~ "La imaginación crea la realidad." (Neville Goddard) ~


sábado, 11 de febrero de 2012

LA LEY DE LA ASUNCIÓN (Neville Goddard - julio de 1951)

Radio Conferencia #05 de Neville Goddard – Fecha: 07/1951


LA LEY DE LA ASUNCIÓN(1)



El gran místico, William Blake, escribió casi 200 años atrás, “Lo que parece ser, es, para aquellos a quienes parece ser y es productor de las consecuencias más terribles para aquellos a quienes parece ser.” Ahora, en un primer momento, esta joya mística parece un poco intrincada, o a lo mejor un juego de palabras, pero no es nada de eso. Escúchalo cuidadosamente. “Lo que parece ser, es, para aquellos a quienes parece ser.” Esto ciertamente es suficientemente claro. Es una simple verdad acerca de la ley de la asunción, y una advertencia de las consecuencias de su mal uso. El autor de la Epístola a los Romanos declara en el capítulo 14, “Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es impuro en sí mismo, pero para el que juzga que algo es impuro, para él es impuro.”

Vemos con esto que no es revelación superior, sino ceguera casi total la que lee en la grandeza de los hombres alguna pequeñez con la que por casualidad se identifica, porque lo que parece ser, es, para aquellos a quienes parece ser.

Experimentos realizados recientemente en dos de nuestras principales universidades revelaron esta gran verdad acerca de la ley de la asunción. Ellos declararon en sus comunicados a los periódicos, que después de dos mil experimentos llegaron a la conclusión de que, “Lo que ves cuando miras algo depende no tanto de lo que está allí como de lo que supones cuando miras. Lo que crees que es el mundo físico real es en realidad sólo un mundo supuesto.” En otras palabras, tú no definirías a tu marido de la misma manera que lo haría tu madre. Sin embargo, ambas estáis definiendo a la misma persona. Tu relación particular con una cosa influye en tus sentimientos con respecto a esa cosa y te hace ver en ella un elemento que no existe. Si tu sentimiento del asunto es un elemento personal, puede desecharse. Si es una característica permanente en el estado considerado, no puede desecharse. Lo que hay que hacer es intentar. Si puedes cambiar tu opinión acerca de otro, entonces lo que ahora crees de él no puede ser absolutamente cierto, sino relativamente cierto.

Los hombres creen en la realidad del mundo exterior porque no saben cómo enfocar y condensar sus poderes para penetrar su delgada corteza. Por extraño que parezca, no es difícil penetrar esta perspectiva de los sentidos. Para quitar el velo de los sentidos, no empleamos un gran esfuerzo; el mundo objetivo se desvanece a medida que quitamos nuestra atención de él. Sólo tenemos que concentrarnos en el estado deseado para verlo mentalmente; pero para darle la realidad que lo convertirá en un hecho objetivo, debemos enfocar nuestra atención en el estado deseado hasta que tenga toda la intensidad sensorial y la sensación de realidad. Cuando, a través de la atención concentrada, nuestro deseo parece poseer la distinción y la sensación de realidad; cuando la forma del pensamiento es tan vívida como la forma de la naturaleza, le hemos dado el derecho de convertirse en un hecho visible en nuestras vidas. Cada hombre debe encontrar los medios más adecuados a su naturaleza para controlar su atención y concentrarla en el estado deseado. Yo hallé que para mí el mejor estado es el de meditación, un estado relajado similar al del sueño, pero un estado en el que todavía estoy conscientemente en control de mi imaginación y soy capaz de fijar mi atención en un objeto mental.

Si te es difícil controlar la dirección de tu atención mientras permaneces en ese estado similar al sueño, puede ayudarte mucho el mirar fijamente un objeto. No mires su superficie, sino dentro y más allá de cualquier objeto plano tal como una pared, una alfombra o cualquier objeto que posea profundidad. Elige aquél que te inspire la menor reflexión posible. Imagina, entonces, que en esta profundidad estás viendo y escuchando lo que quieres ver y escuchar, hasta que tu atención esté exclusivamente ocupada por el estado imaginado.

