Neville
Goddard (10 de noviembre de 1959)
EL
ÚNICO CRISTIANISMO
Creemos firmemente que la Imaginación es Dios; que el Poder Supremo del Universo es uno con la Imaginación humana. Así que cuando lees la Biblia —un fabuloso e inspirado libro—, y te encuentras con la palabra «Dios», puedes usar también la palabra «Imaginación» y la entenderás con mayor claridad.
Romanos 4,20: «Ante la promesa de Dios, no cedió (Abraham) a la duda con incredulidad, sino que robusteció su fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que poderoso es Dios para cumplir lo prometido». Al leerlo, puedes pensar en algún ser externo a tu Imaginación. ¿Podrías ahora soñar en ser el hombre o mujer que quieres ser? Ese sueño es una promesa. Se nos dice que no se desvió por nada del mundo, y le dio toda la gloria a Dios, o a la Imaginación, plenamente convencido de que Dios cumpliría lo prometido.
Si crees lo que enseñan las iglesias, puedes pensar que no tienes derecho al bien que deseas. Lee Romanos 1,20[-23]: «Desde la creación del mundo, la naturaleza invisible de Él: Su eterno poder y deidad, ha sido claramente percibida en todo lo creado. De manera que no tienen excusa, pues, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios ni le dieron las gracias. Al contrario, se envanecieron con sus razonamientos, y su mente insensata se llenó de oscuridad. Pretendiendo ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes en forma de hombre mortal, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. […] y reverenciaron y sirvieron a la criatura antes que al Creador».
Te digo que él está hablando del ser inmortal en todo lo que fue hecho. Inclusive, del traje que estás usando; alguien tuvo primero que imaginarlo. La primera cosa imaginada es la imagen invisible, y luego se manifiesta como un sombrero, un traje o una casa.
Hoy me llamó una amiga para conversar sobre un problema personal. Me comentó:
—Tú dijiste que tu padre poseía una visualización hiperrealista.1 Las imágenes que él podía ver en su Imaginación eran tan reales como las formas del mundo físico.
Yo sabía que era así. Todo el vasto mundo que construyó para sus diez hijos fue hecho con su maravillosa Imaginación. Se sentaba solo y hacía aparecer ante él hombres y mujeres, y veía situaciones como quería que fueran. Y luego, antes de dormirse, se apropiaba de ese estado y lo controlaba por completo. Y cuando después regresaba a sus oficinas, y estas cosas sucedían, no se sorprendía. Otros, sobre la marcha, llegaban a acuerdos que él ya había visto en el ojo de su mente.
Esta dama me llamó para contarme sobre el esposo de su hermana. Su padre se oponía al matrimonio, dijo que nunca sería un buen hombre y expuso en detalle lo que haría. Anticipó lo siguiente:
—Te dará un hijo, pero no le brindará apoyo. Se la pasará en bares y será un inútil.
Ese hombre cumplió esa profecía al pie de la letra. El padre de mi amiga era un personaje poderoso en el teatro y sentía aversión por su yerno, profetizó su futuro, y se ha vuelto realidad de forma precisa. Le conté a esta dama una historia sobre una profecía de hace años de mi padre.
Es el año nuevo de 1919. Veo a mi padre en la cabecera de la mesa, y a todos nosotros, aún niños, sentados allí. Y él le dice a mi madre:
—Habrá una guerra en 20 años, Wilsey. Será en otoño. Alemania estará otra vez en guerra contra Inglaterra. Japón, Rusia e Italia estarán involucrados en ella. Estados Unidos será nuestro gran aliado.
Mi madre miró a sus hijos alrededor de la mesa y dijo:
—Mis hijos tendrán edad para ir a esa guerra. ¿De qué estás hablando?
—Será un hecho, en todos los buques ya se está hablando de eso —respondió mi padre.
Él era proveedor de buques, y hablaba con muchas personas. Mi padre no era consciente de este poder que tenía de imaginar como Dios.
