Neville
Goddard (27 de octubre de 1969)
EL
CREADOR
Encontrarás
esta noche muy práctica y no obstante será una hora muy espiritual,
pues voy a hablarte del Creador.
En
la carta de Pablo a los Romanos él dice: “Todas las cosas
invisibles de Dios se hacen claramente visibles, siendo entendidas
por medio de las cosas hechas.” El hombre está llamado a mirar lo
hecho, con el fin de descubrir al Dios invisible.
¿Cómo?
Cuestionándose a sí mismo. Mira a tu alrededor y trata de recordar
cuando no había nada que apoyara tu creencia en el presente, pero
tenías un pensamiento y soñabas un sueño de que algún día
tendrías lo que ahora es tuyo. Si puedes recordar, has encontrado
que el Creador es tu propia maravillosa imaginación humana. ¿Podría
ser eso Dios?
Ahora,
en el siguiente verso Pablo afirma: “A pesar de que conocían a
Dios no le glorificaron como a Dios.” Después de haber encontrado
la relación entre las cosas visibles y el acto imaginario,
¿glorificas a tu imaginación como a Dios? ¿O te vuelves hacia
imágenes a semejanza del hombre mortal, aves, animales o reptiles y
crees que son la causa porque parecieron ayudar a traer tu acto
invisible a la existencia?
Si
te vuelves y crees que algo en el exterior es la causa de tu buena
fortuna (o de tu mala fortuna) estás renunciando a la verdad acerca
de Dios por una mentira, y adorando a la cosa creada en vez de al
Creador. En lugar de eso, deberías relacionar tu mundo externo con
una actividad imaginaria interior. Si no aceptas el hecho de que Dios
es la causa de todo en tu mundo externo, entonces no glorificas a tu
imaginación como a Dios. Lee esta maravillosa revelación en el
capítulo 1 de la carta de Pablo a los Romanos, versículos del 20 al
25.
Detente
por un momento y ve si no puedes relacionar tu mundo circundante con
un acto imaginario. Luego glorifica a tu imaginación como a Dios. No
continúes simplemente reconociendo que tus pensamientos crean tu
realidad, sino acepta esos pensamientos por lo que son, y eso es Dios
en acción. Y no le entregues tu poder creativo a un hombre mortal,
creyendo que él fue la causa de tu buena fortuna (o de tu
infortunio). El hombre es la imagen de Dios – lo creado, y no tu
imaginación – el Creador.
La
Biblia comienza con esta nota: “En el principio Dios creó los
cielos y la tierra.” Aquí vemos que Dios creó el interior, (pues
se nos dice que el cielo está dentro y Dios está en su cielo) y
creó la tierra, que está fuera. ¿Cómo trajo Dios la tierra a la
existencia si está en el exterior y Él está en el cielo en el
interior? Por el acto de moverse: “El espíritu de Dios se movía
sobre la faz de las aguas.” Aquí nos encontramos con que el
movimiento es la causa, que sin movimiento es imposible producir
nada. ¿Y cómo se mueve Dios? A través del acto de imaginar.
Ahora
bien, el movimiento solamente puede ser detectado por un cambio
relativo a un marco fijo de referencia. ¿Qué harías para moverte
de donde estás ahora y lo que eres ahora a donde quieres estar?
¿Verían tus amigos un cambio en ti? ¿Parecería diferente tu mundo
externo? Tómate tiempo para resolver tu deseo, y cuando lo tengas
claramente definido muévete en tu imaginación. ¿Cómo sabes que te
has movido? Mirando mentalmente tu mundo y viendo su cambio.
Mientras
estás sentado aquí en el Club de Mujeres de Los Ángeles, [en tu
imaginación] puedes situarte en Union Square en San Francisco, desde
donde verás el Hotel St. Francis. Date la vuelta y mira hacia el
otro lado de la plaza. Luego camina por Market Street, y mientras
miras los escaparates de las tiendas siente que estás allí pensando
que Los Ángeles se encuentra a 500 millas al sur de ti. Si estás
viendo los objetos familiares (calles, tiendas...) de San Francisco,
y Los Ángeles se encuentra a 500 millas de distancia, ¿no estás tú
allí?
