~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


sábado, 24 de noviembre de 2012

UN MOVIMIENTO DENTRO DE DIOS (Neville - 16 de octubre de 1967)

Neville Goddard (16 de octubre de 1967)


UN MOVIMIENTO DENTRO DE DIOS



Si te encuentras triste o desamparado aquí, puedo decirte que tú no estás condenado a ese estado por una deidad exterior a ti, pues todo lo que tiene lugar en tu mundo no es sino un movimiento dentro de Dios.

Nos han contado que en el mismo comienzo el Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas y las cosas vinieron a la existencia. Todo – tu tristeza, tu desamparo, tu alegría, tu pesar – no importa lo que sea, viene a la existencia por un movimiento dentro de Dios, y Él no es una deidad exterior a ti. No eres un ser desamparado, sino el poder operante de Dios. Sentado como estás ahora puedes moverte sin moverte físicamente porque tu cuerpo eterno es todo Imaginación. Llamado Jesucristo en las Escrituras, tú eres el poder y la sabiduría de Dios. Así que si te encuentras en un lugar donde estás triste y te sientes desamparado, es porque tú, a sabiendas o sin saberlo, caíste en ese estado, y no a causa de la condena de alguna deidad exterior a ti.

Cada situación concebible en la que alguna vez pudieras pensar existe ahora como un hecho en Dios, pero no puede hacerse visible para ti hasta que tú lo ocupes, pues tú eres el poder operante de Dios. Todo en este mundo necesita al hombre como agente para expresarlo. Odio o amor, alegría o pesar, todas las cosas requieren al hombre para expresarlas. Glorificamos o condenamos al hombre, pero él simplemente representa un estado en el cual Dios entró a sabiendas o sin saberlo y permaneció ahí hasta que el estado fue exteriorizado. Cada uno es libre de elegir el estado que él desee ocupar. Tú te imaginaste a ti mismo en tu estado presente. Si no te gusta, debes imaginarte fuera de él y en otro. Es todo una cuestión de movimiento.

Nos han contado que “Él nos eligió en él antes de la fundación del mundo.” Formando colectivamente un glorioso ser, concebimos un juego y hablando como ser único, dijimos: “Es hora de que el juego comience.” Luego individualmente dijimos: “YO SOY”, y el juego comenzó. Nosotros concebimos un juego conteniendo cada cosa horrible así como cada cosa agradable en el mundo. Cada problema y su solución fueron concebidos. De hecho no puedes pensar en algo que no estuviera en esa concepción original. Luego fue hora de comenzar, y diciendo simplemente “YO SOY”, Dios tomó en sí mismo eso que Él había concebido, y tu viaje en este fabuloso mundo comenzó. Así que, no importa lo que estés experimentando ahora, no estás condenado por algún ser exterior a ti, pues tú, voluntaria o involuntariamente, caíste en ese estado, sea bueno, malo o indiferente. ¿Ahora, cómo moverse?

Nos han contado en el mismo comienzo del Génesis que “El Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas.” Y en el Libro de Josué – que es el nombre hebreo de Jesús – el Señor dijo: “Dondequiera que la planta de tu pie pise, Yo te lo he dado.” Ahora, tú puedes elegir dónde quieres que la planta de tu pie pise, pues el mundo es tuyo y todo dentro de él; pero recuerda: ¡dondequiera que pises te será dado!

Cuando yo hablo de Josué o Jesús no estoy hablando de ninguna criatura histórica, ¡sino del Cristo en ti que es la esperanza de gloria! Estoy tratando de que llegues a darte cuenta de que Jesucristo está en ti como tu propia maravillosa imaginación humana. Así que cuando digo: “Dios se convirtió en hombre para que el hombre pueda convertirse en Dios” quiero decir: “La Imaginación se convirtió en ti para que tú puedas convertirte en todo Imaginación.” El hombre tiene dificultad en asociar a la Imaginación con Dios. De algún modo la palabra “Dios” denota un ser que creó el mundo, sin embargo permaneciendo aparte de él; pero cuando yo utilizo la palabra “Imaginación” es mi esperanza que la separación deje de existir. Pero yo te digo: el mundo entero es todo imaginación. Nuestros realistas piensan que ellos están más cerca de la verdad, sin embargo ellos no se dan cuenta de que están dictando nada más que su imaginación. Se ríen de aquellos que están místicamente inclinados, pero yo puedo decirte: déjalos en paz y sigue tu camino con la confianza de que lo que estás imaginando que ya eres, lo llegarás a ser.

Te imaginaste a ti mismo en el estado que estás ahora ocupando, y puedes imaginarte en cualquier estado que desees expresar. Ninguna deidad exterior te llevó al estado de tristeza que ahora estás expresando; lo hiciste tú mismo porque olvidaste quién eres. Tú eres el ser que concibió cada estado en el comienzo y deliberadamente comenzó tu viaje moviéndote a un estado, pues tú eres Jesús, el Señor.

Cuando yo hablo de Jesús, no estoy hablando de alguna persona santa como el mundo llama santo. La verdadera historia de Jesús no es como las iglesias enseñan. Su enseñanza está tan alejada de la verdad como el “Inferno” de Dante lo está del Sermón de la Montaña. Dante tenía la capacidad para hacer girar mundos hermosos conjuntamente, ¡pero en qué estado cayó cuando él escribió sus palabras! Él estaba supuestamente escribiendo las escrituras y eso es lo que las iglesias enseñan, sin embargo es tan completamente diferente de la verdadera historia real de Cristo.

Jesús es el ser mismo de cada uno en el mundo. La palabra “Jesús” significa “Jehová salva”, y hay sólo un salvador. Jesús es El que cayó y El que se salva a sí mismo. Nadie más te salva. Tú eres salvado por tu propio ser. Volviéndote consciente, tú comienzas a recordar; y recordando, das la vuelta y sales fuera del mismo juego en el que tú mismo te metiste. Y al final todos somos unidos para formar una vez más el ser único que cayó. El Señor Dios Jehová, conteniéndolos a todos, cayó en la diversidad. Al final nadie se perderá, sino que todos serán reunidos en la unidad que es el Señor Jesucristo. Esa es la historia.

Esta semana he recibido algunas hermosas cartas. Una era de una señora que decía: “Yo te oí hace diez años y poco después de oír tu mensaje me encontré en una visión encima de la montaña más alta del universo. Yo estaba mirando hacia el horizonte a una fantástica inmensidad sin orilla. Las nubes estaban debajo de mí, pero mientras miraba a la distancia veía un pequeño parpadeo de luz, luego una chispa, y luego otras. Mientras observaba las luces parpadeantes a mi alrededor, observé que la nube debajo de mí estaba haciendo un movimiento imperceptible hacia delante. Entonces una explosión de luz blanca atravesó las nubes y llenó el infinito. Las nubes comenzaron a desinflarse, y apuntando a la luz, yo dije: “Ese es Pablo.” Entonces la luz se difundió y apareció una explosión de luz de vivos colores, y apuntando a ella, yo dije: “Ese es Neville.” Luego vino una lluvia de agujas doradas que penetraban en mi cerebro, y desperté para escribirlo. Durante años he contemplado esta visión, no entendiendo su significado hasta el lunes pasado por la noche, cuando tú hablaste del ser de luz que dispara sus flechas ardientes al cerebro de los que son llamados.”

Puedo decirte: es la misma historia una y otra vez. ¡Tú eres el único Cristo, el único Señor, el único Dios y Padre de todo! Habiendo concebido el juego, tú estás interpretando cada papel y cada uno a su propio maravilloso tiempo hará el papel de Jesucristo, pues al final todos nosotros sabremos que somos Dios. Entonces no odiarás a nadie, pues te darás cuenta de que estuvimos de acuerdo en hacer todos los papeles mientras estamos escondidos detrás de las máscaras que llevamos. Ahora completamente enmascarados, pensamos que somos muchos y no nos reconocemos a nosotros mismos como el que concibió y predijo el juego de la vida.

Tú no estás ahora en un estado fatalista. Tú caíste en ese estado porque fue arreglado en el comienzo que tú caerías y saldrías de cada estado. Así que sigue adelante y completa el juego, pues cuando el juego se haya acabado, ¡darás la vuelta y regresarás al mismo ser que eras en el comienzo!

Ahora, un caballero escribió, diciendo: “Yo vi a un hombre de unos 26 años. Tenía rizos de oro en la cabeza y parecía estar hundido en el suelo. Dos hombres parecían estar trabajando encima de su cabeza hacía detrás de su cráneo. Mientras observaba, el joven levantó el brazo y tocando su cabeza se puso la mano en el cráneo. Curioso, me acerqué para ver un enorme cráneo hecho de arcilla o alguna forma de plástico, que estaba completamente vacío. Moviéndome para mirar de frente al hombre, la escena cambió, y ahora veía su barbilla descansando en las arenas del desierto. La máscara parecía como aquellas que se ven en África o Hawai, donde tú sólo ves la máscara pero nunca al que la lleva. Yo sabía que estaba viendo una máscara, pero el que la llevaba no se veía.”

¡Ese es el mundo! Tú no lo sabes, pero cuando estás mirando a un aparente otro estás viendo a un ser íntimo, a uno que conocías en el comienzo, a uno que recordarás cuando todas las máscaras sean eliminadas; pues todos nosotros estamos llevando máscaras con el fin de jugar este juego llamado vida. En este mundo la Imaginación hace el papel del débil, el fuerte, el pobre y el rico, pues los papeles fueron concebidos al comienzo por la Imaginación, y la Imaginación está interpretando todos los papeles.

Tú, imaginando, eres Dios – que es todo Imaginación. Eso es todo lo que hay. ¡El universo no es más que la Imaginación creando mientras está profundamente dormida! Tú y yo nos movemos de estado a estado, tanto deliberadamente, sabiendo lo que estamos haciendo o inintencionadamente, cayendo en un estado cuando leemos los titulares del periódico. Escucha la radio o ve la TV esta noche, y aunque puedas no saber nada de los hechos, si aceptas lo que se dice caerás en un estado y comprarás cosas que no necesitas. ¡Llenarás la casa con todo tipo de trivialidades para las que no tienes sitio porque la Imaginación está operando! Alguien concibió un plan para que vacíes tus bolsillos y compres sus productos, y tú lo harás, porque la imaginación está profundamente dormida. Y la Imaginación continuará el viaje hasta que des la vuelta y te encamines a casa ¡haciéndote cada vez más consciente!

Aquellos que piensan que son tan sabios en este mundo no saben nada sobre Jesús. Sólo los videntes, los místicos, saben quién es. Sólo aquellos que han visto la luz que Él proclama que es y conocen su forma sin ver su rostro, lo conocen. No hay miles de luces, sino sólo una inmensa luz infinita. Si uno toma una luz blanca y otro luces multicolores, sigue siendo la misma luz maravillosa de Jesús sólo. Sólo hay Dios, que está interpretando todos los papeles; y al final sabrás que tú eres Luz, que tú eres Espíritu, que tú eres Dios, por experiencia personal.

Pero esta noche, mientras estás sentado aquí, tú puedes mentalmente desconectar de los hechos de la vida y moverte a cualquier parte en tu imaginación. Haz eso y nadie mirándote físicamente puede decir dónde te has movido mentalmente. Y si habitas en tu imaginación donde te gustaría estar, y ves lo que verías si estuvieras ahí, te habrás movido dentro de tu propio ser. Persiste y todo aquí morirá debido a tu movimiento dentro de Dios.

En el principio, el Espíritu de Dios se movió sobre la faz de las aguas, diciendo: “Dondequiera que vayas y estés, Yo te lo daré.” Te fue dado todo al principio, y un día, habiendo acabado el juego, comenzarás a despertar. Entonces yo que salí primero estaré ahí como un ancla para que todos lo alcancen realizando la misma acción. Tú serás atraído por una fervorosa meditación sobre este maravilloso misterio, atraído al Cristo Resucitado, que está formado de todos. Cuando entras nos fusionamos, y el tú mortal recupera la inmortalidad. Tú caíste en el estado mortal a fin de experimentar la muerte y, cuando des la vuelta, te levantarás para hacerte uno con la inmortalidad.

Yo te digo: tú eres el Señor Dios Jehová, quien concibió el juego y deliberadamente entró en él. No hiciste nada equivocado. Fue una aventura, ¿y sin aventura qué es la vida? Si alguien te dejara mil millones de dólares de modo que pudieras estar amortiguado para el resto de tu vida aquí, te estarían privando de tu aventura creativa. Al principio lo dejaste todo, vaciándote de todo lo que eras consciente de ser. Entonces tomaste en ti mismo la forma de un esclavo. Llevando una máscara de esclavo ahora mismo, nadie sabe quién eres realmente, y no puedes reconocer a aquellos que has conocido a través de toda la eternidad.