Podía tomar a un hombre, a una mujer o una comunidad, y verlos tan vívidamente en la imaginación en su propia sala de estar que eran palpables para él, para luego evidenciar que llegaban a su oficina para proponer lo que interiormente había puesto en marcha. Sin embargo, no identificaba ese poder creador de su mundo con aquello que llamaba Dios. «Desde la creación del mundo, la naturaleza invisible de Él: Su eterno poder y deidad, ha sido claramente percibida en todo lo creado». Mi padre veía todo ya realizado. Discutía un plan con un hombre, y luego ese hombre iba a verlo para proponerle el trato que mi padre ya había hecho en su imaginación, pero no identificaba esto con Dios. «Cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes en forma de hombre mortal, […] y sirvieron a la criatura antes que al Creador».
La presencia invisible de todos aquí es Dios, pero si imaginas que el dinero es una realidad y haces un millón, inesperadamente le rindes culto al millón, y no al poder que lo hizo posible. Entras a un determinado círculo social, y luego te olvidas de que tú lo hiciste realidad imaginando, y ahora crees que ese grupo es lo más importante. Así que el hombre olvida y cambia la gloria del Dios inmortal por la imagen de un hombre mortal o por algo transitorio. Todo lo visible desaparecerá, mas tú permanecerás. Incluso este gran territorio algún día será arrastrado por el mar, pero tú no. Aquél que le dio existencia a las cosas no puede dejar de ser. Así que ya lo sabemos.
Le conté a esta dama sobre mi padre, y me dijo:
—Tu padre hizo eso en 1919, pero si me retrotraigo a ese año, mi padre expresó: «No quiero comprar el periódico, porque puedo ver en los titulares la palabra “guerra”».
Estaba tan determinado y convencido en no comprar ni uno en semanas, ¡y cuando finalmente lo compra, el titular dice: «guerra»! Luego la dama me preguntó si la actitud de su padre hacia el esposo de su hermana había determinado lo que sucedió, y si debería continuar ayudando a su hermana, que siempre estaba pasando necesidades. «Sí, lo que dijo determinó lo que sucedió, pero podría ser cambiado radicalmente en este momento. Ayuda a tu hermana si ella lo necesita». Pero entonces le dije que este poder es todo imaginación y es un solo tejido con nuestra maravillosa imaginación. Solo hay UNO. No diferimos en naturaleza o sustancia de ESO, sino en grado de intensidad. Si pudiéramos imaginar cualquier cosa en el mundo, y no desviarnos, no apartarnos de ella, y darle toda la gloria a este poder llamado Dios, nada podría evitar que se manifieste.
Dios le habla al hombre a través del lenguaje de los sueños, pero no hay que irse a dormir para soñar. Puedo imaginar algo para ti, y desearlo con todo mi corazón. Si imagino algo para otro, eso es Dios hablándome. No tengo que ver un rostro. Hay una gran diferencia entre lo que las iglesias llaman Dios y lo que el místico sabe que es Dios. Blake habla del cristianismo en el último capítulo de su gran obra «Jerusalem». La divide en cuatro capítulos, como los cuatros ríos, etc., y nos dice:
Te doy el extremo de un cordón de oro,
Para que hagas un ovillo con él;
Te conducirá a la puerta de los cielos,
Erigida en el muro de Jerusalem.
Y luego define el cristianismo. ¿Dogmas? Los descarta por completo y dice: «No conozco otro cristianismo ni otro Evangelio que la libertad del cuerpo y de la mente para ejercer el Divino Arte de la Imaginación. La Imaginación, el mundo real y eterno, del que este Universo Vegetal no es más que una pálida sombra, y en el cual viviremos en nuestros Cuerpos eternos o Imaginativos cuando estos Cuerpos Vegetales Mortales ya no sean».
No hay otro cristianismo que el derecho de ejercer el divino arte de la Imaginación. Entonces te digo:
—Me gustaría lograr tal cosa, pero he perdido la perspectiva. ¿Podrías ejercer el divino arte, y escuchar eso para mí?
Y [cuando lo necesites] tú me dices:
—¿Escucharías algo para mí?
Imagina que me has dicho que lo que deseas está dado, y dale toda la gloria al poder que crea en este mundo.
Personalmente, he hecho esto innumerables veces. Es el único cristianismo en el mundo. No tiene que ver con ninguna iglesia. El único cristianismo es la libertad de ejercer el divino arte de la Imaginación. ¿Puedo hacerlo yo? ¿Quién lo hace? ¡Dios lo hace! No tengo que elaborar ninguna forma. El poder supremo del universo es uno con la Imaginación humana.