Ahora,
no puedes ser de doble ánimo. “No piense el hombre que recibirá
cosa alguna del Señor si él es de doble ánimo, pues no es nada más
que una ola del mar que es movida y sacudida por el viento.” Si mi
deseo es estar en San Francisco, debo dormir esta noche como si yo ya
estuviera allí. Y mientras me estoy quedando dormido, debo pensar
que el lugar que antes sabía que era mi hogar (que es Los Ángeles)
ahora se encuentra a 500 millas al sur de mí. Ése es un movimiento,
y sin movimiento es imposible traer nada adelante en este mundo. Esto
es cierto de todas las cosas, pues en el principio Dios creó el
interior y el exterior, luego Él se movió y la creación comenzó.
Todo
está dentro de ti y puede ser traído a la existencia por medio de
esta simple técnica. Deseoso de visitar a mi familia en Barbados, yo
dormía en la ciudad de Nueva York como si estuviera en Barbados y
pensaba que la ciudad de Nueva York se encontraba a 2.000 millas al
norte de mí. Entonces recibí una carta de mi hermano que
justificaba el viaje y lo planificaba cubriendo todos mis gastos
personales. Yo no le había escrito a mi hermano pidiéndole ese
dinero, pero mientras estaba durmiendo físicamente en la ciudad de
Nueva York e imaginándome en Barbados, mi hermano tuvo el impulso de
escribirme y darme razones por las que yo debería ir a casa. Yo no
había estado allí en doce años y la familia me necesitaba para
estar al completo. Él justificó su carta; justificó el plan para
el viaje y los gastos que acarrearía realizarlo, mientras que yo –
sin un centavo – simplemente imaginé que ya estaba en Barbados.
Yo
sabía exactamente lo que había hecho, y creo que todas las cosas
son hechas por Dios y sin Él no hay una cosa hecha que se haga; de
esta manera he encontrado que Dios es mi imaginación humana.
Entonces ahora, ¿voy a caer en la trampa y no Le voy a glorificar
como a Dios sino que me volveré a una imagen a semejanza de un ser
humano y diré que él fue la causa de mi viaje? ¿Voy a darle [todo
el] crédito a mi hermano que me envió el plan para el viaje y le
notificó a la compañía naviera que me emitiera un billete? ¿O voy
a recordar al Dios que descubrí? Esto es lo que Pablo está
preguntándole a todo el que lee su carta. Después de haber
encontrado a Dios, ¿vas a glorificarle como a Dios? ¿O vas a
intercambiar la verdad acerca de Dios por una mentira?
Nada
te ha sucedido nunca que tú no pusieras en marcha en tu imaginación.
Te digo: puedes ser cualquier cosa que quieras ser, pero cuando
expreses tu petición, tu deseo tiene que ser genuino. Debes quererlo
tanto que estés dispuesto a permanecer fiel a tu cambio de posición.
No puedes asumir [o suponer] que tienes tu deseo por un pequeño
momento y luego regresar a tu estado anterior, porque si lo haces
eres un hombre de doble ánimo y no recibirás cosa alguna del Señor
(como se nos dice en el Libro de Santiago). Si quieres ser exitoso en
los negocios, puedes serlo. No me importa a cuantos acreedores les
debas, o lo que el banco dice que tienes; si asumes el éxito y
persistes en esa asunción no puedes fallar. Esta es la ley por la
que todo el mundo vive.
Toma
mi mensaje en serio. El Dios del que se habla en las Escrituras está
sentado aquí mismo. Él se encuentra en cada persona como su
maravillosa imaginación humana. Cuando dices, “Yo soy”, eso es
Dios. Si ahora mismo estás asumiendo que eres una persona distinta a
la que la razón te dice que eres y yo te pregunto, “¿Quién está
imaginando?”, tú dirías, “Yo soy”.