Bennie vino a mi casa hace una semana, y sentado junto a él yo no podía ver más que amor brotando de él. No podía ver su cara, pues su piel es oscura, pero cuando miré a Bennie, todo lo que yo podía ver era el ser de amor que yo conocí en la eternidad. Al principio éramos todos el elohim, que es una unidad compuesta de uno hecho de otros. Bennie tiene una piel tan oscura como yo nunca he visto en un hombre y yo soy tan blanco como un hombre puede ser, de modo que tú podrías pensar que salimos de diferentes seres, pero esas son sólo máscaras que llevamos. Bennie ha dado la vuelta y ahora sabe que él es la luz del mundo. Sabe que él es amor infinito.

Puedo decirte: cuando veas al amor infinito tú verás al Hombre. ¡Tú verás al que es la reunión de todos! Yo te conoceré por la luz y tú me conocerás a mí por la luz. Pero cuando nos conozcamos uno a otro como Uno, será como el Amor, y eso es el Hombre. ¡Cada uno es reunido en la divina forma humana! Nadie se perderá, pues al principio acordamos soñar este mundo en existencia, en conjunto. Entonces tomamos nuestros caminos separados, para caer en diferentes estados de conciencia y culpar a los demás por las discordias en nuestro mundo. Pero todo está bien, pues un día regresaremos y todas las discordias se resolverán en perfecta armonía, mientras nos expandimos más allá de lo que éramos antes del juego.

Tú puedes ponerme a prueba esta noche aprendiendo cómo moverse. Mi hermano Victor aprendió cómo moverse a la riqueza cuando no tenía nada. Viviendo con dinero prestado y tratando de llevar una tiendecita en una bocacalle, Victor se ponía delante de uno de los edificios mayores de la isla y veía “J. N. Goddard e Hijos” en la marquesina, en vez del existente “F.N. Roach y Compañía”. Esto lo hizo cada día hasta que la idea se fijó en su ojo mental. Dos años después, el negocio fracasó. Tú puedes pensar que fue incorrecto, pero nada es incorrecto en nombre de Dios. Comimos del árbol milenario y caímos en lo correcto y lo incorrecto. Cuando el edificio fue puesto en venta, un hombre que apenas conocíamos lo compró para mi hermano, y la firma fue cambiada de “F.N. Roach y Compañía” a “J.N. Goddard e Hijos”.

¿Qué hizo mi hermano? Movió su imaginación. Él no tenía dinero cuando compró el edificio en 1922. Ahora, en 1967, no creo que pudieras comprar a la familia por 25 millones $. Yo poseo el diez por ciento de las acciones, pero yo no conozco su valor. Yo vine aquí para decirte, no cómo hacer dinero, sino cómo operar con la ley de idéntica cosecha de modo que si te lo quitaran todo esta noche tú puedas reconstruirlo mañana.

Así es como funciona. Yo me imaginé a mí mismo en lo que soy, y puedo imaginarme a mí mismo en lo que yo quiero ser. Yo estoy siempre convirtiéndome en lo que yo mismo me imagino ser, sea bueno, malo o indiferente. No hay deidad en el exterior que condene y cause que hagas lo que estás haciendo. Tú te moviste al estado que estás ahora ocupando, sea voluntaria o involuntariamente, pues Dios y tu propia maravillosa Imaginación humana son uno. Así que cuando dices: “Yo y mi Padre somos uno” ¡estás hablando de tu imaginación humana!

Yo he sido enviado para clarificar las Escrituras y quitar los percebes de la historia llamada Jesucristo. Este es un pequeño comienzo, ¿pero qué importa? Tú que me oyes contarás la historia y la llevarás de nuevo a alguna parte cerca de su forma original, pues la historia como es interpretada por las iglesias del mundo no está nada cerca de la verdad. Esta mañana leí la columna de Buckley. Yo disfruto su uso de las palabras y lo encuentro un tío bastante interesante. Hoy él escribió sobre el obispo de Canterbury, diciendo: “No creo que el bueno del Obispo pudiera reconocer a un cristiano si se lo encontrara, o las Escrituras si él las lee.” No estoy siempre de acuerdo con Buckley, pero esta vez concuerdo, después de leer lo que él citó que el Obispo había dicho. Ahora, esto no es sólo verdad del actual obispo sino de todos los obispos que he conocido, ya se llamen cardenales o papas, pues sus rituales, creencias y enseñanzas están muy alejadas de la verdadera historia de Jesús.

¡Yo estoy aquí para decirte que Dios se convirtió en ti! ¿Cómo? Viendo la máscara – una como las que ves en África o en Hawai – e identificándose con ella. Ahora, disfrazado como eso que Dios viste, ya no puedes ver quién eres realmente. Pero yo te digo: el ser detrás de la máscara que tú ahora ves como tu hermano, tu hermana, tu mujer, tu marido e hijos, es una parte del elohim que creó el juego y está interpretando cada papel. Un día ese ser se quitará la máscara y tú resucitarás y dejarás tu cráneo vacío. Así que le digo a mi amigo que vio la máscara con el cráneo vacío hecho de plástico: el día vendrá en que ascenderás con uno de nosotros cuya máscara esté ya quitada, y señalando a ese cráneo, tú dirás de él: “Yo una vez habité ahí.” Entonces sabrás como yo que tú nunca fuiste la máscara que llevaste. Y en la eternidad todos nos conoceremos unos a otros y seremos ensalzados más allá de lo que éramos, en razón del viaje que hicimos.

Esta noche intenta esto. Ponlo a prueba. Aprende cómo moverte. La prueba es simple. Igual que mi hermano, toma una sola cosa pequeña como preguntarte a ti mismo: “¿Qué quiero?” Ahora, mirando al mundo como ahora lo ves, ¿si tuvieras lo que querías, continuarías viendo el mundo como es ahora? Lo dudo. No es necesario que sea un cambio de donde vives, pero si hubiera un cambio tú verías el mundo diferente y, naturalmente, tu círculo de amigos más próximo vería un tú cambiado. Bueno, comienza a moverte en Dios viendo tu mundo desde un ángulo diferente, y deja que tus amigos te vean ahí. Tú eres el poder operante y te mueves en tu propio ser.

Si te mueves de donde estás a donde te gustaría estar, podrías detectar ese movimiento sólo por un cambio de posición relativa a otro objeto. El movimiento en sí mismo no puede ser hecho sin algún marco de referencia desde el cual se mueve. Si tus ingresos acaban de ser aumentados digamos 30.000 $ al año desde tu ingreso actual de menos de 10.000 $, ¿cómo te sentirías? ¿Cómo te vería tu círculo de amigos actual? ¿Lo sabrían? ¿Lo comentarían? ¿Hablarían del cambio en tu vida? Díselo, y luego a escondidas oye a tus amigos comentar de ti como uno que ahora está ganando 30.000 $ al año. Eso es un movimiento en Dios, ¡y ese movimiento producirá resultados! Todo en este mundo no es más que el resultado de un movimiento en Dios, que es un movimiento en tu maravillosa imaginación. El más leve acto imaginativo, eso es un cambio – no quiero decir simplemente un acto, pues puedes imaginar cosas que tú no crees; pero si tú imaginas algo que crees, es un cambio; una emoción se siente a través del ser divino. En ese momento tú has entrado efectivamente en otro estado, ¡y lo has hecho vivo y real en tu mundo!

Inténtalo esta noche. No te cuesta nada, ni siquiera un penique. Pero yo puedo decirte que cuando estés en la presencia del ser único que está atrayendo a todos hacia sí mismo, tú eres enviado al mundo para contarles tu fantástica historia; y si ellos no aplican lo que tú les cuentas, se vuelven desilusionados y te odian a ti que les invitaste a soñar. Yo soy enviado a invitar a todo el mundo a soñar conscientemente, a soñar deliberadamente, pues este es un mundo de sueño. Dicen que donde él llega, es siempre rechazado, pues le dice a los hombres: “Lo que tú desees, cree que lo has recibido y lo habrás recibido.” Cualquiera que haga esa atrevida asunción y obtenga la confianza de aquellos cuya esfera alcanza, corre el riesgo de rechazo, pues cuando lo intentan y no saben suficientemente cómo hacerlo, se desilusionan e invariablemente odian al que les invitó a soñar. Ese es el riesgo que cada maestro que es enviado debe correr.

Pero yo te digo: es verdad de todos modos, y si uno falla al traer su sueño a la existencia y se amarga, me digo a mí mismo: “¿Cuán a menudo debo decírselo? Setenta veces siete.” Debo decírselo hasta que realmente entiendan y aquellos que me oyen lleven adelante mi mensaje. Ellos serán oídos y al final todos seremos reunidos de nuevo en el ser único, para saber que nosotros éramos ese ser único que concibió el juego y dio el paso. Así que cuando dijimos en el comienzo: “Es hora de que el juego comience”, ninguno de nosotros dejó de responder en primera persona del presente: “YO SOY”.

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es A MOVEMENT WITHIN GOD (Neville Goddard 10-16-1967)




miércoles, 21 de noviembre de 2012

PONEOS A PRUEBA (Neville - 25 de septiembre de 1967)

Neville Goddard (25 de septiembre de 1967)


PONEOS A PRUEBA



La fe no es completa hasta que, a través del experimento, se convierte en experiencia. La promesa de Dios no puede ser puesta a prueba. No puede ser ganada, pues es dada por la gracia. Pero tu fe será aumentada cuando experimentes, cuando pongas a prueba la ley de Dios. Es más fácil aceptar la fe cristiana que vivir según ella, pero debes vivir según ella para que tu fe aumente.

En su 2ª carta a los Corintios, Pablo está hablando a todo el mundo cuando dice: “Examinaos vosotros mismos para ver si estáis ateniéndoos a la fe. Poneos a prueba. ¿No os dais cuenta de que Jesucristo está en vosotros? – a menos, por supuesto, que dejéis de someteros a la prueba. Espero que descubráis que no hemos dejado de hacerlo.”

Ahora, en el primer evangelio, el Evangelio de Marcos, encontramos estas palabras: “El tiempo se ha cumplido y el reino de los cielos se acerca; arrepiéntete y cree en el evangelio.” La palabra “arrepentimiento” significa “un cambio radical de actitud (de pensamiento) hacia algo que te disgusta o quieres cambiar”. Un cambio radical de tu parte producirá un cambio correspondiente en tu mundo externo. Así, ahora tú eres instado a examinarte para ver si te estás ateniendo a la fe. ¿Estás aceptando como hechos los titulares que ves en el periódico? ¿La llamada de teléfono que acabas de recibir? ¿El correo de la mañana o las noticias de la TV que te sugieren cosas horribles, desagradables? Un amigo llama, y vertiendo toda la inmundicia del mundo te dice cómo de mal están las cosas y cómo están destinadas a empeorar. Conforme le escuchas, sus penas entran y son asumidas por ti. Ahora, si tú entiendes esta ley de que imaginar crea la realidad, tú deberías, como una computadora, elegir qué es lo que vas a permitir entrar. Y cuando la conversación acabe y la voz de tu amigo esté aún fresca y clara en tu oído, escucha sus palabras modificadas, el tono modificado de su voz, y siente la alegría emitida ahí.

Déjame ahora compartir tres historias de una señora que está aquí esta noche. Ella decía: “Yo he encontrado mi técnica telefónica infalible. Nunca me falla. Un día una amiga me llamó para decirme que ella quería hacer un examen para hacerse reportera judicial. Dándome nueve razones de por qué ella no podría nunca pasar la prueba, yo cambié cada una mientras las oía, y cuando la conversación hubo terminado, yo imaginé una completamente diferente. Yo la oí decirme que ella había pasado la prueba con brillantez. Mi amiga hizo la prueba, y aunque durante el intervalo de seis semanas permaneció negativa, yo continué creyendo que ella la había pasado. Entonces, un día ella llamó diciendo: '¿Recuerdas cuando yo hice la prueba?', y yo contesté: 'Sí, y tú la pasaste.' Entonces ella dijo: '¡Sí, ¿pero no estás sorprendida?' Yo he estado tratando de decirle que imaginar crea la realidad, pero ella no puede entender cómo un acto imaginativo no visto por los sentidos humanos puede ser mantenido y producir resultados, pero yo sé que siempre lo hace.”

Su carta continuaba de esta manera: “Mi técnica telefónica nunca falla. Yo puedo darte una docena de historias de los resultados que he recibido a través de su uso. Aquí hay otra: Una amiga, en los 50, deseaba cambiar su trabajo por razones financieras. Ella quería volver a la planta electrónica donde anteriormente trabajaba, pero sentía que a causa de su edad no sería aceptada. Ignorando todos los pensamientos negativos, yo simplemente oí su voz excitada diciéndome que ella había obtenido el trabajo. Una semana después ella llamó diciendo: 'Ellos no sólo me dieron el trabajo con un amplio aumento de sueldo, sino que estoy recibiendo crédito por los diez años que yo trabajé ahí antes, que será añadido a mi jubilación.'”