Al final de tu meditación, cuando despiertas de tu sueño despierto controlado, te sientes como si hubieras regresado de una gran distancia. El mundo visible que habías acallado vuelve a la consciencia y, por su misma presencia, te informa de que te has auto-engañado al creer que el objeto de tu contemplación era real; pero si te mantienes fiel a tu visión, esta actitud mental sostenida dará realidad a tus visiones y ellas se convertirán en hechos concretos y visibles en tu mundo.

Define tu más alto ideal y concentra tu atención en este ideal hasta que tú mismo te identifiques con él. Asume la sensación de serlo – la sensación que experimentarías si ahora lo encarnaras en tu mundo. Esta asunción, aunque ahora es negada por tus sentidos, “si persistes en ella” – se convertirá en un hecho en tu mundo. Sabrás cuándo has tenido éxito en fijar el estado deseado en la conciencia simplemente viendo mentalmente a la gente que conoces. Esta es una maravillosa verificación sobre ti mismo, cuando tus conversaciones mentales son más reveladoras que tus conversaciones físicas. Si, en tus conversaciones mentales con otros, hablas con ellos como lo hacías anteriormente, entonces no has cambiado tu concepto de ti mismo, ya que todos los cambios de conceptos de uno mismo resultan en una relación diferente con el mundo. Recuerda lo que dije antes, “Lo que ves cuando miras algo depende no tanto de lo que está allí como de lo que supones cuando miras.” Por lo tanto, la asunción del deseo cumplido debe hacerte ver mentalmente el mundo como lo verías físicamente si tu asunción fuera un hecho físico. El hombre espiritual habla al hombre natural a través del lenguaje del deseo. La clave para progresar en la vida y para el cumplimiento de los sueños reside en la pronta obediencia a la voz. La obediencia sin vacilaciones a su voz es una asunción inmediata del deseo cumplido. Desear un estado es tenerlo. Como dijo Pascal, “No me habrías buscado si no me hubieras encontrado ya.” El hombre, asumiendo la sensación del deseo cumplido y luego viviendo y actuando en esta convicción, cambia su futuro en armonía con su asunción. “Cambiar su futuro” es el derecho inalienable de las personas amantes de la libertad. No habría progreso en el mundo si no fuera por el descontento divino en el hombre que lo impulsa hacia niveles de conciencia cada vez más altos. He elegido este tema tan cercano a los corazones de todos nosotros – “Cambiar Tu Futuro” – para mi mensaje del próximo domingo por la mañana. Voy a tener la gran alegría de hablar por el Dr. Bailes mientras él se encuentra de vacaciones. El servicio se llevará a cabo a las 10:30 en el Teatro Fox Wilshire en Wilshire Boulevard cerca de La Cienega Boulevard.

Ya que el derecho a cambiar nuestro futuro es nuestro derecho de nacimiento como hijos de Dios, aceptemos su desafío y aprendamos cómo hacerlo. Nuevamente hoy, hablando de cambiar tu futuro, quiero subrayar la importancia de una verdadera transformación del yo – no sólo una leve alteración de las circunstancias que, en cuestión de minutos, nos dejará volver a caer en el hombre insatisfecho que éramos. En tu meditación, permite que los demás te vean como ellos te verían si este nuevo concepto de ti mismo fuera un hecho concreto. Siempre pareces para los demás la encarnación del ideal que inspiras. Por lo tanto, en meditación, cuando contemples a los demás, debes ser mentalmente visto por ellos como te verían físicamente si tu concepción de ti mismo fuera un hecho objetivo. Es decir, en meditación, te imaginas que ellos te ven expresando a ese hombre más noble que tú deseas ser. Si asumes que eres lo que quieres ser, tu deseo se cumple y, en su cumplimiento, todo anhelo de “ser” es neutralizado. Esto, también, es una excelente verificación sobre ti en cuanto a si realmente has tenido éxito o no en cambiarte a ti mismo. No puedes continuar deseando lo que ha sido realizado. En vez de eso te encuentras en un estado de ánimo de dar las gracias por un regalo recibido. Tu deseo no es algo por lo que tengas que trabajar para que se cumpla, es reconocer algo que ya posees. Es asumir la sensación de ser la persona que deseas ser.