Si regresamos al viejo testamento y tomamos la palabra «Hacedor», significa ‘Imaginación’. «Porque marido tuyo es tu Hacedor; / el Señor de las Huestes es su nombre» (Isaías 54:5). La palabra «alfarero» significa Imaginación: «Bajé, pues, a la casa del alfarero, y he aquí que éste estaba haciendo una obra sobre las dos piedras. Y la vasija de barro que estaba haciendo se echó a perder en la mano del alfarero, así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor hacerla» (Jeremías 18:3-4). Solo habría que tomar ese pasaje y usar la palabra «Imaginación», pero el traductor no se atrevió a usarla.
¿Qué estoy haciendo con mi mano mental? Si no es bueno y no lo reviso, entonces estoy impulsando mi rueda y recreando la misma imagen, pero si soy un alfarero sabio, la cambiaré y escucharé que me dices que ahora tienes lo que deseas. Haré una nueva vasija. ¿Quién la está haciendo? El alfarero, y ese es la Imaginación. A lo largo de todo el día pienso lo mismo una y otra vez. Estoy trabajando en la rueda de la repetición. Todos aquí pueden ser el hombre o la mujer que desean ser. Lo sé por mi propia familia. Cuando creas un negocio y consideras todos los aspectos, y estimas cómo se darán las cosas, ¿alguna vez te has percatado con qué frecuencia se dan en la forma en que lo habías dicho? ¿Quién lo hizo? No eres profeta, pero estás imaginando, y entonces el estado se hace realidad. Nada es manifestado por ningún poder externo propiamente dicho. Es sostenido por la actividad del que la manifestó. Entonces, si yo produje la pobreza, ésta solo puede permanecer mientras que yo sea consciente de ser pobre. En el momento en que dejo de imaginar que soy pobre, las cosas empiezan a cambiar.
Había una obra en Broadway llamada «La Millonaria», y un crítico escribió con sarcasmo que Katharine Hepburn estaba tratando de impresionarnos con el hecho de que todo lo que los pobres necesitan para hacerse ricos es la arrogancia de la riqueza. ¡Él era más sabio de lo que creía! La arrogancia de la riqueza es todo lo que él necesita para dejar de ser pobre. Caminas en un estado, y es una actividad de la mente, y en la medida en que la puedas sostener, en esa medida la crearás. El mundo entero no es sino Dios, y Dios es Imaginación, y el hombre es Imaginación, y «moramos en Él y Él en nosotros, y somos uno» (1 Juan 4:13).
Ahora pruébalo. Toma algo esta noche. Si has perdido la perspectiva, hazlo para alguien más y ve a esa persona como le gustaría verse a sí misma, y mantente fiel a eso. Puede que nunca se entere de que lo hiciste para ella, pero eso no importa. Cuando las cosas sucedan de manera tan natural, nunca pensará que la causa estuvo en lo que hiciste. Esa persona ha cambiado la gloria de Dios por una imagen en forma de hombre mortal. Dirá que conoció a ciertas personas y que ellas influenciaron a alguien más, o que la recomendaron, y eso provocó que todo sucediera. Estas cosas se llevan el crédito, y él o ella se olvida del Dios inmortal.
Les he contado la historia de un amigo que vino a verme porque necesitaba desesperadamente una mayor entrada de dinero, etc., para cubrir las necesidades de educación de su familia. El cargo que para entonces ocupaba en el banco no le brindaba esperanzas de mejoría. Le enseñé qué hacer, y mientras me ausenté de Barbados él lo puso en práctica, y al regresar me dijo que tenía asegurado un cargo fabuloso en la Fundación Rockefeller, donde aún está. Pero él es de una mente tan lógica que, con el paso del tiempo, empezó a olvidarse de cómo se hizo realidad, y ahora le da todo el crédito al hombre con quien habló en la iglesia, y que finalmente le pidió entrar en la Fundación. Este hombre ahora es una poderosa persona en la mente de mi amigo, y es la causa de su buena fortuna. La gloria que le pertenece a Dios se la transfirió a la imagen de un hombre
Al margen de lo que estés haciendo, ¿puedes ver claramente lo que quieres hacer, y sostener en tu interior una conversación con un amigo, que implique que tu deseo ahora es un hecho? Entonces, hazlo. Porque en los niveles más altos de la imaginación, la actividad interna es revelada por la conversación interna. Si el hombre escuchara lo que está diciendo en su interior, sabría lo que está poniendo en marcha. Si cuando un hombre camina por la calle, hiciera una pausa y se preguntará: «¿Qué estoy diciendo ahora?» Descubriría que el noventa y nueve por ciento [de lo que dice] está justificando el fracaso. Pero se nos dice: «No tienes excusa, porque lo has conocido y has visto su obra, y aun así lo niegas». Cuando oyes la palabra «Dios» o «Jesucristo», piensas en algún ser externo a tu propia Imaginación, pero no hay nadie que imagine sino Dios. Esto es lo que ilumina a cada ser en el mundo, y a medida que imaginas más te conviertes en luz.