Ahora en la tercera historia ella decía: “La criada de mi amiga pesaba 25 libras más de lo que ella quería, y su médico le había dicho que ella debía perder este peso adicional. Deseando pesar 140 libras, ella me contó cómo lo había intentado una y otra vez pero no podía perder una libra. Yo ignoré sus comentarios respecto a sus intentos pasados y la oí decirme que ella había alcanzado su meta. Que ella ahora pesaba 140 libras. Poco después de que yo dejara la ciudad por dos meses, y cuando yo regresé la criada me llamó otra vez, diciendo: 'He estado tratando de contactarte para contarte que yo había perdido peso. No te encontré cuando pesaba 140 pero ahora yo peso 139'”.

Cómo se perdió el peso, mi amiga no lo sabe; ella sólo sabe que se examina a sí misma para ver si se está ateniendo a su fe en que imaginar crea la realidad. Ella cree firmemente en la promesa de Dios y sabe que finalmente Cristo despertará en ella como su propio yo. Pero mientras tanto, mientras ella espera con fe el cumplimiento de esa promesa, está ejerciendo la ley de Dios. Ella ahora sabe que cualquier cosa que desee, si ella cree que ya la ha recibido, la recibirá. Así, en vez de hacer una falsa afirmación en el exterior, diciendo: “Yo soy cristiano” y no hacer nada al respecto, ella vive según este principio en el interior y lo hace parte de su vida.

Se te dijo: “¿Por qué me llamas Señor, Señor y no haces las cosas que te digo?” Bueno, ¿qué dijo él? Que todas las cosas son posibles para Dios; que no importa lo que tú creas, llegará a pasar. Si no quieres que sucedan cosas desagradables en tu mundo, entonces debes observar lo que estás pensando en el trascurso del día. No necesitas esperar hasta el final del día para cambiar un pensamiento para cumplir un deseo. ¿Por qué no haces como mi amiga y revisas la conversación mientras tú la oyes? Si las palabras no son las que ella quiere oír, no escucha, sino que pone en ese mismo hilo los pensamientos que ella quiere oír llegar. Ella oye lo que desea oír y cree que llegará a pasar.

Las Escrituras nos hablan de aquellos que – llamándose a sí mismos líderes – son guías ciegos, y cuando el ciego guía al ciego todos ellos caen en un pozo. ¿Quiénes son esos líderes ciegos? Aquellos que enseñan doctrina como la ley de Dios. Aquellos que enseñan los preceptos de los hombres, diciendo que tú no puedes comer esto o vestir eso; no son la ley de Dios, pues en la ley de Dios todo está en orden. ¿No se nos ha dicho que la comida no te justificará o acercará a Dios, que no eres peor si tú no comes, ni mejor si tú lo haces? Yo sé y estoy convencido por la ley de Jesucristo que no hay nada inmundo en sí mismo, sino que para el hombre para quien es inmundo, para él es inmundo. La inmundicia está en su pensamiento y no en el pensamiento mismo.

Si alguien quiere regodearse en la autocompasión, déjale. No se te ha pedido poner a prueba al hombre sino ponerte a prueba tú mismo. No se te ha pedido probar a otro, sólo a ti mismo. Mira el mundo como nada más que tú mismo sacado fuera y todo en él como ayudando al nacimiento de tu imaginación; pues el comportamiento del mundo respecto a ti está determinado por el concepto que tú mantienes de ti mismo. Realmente no importa lo que tu vida personal es; el mundo entero eres tú mismo proyectado fuera y cada uno en él está ahí para ayudar al nacimiento de todos tus actos imaginativos. Independientemente de si se necesita uno o cien mil, cada uno jugará su papel, y tú no tienes que pedir su permiso para que tu mundo esté animado por tu propia maravillosa imaginación humana.

Así, la primera cosa que se te pide que hagas es examinarte a ti mismo para ver si te estás ateniendo a la fe. Si estáis satisfechos de lo que sois, entonces poneos a prueba. Luego él hizo la pregunta: “¿No os dais cuenta de que Jesucristo está en vosotros?” La persona media respondería negativamente; pero yo te pregunto: ¿Está Jesucristo en ti como otro? ¿Piensas en él como una segunda persona para dirigirse a él como Señor o Cristo? “¿No te das cuenta de que tú eres el templo de Dios y el Espíritu de Dios habita en ti?” Si puedes responder a esta última pregunta afirmativamente, ¿vas a ponerle aún a prueba como otro?

Dios primero se revela como Dios Todopoderoso (El Shaddai) diciéndonos en el 6º capítulo del Éxodo: “Yo me di a conocer a Abraham e Isaac, y Jacob como Dios Todopoderoso, pero por mi nombre el Señor no me di a conocer.” La palabra “Señor” significa “Yo soy”. El nombre de Dios te ha sido revelado ahora como “Yo Soy”. Ahora, hazte a ti mismo está pregunta: “¿Me doy cuenta de que yo soy el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en mí? Mi conciencia es el Espíritu de Dios que habita en mí; el templo de Dios.” Si tú sabes que tu conciencia, tu Yo Soydad, es Jesucristo, no puedes pensar en él como una segunda persona, como alguien distinto de ti mismo, ¿no? Yo sé que suena arrogante, pero esto es lo que Pablo está tratando de decir a cada uno.

¿Esta señora se dirigió a alguien y le pidió que le quitara 25 libras de peso a su amiga? No. Ella lo hizo todo dentro de su maravillosa imaginación humana. Las Escrituras nos dicen: “Todas las cosas son hechas por él y sin él no fue hecho nada de lo que fue hecho.” ¿Se fueron 25 libras? Sí. Y si todas las cosas son hechas por él, ¿quién es el que eliminó las libras sobrantes? Él es el Señor Jesucristo, la imaginación humana.

Al final de su poema llamado “Reverie”, Robert Browning decía:

“Desde el principio, el Poder era – lo supe,
La vida ha hecho claro para mí
Eso, lucha pero por una visión más cercana,
El amor era tan fácil de ver.”

La vida es el poder de Dios en despliegue, pero si tú miraras más de cerca el amor sería fácil de ver. Hace muchos años yo fui llevado en espíritu a la divina asamblea donde los dioses celebran juicio. Ahí encontré a El Shaddai, Dios personificado como Poder Infinito. Él era un hombre no más grande de lo que eres tú, pero con el poder para destruir el universo si así lo deseaba. Fue el Poder quien – después de que el ángel registrador comprobara mi nombre – me llevó a la presencia del Amor. Ellos son el mismo ser, pues no puedes separar el poder de Dios de Él mismo; pero qué diferente cara tenía el amor infinito. Vistiendo la forma humana divina, el Anciano de los Días, todo amor, me abrazó y me hizo uno con su cuerpo y yo aún siento esa presencia hoy. Mis amigos me conocen como Neville, mi hija como su padre, mi esposa como su marido – pero yo ya no siento este cuerpo de carne y hueso. Sólo siento el cuerpo de amor. Pero el poder vino primero, eso lo supe; pero mirando más de cerca el amor puede ser fácilmente visto. Esos dos seres no pueden ser separados. El amor es el Espíritu y Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios – pero Dios es amor. Él es el Padre de todos, y un día todo el mundo recibirá su regalo de amor.

Mientras tanto ejerce tu poder. Ten fe en la promesa ejerciendo su ley y probándola en la práctica, pues la fe no es completa hasta que a través del experimento se convierte en tu experiencia. Esta señora sabe lo que ella ha experimentado. Ella sabe que la ley funciona. Ella nunca estaría interesada en oír de ninguna dieta especial para volverse más espiritual, o de ninguna meditación para volverse consciente de su llamada conciencia cósmica. Sino que a través del ejercicio, a través de ponerse a prueba ella misma, la ley de Dios se está convirtiendo en su experiencia, y un día el regalo real, el regalo de Dios mismo será suyo.

Nadie puede ganar el regalo de Dios. Le podría suceder a todos los que están aquí esta noche, o a ninguno. Es mi deseo que todo el mundo tenga la experiencia antes de que yo parta, pero yo no soy el que sabe el momento que Dios Padre ha fijado por su propia voluntad. Yo sé que reconstruimos el templo uno a uno. Todas las cosas que tú y yo hacemos aquí se desvanecerán como castillos en la arena. Pero la Biblia, que es la Palabra de Dios, es para siempre. Nunca pasará. Está grabada en la Roca, la Roca que es Cristo, el evangelio contenido en todos.

Pablo utiliza la palabra “roca” por su visión. Yo lo sé, pues allá en los años 30, mientras estaba sentado en el silencio no pensando en nada en particular, cerré los ojos en contemplación y vi un cuarzo, una roca sólida (el símbolo de la muerte, el límite de contracción que Dios tomó en sí mismo). Mientras observaba, la roca se fragmentó. Entonces vi todos los trozos pequeños juntarse como por alguna mano invisible y moldearse en una estatua viviente sentada en la posición del loto. Mirando a esta maravillosa criatura, me di cuenta de que me estaba viendo a mí mismo. Cuando yo reconocí a Neville, toda ella empezó a brillar, para volverse radiante, y cuando alcanzó el límite de intensidad explotó y desperté sentado en mi silla.

El simbolismo es verdadero. Grabada en la Roca que es Cristo está la Palabra eterna de Dios. Habiendo puesto la Palabra eterna (la Roca) en la mente del Hombre, cuando alcance el final de la carrera la Palabra de Dios será cumplida como el ser en el cual es revelada, así que el simbolismo es verdadero. Yo vi la Roca que es Cristo fragmentada. Cada pequeño trozo era un papel que yo había jugado en el drama llamado vida. El villano, el héroe, el rico, el pobre, el mendigo, el ladrón – yo los he interpretado todos, y habiendo acabado la carrera he reunido mis diversos yoes para formar el ser que llega al final del viaje. Y cuando observé lo vi brillar como el sol y cuando alcanzó el límite de intensidad, explotó. Las Escrituras, desde el principio hasta el final, están grabadas en la Roca y colocadas dentro de la mente del hombre.

Esta noche podéis tomar este sencillo principio como es recogido en el capítulo 13 de Corintios 2 y “Examinaros a vosotros mismos para ver si os estáis ateniendo a la fe.” Cuando estés satisfecho de lo que eres, entonces ponte a prueba. Si el correo de mañana trae malas noticias, no llames a la persona y le digas que él no debería haber escrito la carta, sino revísala. Cambia la carta completamente. Cuando respondas al teléfono ponte a prueba de nuevo y oye sólo lo que quieras oír. Haz como mi amiga hace, pues su técnica del teléfono nunca le falla.

Como Fawcett dijo: “El secreto de imaginar es el mayor de todos los problemas a cuya solución los místicos aspiran, pues el Poder supremo, la Sabiduría suprema, la Delicia suprema, reside en la solución de este lejano misterio.” Yo invito a todos a compartir en la solución de este misterio. Mi amiga ha contribuido a su descubrimiento. Ella lo llama su técnica del teléfono usando la revisión. Ahora, la Biblia no utiliza la palabra revisión. Utiliza la palabra “arrepentimiento”, que significa “un cambio radical de actitud.” Yo utilizo la palabra moderna revisión porque la palabra “arrepentimiento” ha criado percebes. Nosotros pensamos en una persona arrepentida como arrastrándose sobre su vientre y avanzando como un gusano hacia alguien ante quien él se arrepiente. Pero cuando tú revisas (o te arrepientes) no te confiesas ante nadie. Cómo puedes tú confesar ningún pecado a nadie cuando se te dice en el Libro de los Salmos: “Contra ti y sólo tú he pecado yo, Oh Señor.” Tú no puedes pecar contra otro; sólo puedes pecar contra ti mismo, pues tu verdadero yo es Dios. ¿Debería ir ante alguien igual de atolondrado que yo y decir: “Padre, yo quiero arrepentirme.”? Nunca.

Los sacerdotes del mundo nos dan preceptos artificiales y los llaman la doctrina de Dios. Ellos son líderes ciegos de los ciegos. Cuando los fariseos y los escribas vinieron a Jesús diciendo: “Tus discípulos están violando los preceptos, las tradiciones de los mayores, no lavándose las manos cuando comen.”, Jesús contestó: “¿Por qué trasgredís el mandamiento de Dios por los preceptos de los hombres? No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre (pues eso va a través de su estómago y pasa), sino lo que sale de la boca del hombre lo que le contamina.” Lo que sale del corazón contamina, no lo que entra en el vientre. Llama a tus preceptos artificiales algo que viene de Dios y trasgredes sus mandamientos. Esto es verdad en todas partes. El hombre está siempre condenando a otro por lo que él cree que el otro debería hacer para obtener la salvación. Pero la salvación es tuya. Viene a ti tanto si vives sabiamente o atolondradamente. No importa lo que hayas hecho vas a recibir el regalo de Dios y nadie se perderá.

Así que mientras tú estés aquí, ¿por qué no usas la ley de Dios y vives sabiamente? Yo encuentro mucho más fácil pagar mis cuentas que correr de los acreedores, así que por qué no pagarlas cuando la ley me lo permite. Yo simplemente imagino tener suficiente dinero en el banco para pagarlas. Encuentro más fácil vivir con la sensación de plenitud que sentir una sensación de falta. Vivir de este modo no me hace mejor, a los ojos de mí mismo llamado Dios, que el que no conoce esta ley, o – conociéndola – no la aplica. No hay diferencia al final, porque ambos seremos el ser único que es Dios Padre. Tú y yo somos no sólo hermanos; somos Dios Padre, pues Él es una unidad compuesta de uno hecho de los demás.