En
ese mismo momento has pronunciado el nombre de Dios y todas las cosas
son posibles para Dios. De modo que sin el consentimiento de nadie tú
puedes moverte de donde estás a donde te gustaría estar por un
simple cambio de actitud. Pero tu movimiento debe fijarse de manera
que cuando te levantes o acuestes permanezcas en esa actitud, pues el
estado al que tus pensamientos constantemente regresan constituye tu
morada, y tu mundo está siempre exteriorizando tu morada (o el
estado que ocupas habitualmente en tu imaginación).
Ahora,
todas las cosas invisibles de Él desde la creación del mundo se
hacen claramente visibles por medio de las cosas hechas, así que
cuando entran en tu mundo puedes reconocer tu propia cosecha. La
recogerás de todos modos, pero – inconsciente de lo que has estado
haciendo has intercambiado la verdad acerca de Dios por una mentira.
¿Cómo? Intercambiando al Dios inmortal que es tu propia maravillosa
imaginación humana por una imagen de un hombre mortal. Porque un
hombre fue el instrumento [elegido y usado por Dios – tu Yo
Superior] para ayudar a que tu deseo se cumpliera, crees que ese
hombre es el que lo causó, cuando eso es una mentira. Si esta noche
tú heredaras una fortuna no pienses que la persona de la que pareció
venir fue la causa. No. Antes de ese acontecimiento tú asumiste la
riqueza. Él fue sólo el instrumento, el actor haciendo su papel que
es darte el dinero. Podría haber venido de un total desconocido. No
necesitas [tener] un tío, una tía o un abuelo rico.
En
mi propia familia, mi hermano Víctor se hizo amigo de un hombre que,
al final de su vida, le dejó una suma muy grande de dinero a él.
Víctor tenía un ardiente deseo de tener dinero y nunca tuvo una
mente dividida. Él quería riqueza más que cualquier otra cosa y
creía que el dinero era poder. Estaba cansado de la pobreza y, al
soñar con la riqueza, su mundo se pobló con gente que traía
oportunidades para hacer más y más dinero. Ahora bien, si Víctor
se olvida de la causa, se volverá del Dios inmortal a una imagen a
semejanza de un hombre y afirmará que él (ese hombre) fue la causa
de su fortuna, cuando no es así en absoluto.
Os
digo a todos: puedes ser cualquier cosa que quieras ser, pero no
puedes ser de doble ánimo. Se te dijo, “Que nadie crea que – si
después de haberse mirado en el espejo, se da media vuelta y olvida
lo que él parece [ser] – recibirá cosa alguna del Señor, pues el
hombre de doble ánimo es inestable en todos sus caminos”.
Muchas
personas dirán que quieren algo hoy, pero se olvidan de ello a la
semana siguiente. No estoy hablando de una pequeña cosa mágica
donde puedes agitar una varita y tu deseo de pronto aparecerá. Esta
ley se basa en un principio. Si quieres algo, puedes tenerlo, pero
debes estar dispuesto a renunciar a lo que eres ahora a fin de ser lo
que quieres ser. Ese es el único precio que pagas. No se requiere
ningún sacrificio fuera de renunciar al estado en el que te
encuentras y moverte al estado en el que quieres estar, pues son sólo
estados.
Recuerda,
sin movimiento es imposible producir nada, pues todo vive en un mundo
invisible. ¿Sabes de alguien que te felicitaría si oyera buenas
noticias sobre ti? Tráelo a tu mente y permítele felicitarte.
Ahora
bien, el poder de cualquier acto imaginario está en su implicación.