Así que sin importar cuáles sean tus limitaciones actuales, puedes empezar a soñar el más noble de los sueños, y puedes entrar en él como si fuera real, sabiendo que tu imaginación es Dios. No hay ficción. Puedes escribir tu propia novela y cumplirla. Incluso, alguien en un calabozo puede estar imaginando, y quién sabe lo que puede provocar. Si yo estuviera en un calabozo, haría que el mundo se moviera, si fuera necesario, para salir en libertad. Un cuerpo puede estar físicamente confinado, pero no se puede confinar a Dios. El hombre solo ve la causa superficial; la verdadera causa de algo no puede ser vista, porque el poder invisible es el que está creando. Cómo saber quién puede hacer que el mundo convulsione. Puede incluso ser una mujer «pisando» el lagar.
Todos aquí pueden ser lo que deseen, sin importar cuál sea el sueño, si están dispuestos a dejar que Dios lo haga, y Dios es tu propia imaginación. Camina, como suspendido en el aire, sobre las apariencias, y te convertirás en lo que deseas. Este es el único cristianismo que conozco: la libertad para ejercer el divino arte de Imaginar. Ahora pruébalo. Si estás aquí por primera vez, te reto a que lo refutes. Todos tienen el mismo poder. Porque alguien tenga un millón, eso no lo hace más creador de lo que tú eres. Sé cuidadoso con lo que estás imaginando, porque lo que estás imaginando será creado, aunque pueda convulsionar al mundo. Espero que tengas la Versión Revisada de la Biblia, porque es de donde he tomado las citas esta noche. Es más precisa en cuanto a significado, si bien no tan oralmente atractiva como la Versión Rey Jacobo.
En Romanos encontramos esa recreación para todo, porque después de Hechos, Pablo establece el cimiento, y afirma: «soy un hijo de Abraham, de la tribu de Benjamín» (Filipenses 3:3-5), pero ahora lo ve no desde la norma, sino desde el espíritu, y ve la circuncisión no ya como solo un acto físico. Reconoce que ahora es un verdadero cristiano. No fue a ninguna iglesia. Ahora ve el espíritu de la ley, y no la letra. ¡No puedes nacer cristiano! Es una forma de vida que adoptas. Podrías nacer en el Vaticano, y ser hijo del Papa, y no ser cristiano. Únicamente puedes ser cristiano cuando ves la realidad, y la adoptas como una forma de vida. La ley le fue dada a los hombres, pero ellos se abren paso desde la letra de la ley, para encontrar el espíritu de la ley, y vivir según el espíritu de la ley, y eso es cristianismo. Hay numerosas religiones basadas en muchos «ismos», pero eso no es cristianismo. El cristianismo es la libertad del cuerpo y de la mente para ejercer el divino arte de la Imaginación.
Esta dama puede cambiar la imagen del esposo de su hermana. Puede imaginar que ahora es generoso, porque ahora él tiene tanto, que quiere darle a su hermana como ella le dio a él, y así puede romper el hechizo lanzado sobre él. Sé que, cuando zurcía nuestras medias, mi madre soñaba para cada uno de nosotros un futuro con el cual se sentiría orgullosa. Todos nosotros estamos viviendo una vida noble, y sé que ella la soñó para nosotros. Nunca lanzó un zapato si hacíamos algo malo. Ella dejó este mundo con su sueño fijo en la mente, y se hizo realidad. Podemos soñar para nosotros o para nuestros vecinos, y ese sueño es la voz de Dios, porque Dios le habla al hombre por medio de los sueños.
Ahora entremos en el silencio.