Todo el mundo está predestinado a saber que él es el Único, pero en el intervalo todos están invitados a tomar esta maravillosa ley y aplicarla sabiamente a objetivos definidos. Como el tío que entró en el bar, y cuando no le sirvieron una copa dijo: “Tú piensas que yo soy un vago, pero quiero que sepas que yo soy una persona muy importante. Yo sé lo que es ser rico y sé lo que es ser pobre, y de los dos prefiero ser rico.” Ahora, yo no te estoy diciendo qué desear, sino estoy diciéndote que yo sé qué es ser desposeído por falta de medios para pagar la renta. Durante ese tiempo yo poseía el mundo y no lo sabía. Todo era mío pero nadie me dijo nada sobre ello. El mundo es tuyo para que lo tomes, pero si tú no lo sabes, puedes andar hambriento por falta de un dólar. Nadie mantendrá tu dinero en depósito para ti o saldrá a la calle y te dirá de tu inversión. En vez de eso lo utilizará, y hasta que tú hagas la demanda, no te lo entregará. Tú debes reclamarlo por aprecio. Nadie va a imponer tu deseo sobre ti. Todo es tuyo para que lo tomes. Aprópiate cada uno de tus deseos aplicando la ley de Dios, igual que esta señora hizo en su maravillosa técnica telefónica.

Comienza a examinarte tú mismo. ¿Crees que imaginar crea la realidad? Si lo crees, entonces ponte a prueba. ¿No te das cuenta de que Jesucristo está en ti? ¿Tienes el valor para proclamar: “Yo soy Él y aparte de mí no hay otro.”? En el capítulo 8º de Juan es hecha la afirmación: “Tú morirás en tus pecados a menos que creas que yo soy Él.” Esta no es una afirmación de otro diciéndote que debes creer que él es Dios. No. Tú estás siempre hablándote a ti mismo. Limitado por los cinco sentidos, “Yo” – Cristo en ti – perderé mis metas en la vida a menos que “Yo” crea que “YO SOY” eso que “Yo” anteriormente deseaba ser.

Pregúntate: “Si yo ahora creo que yo soy el que el mundo adora como el Señor, y todas las cosas son posibles para mí, entonces yo debo ponerme a prueba, y de acuerdo a mi fe en mí mismo, será hecho en mí.” Depende del individuo realizar la acción, pues la evidencia siempre sigue a la acción. Actúa como si las cosas fueran como te gustaría que sean. Convéncete de que es verdad y deja que sigan los resultados. Así es como tú eres llamado a operar en este mundo. No está escrito en detalle, sino sólo son bocetos que tú llenas con tu vida.

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es TEST YOURSELVES (Neville Goddard 09-25-1967)




domingo, 18 de noviembre de 2012

EL ARTISTA ES DIOS (Neville - 19 de mayo de 1969)

Neville Goddard (19 de mayo de 1969)


EL ARTISTA ES DIOS



Dios es el gran artista, y no hay arte tan adorable como el que se perfecciona en la fabricación de su imagen. Dios no tiene sino un irresistible objetivo y ese es hacerte a su imagen, de modo que puedas reflejar e irradiar su gloria. En este nivel sin embargo Dios existe como la imaginación humana, pues la imaginación humana es el cuerpo divino llamado el Señor Jesús.

Al más alto nivel, el gran arte de Dios está concentrado en la fabricación de su imagen; en este nivel él – como tú – puede hacer lo mismo. Un amigo puede decir que le gustaría ser médico; otro amigo quiere ser un exitoso hombre de negocios o una bailarina. Cada deseo es una imagen. Como el artista, descendido a este nivel, tú puedes formar imágenes de tus amigos. Y si tú persistes en tu asunción, con el tiempo tus amigos irradiarán y reflejarán tu arte.

Dios es el gran soñador en el hombre, retenido en un sueño mortal hasta que forma la imagen llamada Cristo, en él mismo. Sólo cuando Cristo es formado en el hombre despertará él de su sueño de la vida. Ahora, en este nivel tú puedes ser retenido en un sueño también. Quizás te gustaría ser un gran artista. Ese es tu sueño, tu imagen. ¿Cómo te sentirías ahora mismo si lo fueras? ¿Puedes creer que tu asunción es verdadera incluso aunque tu razón y sentidos lo nieguen? ¿Puedes persistir en tu imaginación, como el nivel más alto de tu ser persiste en su imagen?

Se nos ha dicho: “Cuando recéis, creed que lo habéis recibido y lo habréis recibido.” La oración no es un montón de palabras vacías, sino la imaginación afianzada en el sentimiento. Cada domingo la gente va a la iglesia, dicen la Oración del Señor y salen del edificio exactamente lo mismo que eran cuando entraron. Sus palabras estaban vacías, ya que ninguna oración fue respondida. Ahora van a dejar de rezar a sus degradados santos mitológicos, pues eso es lo que son todos los santos. El Salmo 115 describe a los llamados santos y nos dice que aquellos que creen en ellos son tan estúpidos como aquellos que los hacen y los venden.

Mientras estoy aquí en este mundo, me preguntaba cómo haría para ser el artista que podía hacerme a imagen de un exitoso ministro de la palabra de Dios. Yo sabía que tendría que empezar al más alto nivel asumiendo que había finalizado lo que había empezado a hacer, y sabía que tendría que permanecer fiel a ese final, a esa imagen. Esto es lo que he hecho.

Lo más creativo en nosotros es creer que una cosa pasa a la existencia objetiva. ¿Puedes creer que algo es ya objetivo para ti, incluso aunque tus ojos mortales no puedan verlo? ¿Puedes caminar absorto en la sensación de que es un hecho objetivo, hasta que se convierta en eso? Así es como todo es traído a la existencia, pues todas las cosas existen en la imaginación humana, que es Dios mismo. La imaginación es el cuerpo divino llamado Jesús, el Señor. Si estás dispuesto a salir, sin preguntar a nadie si esto es cierto o equivocado, y te atreves a caminar en la asunción de que tu imagen es verdadera, llegará a pasar.

Déjame compartir contigo una sencilla historia. Un amigo mío muy querido que vive en Nueva York había nacido en Rusia en una familia judía muy pobre. Él sabía lo que era tener miedo cuando oía que los cosacos iban a venir, pues ellos quemaban las casas y causaban dolor por el mero placer de asustar a la gente. Joseph era el mayor de una familia de cinco, un chico de no más de nueve o diez años cuando su madre murió, dejando solo a su padre para mantener a su familia. El pequeño Joseph encontró un trabajo llevando dinero de un almacén al banco y habiéndolo cambiado en valores más pequeños. Él nunca había sabido lo que era llevar zapatos, sino que envolvía sus pies en periódicos o cualquier cosa que pudiera encontrar para mantenerlos calientes. Su ropa siempre había venido de la caridad, pero él – como todas las personas – trajo con él su conocimiento innato cuando vino a este mundo.

De modo que un día, mientras observaba al cajero cambiar el dinero que él traía, notó que las monedas grandes de cobre, cuando están enrolladas en papel, se parecían a las monedas de plata, incluso aunque su valor era ampliamente diferente. Entonces se dijo: “¿No sería maravilloso si él comete un error?”, y en su imaginación Joseph tomó el dinero enrollado a través de la ventana en la asunción de que el error estaba ya hecho. Luego volvió a la tienda, lleno de una sensación de alegría. La razón le decía que el error no estaba hecho, pero pensaba en todas las cosas que podría comprar si tuviera el dinero. Compraría un par de pantalones, un par de zapatos y comería hasta que le saliera por las orejas – una cosa que él no había experimentado antes. Tuvo la satisfacción de andar esos muchos bloques con el estado de ánimo de tener lo que quería.

Al día siguiente, cuando Joseph volvió al mismo empleado, el hombre cometió el error. Cuando Joseph dejó el banco él forcejeaba consigo mismo, pero su pobreza y apuro eran mayores que su código ético; de modo que fue a otro banco y cambió el dinero al cambio correcto y se guardó el excedente. Esa noche se compró un par de pantalones, zapatos nuevos y comió en un restaurante hasta que no pudo comer más. Me contó que aunque forcejeó con su conciencia toda la noche, no pudo justificar su acto; pero aprendió una lección. Aprendió que Sir Anthony Eden estaba en lo cierto cuando dijo: “Una asunción, aunque falsa, si se persiste en ella se solidificará en un hecho.”

Sir Anthony no necesitaba posición o dinero, pero él conocía una ley que indudablemente él utilizó a través de los años. Hoy mi amigo Joseph es un multimillonario. Estoy bastante seguro de que es mucho, mucho más rico en dólares y centavos del César que Anthony Eden, pues Joseph aprendió y vivió por este conocimiento. Él nunca apremia a sus clientes. Cuando están muy atrasados en el pago, Joseph se sienta a solas y mentalmente escribe una carta agradeciendo al hombre por la recepción de su cheque – y dentro de cuatro días él lo recibe.

Si la pobreza pudiera enseñar esta lección a todo el mundo, todos deberían nacer igual de pobres. Joseph ahora vive en un apartamento en Nueva York donde él paga 12.000 $ al año en renta así como 45.000 $ de renta por su negocio en la calle. Él ahora tiene negocios en París, Puerto Rico y Brasil, pues aprendió cómo moverse. Dejando Rusia a los 16 años, Joseph encontró un trabajo conduciendo un camión de basura en Francia, donde – aparentemente por accidente – conoció a la gran bailarina Anna Pavlova. Ella le sugirió que siguiera los pasos de su padre e hiciera ropa interior para mujeres, lo cual hizo y es por lo que es ahora famoso.

Te estoy pidiendo que hagas lo que Joseph hizo, pues te estoy enseñando un principio, y lo dejo a tu elección y su riesgo. Yo he contado esta historia en el pasado y siempre ha habido alguien en la audiencia que me ha criticado por contarla, proclamando que yo estoy guiando a la gente a extraviarse. Yo he tenido siempre una sospecha sin embargo de que aquellos que son más locuaces en su crítica están justificando su propio comportamiento. No te estoy instando a olvidar esos llamados códigos, sino a decirte que todos nosotros comimos del árbol del bien y del mal, y hemos sufrido desde entonces. No te estoy sugiriendo que salgas y robes a cualquiera, o que Joseph debería – como algunos han sugerido – devolver el dinero. Si lo hiciera, a quién debería enviárselo, ¿a Stalin? Bueno, Stalin robó el país entero, no sólo unas cuantas monedas como Joseph hizo. No, Joseph ha dado decenas de miles de dólares para ayudar a los amigos y en obras de caridad, no para justificar su acto cuando niño, sino por la bondad de su corazón.

Esta noche yo te doy un principio: Dios es el gran artista, que – como tu propia maravillosa imaginación humana – está perfeccionando su obra a través de las edades con la fabricación de su propia imagen en ti. ¿Tienes una imagen? Nómbrala. Ahora, ¿estás dispuesto a simplemente asumir que la tienes, y esperar a su objetivación? Cada imagen tiene su propia hora adecuada para madurar y florecer. Si tarda, espera, pues su aparición es segura y no será tarde. ¿Estás dispuesto a esperar por la felicidad que ahora buscas, o vas a tratar de salir afuera y hacerlo así? Si estás dispuesto a aplicar este principio y a dejar que suceda, te convertirás en el exitoso hombre de negocios, médico, ministro o lo que sea que desees ser. Si asumieras tu deseo y vivieras ahí como si fuera verdad, ningún poder en la tierra puede impedir que se convierta en un hecho, porque tú eres Dios y tu único oponente eres tú mismo.

No hay nada sino Dios, pero el hombre – no sabiendo esto – crea oposición y la llama Satanás o el demonio, los cuales son igual de inexistentes que San Cristóbal. Millones creen en ellos y les dan un poder que no poseen. Pero yo te insto a no creer en nada sino en Dios, que es tu propia maravillosa imaginación humana.

Con el tiempo tú partirás de este mundo, ciertamente. Este es un mundo de muerte, ¿entonces por qué permanecer aquí para siempre? Tú jugarás tu papel aquí, mientras Dios forma su imagen en ti. Y cuando esa imagen esté completa, despertarás para nacer desde arriba. Entonces el niño aparecerá para señalar tu nacimiento y cumplir la promesa recogida en el Libro de Isaías: “En nosotros un niño ha nacido.” Cinco meses después, el hijo de Dios te es dado como una señal de que la imagen es ahora perfecta. Cuando mires a la cara de tu hijo, David, te verás a ti mismo como la eterna juventud. Tú eres ahora Dios Padre, y él es tu Hijo que te glorifica. Si tú pudieras verte maduro, verías al Anciano de los Días, cuyo hijo es su imagen aún eternamente joven. Esa imagen está ahora siendo formada en ti y con el tiempo se objetivará. De modo que ten fe, que es nada más que la apropiación subjetiva de tu esperanza objetiva. Pon tu esperanza plenamente en la gracia que viene a tí cuando el espíritu de Cristo esté ante ti y te llame Padre.