Si él te está felicitando por tu buena fortuna, entonces tú debes
de haberla recibido ya, así que acepta su felicitación como un
hecho. Haz eso y te has apropiado subjetivamente tu esperanza
objetiva. Con la esperanza de que un día él sabrá de tu buena
fortuna y te felicitará, has ido adelante en el tiempo, has entrado
en el estado y le has permitido felicitarte.
Ahora
ocúpate de tus asuntos, [sigue con tu vida], y cuando pienses en él
déjale saber (en tu imaginación) que está enterado de tu buena
fortuna y ese día en que se exteriorizará llegará. Y cuando llegue
ese día (y él lo sabrá) te felicitará por tu buena fortuna en el
exterior, tal como lo hizo la primera vez en el interior.
En
el Libro de Romanos, en el capítulo 4, versículo 17, Pablo nos
dice: “Dios llama a las cosas que no se ven como si se vieran y lo
invisible se hace visible.” ¿Cómo lo hace? Mediante el acto de
movimiento. Me muevo y lo que era invisible se hace visible. Te veo
ahora, pero me has contado tu deseo. Es invisible, pero mediante el
acto de moverme puedo ver tu cara radiante de felicidad porque tu
deseo ahora ha tomado vida y sustancia. Me he movido, y al hacerlo te
veo de modo diferente.
Ahora,
si me muevo de lo que soy a lo que me gustaría ser, tú seguirás
siendo mi amigo; de modo que en mi imaginación te dejo verme como
habrías de verme si las cosas fueran como yo quiero que sean, y ahí
me quedo (permanezco). No puedo ser de doble ánimo y dejarte verme
en mi anterior estado, sino que debo persistir en mi nuevo estado
hasta que llegue a ser (o se vuelva) natural [para mí] y se exprese
en mi mundo.
Esto
es cierto de todo lo que hagas, no me importa lo que sea. Si quieres
ser conocido, lo serás, independientemente del hecho de que
comiences tu asunción sin nada que sustente tu afirmación.
Simplemente atrévete a asumir que [lo] eres, pues tus asunciones –
aunque sean negadas por tus sentidos – si persistes en ellas se
convertirán en hechos exteriorizados en tu vida.
Un
amigo recientemente me contó que él puso en marcha su pequeño
restaurante en Oahu con sólo 180 dólares en el banco y muchos
deudores. Esto fue hace sólo unos años. Esta noche el valor
estimado de su negocio es de más de 100.000 dólares, y él está
contemplando la posibilidad de expandirlo a San Francisco. Conozco
bien a este caballero. Nacido y criado como un ferviente católico,
en su mente él sigue siendo un cristiano, pero no sigue el
catolicismo más. Cuando él oyó mis palabras las creyó, las
aplicó, y las cosas funcionaron. Luego olvidó y recordó de nuevo y
volvió a olvidar.
Ahora
está recordando, y espero que esta vez la memoria sea permanente. Él
emprendió su negocio de una manera muy modesta, manteniendo su
convicción de que era un éxito, y las cosas sucedieron para hacer
que así fuera; pero ellas (las cosas) no fueron la causa. Su éxito
fue causado por su imaginación. Cuando las cosas empezaron a no ir
muy bien él se acordó de la ley. Recordó que las cosas negativas
que le estaban sucediendo estaban causadas por sus pensamientos de
modo que los cambió, y ahora tiene esta maravillosa oportunidad de
expansión.
Yo
digo: todo es posible para cualquier persona que sepa quién es ella.
La persona promedio no conoce a Dios, pues si lo conociera
glorificaría a su imaginación como a Dios. Aquellos que conocen a
Dios han descubierto que cuando imaginan un estado algo ocurre y toma
forma en su mundo. Es posible que hayas leído en el periódico de
ayer sobre esta chica joven que había visto la televisión, leído
los diarios, y escuchado atentamente la radio hablando de los muchos
asesinatos que estaban sucediendo a su alrededor y ella cogió miedo.