Creemos firmemente que la Imaginación es Dios; que el Poder Supremo del Universo es uno con la Imaginación humana. Así que cuando lees la Biblia —un fabuloso e inspirado libro—, y te encuentras con la palabra «Dios», puedes usar también la palabra «Imaginación» y la entenderás con mayor claridad.
Romanos 4,20: «Ante la promesa de Dios, no cedió (Abraham) a la duda con incredulidad, sino que robusteció su fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que poderoso es Dios para cumplir lo prometido». Al leerlo, puedes pensar en algún ser externo a tu Imaginación. ¿Podrías ahora soñar en ser el hombre o mujer que quieres ser? Ese sueño es una promesa. Se nos dice que no se desvió por nada del mundo, y le dio toda la gloria a Dios, o a la Imaginación, plenamente convencido de que Dios cumpliría lo prometido.
Si crees lo que enseñan las iglesias, puedes pensar que no tienes derecho al bien que deseas. Lee Romanos 1,20[-23]: «Desde la creación del mundo, la naturaleza invisible de Él: Su eterno poder y deidad, ha sido claramente percibida en todo lo creado. De manera que no tienen excusa, pues, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como Dios ni le dieron las gracias. Al contrario, se envanecieron con sus razonamientos, y su mente insensata se llenó de oscuridad. Pretendiendo ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes en forma de hombre mortal, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. […] y reverenciaron y sirvieron a la criatura antes que al Creador».
Te digo que él está hablando del ser inmortal en todo lo que fue hecho. Inclusive, del traje que estás usando; alguien tuvo primero que imaginarlo. La primera cosa imaginada es la imagen invisible, y luego se manifiesta como un sombrero, un traje o una casa.
Hoy me llamó una amiga para conversar sobre un problema personal. Me comentó:
—Tú dijiste que tu padre poseía una visualización hiperrealista.1 Las imágenes que él podía ver en su Imaginación eran tan reales como las formas del mundo físico.
Yo sabía que era así. Todo el vasto mundo que construyó para sus diez hijos fue hecho con su maravillosa Imaginación. Se sentaba solo y hacía aparecer ante él hombres y mujeres, y veía situaciones como quería que fueran. Y luego, antes de dormirse, se apropiaba de ese estado y lo controlaba por completo. Y cuando después regresaba a sus oficinas, y estas cosas sucedían, no se sorprendía. Otros, sobre la marcha, llegaban a acuerdos que él ya había visto en el ojo de su mente.
Esta dama me llamó para contarme sobre el esposo de su hermana. Su padre se oponía al matrimonio, dijo que nunca sería un buen hombre y expuso en detalle lo que haría. Anticipó lo siguiente:
—Te dará un hijo, pero no le brindará apoyo. Se la pasará en bares y será un inútil.
Ese hombre cumplió esa profecía al pie de la letra. El padre de mi amiga era un personaje poderoso en el teatro y sentía aversión por su yerno, profetizó su futuro, y se ha vuelto realidad de forma precisa. Le conté a esta dama una historia sobre una profecía de hace años de mi padre.
Es el año nuevo de 1919. Veo a mi padre en la cabecera de la mesa, y a todos nosotros, aún niños, sentados allí. Y él le dice a mi madre:
—Habrá una guerra en 20 años, Wilsey. Será en otoño. Alemania estará otra vez en guerra contra Inglaterra. Japón, Rusia e Italia estarán involucrados en ella. Estados Unidos será nuestro gran aliado.
Mi madre miró a sus hijos alrededor de la mesa y dijo:
—Mis hijos tendrán edad para ir a esa guerra. ¿De qué estás hablando?
—Será un hecho, en todos los buques ya se está hablando de eso —respondió mi padre.
Él era proveedor de buques, y hablaba con muchas personas. Mi padre no era consciente de este poder que tenía de imaginar como Dios.
Podía tomar a un hombre, a una mujer o una comunidad, y verlos tan vívidamente en la imaginación en su propia sala de estar que eran palpables para él, para luego evidenciar que llegaban a su oficina para proponer lo que interiormente había puesto en marcha. Sin embargo, no identificaba ese poder creador de su mundo con aquello que llamaba Dios. «Desde la creación del mundo, la naturaleza invisible de Él: Su eterno poder y deidad, ha sido claramente percibida en todo lo creado». Mi padre veía todo ya realizado. Discutía un plan con un hombre, y luego ese hombre iba a verlo para proponerle el trato que mi padre ya había hecho en su imaginación, pero no identificaba esto con Dios. «Cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes en forma de hombre mortal, […] y sirvieron a la criatura antes que al Creador».