En el capítulo 4 de Gálatas, Pablo habla de la formación de Cristo, y se cuestiona a sí mismo, diciendo: “Veo que estáis adorando días y meses, estaciones y años; tengo miedo de que haya trabajado sobre vosotros en vano.” Cuando yo veo a una persona que pienso que ha sobrepasado esos pequeños conceptos, regresar a imágenes y a días, meses, estaciones y años, y llamarlos santos – cuando no hay tal cosa en el reino de Dios – yo siento como Pablo, que mi labor ha sido en vano. Cada momento de tiempo es santo y donde quiera que tú estés es santo. Puede ser un bar, pero es un lugar santo, porque tú estás ahí. Los demás pueden decir que no es cierto, pero yo te pregunto: ¿quién es el que está ahí? Dios, y donde Dios esté es un terreno santo. Esto es verdad de cada persona en el mundo, pero ellos no lo saben.

Piensan que deben dejar a aquellos que aman y correr a la iglesia el domingo por la mañana, y si no lo hacen a tiempo han violado el deseo de Dios. Pero Dios desea que te quedes en casa y ames a tu familia, y si ese día puedes aliviar la carga de tu esposa con los niños, hazlo. Si no puedes hacerlo tan bien como ella lo hace a lo largo de la semana, hazlo a lo mejor de tu capacidad. Ella comprenderá y será bendecida por tú tratar de aliviar su carga de momento. Eso es mucho mejor que correr a alguna iglesia y rezar a dioses que no existen. Yo no te estoy diciendo que no vayas a la iglesia; alguna gente disfrutan la comodidad y las amistades que encuentran allí. Disfrutan la hora del café después de la reunión – quizás más que el servicio religioso. Muchas esperan encontrar un compañero ahí, pero eso no es de lo que estoy hablando. Yo te estoy hablando del gran artista. Su nombre es YO SOY, pues él es tu propia maravillosa consciencia de ser.

En este nivel del César, sigue el mismo patrón que el nivel más alto de nuestra consciencia de ser está siguiendo. Como unidad colectiva, juntos teníamos una imagen. Nuestra imagen era hacer al hombre como nosotros. Luego nos volvimos esclavos en este sueño mortal y ahora sufrimos amnesia.

Pero el Hombre Celestial que verdaderamente somos no romperá su compromiso. Él permanece atado por sus sueños mortales de bien y mal hasta que forma su imagen en él mismo. Cada estado en que tú eliges entrar será registrado y añadido, mientras Él permanece fiel a esa imagen divina; y cuando la imagen aparezca, tú verás a David – el Cristificado ungido.

Yo he encontrado a mi ungido, a mi elegido, a mi recién nacido, y él me ha llamado Padre. Él me ha llamado Dios, la roca de su salvación. Esto es verdad, pues yo le traje a la existencia. Ahora puedo partir en paz, pues he hecho exactamente lo que me prometí a mí mismo hacer en el principio del tiempo.

Se nos ha enseñado desde el estado primitivo que eso que él es, fue deseo hasta que él fuera. Yo deseé hacer a un hombre a mi propia imagen. No me desvié de mi deseo, sino que mantuve esa visión ante mí constantemente, no importa lo que hiciera en los niveles inferiores de mi ser. Yo lo hice cuadrar todo, pues todas las cosas funcionan para bien para el que ama al Señor, que es el ser más alto del individuo. Esta noche cada deseo de tu corazón es posible de alcanzar. No dejes que nadie te diga lo que debes desear, pues todas las cosas son tuyas para apropiártelas ahora.

Una amiga compartió una serie de visiones suyas conmigo. Ella quiere ser compositora y yo le diría ahora mismo: tú puedes ser tan grande como desees ser. En una de sus visiones ella se encontró en compañía de Chopin, que estuvo mostrándole cómo componer. Parecían estar andando encima de un cuerpo de agua, y mientras ella miraba, el agua era no sólo el sujeto, sino la inspiración de la composición. Esta joven, ahora en su adolescencia, compartió esta fantástica visión conmigo. En otro sueño a ella se le dijo que leyera el Libro de Números. Bueno, en el capítulo 12 de Números es donde se nos dice que Dios te habla en los sueños y se hace conocido en la visión. Cuando la visión irrumpe en el lenguaje, la presencia de la deidad es afirmada. En su visión el espíritu de Chopin le estaba diciendo, (incluso aunque no le vio la cara), cómo componer.

Tú no ves la cara inmediatamente. De hecho, la cara real no la verás hasta que el hijo aparece. Justo antes de eso verás al Señor Resucitado y te fusionarás con él. Y cuando su hijo aparezca, te verás a ti mismo, hecho joven. David es la imagen del ser que se fusiona contigo, sólo que joven. Él – la eterna juventud – es tu hijo, el que siempre hizo tu voluntad.

En la visión de mi amiga, ella está con Chopin. Siendo una pianista por naturaleza, ¿qué mejor instructor podría tener? Ella está siendo instruida espiritualmente, pues ella es el espíritu de Chopin, ya que en el fondo de su alma ellos son uno. Cualquiera que tu inspiración pueda ser, tú sacarás de ti mismo eso que tú has asumido que quieres ser. Si a tu ojo mental una cierta persona es grande, y tú quieres ser tan grande como él, tú lo sacarás a él de ti mismo para instruirte. Estás sólo instruyéndote a ti mismo, sin embargo, pues cada visión tiene lugar dentro de la imaginación humana. “Todo lo que tú contemplas, aunque parezca fuera, está dentro de tu imaginación, de la cual este mundo de mortandad no es sino una sombra.”

Elige una imagen que te gustaría expresar. Siente que tú eres esa imagen. Entonces aprópiatela para que pueda aparecer en tu mundo de sombras. Haz eso y estás rezando, pues rezar es tu propia maravillosa imaginación humana, impregnada de sentimiento. Podría contarte historia tras historia tras historia de aquellos que se han impregnado con la sensación de tener su deseo, y lo obtuvieron. Siente el anillo de boda, si ese es tu deseo. Siente la emoción del aplauso o la alegría de un niño en tus brazos. Cualquier cosa es posible si tú puedes sentirla; pero si vas a utilizar la razón, nunca sucederá, porque el fracaso se convierte en tu imagen. Tú no te das cuenta, pero hay dos tú, y es tu yo más profundo el que te dice que no puede suceder. Pero ninguna creencia real puede nunca ser reprimida mucho tiempo, pues tu convicción interna debe encontrar alguna residencia externa objetiva, y lo hará.

¿Cuál es tu convicción profunda esta noche? ¿Cuál es la verdadera imagen que tú mismo crees tener? ¿Es la de que eres un fracaso o un éxito? Si crees en los titulares del periódico tendrás miedo, pues ellos prosperan con las crisis. ¿Sabes que hay gente que sólo escribe titulares? Las buenas noticias son puestas siempre en la página décima, pero si la noticia es atemorizante se encontrará impresa en la cabecera. Nuestros muchachos están camino a la luna esta noche. Su viaje constituye la primera página hoy, pero si algo violento sucede mañana, el acto violento obtendrá los titulares y no nuestro excitante viaje a la luna. Ignora los titulares y permanece fiel a tu imagen. ¿Qué quieres realmente? No intentes decirme que va a ser difícil; porque tus mismas palabras bloquean su cumplimiento. ¿Puedes creer que todas las cosas son posibles para Dios? Nadie habría apostado un penique por mí cuando dejé la pequeña isla de Barbados a los diecisiete años, después de haber expresado un deseo de ser un ministro de la palabra de Dios.

Iletrado como yo era (y aún soy en el sentido formal de la palabra), ¿quién creería que la palabra de Dios se me revelaría a mí? Pero mi único deseo acuciante era tener una verdadera visión, porque yo sabía que un hombre se convierte en lo que él contempla. Yo no quería que la visión fuera falsa, incluso si me era dada por algún gigante con muchos grados, porque yo no podría aceptar la visión que él sigue. Yo quería que la verdad se me revelara a mí, pues si es verdad que un hombre se convierte en lo que contempla, entonces yo quería contemplar la verdad, para que me convirtiera en ella – y lo he hecho.

Cuando te hablo de David, yo hablo de la verdad revelada, y no de algo que encontré en un libro. Los rabinos, ministros y curas niegan mis palabras, porque ellos no son lo que ellos estuvieron enseñando. Llevan sus propios conceptos erróneos prefabricados de escrituras a escrituras, y no pueden entender las palabras de uno que ha sido testigo de la verdad de la palabra de Dios.

Yo encontré la verdad como Pablo lo hizo. No vino de un hombre ni fui enseñado por un hombre, sino que vino a través de una revelación, que fue el desvelamiento de Dios dentro de mí. Ese desvelamiento ocurrió cuando me enfrenté y fusioné con el Señor Resucitado.

Mientras estés aquí no descuides el mundo del César. Tienes que pagar la renta, comprar comida y ropa. No dejes que nadie te diga que esto es sórdido; debes hacerlo mientras estés aquí. Debes rendir al César lo que es del César. Olvida el concepto de que Jesús obtuvo comida del aire, pues eso no es verdad. El hombre en quien el patrón despertó trabajó como tú y yo hacemos; y si piensas que estoy siendo imprudente sobre esto, lee los dos primeros versos del capítulo 8 de Lucas, donde él afirma que fue mantenido por tres mujeres, “de su propia hacienda”.

Cuando Pablo comenzó a contar las visiones mientras se desarrollaban en él, dijo: “Yo me gano mi propio pan.” Él no obtuvo ningún pan de la atmósfera, sino que trabajó como un hombre, mientras trataba de convencer a todo el mundo de que ellos despertarían para descubrir que eran Dios, y todo lo que se dice de Él en el evangelio lo experimentarían ellos personalmente.

Yo te estoy contando lo que sé desde la experiencia. No estoy teorizando. No estoy especulando. Espero por tanto que así me creas, para que cuando parta de este mundo, no olvides mi mensaje. Puedo decirte: tú puedes pensar que has vacilado en la formación de esa imagen que te propusiste hacer en el principio, pero no lo has hecho, pues la profundidad de tu ser y mi ser son una, y esa hermandad no ha fallado ni una sola vez. Él acordó en el principio soñar este sueño de la vida, en conjunto. Esto lo hemos hecho y continuaremos haciéndolo hasta que la imagen esté formada en cada uno de nosotros.

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es THE ARTIST IS GOD (Neville Goddard 05-19-1969)




sábado, 17 de noviembre de 2012

LA FUENTE (Neville - 14 de octubre de 1968)

Neville Goddard (14 de octubre de 1968)


LA FUENTE



El hombre está buscando la fuente, la causa, de los fenómenos de la vida. En su búsqueda, él crea y sobrepasa sus muchos conceptos de Dios, hasta que encuentra al único Dios que nunca puede sobrepasar y por tanto nunca puede perder. Ese es el Dios que encuentra en una experiencia en primera persona del presente.

He aquí una historia verdadera que linda con esta verdad. Mientras un amigo se estaba afeitando, su hija pequeña le observaba y, cuestionándole le preguntó: “¿Dónde vive realmente Dios?, y él abstraídamente le respondió: “En el pozo.” Riéndose de su tonta respuesta, la niña corrió a contárselo a su madre. En el desayuno esa mañana, cuando su mujer le preguntó por qué había hecho él tal afirmación, no pudo responder, pero más tarde ese día recordó.

Cuando era un chico joven en Polonia, un grupo de gitanos pasó por allí y se detuvo en el pozo del patio de sus padres. Uno en particular captó su atención. Era un gigante de hombre con una barba roja recortada. Mientras el chico observaba, el hombre sacó el cubo de agua de madera del pozo. Su postura y sus grandes manos hacían parecer el cubo como si no pesara más que una taza de té, y mientras bebía, el agua se escurría hacia abajo por su barba y sobre su pecho. Cuando el hombre hubo terminado, desató un pañuelo de seda multicolor y secándose la cara se limpió la barba, e inclinándose por encima miró a lo profundo del pozo durante lo que pareció al niño un muy largo tiempo.

Curioso, el chico trató de trepar el lado del pozo para ver qué había dentro. Viéndole, el hombre sonrió, levantó al chico y dijo: “¿Sabes dónde vive Dios?” Sacudiendo negativamente con la cabeza, el hombre le sostuvo sobre el pozo y dijo: “Mira.” En la quietud de ese agua el chico vio su propio reflejo y dijo: “¡Ese soy yo!”, y el hombre contestó: “Ah, ahora tú sabes dónde vive Dios.”

