
estoy diciendo que sea fácil, pero se vuelve más fácil con la
práctica. Si le diera un Stradivarius a alguien que ha dominado el
violín él podría elevarme a la enésima potencia de la alegría,
pero si pusiera el mismo violín en las manos de alguien que no
pudiera tocarlo, rápidamente me volvería loco. Es el mismo violín,
sin embargo uno produce armonía mientras que el otro produce
disonancia. Tú matas y haces vivir con el mismo instrumento, que es
tu propia maravillosa imaginación humana. Tú puedes crear muchas
disonancias hasta que aprendes cómo tocar. Nosotros estamos aquí en
este mundo de oscuridad educativa aprendiendo a tocar el instrumento
que es Dios. Puede que no conozcas a nadie que te diera 10.000
dólares ahora mismo, pero si crees que todas las cosas son posibles
para Dios y sabes que Dios es tu imaginación humana, tú puedes
imaginar que tienes el dinero, persiste en tu creencia y lo tendrás.
Cómo, no lo sé; yo sólo sé que de acuerdo a tu creencia te será
hecho a ti.
¿Crees
que todas las cosas son posibles para Dios? ¿Y crees que Él es tu
propia maravillosa imaginación humana? Sabiendo que Dios es todo
amor, y que tú eres capaz de imaginar cosas desagradables, puede que
no creas que tu imaginación es Dios, pero si eso es cierto entonces
Dios no es todopoderoso. Si tú puedes imaginar algo que Dios no
puede, entonces tú le trasciendes. Si Dios toca sólo notas
armoniosas y tú puedes tocar cuerdas que producen disonancia así
como armonía, entonces tú eres más grande que Él porque tú
puedes hacer algo que Él no puede. Pero yo te digo: tu propia
maravillosa imaginación humana mata y hace vivir, hiere y sana, pues
todas las cosas salen de la imaginación humana. Mientras estás
aprendiendo a usar y creer en tu imaginación humana puedes hacer
vivir eso que no quieres. Puedes herirte a ti mismo en el proceso,
pero lo que tú creas en tu imaginación puedes descrearlo.
Todo
puede ser resuelto, aunque mientras estés aprendiendo cometas
errores horribles. No te condenes por nada que alguna vez hayas
hecho, estés haciendo o puedas hacer, mientras aprendes a tocar el
instrumento que es Dios mismo y tu propia maravillosa imaginación
humana, ya que no hay otro poder creativo.
Lo
que ahora está probado fue una vez [algo] sólo imaginado. Mi sastre
usa su imaginación para confeccionar mis trajes para mí. Ellos
tienen que ser imaginados primero antes de cortar la tela. Mi sastre
no coge sus tijeras y empieza a cortar la tela con la esperanza de
que algo saldrá [de ahí]; él lo imagina primero. Y cuando me
siento en el sillón de mi barbero, él ve lo que debería tener en
mi cabeza en lugar de lo que está ahí. Todo debe ser imaginado
primero antes de que pueda convertirse en un hecho, y esa capacidad
de imaginar es Dios.
Ahora
bien, tú no observas al imaginar como haces con los objetos en el
espacio, porque tú eres la realidad que se llama imaginación.
Puedes observar esta sala, que fue una vez sólo imaginada, pero no
puedes observar el poder creativo que la concibió. Las cosas creadas
se ven, pero tú – el creador – no eres visto, y nunca sabrás
que eres Él, hasta que el hijo único de Dios, David, se plante
delante de ti y te llame Padre. No todo el mundo aceptará este
conocimiento, porque ellos preferirán tener sus pequeños iconos.
Estoy bastante seguro de que esta actriz italiana que tuvo el
accidente no estaría interesada en mis palabras ni en creerlas, y
ella no está sola. Hay cientos de millones esta noche que no
renunciarían a sus pequeñas medallas. Yo vi donde el cardenal
McIntyre había puesto su sello de aprobación en el reverso de la
medallita de San Cristóbal, dándole así su bendición. En un lado
hay una cara que nunca existió y en el otro, un sacerdote de la
iglesia da su aprobación. Qué tontería, sin embargo las medallas
funcionan porque la gente cree que lo hacen.
Es
hora de que el hombre deje de creer en algo afuera y empiece a creer
en su imaginación humana. Es hora de desechar todos los iconos
externos. “No harás imagen tallada de mí, ni tendrás otros
dioses aparte de mí.” Puede que no tengas educación, ni dinero o
bagaje social, y te resulte difícil creer en ti mismo; pero debido a
que todas las cosas son posibles para el que cree, y con Dios todas
las cosas son posibles, puedes salir de tus sentidos y creer que
cualquier cosa exista. Pon a prueba tu imaginación, y si se
demuestra en la práctica, ¿qué importa lo que el mundo piense?
A
través de la prueba yo he demostrado la imaginación. Le he
descubierto y ahora comparto mis hallazgos con los demás. Él es
llamado Felipe, el amante de los caballos, el símbolo de la mente.