La presencia invisible de todos aquí es Dios, pero si imaginas que el dinero es una realidad y haces un millón, inesperadamente le rindes culto al millón, y no al poder que lo hizo posible. Entras a un determinado círculo social, y luego te olvidas de que tú lo hiciste realidad imaginando, y ahora crees que ese grupo es lo más importante. Así que el hombre olvida y cambia la gloria del Dios inmortal por la imagen de un hombre mortal o por algo transitorio. Todo lo visible desaparecerá, mas tú permanecerás. Incluso este gran territorio algún día será arrastrado por el mar, pero tú no. Aquél que le dio existencia a las cosas no puede dejar de ser. Así que ya lo sabemos.
Le conté a esta dama sobre mi padre, y me dijo:
—Tu padre hizo eso en 1919, pero si me retrotraigo a ese año, mi padre expresó: «No quiero comprar el periódico, porque puedo ver en los titulares la palabra “guerra”».
Estaba tan determinado y convencido en no comprar ni uno en semanas, ¡y cuando finalmente lo compra, el titular dice: «guerra»! Luego la dama me preguntó si la actitud de su padre hacia el esposo de su hermana había determinado lo que sucedió, y si debería continuar ayudando a su hermana, que siempre estaba pasando necesidades. «Sí, lo que dijo determinó lo que sucedió, pero podría ser cambiado radicalmente en este momento. Ayuda a tu hermana si ella lo necesita». Pero entonces le dije que este poder es todo imaginación y es un solo tejido con nuestra maravillosa imaginación. Solo hay UNO. No diferimos en naturaleza o sustancia de ESO, sino en grado de intensidad. Si pudiéramos imaginar cualquier cosa en el mundo, y no desviarnos, no apartarnos de ella, y darle toda la gloria a este poder llamado Dios, nada podría evitar que se manifieste.
Dios le habla al hombre a través del lenguaje de los sueños, pero no hay que irse a dormir para soñar. Puedo imaginar algo para ti, y desearlo con todo mi corazón. Si imagino algo para otro, eso es Dios hablándome. No tengo que ver un rostro. Hay una gran diferencia entre lo que las iglesias llaman Dios y lo que el místico sabe que es Dios. Blake habla del cristianismo en el último capítulo de su gran obra «Jerusalem». La divide en cuatro capítulos, como los cuatros ríos, etc., y nos dice:
Te doy el extremo de un cordón de oro,
Para que hagas un ovillo con él;
Te conducirá a la puerta de los cielos,
Erigida en el muro de Jerusalem.
Y luego define el cristianismo. ¿Dogmas? Los descarta por completo y dice: «No conozco otro cristianismo ni otro Evangelio que la libertad del cuerpo y de la mente para ejercer el Divino Arte de la Imaginación. La Imaginación, el mundo real y eterno, del que este Universo Vegetal no es más que una pálida sombra, y en el cual viviremos en nuestros Cuerpos eternos o Imaginativos cuando estos Cuerpos Vegetales Mortales ya no sean».
No hay otro cristianismo que el derecho de ejercer el divino arte de la Imaginación. Entonces te digo:
—Me gustaría lograr tal cosa, pero he perdido la perspectiva. ¿Podrías ejercer el divino arte, y escuchar eso para mí?
Y [cuando lo necesites] tú me dices:
—¿Escucharías algo para mí?
Imagina que me has dicho que lo que deseas está dado, y dale toda la gloria al poder que crea en este mundo.
Personalmente, he hecho esto innumerables veces. Es el único cristianismo en el mundo. No tiene que ver con ninguna iglesia. El único cristianismo es la libertad de ejercer el divino arte de la Imaginación. ¿Puedo hacerlo yo? ¿Quién lo hace? ¡Dios lo hace! No tengo que elaborar ninguna forma. El poder supremo del universo es uno con la Imaginación humana.