Este concepto está más cerca de la verdad de Dios que el noventa y nueve por ciento del mantenido por la gente. Aquí estaba un gitano supuestamente ignorante, viajando de ciudad en ciudad, que sabía dónde vivía Dios y no recurría a ningún otro. Viendo el pozo, él supo que ahí habría agua. Poseído, sí, por el que vivía en la finca, pero ellos no dejarían de usar “su” agua. No teniendo deseo de acumular cosas, este gigante de hombre enseñó a este chico una maravillosa lección para que todos nosotros la recordáramos. Cuando tú ves tu reflejo, sea en un espejo o en la superficie de una charca, tú estás mirando a la cara de Dios.

Ahora, el primer verso del Génesis y el primer verso de Juan están equiparados. El Génesis comienza: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”, y Juan nos dice: “En el principio era la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios.”

En hebreo y otras lenguas esquemáticas, las palabras para “cabeza” y “principio” tienen la misma raíz. Achaia, uno de los grandes académicos del siglo primero y amigo y compañero próximo de Pablo, tradujo el manuscrito antiguo del hebreo al griego. En su traducción él usó la palabra “cabeza” en lugar de “principio”. Su manuscrito dice: “En la cabeza Dios creó los cielos y la tierra.” Esta palabra hebrea “rosh” es definida en la Concordancia de Strong como “la cima; la parte más alta; el principio; la cabeza; la piedra angular.” Así que es en la cabeza donde Dios creó los cielos y la tierra.

Blake, declarando que su gran poema “Jerusalem” fue dictado desde lo alto afirmaba:

“Todo lo que contemplas, aunque parece fuera, está dentro, en tu Imaginación de la cual este mundo de mortandad no es sino una sombra.”

Blake nos quiere decir que tomemos esa afirmación literalmente. Todo eso de lo que tú eres consciente está dentro de ti. ¿Dónde más podría estar? Considerar y ver este mundo como mecánico y no espiritual te hace seguir perdido en tu búsqueda, pues el mundo es tu criatura. Tú eres su fuente. Todo lo que percibes está dentro, pues es en la cabeza donde Dios creó los cielos y la tierra.

No estoy hablando de tu cabeza mortal. Ella es sólo un símbolo, un reflejo de la inmortal. El día vendrá en que tu cabeza mortal regresará al polvo, pero hay una cabeza que sobrevive a ésta. Una cabeza capaz de restaurarte y vestirte instantáneamente con un armazón mortal igual que el presente, sólo que joven, para encontrarte en un mundo terrestre igual que éste. Esa es la cabeza en la cual Dios duerme. Es ahí donde el patrón está enterrado. Y es en esa cabeza donde el patrón del hombre se despliega para revelarte como la fuente.

Al hombre le resulta difícil creer que él es la causa de toda vida, sin embargo yo digo que no hay otra. Mira en el ojo de tu amigo – o enemigo – y te verás sólo a ti mismo. Verás a Jacob, la pupila (hombre pequeño) del ojo de Dios.

La imaginación (Dios) está por siempre viéndose reflejada en el mundo, igual que tú, mirando en el ojo de otro, te ves tú mismo reflejado. Así, el chico miraba en el pozo, y al ver su reflejo dijo: “Soy yo”, y el hombre sabio contestó: “Ah, ahora tú sabes quién es Dios.”

Al hombre le pueden decir una y otra vez que él no va a encontrar a Dios como otro, pero no puede creerlo hasta que ese patrón enterrado en la cabeza se despliegue. Entonces y sólo entonces sabrá más allá de toda duda quién es Dios.

Yo sé quién es el Señor, pues yo estuve en su presencia. Vi su forma y conversé con él como de hombre a hombre. Su apariencia era la semejanza y similitud del amor, y cuando nos abrazamos fui incorporado a ese cuerpo único de amor.

Si Dios es el principio de la humanidad universal, y yo soy uno con el cuerpo de Dios, y uno con el espíritu de Dios, entonces yo soy Dios. Por lo tanto, vi con antelación a qué me parezco. La divina aparición, vistiendo la semejanza de amor, me cuestionó y yo no tuve otra respuesta que amor. ¿Qué podía ser más grande que lo que yo estaba mirando? Así que cuando me incorporó a su cuerpo de amor, me incorporó a la humanidad universal.

Habiendo visto el rostro de radiante amor, y ser incorporado al cuerpo de amor, no puedo perder a mi Dios. He descubierto que es mi propia maravillosa imaginación humana, y no puedo sobrepasarle. No puedo ir a otra parte y no puedo perder a este Dios. Él es mi Dios por siempre y para siempre, ¡y es mi mismo ser!

Habiéndoseme revelado, él y yo nos convertimos en uno en una experiencia en primera persona del presente del singular. Entonces todo lo dicho del patrón hombre que llamamos Jesús se desplegó en mí; y ahora digo, sin embarazo o inclinación de cabeza alguna, yo soy Él. En tanto que continúe llevando mi frágil pequeño cuerpo de carne y hueso, no puedo reclamar mi herencia celestial, pero sé que será mía instantáneamente cuando yo deje este cuerpo por última vez.

Se ha conferido al Cristo Resucitado, en la experiencia de los hombres, el divino nombre de Señor. Cuando Felipe dijo: “Oh Señor, muéstranos al Padre y seremos satisfechos”, el Cristo Resucitado contestó: “¿He estado tanto tiempo con vosotros y sin embargo no me conocéis? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre.” Esta experiencia tiene lugar después de la resurrección, pues el divino nombre de Señor es puesto al Cristo Resucitado.

Esta historia es contada como si un hombre de carne y hueso estuviera hablando, pero no lo es. Las Escrituras son completamente sobrenaturales. El descubrimiento de Dios es sobrenatural, pues él se revela sólo al que tiene la experiencia. Y cuando tú lo cuentas, aquellos que te oyen o creen tu historia o no la creen. Si alguien tiene un concepto de Dios como un pequeño hombre físico, ese concepto debe ser sobrepasado, y el hombre debe crecer y crecer antes de que pueda comprender lo que estás diciendo. Así que puede ser que aquellos que oigan tus palabras no puedan aceptarlo, pero no desesperes; continúa contándolo y quizás un uno por ciento de los presentes lo captará. No importa cuántos puedan oír con entendimiento, tú ofrécelo de todos modos.

Medita sobre este cambio de sentido. No es en el principio del tiempo y el espacio, sino en la cabeza donde la palabra estaba y está con Dios, pues la palabra es Dios. Y fue en la cabeza donde Dios creó los cielos y la tierra, así que ¿dónde más podrías tú ir a encontrar algo?

En la edición del 7 de Septiembre de 1957 del Saturday Evening Post, Harold H. Martin escribió un artículo titulado “Los Asombrosos Kennedys”. En él decía, “Los admiradores de Kennedy esperaban confiadamente el día en que ellos verían a Jack en la Casa Blanca, a Bobby en el gabinete como Fiscal General y a Teddy como senador de Massachusetts.”

He aquí una familia que se atrevió a romper una de las más temibles barreras que nunca existieron en nuestro país respecto a la Casa Blanca: ¡ser católico! Mi amigo David siempre utilizaba la palabra BASP, que significa “Blanco Anglo-Sajón Protestante”, proclamando que si tú no eras un BASP, no podías pretender el más alto cargo en nuestra tierra. Bueno, Kennedy era Blanco, Anglo-Sajón y Católico. Su familia entera eran ardientes católicos, sin embargo ellos rompieron esa barrera. ¿Por qué? Porque imaginar crea la realidad.

Allá en 1957, los actos imaginativos de los admiradores de Kennedy fueron impresos para que todos los vieran. No dijeron que Bobby tendría un puesto en el gabinete, ¡sino que especificaron qué puesto! O que Teddy sería senador, sino de qué estado sería representante, y todo llegó a pasar. Si no duró, esa no es la cuestión. ¡Llegó a pasar! Y a causa de los asesinatos, sus actos imaginativos permanecieron indeleblemente impresos en la historia de nuestro país. Lincoln, así como los que no son importantes como presidentes, viven más tiempo en la memoria de los hombres cuando son asesinados. Así que aquí encontramos a estos ardientes admiradores determinando lo que ellos admiraban; persistieron y llegó a pasar. ¿Por qué? ¡Porque todo está dentro!

¿Puedes concebir un deseo y ser ferviente sobre él? ¿Puedes querer la gracia de Dios con la misma intensidad que el salmista que dijo: “Como el venado que anhela los arroyos de agua, así te anhela mi alma a ti, oh Dios.” He aquí a un pequeño ciervo (pues eso es lo que es un venado) sabiendo que las bestias salvajes apresan a todo animal que beba ahí, que desea el agua con tal intensidad que está dispuesto a enfrentar cualquier cosa para llegar a esa pequeña charca. Si tú pudieras volverte así de sediento por Dios, lo encontrarías en ti mismo, en una experiencia en primera persona del presente, pues nunca le encontrarás de ningún otro modo.

Cuando yo le encontré estaba emocionado más allá de toda medida. Habiéndoseme enseñado que Dios era otro, me había formado un concepto mental de él que me aliviaba y me permitía rezar a alguien distinto de mí mismo. Pero cuando le encontré, le encontré en mí mismo, ¡como yo mismo! Entonces supe que yo no podía rezar a otro; yo debía volverme hacia dentro y apropiármelo, ¡pues todo está contenido dentro de mi propia maravillosa imaginación humana!

La traducción de Achaia fue realmente un fantástico regalo para el hombre. Pero incapaz de creerla, el hombre eligió otra definición, y ahora todas las traducciones dicen “En el principio”; sin embargo podría haber sido: “En la cabeza Dios creó los cielos y la tierra, pues en la cabeza está la Palabra, y la Palabra está con Dios, y la Palabra es Dios.”

Ahora, si por Dios todas las cosas fueron hechas, y sin él no se hubiera hecho nada de lo que fue hecho, y tú estás enfrentando un terrible problema, ¿no lo hizo vivir Dios para ti? ¿Y no puede él deshacer cualquier cosa que ha hecho? Entonces, si por tu admiración por cierta familia, los ves exactamente como tú quieres verlos, y crees hasta el punto que imprimes tu proyección en una revista internacional, y llega a pasar en tres años, ¿no has encontrado la fuente, la causa de la vida?

Esto me lleva a una cuestión. Una señora recientemente me preguntó en qué estaba equivocada, porque, sabiendo en lo profundo de su alma que estaba en lo cierto, cuando se enfrentaba con otra opinión, ella permanecía callada, incapaz de expresar su oposición.

En el Libro de Juan, él cuenta una increíble historia diciendo: “Yo soy Dios Padre. Cuando tú me ves, ves al Padre. ¿No sabes que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?” Haciendo una afirmación fantástica tras otra él añade: “Te lo he contado antes de que tenga lugar, de modo que cuando tenga lugar tú creas que yo soy él.” Pues se nos dijo: “A menos que tú creas que yo soy él, morirás en tus pecados.” (Juan 13-14)

Juan enfatiza una y otra vez que tú debes creer que eres el que te gustaría ser o nunca te convertirás en él. Por el contrario, permanecerás siendo el que tú te crees que eres ahora mismo. Tu creencia está siempre exteriorizándose en la pantalla del espacio. Tiene que estarlo, pues está en ti y no ahí fuera.

Cuando tu creencia se convierte en un hecho y parece sólidamente real en el exterior, es porque está apoyada por ti en el interior. El día que dejes de creer en ella, se desvanecerá, pues todo debe ser construido sobre el fundamento de la creencia. Yo creo que soy un exitoso. Seguiré siendo exitoso sólo en la medida que continúe creyendo que lo soy. El día que deje de creer, el fracaso entra y el éxito se desvanece.

Tú debes creer que estás en cierto estado. No puedes olvidarlo si quieres exteriorizar ese estado. Puedes soltarlo después de alcanzar un cierto punto, pero si quieres mantenerlo vivo, debes hacerlo dentro de ti mismo, pues nada llega a ser sin estar sustentado por un acto imaginativo, y nada permanece a menos que esté sustentado por ese acto. El día que el sustento imaginativo es retirado, la cosa empieza a desvanecerse y deja de estar en tu mundo. Esto es cierto para un matrimonio, una amistad o un negocio.

Si tú sabes lo que quieres, dátelo a ti mismo, pues hay sólo una fuente de causalidad. Esa fuente es Dios. Él es el soñador en ti, que despertará de su maravilloso sueño de la vida, y cuando lo haga, te darás cuenta de que has estado soñando todo el tiempo. Muchos grandes poetas han tratado de decir esto, pero el hombre no puede comprender que el poeta, en contacto con una capa más profunda de su propio ser, hubo despertado y registrado sus experiencias, hasta que sucede en el individuo.

El soñador en ti es Dios. Es él quien es la fuente, la causa de tu vida. ¡Sueña fervientemente! ¡Sueña con intensidad! Utiliza las técnicas recogidas tales como: “Ven cerca, hijo mío, que yo pueda sentirte.” Tú puedes, por una sensación espiritual, convencerte de que tú estás experimentando algo físicamente.