Creer y ser son uno. El que concibe y su concepción son uno. Por lo tanto, lo que concibes ser tú mismo nunca puede estar tan lejos como ni siquiera cerca, porque la cercanía implica separación. “Si puedes creer, todas las cosas son posibles para el que cree.” La fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas aún no vistas. Si tú asumes que eres esa persona más fina y más noble que deseas ser, verás a los demás como estando relacionados con tu elevada asunción. Todos los hombres iluminados desean el bien de los demás. Si es el bien de otro lo que buscas, debes usar la misma contemplación controlada. En meditación, debes representarte al otro como si ya fuera o tuviera la grandeza que tú deseas para él. Como para ti, tu deseo para otro debe ser intenso. Es a través del deseo que te elevas por encima de tu esfera actual, y el camino que va del anhelo al cumplimiento se reduce a medida que experimentas en la imaginación todo lo que experimentarías en carne propia si tú o tu amigo fuerais la encarnación del deseo que tienes para ti o para él. La experiencia me ha enseñado que esta es la manera perfecta para alcanzar mis grandes metas para los demás así como para mí mismo. No obstante, mis propios fracasos me condenarían si yo supusiera que he dominado por completo el control de mi atención. Puedo, sin embargo, decir con el antiguo maestro: “Esta única cosa hago, olvidando lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante – prosigo hacia la meta por el premio”.


Radio Talk, Station KECA, Los Angeles
Esta conferencia de Neville fue donada por Jan McKee

(1) del verbo asumir: aceptar algo como cierto; suponer una cosa; adoptar cierta actitud.



Traducido por Penchi Quirch de Troia
La radio conferencia original es THE LAW OF ASSUMPTION (Neville Goddard 07/1951)




lunes, 6 de febrero de 2012

UNA FÓRMULA PARA LA VICTORIA - Neville Goddard

27. UNA FÓRMULA PARA LA VICTORIA

Cada lugar sobre el que la planta de tu pie pise, yo te lo he dado.” [Josué 1:3]


La mayoría de las personas están familiarizadas con la historia de Josué conquistando la ciudad de Jericó. Lo que ellos no saben es que esta historia es la fórmula perfecta para la Victoria, bajo cualquier circunstancia y contra todo pronóstico.

Está recogido que Josué estaba armado sólo con el conocimiento de que cada lugar sobre el que la planta de su pie pisara le sería dado; que él deseaba conquistar o pisar sobre la ciudad de Jericó pero se encontró con los muros que lo separaban de la ciudad infranqueable. Parecía físicamente imposible para Josué ir más allá de estos enormes muros y plantarse en la ciudad de Jericó. Sin embargo, fue dirigido por el conocimiento de la promesa de que, a pesar de todas las barreras y obstáculos que le separaran de sus deseos, si podía tan sólo plantarse en la ciudad, le sería dada.

El Libro de Josué además recoge que en lugar de luchar con este problema gigante del muro, Josué contrató los servicios de la prostituta Rahab, y la envió como espía a la ciudad. Cuando Rahab entró en su casa, que estaba situada en medio de la ciudad, Josué – que tenía el paso firmemente impedido por los infranqueables muros de Jericó – hizo sonar su trompeta siete veces. Al séptimo toque, los muros se derrumbaron y Josué entró en la ciudad victoriosamente.

Para el no iniciado, esta historia no tiene sentido. Para el que la ve como un drama psicológico, en vez de como un registro histórico, es de lo más reveladora.

Si siguiéramos el ejemplo de Josué, nuestra victoria sería igual de simple. Josué simboliza para ti, lector, tu estado presente; la ciudad de Jericó simboliza tu deseo u objetivo definido. Los muros de Jericó simbolizan los obstáculos entre ti y la realización de tus objetivos. El pie simboliza el entendimiento; colocar la planta del pie sobre un lugar determinado indica fijar un estado psicológico determinado. Rahab, la espía, es tu capacidad para viajar secretamente o psicológicamente a cualquier lugar en el espacio. La conciencia no conoce fronteras. Nadie puede detenerte de morar psicológicamente en cualquier punto, o en cualquier estado en el tiempo o el espacio.