Durante
dos meses durmió con un cuchillo bajo la almohada, decidida a usarlo
si fuera necesario. Entonces, una noche, oyó un ruido procedente de
la cocina. Vio una sombra y sintió un cuchillo en su garganta. Un
hombre alto y rubio, de metro noventa aproximadamente, con el cabello
hasta los hombros y de unos 86 kilos de peso le dijo: “Quítate el
pijama”.
Mientras
se levantaba de la cama todos los pensamientos que ella había
imaginado vinieron a su mente. Metió la mano bajo la almohada,
agarró el cuchillo y comenzó a apuñalarlo por toda la espalda
hasta que él corrió para salvar su vida. Todo lo que ella había
imaginado aconteció. Puede que ella no lo relacione, pero ninguna
cosa sucede por accidente. Este es un mundo de ley. Los
acontecimientos más horribles deben ser imaginados primero. Esto
también es cierto de las cosas más bellas, ya que todo es imaginado
primero, sea bueno, malo o indiferente.
Pablo
te dice que a Dios se le encuentra al mirar los fenómenos. “Todas
las cosas invisibles de Él se hacen claramente visibles desde el
principio de los tiempos.” ¿Cómo? Por las cosas que son hechas.
La chica hizo su escena. ¿Podría eso ser Dios? Sí. ¿No dijo Dios:
“Yo hago morir, Yo hago vivir, Yo hiero, Yo curo. Yo hago todas las
cosas y no hay quien pueda librar de Mi mano.”? Este no es un ser
hablando en el exterior, sino la imaginación que es el Señor y no
hay otro Dios. ¿No dices tú: “Yo soy”? Eso es Él. Así que
ahora que has encontrado a Dios, glorifícale como a Dios. Cuando lo
que habías imaginado suceda, glorifica a tu imaginación como a
Dios.
En
la actualidad tú puedes pensar en Dios como alguien [que se
encuentra] arriba en el cielo, pero no en tu imaginación. Sabes que
tú eres capaz de cometer actos desagradables, pero no puedes creer
que Dios pudiera hacer tal cosa; sin embargo yo digo que Dios – tu
imaginación – es capaz de hacer morir, hacer vivir, herir y curar.
Pregúntale
a la chica quién estaba apuñalando al hombre y ella responderá:
“Yo soy”. Ese es Su nombre. ¿Y quién le puso el cuchillo en su
garganta? ¿No respondería el hombre: “Yo soy”? Él tuvo que
imaginar eso, también, pues el drama se llevó a cabo con un
cuchillo, no con un arma de fuego. El hombre tuvo que imaginar las
consecuencias que resultarían de no tener él éxito y, por lo
tanto, el drama que tuvo lugar en el mundo fue causado por Dios
dentro del Hombre, y sólo hay un Dios.
Si
tienes un deseo auténtico, formúlalo y luego mentalmente muévete.
Puedes moverte en el exterior muchas veces y no cambiar. Debes
moverte en tu interior y ver el mundo desde siendo ya la persona que
quieres ser. Si lo haces, te habrás movido de donde estabas al
cumplimiento de tu deseo.
El
movimiento es mental, todo en tu imaginación. Ahora bien, si el
deseo es auténtico, independientemente de lo que el mundo hará,
permanece en ese estado y lo traerás a la visibilidad. Sin embargo,
sin movimiento es imposible traer algo de un estado invisible a uno
exterior visible. Todo el mundo puede hacerlo porque cada persona
tiene una imaginación que es Dios, y sin Él ninguna cosa es creada,
y todo lo que se crea es hecho por Dios, sea bueno, indiferente o
malo.
Toma
mi palabra. Te he dado a conocer al creador de tu vida. Ahora que le
conoces no seas como los Romanos de los que Pablo habló, que a pesar
de que conocían a Dios no le glorificaron como a Dios, sino que
intercambiaron al Dios inmortal por una imagen a semejanza [de Él],
y el verdadero conocimiento de Dios por una mentira en su lugar,
sirviendo a lo creado en vez de al creador, que es la imaginación.