Yo conozco a una señora en Nueva York quien, como combinación de sastra y diseñadora, no estaba ganando mucho y quería, no sólo tener un mayor ingreso, sino hacer más diseño que coser. Cuando comentó esto conmigo y me dijo la cantidad de dinero que ella quería ganar, yo le insté a no limitarse, preguntando: “¿Te gustaría supervisar a las que cosen, así como a las que hacen el diseño?” Y cuando me dijo que le encantaría eso, la insté a escribir la cantidad de dinero que le gustaría ganar, deducir sus impuestos, y determinar el total.

Figurándoselo hasta los peniques y creyendo que sería pagada en efectivo, esta señora sintió el sobre conteniendo los billetes y las monedas que ella recibiría. Sacudiendo el sobre, ella oía el cambio traquetear. Entonces rasgaba el extremo del sobre y dejaba caer el dinero sobre la mesa, tiraba de los billetes y los olía. ¿Sabes que puedes oler el dinero? Tiene un olor muy propio, como ninguna otra cosa. Luego esta señora contaba el dinero, hasta los peniques.

Al día siguiente, mientras estaba en su habitación en un hotel en la calle 34, su teléfono sonó y fue avisada de que un caballero estaba en la planta baja y quería verla. Ella nunca había visto a este hombre antes, pero conocía su reputación, y ciertamente nunca soñó que él la llamara. Pero lo encontró en el recibidor, donde discutieron el asunto en términos de que ella sería cada vez más la diseñadora y cada vez menos la sastra. Ella luego mencionó el sueldo que habíamos comentado y cuando él estuvo de acuerdo, ella prometió empezar a trabajar para él el lunes siguiente. Una semana más tarde, cuando abrió su sobre, contó su dinero hasta los peniques que ella había imaginado sólo una semana antes. Ahora, ¿cómo puedes llamar a eso coincidencia? Ella estaba deseosa de hacer un cambio y, creyendo, interpretó el papel de Isaac.

Isaac era ciego. Él no podía ver, pero podía sentir. Sabiendo que un hijo estaba cubierto de pelo, mientras el otro no tenía ninguno, Isaac deseó al que él podía tocar con la sensación. Cuando Jacob se acercó, vestido con pelo, Isaac dijo: “Aunque tu voz suena como la de Jacob, se te siente como Esaú. Entonces, basando su convicción en la sensación más que en el sonido, Isaac dio a su hijo Jacob el derecho de nacimiento. Y cuando Esaú regresó para descubrir que su hermano había engañado a su padre, Isaac dijo: “Yo le he dado tu bendición y no puedo quitarla.”

Esta señora dio su bendición a un trabajo mejor y más dinero. Vistiéndolo con los matices de la realidad, ella sintió su existencia y le dio el derecho a nacer. Ella hizo esto el viernes, y al día siguiente mismo el nuevo estado vino a la existencia.

Yo te insto a no desesperar. Si has tratado y tratado de imaginar, aunque hayas fracasado, no abandones, trata de ser más intenso. Trata de ser más creyente respecto a la realidad de tu acto imaginativo. Al hombre, creyendo en la mecanicidad del universo, le resulta difícil verlo como imaginario, pero lo es. Cuenta la historia de los Kennedy al hombre medio y él dirá, ¿y qué? Él no puede ver esa historia como confirmación del hecho de que imaginar crea la realidad. Podrías contarle un ciento de tales historias pero, imbuído en creer que este mundo es mecánico y debe ser movido desde el exterior, al hombre le resulta difícil entender que el mundo se reorganizará para reflejar cualquier cambio que tenga lugar en el individuo. Pero el cambio tiene lugar en la imaginación, ¡no en el mundo!

Medita en el hecho de que es en la cabeza donde Dios creó los cielos y la tierra. Sabiendo dónde está la cabeza, sabrás dónde está la fuente. Entonces sabrás dónde está Dios, pues él está en la cabeza.

¡Mira en el espejo y ve a Dios! Mira cualquier cosa que refleje tu cara y estás viendo a Dios. Entonces un día, cuando estés en Su presencia, tú le conocerás. Llamado la Humanidad Universal, porque Él lleva a uno tras otro a su único cuerpo. Cuando ves ese cuerpo, ¡ves amor! Comunicas como de hombre a hombre, abrazas y te haces uno con el Cristo resucitado, incluso aunque tarde 30 años para que la confirmación aparezca. Pero la alegría que te está reservada cuando el momento se cumpla y las Escrituras erupcionen, bien vale la espera, pues tú experimentarás todo lo que se ha dicho de Jesucristo; incluso al hijo de Dios llamándote padre.

Las Escrituras realmente significan lo que dicen, pues es David el que proclama que el Señor le llamó su hijo (Salmo 2) y eres tú quien declarará: “He encontrado a David. Él me gritó: 'Tú eres mi Padre, mi Dios y la roca de mi salvación.'” (Salmo 89) David está enterrado en la cabeza donde Dios creó todo en los cielos y la tierra. Es en la cabeza donde Dios está enterrado, y es desde la cabeza desde donde su paternidad es revelada.

¿Cómo más podrías saber nunca que tú eras Dios Padre a menos que su hijo te lo revelara a tí? Esta experiencia está reservada para cada uno. Yo lo sé, pues no estoy teorizando o especulando, sino diciéndote exactamente lo que yo he experimentado. Fue David quien me hizo consciente de ser Dios Padre. Yo sé que tú lo eres también; pero sólo cuando David se te revele, encontrarás al Dios que no puedes perder ni sobrepasar.

¿Dónde desperté? ¿No fue en mi cabeza? ¿De qué parte de mi cuerpo emergí? ¿No fue de mi cabeza? ¿Y cómo podría Cristo emerger de uno en quien él no está presente? Si él no existiera ahora en mí, no podría emerger de mí. Y si él ascendió en mí, él tuvo primero que haber descendido dentro de mí. Él descendió como un relámpago y ascendió de la misma manera; pues en el principio Dios se colocó en la cabeza, y es en esa cabeza donde yo estoy soñando el sueño de la vida.

Todo está contenido dentro de la cabeza del hombre. La explosión tuvo lugar y mi hijo estuvo ante mí en mi cabeza. Fue mi cabeza la que se volvió luminosa como los cielos se vuelven transparentes. La paloma descendió sobre mi dedo, pero besó mi cabeza. Aquí estaba el Espíritu Santo abrazando mi cabeza con afecto, en confirmación de la obra que Dios había hecho y de la cual él estaba bien satisfecho.

Ahora yo debo contarlo y contarlo y continuar contándolo, sabiendo que alguien aceptará mis palabras, mientras otros no lo harán. Pero lo harán un día, cuando hayan sobrepasado a los dioses de su propia fabricación, pues todos nosotros crecemos y sobrepasamos, crecemos y sobrepasamos.

De modo que cuando leas las Escrituras ten siempre en cuenta los personajes completamente sobrenaturales recogidos ahí. Velo como un drama que tiene lugar – no ahí fuera, sino en la profundidad de tu alma.

Trata de volverte tan ferviente de algo para ti mismo como los admiradores de Kennedy lo fueron para él. Vuélvete tan intenso para ti mismo o un amigo como ellos lo fueron para la familia. Nada era más imposible en nuestro esquema político que ser católico y aún así aspirar a la Casa Blanca. Pero ellos lo hicieron y él lo logró, y tú también puedes.

No importa cuál sea tu deseo, recuerda: nada es imposible. Lo que ahora está comprobado fue una vez sólo imaginado, así que comienza por imaginar un estado y convéncete de que estás en él. Blake dijo: “Los antiguos creían que si tú estás auto-convencido, era así. Hubo un tiempo con Imaginación en que una firme convicción movía montañas.”

Tú puedes eliminar los obstáculos aparentemente montañosos que se te presentan simplemente ignorándolos y asumiendo el final. Y si tienes que pasar por encima de la montaña, lo harás, o la montaña será movida. Lo que sea necesario que sea movido para que cumplas lo que has asumido será hecho para ti en tanto permanezcas fiel a ti mismo, la fuente de toda vida.

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es THE SOURCE (Neville Goddard 10-14-1968)




martes, 13 de noviembre de 2012

LIBERTAD (Neville - 28 de octubre de 1968)

Neville Goddard (28 de octubre de 1968)


LIBERTAD



Cuando se le preguntó: “¿Cuál es el mayor de todos los mandamientos?” Dios respondió: “Escucha Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es uno.” ¡Acepta este mandamiento! Vive según él y serás libre de todas las causas secundarias. Hay sólo un Dios. Él es el padre de todos nosotros que está por encima de todo, a través de todo y en todo. Él es una individualidad universalmente difusa cuyo nombre por siempre y para siempre es YO SOY. Tú puedes no ser consciente de quién eres, qué eres, o dónde estás, pero siendo consciente estás mentalmente diciendo “Yo soy”. Cada ser consciente dice “Yo soy” y si hay sólo un “Yo soy”, entonces yo soy un individuo ¡difuso! Yo soy la única causa de todo lo que es. Todas las cosas fueron hechas a través de imaginar, y sin consciencia no fue hecho nada de lo que fue hecho.

En el capítulo 8º de Mateo, uno de los milagros de las escrituras es recogido como una parábola escenificada. Se dice que cuando él entro en la barca se quedó dormido y una gran tormenta se levantó, de modo que ellos le despertaron diciendo: “Señor, perecemos, sálvanos.” Y él dijo: “¿Por qué estáis asustados, oh hombres de poca fe?” Luego se levantó y reprendió al viento y al mar y hubo una gran calma. Si hay una sola causa, entonces el que sofocó el viento y el mar es el que causó la tormenta. No puede haber otro. Si hay confusión en tu vida y tú la resuelves en tu imaginación y el mundo da testimonio de lo que tú has hecho, tú causaste el cambio. Y puesto que no hay otra causa, ¿entonces no causaste tú la confusión también? Hay sólo un Dios y Padre de todos nosotros que está por encima de todo, a través de todo y en todo. Si Él está en cada ser que dice “Yo soy”, y hay sólo un Dios, nadie puede acusar a otro; pues el nombre de Dios no es “él”, sino “Yo soy”. No importa lo que parezca en el exterior, yo soy su causa. Asume la plena responsabilidad por las cosas que observas, y si no te gusta lo que ves, sabe que tienes el poder de cambiarlas. Entonces ejerce ese poder y observarás el cambio que has causado. Si estás verdaderamente dispuesto a asumir esa responsabilidad, eres liberado.

Si esta individualidad universal difusa está en todos, entonces la encarnación debe ser considerada bajo una luz diferente. Nos enseñaron que la encarnación tuvo lugar hace 2000 años por un único individuo, que fue el Dios encarnado. Pero yo te digo: la humanidad es la encarnación. La figura central – personificada como Jesucristo – es la perfecta figura arquetípica que cada uno debe expresar. Él es llamado el verdadero testigo, el primogénito de los muertos. Ahora encarnado en tu cuerpo de carne y sangre, estás muerto en el sentido de que has olvidado que tú eres el creador de todas las cosas, y no te ves creando nada de lo que observas. El periódico de la mañana te cuenta lo que ella, él y ellos están haciendo, y no puedes relacionar sus acciones con nada de lo que tú has hecho. Sin embargo, hay sólo una causa, sólo un Dios, que es residente en ti como tu conciencia; tu propia maravillosa imaginación humana.

La parábola nos cuenta que Dios entró en una barca y se quedó dormido. La humanidad es esa barca, el arca donde Dios Padre crea mientras dormita. Incluso aunque no conozcas a la gente sobre la que lees, si la lectura te perturba, tú eres la causa de ese conflicto. Todo imaginación, yo estoy soñando, causando el infortunio y la infelicidad de aquellos cuyas vidas yo he tocado con el sentimiento. Cuando despiertas y recuerdas tu sueño, ¿siempre conoces a la gente ahí? ¿Conoces a los que fueron hijos tuyos en el sueño? ¿A la gente que te asustó? Nunca los vistes antes, así que ¿cómo podrían ellos ser otros que los que tú causaste? No los reconoces, sin embargo tú – el soñador – causaste que ellos hicieran lo que hicieron. Lo mismo es verdad aquí. Si las acciones de un aparente otro causan una respuesta motora en ti, incluso aunque no le conozcas, tu consciencia es la causa de la tormenta. Pero cuando despiertes, la memoria regresará y habrá una maravillosa calma.

Dios, la individualidad universalmente difusa, está dormido en cada uno. Su revelación trascendente es personificada como uno llamado Jesucristo. Esta personificación despierta la memoria en ti en cuanto a quién es realmente Dios Padre. Dios no dividió el “Yo soy” y dio a cada uno de nosotros una porción de él mismo. Él dio a cada uno, individualmente, su ser entero. “Yo soy” no puede ser dividido, y yo soy Dios Padre. Si tú aún no has descubierto esto, yo estoy todavía dormido. A fin de descubrir tu paternidad, debes encontrar al hijo de Dios, predicho ser tuyo. Mientras estás dormido en el estado de Saul, tú no lo reconoces, y cuando preguntas: “¿De quién eres hijo tú, joven?”, él responde: “Yo soy el hijo de Jesse, el 'Yo soy'.” Cuando tú despiertas y reconoces al hijo de Dios, David, ¿no eres tú Jesse? ¿No eres tú Dios, cuyo nombre por siempre y para siempre es “Yo soy”?