Sabiendo que Felipe ama aprender acerca de cómo funciona la mente,
le digo que “He encontrado a aquel de quien Moisés y la ley y los
profetas hablaron – Jesús, el Mesías. Yo te llevaré a él.” Tú
estás aquí porque, como Felipe, deseas saber más sobre la mente y
sus funciones. Yo puedo llevarte a Jesús diciéndote quién es él,
pero no te lo puedo mostrar, pues él es invisible.
Tu
YO SOYdad es él. Di: “Estoy seguro, soy rico, soy libre.” Esto
puede no ser verdad en base a tus sentidos, pero yo simplemente te
estoy pidiendo que digas las palabras, pues en el momento que lo
hagas te estás apropiando subjetivamente la seguridad, la riqueza y
la libertad. La razón tratará de apartar estas cosas de ti, así
que te pido jugar a un pequeño juego conmigo. Sal por la puerta y
camina como si fueras seguro, rico y libre. Duerme esta noche como si
fuera cierto. Si lo haces, no te quedarás dormido viendo el mundo
como hiciste anoche, lo verás de modo diferente. Si esta mañana
alguien te dio un cheque por 20.000 dólares y lo depositaste en tu
cuenta, serías 20.000 dólares más rico, por lo tanto tú no
podrías dormir esta noche como lo hiciste antes. Ahora, sin esperar
a que físicamente alguien te de el dinero, vete a la cama como si
fuera verdad. Pon a Cristo a prueba extrema. Si todas las cosas son
posibles para Dios y si todas las cosas son posibles para el que
cree, ¿puedes creer? No te estoy diciendo que tendrás éxito la
primera noche, ni incluso la segunda. Habiendo sido entrenado a
aceptar sólo lo que tu razón y tus sentidos dictan, puede que te
resulte difícil, casi imposible, creer que podrías creer – ¡pero
puedes!
Esta
mañana, mientras estaba regresando a este mundo me encontré con una
escena de sombras de seres. El primero era ciego, incapaz de ver el
mundo a su alrededor. El segundo veía, pero su visión era limitada.
El tercero veía más que el segundo, y el cuarto podía ver, oír, y
hacer más que el tercero. Me desperté, diciéndole a mi amigo Bob
Crutcher: “Con tu talento para escribir, podrías escribir una
película sobre esta serie de eventos. Si lo hicieras, recibirías
3.000 dólares por ello.”
Yo
sabía que al igual que un actor me había identificado con cada ser
de sombra que había visto. A pesar de las sombras, yo, el perceptor,
había asumido uno detrás de otro hasta encontrarme limitado por el
estado percibido. Cuando asumí el primero yo estaba totalmente
ciego. Cuando asumí el segundo podía ver un poco, y en el tercero
un poco más. Entonces me desperté instando a Bob a escribirlo, para
mostrar cómo el hombre está restringido por lo que él está
vistiendo.
Con
el fin de interpretar un papel tú debes sentir el papel. Como el
hombre ciego yo tenía que sentir el camino. Cuando me puse otra
vestimenta yo podía ver y no tenía que sentir ya. Con cada
vestimenta que llevaba, yo sentía cada vez más, y desperté
instando a mi amigo a mostrar esto en forma de imagen con la
esperanza de que aquellos que lo vieran entenderían que el hombre
sólo está interpretando un papel. El papel no tiene por qué ser el
que se le dio al nacer. Él puede escoger un papel y entrar en él en
cualquier punto del tiempo.
Ahora
mismo tú estás interpretando un papel. Si no te gusta puedes
cambiarlo. Podrías interpretar el papel de un hombre más rico que
el que tú eras hace veinticuatro horas. Es sólo un papel para que
lo interpretes, si lo deseas.
Todo
lo que te estoy diciendo es de la Biblia. “Yo mato y yo hago vivir.
Yo hiero y yo sano, y no hay nadie que pueda librarse de mi mano. Yo,
y sólo yo, soy él y no hay Dios fuera de mí. Yo soy el Señor tu
Dios, el santo de Israel, tu Salvador y fuera de mí no hay
salvador.” Estas son las palabras de Dios, reveladas a través de
sus profetas de la antigüedad. Su profecía se cumple en el Nuevo
Testamento así: “Cualquier cosa que desees, cree que la has
recibido y la recibirás.” Así de fácil es como lo aplicas, pues
una asunción, aunque sea falsa y negada por tus sentidos, si
persistes en ella se solidificará en hechos.
Yo
te lo estoy diciendo: tú eres Dios y nunca hubo otro. El ser en ti
es Dios, y tú y yo somos uno, porque sólo hay un Dios. Finalmente
sabrás que tú y yo somos uno, pues descubrirás que eres el padre
de mi hijo, que sabrás que es tu hijo. De hecho, no será el hijo
revelándote como el Padre, sino tú, el Padre, revelando a tu hijo.
Ahora
entremos en el silencio.
Traducido
por Manu LDA
La
conferencia original en inglés es ALL
THINGS ARE POSSIBLE (Neville Goddard 05-12-1969)
INFINITAS GRACIAS!!!!!!
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