Si regresamos al viejo testamento y tomamos la palabra «Hacedor», significa ‘Imaginación’. «Porque marido tuyo es tu Hacedor; / el Señor de las Huestes es su nombre» (Isaías 54:5). La palabra «alfarero» significa Imaginación: «Bajé, pues, a la casa del alfarero, y he aquí que éste estaba haciendo una obra sobre las dos piedras. Y la vasija de barro que estaba haciendo se echó a perder en la mano del alfarero, así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor hacerla» (Jeremías 18:3-4). Solo habría que tomar ese pasaje y usar la palabra «Imaginación», pero el traductor no se atrevió a usarla.
¿Qué estoy haciendo con mi mano mental? Si no es bueno y no lo reviso, entonces estoy impulsando mi rueda y recreando la misma imagen, pero si soy un alfarero sabio, la cambiaré y escucharé que me dices que ahora tienes lo que deseas. Haré una nueva vasija. ¿Quién la está haciendo? El alfarero, y ese es la Imaginación. A lo largo de todo el día pienso lo mismo una y otra vez. Estoy trabajando en la rueda de la repetición. Todos aquí pueden ser el hombre o la mujer que desean ser. Lo sé por mi propia familia. Cuando creas un negocio y consideras todos los aspectos, y estimas cómo se darán las cosas, ¿alguna vez te has percatado con qué frecuencia se dan en la forma en que lo habías dicho? ¿Quién lo hizo? No eres profeta, pero estás imaginando, y entonces el estado se hace realidad. Nada es manifestado por ningún poder externo propiamente dicho. Es sostenido por la actividad del que la manifestó. Entonces, si yo produje la pobreza, ésta solo puede permanecer mientras que yo sea consciente de ser pobre. En el momento en que dejo de imaginar que soy pobre, las cosas empiezan a cambiar.
Había una obra en Broadway llamada «La Millonaria», y un crítico escribió con sarcasmo que Katharine Hepburn estaba tratando de impresionarnos con el hecho de que todo lo que los pobres necesitan para hacerse ricos es la arrogancia de la riqueza. ¡Él era más sabio de lo que creía! La arrogancia de la riqueza es todo lo que él necesita para dejar de ser pobre. Caminas en un estado, y es una actividad de la mente, y en la medida en que la puedas sostener, en esa medida la crearás. El mundo entero no es sino Dios, y Dios es Imaginación, y el hombre es Imaginación, y «moramos en Él y Él en nosotros, y somos uno» (1 Juan 4:13).
Ahora pruébalo. Toma algo esta noche. Si has perdido la perspectiva, hazlo para alguien más y ve a esa persona como le gustaría verse a sí misma, y mantente fiel a eso. Puede que nunca se entere de que lo hiciste para ella, pero eso no importa. Cuando las cosas sucedan de manera tan natural, nunca pensará que la causa estuvo en lo que hiciste. Esa persona ha cambiado la gloria de Dios por una imagen en forma de hombre mortal. Dirá que conoció a ciertas personas y que ellas influenciaron a alguien más, o que la recomendaron, y eso provocó que todo sucediera. Estas cosas se llevan el crédito, y él o ella se olvida del Dios inmortal.
Les he contado la historia de un amigo que vino a verme porque necesitaba desesperadamente una mayor entrada de dinero, etc., para cubrir las necesidades de educación de su familia. El cargo que para entonces ocupaba en el banco no le brindaba esperanzas de mejoría. Le enseñé qué hacer, y mientras me ausenté de Barbados él lo puso en práctica, y al regresar me dijo que tenía asegurado un cargo fabuloso en la Fundación Rockefeller, donde aún está. Pero él es de una mente tan lógica que, con el paso del tiempo, empezó a olvidarse de cómo se hizo realidad, y ahora le da todo el crédito al hombre con quien habló en la iglesia, y que finalmente le pidió entrar en la Fundación. Este hombre ahora es una poderosa persona en la mente de mi amigo, y es la causa de su buena fortuna. La gloria que le pertenece a Dios se la transfirió a la imagen de un hombre
Al margen de lo que estés haciendo, ¿puedes ver claramente lo que quieres hacer, y sostener en tu interior una conversación con un amigo, que implique que tu deseo ahora es un hecho? Entonces, hazlo. Porque en los niveles más altos de la imaginación, la actividad interna es revelada por la conversación interna. Si el hombre escuchara lo que está diciendo en su interior, sabría lo que está poniendo en marcha. Si cuando un hombre camina por la calle, hiciera una pausa y se preguntará: «¿Qué estoy diciendo ahora?» Descubriría que el noventa y nueve por ciento [de lo que dice] está justificando el fracaso. Pero se nos dice: «No tienes excusa, porque lo has conocido y has visto su obra, y aun así lo niegas». Cuando oyes la palabra «Dios» o «Jesucristo», piensas en algún ser externo a tu propia Imaginación, pero no hay nadie que imagine sino Dios. Esto es lo que ilumina a cada ser en el mundo, y a medida que imaginas más te conviertes en luz.