Toma a David para revelarte a ti mismo; sin embargo tú eras su padre antes de que te quedaras dormido. Ahora soñando tu vida en la existencia, luchas contra aparentes otros, llamándolos demonios y Satanás. Tú dotas a tu mundo de sombra de causalidad, convirtiéndote por ello en un ser dividido, cuando Dios no está dividido. No hay demonio. No hay Satanás. No hay ser fuera de tu propia maravillosa imaginación humana.

“Yo, incluso yo, soy él. Yo mato y yo hago vivir. Yo hiero y yo sano y nadie puede librarse de mi mano.” (Deut. 52) “Yo soy el Señor y no hay otro Dios. Yo formo la luz y creo la oscuridad. Yo hago la prosperidad y creo la desgracia. Yo soy el Señor y no hay otro; aparte de mí no hay ningún Dios.” (Isaías 45) Él que crea el mal crea el bien, la prosperidad y la desgracia, la luz y la oscuridad. Él que mata es el que hace vivir, y él que hiere es el que sana y no hay otro Dios. Si tú realmente crees que tú eres del que aquí se habla – que eres tú quien crea el mal, el bien, la prosperidad y la desgracia; que nadie puede librarse de tu mano – entonces eres liberado. Nunca creerás de nuevo en otro, sino que sabrás que tu vida es auto-creada. Que tú creas las tormentas, así como la paz y la calma. Ya no creerás más que él, ella o ellos lo hicieron, pues los reconocerás como espejos reflejando tanto la tormenta o la paz y la calma dentro de ti.

Habiendo entrado en la barca (llamada el arca) Dios se quedó dormido y ahí permanece hasta que la paloma le trae noticias de que la inundación de la ilusión ha terminado. Dramatizado como una parábola escenificada, se dice que Noé extiende su mano y trae a la paloma dentro del arca con él. Esta es una bella y verdadera imaginería. En mi visión, la paloma descendía a través de lo que parecía ser agua cristalina. Parecía flotar usando sus alas como un cisne. Posándose sobre mi dedo extendido ella me colmó de besos mientras la visión llegaba a su fin.

Por ser cada uno la totalidad de Dios, cada uno personificará el perfecto espécimen arquetípico llamado Jesucristo. Perdidos en la confusión, no sabiendo que la humanidad es la encarnación, los hombres piensan que este espécimen arquetípico es el Dios encarnado. Sin embargo, el único gran mandamiento es: “Escucha, Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es uno.” La palabra Israel significa “el hombre que gobierna” – no como un dios, sino como Dios, porque él sabe que él es Dios. Y la palabra traducida como “Señor” es YO SOY. Ahora déjame traducir esto para ti: Escucha, Oh hombre que gobierna como Dios, el YO SOY, nuestro “Yo soy” es un YO SOY. No somos un puñado de pequeños “Yo soys”. Nuestro “Yo soy” es el único YO SOY que es Dios Padre. Si esto es verdad, entonces Dios no puede ser dividido y la totalidad de él está donde quiera que tú estés, donde quiera que yo soy. ¡No hay él, ella o ellos en “Yo soy”!

Si tú aceptaras completamente esto, te liberarías. Puede que no veas inmediatamente el efecto de lo que has hecho en tu imaginación, pero debe venir, porque no hay otro creador que lo detenga. Todas las cosas son hechas a través de la consciencia, y sin ella no es hecho nada de lo que es hecho. Es la imaginación la que proclama: “Yo mato y yo hago vivir, yo hiero y yo sano. Yo formo la luz y creo la oscuridad. Yo formo el mal y hago el bien, la prosperidad y la desgracia, y no hay otro.”

Cuando los jesuitas hablan de Satanás, los demonios y diablos, es porque ellos no conocen el mayor mandamiento. Todos los diez mandamientos están basados en el negativo “tú no harás”, excepto uno, que es: “Ama a tu padre y a tu madre.” El mandamiento encontrado en el 6º capítulo del Deuteronomio, con diez palabras, contiene todos los Diez Mandamientos en una presentación enteramente diferente, como: “Escucha, Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es uno.”

Tal vez no puedas aceptar mis palabras ahora. Quizás sientas la necesidad de culpar a otro – de tener un chivo expiatorio y creer que la causa es algo que comiste o bebiste – ¿pero por qué lo hiciste? ¿Qué causó que hicieras exactamente lo que hiciste? ¡Una perturbación en ti! La tormenta en ti causó que la glándula estuviera en desorden. La glándula no puede ser la causa de tu trastorno, pero tu sueño puede serlo. El mundo, no conociendo la causa exclusiva, tratará de encontrar algo en el exterior. ¡Pero no hay causa secundaria!

Recibí una carta esta semana de una señora que compartió este sueño auto-revelador diciendo: “Yo estoy en un lugar totalmente desprovisto de comodidades. No hay cortinas en las ventanas o alfombras en el suelo. Mis hijos – con monos limpios – están sentados en sillas de espalda recta contra una pared, mientras mis hijas – con largos vestidos de algodón almidonados – están enfrente. Con mucho aspecto de los niños cuáqueros de aquí, mis hijos parecen estar sin emoción, sin sentimientos o capacidades creativas. ¡Estamos esperando al padre! Un muchacho entra con un mensaje diciendo que el trabajo que tenía que hacerse en los niños está acabado, y por lo tanto el padre no va a regresar. “Entonces la escena cambia y estamos en la casa de una granja. Yo miro por la ventana para ver los campos de granos dorados maduros para la cosecha. Mi hijo mayor, ahora radiantemente feliz, entra corriendo en la casa exclamando que, por primera vez, él ha creado por si mismo. Su entrada fue como mágica, transformando la habitación, mientras todos mis hijos comenzaron a utilizar sus talentos – creando, riendo, animados y vivos. Antes, como autómatas, ellos sólo habían obedecido al padre ejecutando su voluntad, pero ahora que su trabajo ha terminado, él se ha retirado, y ellos se han convertido en creadores en si mismos.

Qué bella experiencia. Ella vio el mundo en forma de miniatura. La retirada del padre es recogida como su muerte. Él nos dice: “A menos que Yo muera vosotros no podéis vivir, pero si Yo muero me levantaré otra vez y vosotros conmigo. Un momento y no me veréis más, otro momento y me veréis como vosotros mismos.” Habiéndose retirado para habitar dentro, es desde ahí desde donde tú te mueves, y no desde fuera. Todo lo que Yo – el padre – soy, tú sabrás que tú mismo lo eres. Si Dios es el Padre de toda vida, entonces tú eres el Padre. Si él es un creador, tú eres un creador. Todo lo que Dios es, tú sabrás que tú mismo lo eres.

Ahora, Dios sale del desierto con señales y maravillas. La señal más destacada es la de la serpiente ardiente, pues todo el que la ve, vive. Cuando tu viaje fuera de Egipto comienza, la serpiente ardiente es liberada mientras la cortina es rasgada de arriba a abajo y todas las rocas son escindidas. Tú estás destinado a cumplir las escrituras y, como yo, sabrás por experiencia personal que eres Dios Padre. Yo he compartido mis visiones contigo, diciéndote cuán cierta y maravillosa es la historia de las escrituras realmente y que hay sólo un camino de salvación. Aunque se han escrito innumerables volúmenes dándote muchos caminos de redención, hay sólo uno. Yo soy el camino, y no hay otro camino.

Mateo cuenta la historia de su despertar de una forma dramática. Clamando “ellos” le despertaron, diciendo: “Señor, perecemos, sálvanos.” Es el viento sobrenatural el que te despierta, y tú eres su causa. Despertando dentro de tu barca (tu arca) la dejas atrás cuando entras en un mundo enteramente diferente como Dios Padre. Habiendo impuesto intencionadamente la restricción de la muerte sobre ti mismo, sabiendo que tú tenías el poder y la sabiduría para vencerla, te acostaste y te quedaste dormido en el arca. Y cuando el momento se cumple, despiertas dentro de ese arca, sales, y presencias el simbolismo de tu nacimiento desde arriba. Unos meses después cumples el Salmo 89 cuando encuentras a David y tu memoria regresa.

En el Libro de Samuel, Saul (el rey demente) hace una promesa, a cualquiera que derribe la gigante oposición a Israel, de que él liberaría a su padre. (Esto es hecho descubriendo al padre del hijo) Así, Saul pide a David que identifique a su padre, y David dice: “Yo soy el hijo de Jesse, el YO SOY.” Así, el padre es liberado cuando David derriba al gigante, que – en tu sueño de muerte – se te opone, y tu memoria regresa en cuanto a quién eres tú realmente.

Aunque respondo a un nombre terrenal y firmo mis cheques con él, ¡yo sé quién soy! Puedo decirte quién soy con la esperanza de que me creas, pero en verdad, yo me estoy dirigiendo sólo a mí mismo, pues yo soy en ti y tú eres en mí y somos uno. Cada uno tendrá la misma experiencia y al final todos regresaremos al único cuerpo, único Espíritu, único Señor y único Dios y Padre. Todos nosotros regresaremos de la victoriosa marcha a través de la muerte como el mismo Dios, pero expandidos más allá de nuestros sueños más locos a causa de esta excursión de la mente a un mundo de muerte que parecía tan definitivo. Yo no puedo prometerte que, si tú aceptas esto al cien por cien, no tendrás un dolor de cabeza mañana, o el jefe no te despedirá. Pero si tú aceptas esto, sabrás que tu jefe no tenía elección en la materia. Sabrás que tú causaste el despido. Tal vez tus sueños trascendían tu limitado puesto actual en ese negocio, y sólo siendo despedido podían ellos realizarse.

Un día yo fui despedido de J.C. Penney Co. Después de haber estado trabajando durante un año y medio, manejando el ascensor y siendo su chico de los recados, ganando 22 $ a la semana y pagando 5 $ de alquiler, no lo podía entender cuando me dejaron ir. Pero mis sueños, mis deseos, trascendían mi puesto ahí, de modo que tenían que hacer lo que hicieron a fin de que mis deseos se realizaran. Créeme, tú eres la causa de los fenómenos de tu vida – sean buenos, malos o indiferentes. Si para ti las noticias son desagradables, tú eres el soñador de esa tormenta desagradable. Pero vendrá el día en que despiertes para descubrir que la tormenta ha terminado. Que hay sólo una causa, ¡y esa es la consciencia! Yo sé que es más fácil dar consejo y mostrar a la otra persona dónde está equivocada que reconocer que ella sólo está reflejando lo equivocado en ti. Es difícil de aceptar el concepto de que el mundo está dando testimonio de tus pensamientos, pero es verdad. Si no te gusta algo o alguien, no lo mires a él o a ellos; mira dentro al que está causando la imagen.

Hay sólo un Dios, una causa de toda vida. Él no sólo está por encima de todo y a través de todo; está en todo. La individualidad universalmente difusa está en cada uno de nosotros en su plenitud. Habitando en cada individuo corporalmente, el padre duerme hasta que la tormenta cesa. Entonces despierta y reprende a la tormenta que él creó durante su sueño, y hay una gran calma. Si aceptaras esto como tu filosofía de vida, y no te volvieras a la izquierda o a la derecha, sino que afirmaras que solamente tú eres el responsable de los fenómenos de tu vida, encontrarías mucho más fácil vivir. Pero si, a veces, la vida parece demasiado difícil de soportar, y tú encuentras una causa secundaria, has creado un demonio. Los demonios y los satanases están formados de la indisposición de los hombres para asumir la responsabilidad de su vida. Ver otro otro que uno mismo es construir una imagen dorada. Pedir a un cura perdón. Llamarle padre, a pesar de que se nos dijo no llamar a ningún hombre en la tierra padre. Viéndolo como una autoridad, el hombre se prostituye siguiendo a una falsa imagen artificial.

Así, ¿qué es lo que la libertad vale para ti? Si te detienes sin alcanzar lo último, no quieres realmente la libertad. Si fueras esclavo, ¿qué no estarías dispuesto a dar de lo que tienes – en su totalidad – para liberarte? ¿Crees realmente que hay un solo Dios, que está en ti en su totalidad, y su nombre es “Yo soy”? Créelo, aunque hayas olvidado quién eres, dónde estás o que tienes un hijo; un día el viento te despertará durante una tormenta, y mientras sales del arca la tormenta se abatirá. Entonces la memoria regresará, cuando el que siempre ha sido tu hijo esté ante ti y te llame padre, cuando las escrituras se desplieguen en el interior; y entonces sabrás que la historia eterna estuvo siempre ahí. Fue un libro sellado hasta ser desplegado desde el interior.

Deja que el mundo permanezca en la tormenta si ellos quieren, pero si tú aceptas mis palabras te liberarás de cualquier causa secundaria, y tú que has estado causando tu tormenta encontrarás la paz y serás verdaderamente liberado.

Ahora entremos en el silencio.



Traducido por Javier Encina
La conferencia original en inglés es FREEDOM (Neville Goddard 10-28-1968)