~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


lunes, 1 de abril de 2013

Capítulo Veinticuatro – FRACASO


Capítulo Veinticuatro

FRACASO

ESTE LIBRO no estaría completo sin un capítulo dedicado al fracaso al intentar aplicar la ley de la asunción. Es muy posible que tú hayas tenido o vayas a tener fracasos en este sentido – muchos de ellos en asuntos realmente importantes. Si, después de leer este libro, y de tener un conocimiento profundo de la aplicación y funcionamiento de la ley de la asunción, la aplicas fielmente en un esfuerzo por realizar algún deseo intenso y fracasas, ¿cuál es la razón? Si, a la pregunta, “¿Persististe lo suficiente?”, puedes responder, “Sí” – y aún así el cumplimiento de tu deseo no se realizó, ¿cuál es la razón del fracaso?

La respuesta a esto es el factor más importante en el uso exitoso de la ley de la asunción. El tiempo que le lleva a tu asunción convertirse en un hecho, a tu deseo cumplirse, es directamente proporcional a la naturalidad de tu sensación de ya ser lo que quieres ser – de ya tener lo que deseas.

El hecho de que no se sienta natural para ti ser lo que te imaginas ser es el secreto de tu fracaso. Independientemente de tu deseo, independientemente de cuán fiel e inteligentemente sigas la ley, si tú no te sientes natural acerca de lo que quieres ser, no lo serás. Si no se siente natural para ti conseguir un trabajo mejor, no conseguirás un trabajo mejor. El principio entero está claramente expresado por la frase bíblica “mueres en tus pecados” [Juan 8:24] – no trascendiste de tu nivel actual al estado deseado.

¿Cómo puede alcanzarse esta sensación de naturalidad? El secreto yace en una palabra – imaginación. Por ejemplo, y esta es una ilustración muy simple: supón que estuvieras firmemente encadenado a un banco de hierro grande y pesado. Posiblemente no podrías correr, de hecho ni siquiera podrías caminar. En esas circunstancias, no sería natural para ti correr. Ni siquiera podrías sentir que fuera natural para ti correr. Sin embargo podrías fácilmente imaginarte corriendo. En ese instante, mientras tu conciencia está llena con tu carrera imaginaria, te has olvidado de que estás inmovilizado. En [tu] imaginación, tu carrera era completamente natural.

La sensación de naturalidad necesaria puede alcanzarse llenando persistentemente tu conciencia con la imaginación – imaginándote siendo lo que quieres ser o teniendo lo que deseas.

El progreso sólo puede surgir de tu imaginación, de tu deseo de trascender tu nivel actual. Lo que verdadera y literalmente debes sentir es que con tu imaginación todas las cosas son posibles. Debes darte cuenta de que los cambios no son causados por capricho, sino por un cambio de conciencia. Puedes fallar en alcanzar o mantener el estado particular de conciencia necesario para producir el efecto que deseas; pero una vez que sabes que la conciencia es la única realidad, y que es el único creador de tu mundo particular y has grabado a fuego esta verdad en todo tu ser, entonces sabes que el éxito o el fracaso están enteramente en tus manos. Sea que estés o no lo suficientemente disciplinado para mantener el estado de conciencia necesario en casos específicos no tiene nada que ver con la verdad de la ley misma – que una asunción, si se persiste en ella, se solidificará en hecho. La certeza de la verdad de esta ley debe permanecer a pesar de una gran decepción y la tragedia – incluso cuando tú “veas la luz de la vida extinguirse y a todo el mundo seguir como si todavía fuera de día”. No debes creer que porque tu asunción falló en materializarse, la verdad de que las asunciones se materializan es una mentira. Si tus asunciones no se cumplen, es debido a algún error o debilidad en tu conciencia. Sin embargo estos errores y debilidades pueden superarse. Por lo tanto, prosigue en la consecución de niveles [de conciencia] cada vez más altos sintiendo que tú ya eres la persona que quieres ser. Y recuerda que el tiempo que le lleva a tu asunción hacerse realidad es proporcional a la naturalidad de serlo.

El hombre se rodea de la verdadera imagen de sí mismo. Cada espíritu se construye una casa y más allá de su casa un mundo, y más allá de su mundo un cielo. Sabe entonces que el mundo existe para ti. Para ti el fenómeno es perfecto. Lo que somos, es lo que sólo podemos ver. Todo lo que Adán tenía, todo lo que el César podía, tú lo tienes y puedes hacerlo. Adán llamó a su casa, cielo y tierra. El César llamó a su casa, Roma; tú quizás llames a la tuya un oficio de zapatero, un centenar de acres de tierra o una buhardilla de estudiante. No obstante línea por línea y punto por punto, tu dominio es tan grande como el de ellos, aunque sin buen nombre. Construye por lo tanto tu propio mundo. Tan rápido como ajustes tu vida a la idea pura de tu mente, es que se desplegará su gran proporción.” (Emerson)



Traducido por Manu LDA
Tomado del libro THE POWER OF AWARENESS, capítulo 24, pág. 111, Neville Goddard (1952)
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