Así que sin importar cuáles sean tus limitaciones actuales, puedes empezar a soñar el más noble de los sueños, y puedes entrar en él como si fuera real, sabiendo que tu imaginación es Dios. No hay ficción. Puedes escribir tu propia novela y cumplirla. Incluso, alguien en un calabozo puede estar imaginando, y quién sabe lo que puede provocar. Si yo estuviera en un calabozo, haría que el mundo se moviera, si fuera necesario, para salir en libertad. Un cuerpo puede estar físicamente confinado, pero no se puede confinar a Dios. El hombre solo ve la causa superficial; la verdadera causa de algo no puede ser vista, porque el poder invisible es el que está creando. Cómo saber quién puede hacer que el mundo convulsione. Puede incluso ser una mujer «pisando» el lagar.
Todos aquí pueden ser lo que deseen, sin importar cuál sea el sueño, si están dispuestos a dejar que Dios lo haga, y Dios es tu propia imaginación. Camina, como suspendido en el aire, sobre las apariencias, y te convertirás en lo que deseas. Este es el único cristianismo que conozco: la libertad para ejercer el divino arte de Imaginar. Ahora pruébalo. Si estás aquí por primera vez, te reto a que lo refutes. Todos tienen el mismo poder. Porque alguien tenga un millón, eso no lo hace más creador de lo que tú eres. Sé cuidadoso con lo que estás imaginando, porque lo que estás imaginando será creado, aunque pueda convulsionar al mundo. Espero que tengas la Versión Revisada de la Biblia, porque es de donde he tomado las citas esta noche. Es más precisa en cuanto a significado, si bien no tan oralmente atractiva como la Versión Rey Jacobo.
En Romanos encontramos esa recreación para todo, porque después de Hechos, Pablo establece el cimiento, y afirma: «soy un hijo de Abraham, de la tribu de Benjamín» (Filipenses 3:3-5), pero ahora lo ve no desde la norma, sino desde el espíritu, y ve la circuncisión no ya como solo un acto físico. Reconoce que ahora es un verdadero cristiano. No fue a ninguna iglesia. Ahora ve el espíritu de la ley, y no la letra. ¡No puedes nacer cristiano! Es una forma de vida que adoptas. Podrías nacer en el Vaticano, y ser hijo del Papa, y no ser cristiano. Únicamente puedes ser cristiano cuando ves la realidad, y la adoptas como una forma de vida. La ley le fue dada a los hombres, pero ellos se abren paso desde la letra de la ley, para encontrar el espíritu de la ley, y vivir según el espíritu de la ley, y eso es cristianismo. Hay numerosas religiones basadas en muchos «ismos», pero eso no es cristianismo. El cristianismo es la libertad del cuerpo y de la mente para ejercer el divino arte de la Imaginación.
Esta dama puede cambiar la imagen del esposo de su hermana. Puede imaginar que ahora es generoso, porque ahora él tiene tanto, que quiere darle a su hermana como ella le dio a él, y así puede romper el hechizo lanzado sobre él. Sé que, cuando zurcía nuestras medias, mi madre soñaba para cada uno de nosotros un futuro con el cual se sentiría orgullosa. Todos nosotros estamos viviendo una vida noble, y sé que ella la soñó para nosotros. Nunca lanzó un zapato si hacíamos algo malo. Ella dejó este mundo con su sueño fijo en la mente, y se hizo realidad. Podemos soñar para nosotros o para nuestros vecinos, y ese sueño es la voz de Dios, porque Dios le habla al hombre por medio de los sueños.
Ahora entremos en el silencio.
Traducido
por Luis Natera
La
conferencia original en inglés es THE ONLY CHRISTIANITY (Neville
Goddard – 11-10-1959)
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