A pesar de las barreras físicas que te separen de tu objetivo, puedes, sin esfuerzo o ayuda de nadie, aniquilar el tiempo, el espacio y las barreras. En consecuencia, puedes morar, psicológicamente, en el estado deseado. Así que, aunque no seas capaz de pisar físicamente sobre un estado o ciudad, siempre puedes pisar psicológicamente sobre cualquier estado deseado. Por pisar psicológicamente, quiero decir que tú puedes ahora, en este momento, cerrar tus ojos y después visualizar o imaginar un lugar o estado que no sea el actual, SIENTE realmente que estás ahora en tal lugar o estado. Puedes sentir que esta condición es tan real que al abrir los ojos estarás sorprendido de descubrir que tú no estás físicamente allí.

Una prostituta, como sabes, le da a todos los hombres lo que ellos le piden. Rahab, la prostituta, simboliza tu capacidad infinita de asumir psicológicamente cualquier estado deseable sin cuestionar si estás o no física o moralmente en condiciones de hacerlo. Tú puedes hoy conquistar la moderna ciudad de Jericó o tu objetivo definido si psicológicamente recreas esta historia de Josué; pero para conquistar la ciudad y realizar tus deseos, debes seguir cuidadosamente la fórmula de la victoria como se establece en este libro de Josué.

Esta es la aplicación de esta fórmula victoriosa como un místico moderno la revela hoy en día:

Primero: define tu objetivo (no la manera de obtenerlo) – sino tu objetivo, puro y simple; sabe exactamente qué es lo que deseas de modo que tengas una clara imagen mental de ello.

Segundo: aleja tu atención de los obstáculos que te separan de tu objetivo y coloca tu pensamiento en el objetivo mismo.

Tercero: cierra tus ojos y SIENTE que tú estás ya en la ciudad o estado que querías conquistar. Permanece dentro de este estado psicológico hasta que obtengas una reacción consciente de completa satisfacción en esta victoria. Entonces, simplemente abriendo los ojos, regresa a tu estado anterior de conciencia.

Este viaje secreto al estado deseado, con su subsiguiente reacción psicológica de completa satisfacción, es todo lo necesario para lograr la victoria total. Este estado psíquico victorioso se encarnará a pesar de toda oposición. Posee el plan y el poder de auto-expresión. De este punto en adelante, sigue el ejemplo de Josué, que, después de morar psicológicamente en el estado deseado hasta que recibió una completa reacción consciente de victoria, no hizo nada más para lograr esta victoria que hacer sonar siete veces su trompeta.

El séptimo toque simboliza el séptimo día, un tiempo de quietud o descanso, el intervalo entre los estados subjetivo y objetivo, un periodo de embarazo o expectativa gozosa. Esta quietud no es la quietud del cuerpo, sino más bien la quietud de la mente – una pasividad perfecta, que no es indolencia sino una quietud viva nacida de la confianza en esta ley inmutable de la conciencia.

Quienes no están familiarizados con esta ley o fórmula para la victoria, en un intento de acallar sus mentes, consiguen sólo adquirir una tensión quieta, que es nada más que ansiedad comprimida. Pero tú, que conoces esta ley, encontrarás que después de conquistar el estado psicológico que sería tuyo si ya estuvieras victoriosa y realmente arraigado en esa ciudad, avanzarás hacia la realización física de tus deseos. Harás esto sin duda o miedo, en un estado mental fijado en el conocimiento de una victoria preestablecida.

No tendrás miedo del enemigo, porque el resultado ha sido determinado por el estado psicológico que precedió a la ofensiva física; y todas las fuerzas del cielo y la tierra no pueden detener el cumplimiento victorioso de ese estado.

Quédate quieto en el estado psicológico definido como tu objetivo hasta que sientas la emoción de la Victoria. Entonces, con la confianza nacida del conocimiento de esta ley, observa la realización física de tu objetivo.

...Permaneced firmes, estad tranquilos y observad la salvación de la Ley con vosotros... [2 Crónicas 20:17]



Traducido por Manu Anderson
Tomado del libro YOUR FAITH IS YOUR FORTUNE, capítulo 27 “A Formula for Victory”, Neville Goddard (1941)
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