Si
solamente controlaras lo que estás imaginando, ninguna cosa sería
imposible para ti. Y descubrirás que cuando encuentras a Dios, tus
valores cambian. Ya no adorarás a cosas, en cambio adorarás a Dios,
el creador de las cosas. Es tan emocionante imaginar algo para un
amigo y verlo venir a la existencia, a continuación dale las gracias
al que dentro de ti lo hizo.
Cuando
le agradeces a Dios, adoras y sirves a Dios. Cuando tu amigo te de
las buenas noticias de que él tiene lo que tú habías imaginado
para él, agradécele por contártelo; pero tus gracias reales irán
para Dios, pues – habiéndole encontrado, tú ahora le glorificas,
sabiendo que Él nunca te decepcionará (fallará).
Cuando
imagines no tienes que hacerlo con tensión hinchando las venas.
Simplemente deja que así sea. Sabiendo que tu petición es
auténtica, imagínala como ya cumplida y entonces confía
absolutamente en Él. Esto no tiene nada que ver con ningún código
moral o ético, sino con tu confianza en Dios. Sabiendo que cuando tú
imaginas, Dios está actuando y Dios es fe, confía en Él para que
haga que se cumpla [tu deseo] porque lo hará, y de una manera que tú
nunca podrías idear.
Si
quieres algo no te preguntes si estás capacitado (si eres apto para
ello), solamente asegúrate de que tu petición sea auténtica. No te
preocupes acerca de cómo y cuándo sucederá, simplemente asume que
tú ya estás allí y de una manera que nadie sabe ocurrirá. Tu
negocio crecerá, tu familia crecerá, todo será como has imaginado.
Puedes
permanecer perfectamente inmóvil y [al mismo tiempo] moverte de modo
que puedas ser visto en el punto en el espacio en el que has
imaginado que estás. Yo lo he hecho. Mi hermana de Barbados quería
verme aunque yo me encontraba físicamente a 2.000 millas de
distancia, de modo que me trasladé en mi imaginación, y cuando ella
entró en la habitación de su hijo me vio a mí tumbado en la cama.
Ella me escribió ese mismo día y me contó su experiencia, así que
yo sé que todas las cosas son posibles, pues tú y Dios sois uno.
Toma
mi palabra. Sin movimiento es imposible traer algo a la existencia, y
el movimiento es dentro de ti. Sabiendo exactamente lo que quieres,
ve el mundo desde la premisa de que lo tienes. Si el mundo sigue
siendo el mismo no te has movido. Sólo cuando [el mundo] puede ser
visto después del cambio, puedes saber que te has movido.
Ahora
continúa pensando desde el nuevo estado, pues el movimiento
solamente puede ser detectado por un cambio de posición en relación
a otro objeto. Un amigo es un buen marco de referencia. Mirándole a
la cara, deja que él te vea como lo haría si tu deseo se hubiera
cumplido. Te vería de modo diferente, ¿no? Si él es uno de los que
te felicitarían, acepta sus felicitaciones. Extiende tu mano
mentalmente y siente la realidad de su mano. Escucha y oye la
realidad de sus palabras de felicitación. Entonces ten fe en tu
realidad invisible, porque si lo haces, ningún poder puede impedir
que entre en tu mundo.
Ahora
entremos en el silencio.
Traducido
por Manu LDA
La
conferencia original en inglés es THE
CREATOR (Neville Goddard 10-27-1969)
gracias Manu!!!!!!! desee este artículo desde hace unas semanas!!!
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!!!
MUY INTERESANTE. MUCHÍSIMAS GRACIAS.
ResponderEliminarMuchisimas Gracias Manu!!! Esta Increible!! Es lo que necesitaba escuchar hoy!!! MIL GRACIAS
ResponderEliminar:D
Excelente..!!!! gracias Manu!!!
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